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NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").
Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏
CAPITULOS:
PARTE DOS: NUEVA ERA
RENESMEE:
77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
GIRO
―¡Oh, Nessie, es genial! ―exclamó Rachel, pillándome totalmente desprevenida
al abrazarme con esa alegría desbordante―. ¡Enhorabuena, Jacob y tú vais a ser
papás!
Su cariñoso abrazo hizo que saliera de mi estado de shock inicial,
pero sus palabras también aportaron algo más, en contra de mi voluntad. Mi
mente ya quiso empezar a fraguar sus últimos vocablos, haciendo que esa pequeñísima
parte de mí que antes había comenzado a hacer mella, ahora quisiera explotar
para llenar mi cuerpo de esa energía nueva. Mis mariposas ya iniciaron sus
aleteos, embargadas por miles de sensaciones y sentimientos, pero las detuve. Respiré
muy hondo y conseguí reprimir todos esos sentimientos a tiempo.
―Gracias… ―no se me ocurría decir nada, aún estaba demasiado
sorprendida y confusa, no sabía qué sentir, y solté eso más por educación que
por otra cosa.
Rachel se despegó de mí.
―Ya verás cuando se entere Paul y el resto de la manada ―rio,
acariciándome las mejillas.
Cogí sus manos, retirándolas de mi rostro, y las sostuve entre las
mías, a la altura de la cintura.
―Preferiría que no dijeras nada todavía ―le pedí, sonriéndole como
pude―. Primero querría que lo supiera Jacob.
―Claro, cómo no ―aceptó con una sonrisa―. Esperaré a que Jake se lo
cuente a la manada, no te preocupes.
―Gracias ―le sonreí de nuevo.
De pronto, su teléfono móvil comenzó a sonar. Rachel lo sacó del
bolsillo de su chaqueta y lo miró.
―Ah, es Paul ―descolgó y se lo puso al oído―. Dime, cariño.
―Hola, cielito ―escuché que le decía su marido al otro lado del
auricular, usando ese término en español. Desde que se habían ido de viaje de
novios a México, siempre lo usaba―. Ya terminé la jornada, ¿dónde estáis, que
paso a recogeros?
―Estamos en casa de Jake y Nessie ―le contestó, mirándome con una
sonrisa cómplice que a mí me hubiera gustado corresponder, pero que me fue
imposible―. Hemos venido a hacerle una visita.
―¿Y vas a quedarte más tiempo?
―No, ya me iba a marchar. Ya se me ha hecho tarde, y todavía tengo que
bañar a los niños ―me sonrió como si me estuviese advirtiendo de lo que me
esperaba el día de mañana.
Genial.
―Ah, bueno, entonces os paso a buscar dentro de cinco minutos, ¿de
acuerdo? ¿Te dará tiempo?
―Sí. Preparo a los niños y te espero.
―Bien. Hasta luego, entonces.
―Hasta luego ―sonrió, esta vez dedicándole esa sonrisa a Paul.
Y los dos colgaron.
―Tengo que…
―Sí, ya lo he oído. Tienes que irte ―le sonreí.
―Sí ―rio, guardándose el móvil en el bolsillo.
Esto me venía muy bien, porque ahora por fin iba a tener tiempo a
recapacitar a solas.
―Vale, te acompaño a la puerta ―le dije, echando a andar.
Ambas salimos del baño y bajamos las escaleras. Justo cuando Rachel
consiguió sentar a Andrew y a Zoe en la silla doble, Paul picó a la puerta.
Después de que mi cuñado charlara un rato conmigo y me revelase que Jacob
también estaba a punto de terminar su turno, abandonaron mi casa. Rachel se
marchó sin poder decirme enhorabuena otra vez, y se notó que se quedó
con las ganas, pero parecía que iba a cumplir mi petición.
Me dirigí al saloncito y me senté un uno de los sillones que adornaban
la zona de la chimenea, a esperar a Jake. Mis dedos volvían a ser un revoltijo
que se enredaba y se desenredaba sin parar.
Todavía no me lo podía creer. Estaba embarazada. Embarazada. Tuve que
repetirme esa palabra varias veces en mi cabeza, porque aún no daba crédito,
seguía demasiado confusa, no sabía qué sentir. Pero era cierto, estaba
embarazada. Embarazada de Jacob.
Fue escuchar esto último en mi cabeza y esta vez me fue imposible
reprimir todos esos sentimientos que habían querido explotar al principio. Las
mariposas se agitaron en mi estómago y no pude contener una sonrisa bobalicona.
Sí, mi vientre albergaba a su hijo, a nuestro hijo. Una parte de él y una parte
de mí, las dos unidas para formar un solo ser, un milagro. Me sorprendí a mí
misma con la mano apoyada en mi barriga al tiempo que sonreía como una tonta.
¿Podía ser que esto no fuera tan malo como yo pensaba? No, claro que
no lo era. Al contrario. Lo que yo llevaba dentro era maravilloso, lo sabía, lo
sentía. Mi mente no tardó en imaginarse a nuestro bebé, ya lo había soñado
alguna vez. Nuestro bebé… Las mariposas volvieron a iniciar el vuelo y mi mano
acarició mi todavía vientre plano. Nuestro bebé: un niño parecido a Jacob,
hermoso, de cabello azabache, con su piel cobriza, aunque clareada por la
mezcla de la mía, de ojos grandes, brillantes y negros, risueño, alegre,
travieso…
Entonces, de repente, ese primer sentimiento de shock y confusión, ese
rechazo inicial, lo que antes me parecía un fallo enorme, se transformó por
completo, invirtiéndose en una felicidad inmensa. No puedo explicar lo que
sentí en estos momentos, era nuevo, indescriptible y maravilloso. Jamás me
había parado a pensar en esto. No voy a negar que, aunque nunca me había planteado
tener hijos todavía, alguna vez me imaginé embarazada de Jacob, pero esto era
completamente diferente, porque ahora era realidad, y podía sentirlo, creerlo,
vivirlo… Y lo que sentía era infinitamente mejor a todo lo que me había podido
imaginar.
Sin embargo, la sonrisa se me fue rápidamente de la cara cuando mi
pesadilla se plantó en mi cabeza, aporreándola con insistencia para advertirme.
Porque esto era muy peligroso, no podía olvidarlo. No solo la vida de nuestro
bebé corría peligro, sino que la mía también… Y esto último, sobre todo, ante
todo y con total seguridad, es lo que Jacob no iba a permitir. Jamás. Jamás
permitiría que a mí me pasara algo, así como yo jamás permitiría que a él le
ocurriese algo. Esto lo sabía con absoluta certeza.
Por un momento me invadió una oleada de temor y dudas que trajo una
sensación de incertidumbre tremenda, estrellándola con estrépito contra todos
estos maravillosos sentimientos y emociones, los cuales fueron barridos con la
fuerza de un tsunami para guardarlos y esconderlos dentro de mi ser. Me regañé
a mí misma por haberme dejado llevar. No debía emocionarme, debía reprimir este
tipo de sentimientos, pues podía ser que no… que no pudiera… tenerlo.
Mi mano se aferró a la camiseta que cubría mi vientre, reflejando el
congelamiento que mi alma sufrió de repente ante tal pensamiento. No, ahora ya
era demasiado tarde, porque ya me había dado tiempo a saborear esos
maravillosos sentimientos y me había dado cuenta de cuánto deseaba este bebé.
Sí, ahora lo sabía con total seguridad, no tenía ninguna duda. Quería tenerlo. Pero…
…tampoco podía olvidar mi horrenda pesadilla, y eso hizo que mi
corazón se acelerase, temeroso… Me dominó el temor de nuevo al ver esas
horribles imágenes, hasta tal punto, que estaba aterrada. ¿Y cómo reaccionaría
Jacob cuando se lo dijera?
De pronto, la puerta de casa se abrió y pegué un pequeño bote en el
asiento, dejando todos mis pensamientos colgando.
―Nessie, ya estoy en casa ―anunció Jake con alegría, caminando hacia
el salón.
Me puse de pie inmediatamente y me quedé plantada en el sitio, de
espaldas a la chimenea, enroscando mis dedos sin parar mientras miraba la
entrada del saloncito, llena de nervios. Ni siquiera sabía por dónde empezar,
cómo decírselo…
Jacob entró en el salón, luciendo una de sus enormes y maravillosas
sonrisas.
―Hola, preciosa ―me saludó, corriendo hacia mí para besarme.
Y yo me moría por hacer lo mismo. Pero su sonrisa desapareció y sus
pies se pararon en seco cuando observó mi rostro mejor.
―¿Qué pasa? ―quiso saber, acercándose a mí otra vez. Llevó sus cálidas
manos a mi cara y estudió mi expresión, alarmado―. ¿Ha ocurrido algo?
―Tengo… tengo que decirte una cosa ―solo conseguí que me saliera un hilo
de voz mientras mis ojos miraban a los suyos con inquietud.
―¿Qué pasa? ―repitió, observándome preocupado.
―Creo… creo que será mejor que te sientes ―sugerí, colocando las manos
en su pecho desnudo y empujándole levemente hacia el sillón que tenía detrás.
No sé por qué se lo dije a él, porque la que necesitaba hacerlo era
yo.
―No, no quiero sentarme ―se negó, nervioso, poniendo los brazos en
jarra con evidente inquietud―. Dime, ¿ha pasado algo?
Tragué saliva.
―¿Recuerdas… los vómitos que tengo estos días? ―murmuré, mirándole con
cautela.
―¿Estás enferma otra vez? ―inquirió, llevando sus manos a mi rostro de
nuevo para escudriñármelo con ansiedad.
―No, no es eso ―le calmé, retirando sus manos de mis mejillas con
delicadeza. Las besé y las solté para darme la vuelta, enredando mis dedos por
enésima vez. Jacob se quedó en silencio, esperando mi respuesta. Respiré hondo
y me giré hacia él, mirándole a esos ojos que ahora me observaban confusos―.
Estoy embarazada ―solté finalmente.
Jacob se quedó paralizado por un instante, incluso su corazón pareció
detenerse. El mío lo hizo junto con el suyo, esperando su reacción. Pero después,
su boca se abrió ligeramente, sorprendida, parpadeó dos veces y, por fin,
reaccionó. Su corazón empezó a latir como loco al tiempo que jadeaba con
emoción, y sus labios se fueron curvando hacia arriba lentamente, hasta que su
boca se transformó en una amplia sonrisa. Todo su rostro se iluminó. Sus ya de
por sí brillantes ojos negros no tardaron en ser centelleantes del todo,
desbordaban felicidad por todos los sitios, y me observaban como si hubiera
visto un milagro o algo así.
Mi corazón volvió a latir con fuerza al ver su reacción.
―Nessie… ―susurró, emocionado.
Ya no me dio tiempo a nada más. Me tomó por la cintura con un arrebato
entusiasmado y me arrimó a él para besarme.
Sus efusivos besos traían algo nuevo. Desbordaban una mezcla de
felicidad, emoción, alegría y pasión. Sus manos se aferraban a mi espalda y mi
cintura para pegarme a su cuerpo con un amor desbordante, con toda su alma, era
tan intenso, que podía sentirlo en mi pecho, abrumándome por completo. Eso hizo
que toda duda, todo temor en mí desapareciera automáticamente. Ya no los retuve
más en mi corazón, era imposible. Le dejé vía libre a todas mis emociones, a
todos mis sentimientos, y mis mariposas explotaron en júbilo, llenando todo mi
cuerpo de una felicidad que me recorrió como una mágica corriente eléctrica que
hizo que mis ojos no pudiesen reprimir las lágrimas. Algo nuevo había nacido en
mí, en nosotros. Ambos éramos inmensamente felices. Rodeé su cuello con mis
brazos y me apreté a él con una avidez llena de alegría, pasión y felicidad. Correspondí
sus alocados besos con entusiasmo y emoción, dejándome llevar por este
maravilloso sentimiento compartido, por esa sensación indescriptible, y mi mano
se aferró a su cabello para que este mágico beso no terminase nunca. La energía
bailaba a nuestro alrededor con aires frenéticos, envolviéndonos con su brisa
mística y espiritual.
No sé cuántos minutos estuvimos besándonos con este entusiasmo rayano
en la locura, pero cuando Jacob consiguió evadirse de la energía que nos
incitaba a seguir y terminó el beso, ya había oscurecido algo. Ni siquiera me
dio tiempo a recuperar el aliento y la cordura, Jake me alzó acto seguido y
comenzó a dar vueltas conmigo mientras se reía.
―¡Nessie! ¡Nessie! ―exclamaba sin dejar de reír y girar a la vez que
me miraba con esa felicidad.
Me contagié de su risa al instante.
Después de varias vueltas, me dejó en el suelo. Puso su mano en mi
vientre plano y me miró a los ojos con esas pupilas alegres y emocionadas.
―¿De… de cuánto estás? ―me preguntó, entusiasmado.
―Según el test de embarazo, de doce días ―le revelé―. Pero tendría que
hacerme una analítica para confirmarlo.
―Son casi dos semanas ―murmuró. Su vista bajó y su mano se metió por
debajo de mi camiseta para palpar mejor mi vientre. Me hizo un poco de gracia,
porque esta misma mañana me había visto desnuda y me había tocado de sobra, pero
ahora no hacía más que acariciar mi barriga, como si tuviera que cerciorarse
bien. Entonces, sus ojos volvieron a los míos, mirándome con emoción―. Eso
quiere decir que es…
―Un niño, sí ―me adelanté yo, sonriéndole―. Sé que te hacía más
ilusión una niña, pero…
―¡¿Qué dices?! ¡Un niño! ¡Es genial! ―me cortó, levantándome de nuevo
mientras ambos nos reíamos.
Cuando terminó de darme esa vuelta, dejó que mis pies se posasen en el
suelo otra vez.
―¿Y cómo… cómo ha sido? ―inquirió, contentísimo―. Bueno, vale, eso ya
lo sé, claro. Me refiero a cómo ha podido suceder. Estabas tomando la píldora,
¿no?
―Se me olvidó tomarla mientras tuve la gripe ―le confesé, mordiéndome
el labio mientras le miraba con cara de no haber roto un plato nunca―. No me di
cuenta hasta hoy.
Hizo una mueca.
―Yo tampoco me acordé, la verdad ―reconoció, rascándose la nuca―. Un
momento ―cayó de repente, hablando con efusividad―, si estás de doce días…
―contó con los dedos para asegurarse y siguió―, quiere decir que lo concebimos
tu último día de gripe.
―Sí. No sé cómo pudo pasar ―suspiré, aunque con alegría―. Solo llevaba
tres días sin tomarla, y justo cuando lo hacemos por primera vez después de mi
gripe, va y sucede. Vale que la efectividad de la píldora había bajado, pero
las probabilidades de que me quedase embarazada a la primera eran mínimas.
―Nena, soy el semental de la manada, ¿recuerdas? ―presumió de pronto,
mostrándome su sonrisa torcida―. Conmigo no hay probabilidades mínimas que
valgan.
―Ya lo veo, ya ―me reí.
―¡Guau, un niño! ¡Todavía no me lo creo! ―exclamó, despegándose de mí
para comenzar a dar paseíllos rápidos al tiempo que alzaba el rostro hacia el
techo y llevaba sus manos a su nuca, con una enorme sonrisa en la cara. Luego,
sus manos descendieron, llevando una a su barbilla, y pasó de mirar al techo a
mirar al suelo, pensativo. Eso sí, sin dejar su caminata―. Hay que pensar en el
nombre. Ah, y tendremos que cambiar la habitación del ordenador para adaptarla
al bebé ―empezó a divagar en voz alta. Sonreí, por muchas cosas. Por verle tan
feliz, tan animado y entusiasmado, por escuchar la palabra bebé de su
boca… Él seguía a lo suyo―. El armario nos sirve, pero podríamos empapelarlo
para que sea más infantil. El escritorio… Mmm… sí, de momento se puede quedar
en su sitio. Eso sí, habrá que quitar la cama y poner la cuna ahí. La cuna la
haré yo. Nathan entiende mucho de carpintería, tendré que preguntarle a ver
cómo se hace una cuna, porque no tengo ni idea.
―¿Vas a hacer tú la cuna? ―pregunté, gratamente sorprendida.
―Sí, quiero hacérsela yo ―afirmó. De pronto, se giró y me miró con
dudas―. ¿O prefieres que se la compremos?
―No, prefiero que se la hagas tú ―declaré, sonriendo―. A mí también me
hace más ilusión que se la haga su padre.
La cara de Jake volvió a iluminarse al escuchar esa palabra, aunque yo
tengo que reconocer que mis mariposas hicieron de las suyas al oírlo de mi
propia voz, qué tonta. Se acercó a mí y me cogió por la cintura de nuevo.
―Todavía no me lo creo ―repitió, sonriéndome con ganas―. Un niño. Esto
es lo que menos me importa de todo, pero, ¿sabes lo que eso significa? Él será
el primero de nuestros hijos varones. Él será el futuro Alfa de la manada.
―Sí ―sonreí.
Sin embargo, mi sonrisa se disipó con rapidez, porque sus palabras
volvieron a traerme a otra realidad, y esta era demasiado cruda.
―¿Qué pasa? ―se percató, cambiando su rostro alegre por uno
completamente serio.
―Mi pesadilla ―le recordé, mirándole a los ojos con angustia.
Se hizo un silencio grave que se me hizo eterno.
―No se cumplirá ―aseguró con convicción.
―Pero, Jake, todo lo que habíamos planeado se ha venido al traste
ahora. Razvan, Nikoláy y Ruslán se acabarán enterando de que esperamos un hijo,
un hijo varón…
―Jamás permitiré que os pase nada ―afirmó, mirándome con
determinación―. Siempre, siempre os protegeré.
Me encantó que ya usase ese plural, eso provocó que mis mariposas
saltaran con emoción una vez más. Me di cuenta de que las cosas habían cambiado
entre nosotros. Seguían siendo iguales, sin embargo, habían adquirido un matiz
diferente, la paleta tenía otro color más. Jake jamás permitiría que me pasase
nada a mí, por supuesto, pero ahora se había producido un pequeño giro. Ahora
el bebé también entraba en esa ecuación para hacer de nosotros otro todo. Jacob
nos protegería a los dos hasta la muerte.
Jake se separó de mí y comenzó otro paseíllo, aunque este por otros
motivos.
―Reorganizaré a la manada ―declaró, hablando con cierto nerviosismo―.
Vigilaremos la zona continuamente y haremos turnos de vigilancia las
veinticuatro horas. Nunca estarás sola, siempre estarás escoltada y protegida
―se acercó a la ventana, corrió el estor con la mano y echó una ojeada al
bosque―. Llamaremos a tu familia para darles la noticia, pero también tendremos
que contárselo todo, para que vengan. Cuantos más seamos para protegeros, mejor
―dejó la cortina en su sitio y volvió a caminar, retransmitiendo todo lo que
iba pensando―. Ellos no pueden moverse por nuestro territorio, pero pueden
quedarse por la casa para vigilar, aunque puede que consiga convencer al
Consejo para hacer una excepción temporal. Nosotros nos encargaremos de buscar
a esas sanguijuelas y de darles caza ―se paró justo frente a mí y me miró con
resolución―. Les atraparemos y me los cargaré de una vez por todas, te lo
prometo ―juró, enganchándome con esos ojos seguros y decididos.
―Siento que esto ocurriera justo ahora ―murmuré, bajando la vista―. La
manada ya tiene bastante con los nómadas que vienen de todas partes, y ahora
tienen que estar pendientes de mí…
Jake cogió mi barbilla con la mano y me alzó el rostro para que le
mirase.
―Para ellos será un honor proteger al futuro Alfa, te lo aseguro
―afirmó, hablándome con un murmullo ronco.
―Sí, ya lo sé ―suspiré, cerrando los ojos―. Pero esto no deja de ser
peligroso para ellos, para ti. No podía haber un momento peor para mi embarazo.
De repente, Jake se quedó mirándome embobado durante un rato, hasta
que alcé las pupilas. Entonces, clavó sus intentos y penetrantes ojos en los
míos, hipnotizándome como siempre hacía, casi no podía ni moverme, y comenzó a
acercar su rostro lentamente, haciendo que el mío también le acompasase sin
remedio. Todo pasó a un segundo plano, todo. La energía empezó a fluir a
nuestro alrededor al mismo tiempo que mi estómago era tomado por esos coloridos
insectos de siempre y mi corazón se aceleraba, ansioso porque su boca tocase ya
a la mía. Cuando su tórrido rostro rozó la piel del mío y su abrasador y dulce
aliento acarició mis labios, no pude evitar que mis ojos se cerrasen y mis
bronquios dejasen escapar un estimulado jadeo.
―Yo soy el hombre más feliz del universo entero ―susurró en mi boca,
pegando su rostro aún más.
―Jake… ―suspiré, metiendo mis dedos entre su pelo.
―Todo saldrá bien, te lo prometo. Confía en mí.
¿Cómo no iba a confiar en él? Era el Gran Lobo, el invencible Gran
Lobo. Ningún mago, por poderoso que fuera, tenía suficiente poder para
vencerle. Recordé la profecía. No sé por qué, simplemente llegó a mi cabeza
como un chispazo esperanzador, junto a sus palabras. Esta también me decía que
todo saldría bien, me lo ratificaba, y por un momento sentí un alivio enorme.
―Sí ―susurré.
Sus ardientes labios por fin me dejaron sentirlos. Los entrelazó con
los míos con suavidad y calma, alzando mi labio superior con cada roce,
haciendo que suspirase sin parar. Su boca se detuvo repentinamente, pero a la
mía no le dio tiempo a ir a buscarla.
―Te quiero ―musitó, dejando que su abrasador aliento se mezclase con
el mío.
―Te quiero ―conseguí decir con un hilo de voz, pues casi no era capaz
de hablar, de la emoción.
Y sus labios volvieron a unirse a los míos, felices.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMUCHISIMAS GRACIAS POR SEGUIR AHÍ, SOIS TODOS UN SOL, COMO JACOB!!!!
PUES SÍ, NESSIE ESTÁ EMBARAZADAAAAAAA!!!! =º)
Ya veremos cómo reacciona Jake (bueno, ya lo habréis visto en el capi de hoy, claro ^^ )y cómo reaccionan los Cullen, qué pasará con Razvan y compañía... =S Qué de cosas!! jaja.
Sol: qué guay, ya nos has alcanzado!!!!
Kelly: dale muchos besitos y ánimos a Cathy de nuestra parte. Me alegro de verte por aquí!!!!
Andres: también me alegro de que ya estés más animado!!!! Ánimo, que mira que de amigos tienes en la manada!!!
Bueno, pues nada más. Ahora me voy al trabajo, jaja.
Lametones para todos! Auuuuuuuuuuuuuu!!!!
Holaaaaaa!!!!!
ResponderEliminarjacob&nessie.
Nessie embarazada de un niño que guayyyyyy =D
Y vamos a ver que pasa con esos magos.
El capi muy chulo como simpre un beso!!!!!
De:jennifer ^,...,^
heyyy chicos los he extrañado millon, pero me fue imposible conectarme estos dias....pero wuau acabo de leer fallo y jajja nessie embarazada que genial noticia y ahora en GIRO está algo asustada los sueños que tiene no son muy buenos, pero jake la protegera igual ..ya quiero ver como reaccionan los cullen han de estar muy felices...Chicos un abrazatos inmeso para todos Tamara(jacob&nessie, Andres,kelly cathy..kiara..elsa...saludos cuidense muchoo
ResponderEliminarhola jacobynessie(tamara)
ResponderEliminarel capitulo..sin palabras..10 !!!me gusto mucho...de por si por que jacob lo tomo re bien...y tambien la resolucion de protegerla...para que el sueño no se cumpla...pero eso ya lo vamos a ver lo que pasa....ya quiero ver la raccion de la familia cullen...especialmente de alice...sos grandiosa...talentosa...sos la mejor...salu2
salu2 y cariño a mis amigas...elsa kiara ini narvel kelly y cathy cuidensen y un abrazo enorme....
espero con el proximo....el sabado salu2!!!!!
ResponderEliminarMuy bueno!!!
ResponderEliminarUna pregunta... no quiero sonar muy ignorante pero: Por que solo por que tiene 12 dias de embarazo saben que es varon?
-Lizbeth, Republica Dominicana
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarLizbeth: ¿Que por qué lo saben? Pues porque recuerda que si Jake y Nessie tenían una niña, sería un semivampiro metamorfo como Nessie, y Nessie ahora ya tendría que tener algo de barriguita ^^ (el embarazo duraría un mes, como el de Bella), y si era niño, sería un niño metamorfo, y el embarazo sería normal, así que no tendría barriguita. Cuando Jake palpó el vientre de Nessie y vio que no tenía barriga, ya adivinó que se trataba de un niño Espero haberme explicado bien ;)
Lametones para todos!!!
Hola jacob&nessie , muy bueno el capitulo ,....no esperaba otra reaccion de jake, claro que iba a estar super feliz , el futuro alfa viene en camino....te digo tamara escribes ... SUPER .. esto es una maravillosa ...ADICCION ..pues siempre me dejas con ganas de mas....con ansias espero el siguiente
ResponderEliminargracias
elsa
amigo andres; me da gusto que estes de mejor animo , eso me pone muy contenta y por aqui todo bien gracias
kelly ;me dio gusto leerte ,espero que con todo lo que haces te des un ratito para ti, cuidate ok, saludame a cathy dale un beso cariñoso de mi parte
ini narvel ,ojala que por lo que no te conectaste aiga sido por andar ocupada y no por salud , cuidate
a todos mis amigos un saludo y un abrazo
Pues Si, tama! Ya los alcanze. Y cuando uno piensa que la cosa no se puede poner mejor... chan! Un bebe.
ResponderEliminarUhh! pero lo malo es que ahora vpy a tener q esperar q cuelgues los capis.. UFAA! :P
Beso a Todos!
sol*