Imagen

Imagen
PINCHA SOBRE LA IMAGEN SUPERIOR para acceder a los CAPÍTULOS de la saga DESPERTAR

Seguidores

Translate

jueves, 15 de septiembre de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 84: REENCUENTRO



TODOS LOS CAPÍTULOS ESTÁN REGISTRADOS EN SAVECREATIVE PARA EVITAR PLAGIOS


NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC, YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^



NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").

Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏


CAPITULOS:

PARTE DOS: NUEVA ERA

RENESMEE:

77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html


REENCUENTRO


Mi madre estaba muy nerviosa, lógicamente. No paseaba de aquí para allá, pero enredaba sus manos en un nudo de dedos frenéticos. Mi padre intentaba calmarla, frotándole los brazos, sin embargo, mamá tenía la mirada enfrascada en el suelo. Parecía estar meditando todo lo que le iba a decir a Renée, así como cada una de las posibles reacciones de esta, para estar preparada.
Alice se concentraba en un intento de ver qué iba a pasar, pero mientras Jake y yo estuviéramos presentes, era imposible que viera nada, así como estos días atrás no había visto que Renée iba a aparecer en la fiesta de cumpleaños, puesto que la misma estaría llena de metamorfos. En el momento en que mi familia había decidido asistir a la fiesta, Alice ya no podía ver nada.
Charlie todavía no estaba en la casa, pues había decidido ir él mismo a buscar a Renée a su hotel, más que nada para ayudarla y acompañarla en estos momentos tan extraños y desconocidos para ella llenos de incertidumbre. Creo que Renée necesitaba su apoyo más que nunca, aunque también tenía a Phil a su lado, quien, al parecer, también había venido, pero, claro, este último no sabía ni la mitad y no lo iba a saber nunca. Phil tan solo sabía que Renée por fin iba a ver a su hija. Me pregunté si él también iba a venir a la casa. Ayer mi abuelo, después de superar su estado de shock, había salido en busca de Renée para tranquilizarla un poco más, aunque él era todo un manojo de nervios. Puede que ella decidiera no venir, pero Charlie estaría con ella fuese cual fuese su decisión. Al fin y al cabo, era de la hija de ambos de quien se trataba.
Yo también estaba nerviosa. Tal vez al final no podíamos decirle que tenía una nieta, pero la posibilidad de que sí se lo dijésemos también estaba ahí. Como cuando era una niña, una vez más me tenía que enfrentar al temor de ser rechazada, porque, para qué nos íbamos a engañar, a ojos de cualquier humano yo seguía siendo un bicho raro, un ser extraño que incluso les podía provocar cierto temor o aversión. Aunque esto no era nada comparado con lo que mamá estaba pasando, claro.
Mi madre ya esperaba en el salón, con sus lentillas marrones puestas. No solo las llevaba por Renée, sino que Charlie jamás había visto sus ojos dorados, aunque a estas alturas... Creo que mi abuelo sabía de sobra que el iris de mamá era idéntico al de aquellos que la rodeaban, pero que prefería no verlo directamente, es por eso que mi madre seguía llevando esas dichosas lentillas.
La estancia permanecía en un silencio tal, que el único sonido que se oía eran los dos repiqueteos acompasados de mi corazón y el de Jacob, aunque también se podían escuchar los cantares juguetones de los diferentes pájaros que habitaban el bosque, las caricias del viento en las hojas y el correteo de alguna ardilla que otra por la corteza de un árbol.
El único que se mostraba más tranquilo era Jacob. Su postura no es que fuera totalmente despreocupada, pero sí mas relajada que la de los demás. Mi madre intentaba concentrarse en él, como si así fuera a contagiarse de algo.
No había ninguna hora de llegada acordada, pero parecía que Renée se estaba retrasando. Ya empezábamos a dudar de que viniera, cuando otro ruido diferente comenzó a escucharse en la lejanía. Era el motor de un vehículo, y no era el coche patrulla de Charlie.
Los nervios de mamá subieron hasta el infinito.
―Tranquila, todo saldrá bien ―le alentó mi padre, posando los labios en su sien con dulzura.
El ruido del motor fue oyéndose cada vez más cerca, y el nerviosismo fue aumentando con él, hasta que ese motor se paró justo delante del porche de la casa.
Todo se detuvo de nuevo, incluso mi corazón pareció ralentizarse. Hubo un momento en que casi iba al mismo compás que el de Jake. Él se percató de mi estado de ánimo y apretó el amarre de mi mano.
Primero, el sonido de dos puertas del coche cerrándose, después, los pasos de dos pares de zapatos subiendo las escaleras del porche. Mi madre estaba al borde de su aguante y mi padre la sujetó por la cintura. Por supuesto, ya sabía que no podía desmayarse, pero, en serio, daba esa sensación. Era extraño, y hasta sorprendente, ver a un ser tan fuerte como un vampiro parecer tan frágil. Mamá lo parecía tanto, que daba la sensación de que estaba enferma. Si seguía así, iba a darle un buen susto a Renée.
―Alegra un poco la cara, Bella ―le cuchicheó papá, haciéndose eco de mis pensamientos―. No querrás que tu madre crea que estás enferma...
―Estoy aterrada ―fue lo único que ella consiguió musitar.
―Sé fuerte ―le dijo mi progenitor, dándole otro beso, esta vez, en la cabeza.
Tap, tap, tap, tap
Y el timbre sonó.
Mamá había escuchado esos pasos, como todos, y sabía que iban a picar, pero aun así no pudo evitar sobresaltarse un poco. Mi mano apretó la de Jacob y todos aguantamos la respiración. Bueno, en el caso de mi familia era un decir, por supuesto.
Carlisle le hizo una señal con la cabeza a mi madre.
―Vamos, cariño ―le instó mi padre.
Ella le miró, mordiéndose el labio, asintió y le acompañó hasta la habitación de al lado. Mi familia había decidido que era mejor así, para comprobar primero el estado de Renée.
En cuanto esa puerta se cerró, mi abuelo vampiro se acercó con premura a la de la entrada para abrirla.
―Buenas tardes, Renée ―le saludó Carlisle―. Charlie ―y asintió con la cabeza a modo de saludo.
―Buenas… buenas tardes ―correspondió mi abuelo humano, con evidentes nervios.
―Pasad ―Carlisle se apartó para dejarles paso.
Renée lo hizo primero, y sus ojos ya buscaron a mamá. Venía sin Phil, por lo que deduje que le había puesto algún tipo de excusa para que no la acompañase. Al no ver a mi madre allí, sus pupilas oscilaron automáticamente hacia Jake.
―Está aquí, como te prometí ―le calmó él, mirándola con sinceridad.
Charlie traspasó la puerta y Carlisle la cerró. El primero se puso enseguida junto a Renée y el segundo junto a Esme.
―¿Y dónde está? ―quiso saber Renée.
Se la notaba tensa, pero parecía más tranquila que el día anterior.
―Solo quieren comprobar que estás bien antes de que ella salga ―le dijo Charlie.
―Estoy bien, ¿dónde está? ―insistió, estudiando el interior de la casa con la mirada.
―¿Ya sabes a lo que te vas a enfrentar? ―le preguntó Jake―. Me refiero a lo que hablamos ayer, ¿recuerdas?
Los ojos azules de Renée dejaron su examen para estacionarse en los de Jacob con una certidumbre que me dejó un poco asombrada.
―Ya sé lo que sois ―declaró, dando un rodeo con la vista para mirarnos a todos. Me quedé perpleja cuando vi ese matiz en su mirada, porque era una mirada muy parecida al odio. Nunca había visto a nadie mirarnos así―. Me ha costado deducirlo, pero me he pasado toda la noche investigando en Internet ―entonces, con una valentía asombrosa y digna de alabanza, alzó la barbilla y lo soltó con valor y arrojo―. Sois vampiros.
Se hizo un silencio tenso que solo se rompió con el sonido de la mano de Charlie secándose el sudor de la frente. Mis dedos estrujaron a los de Jacob un poco más. Jasper volvió a poner cara de concentración.
―Así es ―le confirmó Carlisle con un tono serio―. Pero no somos como usted piensa.
―Sois asesinos ―le espetó Renée, apretando los dientes―. Le chupáis la sangre a la gente. Y algo le habéis hecho a mi hija.
Mi corazón no pudo evitar estremecerse al escuchar tales palabras.
―No tomamos sangre humana ―le explicó Carlisle, usando su voz serena y pausada―. Nos alimentamos solo de animales.
Renée le miró con incredulidad.
―Es cierto ―le confirmó Jake.
―¿Tú… también eres…?
―No. Yo no soy un chupa… un vampiro ―corrigió mi chico a tiempo.
Charlie terminó por sacarse un pañuelo del bolsillo para frotar la parte superior de su rostro. Mi abuela humana evaluó a mi marido, comparándolo con el resto de los presentes, y supo que no mentía.
―Vamos, Renée, tienes que creernos ―le rogó Jacob, hablándole con la misma naturalidad que ayer―. No toman sangre humana, créeme. Son buena gente.
Emmett le dedicó una sonrisita a Renée cuando esta observó a su alrededor de nuevo.
―Me gustaría creerte, Jacob, pero me cuesta hacerlo ―declaró ella.
―Mira sus ojos ―le pidió mi chico. Renée los miró, aunque un poco a regañadientes―. Son dorados, ¿no? Bien, pues los vampiros que toman sangre humana los tienen rojos. Estos de aquí son buenos, créeme. Además, ¿no ves lo tranquilos que están? Si tomasen sangre humana ya se habrían tirado a ti, ¿no crees?
Rosalie le fulminó con la mirada. No le gustó nada esas formas para referirse a ellos.
―No lo sé ―dudó Renée, nerviosa―. Puede que se estén controlando.
―No le hacemos daño a nadie ―le aseguró Carlisle―. Nos dedicamos a cazar animales salvajes para sobrevivir.
―¿Ah, sí? ¿Y qué hay de eso de la eterna juventud? ―cuestionó ella con ojos críticos―. Necesitáis sangre humana para manteneros jóvenes.
Tenía que reconocer que Renée era muy valiente. Estaba temblando, sin embargo, le echaba arrojo al asunto y estaba diciendo todo lo que quería decir, aun sabiendo que alguno de nosotros podíamos atacarla y matarla con un chasquido de dedos, cosa que no iba a ocurrir, por supuesto. Aunque ella parecía seguir pensando que sí.
―Mitos y leyendas ―alegó Carlisle―. Existen muchos mitos de este estilo en torno a nosotros, pero muchos no son ciertos. Y uno de ellos es ese. Nos mantenemos jóvenes igualmente. En realidad, nos mantenemos en el mismo estado en el que fuimos transformados y no cambiamos más, pasen los siglos que pasen ―le reveló abiertamente.
El trago de saliva de Renée fue claramente audible.
―¿Bella…? ¿Bella es igual que vosotros? ―preguntó ella con un hilo de voz. Aunque más que una pregunta ya parecía una afirmación.
―Sí ―admitió mi abuelo vampiro, ratificándoselo.
El pañuelo de Charlie ya no podía moverse más deprisa.
Renée cerró los ojos y exhaló todo el aire que tenía en los pulmones. Abrió los párpados y se quedó un buen rato con la mirada clavada en el suelo, perdida.
Luego, la alzó hacia Charlie.
―¿Tú ya lo…? ―su pregunta, y reproche, se quedó en el aire cuando vio lo pálido que estaba él, así que, como también le conocía, ya se percató de que Charlie siempre había preferido saberlo pero sin saberlo. Hasta hoy. Lo que sí hizo fue dirigirse a Carlisle―. Quiero verla ―le pidió finalmente.
No sé qué sería lo que había estado recapacitando, ni si se creería todo lo que le contamos, pero ahora Renée parecía más sosegada, incluso diría que decidida.
Carlisle asintió. Después, todos miramos a la puerta de la habitación donde se habían escondido mis padres.
Pudimos escuchar cómo el corazón de Renée se aceleraba al tiempo que sus ansiosos y nerviosos ojos miraban en la misma dirección, esperando la aparición de su hija.
Entonces, mamá apareció por la puerta, cogida de la mano de mi padre.
Mi garganta fue invadida por uno de esos incómodos nudos, pero fui capaz de controlarme.
―Hola, mamá ―le saludó, embargada por la emoción y los nervios.
La primera reacción de Renée fue la de abrir los ojos como platos y jadear. Esa hija que había visto en su boda por última vez, seguía siendo la misma joven de diecinueve años, pero diferente. Su rostro había cambiado, su cabello era más lustroso, incluso su voz era más angelical y pura. Todos vimos el collage de expresiones que tiñó su rostro: asombro, incredulidad por lo que estaba viendo, perplejidad… Pero también deslumbramiento, felicidad y alegría.
La segunda reacción de Renée ya fue la de correr hacia ella para abrazarla. Papá soltó la mano de mi madre para que tuvieran vía libre.
―¡Bella! ―lloró, rodeándola con sus brazos.
―Mamá… ―sollozó mi madre, abrazándola.
Ambas se fundieron en un abrazo conmovedor que hizo que mis ojos ya no pudiesen reprimir las lágrimas. Mamá tuvo que contenerse para no apretarla entre sus brazos todo lo que a ella le hubiese gustado, para no hacerla daño.
Renée se separó de ella para mirarla y acarició su rostro ansiosamente.
―Estás… helada…
―No, es que es así ―afirmó Jake, sonriente.
Le propiné un pequeño codazo en las costillas justo cuando Renée desviaba la vista para mirarle a él.
―¿Así…? ―repitió, perpleja.
Y sus pupilas regresaron a su hija.
―Sí, soy así, mamá ―le ratificó mi madre, hablándole con un tono dulce―. Somos fríos, aunque no tenemos frío. Bueno, ya te lo explicaré ―y se le escapó una risa nerviosa.
―Estás… estás… tan igual pero tan diferente al mismo tiempo… ―murmuró, observándola con una mezcolanza de felicidad y tristeza a la vez.
―Bueno, plantéatelo como si se hubiese hecho la cirugía o algo así ―le dijo Jacob, mostrando una sonrisa completamente relajada.
Yo le pegué otro codazo, pero Rosalie volvió a acribillarle con la vista.
―Sigo siendo la misma persona ―le aseguró mi madre.
Renée sufrió un ligero mareo, por lo intenso de la situación, y se tambaleó. Mamá la sujetó a tiempo, aunque mi padre ya estaba ahí para agarrarla.
―Mamá… ―la preocupación se desbordó por el rostro de mi madre.
―Estoy… bien ―mintió Renée.
―Llevémosla al sofá ―sugirió mi padre, pasando el brazo de mi abuela materna por encima de su hombro para ayudarle a caminar hacia el níveo asiento.
―Traeré un vaso de agua ―se ofreció Esme, caminando con presteza hacia la cocina.
La dejaron en el sofá con delicadeza, tumbándola boca arriba, y Carlisle le puso un par de cojines bajo los tobillos. Charlie corrió hacia allí y comenzó a abanicarla con una revista que Emmett había dejado sobre la mesilla.
Enseguida llegó Esme con ese vaso de agua.
―Hija… ―le llamó Renée.
―Estoy aquí, mamá ―le contestó mi madre con esa mezcla de preocupación y emoción, agachándose para ponerse a su altura. Esme le pasó el vaso―. Toma, bebe un poco de agua, te sentará bien.
Renée se incorporó un poco y tomó unos tragos. Mientras su cabeza se posaba de nuevo, mamá le devolvió el vaso a Esme. Renée le cogió la mano y se la apretó con las pocas fuerzas que tenía.
―¿Podré verte otra vez más? ―quiso saber, y las lágrimas volvieron a recorrer su rostro―. No me importa lo que seas, no me importa que sea una vez al año…, solo quiero verte más veces…
Mi madre tardó unos segundos en poder contestar.
―Claro que sí, mamá ―musitó, acariciando su rostro con su mano helada. A Renée no pareció importarle ese tacto―. Y no solo una vez al año. Ahora que ya sabes mi secreto, podrás verme todos los días, si quieres. Aunque si no quieres verme tan a menudo por lo que soy, lo comprenderé.
Mi abuela humana alzó la cabeza repentinamente y se incorporó un poco.
―No ―soltó con precipitación, mirándola con ansiedad―. Quiero verte a menudo, lo necesito.
―¿De verdad no te importa lo que soy? ―murmuró mamá.
―No sé lo que te han hecho, ni lo que te obligan a hacer, pero tú siempre serás mi hija ―de repente, su mirada y su voz, los cuales se dirigieron a mi familia, se tornaron agresivos.
―No me han obligado a nada ―le confesó mi madre, sujetándole la barbilla con suavidad para hacerle girar el rostro hacia ella. Sus ojos se encontraron―. Yo he elegido esta vida, y lo he hecho libremente. Y soy feliz, mamá, inmensamente feliz. Sobre todo ahora que tú lo sabes y podemos vernos. Pero necesito que me creas, porque te estamos diciendo la verdad. Solo nos alimentamos de animales, jamás he probado otro tipo de sangre, jamás. Tú me conoces, sabes que nunca hubiera elegido esta vida si tuviera que matar a humanos.
Charlie pasó a abanicarse a él mismo.
Renée se estremeció un poco al escuchar cómo mi madre pronunciaba esa última palabra excluyéndose a sí misma. Se quedó observándola a los ojos cerca de un minuto, sin decir nada.
―Está bien, te creo ―aceptó por fin, soltando un suspiro―. Si tú me dices que no tomáis… sangre humana ―le costó soltar―, te creo. No me importa lo que seas, mientras seas feliz. Si lo has elegido libremente y eres feliz, yo también lo soy.
―¿Lo ves? ―le sonrió Jake.
Mi abuela materna desvió la vista hacia él, pero, de pronto, sus pupilas se encontraron conmigo.
―¿Y por qué está ella aquí? ―preguntó, entrecerrando los ojos para estudiarme con esa mirada de siempre.
No se había percatado de mi presencia hasta ahora, o tal vez no se había dado cuenta de que mi presencia aquí era extraña, hasta este momento.
Mi corazón se aceleró y me preparé para ese rechazo inicial. Como cuando era pequeña, sentí la urgente necesidad de esconderme tras Jake.
―No eres la sobrina adoptada de Sue, ¿verdad? ―adivinó, cambiando la vista hacia Charlie.
―No ―confesó él, algo ruborizado por aquel embuste.
Mi abuela volvió a mirarme.
―¿Quién eres en realidad? ―inquirió sin dejar de estudiar mi rostro.
Y sus ojos pasaron a hacerlo con mis progenitores. Creo que más o menos ya sabía la respuesta.
―Es alguien muy especial, mamá ―le contestó mi madre, sonriéndome.
―Acércate ―me pidió Renée, incorporándose más hasta que se quedó sentada.
Jacob iba a soltar mi mano para dejarme ir, pero se lo impedí. Necesitaba tenerle a mi lado, sentir su calidez y tranquilidad, sentir esa seguridad que solo él me daba. Tiré de él y le hice caminar junto a mí hasta que me planté frente a Renée tímidamente.
Sus pupilas oscilaron de mí a mis padres. La respuesta era tan obvia, que mamá optó por decírselo directamente.
―Esta es Renesmee, nuestra hija ―y mi madre cogió la mano de mi padre y la mía que estaba libre.
La otra apretó la de Jacob, esperando a que Renée se desmayase de nuevo o echase a correr directamente.
Pero no lo hizo.
―¿Renes… mee? ―mi abuela materna pareció percatarse del juego de palabras que conformaba mi nombre, aunque eso no fue lo que más pareció emocionarle―. ¿Vuestra… hija? ¿Mi… nieta?
―Sí, mamá. Tu nieta ―sonrió mi madre.
―Hola… ―ya nos conocíamos, pero no pude evitar saludarla con ese frágil murmullo, como si, en realidad, acabasen de presentarnos.
Estuve a punto de decir hola, abuela, pero creí que igual era un poco fuerte y precipitado llamarla por ese nombre tan a primeras. Todavía se estaba recuperando del primer shock, y ahora tenía que hacerlo del segundo.
Sin embargo, Renée se puso en pie lentamente, se quedó frente a mí y me observó, maravillada. Era como si estuviera viendo a un ángel o algo así. Me ruboricé, y entonces ella sonrió, todavía más anonadada por mi reacción.
―Eres tan preciosa… Pareces un ángel ―musitó―. Te parecías tanto a ellos. Tus ojos…, tu rostro… Siempre tuve mis sospechas, pero creía que estaba volviéndome loca ―reconoció con un murmullo engatusado.
―Y es la persona más maravillosa del mundo ―de repente, miré a mi lado y Jake me observaba del mismo modo.
Eso hizo que la cantidad de sangre que ya invadía mis mejillas aumentase, pero también se me antojó darle un buen beso.
Mi abuela materna llevó su trémula mano a mi rostro para tocarme, casi con miedo. Su palma se posó ligeramente en mi mejilla y, al notar la temperatura, la retiró súbitamente. No parecía asustada, solo sorprendida por la diferencia con mi madre.
―Tu temperatura…
―Mi piel no es exactamente como la suya ―le expliqué, sonriéndole.
Ella pareció quedarse más engatusada, cosa que volvió a darme una vergüenza horrible.
―¿Por qué? ―le preguntó a mi madre.
―Me quedé embarazada en la luna de miel ―le desveló ella―. Todavía no era como ahora, así que ella es mitad humana.
―¿Eres… mitad humana? ―Renée pestañeó, perpleja.
―Sí. Soy un semivampiro ―le revelé.
Charlie cogió el vaso de agua y se lo terminó de unos pocos y sonoros tragos.
Los ojos de mi abuela humana oscilaron hacia Jake.
―No, tampoco soy un semivampiro ―declaró él sin poder evitar reírse un poco.
―¿Y por qué no me contaste todo esto antes? ―le reprochó ella a mamá.
―No podía ponerte en peligro, ya tenía bastante con papá.
―¿Conmigo? Hey, yo estoy muy bien, sé cuidarme solo ―le replicó él, algo molesto.
―Tú estás protegido a todas horas por un montón de… amigos que andan por los bosques ―rebatió mi madre.
Estaba claro que esos amigos eran los metamorfos. Mamá lo había omitido, seguramente para no aturullar más la cabeza de Renée. De momento ya tenía bastante con saber de la existencia de vampiros y semivampiros.
Charlie refunfuñó por lo bajo, pero no dijo nada.
―Escucha, mamá ―le dijo mi madre, soltando la mano de mi padre y la mía para envolver las de Renée, que soltó un respingo al principio por no estar acostumbrada a ese tacto, aunque enseguida se amoldó―. Este mundo es muy peligroso ―empezó a advertirle―. Nosotros somos una excepción. La mayoría de vampiros se alimentan de sangre humana y son bastante despiadados ―suavizó. Charlie buscó más agua con desesperación, pero el vaso estaba vacío. En una milésima de segundo, Esme le trajo otro―. No debes hablar de esto con nadie, ni siquiera con Phil. Invéntate una excusa o algo. Dile que me has visto, pero que yo quería verte a solas. Dile que estoy en una secta, lo que quieras. Pero, repito, no le hables de esto. Ni a nadie. Esto es muy importante, y es totalmente necesario para que no te pongas a ti ni a él en peligro.
Mamá esperó a su respuesta.
―S-sí…, sí ―asintió Renée, algo atemorizada.
―Siento asustarte, pero tengo que decírtelo así para que te quede muy claro. Las cosas son así y no puedo suavizártelas.
―De acuerdo ―volvió a asentir mi abuela humana.
―Deberás seguir unas pautas a rajatabla para que podamos vernos ―siguió mamá. La pobre Renée no hacía más que asentir mientras la miraba con obediencia―. Cuando me llames, nunca te refieras a nosotros como vampiros, trátanos como siempre lo has hecho, ¿de acuerdo? Para quedar, te llamaré yo desde alguna cabina telefónica. Tendremos que vernos en sitios poco concurridos, en algún bosque o algo así. Y otra cosa ―mi madre tomó aire y se lanzó a la piscina, hablando entre murmullos cautos―. Sabes que nunca envejeceré ―ahora sí que Charlie pudo beber agua. La necesitaba de nuevo―. Siempre tendré este aspecto, siempre. Por muchos años que pasen, siempre aparentaré diecinueve. ¿Estarás preparada para eso?
Renée cogió aire y lo soltó entrecortadamente.
―Sí ―asintió. Luego, miró a Jake―. Pensaré en la cirugía ―y le dedicó una sonrisa a mi chico que él correspondió.
―Bien ―aceptó mamá―. Bueno, eso es todo. Creo.
―¿Alguien quiere tomar algo? ―preguntó Esme para romper un poco ese momento tan raro.
―Una tila, por favor ―le pidió Renée.
―Otra para mí ―se apuntó Charlie, que volvía a secarse el sudor de la frente con su pañuelo.
―Ahora mismo ―sonrió Esme, dirigiéndose a la cocina.
―Sentémonos aquí ―le instó papá, señalando el sofá con la mano―. Tenemos muchas cosas de las que hablar.
Renée tomó asiento y Charlie la acompañó. El resto nos distribuimos a su alrededor como pudimos, aunque el otro lado de Renée lo ocupó mi madre.
―Y tenéis muchas cosas que contarme sobre vosotros ―exigió Renée, usando de pronto un autoritario tono maternal―. Ya que he tenido que soportar doce años de incertidumbre y que no puedo hablar de esto con nadie, me gustaría saberlo todo.
―Me parece un precio justo ―aceptó Carlisle.
―Y sobre todo, quiero saber de ti ―me dijo, y su boca no pudo evitar sonreírme.
―Claro, lo que quieras ―le sonreí yo también.
―Tengo una nieta… ―murmuró sin quitarme ojo―. Todavía no me lo creo.
Todos rieron por lo bajo.
―Pues ya lo puedes creer, Renée ―le contesté.
―No. Llámame abuela ―me pidió sin dejar de sonreírme.
No sé lo que fue, pero eso fue música celestial para mis oídos, porque parecía que me había aceptado, que había aceptado toda la situación. Puede que el shock todavía no se hubiera esfumado del todo, pero ahora se la veía más relajada, tranquila, porque por fin sabía la verdad sobre su hija, por fin iba a poder verla siempre que quisiera, y se notaba que eso era lo más importante para ella. No pude evitar sentirme tan feliz. Mi madre rebosaba esa felicidad por los cuatro costados, y eso me contagiaba más.
―Como quieras, abuela ―y mi sonrisa se amplió.
  Sí, las cosas con Renée iban a ser muy diferentes a partir de ahora.


9 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^

    MUCHISIMAS GRACIAS POR LEERME!!! MUCHAS, MUCHAS GRACIAS!!!!

    Bueno, pues aquí tenéis, el capi de hoy ;) Ya veremos cómo reacciona Renée =S

    Lametones para todos!!!!

    ResponderEliminar
  2. HOllaa Jacob&Nessie increible capi ...parece que renne lo tomo muy bien ....ansias esperando el siguiente a ver como se viene..siii:) Sorry con lo de Tamara yo te llamo asi porq pensé que era tu nombre ups lo siento si no es asi aclaramelo porfa....oki... igual saludos para todos ustedes amigos a la distancias al otro lado del monitor....y abrazos :)

    ResponderEliminar
  3. Hola Jacob & Nessie.
    Habia estado un poco desaparecida en comentarios pero siempre presente en cada capitulo que colgabas Kelly me los leía a veces lo hacia kendra ya estoy aquí y gracia por los buenos deseos me animaban bastante te preguntaras porque estoy comentando; sencillo me cambiaron de habitación ahora estoy en una mas cómoda. A todos los lectores que se acordaron de mi gracias por los buenos deseos y saludos para vosotros.
    Creo que ya basta de parloteo quiero decirte que eres increíblemente talentosa tu libro me a dejado sin palabras me encanta cada capitulo que subes esta tan lleno d magia como mi Jake y tan cálido como Nessie espero poder comentar en el sig. capi y si no es así gracias por todo, y creeme siempre estare escuchando cada capitulo que subas espero que continúes escribiendo aunque no sea de crepusculo tienes talento y lo que scribas SERA fabuloso ya q estare esperando uno mas, así estoy viviendo un día a la vez no te rindas nunca si la inspiacion no llega Dale tiempo y haras Una obra maestra por cierto gracias por el capitulo y las buenas imágenes. u_u Cathy -_- !_!

    ResponderEliminar
  4. ¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^

    ini narvel: no te preocupes, cielo, si es que mi nombre es Tamara ;) Pero sólo lo dije porque hay gente que me llama de las dos maneras, sólo por eso ;) Me encanta que me llaméis como queráis. Tamara suena más personal y más cercano ^^ , eso me encanta, pero estoy acostumbrada a poner el seudónimo xDD

    Cathy: ¡¡¡¡Qué felicidad me ha dado al leerte!!!! No te imaginas cuánto. Ojalá estuviera ahí para darte un abrazo y un beso bien gordos (aunque yo estoy delgadita xDD ). Me alegro muchísimo de que ya estés mejor y que te hayan cambiado de habitación, ¡es genial! Me da un poco de vergüenza que tú me digas a mí que luche por lo mío, pero te lo agradezco tanto a la vez. Eres un sol, como Jacob!!!!! Te mando muchos ánimos, en nombre de todos, sigue luchando como hasta ahora!!!! Nosotros siempre te esperamos aquí en la manada! Me has alegrado el día, en serio, me ha hecho muy feliz el leerte =º) Ah, y gracias por esas cosas tan bonitas que me pones ;)

    Lametones para todos!!!! ¡Qué guay!

    ResponderEliminar
  5. hola tamara o jacobynessie..un lio jaja..me encato este capi renee se lo tomo re bien...espero el proximo...segui tiene un talento ...mientras espero leo devuelta la saga crepusculo devuelta...amigas ya vieron el trailer de amanecer seguro que si... esta re bueno la peli...ja es un comentario... por q vi el trailer . y me gusto ustedes que piensan???bueno el sabado el siguiente


    cathy...que bueno q comentaste...ya hacias falta...y que bueno que te tradladaron a otra habitacion...sos una heroe para mi ...fuerza!!!salu2...

    ResponderEliminar
  6. Hola jacob&nessie o tamara ,a mi tambien me gusta tamara es como mas personal ,siii suena como mas en confianza bueno de las 2 formas suena bien , a final eres tu.....nuestra querida adiccion para leerte ...el capitulo muy familiar me encanto....creo que renee merecia saberlo asi estaran mas completos ,....con ansias espero el siguiente
    gracias
    elsa

    cathy: a mi tambien me da gusto que te encuentres mas comoda ,y como dice tamara eres un sol o como luego te digo yo en mi pensamiento " pricesa hechale muchas ganas el dia de hoy"...pues sabes pienso que eres muy jovencita y aunque no nos conoscamos les he tomado cariño a todos los que nos reunimos alrededor de esta fabulosa historia, asi que nos as alegrado el dia comentando y haciendonos saber que estas mejor... un abrazo con cariño

    ...y si andres se ve que va a estar muy buena la peli ...falta poco para poder disfrutarla....un abrazo y un saludo a todos
    elsa

    ResponderEliminar
  7. TAMARA!!!! :D
    Me hiciste el día con este capítulo de verdad ya lo necesitaba! ya sabes que soy tu mega fan jaja y me encanta tu novela, haber que día haces un maratón de varios capítulos :D
    Cuidate y que Dios te bendiga :D
    Isabeu Galan

    ResponderEliminar
  8. ¡HOLA! SOY NOVIEMBRE:
    ¡UOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH, ME HA GUSTADO MUCHO ESTE CAPÍTULO!. TODABÌA SIGO LLORANDO, NO LO PUEDO EVITAR, SOY MUY SENSIBLE. CREO QUE SE LO DEBERIAN A VER DICHO HACE TIEMPO PARA A VER DISFRUTADO DE LA NIÑEZ DE NESSIE.
    Y EL POBRE CHARLY PUES LO ESTÁ PASANDO MAL, HAS PUESTO (UN PUNTO DE HUMOR) CON EL ATROPELLO, Y CARRASPEO DE ÉL, "POBRECILLO"

    ResponderEliminar
  9. Hola jacob&nessie este capitulo estuvo de!! ATAQUE!!! esto esta cada vez mas interesante . eres increíble. Sabias que no duermo por leer todo me pego casi todo el día llevo 15 días en estado de shock frenético ya ni me interesa ver la tele ya casi acabo de leerlos todos te imaginaras cuantos capítulos leo por día jum todavía no se como me alcanza el tiempo para todo, y no se que va a ser de mi cuando termine jaja =(.saludos desde Bogota Colombia

    ResponderEliminar