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jueves, 1 de septiembre de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 78: EL LAGO



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NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").

Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏


CAPITULOS:

PARTE DOS: NUEVA ERA

RENESMEE:

77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html


EL LAGO


―¡Mía! ―reclamó Cheran, pegando un bote altísimo para coger el balón.
―¡Ni hablar! ―le contradijo Jared, brincando a la vez que él.
Los dos quileute chocaron en el aire de forma estrepitosa, aunque el balón terminó en las manos del primero, que lo aferró con fuerza contra su pecho desnudo ―habían terminado quitándose las camisetas, del calor que tenían jugando―, y ambos se estrellaron en el suelo, casi de morros. Menos mal que teníamos una alfombra bien tupida de hierba, y aun así, el terreno retumbó en los traseros de los que nos encontrábamos sentados.
Jared y Cheran no se hicieron daño, por supuesto, pero con el golpe el balón se le escapó al último y terminó rodando unos metros.
―¡Ja, esto es para mí! ―clamó Jake, recogiéndolo para acogerlo en su torso y echar a correr como un poseso.
―Mierda ―masculló Cheran, que solamente le dio tiempo a levantar la cabeza para observar cómo le arrebataban su preciado botín.
―¡Corre, Jake! ―gritó Jared, como si le fuese la vida en ello.
En fin, hombres…
Mi chico galopaba con prisas, perseguido por el resto de sus contrincantes: Shubael, Isaac, Collin y Aaron.
―¡Corre, Jake! ―grité yo.
Bueno, yo también me emocionaba con esto, sobre todo cuando el protagonista de la jugada era mi chico.
Pero el resto consiguió alcanzarle y le pararon los pies, derribándole por detrás. Jacob cayó al suelo, con sus cuatro hermanos sobre sus espaldas. Eso sí, consiguió retener el balón bajo su torso.
―¡Ay! ―se quejó de pronto, profiriendo un fuerte gemido que salió de entre los grandes cuerpos que le cubrían.
Él era muy grande y fuerte y era muy difícil que le pasara algo, pero los otros también lo eran. No me hubiera preocupado si no fuera porque los que se le habían caído encima, igual que si de una montaña se tratase, también eran cuatro quileutes tan fuertes como él.
La sonrisa se me borró de la cara en un santiamén y me puse de pie automáticamente, alertada.
―¡Jake! ―voceé, corriendo hacia él al tiempo que los cuatro quileutes se le quitaban de encima y el resto de sus hermanos se acercaban con prisas para comprobar su estado.
―¡Nessie! ―me llamó, llevándose la mano al hombro mientras se retorcía de los dolores.
No pude evitarlo. Sabía que se curaría pronto, pero verle sufrir, fuera cual fuera la razón, me helaba el corazón.
Me abrí camino entre los altos metamorfos con urgencia y me dejé caer de rodillas, junto a él.
―¡Jake! ―me incliné sobre él y le acaricié la cara con nerviosismo, asustada.
―¡Mi hombro! ¡Creo que me lo he dislocado! ―masculló con el rostro bañado en dolor.
No estaba para nada más, pero creo que el resto que se encontraba en las toallas también llegó a ese sitio para ver a Jake.
―¡Oh, Dios mío! ―exclamó Jennifer, creo que llevándose las manos a la boca con espanto―. ¡Hay que llamar a emergencias!
Sí, se habían acercado.
―Tranquilo, cielo ―intenté calmarle, siguiendo con mi obsesión de acariciar su cara.
Aunque yo estaba histérica. ¿Y ahora qué hacía?
―¡Hay que recolocárselo! ―dijo Jared, que parecía que me hubiera leído el pensamiento―. ¡Si no se curará mal!
―¡Nessie…, colócamelo tú! ―me suplicó Jake, agarrándome de la muñeca a la vez que me imploraba con mis adorados ojos negros.
―¡Vamos, pronto! ―me azuzó Cheran.
―¡Tienes que hacerlo ya! ¡El hueso se le solidificará mal si no actúas ahora! ―siguió Collin.
¡¿Yo?! ¡¿Y si se lo colocaba mal?!
―¡¿Pero, qué decís?! ―criticó Alison, extrañada.
Y encima estas dos no se enteraban de nada.
―¡Nessie…! ―me imploró Jacob otra vez, gimiendo y retorciendo su hermoso rostro.
Calma, Nessie, calma, me dije a mí misma, respirando hondo.
―Vale, cielo…, no… no te preocupes ―acepté con prisas, aunque con algo de miedo todavía―. Te lo coloco ahora. Déjame ver.
Cogí la mano que tenía sobre su hombro rápidamente y se la aparté para poder trabajar sobre el mismo.
―Sí, por favor, doctora Black, colócamelo ―murmuró con una voz pusilánime, y, de repente, su rostro se relajó y desplegó una amplia sonrisa golfa mientras aferraba mi mano, entrelazando sus dedos con los míos.
Los quileute que habían salido a jugar explotaron en carcajadas cómplices y chocaron los puños, los unos con los otros.
―¡Tenías razón, Jake! ¡Se lo ha tragado! ―rio Cheran.
―¡Vaya una doctora! ―se mofó Jared―. ¡Empezamos bien, si te asustas por esto!
―Sois unos idiotas. Menudo susto nos habéis dado ―resopló Leah, dándose la vuelta para volver a su toalla, si bien también se le escapó la risa.
Lo sé porque la oí reírse a mis espaldas. No solo Simon la siguió. El resto volvió a lo suyo, también entre risitas.
―Ya decía yo que decían cosas muy raras ―le murmuró Alison a su hermana.
Mi ceño y mi boca cayeron a la vez, y yo seguía paralizada. Todo había sido una broma bien premeditada, aunque tenía la ligera sospecha de quién había sido el lumbreras que lo había discurrido.
―Eres… eres… ―farfullé, apretando mis labios, si bien no pude evitar que mi comisura se escapase hacia arriba.
Jake se carcajeó y tiró de mi mano para que me cayese sobre él, pero no le dejé. Conseguí sentarme encima suyo y comencé a pelearme con sus manos, que se empeñaban en que las mías no llegasen a su cara, mientras nos reíamos.
―Idiota ―me quejé entre risas, intentando zafarme de sus manos―. Me has dado un susto de muerte.
―¿De veras creías que me iba a dislocar el hombro tan fácilmente? ―se mofó.
―¿Quieres que hagamos la prueba? ―le amenacé en broma, sonriéndole.
―No soy tan blandengue, ¿sabes? ―respondió, correspondiendo mi sonrisa.
Miré hacia atrás para cerciorarme de que las gemelas estaban en sus toallas y me giré hacia él otra vez, siguiendo con nuestra pelea de manos.
―Te recuerdo que un vampiro te podría hacer papilla en tu forma humana ―cuchicheé―. Y esos cuatro lobos equivalen a un vampiro.
Jacob se dio la vuelta, pillándome totalmente por sorpresa, e invirtió nuestra postura. En un instante me vi echada en el suelo, entre sus brazos. Las mariposas ya saltaron, alocadas, y mi corazón metió la quinta.
―¿Tanto te asustaste? ―murmuró, clavándome esa profunda mirada suya al tiempo que me mostraba su sonrisa torcida―. Es decir, ¿en serio pensaste que me había dislocado un hombro?
―Pues sí ―reconocí, admito que mirándole embobada―. Sois muy brutos, y entre vosotros podéis lesionaros. Cualquier día os vais a hacer daño de verdad.
Intenté que mi frase sonase un poco seria, pero tenerle sobre mí, clavándome esos intensos ojazos negros que me hipnotizaban solo con pasar de refilón por los míos, me desconcentraba bastante. Tuve que luchar contra mí misma para no montar una escenita delante de todos nuestros amigos, porque me moría por pegarle a mí y comérmelo.
―Pero para eso tenemos a nuestra futura doctora, ¿no? ―y me mostró una sonrisa burlona.
―Ja, ja, me parto de la risa ―ironicé.
―Era una broma ―se rio con una risilla silenciosa―. Solo queríamos ponerte a prueba, a ver cómo iban tus estudios.
―Qué graciosos ―mascullé. Él se rio de nuevo―. Pues ya ves todo lo que me queda por aprender ―suspiré finalmente.
―Hey, qué va. Lo has hecho muy bien, ¿sabes? ―me animó, ahora hablándome más serio―. Te pusiste un poco nerviosa al principio, es normal, pero enseguida templaste los nervios y ya te ibas a poner a trabajar. Eso ya dice mucho. Serás una doctora genial.
―¿Tú crees? ―le pregunté, mordiéndome el labio.
Su tórrida mano se acercó a mi rostro para acariciarlo y, cómo no, me estremecí.
―Estoy completamente seguro ―afirmó, mirándome con convicción.
Me sonrió y mi boca se la correspondió sin remedio. Luego, mi corazón y mis mariposas saltaron de nuevo cuando Jacob se inclinó más, casi pegando del todo su pecho desnudo a mi torso, acercó su cálido rostro al mío y sus labios quedaron a un centímetro de los míos, que eran acariciados con su abrasador aliento. Entonces ya no pude evitar cerrar los ojos e hiperventilar como una tonta mientras mis manos se iban a su nuca y a su espalda y mi boca ya se alzaba levemente para buscar la suya. Parecía una quinceañera a la que nunca hubieran besado.
―Tengo que confesar que también monté esa broma porque quería dejar de jugar, ya te echaba de menos ―susurró, y ese tórrido aire que exhalaban sus pulmones rozaba mis labios con la excusa de esas palabras. Jadeé sin remedio―. Me moría por besarte ―exhaló de nuevo, por fin pegando sus ardientes labios a los míos.
Esta vez mi estremecimiento fue mucho más intenso y mis coloridos insectos, junto a mi ritmo cardíaco, se aceleraron sin parar.
Si estuviéramos en casa, esto hubiera continuado de otra manera, pero al estar aquí, rodeados de nuestros amigos, tuvimos que cortarnos bastante, así que entrelazamos nuestras bocas una y otra vez, aunque con mesura, controlando en todo momento que la cosa no sobrepasara esa raya imaginaria que separaba un romanticismo y una pasión normales de una locura total, incontrolada e imparable.
Y cómo costaba hacer eso.
Esa energía mágica de siempre bailaba a nuestro alrededor, incitándonos a entregarnos del todo, y su cuerpo caliente me transmitía su ardor por todas partes. Tuve que reprimir a mis manos para que no se movieran del sitio, porque si las dejaba volar con libertad…
―¡Puaj! Siempre igual, ¿es que no os cansáis nunca? ―se burló Isaac.
Jacob dejó mis labios.
―Pírate por ahí ―le contestó con un murmullo, arrancando unas hierbas para tirárselas sin mirarle, ni siquiera despegó su boca de la mía más de tres milímetros.
Y acto seguido volvió a unir sus ardientes labios a los míos para comenzar a besarme de nuevo.
Sí, tuve que reprimirme mucho.

Por la tarde reiniciamos la marcha, eso sí, después de que los chicos se comieran otros tantos bocadillos más y esperásemos para que reposasen un poco la comida.
Seguimos la caminata por la extensa pradera de ese claro y la continuamos por el bosque contiguo que la bordeaba. El camino se volvió angosto e incómodo de nuevo, lleno de ramas que nos impedían caminar bien, y después de varias horas recorriendo el boscaje, salimos a otra pradera desde la que se veía un enorme lago.
Los quileute se carcajearon, contentos por haber llegado, y se echaron a correr en dirección al agua entre risas y aullidos, tirando las mochilas al suelo por el camino.
―Qué locos ―me reí, viendo la escena.
Sin pensárselo dos veces, Jake y el resto de los lobos se metieron en el lago, dando grandes zancadas sobre el agua con sus largas piernas para terminar sumergiéndose del todo. Luego, se pusieron a hacerse aguadillas los unos a los otros. Los únicos que se quedaron en tierra fueron Ryam y Simon.
―Son igual que críos ―suspiró Leah, haciendo negaciones con la cabeza mientras sonreía al verlos.
―Realmente te compadezco ―le dijo Sarah, palmeando su hombro.
Las gemelas soltaron unas risillas. Bueno, al menos parecían estar pasándoselo bien.
―¡Venga, chicas, venid! ―nos instó Canaan, haciéndonos un gesto con la mano―. ¡El agua está muy buena!
―¡Ni hablar! ―rio Eve.
―Bah, vosotras os lo perdéis ―lamentó Shubael.
Mientras Jake y los otros se lo pasaban en grande en el agua, me acerqué a la mochila y la abrí para ir sacando las cosas. Cogí la bolsa de la tienda de campaña, que se posaba en la parte superior de la mochila, y la dejé sobre la hierba. Cuando me puse a sacar la lona de la tienda para extenderla en el suelo, las demás me imitaron.
―Espera, te ayudo ―se ofreció Jake, saliendo del agua a toda prisa con esas grandes zancadas.
Llegó a la orilla en dos segundos y se plantó junto a mí en uno. El resto de los chicos también se fijó en que estábamos montando las tiendas y fueron dejando el agua en estampida.
Me fijé en mi chico, cómo no. El agua le chorreaba de todas partes. De su corto pelo, de su camiseta, de los pantalones, incluso de las deportivas blancas. La prenda que cubría su torso se le pegaba con ganas…
―Ahora estás empapado ―sonreí, acercándome a él para pasar mis dedos por su cabello.
―Nah, no importa ―minimizó, sonriéndome embobado.
Le encantaba que mis dedos pasasen a través de su pelo.
―Será mejor que te quites esa ropa enseguida ―le aconsejé, retirando mi mano de su cabeza para que reaccionase―. Si montamos la tienda rápido, podrás cambiarte.
―Sí, mamá ―se burló.
Le di un pequeño empujón en la cara con mi mano para ladearla en broma.
―Idiota ―reí.
Se carcajeó un poco y se quitó la camiseta. Mis ojos no podían evitarlo, trabajaban por cuenta propia, y se fueron solos hacia su impresionante pecho desnudo para repasarlo bien. Daba igual cuántas veces lo vieran, jamás se cansaban de mirarlo y mirarlo. Con el resto de su cuerpo pasaba lo mismo, pero como ahora solo tenía a la vista su torso…
Jake se dio cuenta y alzó un lado de su labio para sonreírme con esa sonrisa torcida que me volvía loca. Noté cómo la sangre invadía la zona de mis mejillas sin que yo pudiese hacer nada para remediarlo y él sonrió más.
Carraspeé.
―Ayúdame a montar esto, anda ―le pedí, agachándome para acceder a la tienda de campaña.
―Voy.
Mi chico escurrió la camiseta, se quitó las deportivas con los mismos pies y extendió la prenda en la hierba, junto al calzado, para que fuese secando.
Se acuclilló a mi lado y abrió unas cremalleras laterales que se dibujaban a ambos lados de la lona azul. Después, y con un sencillo gesto, tiró de los dos cordones negros que salían por ambas aberturas, me apartó hacia atrás con su brazo y la tienda despegó hacia arriba, montándose sola.
Voalá ―me miró, sonriéndome.
―Oh ―musité, observando la tienda, sorprendida.
―Qué rápido, ¿eh?
―Creía que era de esas que se tardan en montar una hora ―reí, mirándole a él.
―Agradéceselo a Emmett, fue él quien nos la regaló, ¿recuerdas?
―Ah, sí ―recordé.
Nos hacían tantos regalos por nuestros cumpleaños y por Navidad, que a veces ya se me olvidaban las cosas que nos regalaban.
―Ahora solo hay que asegurarla en el terreno ―declaró, sacando una bolsita de la propia bolsa en la que iba guardada la tienda.
La abrió y vi cómo sacaba unos clavos grandes de metal y una especie de martillo. Mientras él afianzaba la tienda al suelo, los demás seguían montando sus viejas tiendas. Incluso nos dio tiempo a entrar, colocar los sacos y a que él se cambiase de ropa.
Cuando todos terminamos la tarea, esa parte del prado quedó adornada con un puñado de tiendas de campaña de varios colores y formas que se distribuían en círculo, quedando las entradas en el interior del mismo.
―¡Ya está! ―exhaló Seth, dejándose caer sobre la hierba.
―Ten cuidado ―le regañó Brenda―. Todavía estás mojado, se te va a pegar toda la porquería a la ropa, y el verde de la hierba se quita fatal.
―Sí, sí ―accedió él, pegando un bote para levantarse.
Desde que vivían juntos, en La Push, Brenda estaba muy pendiente de esas cosas. Se ve que Seth no tenía mucho tiempo para las tareas domésticas y que era ella la que tiraba de ese carro.
La noche ya se estaba cerniendo sobre nosotros y se levantó una ligera brisa que no era fría, pero sí lo bastante fresca como para que a las féminas nos diese un respigón.
―Será mejor que hagamos una hoguera ―se percató Aaron, que ya estaba frotándole los brazos a Sarah―. Dentro de nada hará más frío.
―¿Quieres que te ayude a calentarte? ―le preguntó Shubael a Alison, mostrándole una sonrisita.
―¿Cómo? ―pestañeó esta, un tanto atónita.
―Me refiero a frotarte los brazos y eso ―le aclaró él, haciendo el gesto con las manos.
―Yo también puedo hacértelo ―se unió Isaac, diciéndoselo a Jennifer―. Es decir, frotarte los brazos ―se apresuró a aclarar.
Las dos gemelas se miraron.
―No, gracias ―contestaron las dos a la vez, dirigiendo sendas miradas a los dos quileutes.
Y acto seguido soltaron unas risitas tontas que hicieron que los dos metamorfos también sonrieran con satisfacción.
―Vosotros no paráis nunca, ¿verdad? ―suspiró Sarah, poniendo los ojos en blanco.
―Bueno, voy a buscar unos leños para hacer la pira ―dijo Jake, empezando a caminar hacia los árboles.
―Voy contigo ―le acompañé, agarrándome de su mano en cuanto llegué a él.
―Yo también voy ―nos siguió Ryam.
―Espérame ―le pidió Helen, poniéndose a su lado.
―No hace falta que vengas ―le resopló Jake a Ryam―. Nosotros dos podemos de sobra.
―¿Qué pasa? ¿Es que queréis estar solitos? ―se mofó este con cierto retintín.
―Imbécil ―farfulló Jacob―. Solo vamos a coger leños, ¿vale? ¿Te queda claro? ―el tono sarcástico de mi chico se fue incrementando.
―A mí como si coges el bosque entero ―masculló Ryam, mirando a otro lado.
Helen y yo suspiramos a la vez.
―En fin, con cuatro que vayan a buscar leños ya son bastantes ―afirmó Seth, sentándose en la hierba.
―¡Seth! ―escuché que le regañaba Brenda.
Y por el rabillo del ojo vi cómo él pegaba otro brinco para levantarse. Solté una risilla y seguí caminando, junto a Jake, Ryam y Helen.
Nos adentramos un poco entre los árboles y Ryam tiró hacia la derecha, haciendo que Helen se fuera detrás de él, algo dubitativa.
Mi chico se paró y yo lo hice con él.
―¿Adónde vas? ―quiso saber Jake, frunciendo el ceño, extrañado.
Ryam se detuvo y se giró para mirarle. Helen se paró a su lado.
―Por aquí hay más leños ―le contestó él, señalando la zona con la mano.
―¿Qué dices? ―cuestionó mi chico―. Hay más por aquí, los he visto de la que veníamos.
―No, hay más por aquí ―rebatió Ryam, dándose la vuelta para comenzar a caminar hacia esa zona.
Jake resolló por la nariz.
―Bueno, pues haz lo que te dé la gana ―gruñó, y se giró hacia el otro lado, tirando de mí―. Nosotros vamos por aquí.
―Pues muy bien ―terminó Ryam, acompañado por Helen, que no sabía hacia dónde tirar al principio pero que acabó por irse con él.
―Pues vale ―concluyó Jacob sin dejar de caminar.
―Sois como críos ―protesté, andando con Jacob.
―Estúpido. Siempre a su bola ―volvió a farfullar.
Con el cabreo, Jake llevó sus pasos con más presteza y nuestra búsqueda se internó un poco más en ese bosque que ya era casi oscuro del todo, aunque tampoco nos alejamos tanto, por eso opté por no decirle nada y dejarle tranquilo. Al cabo de unos minutos, mi Jacob volvía a ser el Jacob cariñoso y alegre de siempre.
―Creo que aquí habrá leños, ¿no crees? ―le sonreí al ver que su rostro ya estaba relajado.
Jacob se paró, observando a su alrededor, y yo me detuve con él.
―Sí, creo que sí ―se rio, mirándome con esos ojazos negros.
Me acerqué a él y le di un beso corto en los labios.
―Pues será mejor que nos pongamos a ello ya. Antes de que oscurezca más ―sugerí.
―Sí ―sonrió, rascándose la nuca al tiempo que repasaba el terreno con la vista para ver por dónde empezaba.
Fui la primera que me agaché para comenzar a coger leños, pero él no tardó nada en seguirme. Mis brazos pronto se llenaron de palos grandes, sin embargo, los suyos abarcaron más cantidad y todavía tenían sitio de sobra.
Nos miramos al darnos cuenta de eso y nos reímos, aunque Jake enseguida se puso a gastarme bromas, intentando colarme más palos a mí.
―¡No, Jake! ―me reí―. ¡Se me van a caer todos!
―Solo un par de ellos más ―siguió bromeando, extendiendo la mano, que llevaba otro leño.
―¡No! ―protesté entre risas, apartando mis brazos.
De repente, en medio de nuestras carcajadas, se escuchó el crujido de una rama, de una rama enorme que colgaba de algún árbol.
Ambos nos alzamos con precipitación, en estado de alerta.
―¿Qué ha sido eso? ―musité, vigilando las alturas.
―No tengo ni idea ―murmuró él, apretando los dientes y los leños que albergaban sus brazos mientras sus ojos también escudriñaban las copas arbóreas.
Y, de pronto, la fresca brisa trajo consigo un fuerte olor a amoniaco que me dejó completamente paralizada y helada.

8 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^

    No os preocupéis, que yo ando por aquí y leo todos vuestros comentarios ;) Es que estos días estoy bastante ocupada en el trabajo, por eso no he podido contestar =(
    Pues sí, aquí somos todos amigos y somos una familia ya!! Ya somos como una manada!! xDD

    Bueno, espero que os guste el capitulo ;)
    MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR AHI, YA SABÉIS QUE ME HACÉIS MUUUUUY FELIZ =º)

    Lametones para todos!!!

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  2. Upss creo que algo arruinara su acampada. Tan divertido que estaban pasandola.
    Me encanto el capitulo y me disculpo por no haber comentado pero aun me duelen las piernas por el azoton que me puse y si camino mucho me duelen mas y ademas no tengo compu y tardare un poco en conseguir otra. Pero aquí estare siempre que me sea posible saludos y un abrazo estilo Emmet =)
    Kiara
    P. D. Que buena imagen como todas las anteriores la de hoy esta Wow

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  3. uf.. que habrá pasado??Sguro que algo con Ryam y Helen :D
    Que es de Quil y Claire en tu historia?

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  4. aSHHHHH QUE HORROR..... no les dejan tener un momento agradable y divertido ......pero ya quiero ver quien es ...por que ese olor mmmmm...quien sera...

    saludos para todos ....ustedes amigos a la distancia.....

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  5. hola jacobynessie..me re encanto el capi...parece que la tranquilidad termino...gracias...por esta historia...me re anima...mas que estoy pasando un re bajon...me siento triste...viste cuando te agarran esos dias asi.re mal..pero tu historia es como un oasis...me re alienta...la trama...y todo el interes y el empeño que le pones a tu historia...me ayuda...gracias... una pregunta....nessie..cuando olia a amoniaco era por que era un licantropo no????y el sabado el siguiente salu2 ....
    salu2 a todos las chicas. que como yo leen esta gran historia..que son como mi familia ala distancia....

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  6. Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^

    Me alegro de que os gustase el capi!!!

    Andres: ains, mi niño, no estés triste =( Todos pasamos por baches en la vida, pero se pasan, ya lo verás. Hay que mirar hacia adelante con optimismo!!! Pero me alegra un montón que mi historia sirva para animar a la gente, no te imaginas lo feliz que me hace =) Es por vosotros que mis horas de trabajo merecen la pena ;) Muchas gracias por leerme, de verdad =)

    Kelly: para cuando puedas ver esto: en nombre de todos, te mando muchos ánimos desde aquí. Desgraciadamente, no tengo palabras que te pueda decir, admito que yo nunca he pasado por nada parecido, así que supongo que todo lo que te diga servirá de poco, pero aún así, te envío mis ánimos y toda la fuerza del mundo, para ti y para tu hermana. Ya os considero mis amigas, como a todos. Sólo puedo decir: luchad, luchad, y luchad, no os rindáis jamás. A veces, la mente y el estado de ánimo juega un papel muy importante en estas cosas, así que ÁNIMOOOOOO!!!! Yo también tengo una hermana, ¿lo sabías? ^^ Se llama Lucía, y es un año y medio menor que yo. Nos llevamos muy bien y, prácticamente, es como si fuéramos gemelas, incluso la gente nos confunde con mellizas muchas veces xD A ella le dediqué el primer libro: "Despertar" ^^ Oye, no sé si te lo envié, pero si lo quieres, dímelo y te lo envío a tu correo, ¿vale? Así se lo puedes leer a Cathy de vez en cuando, si le apetece ^^ Bueno, ya me dices, ¿ok?


    Bueno, chicos, que ya somos amigos, y que no quiero ver a nadie tristón, ¿vale? La vida es demasiado maravillosa como para pasarla triste, así que ARRIBA!!!

    Y muchos lametones para todos!!!!

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  7. Hola JACOB&NESSIE ;tan bien que se la estaban pasando con un poco de tranquilidad los chicos, vamos a ver quien es quien esta al acecho ? aunque creo que me doy una idea por el olor a amoniaco ,quien puede estar detras de esto???....nah????...bueno, como siempre buenisimo ,..... espero que tengas un fin de semana tranquilo muchos saludos
    gracias
    elsa

    Kiara; espero que te cuides y que te repongas de tu caida, y estoy muy de acuerdo contigo la imagen de hoy esta muuuuuy bien

    Andres; mucho animo amigo (si me permites llamarte asi) ,vas a ver que por lo que estes triste ahora , pasara, ....recuerda que tienes amigos que te queremos y que te deceamos lo mejor siempre asi que como dice tamara ANIMO!!!! un abrazo

    Saludos a todos amigos
    elsa

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  8. Aaah! Un poquito de suspenso. Igual tranqi.. Ya me imagino qien puede ser..
    Con la sola imagen del capitulo se merece un 10 xD

    Sol*

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