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jueves, 15 de febrero de 2018

UNA PEQUEÑA LECTURA


NORTE 🔥 : https://www.amazon.es/Saga-Cuatro-Puntos-Cardinales-Norte-ebook/dp/B01NBPCL89/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1486826978&sr=1-1&keywords=los+cuatro+puntos+cardinales

«Todo sucedía a una velocidad meteórica a mi alrededor, y el estridente ruido provocado por el choque entre el sable y las espadas, más los chillidos de los encapuchados, era ensordecedor. En cambio, el ninja mantenía una lucha absolutamente silenciosa, ni siquiera se escuchaba su respiración. Esos seres con rostro de calavera saltaban por todos sitios con la misma velocidad que el ninja, pero allí donde iban ellos, ya les estaba esperando él para bloquearles o atacarles. Siempre conseguía adelantarse a sus contrincantes, como el jugador de ajedrez que ya sabe qué jugada va a realizar su rival. Seguía confusa y aterrorizada, sin embargo, no pude evitar sentirme algo impresionada. Sabía que no me podía confiar, pues desconocía si el ninja también quería hacerme algo, tal vez yo era una especie de trofeo o algo así, pero me fue imposible no sentir ese deslumbramiento.

Sin embargo, y cuando ya creía que lo había visto todo, alguien más hizo su aparición.

Varias piezas metálicas volaron por el aire como balas, incrustándose en las frentes cadavéricas de algunos de los encapuchados. Me dio tiempo a ver que eran unas de esas estrellas ninja de cuatro puntas antes de que ocurriese lo siguiente. Los tres encapuchados heridos emitieron unos bramidos de dolor espeluznantes y acto seguido las grietas abiertas por las estrellas se llenaron de luz, hasta que esos brillos agrandaron las brechas y las cabezas de los encapuchados estallaron. Los mantos de las casacas de color verde oscuro, las espadas y las estrellas ninja fueron lo único que cayó al suelo.

El ninja y los demás encapuchados, a los cuales no parecía haberles importado nada la pérdida de sus tres compañeros, continuaban con su lucha, cuando, de pronto, cuatro explosiones irrumpieron en escena, asustándome. Pero mis ojos se abrieron el doble cuando cuatro ninjas más salieron de los humos blancos que se habían alzado hacia el cielo.

¡Dios mío, ¿pero qué era esto?!

El primer ninja se quedó más cerca de mí y los otros cuatro lo hicieron un poco más alejados, sacando sus armas. Los encapuchados chillaron con rabia, pero a los cinco ninjas no les asustó. Al contrario. La batalla campal que estalló frente a mis atónitas y despavoridas pupilas parecía estar bien igualada. Los cuatro ninjas que habían aparecido en último lugar peleaban muy bien, mezclando sus técnicas marciales con el arte de la katana, pero mi vista se fijó en el primer ninja. Era el que más fuerza, pericia y destreza mostraba.

Sentí algo a uno de mis lados. No sé cómo explicarlo, era una energía, una especie de brisa fresca. Eso hizo que girase el rostro en esa dirección, y entonces lo vi. Un círculo irregular cuyo borde era indefinido y opaco se estaba abriendo poco a poco, a unos metros.

No estaba en el mismo sitio que antes, pero supe de qué se trataba en cuanto lo vi. Era la salida de este horrible lugar. ¡La salida!

De repente, uno de los espeluznantes alaridos se metió en mi oído, muy cerca. Volví la vista vertiginosamente y vi, con pavor, cómo uno de los encapuchados ya estaba prácticamente encima de mí, alzando su espada para embestirme. No me dio tiempo a gritar. Tan pronto como vi esto, el sonido de un machetazo también rasgó el viento y alguien de negro se interpuso delante de mí, empujándome hacia atrás. Mi espalda se estampó contra uno de los troncos y me quedé sin respiración, no obstante, el torso del interceptor no me aplastó, ya que fue capaz de detenerse antes de que eso ocurriera, apoyando las manos en la madera. Cuando mis pulmones fueron capaces de tomar aire de nuevo, me di cuenta de que era el primer ninja quien estaba pegado a mí, y justo cuando inspiré esa primera bocanada de aire, también se metió por mi nariz un aroma que no había captado hasta ahora y que me dejó totalmente paralizada.

El tiempo pareció detenerse, regalándome un segundo que se quedó suspendido.

Esa fragancia… Esa maravillosa fragancia… Me resultaba muy familiar, sí, sentía que la había olido con anterioridad. Mis párpados se cayeron inevitablemente e inspiré ese aroma con ganas, hasta que mis bronquios se hincharon del todo. Era un aroma embriagador, cautivador, dulce, seductor…, olía extremadamente bien… 

Mis ojos se abrieron ipso facto cuando mi memoria ubicó su procedencia. El día de mi desmayo se presentó ante mí, trayéndome a la mente esos momentos de inconsciencia, esos extraños sueños, y por fin recordé de qué conocía esa fragancia.

Era el aroma de ese ángel… De mi ángel…

Alcé la vista de forma súbita y sorprendida para verle, pero su rostro estaba prácticamente cubierto por esa tela negra, y aunque la zona de sus ojos estaba descubierta, su cara quedaba por encima de la mía, solo mi frente llegaba a su mentón, así que no podía vérselos. Además, tenía la cabeza medio girada, mirando algo a sus espaldas.

Pero algo más llamó mi atención. Mis pupilas oscilaron hacia su brazo derecho y vi que la manga larga de esa especie de camisa negra que vestía estaba rota y ensangrentada. Tenía una herida afilada y profunda en la parte superior de su brazo que sangraba bastante. Me estremecí al verla, y de pronto, inexplicablemente, sentí angustia por él. Ese ninja había recibido el tajo que iba destinado a mí, me había salvado la vida. Otra vez.

Volví a levantar la vista para mirarle, con una mezcla de sorpresa y extrañeza en la mirada. ¿Por qué? ¿Por qué me protegía? ¿Era… mi ángel?

Entonces, el tiempo volvió a su ritmo trepidante de una forma súbita.

El ninja propinó una patada hacia atrás dirigida al encapuchado que se había lanzado a por mí antes, se separó de mí y se dio la vuelta para enfrentarse a él. Su katana se estrelló con la espada de su contrincante mientras me cubría y yo observaba acobardada y aterrada.

Oscilé la cara hacia el círculo que marcaba la salida y la llevé de nuevo hacia ese ninja y toda la batalla que tenía delante. Estaba confusa, desconcertada, no sabía qué hacer. Por una parte estaba muerta de miedo y quería irme de aquí ya, pero por otra, ese ninja me había salvado, ¿estaba bien largarme así? Además, ahora que sabía que él quizá era ese ángel…

―¡Vete! ―me gritó el ninja de pronto, sin girar el rostro del todo ni dejar de pelear.

Mi corazón pegó un vuelco. Esa voz… se parecía…

―¡Vete! ―bramó más alto, girándose hacia mí a la velocidad de la luz.

Su katana cortó la pequeña rama que sobresalía a un lado del tronco en el que me encontraba, haciendo que me asustara y me despegase del mismo. El ninja no me dio opción a que le viera los ojos, se volvió hacia el encapuchado con rapidez, propinándole otra patada que lo lanzó de espaldas al tiempo que su rival chillaba, y siguió luchando junto a sus cuatro compañeros para cubrir mi escapada. Estos lanzaron algo al suelo en mi dirección y otras cuatro pequeñas bombas detonaron entre estallidos ruidosos, creándose una humareda blanca que hacía las veces de pantalla.

Di unos pasos hacia atrás, dubitativa, pero mi miedo podía más, así que terminé girándome del todo y eché a correr como pude, con gran torpeza, cojeando desesperadamente y respirando a mil por hora». 

MÚSICA: https://www.youtube.com/watch?v=MtU-uHtBJ6M