NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").
Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏
CAPITULOS:
PARTE DOS: NUEVA ERA
RENESMEE:
77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
EL LAGO
―¡Mía! ―reclamó Cheran,
pegando un bote altísimo para coger el balón.
―¡Ni hablar! ―le contradijo
Jared, brincando a la vez que él.
Los dos quileute chocaron
en el aire de forma estrepitosa, aunque el balón terminó en las manos del
primero, que lo aferró con fuerza contra su pecho desnudo ―habían terminado
quitándose las camisetas, del calor que tenían jugando―, y ambos se estrellaron
en el suelo, casi de morros. Menos mal que teníamos una alfombra bien tupida de
hierba, y aun así, el terreno retumbó en los traseros de los que nos
encontrábamos sentados.
Jared y Cheran no se
hicieron daño, por supuesto, pero con el golpe el balón se le escapó al último
y terminó rodando unos metros.
―¡Ja, esto es para mí!
―clamó Jake, recogiéndolo para acogerlo en su torso y echar a correr como un
poseso.
―Mierda ―masculló Cheran,
que solamente le dio tiempo a levantar la cabeza para observar cómo le
arrebataban su preciado botín.
―¡Corre, Jake! ―gritó
Jared, como si le fuese la vida en ello.
En fin, hombres…
Mi chico galopaba con
prisas, perseguido por el resto de sus contrincantes: Shubael, Isaac, Collin y
Aaron.
―¡Corre, Jake! ―grité yo.
Bueno, yo también me
emocionaba con esto, sobre todo cuando el protagonista de la jugada era mi
chico.
Pero el resto consiguió
alcanzarle y le pararon los pies, derribándole por detrás. Jacob cayó al suelo,
con sus cuatro hermanos sobre sus espaldas. Eso sí, consiguió retener el balón
bajo su torso.
―¡Ay! ―se quejó de pronto,
profiriendo un fuerte gemido que salió de entre los grandes cuerpos que le
cubrían.
Él era muy grande y fuerte
y era muy difícil que le pasara algo, pero los otros también lo eran. No me
hubiera preocupado si no fuera porque los que se le habían caído encima, igual
que si de una montaña se tratase, también eran cuatro quileutes tan fuertes
como él.
La sonrisa se me borró de
la cara en un santiamén y me puse de pie automáticamente, alertada.
―¡Jake! ―voceé, corriendo
hacia él al tiempo que los cuatro quileutes se le quitaban de encima y el resto
de sus hermanos se acercaban con prisas para comprobar su estado.
―¡Nessie! ―me llamó,
llevándose la mano al hombro mientras se retorcía de los dolores.
No pude evitarlo. Sabía que
se curaría pronto, pero verle sufrir, fuera cual fuera la razón, me helaba el
corazón.
Me abrí camino entre los
altos metamorfos con urgencia y me dejé caer de rodillas, junto a él.
―¡Jake! ―me incliné sobre
él y le acaricié la cara con nerviosismo, asustada.
―¡Mi hombro! ¡Creo que me
lo he dislocado! ―masculló con el rostro bañado en dolor.
No estaba para nada más,
pero creo que el resto que se encontraba en las toallas también llegó a ese
sitio para ver a Jake.
―¡Oh, Dios mío! ―exclamó
Jennifer, creo que llevándose las manos a la boca con espanto―. ¡Hay que llamar
a emergencias!
Sí, se habían acercado.
―Tranquilo, cielo ―intenté
calmarle, siguiendo con mi obsesión de acariciar su cara.
Aunque yo estaba histérica.
¿Y ahora qué hacía?
―¡Hay que recolocárselo!
―dijo Jared, que parecía que me hubiera leído el pensamiento―. ¡Si no se curará
mal!
―¡Nessie…, colócamelo tú!
―me suplicó Jake, agarrándome de la muñeca a la vez que me imploraba con mis
adorados ojos negros.
―¡Vamos, pronto! ―me azuzó
Cheran.
―¡Tienes que hacerlo ya!
¡El hueso se le solidificará mal si no actúas ahora! ―siguió Collin.
¡¿Yo?! ¡¿Y si se lo
colocaba mal?!
―¡¿Pero, qué decís?!
―criticó Alison, extrañada.
Y encima estas dos no se
enteraban de nada.
―¡Nessie…! ―me imploró
Jacob otra vez, gimiendo y retorciendo su hermoso rostro.
Calma, Nessie, calma, me dije a mí misma, respirando hondo.
―Vale, cielo…, no… no te
preocupes ―acepté con prisas, aunque con algo de miedo todavía―. Te lo coloco
ahora. Déjame ver.
Cogí la mano que tenía
sobre su hombro rápidamente y se la aparté para poder trabajar sobre el mismo.
―Sí, por favor, doctora
Black, colócamelo ―murmuró con una voz pusilánime, y, de repente, su rostro se
relajó y desplegó una amplia sonrisa golfa mientras aferraba mi mano,
entrelazando sus dedos con los míos.
Los quileute que habían
salido a jugar explotaron en carcajadas cómplices y chocaron los puños, los
unos con los otros.
―¡Tenías razón, Jake! ¡Se
lo ha tragado! ―rio Cheran.
―¡Vaya una doctora! ―se
mofó Jared―. ¡Empezamos bien, si te asustas por esto!
―Sois unos idiotas. Menudo
susto nos habéis dado ―resopló Leah, dándose la vuelta para volver a su toalla,
si bien también se le escapó la risa.
Lo sé porque la oí reírse a
mis espaldas. No solo Simon la siguió. El resto volvió a lo suyo, también entre
risitas.
―Ya decía yo que decían
cosas muy raras ―le murmuró Alison a su hermana.
Mi ceño y mi boca cayeron a
la vez, y yo seguía paralizada. Todo había sido una broma bien premeditada,
aunque tenía la ligera sospecha de quién había sido el lumbreras que lo
había discurrido.
―Eres… eres… ―farfullé,
apretando mis labios, si bien no pude evitar que mi comisura se escapase hacia
arriba.
Jake se carcajeó y tiró de
mi mano para que me cayese sobre él, pero no le dejé. Conseguí sentarme encima suyo
y comencé a pelearme con sus manos, que se empeñaban en que las mías no
llegasen a su cara, mientras nos reíamos.
―Idiota ―me quejé entre
risas, intentando zafarme de sus manos―. Me has dado un susto de muerte.
―¿De veras creías que me
iba a dislocar el hombro tan fácilmente? ―se mofó.
―¿Quieres que hagamos la
prueba? ―le amenacé en broma, sonriéndole.
―No soy tan blandengue,
¿sabes? ―respondió, correspondiendo mi sonrisa.
Miré hacia atrás para
cerciorarme de que las gemelas estaban en sus toallas y me giré hacia él otra
vez, siguiendo con nuestra pelea de manos.
―Te recuerdo que un vampiro
te podría hacer papilla en tu forma humana ―cuchicheé―. Y esos cuatro lobos
equivalen a un vampiro.
Jacob se dio la vuelta,
pillándome totalmente por sorpresa, e invirtió nuestra postura. En un instante
me vi echada en el suelo, entre sus brazos. Las mariposas ya saltaron, alocadas,
y mi corazón metió la quinta.
―¿Tanto te asustaste?
―murmuró, clavándome esa profunda mirada suya al tiempo que me mostraba su
sonrisa torcida―. Es decir, ¿en serio pensaste que me había dislocado un
hombro?
―Pues sí ―reconocí, admito
que mirándole embobada―. Sois muy brutos, y entre vosotros podéis lesionaros.
Cualquier día os vais a hacer daño de verdad.
Intenté que mi frase sonase
un poco seria, pero tenerle sobre mí, clavándome esos intensos ojazos negros
que me hipnotizaban solo con pasar de refilón por los míos, me desconcentraba
bastante. Tuve que luchar contra mí misma para no montar una escenita delante
de todos nuestros amigos, porque me moría por pegarle a mí y comérmelo.
―Pero para eso tenemos a
nuestra futura doctora, ¿no? ―y me mostró una sonrisa burlona.
―Ja, ja, me parto de la
risa ―ironicé.
―Era una broma ―se rio con
una risilla silenciosa―. Solo queríamos ponerte a prueba, a ver cómo iban tus
estudios.
―Qué graciosos ―mascullé.
Él se rio de nuevo―. Pues ya ves todo lo que me queda por aprender ―suspiré
finalmente.
―Hey, qué va. Lo has hecho
muy bien, ¿sabes? ―me animó, ahora hablándome más serio―. Te pusiste un poco
nerviosa al principio, es normal, pero enseguida templaste los nervios y ya te
ibas a poner a trabajar. Eso ya dice mucho. Serás una doctora genial.
―¿Tú crees? ―le pregunté,
mordiéndome el labio.
Su tórrida mano se acercó a
mi rostro para acariciarlo y, cómo no, me estremecí.
―Estoy completamente seguro
―afirmó, mirándome con convicción.
Me sonrió y mi boca se la
correspondió sin remedio. Luego, mi corazón y mis mariposas saltaron de nuevo
cuando Jacob se inclinó más, casi pegando del todo su pecho desnudo a mi torso,
acercó su cálido rostro al mío y sus labios quedaron a un centímetro de los
míos, que eran acariciados con su abrasador aliento. Entonces ya no pude evitar
cerrar los ojos e hiperventilar como una tonta mientras mis manos se iban a su
nuca y a su espalda y mi boca ya se alzaba levemente para buscar la suya.
Parecía una quinceañera a la que nunca hubieran besado.
―Tengo que confesar que
también monté esa broma porque quería dejar de jugar, ya te echaba de menos
―susurró, y ese tórrido aire que exhalaban sus pulmones rozaba mis labios con
la excusa de esas palabras. Jadeé sin remedio―. Me moría por besarte ―exhaló de
nuevo, por fin pegando sus ardientes labios a los míos.
Esta vez mi estremecimiento
fue mucho más intenso y mis coloridos insectos, junto a mi ritmo cardíaco, se
aceleraron sin parar.
Si estuviéramos en casa,
esto hubiera continuado de otra manera, pero al estar aquí, rodeados de
nuestros amigos, tuvimos que cortarnos bastante, así que entrelazamos nuestras
bocas una y otra vez, aunque con mesura, controlando en todo momento que la
cosa no sobrepasara esa raya imaginaria que separaba un romanticismo y una
pasión normales de una locura total, incontrolada e imparable.
Y cómo costaba hacer eso.
Esa energía mágica de siempre
bailaba a nuestro alrededor, incitándonos a entregarnos del todo, y su cuerpo
caliente me transmitía su ardor por todas partes. Tuve que reprimir a mis manos
para que no se movieran del sitio, porque si las dejaba volar con libertad…
―¡Puaj! Siempre igual, ¿es
que no os cansáis nunca? ―se burló Isaac.
Jacob dejó mis labios.
―Pírate por ahí ―le
contestó con un murmullo, arrancando unas hierbas para tirárselas sin mirarle,
ni siquiera despegó su boca de la mía más de tres milímetros.
Y acto seguido volvió a
unir sus ardientes labios a los míos para comenzar a besarme de nuevo.
Sí, tuve que reprimirme
mucho.
Por la tarde reiniciamos la
marcha, eso sí, después de que los chicos se comieran otros tantos bocadillos
más y esperásemos para que reposasen un poco la comida.
Seguimos la caminata por la
extensa pradera de ese claro y la continuamos por el bosque contiguo que la
bordeaba. El camino se volvió angosto e incómodo de nuevo, lleno de ramas que
nos impedían caminar bien, y después de varias horas recorriendo el boscaje,
salimos a otra pradera desde la que se veía un enorme lago.
Los quileute se carcajearon,
contentos por haber llegado, y se echaron a correr en dirección al agua entre
risas y aullidos, tirando las mochilas al suelo por el camino.
―Qué locos ―me reí, viendo
la escena.
Sin pensárselo dos veces,
Jake y el resto de los lobos se metieron en el lago, dando grandes zancadas
sobre el agua con sus largas piernas para terminar sumergiéndose del todo.
Luego, se pusieron a hacerse aguadillas los unos a los otros. Los únicos que se
quedaron en tierra fueron Ryam y Simon.
―Son igual que críos
―suspiró Leah, haciendo negaciones con la cabeza mientras sonreía al verlos.
―Realmente te compadezco
―le dijo Sarah, palmeando su hombro.
Las gemelas soltaron unas
risillas. Bueno, al menos parecían estar pasándoselo bien.
―¡Venga, chicas, venid!
―nos instó Canaan, haciéndonos un gesto con la mano―. ¡El agua está muy buena!
―¡Ni hablar! ―rio Eve.
―Bah, vosotras os lo
perdéis ―lamentó Shubael.
Mientras Jake y los otros
se lo pasaban en grande en el agua, me acerqué a la mochila y la abrí para ir
sacando las cosas. Cogí la bolsa de la tienda de campaña, que se posaba en la
parte superior de la mochila, y la dejé sobre la hierba. Cuando me puse a sacar
la lona de la tienda para extenderla en el suelo, las demás me imitaron.
―Espera, te ayudo ―se
ofreció Jake, saliendo del agua a toda prisa con esas grandes zancadas.
Llegó a la orilla en dos
segundos y se plantó junto a mí en uno. El resto de los chicos también se fijó
en que estábamos montando las tiendas y fueron dejando el agua en estampida.
Me fijé en mi chico, cómo
no. El agua le chorreaba de todas partes. De su corto pelo, de su camiseta, de
los pantalones, incluso de las deportivas blancas. La prenda que cubría su
torso se le pegaba con ganas…
―Ahora estás empapado
―sonreí, acercándome a él para pasar mis dedos por su cabello.
―Nah, no importa ―minimizó,
sonriéndome embobado.
Le encantaba que mis dedos
pasasen a través de su pelo.
―Será mejor que te quites
esa ropa enseguida ―le aconsejé, retirando mi mano de su cabeza para que
reaccionase―. Si montamos la tienda rápido, podrás cambiarte.
―Sí, mamá ―se burló.
Le di un pequeño empujón en
la cara con mi mano para ladearla en broma.
―Idiota ―reí.
Se carcajeó un poco y se
quitó la camiseta. Mis ojos no podían evitarlo, trabajaban por cuenta propia, y
se fueron solos hacia su impresionante pecho desnudo para repasarlo bien. Daba
igual cuántas veces lo vieran, jamás se cansaban de mirarlo y mirarlo. Con el
resto de su cuerpo pasaba lo mismo, pero como ahora solo tenía a la vista su
torso…
Jake se dio cuenta y alzó
un lado de su labio para sonreírme con esa sonrisa torcida que me volvía loca.
Noté cómo la sangre invadía la zona de mis mejillas sin que yo pudiese hacer
nada para remediarlo y él sonrió más.
Carraspeé.
―Ayúdame a montar esto,
anda ―le pedí, agachándome para acceder a la tienda de campaña.
―Voy.
Mi chico escurrió la
camiseta, se quitó las deportivas con los mismos pies y extendió la prenda en
la hierba, junto al calzado, para que fuese secando.
Se acuclilló a mi lado y
abrió unas cremalleras laterales que se dibujaban a ambos lados de la lona
azul. Después, y con un sencillo gesto, tiró de los dos cordones negros que
salían por ambas aberturas, me apartó hacia atrás con su brazo y la tienda
despegó hacia arriba, montándose sola.
―Voalá ―me miró,
sonriéndome.
―Oh ―musité, observando la
tienda, sorprendida.
―Qué rápido, ¿eh?
―Creía que era de esas que
se tardan en montar una hora ―reí, mirándole a él.
―Agradéceselo a Emmett, fue
él quien nos la regaló, ¿recuerdas?
―Ah, sí ―recordé.
Nos hacían tantos regalos
por nuestros cumpleaños y por Navidad, que a veces ya se me olvidaban las cosas
que nos regalaban.
―Ahora solo hay que
asegurarla en el terreno ―declaró, sacando una bolsita de la propia bolsa en la
que iba guardada la tienda.
La abrió y vi cómo sacaba
unos clavos grandes de metal y una especie de martillo. Mientras él afianzaba
la tienda al suelo, los demás seguían montando sus viejas tiendas. Incluso nos
dio tiempo a entrar, colocar los sacos y a que él se cambiase de ropa.
Cuando todos terminamos la
tarea, esa parte del prado quedó adornada con un puñado de tiendas de campaña
de varios colores y formas que se distribuían en círculo, quedando las entradas
en el interior del mismo.
―¡Ya está! ―exhaló Seth,
dejándose caer sobre la hierba.
―Ten cuidado ―le regañó
Brenda―. Todavía estás mojado, se te va a pegar toda la porquería a la ropa, y
el verde de la hierba se quita fatal.
―Sí, sí ―accedió él,
pegando un bote para levantarse.
Desde que vivían juntos, en
La Push, Brenda estaba muy pendiente de esas cosas. Se ve que Seth no tenía
mucho tiempo para las tareas domésticas y que era ella la que tiraba de ese
carro.
La noche ya se estaba
cerniendo sobre nosotros y se levantó una ligera brisa que no era fría, pero sí
lo bastante fresca como para que a las féminas nos diese un respigón.
―Será mejor que hagamos una
hoguera ―se percató Aaron, que ya estaba frotándole los brazos a Sarah―. Dentro
de nada hará más frío.
―¿Quieres que te ayude a
calentarte? ―le preguntó Shubael a Alison, mostrándole una sonrisita.
―¿Cómo? ―pestañeó esta, un
tanto atónita.
―Me refiero a frotarte los
brazos y eso ―le aclaró él, haciendo el gesto con las manos.
―Yo también puedo hacértelo
―se unió Isaac, diciéndoselo a Jennifer―. Es decir, frotarte los brazos ―se
apresuró a aclarar.
Las dos gemelas se miraron.
―No, gracias ―contestaron
las dos a la vez, dirigiendo sendas miradas a los dos quileutes.
Y acto seguido soltaron
unas risitas tontas que hicieron que los dos metamorfos también sonrieran con
satisfacción.
―Vosotros no paráis nunca,
¿verdad? ―suspiró Sarah, poniendo los ojos en blanco.
―Bueno, voy a buscar unos
leños para hacer la pira ―dijo Jake, empezando a caminar hacia los árboles.
―Voy contigo ―le acompañé,
agarrándome de su mano en cuanto llegué a él.
―Yo también voy ―nos siguió
Ryam.
―Espérame ―le pidió Helen,
poniéndose a su lado.
―No hace falta que vengas
―le resopló Jake a Ryam―. Nosotros dos podemos de sobra.
―¿Qué pasa? ¿Es que queréis
estar solitos? ―se mofó este con cierto retintín.
―Imbécil ―farfulló Jacob―. Solo
vamos a coger leños, ¿vale? ¿Te queda claro? ―el tono sarcástico de mi chico se
fue incrementando.
―A mí como si coges el
bosque entero ―masculló Ryam, mirando a otro lado.
Helen y yo suspiramos a la
vez.
―En fin, con cuatro que
vayan a buscar leños ya son bastantes ―afirmó Seth, sentándose en la hierba.
―¡Seth! ―escuché que le
regañaba Brenda.
Y por el rabillo del ojo vi
cómo él pegaba otro brinco para levantarse. Solté una risilla y seguí
caminando, junto a Jake, Ryam y Helen.
Nos adentramos un poco
entre los árboles y Ryam tiró hacia la derecha, haciendo que Helen se fuera
detrás de él, algo dubitativa.
Mi chico se paró y yo lo
hice con él.
―¿Adónde vas? ―quiso saber
Jake, frunciendo el ceño, extrañado.
Ryam se detuvo y se giró
para mirarle. Helen se paró a su lado.
―Por aquí hay más leños ―le
contestó él, señalando la zona con la mano.
―¿Qué dices? ―cuestionó mi
chico―. Hay más por aquí, los he visto de la que veníamos.
―No, hay más por aquí
―rebatió Ryam, dándose la vuelta para comenzar a caminar hacia esa zona.
Jake resolló por la nariz.
―Bueno, pues haz lo que te
dé la gana ―gruñó, y se giró hacia el otro lado, tirando de mí―. Nosotros vamos
por aquí.
―Pues muy bien ―terminó
Ryam, acompañado por Helen, que no sabía hacia dónde tirar al principio pero
que acabó por irse con él.
―Pues vale ―concluyó Jacob
sin dejar de caminar.
―Sois como críos ―protesté,
andando con Jacob.
―Estúpido. Siempre a su
bola ―volvió a farfullar.
Con el cabreo, Jake llevó
sus pasos con más presteza y nuestra búsqueda se internó un poco más en ese
bosque que ya era casi oscuro del todo, aunque tampoco nos alejamos tanto, por
eso opté por no decirle nada y dejarle tranquilo. Al cabo de unos minutos, mi
Jacob volvía a ser el Jacob cariñoso y alegre de siempre.
―Creo que aquí habrá leños,
¿no crees? ―le sonreí al ver que su rostro ya estaba relajado.
Jacob se paró, observando a
su alrededor, y yo me detuve con él.
―Sí, creo que sí ―se rio,
mirándome con esos ojazos negros.
Me acerqué a él y le di un
beso corto en los labios.
―Pues será mejor que nos
pongamos a ello ya. Antes de que oscurezca más ―sugerí.
―Sí ―sonrió, rascándose la
nuca al tiempo que repasaba el terreno con la vista para ver por dónde
empezaba.
Fui la primera que me
agaché para comenzar a coger leños, pero él no tardó nada en seguirme. Mis
brazos pronto se llenaron de palos grandes, sin embargo, los suyos abarcaron
más cantidad y todavía tenían sitio de sobra.
Nos miramos al darnos
cuenta de eso y nos reímos, aunque Jake enseguida se puso a gastarme bromas,
intentando colarme más palos a mí.
―¡No, Jake! ―me reí―. ¡Se
me van a caer todos!
―Solo un par de ellos más
―siguió bromeando, extendiendo la mano, que llevaba otro leño.
―¡No! ―protesté entre
risas, apartando mis brazos.
De repente, en medio de
nuestras carcajadas, se escuchó el crujido de una rama, de una rama enorme que
colgaba de algún árbol.
Ambos nos alzamos con
precipitación, en estado de alerta.
―¿Qué ha sido eso? ―musité,
vigilando las alturas.
―No tengo ni idea ―murmuró
él, apretando los dientes y los leños que albergaban sus brazos mientras sus
ojos también escudriñaban las copas arbóreas.
Y, de pronto, la fresca
brisa trajo consigo un fuerte olor a amoniaco que me dejó completamente
paralizada y helada.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarNo os preocupéis, que yo ando por aquí y leo todos vuestros comentarios ;) Es que estos días estoy bastante ocupada en el trabajo, por eso no he podido contestar =(
Pues sí, aquí somos todos amigos y somos una familia ya!! Ya somos como una manada!! xDD
Bueno, espero que os guste el capitulo ;)
MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR AHI, YA SABÉIS QUE ME HACÉIS MUUUUUY FELIZ =º)
Lametones para todos!!!
Upss creo que algo arruinara su acampada. Tan divertido que estaban pasandola.
ResponderEliminarMe encanto el capitulo y me disculpo por no haber comentado pero aun me duelen las piernas por el azoton que me puse y si camino mucho me duelen mas y ademas no tengo compu y tardare un poco en conseguir otra. Pero aquí estare siempre que me sea posible saludos y un abrazo estilo Emmet =)
Kiara
P. D. Que buena imagen como todas las anteriores la de hoy esta Wow
uf.. que habrá pasado??Sguro que algo con Ryam y Helen :D
ResponderEliminarQue es de Quil y Claire en tu historia?
aSHHHHH QUE HORROR..... no les dejan tener un momento agradable y divertido ......pero ya quiero ver quien es ...por que ese olor mmmmm...quien sera...
ResponderEliminarsaludos para todos ....ustedes amigos a la distancia.....
hola jacobynessie..me re encanto el capi...parece que la tranquilidad termino...gracias...por esta historia...me re anima...mas que estoy pasando un re bajon...me siento triste...viste cuando te agarran esos dias asi.re mal..pero tu historia es como un oasis...me re alienta...la trama...y todo el interes y el empeño que le pones a tu historia...me ayuda...gracias... una pregunta....nessie..cuando olia a amoniaco era por que era un licantropo no????y el sabado el siguiente salu2 ....
ResponderEliminarsalu2 a todos las chicas. que como yo leen esta gran historia..que son como mi familia ala distancia....
Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMe alegro de que os gustase el capi!!!
Andres: ains, mi niño, no estés triste =( Todos pasamos por baches en la vida, pero se pasan, ya lo verás. Hay que mirar hacia adelante con optimismo!!! Pero me alegra un montón que mi historia sirva para animar a la gente, no te imaginas lo feliz que me hace =) Es por vosotros que mis horas de trabajo merecen la pena ;) Muchas gracias por leerme, de verdad =)
Kelly: para cuando puedas ver esto: en nombre de todos, te mando muchos ánimos desde aquí. Desgraciadamente, no tengo palabras que te pueda decir, admito que yo nunca he pasado por nada parecido, así que supongo que todo lo que te diga servirá de poco, pero aún así, te envío mis ánimos y toda la fuerza del mundo, para ti y para tu hermana. Ya os considero mis amigas, como a todos. Sólo puedo decir: luchad, luchad, y luchad, no os rindáis jamás. A veces, la mente y el estado de ánimo juega un papel muy importante en estas cosas, así que ÁNIMOOOOOO!!!! Yo también tengo una hermana, ¿lo sabías? ^^ Se llama Lucía, y es un año y medio menor que yo. Nos llevamos muy bien y, prácticamente, es como si fuéramos gemelas, incluso la gente nos confunde con mellizas muchas veces xD A ella le dediqué el primer libro: "Despertar" ^^ Oye, no sé si te lo envié, pero si lo quieres, dímelo y te lo envío a tu correo, ¿vale? Así se lo puedes leer a Cathy de vez en cuando, si le apetece ^^ Bueno, ya me dices, ¿ok?
Bueno, chicos, que ya somos amigos, y que no quiero ver a nadie tristón, ¿vale? La vida es demasiado maravillosa como para pasarla triste, así que ARRIBA!!!
Y muchos lametones para todos!!!!
Hola JACOB&NESSIE ;tan bien que se la estaban pasando con un poco de tranquilidad los chicos, vamos a ver quien es quien esta al acecho ? aunque creo que me doy una idea por el olor a amoniaco ,quien puede estar detras de esto???....nah????...bueno, como siempre buenisimo ,..... espero que tengas un fin de semana tranquilo muchos saludos
ResponderEliminargracias
elsa
Kiara; espero que te cuides y que te repongas de tu caida, y estoy muy de acuerdo contigo la imagen de hoy esta muuuuuy bien
Andres; mucho animo amigo (si me permites llamarte asi) ,vas a ver que por lo que estes triste ahora , pasara, ....recuerda que tienes amigos que te queremos y que te deceamos lo mejor siempre asi que como dice tamara ANIMO!!!! un abrazo
Saludos a todos amigos
elsa
Aaah! Un poquito de suspenso. Igual tranqi.. Ya me imagino qien puede ser..
ResponderEliminarCon la sola imagen del capitulo se merece un 10 xD
Sol*