NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").
Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏
CAPITULOS:
PARTE DOS: NUEVA ERA
RENESMEE:
77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
Después de que Carlisle me tomara una muestra de sangre con el fin de
llevarla a su casa de Forks para analizarla, Jacob y yo salimos de nuestro
hogar y nos dirigimos a la vivienda del Viejo Quil, dando un tranquilo e íntimo
paseo por la playa de First Beach, cogidos de la mano. Bueno, íntimo era un
decir, claro, porque mi familia se había quedado en casa, ya que no podían
salir del perímetro, pero todos los alrededores estaban siendo controlados por
algunos de los miembros de la manada, y aunque Jacob no se despegaba de mí,
nosotros mismos estábamos siendo vigilados en todo momento, por si acaso. Era
una sensación realmente incómoda, la verdad, pero no me quedaba más remedio que
aguantarme.
―Esto terminará pronto ―me
alentó Jake, pasándome el brazo por los hombros para arrimarme más a él. Como
siempre, parecía que me leía la mente―. Pillaremos a esas sanguijuelas y todo
volverá a la normalidad.
―Eso espero ―suspiré.
El océano quería
demostrarnos su poderío mandando un fuerte oleaje hacia la orilla. Un grupo de
agitadas gaviotas, que se abalanzaban a por los peces que chocaban contra las
rocas y quedaban aturdidos, no era lo único que amenizaba nuestro paseo. El
sonido de las olas rompiendo en la arena era continuo y contundente, y estas
dejaban un rastro de espuma blanca en su vuelta hacia el mar, como último
vestigio de su invasión. El cielo estaba encapotado con una densa capa de nubes
grises que comenzó a descargar una suave pero insistente llovizna. La alfombra
de piedras lisas que cubría la arena no tardó en empaparse.
―Mierda, tenía que haber
cogido un paraguas ―se lamentó mi chico, apretándome contra él, como si así
fuera a mojarme menos.
Aunque el calor que emanaba
de su cuerpo era muy acogedor.
―No pasa nada, estoy bien ―sonreí,
rodeándole con mis brazos y dándole un beso en la mejilla.
Seguimos caminando de esa
guisa por la playa en forma de media luna, aunque más deprisa, hasta que
llegamos a la casita de color verde apagado del Viejo Quil.
Jacob dio dos toques en la
puerta y, como siempre, pasó a la vivienda sin más, conmigo de la mano.
Atravesamos el pequeño vestíbulo y entramos en esa sala en la que ya nos
esperaban todos los miembros del Consejo. El Viejo Quil estaba en su anticuada
butaca, Billy había aparcado su silla de ruedas a un lado y Sam y Sue ya se
encontraban sentados en sus correspondientes banquetas. Sam ya no era el jefe
de la tribu, por tanto, teóricamente ya no tendría que pertenecer al Consejo, pero
Jacob sabía lo importante que era todo esto para él, así que había exigido que
lo siguiera siendo. Nadie puso pegas, ya que su presencia y su experiencia
siempre eran muy bienvenidas.
Todos los presentes ya nos
habían felicitado, excepto el Viejo Quil, que se apresuró a hacerlo en cuanto
nos vio aparecer.
―Enhorabuena ―exclamó con
una sonrisa de satisfacción enorme y un orgullo que desbordaba honorabilidad
por todos sitios. La cara de Billy también reflejaba una luminosidad especial―.
Me alegro de que por fin os decidierais a tener un hijo.
Bueno, decidir, decidir…
―Gracias, Quil ―agradeció
Jake por ambos, llevándome hacia el sofá.
Nos sentamos sin que Jacob
soltara mi mano. Jake solía venir a menudo, puesto que, también en teoría, era
el jefe de la tribu y ahora formaba parte del Consejo, así que tenía que asistir
a las reuniones que tenían lugar aquí. Pero yo no estaba acostumbrada, y esto
me recordaba a aquella visita de hace años para hablar de mi pulsera. Era la
misma estampa, aunque ahora las cosas eran bien distintas y el motivo por el
cual veníamos también.
―Me siento muy feliz
―afirmó el Viejo Quil―. Siempre es una alegría la llegada de un hijo, pero en
este caso doblemente, pues será un varón, según tengo entendido, ¿no es así?
―Sí, es un niño ―le
ratificó Jacob, sonriendo.
―Es estupendo ―aprobó con
entusiasmo―. Será un futuro Alfa.
Billy sonrió con
satisfacción al volver a escuchar eso.
―Sí, pero de eso quería
hablaros precisamente ―dijo Jake, después de mirarme.
―¿Qué ocurre? ―intuyó el
anciano Quil Ateara al ver nuestros rostros, cambiando el suyo automáticamente.
―Se trata de Razvan y esos
magos ―empezó a explicar mi chico, en un tono de gravedad―. Bueno, es un poco
largo de contar, pero sabemos que quieren evitar… el nacimiento del bebé ―sus
dientes chirriaron al final de la frase―. Nessie y mi hijo corren peligro.
Mi suegro tampoco pudo
evitar que sus muelas se apretasen.
―¿Y por qué quieren eso?
―preguntó el Viejo Quil.
Jacob le explicó todo el
asunto con pelos y señales, y el semblante del Viejo Quil fue adquiriendo más
seriedad y gravedad conforme escuchaba, aunque no fue el único. Billy seguía
rechinando los dientes de tanto en cuanto.
―Por eso necesitamos hacer
una excepción del tratado con los Cullen, para poder proteger mejor a Nessie y
al bebé ―concluyó Jacob.
―¿A qué te refieres con excepción?
―se notó que ya esa palabra no le hizo mucha gracia al Viejo Quil.
―Les necesito en los
bosques ―aclaró Jake, mirándole fijamente.
―Eso no puede ser, lo sabes
―se opuso el anciano, frunciendo su arrugado ceño al tiempo que apoyaba las dos
manos en su bastón de castaño―. El tratado tiene que cumplirse, es lo que
acordamos.
Billy, Sam y Sue escuchaban
atentamente. Ellos estaban de acuerdo con Jacob, sin duda, pero para hacer esa
excepción con el tratado tenía que ser un consenso unánime. Si el Viejo Quil se
negaba, no teníamos nada que hacer.
―Ya, lo sé, pero solo será
momentáneamente, hasta que demos caza a esas sanguijuelas y las liquidemos
―alegó Jacob nerviosamente―. Después las cosas volverán a su cauce.
―No les necesitáis ―rebatió
el Viejo Quil―. La manada es lo suficientemente fuerte como para afrontar tal
peligro.
―Vamos, Quil, con ellos
tendríamos más ventaja ―discutió mi chico, bajando las cejas hasta los ojos―.
Ellos pueden subirse a los árboles, pueden manejarse en las alturas.
―Y vosotros conocéis este
territorio mejor que nadie.
―Por eso debemos unir
nuestras fuerzas ―continuó Jacob―. Si nos mezclamos, si nos compaginamos, esos
chupasangres magos no tendrán nada que hacer.
―Jamás hemos necesitado la
ayuda de nadie ―soltó el anciano, malhumorado.
―Nessie y el bebé forman
parte de su familia, también quieren protegerlos. Están en su derecho de
hacerlo ―alegó Jake, enfadado―. Además, nosotros les hemos ayudado muchas veces
y ellos se sienten en deuda, es una forma de pago ―se inventó acto seguido, a
ver si con eso el Viejo Quil daba su brazo a torcer.
―No tienen nada que pagar ―espetó
él con necedad.
―Mira, ¿sabes qué? Me da
igual lo que digas. Se trata de mi mujer y mi hijo, Quil, y haré todo lo que
esté en mi mano para protegerles ―aseguró Jake, rechinando los dientes―. Me
gustaría que el Consejo, que mi gente, me apoyase en algo como esto, pero si no
es así yo seguiré adelante igualmente.
―¿Acaso me estás diciendo
que tú vas a modificar ese tratado sin nuestro permiso? ―ahora el entrecejo del
Viejo Quil se hundió sobre sus caídos párpados.
La mano de mi chico apretó
la mía.
―Así es ―asintió sin ningún
titubeo, clavándole una mirada de profunda determinación y hablando de igual
modo―. Soy el Gran Lobo, jamás olvides eso. Soy el que más autoridad tiene de
los que estamos aquí, lo sabes. Nunca he utilizado esto, porque no me gusta,
sabes que lo odio, pero lo haré ahora si con esto protejo a mi familia ―no era
el momento, por supuesto, pero supe que esa denominación de familia se
refería a mí y a nuestro hijo y no pude evitar que mis mariposas saltaran,
emocionadas, al escucharle―. Ellos son lo más importante para mí, y haré lo que
sea para protegerles, lo que sea ―su tono salió rabioso y sus muelas rechinaron
de nuevo―. Si cuento con vuestro apoyo, me sentiré muy orgulloso y me haréis
feliz, y quiero tenerlo, por eso he venido hasta aquí; pero si no cuento con
él, seguiré con esto igualmente, por mucho que me disguste la situación. Cuento
con el apoyo de la manada, lo sabes de sobra, ellos me seguirán allí donde yo
vaya, y eso es suficiente para mí.
―No sé lo que saldrá de
aquí, pero yo te apoyo ―declaró Sam, asintiendo mientras le miraba con
honorabilidad y respeto―. Haré todo lo que me pidas que haga.
―Gracias, Sam ―le dijo Jake
sin cambiar su postura y actitud.
―Y yo también, por supuesto
―le siguió Billy―. Lo siento, Quil, pero también se trata de mi familia.
―Creo que Jacob tiene
razón, Quil ―manifestó Sue, observando al anciano con suma seriedad―. Todos
haríamos lo mismo en su lugar.
―No me gusta ―refunfuñó el
anciano, aunque su semblante ya no era tan terco como antes―. Si todos
hiciéramos lo mismo, como dices tú, las leyes y los tratados serían como las
semillas de un diente de león, que con un soplido se esparcen por el aire.
―Este es un caso especial
―afirmó Sam―. Jacob es el Gran Lobo, y su esposa lleva al futuro Alfa en su
vientre, a un futuro Príncipe de los Lobos. Es nuestra obligación ceder a su
petición, es más, esto deberíamos tomarlo como un honor.
El Viejo Quil masculló algo
ininteligible mientras miraba a un lado con evidente disgusto.
―Bueno, me da igual ―soltó
Jake, cabreado, levantándose con precipitación. El tirón de su mano hizo que yo
también me tuviera que poner de pie―. Haré esa excepción del tratado, con tu
apoyo o sin él.
Jacob echó a andar hacia la
puerta en grandes zancadas, tirando de mí.
―Espera ―le pidió el Viejo
Quil. Todavía parecía malhumorado, pero su voz sonó a rendición. Eso hizo que
Jake se detuviera y se girara para mirarle―. Está bien, tienes mi apoyo ―cedió
finalmente, aunque a regañadientes―. Eres el Gran Lobo y no lo necesitas, pero
el consenso es unánime.
Mi chico se quedó
observándole un momento, con esa preciosa mirada penetrante e intensa.
―Bien. Gracias ―le
respondió con el mismo semblante.
Se dio la vuelta y seguimos
nuestro camino hacia la puerta.
―Espera, hijo ―se escuchó
decir a Billy.
Nos paramos de nuevo y
vimos cómo mi suegro giraba las ruedas hacia nosotros, pasando a ese canijo
vestíbulo donde ya casi no entrábamos.
―Llevad un paraguas, llueve
bastante ―nos ofreció, sacando uno del viejo paragüero de la entrada.
El rostro de Billy mostró
una media sonrisa satisfecha cuando nos hizo entrega del paraguas, confesando a
las claras lo orgulloso que se sentía de su hijo.
―Gracias, papá ―le
agradeció Jacob, aunque supe que no era por el paraguas.
Billy asintió y yo le
sonreí.
Salimos de casa del Viejo
Quil en silencio y Jacob abrió el susodicho paraguas, que, por cierto, era tan
grande que podría cubrir a tres metamorfos perfectamente. Lo alzó para
taparnos, me agarré de su brazo y bajamos los dos peldaños del porche para
pasar a la arena de First Beach.
Continuamos de ese modo un
rato más, caminando por esa alfombra de piedrecillas y arena mojadas. La
llovizna se había transformado en una lluvia en toda regla, así que esta
enseguida empapó el oscuro paraguas. Las gotas rebosaban del mismo sin
descanso, resbalando por los bordes hasta iniciar una caída libre hacia la
arena.
Miré a Jake, ya que estaba
muy callado. Sus ojos estaban enfrascados en el terreno arenoso, enfadados. No
pude evitar sentirme un poco culpable. Ya sabía que no era culpa mía, desde
luego, pero el hecho de que se tratase de mi familia y de mí, de que Jacob
tuviera que enfrentarse a alguien de su tribu por nosotros, ya era suficiente
como para hacerme sentir mal.
―Siento mucho que hayas
tenido que pasar por esta situación ―murmuré, mordiéndome el labio.
Jacob giró el rostro hacia
mí deprisa.
―No tienes que sentir nada,
no es culpa tuya ―declaró, como siempre ya adivinando lo que pasaba por mi
cabeza.
―Sí, lo sé. Pero el que sea
por mi familia y por mí…
Mi chico se detuvo y yo
tuve que hacer lo mismo.
―Tú eres mi familia
―afirmó, enganchándome con sus grandes ojos negros y brillantes, penetrantes y
dulces al mismo tiempo, esos ojazos que tanto adoraba. Mis mariposas batieron
sus alas sin remedio, por él, pero también por sus palabras―. Lo eres desde
siempre, desde que naciste, y ahora el bebé forma parte de ella, de nosotros.
Vosotros sois lo más importante para mí, y me enfrentaré a quien sea para
defenderos ―entonces, su rostro cambió a uno más alegre y desenfadado―. Lo malo
es que tu familia también entra en el lote, qué le voy a hacer ―e hizo una
mueca.
Sonreí. Jake siempre
conseguía que las cosas parecieran tan fáciles.
―No te metas con ellos ―le
advertí en broma, sin dejar de sonreír.
Nuestros pies comenzaron a
moverse de nuevo por la arena.
―No me meto, pero mira,
¿sabes lo que nos espera ahora? Un olor insoportable en casa, unos invitados
que no duermen nunca y, lo peor de todo, un lector de mentes permanente. Menudo
tostón ―bromeó, mostrándome una sonrisita.
―Ja, ja ―articulé con
ironía, si bien no pude reprimir que mis labios siguieran alzados hacia arriba.
Pero, de pronto, su frase
me hizo caer en algo. Lo peor de todo es que no íbamos a tener intimidad para nada.
O sea, para nada, nada. Puse cara de dolor.
―¿Qué pasa? ―inquirió Jake,
preocupado.
―Nada, nada ―le calmé,
palmeando su brazo.
Mejor que no se plantease
esto de momento.
El hueco que dejaban los
árboles lindantes con la playa y que daba entrada a nuestro jardín ya se
divisaba, no muy lejos.
―¿Crees que el Viejo Quil
se ha enfadado mucho por esto? ―pregunté para cambiar de tema.
―Me da lo mismo ―contestó,
llevando su vista al frente y poniéndose serio otra vez―. Es un cabezota. Nunca
he visto a nadie tan terco como él ―resopló.
―Espero que no te traiga
problemas ―me mordí el labio de nuevo.
―No te preocupes ―me
tranquilizó―. Es muy cabezota y algo cascarrabias, pero se le pasará pronto.
Siempre hace lo mismo. Además, sabe que yo haría esa excepción con el tratado
igualmente, así que no le queda más remedio que aguantarse ―y soltó una risilla
maléfica.
―Es que, como te vi tan
serio…
―Porque su actitud me da
mucha rabia, ¿entiendes? ―explicó, propinándole un pequeño puntapié a uno de
los cantos rodados de la arena, el cual chocó con suavidad contra uno de los
troncos blanquecinos―. Es muy terco, siempre está con el mismo rollo. Entiendo
que tenemos que proteger a la tribu y todo eso, pero ya sabe de sobra que tu
familia no es peligrosa, y aun así sigue poniendo trabas para todo. Ya lo hizo
el día de nuestra boda. Casi tengo que ponerme de rodillas y suplicarle para
que al final accediera a que pudiesen pisar la playa.
―Ya, pero, ¿sabes? Aunque
se trate de mi familia, no le culpo. Es muy mayor, y desde que era un niño
seguro que ha escuchado toda clase de historias y leyendas sobre vampiros. Es
lo que le han inculcado, lo que lleva creyendo toda su vida. Además, a
excepción de ese casi nulo trato que ha tenido con mi familia, jamás ha tenido
contacto con ningún otro vampiro. Solo conoce las acciones de los malos, lo que
le han contado, y encima todos los días escuchará las aventuras de los chicos
con esos nómadas que vienen hasta aquí. Si te paras a pensar, es lógico que no
se fíe de ninguno ―opiné.
―Sí, si en eso te doy la
razón ―asintió, mirando al nublado horizonte del océano, a su otro lado―. Pero
también tiene que entender que para mí ya no es la tribu, ni siquiera la
manada, para mí lo más importante eres tú y ahora también el bebé, sois lo
primero de mi lista de prioridades ―su enfado iba creciendo conforme hablaba―.
Lo sabe de sobra, sabe todo lo que siento por ti, lo fuerte que es nuestro
vínculo. Y si tengo que saltarme alguna regla para protegeros, me la saltaré
sin pestañear.
―Vale, vale, no te enfades
―intenté calmarle.
Volvió la vista al frente.
―No me cabreo, es…
indignación, ¿comprendes? ―matizó, todavía algo exaltado, aunque ya estaba más
tranquilo.
Suspiró.
―Bueno, ya le conoces.
Seguro que esta noche se lo piensa mejor y mañana ya está contigo al cien por
cien ―le sonreí, arrimándome más a él mientras seguíamos nuestro camino―. Es
muy cabezota, porque ya está mayor, pero te tiene mucho respeto y sabe que tienes
razón. Al final cedió, ¿lo ves?
Jacob giró el rostro hacia
mí y me enseñó esa maravillosa sonrisa. Era tan blanca y deslumbrante, que
hasta iluminaba ese día tan oscuro y tétrico.
―No sé cómo lo haces, pero
siempre consigues tranquilizarme, ¿sabes? ―confesó.
―Te conozco bien ―aseguré
con una risilla.
―Sí ―admitió, riéndose.
Dios, era tan guapo…
Le obligué a parar, tirando
de su brazo para ponerle frente a mí, y llevé mi rostro al suyo para besarle
con una rapidez que le pilló completamente por sorpresa. Eso no impidió que sus
labios acompasaran a los míos inmediatamente. Su corazón también se aceleró,
como el mío, y mi estómago se vio invadido por ese más que conocido, alocado y
frenético cosquilleo. Ambos nos besamos con entusiasmo, entrelazando nuestras
bocas con ganas mientras la energía mágica que siempre nos acompañaba comenzaba
a fluir a nuestro alrededor. Solté su brazo. Mis manos fueron subiendo por su
pecho y terminaron rodeando su cuello para pegarme a su ardiente cuerpo. Su
mano suelta se aferró a mi cintura enseguida, pero el paraguas se le fue
escurriendo de la otra sin remedio, hasta que cayó hacia atrás y acabó en la
arena cuando terminamos entregándonos completamente y sus brazos pasaron a envolver
mi espalda con ímpetu.
Los besos pasaron a ser más
apasionados, si cabe, y creo que a Jacob esto también le recordó a nuestro
segundo beso, aquel que nos hizo darnos cuenta de que yo estaba imprimada, como
él. La lluvia caía sobre nosotros, empapándonos, pero, como en aquella ocasión,
no nos importó en absoluto. Su camiseta estaba totalmente mojada, todo él
estaba mojado, su corto pelo, su rostro, sus labios, sin embargo, su cuerpo
caliente caldeaba al mío, y lo único que podía sentir eran sus tórridos besos,
esa energía, a él…
Pero, desgraciadamente,
sabíamos que teníamos que terminar ese maravilloso beso. Mi familia nos
esperaba en casa, es más, mi padre seguramente ya estaba al tanto de lo que
estábamos haciendo, y eso era muy incómodo. Ya se me había olvidado lo incómodo
que era. Por no mencionar que los lobos que merodeaban alrededor seguramente
también lo estaban viendo.
Reuní todas mis fuerzas y,
casi de mal humor por tener que hacerlo, me obligué a despegar mi boca de la
suya. Me costó un triunfo, porque todo me incitaba a no parar, pero con mucho
esfuerzo, lo conseguí. Ninguno separó su frente de la del otro, pero ambos
tuvimos que respirar bien hondo. Fui capaz de recuperar el aliento después de
un rato.
―Sí que sabes cómo
tranquilizarme ―murmuró, haciendo una pequeña broma para dejar que la energía
se disipase del todo.
―Sí ―le sonreí.
Entonces, se dio cuenta de
algo.
―Mierda, estás empapada
―dijo, separándose de mí para recoger el paraguas de la arena.
Todavía estaba abierto, así
que solamente tuvo que alzarlo sobre nosotros.
―No importa ―me encogí de
hombros.
―Vamos a casa ―sugirió,
pasando su cálido brazo sobre mis hombros para que no cogiera frío al tiempo
que comenzaba a andar―. Será mejor que te des una ducha bien caliente y que te
pongas algo seco.
Caminamos con presteza por
la playa y por fin llegamos a la entrada de nuestro jardín. Aunque no hacía
falta, porque, por supuesto, yo era muy ágil, Jacob me ayudó a subir ese
pequeño montículo que separaba el césped de la arena. Atravesamos el tramo de
hierba y nos resguardamos en el pequeño porche de nuestra casa, donde Jake ya
cerró ese enorme paraguas, apoyándolo en la pared.
No hizo falta que mi mano
llegase al pomo de la puerta. Mi padre abrió ipso facto y, por su cara, deduje
que no le hacía mucha gracia mi mojadura.
―Sí, será mejor que vayas a
darte esa ducha caliente ahora mismo ―me recomendó, y sus pupilas oscilaron con
regañina hacia mi chico.
Puse los ojos en blanco.
―Papá, estoy bien ―suspiré,
pasando al interior.
Jacob me siguió, ignorando
su riña muda, y mi progenitor cerró la puerta.
―¿Qué te ha dicho el
Consejo? ―quiso saber Carlisle, que asomó la cabeza por el salón, junto a
Emmett y Jasper.
―Tenéis vía libre ―anunció
Jacob escuetamente.
Mi abuelo y mis tíos
sonrieron con satisfacción.
―Estarás contento, chucho,
mira qué mojadura trae ―protestó Rosalie, que ya traía una toalla. Mi tía se
puso a secarme el pelo con la misma―. Si no sabes utilizar un paraguas…
―Cierra ese pico, rubia ―le
gruñó Jacob, cortándole.
―Estoy bien ―repetí,
apartándome de esas manos que frotaban mi cabeza a toda velocidad―. Voy a
ducharme ―suspiré otra vez.
Tiré de Jake y comencé a
subir las escaleras. Llegamos al vestíbulo superior y lo conduje hacia el baño
con la idea de ducharnos juntos. Pero alguien se interpuso en nuestro camino.
―Mira qué revistas he
comprado en el aeropuerto, de la que veníamos ―exclamó Alice, que salió de la
habitación del ordenador como una exhalación.
Eran revistas de bebés, premamá
y todas esas cosas.
―¿Pero cuántas cosas te ha
dado tiempo a comprar? ―pestañeé, perpleja.
Ya no me hizo ni caso.
―Ven, mientras te duchas,
te leo un artículo muy interesante que viene aquí ―dijo, separándome de Jake
para agarrarse de mi brazo.
Parecía tan ilusionada, que
me dio pena decirle que no, la verdad. Mientras ella parloteaba y me arrastraba
hacia el baño, giré la mitad de mi cuerpo y miré a Jacob, mordiéndome el labio.
―Creo que me cambiaré de
ropa y me tumbaré en la cama para relajarme un poco ―farfulló, dirigiéndose a
nuestro dormitorio―. Te espero allí.
Sí, estaba claro que
nuestra intimidad se había terminado. Y, encima, todavía quedaban nueve meses…,
aunque esperaba que esta situación durase mucho menos.
Eso esperaba…
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS POAR SEGUIR AQUÍ, SOIS LOS MEJORES!!!!
PARA AQUELLOS QUE NO LO SEPAN, ACTUALIZO MARTES, JUEVES Y SÁBADOS ^^
Andres: muchas gracias por poner eso que dijo SM y perdona por no haber comentado antes aquello que pusiste sobre lo de Bree, pero es que no tuve tiempo. Sobre qué quitaría o añadiría a la saga, pues yo no quitaría nada, la verdad, porque me entcanta tal cual está, pero sí que añadiría un poquito más de acción, es decir, por ejemplo, en el encuentro final con los Vuturis, en Amanecer, sí que habría añadido una batalla, aunque no hubiera muerto nadie, y luego que llegara Alice con Nahuel y Huilen y todo arreglado ^^ . Y tb le hubiera dado a Edward un pelín más de carácter, jajaja. Jacob está perfecto *-* Sobre Bree, siempre lo dije, que me da mucha pena, y me parece que los Cullen tampoco se esforzaron mucho en salvarla, pero bueno. Y creo que eso es todo. Espero qu ete haya gustado mi respuesta ;
Lametones para todos!!!
Hola Jacon&Nessie
ResponderEliminardivino capi..consigueron el permiso para los cullen....ahora si se viene a full todo pobre nessie ..jake tiene razón en lector de mentes en casa todo el dia wuau pero todo por salvarlos ....jaja saludos a todos y un abrazo inmenso para mis amigos y amigas a la distancia :)
Gracias por contestar amiga...si me gusto la respuesta concuerdo ....gracias...el capitulo. de hoy fabuloso...los cullen tienen permiso...genial...pobre jake y nessie no van a tener mucha intimidad...pobre..je pero si es para su proteccion...bien...bueno...genial...salu2 a todas mis amigas de la distancia...salu2
ResponderEliminarHola jacob&nessie; bueno el capitulo, ..a ver como les va... y como se acomodan para tener un poco de privacidad..pobres eso si va a ser incomodo (uuppss)...con gusto espero el proximo
ResponderEliminargracias
elsa
Amigo andres ; primero una disculpa por no contestar pronto pero fue el cumple de mi chiquito y estuve algo ocupada, ......a lo de tu pregunta , no creo que le cambiaria nada a la historia de SM, sabes cuando vas leyendo te vas ,enojando,riendo, llorando vas sintiendo todas y cada una de las emociones y piensas en el momento esto lo cambiaria o esto no me gusta o que coraje , pero conforme lo vas pasando te das cuenta que tenia que ser asi, si no ,no creo que seria la FABULOSA historia que nos atrapo, ..asi como esta MAGNIFICA Y MARAVILLOSA historia que nos regala tamara , ..no lo crees?
un abrazo
elsa
un saludo a todas
Hola a todos y mas para ti Tamara.
ResponderEliminarPrimero decirte que el capitulo esta increible como siempre y me encanta la idea del pequeño lobito en camino. u_u
Después disculpadme por no haber comentado antes pero por alguna razón mi compu se negó trabajar y no permitió que subiera mi comentario así que hoy salí a un cafe internet y ya estoy aquí. De cualquier manera no me perdí ningún capi. (•_•) ( :
Andrés sobre lo que preguntáis. Dejame decirte que no agregaría nada salvo un Poco de acción y que los Cullen hubiesen ayudado a Bree y que bien pudo irse con los lobos sin entrar a su territorio claro esta pero así lo sentí. Si bien sabes hicieron de todo por cuidar y salvar a Isabella. Y por Bree nada así que no me parecio justa su muerte ademas de que era pequeña y lo que Habia sufrido así que no no me gusto el final de Bree en lo demas no tengo objeción alguna. Saludos para todos los que leen esta maravillosa historia.
Tami quisiera saber si escribirás mas después de terminar esta historia, me encanta como escribes y estare encantada de leer mas no importa si no es de Jacob y Nessie o de un anime saludos y un abrazo para ti n_n
Hola Tamara^^ Bueno, yo no eh podido comentar, pero quiero que sepas que desde hace un mes eh estado leyendo tus libros, SI! un mes y ya voy en el tercer libro :DDDD Quiero presentarme, Me llamo Camila Pérez, Pero me puedes decir Kmu^^ Me encantan tus libros, Y espero que sigas escribiendo, ya sea con Jacob&Nessie o con una historia diferente, eres una gran escritora, espero que me aceptes en tu manada, muchos lametones!!!
ResponderEliminarHola, Kmu!!!
ResponderEliminarPues claro que sí, BIENVENIDA A LA MANADA!!! Muchas gracias por darme una oportunidad y leerme!! Y gracias por tu comentario!!
Bueno, ahora tengo el blog un poco parado, porque estoy escribiendo un nuevo libro del cual explico algo en la última página, así que si quieres ver de qué va, puedes verlo ahí ^^ No va de Jacob y Nessie, ni tiene nada que ver con Crepúsculo, es una historia creada por mí. Todavía queda para que lo publique, porque aún lo estoy escribiendo, pero os iré manteniendo informados de todo, no te preocupes ;)
Muchas gracias por todo!!!
Lametones para ti!!!