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sábado, 24 de septiembre de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 88: BUENA Y MALA


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NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC, YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^



NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").

Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏


CAPITULOS:

PARTE DOS: NUEVA ERA

RENESMEE:

77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html


BUENA Y MALA


Todo estaba dispuesto en la habitación. El ordenador estaba encendido y Jake y yo ya nos habíamos sentado frente al mismo para conectarnos en el Chat, con las manos amarradas. Nuestros rostros albergaban una extraña mezcla de felicidad y preocupación al mismo tiempo. Era muy difícil describir las miles de sensaciones y sentimientos que pasaban por nuestras cabezas, todo mezclándose en un cóctel raro, pero era imposible separarlo y desechar una de las dos cosas, imposible no sentir lo uno y lo otro.
Ambos estábamos felices de que fuera un niño, aunque, bueno, en realidad lo hubiéramos estado igualmente si hubiera sido una niña, porque no teníamos predilección por un sexo u otro. Lo importante era que iba a ser nuestro bebé. Pero había una diferencia que tampoco podíamos olvidar ni obviar. El que fuera un niño resultaba una desventaja en este caso. Un niño, un varón, significaba que el embarazo duraba más tiempo. Nueve meses. Nueve meses que Razvan, Nikoláy y Ruslán tenían para pensar, planificar y actuar. Nueve meses de vigilancia continua para mí, nueve meses de trabajo para los lobos y mi familia. Pero también significaba otra cosa.
Con un niño el reinado de Jacob se vería afianzado de cara al futuro, y eso es precisamente lo que Razvan, Nikoláy y Ruslán no querían permitir. Si hubiera sido una niña, tal vez ellos no actuarían. O tal vez sí, porque esa niña también iba a llevar los genes del Gran Lobo. Ella iba a transmitir sus genes a su propia prole, pero, además, tampoco sabíamos a ciencia cierta si una niña también heredaría el poder espiritual de Jacob. La profecía solamente hablaba de príncipes de los lobos, pero podía ser una manera de hablar, usando ese genérico masculino para referirse a nuestra prole en general. También podían ser princesas, ¿por qué no? Las niñas también podrían heredar ese poder espiritual, después de todo, iban a ser hijas del Gran Lobo, y aunque no se iban a transformar en lobas, sí lo harían en casi vampiros, y puede que pudiesen conectarse a la futura manada de alguna forma, quién sabe, porque iban a tener genes metamorfos en su sangre... Ay, no sé por qué me dio por esto, lo único que estaba consiguiendo era liarme la cabeza aún más, pero no pude evitar pensar en ello un rato antes de que Jake hablara.
―Mira, ya nos están llamando ―dijo, señalándome con el puntero del ratón el parpadeo naranja del Messenger.
Pinchó ahí y la ventana se maximizó. Mis padres, mis abuelos y mis tíos salían en la pantalla, gracias a la Webcam, y ellos a su vez ya nos estaban viendo a nosotros. Mis progenitores eran los únicos que estaban sentados frente al ordenador, el resto se repartía alrededor, de pie.
―Hola, chicos, ¿cómo estáis? ―nos saludó mi madre por todos, desplegando una sonrisa perfecta y deslumbrante.
Si ella supiera… Jake y yo nos miramos y nos dedicamos una sonrisita cómplice, aunque preferimos esperar un poco más para darles la noticia. Además, jugábamos con ventaja. Mi padre no podía vernos la mente.
―Bien, muy bien ―le contestó Jake, devolviéndole la sonrisa―. ¿Y vosotros? ¿Cómo va todo por ahí?
―Las cosas por aquí son un coñazo, tío ―respondió Emmett, soltando un suspiro―. Fíjate que hasta tenemos ganas de que empiecen las clases…
A partir de ahora iban a tener qué hacer… Mi chico y yo nos miramos de nuevo y yo asentí para que lo dijera.
―Pues, escucha, esto te va a gustar un montón ―empezó, con una sonrisa que se le iba a salir de la cara―. Tenemos que daros una noticia.
―¿Una noticia? ―se extrañó mi padre, que arrugó el ceño ligeramente sobre sus ojos dorados.
―Sí. Es buena y mala al mismo tiempo ―avisó ya de primeras.
―¿Buena y mala? ¿Y eso qué quiere decir? ―protestó Rose.
―¿De qué se trata? ―quiso saber mamá, algo perdida.
Jake y yo volvimos a mirarnos, con una sonrisa, y apretamos el amarre de nuestras manos. Después, miramos a la pantalla.
―Estoy embarazada ―anuncié.
―¿Qué…? ―murmuró mamá, pestañeando como si todavía no se lo creyese―. ¿Estás…? ¡¿Estás embarazada?! ―exclamó acto seguido con una risa alegre.
―¡Embarazada! ―rio Alice, dando saltitos emocionados.
Los daba con tanta precisión, que, aunque estaba rodeada por Jasper y Emmett, apenas les rozaba. Hasta que Rosalie se unió a ella. Entonces, Jasper y Em tuvieron que apartarse para que ellas pudieran saltar juntas mientras se abrazaban y se reían. Se formó un griterío enorme.
―Mi niña… ―murmuró Esme, emocionada, sonriendo de felicidad y juntando las manos a la altura de su rostro.
Carlisle rodeó sus hombros con su brazo y le besó en la sien al tiempo que él mismo mostraba una sonrisa de satisfacción enorme.
―Enhorabuena. Es una noticia estupenda ―nos felicitó mi abuelo.
―Gracias, Doc ―le sonrió Jacob.
Mamá se abrazó a mi padre, que intentó guardar la compostura, aunque se le escapó una sonrisa de gozo que iluminó toda su cara.
Jake y yo nos miramos, sonriéndonos con satisfacción por todas esas reacciones, y nos dimos un beso corto.
―No os emocionéis tanto. Eso quiere decir que ya sois abuelos ―les dijo Emmett, palmeando sus brazos una vez y sonriendo de oreja a oreja.
Mamá dejó de abrazar a mi padre y se quedó estupefacta durante un par de segundos.
―Guau. Abuela… ―murmuró, parpadeando otra vez.
―Gracias por la puntualización, Emmett ―le contestó papá, usando un tono sarcástico. Entonces, de repente, su semblante cambió, transformándose en uno melancólico y de añoranza―. No me lo puedo creer ―murmuró, algo serio por la emoción―. Nuestra niña ha crecido tanto, que ya va a ser mamá.
―Edward ―le regañó mi madre un poco.
―Papá, hace tiempo que ya no soy una niña ―le recordé con algo de ironía.
―¿Y de cuánto estás? ―me preguntó Jasper, también sonriente.
Mis tías dejaron de saltar y prestaron atención.
―Sí, ¿de cuánto? ―repitió Alice, cuyos ojos parecían más grandes de lo normal debido al entusiasmo con el que me miraba.
―De doce días ―les revelé―. Bueno, según el test de embarazo.
―Suelen ser muy precisos, pero, no obstante, estaría bien que te hiciera una analítica para ratificarlo ―manifestó Carlisle, sonriente.
―¿Y ya tienes panza? ―inquirió Emmett.
Rosalie le regañó con la mirada y le dio un pequeño codazo por usar ese término, aunque a mí me hizo gracia.
Toda la familia me miró expectante, pero la que más era mi madre.
―No, no tengo panza ―reí.
―¡Un niño, un niño, un niño! ―exclamó Alice otra vez, dando más saltitos.
―Sí, un niño ―reí otra vez.
―Un niño… ―susurró mamá, mirando al infinito, maravillada.
Parecía estar imaginándose lo mismo que yo cuando pensaba en nuestro bebé: a un Jacob en miniatura. No pude evitar ese revoloteo de alas en mi interior al volver a visionar a ese niño, acomodado entre mis brazos.
―Así que un cachorrito, ¿eh? ―rio Emmett, exultante.
Se notaba que la idea de un sobrino lobo le encantaba.
―Ya ves ―sonrió Jake.
En cambio, Rosalie torció el gesto, pero solo fue una mueca que duró un segundo.
―Hubiera preferido una niña, la verdad. Iba a oler mejor ―suspiró―. Pero, bueno, le querré igual ―sonrió después.
―Tranquila, rubia. Olerá bien hasta que alcance la pubertad ―le soltó Jake con acidez, dedicándole una mirada de odio.
―Un niño crecerá a un ritmo humano, Rose ―le recordó mi madre―. Tendremos más tiempo para disfrutar de él.
Mi tía lo meditó durante solo un segundo y sonrió con satisfacción.
―Os doy mi más sincera enhorabuena ―sonrió papá―. Lo cierto es que no me lo esperaba, esto ha sido toda una sorpresa, pero tengo que deciros que me siento muy, muy feliz ―y mi madre agarró su mano para unirse a su felicitación.
―Gracias, papá ―le sonreí yo también.
―¿Qué día es hoy? ―preguntó Alice, que miraba al horizonte con los ojos entornados, pensativa.
Ella a lo suyo.
―Uno de octubre ―contestó Jasper, casi automáticamente.
―Nacerá a finales de junio ―sonrió, y dio una sonora palmada―. ¡Podremos comprarle ropita de verano!
Rosalie se puso frente a ella y ambas unieron sus manos.
―Oh, sí. Pantaloncitos cortos ―dijo esta, sonriéndole.
―Polos pequeñitos… ―imaginó Alice, entusiasmándose cada vez más.
Jacob ya empezó a bajar las cejas.
―Gorritas de diseño… ―siguió Rose.
―Ah, conozco un diseñador en París que…
―Espera, espera ―le cortó Jake a la tía Alice, haciendo un aspaviento con su mano suelta―. No me lo vestiréis con pijerías de esas, ¿no?
―¿Y cómo le quieres vestir? ¿Con un harapo como esos que llevas tú? ―se quejó Rosalie, mirándole de arriba abajo con cierto desprecio.
―Con la ropa que a mí me dé la gana, no con la que me digáis vosotras, que para eso soy su padre ―contestó él, todo ofendido.
―Oh, por favor. ¿Vais a volver a las andadas? ―se quejó papá.
―Bueno, bueno, calma ―tercié, y le di un beso corto en la mejilla a Jacob para que se le fuese el enfado, lo cual resultó―. Todos le compraremos ropa, ¿vale? Además, los bebés crecen muy deprisa y enseguida les queda pequeña.
Rosalie le dio un manotazo a su pelo y giró el rostro mientras se cruzaba de brazos, pero la tía Alice todavía tenía esa mirada planificadora en el rostro que me indicaba que dentro de poco iba a tener la casa llena de ropita de bebé. Ay.
―Debería viajar hasta allí para hacerte una analítica, puesto que no puedes ir a un médico corriente ―declaró Carlisle, encauzando el tema de nuevo―. Aunque seas mitad vampiro, tendrás que someterte a controles rutinarios, y, ahora no, por supuesto, ya que es muy pronto, pero más adelante, tendrás que hacerte ecografías para ver el estado del bebé ―Jacob y yo nos miramos, sonrientes. Mi abuelo se llevó la mano a la barbilla, reflexivo―. Creo que lo mejor sería que Esme y yo nos mudásemos a Forks una temporada, para que pueda controlar mejor tu embarazo.
―¡Sí, sí! ―clamó Alice, brincando―. ¡Nosotros también vamos, ¿verdad, Jazz?!
―Si tú quieres ―asintió él.
Rosalie iba a hablar, pero…
―Iremos, cariño, iremos ―se le adelantó Em.
Mi tía le sonrió con agrado y le dio un beso en los labios.
―Pues nosotros también, qué menos ―se sumó mi madre, mirando a papá para que le diera su consentimiento, el cual consintió, claro.
―Vosotros tenéis que terminar la carrera ―objetó Esme, ejerciendo de madre.
―¿Y perdernos este embarazo? Ni hablar ―se negó Alice, haciendo un mohín―. Con el de Bella no tuvimos ocasión de disfrutar nada, pero con este es completamente distinto.
Mi chico y yo nos miramos, aunque esta vez sin sonreír, y volvimos a apretar nuestro amarre.
―Bueno, veréis, lo cierto es que, aparte de eso, vais a tener que venir para otra cosa ―intervino él.
―Una noticia buena y mala al mismo tiempo ―recordó Emmett en voz alta.
Mamá osciló la cabeza para mirarle con preocupación y luego la volvió hacia la pantalla.
―¿Qué pasa? ―preguntó mi padre, ya con gesto grave.
―Veréis, desde hace tiempo… Bueno, Nessie tiene una pesadilla que…
―El bebé corre peligro ―les revelé yo sin más preámbulos.
Toda mi familia se puso alerta al instante.
―¿Cómo? ―musitó mi madre, temerosa.
―Es Razvan y sus amiguitos magos ―desveló Jake, matizando esa palabra con rabia―. Creemos, bueno, sabemos que quieren… ―de pronto, enmudeció para apretar los dientes. Su mano tembló ligeramente, pero yo se la acaricié con la mía que estaba suelta y lo controló. Tomó aire y siguió hablando―. Quieren que el bebé no llegue a nacer ―modificó.
Todos miraron a Alice.
―A mí no me miréis. No puedo ver nada relacionado con ellos, ya lo sabéis ―se defendió.
―¿Y cómo lo sabéis? ―quiso saber mi padre.
―Hace unas semanas nos fuimos de excursión al Parque Nacional de Olympic con los chicos ―empezó a explicar Jacob―. Todo iba muy bien, pero nos topamos con un licántropo.
―¿Un licántropo? ―repitió mi progenitor, sorprendido.
―Sí, pero espera, ese no es el tema ―continuó mi chico―. La cosa es que ese licántropo estaba siendo perseguido por Thiago y sus secuaces.
―Thiago ―masculló mi padre, rechinando los dientes.
―Bueno, no os lo voy a contar todo, porque es un poquito largo…
―Sí, por favor ―murmuró Rose por lo bajo.
―…pero el caso es que el licántropo consiguió escapar y nos quedamos con esos matones plantados en el sitio ―prosiguió Jake, haciendo caso omiso del comentario de mi tía―. Thiago estaba cabreado, nos echaba la culpa de haber perdido al licántropo, y tuvimos que tener una conversación. Después de dejarle claro que ese era nuestro territorio, él me dijo: “veo que las cosas siguen igual”, o algo así, y yo le dije: “¿a qué te refieres?”, aunque ya lo sabía, claro, porque había mirado la barriga de Nessie, y él me contestó: “aún no habéis procreado”, así, enfatizando la palabra como con asco, ¿sabes? Menudo idiota ―resopló. Rose puso los ojos en blanco y suspiró, cansada―. Pero yo no me quedé callado. Le dije: “no tenemos prisa”, y él me dijo…
―Oh, vamos, ve al grano de una maldita vez ―le interrumpió Rosalie, enfadada―. ¿Es que vas a contarnos toda la conversación?
―Vale, vale, rubia, no te mosquees, tranqui ―le respondió él, algo molesto―. En fin… Bueno, le dije que si teníamos hijos o no, no era asunto suyo, y fue cuando me contó que Razvan, Nikoláy y Ruslán no estaban dispuestos a arriesgarse a que los tuviéramos. Thiago no me lo dijo directamente, pero es evidente que ellos andan detrás de esos magos para aniquilarles, así que saben muchas cosas. Lo que no me quedó claro es qué tenía que ver ese licántropo con ellos, ni qué hacía este por nuestras tierras.
―¿Crees que ese licántropo puede andar por allí? ―inquirió Jasper.
―No, no creo. No sé por dónde andará, pero no está por aquí ―afirmó Jacob con certeza―. Hemos estado vigilando esa zona y no hay rastro de él. Y tampoco ha habido ninguna noticia sobre desapariciones ni muertes extrañas. Donde quiera que esté, no es aquí.
―Es rara la aparición de ese licántropo, sin duda. No quedan muchos Hijos de la Luna en el mundo, prácticamente están extinguidos ―manifestó mi padre, llevándose la mano al mentón.
―Pues este era igual al de Nahuel ―le reveló Jake.
Me dio un escalofrío al recordar a ambos.
―¿Al de Nahuel? ―inquirió Carlisle, sorprendido―. ¿Era un licántropo mutado?
―Sí, igualito a ese ―le ratificó mi chico.
―Es muy extraño, pero ahora mismo no tenemos tiempo a pensar en eso ―opinó papá.
―Eso es lo que menos importa ahora ―coincidió mi madre, que tenía el rostro bañado en inquietud.
Aun así, Carlisle frotó su barbilla, pensativo.
―¿Y qué pasa, ya os habéis encontrado con Razvan, Nikoláy y Ruslán? ―preguntó Emmett, envarándose de pronto, como si hubiese caído en eso en ese mismo instante y ya se pusiese alerta.
―No, no hemos vuelto a saber de esos desgraciados ―le calmó Jacob―. Pero sabemos que van a venir, por las pesadillas de Nessie.
Mi familia ya estaba al corriente de lo que pasaba con mis pesadillas. Cuando había sido secuestrada por Razvan y me rescataron, lo primero que hice fue contarles aquella espantosa pesadilla en la que yo abandonaba a Jacob. Todavía me estremecía al recordarla.
―¿Nessie ha tenido alguna pesadilla al respecto? ―interrogó Alice, seria.
―He tenido varias ―desvelé, tragando saliva cuando esas horribles imágenes se plantaron en mi cerebro―. Desde que Thiago nos contó eso, sueño que estoy embarazada y que me encuentro con Razvan. Entonces siempre pasa lo mismo. A veces me lanza un cuchillo que no llega a tocarme, otras nada, pero mi… barriga se llena de sangre de repente y… el bebé… muere ―me costó un montón soltar todo esto, porque tan solo recordarlo hacía que mi corazón se helase y que mi garganta se viese invadida por un grueso nudo.
―Tranquila, cielo ―me calmó Jake, dándome un beso en la sien―. Todo saldrá bien, ¿vale? Relájate.
―Sí ―asentí, cerrando los ojos y respirando hondo.
―Nuestro plan era atrapar a esos magos y acabar con ellos antes de que nos decidiéramos a tener críos, pero ya veis que la cosa se nos trastocó un poco ―les confesó él, haciendo una mueca―. No contábamos con quedarnos embarazados, pero el tema ha surgido así y ahora tenemos que cambiar de planes.
Me hizo gracia eso de quedarnos embarazados y se me escapó una risilla que sirvió para relajarme un poco. Jacob se dio cuenta de esto y me sonrió, feliz.
También agradecí que no contase más detalles. Había cosas íntimas y de ámbito más privado que mi familia no tenía por qué saber, no era necesario que lo supieran. Ellos tampoco preguntaron nada al respecto, después de todo, poco importaba la forma o el porqué me había quedado embarazada. El tema es que lo estaba, y que el bebé corría peligro. Eso era lo importante.
―Os necesito aquí ―continuó Jacob, cambiando su expresión completamente. Ahora les miraba con mucha seriedad, con determinación, diría que incluso con urgencia―. Voy a reorganizar a la manada para hacer turnos de vigilancia por los bosques. Quiero que Nessie no esté sola ni un solo minuto, tendrá que estar vigilada y protegida las veinticuatro horas del día.
―Cuenta con nosotros, por supuesto ―aceptó mi padre sin un atisbo de duda ni titubeo. Su mirada también era de resolución plena, grave―. Nadie se acercará a ella ―aseguró.
―Mañana hablaré con el Consejo. Me gustaría que vosotros también pudierais moveros por los bosques con libertad.
―Trata de convencerles. Eso nos daría ventaja ―declaró Carlisle.
―No te garantizo nada, pero lo intentaré ―afirmó mi chico.
―Si pudiéramos transitar por vuestros bosques, podríamos ser nosotros quien vigilásemos todos los alrededores ―propuso mi abuelo―. Seríamos más eficaces, puesto que nuestro olor no nos delataría tanto como a vosotros, y nosotros podemos subirnos a las copas de los árboles para observar mejor y no ser vistos.
―Yo había pensado más en pedirle ayuda a Ezequiel para ocultar nuestro olor con alguno de sus trucos, pero esto que has dicho me ha dado una idea ―sonrió Jake―. Si él oculta el vuestro, tendremos más ventaja todavía.
―Dudo mucho que ellos estén por aquí ―inervino mamá.
―¿Cómo? ―inquirió Carlisle, mirándola sin comprender.
―Ellos no se arriesgarían tanto ―empezó a aclarar ella―. Saben que en esos bosques están los lobos continuamente, protegiendo a su tribu de los vampiros nómadas que van a visitarles. Razvan, Ruslán y Nikoláy no irán allí hasta que no vean que Nessie está embarazada, hasta que no lo certifiquen. Y lo verán con su semiesfera dorada. Seguramente llevan estos tres años escondidos, comprobándolo continuamente.
Me quedé helada por un instante. Me había olvidado por completo de esa semiesfera…
―¿Quieres decir que ellos tienen acceso a nuestra vida…? ―inquirí con un hilo de voz.
Mamá me miró con cautela, pero al final respondió con sinceridad.
―Eso creo.
―Ezequiel me contó que la semiesfera dorada les muestra a todo aquel que es conocido por ellos ―reveló Alice―. Con saber que alguien existe y su nombre, ya pueden visionarle en el líquido.
Por un momento me entró vértigo y una paranoia tremenda. Porque eso quería decir que esos magos podían ver todo lo que ocurría en nuestras vidas, todo. Desde las cosas más triviales, hasta lo más íntimo… Cuando me di cuenta, mi entrecejo estaba clavado en los ojos y mi boca colgaba con indignación. Empecé a sentir una sensación muy incómoda y extraña, me sentía observada, espiada a cada momento.
―No te preocupes ―prosiguió mi tía Alice, que parece ser que se dio cuenta de lo que pasaba por mi cabeza―. Ellos solamente tienen acceso a la información que verdaderamente sirve a sus propósitos. El líquido de la semiesfera no les muestra aquello que no es necesario.
Mi boca suspiró, algo más tranquila.
―Pero puede que estén viendo esto ahora ―resopló Emmett, nervioso, mirando a todas partes, como si estuviera rodeado de cámaras invisibles.
Eso supondría que quizá ya supieran de mi embarazo.
―¿Y qué hacemos? ―exhalé.
―Le pediremos ayuda a Ezequiel ―sugirió Jake con cara de muy malas pulgas por este nuevo descubrimiento―. Que nos entregue unos amuletos de esos, esas piedras de color celeste, así Razvan y sus socios no podrán seguir viéndonos.
―Pero eso también levantará sus sospechas ―manifestó Carlisle―. Si ven que, repentinamente, ya no nos pueden visionar, sabrán que algo está pasando.
―Sí, pero da igual, Carlisle ―rebatió mi chico, un poco exaltado por la situación―. ¿Qué más da? Si no tenemos los amuletos, también verán todo el movimiento de la casa, nos verán por los bosques, nos verán proteger y escoltar a Nessie…, eso más que sospechas les dejará las cosas bien claras. Y más adelante, la verán embarazada. Es mejor tener los amuletos y que no sepan qué es lo que nos proponemos, ¿no te parece?
―Sí, Jacob tiene razón ―suspiró papá, apoyando los codos sobre su escritorio para frotarse la cara con las manos. Después, las pasó por su cabello y, cuando terminó, habló de nuevo―. Lo mejor es que cada uno de nosotros lleve los amuletos de Ezequiel.
―Le llamaré ahora mismo, en cuanto terminemos esta conversación ―declaró mi abuelo.
―También sería bueno que nos hiciese uno de esos hechizos preventivos, por si acaso a esos magos se les ocurriese atacarnos con alguno de los suyos ―afirmó Jacob.
―Estoy contigo ―apoyó Em.
―Avisaré al aquelarre de Denali ―dijo mi padre―. Toda la gente que pueda venir es poca.
―Es mejor que lo planifiquemos todo cuando lleguemos a Forks y tengamos las piedras ―opinó Jasper―. Será más seguro.
―Cierto ―asintió mi abuelo―. Compraremos unos billetes de avión y viajaremos esta misma noche. Mañana nos vemos y hablamos.
―De acuerdo ―aceptó Jacob―. Hasta mañana, entonces.
―Hasta mañana.
―Hasta mañana, cielo ―se despidió mamá, sonriéndome con una mirada especial, feliz, a pesar de todo esto.
Me fijé bien en ese semblante para quedarme con esa imagen. Era muy alentadora y me tranquilizaba bastante.
―Hasta mañana ―le respondí, correspondiéndole la sonrisa.
Y nos desconectamos.
Jacob apagó el ordenador y apoyó su espalda en el respaldo de la silla, suspirando por la nariz. Yo hice lo mismo, aunque mordiéndome la uña de mi dedo pulgar con preocupación. Jake me observó y se percató de mi estado de ánimo, por supuesto. Se incorporó un poco y se giró hacia mí.
―No quiero que nada nos estropee esto tan especial, ¿me oyes? ―afirmó, cogiéndome las manos y clavándome sus intensos ojos negros con decisión―. No voy a permitir que esos idiotas estropeen esta época tan bonita para nosotros. Todos vigilaremos y te protegeremos, no te preocupes, no va a haber un bebé más protegido en el mundo que el nuestro. Esos malditos no os tocarán ni un pelo. Pero tampoco quiero que estés todo el tiempo preocupada, pensando en ello. Quiero que disfrutes del embarazo como si nada de esto estuviera pasando, ¿vale? Yo pienso hacerlo. Vamos a tener un hijo y quiero disfrutar de cada momento.
Solté sus manos y me lancé a él para abrazarle con fuerza. Él me arropó con sus fuertes brazos y automáticamente me sentí segura y protegida. Jacob siempre había sido mi ángel de la guarda, y seguiría siéndolo toda la eternidad.
―¿Lo harás? ―susurró, sin despegarse de mí―. ¿Disfrutarás de esto?
―Sí ―asentí, procurando que el nudo de mi garganta no se soltase.
Iba a ser difícil, pero pensaba intentarlo con todas mis fuerzas, por él y por mí.
Se separó de mi cuerpo un poco, pero solo lo justo para que su rostro llegase al mío. Me besó con suavidad, entrelazando sus labios con dulzura mientras los míos se entregaban a ellos ciegamente, ya presos de esa energía mágica incipiente. Después, terminó el beso, me miró y sonrió.
―¿Sabes lo que voy a hacer ahora? ―dijo, sonriente, separándose de mí para girar su cuerpo hacia el escritorio―. Voy a dibujar la cuna ―y cogió un folio de la impresora.
―¿Ya? ¿Tan pronto? ¿Ahora? ―me reí.
―Ahora mismo ―afirmó, arrimándose a la mesa mientras sacaba un lápiz del bote donde los metíamos. De pronto, cayó en algo y se irguió, frunciendo el entrecejo, pensativo―. Bueno, primero voy a llamar a Leah para que venga. Quiero darle la noticia y hablarle de todo esto. Cuanto antes se ponga manos a la obra con la manada, mejor ―declaró, sacándose el móvil del bolsillo de su pantalón corto.
Marcó varios botones de su teléfono y se lo colocó en la oreja. Después de bastantes tonos, Leah por fin descolgó.
―¿Qué demonios quieres? Mi turno es de noche ―protestó, respirando agitadamente.
―¿Quién es? ―se escuchó preguntar a Simon.
Ups.
―Vaya, vaya, ¿te pillo ocupada? ―se burló Jake, apoyando la espalda en el respaldo de nuevo.
―¡Idiota, sabes que sí! ―bufó, muy enfadada.
―Vale, mujer, vale, no te cabrees. ¡Uf, qué carácter!
―¿Qué quieres? ―inquirió de malos modos―. Y, venga, rapidito.
Jake me miró y puso una mueca que decía a las claras: cualquiera le dice nada.
―Nada, déjalo ―se rio―. Pásalo bien.
―Idiota ―farfulló Leah, malhumorada.
Y colgó.
―Creo que llamaré a Quil ―me dijo, ya marcando su número.
Solté una risilla.
El mencionado no tardó tanto en descolgar el teléfono.
―Qué pasa, tío.
―Qué tal. Oye, necesito que tú y unos cuantos vengáis hasta mi casa. Tengo que contaros una cosa ―le comentó Jacob.
―¿Ha pasado algo? ―inquirió Quil, y por su tono de voz deduje que ya se había envarado.
―Es algo bueno y malo. Verás, no puedo contártelo por teléfono, ¿vale? Necesito que vengáis.
―Vale, avisaré a Leah para que organice un grupo.
―No, deja ―le paró―. Avisa a Embry. Leah está ocupada, tú ya me entiendes.
Quil se carcajeó al otro lado de la línea y Jake le acompasó. Vaya dos. Seguro que sabían un montón de secretos, esos que solo una manada conectada telepáticamente conoce. Pobre Leah…
―Estare ahí con un grupo dentro de veinte minutos ―aseguró Quil.
―Genial. Os veo, entonces.
―Hasta luego.
Ambos colgaron casi a la vez.
―Bueno, ahora sí ―sonrió, inclinándose hacia delante―. Vamos a dibujar esa cuna. A ver, ¿cómo la quieres?
Rodé las ruedas de mi silla y me arrimé a él, sonriente, agarrándome a su cálido brazo.
―¿Que cómo la quiero?
―Sí, dime. Grande, pequeña, de barrotes anchos, estrechos, blanca, azul… ―empezó a recitar, cogiendo una regla para que las líneas fueran rectas.
Lo pensé detenidamente.
―Pues… me gustaría que no fuera muy grande, pero sí de barrotes anchos. Ah, y blanca, con algún dibujo ―sonreí, animada.
―A ver qué te parece… esto ―dibujó un boceto a mano alzada con rapidez―. ¿Así? ―me mostró cuando terminó.
―Mmm, un poco más grande.
―¿Más grande?
―Sí, un poco más ―reí, pegándome más a él.
Me encantaba verle tan entusiasmado.
―Vale, nena, pues más grande ―aceptó, dándome un beso corto. Luego, eliminó una parte con la goma de borrar y sopló para quitar los restos de la misma―. A ver así.
Le añadió un pequeño trozo más a lo dibujado y me lo mostró.
―Eso está mejor ―sonreí, dándole un beso en la mejilla.
―De acuerdo ―sonrió él también―. Vamos allá.
Y se puso a diseñar la cuna en ese folio más detenidamente.

11 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^

    MUCHISIMAS GRACIAS POR SEGUIR AQUÍ, LEYÉNDOME!!!! SOIS MUY BUENOS CONMIGO!!! Y ME DECÍS ESAS COSAS TAN BONITAS SIEMPRE... ¡SOIS LOS MEJORES!!

    Me alegro mucho de que todos ya estéis más animados y que todo empiece a ir mejor!!!!

    Bueno, bueno, ya vemos cómo se lo toman los Cullen en este capítulo ;)

    Lametones para todos!!!

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  2. Hola jacob&nessie!!
    Muchas gracias por el capitulo de hoy =) me ha gustado mucho.
    Y que tierno Jacob haciendo un boceto para la cuna =D
    besos, nos vemos en el siguiente capitulo!!!

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  3. hola!!!
    me gusto mucho este...capi...los cullen ya preparandose..y jacob dibujano una cuna....genial sos la mejor segui asi tamara....salu2 el martes el proximo....y salu2 a todas a mis amigas de la distancia

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  4. Hola; me gusta , me gusta, me gusta ...la felicidad de todos es wooooaaauuu muy contagiosa...felicidad y preocupacion a la vez ..muy buen capitulo...nos leemos en el siguiente
    gracias
    elsa

    un abrazo y un saludo a todos

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  5. ah! Tama. cuando colgas los capis? soy nueva en esto. xD
    Qeeeeeeeeee lindo! Todo lo del bebe. que pena que no lo pueda disfrutar un poco mas! Pero bueno.. Y lo de leah al final. JAJAJ Pobre! que bajon! :P
    SOL*

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  6. HEYYYYY hola Jacob&nessie me ha encantado este capi super tierno y cool , chevere divertido y encantador ...jake super feliz con el diseño y los cullen preparandose jajajaja que lindo capi....gracias por subirlo cuidensen mucho y un gran abrazo..:)

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  7. me encanta,. lo juro :) Te felicito, no sé de donde sacas tanta imaginación,. aunque supongo que es un don xD
    Muchas gracias!

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  8. hola!!!!!!!!!!!! JACOB&NESSIE te felicito x los capitulos, no lo pude leer antes xq no tengo mas internet en casa. bolviendo a los cap. no lo puedo creer nessie enbarazada.... bueno espero q todo salga bien .... besos y abrasos.
    muchas gracis x todo!!!
    :) yani de argentina

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  9. MUJER!!!
    Yo jamas habia comentado es la primera vez ke lo hago... pero es ke eres unica Dios me he leido todos tus libros en 2 semanas...... me estoy volviendo loca!!! eres super tamara... felicitaciones tienes un don!!! naty....

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  10. hola gran amiga... támara....... quería con tu permiso escribir una pregunta para que contesten todas mis amigas...tu también...puedes contestar...la pregunta es.... todo que ver con la saga crepúsculo ¿que cosas le cambiarían o agegarian a la saga.? y te paso a mencionar por que de esta pregunta...


    Paso que estuve leyendo la corta segunda vida de bree tanner y como que pense..que mal que termino lo de bree..y como que re triste su historia...entonces por esa la cuestion...y la pregunta.... otra cosa interesante es lo que puso S.M:

    "Me pregunto qué te parecerá Bree. En Eclipse es un personaje muy breve y
    en apariencia trivial. Su vida se reduce a cinco minutos desde el punto de
    vista de Bella, y aun así, qué importante es su historia para la comprensión
    de la novela. Cuando lees la escena de Eclipse en la que Bella está mirando
    fijamente a Bree y la considera como su posible futuro, ¿en algún momento
    se te ocurrió pensar en lo que habría llevado a Bree hasta esa situación en el
    tiempo? Cuando Bree le sostiene la mirada, ¿te preguntaste cómo vería ella a
    Bella y a los Cullen? Es probable que no. Pero aunque lo hicieras, apostaría a
    que nunca te imaginaste sus secretos.
    Espero que Bree acabe despertando en ti el mismo afecto que yo siento
    por ella, aunque en cierto modo no deje de ser un deseo cruel. Ya sabes que
    las cosas no acaban demasiado bien para ella. Pero al menos conocerás toda
    la historia..
    ......como re tragica la historia que la de bree y diego que nunca pudieron estar juntos....que es re distinta..esta hermosa historia.....la de jake y nessie que es la mejor......no hay duda...bueno es la pregunta...si pueden contestar amigas lo que les parece...

    y salu2 a:
    ELSA,CATHY Y KELLY,KIARA,TAMARA(JACOBYNESSIE),INI NARVEL
    y sol espero que tambien podamos ser amigos el distancia...y ser como familia...ja
    y palabras de gratitud..para tamara....que sos una escritora increible...segui asi.....salu2

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  11. Gracias por las palabras Andres! :)
    Re tiernas!
    SOL*

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