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NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC,
YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^
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Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog. Si no, no te enteraras de nada XDD
CAPITULOS:
PARTE UNO: HORIZONTE:
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
2. SAGRADOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-2-sagrados.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
ENTREGA
Como ya venía siendo
demasiado habitual, esa mañana llegué justa a clase. La señora Smith ya estaba
a punto de cerrar la puerta cuando pasé por el umbral como una exhalación
humana. Me echó una mirada asesina y yo corrí hacia mi pupitre.
Brenda no coincidía conmigo
en esta clase, pero, por fin, Helen sí estaba a mi lado. Desde que nos había
contado toda su extraña historia, la semana pasada, ya había vuelto al
instituto. Nosotros le habíamos prohibido que fuera sola por ahí, y menos a
ningún bosque. Ahora siempre tenía unos enormes y peludos guardaespaldas que la
protegían en todo momento, y habíamos dejado lo de la búsqueda de Ryam para las
tardes, ya que yo la regañé por dejar sus estudios atrasados y la convencí de
que a su mejor amigo no le gustaría nada que perdiese el curso por esa razón,
así que ya venía al instituto.
Al día siguiente de aquella
conexión donde le contamos todo a mi familia, Carlisle nos dijo que ya había
hablado con Louis y que este estaba encantado de investigar el tema de la
transformación de Helen y Ryam. Lo único que necesitaba era una muestra de la sangre
de mi amiga, por lo que mis padres, mis tíos y mis abuelos se ofrecieron
entusiasmados a pagarnos dos billetes a Anchorage para que fuéramos a
visitarles con esa excusa. Al principio, a Jake no le hacía mucha gracia que
nos pagaran el viaje, pero lo reconduje con el argumento de que él estaba
siendo la única base de nuestra economía y que yo tenía derecho a que ese viaje
corriese de mi cuenta, o por lo menos, de la de mi familia, así que al final
aceptamos. Ya teníamos ganas de verles en persona y de ver esa espectacular
casa de la que Alice no dejaba de presumir.
Helen parecía muy contenta
hoy, y de sus ojos ―que volvían a ser dorados gracias a las lentillas― salían
chiribitas cuando me miraron. Algo había pasado. Algo muy bueno. Y yo no
aguantaba hasta el final de la clase para saber de qué se trataba.
Mientras la señora Smith
empezaba su lección de Historia, arranqué un trozo de papel de mi cuaderno y le
escribí una nota a Helen que no tardé en pasarle.
Ha pasado algo, ¿no? Ya puedes ir contándomelo.
Mi amiga sonrió cuando leyó
mi frase, me miró de reojo y escribió justo debajo.
Ryam me envió un mensaje al móvil para que lo
llamase y ya pude hablar con él. Ahora sé que está bien y ya me he quedado más
tranquila.
Me enseñó la nota, yo exhalé
el aire con la boca abierta en una sonrisa de alegría enorme y la llevó de
nuevo a su pupitre para seguir escribiendo.
Me dijo que había descubierto algo muy
importante, pero que era peligroso decírmelo por teléfono y que quería quedar
conmigo para contármelo en persona y enseñarme unos documentos muy valiosos. Le
hablé de vosotros y de tu familia, del doctor Cullen, y le conté que nos ibais
a ayudar.
Me costó, ya que es muy cabezota y ahora, con
todo lo que le ha pasado, ya no se fía de nadie al 100%, excepto de mí, claro, pero
al final le convencí para que me los entregara y así pudieseis llevárselos al
doctor Cullen. Me dijo que tenía que ser en un sitio muy concurrido donde
hubiese mucha gente y mucho ruido, para despistar a Razvan e impedirle que
pudiese actuar en caso de que nos descubriera, así que se me ocurrió la fiesta
de Matt Hoffman de mañana. Como tú estás invitada, podremos entrar sin
problemas, y Ryam es un experto en colarse en los sitios.
Cuando me pasó esa larga
nota y terminé de leerla, no pude evitar poner una mueca de dolor.
¿En la fiesta de Matt Hoffman? ¿No había otro
sitio mejor? No sé, en el Ocean o algo…
El Ocean ya lo tienen muy controlado. Recuerda
que fue por los alrededores donde lo contagiaron. Saben que ese es el sitio de
moda donde van la mayoría de los jóvenes de Forks. Lo mejor para despistarlos
es ir a una fiesta privada de la que no han oído hablar nunca. Tienes que
hablar con Matt y decirle que vamos a ir.
Fruncí el ceño un poco
cuando lo leí, pero para mi desgracia tenía razón. Aunque, bueno, pensándolo
bien, en cuanto Matt me viese aparecer en su fiesta con Jake puede que ya me dejase
en paz para siempre.
Bueno, vale, está bien, hablaré con Matt. Y
también con Jake, para que planee algo con los chicos y os puedan cubrir las
espaldas, por si acaso.
De acuerdo. Gracias.
Helen me cogió la mano a
modo de agradecimiento, mirándome con unos ojos emocionados y una media sonrisa
de esperanza que hicieron que un incómodo nudo se instalara en mi garganta. Le
di unas palmaditas en su mano, carraspeé para aclararme la voz y por fin me
soltó para que pudiéramos comenzar a atender a la lección de la señora Smith.
Miré el papel que el propio
Matt me había dado, para cerciorarme de que íbamos a meternos en la calle
correcta.
―¿Seguro que es por aquí? ―preguntó
Jake, girando el volante.
―Sí, ¿no oyes la música?
Mira, esa de ahí debe de ser su casa ―le señalé, guardando la dirección en el
bolsillo de mi chaqueta.
La casa de Matt era bastante
grande, incluso un poco impropia de un sitio tan humilde como Forks, y la
música estaba tan alta, que se oía desde la calle, aunque mis oídos y los de
Jake ya la habían escuchado hacía un rato.
Mi chico aparcó como pudo
entre toda aquella fila de coches que habían estacionado en el arcén, y Helen,
él y yo nos apeamos del Golf.
Jake me cogió de la mano
nada más cerrar el vehículo, echó un vistazo entre los árboles que teníamos
detrás, y empezamos a dirigirnos hacia la vivienda.
Mi olfato no me engañaba,
pero Jake ratificó mis pensamientos.
―Bien, Seth y su grupo ya
están por aquí, en estos bosques de alrededor ―nos comunicó en voz baja―, y
Embry, Quil, Isaac y Shubael tienen que estar por fuera de la casa en su forma
humana para pasar desapercibidos, así que no os preocupéis, todo está controlado.
―Solo espero que Isaac y
Shubael no se dediquen a intentar ligar con todas las que pasen ―añadí yo en
broma.
―Más les vale que no ―afirmó
con un tono un tanto amenazador.
―Quería daros las gracias ―dijo
Helen―, os estáis tomando tantas molestias por nosotros que…
―Venga ya, chica culturista ―le
cortó Jake en broma, usando ese mote que ya le había puesto para quedarse con
ella―, esto no es nada para nosotros.
―De todas formas, gracias,
chico lobo ―le acompasó ella.
Nos reímos los tres y nos
acercamos a la vivienda.
En el pequeño jardín que abría
paso hacia la casa se encontraba un montón de gente, algunos ya iban borrachos.
Quil estaba de pie, con los brazos cruzados, apoyado en un árbol que quedaba
justo delante de la entrada. Jake y él se saludaron con un ligero movimiento de
cabeza y llegamos a la puerta.
Piqué al timbre y al rato
Matt Hoffman nos abrió.
―Hola, Nessie, te estaba
esperan… ―el saludo del anfitrión se entrecortó al toparse con la persona que
mi mano amarraba.
Su sonrisa presuntuosa
también se le borró de la cara cuando lo observó con detenimiento, qué remedio,
lo tenía justo delante.
Jake llevaba una camiseta azul
oscuro de manga corta que le quedaba ceñida y dejaba entrever esos
impresionantes músculos que Matt ya había tenido el gusto de ver aquella
vez en el parking de Rialto Beach.
Mi chico le dedicó una
sonrisita chulesca que estaba llena de malas intenciones.
―Hola, Matt ―no pude evitar
que se me escapara una sonrisa que se confundía un poco con el orgullo que
sentía por mi novio y un sentimiento un tanto maquiavélico de desquite personal.
―Hola, Matt, ¿cómo estás? ―saludó
Jake, tiñendo la frase de una acidez maléfica.
―Ah, te voy a presentar ―dije,
haciéndome la despistada―. Este es Jacob Black, mi novio ―y al pronunciar novio
me recreé.
―E-encantado ―tartamudeó
Matt, estirando la mano con un poco de impresión ante un chico tan alto y
fuerte.
―Igualmente ―contestó Jake,
usando el mismo tono que antes.
Y le cogió la mano para
estrechársela.
―A-ay… ―se quejó Matt con un
murmullo, retorciéndose algo cuando Jake apretó un poco más de la cuenta.
―¿Podemos pasar? ―le
pregunté.
―Claro, estáis en vuestra
casa… ―se rio nerviosamente a la vez que agitaba su mano disimuladamente por
detrás de su cintura para aliviar el dolor.
―Gracias.
Le sonreí con orgullo, Jacob
lo hizo con la misma chulería de antes y Helen pasó detrás de nosotros dos ante
la atónita mirada del anfitrión, que veía cómo me había invitado solo a mí y
entraban dos polizones más. Casi me dio un poco de penita de él y todo, aunque
con lo pesado que había estado conmigo, era un alivio saber que ya no iba a
volver a dirigirse a mí en la vida.
―¿Ese es el tipejo que te
está molestando? ―quiso saber Jake, echándole un vistazo fulminante mientras
caminábamos.
La música estaba altísima,
aunque nosotros debíamos de ser los únicos que podíamos escucharnos
perfectamente.
―Sí, pero ya no lo va a
hacer más ―aseguré, aliviadísima.
―Más le vale ―afirmó él,
mirándole con cara de muy malas pulgas.
―Bueno, Jake, a lo que
estamos ―le exhorté, zarandeando su mano para que mirase hacia delante.
Me hizo caso y se volvió de
frente.
―¿Ves a Ryam? ―le pregunté a
Helen.
―No ―respondió ella,
escudriñando ese enorme salón, el cual estaba solamente iluminado con una
especie de focos de colores que apenas daban algo de luz.
―Menudo friqui es ese
idiota ―masculló Jake, que, como siempre, parecía que podía leerme la mente.
―Desde luego Alice no
hubiera puesto esta decoración para una fiesta ―coincidí yo.
―Ahí está ―exclamó Helen
emocionadísima, con los ojos a punto de salírsele del sitio, de las ganas que
tenía ya de verle.
―¿Dónde? ―pregunté,
buscándole con la mirada.
―Debajo de la escalera, está
escondido ―me desveló ella―. ¿Os podéis quedar aquí?, voy a hablar con él, a
ver si os quiere conocer.
―De acuerdo ―acepté.
Helen corrió a la zona de la
escalera y se metió entre la oscuridad que había bajo la misma. Tan solo se le
veía la espalda. Unos brazos tapados por las mangas de una sudadera de color negro
la rodearon durante un momento y después su espalda volvió a quedar despejada.
Estuvo alrededor de un
minuto oculta bajo la sombra y salió para negarnos con la cabeza a la vez que
su rostro decía un lo siento, no he podido convencerle.
―Encima que le ayudamos ―chistó
Jake, molesto.
―Tienes que entender a Ryam,
lo ha pasado muy mal ―le defendí―. A diferencia de ti y de los demás lobos, él
tuvo que pasar por todo esto solo, la única persona que tiene es Helen. Nadie
más le ha ayudado nunca, todo lo ha tenido que hacer él, y esto de entregar
algo que ha descubierto con su esfuerzo no debe de ser plato de buen gusto. Y
encima, mi familia está compuesta por lo que él más debe de odiar del mundo. Ya
es bastante que haya accedido a entregarnos esos documentos.
Jake se mordió el labio y se
quedó pensativo, seguramente podía comprenderle en esto último.
―Bueno, puede que me
recuerde un poco a Sam ―reconoció.
Los dos volvimos la vista
hacia el rincón de la escalera, vigilando en todo momento la enorme sala.
―Bah, aquí no viene ningún
chupasangres, menudo fiasco ―se quejó después de un rato―. Anda, vamos a tomar
algo, ya que estamos aquí ―propuso, tirando de mí al iniciar la marcha.
―¿Y si aparece alguno? ―dudé
con preocupación.
Jacob esquivaba a la gente
con facilidad, ya que prácticamente le dejaban pasar al ver a ese chico que,
equivocadamente, daba la sensación de peligroso.
―La casa y los alrededores
están bien vigilados, no podría pasar ni un bunker, y aquí dentro no hay nada
que queme la nariz, excepto la asquerosa colonia de ese idiota friqui
que te acosa ―alegó―. Además, no pienso ser el sujetavelas de nadie, así que,
venga, ¿qué te apetece tomar?
La verdad es que Helen
parecía muy entretenida hablando con Ryam, al que no se le veía nada más que esas
botas negras llenas de hebillas. Jacob tenía razón. Seguramente tenían muchas
cosas que contarse aparte del último descubrimiento que había hecho él.
―Bueno, pues una cerveza ―le
dije.
Aproveché un segundo que
perdió mi amiga en mirarme para hacerle una señal que la avisaba de dónde
estábamos y ella asintió con una sonrisa.
Llegamos a la zona donde
estaban las bebidas y Jake volvió a hacerse un hueco fácilmente entre aquella
muchedumbre. Me llevó con él de la mano mientras echaba un vistazo a los
recipientes redondos con hielo que contenían las bebidas, y finalmente dio con
lo que estaba buscando. Sacó las dos cervezas sin alcohol de uno de los
recipientes, las abrió con un abridor que había allí y me pasó la mía.
―Toma, preciosa.
―Gracias ―le sonreí,
cogiéndola, y le di un beso corto en los labios.
De pronto, cuando me iba a
apartar de él para beber de mi botellín, Jake me agarró de la cintura y me
estampó contra su cuerpo, dándome seguidamente un beso tan efusivo, que me dejó
sin respiración.
Sus labios eran tan suaves
y la sensación que me producían era tan extremadamente placentera, que no pude
evitar dejarme llevar y perderme en esa energía hechizante que ya nos envolvía.
Mi mano subió por su pecho y se aferró a su camiseta para pegarle más a mí, sin
importarme nada más, ni siquiera era capaz de oír ni un murmullo de la música.
Sin embargo, Jacob terminó
ese increíble beso, aunque le costó un poco.
Me quedé mirándole
embobadísima durante un rato, y él también clavó sus ojos en los míos,
maravillado. Pero solo por un instante, porque luego los despegó de mí para
mirar al frente con una cara y una sonrisa de satisfacción enormes.
Eso hizo que me girara un
poco para mirar y fue cuando vi a Matt, que apretaba los dientes con tanta
fuerza que casi se podía escuchar el chirrido por encima de la música.
―Ahora sí que no te va a
volver a molestar más ―aseguró Jake con una de sus mejores sonrisas torcidas.
Le sonreí y me pegué a él
para comérmelo con una serie de besos cortos que él correspondió de buena gana.
Un carraspeo me hizo bajar
de las nubes.
―Ah, Helen ―me separé de mi
chico, ruborizada.
―Ryam se ha ido ―anunció,
pesarosa.
―¿Cómo? ¿Se ha ido? ―inquirí
con sorpresa.
―Estúpido, así será
imposible protegerle ―bufó Jake―. ¿Te dijo adónde se iba?
―No me lo ha querido decir ―le
contestó ella, visiblemente preocupada―. Dice que no quiere poner a nadie más
en peligro.
―Idiota, es demasiado
orgulloso ―criticó mi chico. Le di un pisotón disimulado para regañarle, aunque
no pareció hacerle mucho caso―. En fin, ¿te dio los documentos?
―Sí ―asintió, alzando una carpeta
azul para mostrársela―, y me dijo que…
―Espera ―le interrumpió él,
dejando su cerveza y la mía en las tablas que estaban colocadas a modo de barra―,
será mejor que salgamos de aquí y nos lo cuentes todo en otro sitio.
―Jake tiene razón ―apoyé yo―.
Vamos a casa.
Avanzamos entre el bullicio
sin problemas gracias a la amabilidad de la gente con Jake y llegamos
hasta la puerta.
―Adiós, Matt ―se despidió Jacob
con la misma sonrisa y la misma acidez que había usado al principio para
saludarle―. Tu fiesta ha estado bastante guay, pero no creo que mi chica
y yo volvamos ―matizó con intención; y le ofreció su mano para que se la
estrechara, mirándole con una expresión cargada de advertencia.
―Ah, bueno, no… no importa ―respondió
Matt, riéndose nerviosamente, mientras alzaba la mano con evidente temor―.
A-ay… ―volvió a quejarse con un murmullo, retorciéndose de nuevo cuando Jake
apretó otro poco más de la cuenta.
Mi novio le soltó la mano
con su sonrisita chulesca y comenzó a pasar por el umbral de la puerta.
―Adiós, Matt ―repitió con
la misma actitud.
―Adiós, gracias por
invitarnos ―le dije yo, saliendo detrás de mi chico.
―Adiós ―siguió Helen,
haciendo lo mismo.
―Adiós ―se despidió Matt
con otra risita nerviosa mientras sacudía su mano a sus espaldas para calmar el
dolor.
Y cerró la puerta.
Jake le hizo una señal a
Quil con la cabeza para que este se acercara a nosotros y así lo hizo.
―Avisa al resto y a Seth,
ya sabes adónde vamos ―le dijo, sin dejar de observar los alrededores.
―Sí ―acató Quil,
asintiendo.
Mientras nosotros
iniciábamos la andadura hacia el coche, el quileute metió la punta de sus dedos
en la boca y emitió un silbido para avisar a los otros, que vigilaban los
laterales y la parte posterior de la vivienda, para que se retiraran. En unos
segundos, los tres quileute se reunían con Quil delante del edificio y se marchaban
corriendo hacia el bosque, donde se encontraba Seth con su grupo.
―Iremos escoltados todo el
tiempo ―nos desveló Jake, de camino al Golf.
Llegamos al vehículo con
rapidez, nos subimos y Jacob lo puso en marcha sin perder tiempo para salir
velozmente en dirección a nuestra casa.
Recorrimos la carretera de La
Push, y en menos de media hora, ya estábamos en nuestra preciosa casita roja.
Los lobos se quedaron por los alrededores, ya que después teníamos que llevar a
Helen a su casa y tenían que volver a escoltarnos.
Mientras Jake y mi amiga se
sentaban en el sofá del saloncito, yo aproveché para entrar en la cocina y
coger unas cervezas sin alcohol. Al final, no había tomado aquella en la fiesta
de Matt y me había entrado sed.
Salí de la cocina y me
dirigí a la zona del sofá.
―Toma, tu cerveza ―le
ofrecí a Helen, entregándosela.
―Gracias.
Le di la suya a Jake, posé
la mía en la mesita roja y me senté a su lado, en el hueco que quedaba entre mi
amiga y mi chico.
―Bueno, ¿qué te ha entregado
Ryam? ―quiso saber Jake, alzando su botellín para echar un par de tragos.
Cogí los papeles que Helen
había sacado de la carpeta y que había posado en la mesita, para echarles un
vistazo.
―No me lo quiso decir ―habló
ella―, por si Razvan y los suyos estaban escuchando desde fuera, pero me dijo que
seguro que Carlisle podría descubrirlo.
―Idiota, ¿no se dio cuenta
de que no olía a chupasangres por ninguna parte? ―criticó Jacob.
―Jake ―le reñí, alzando la
vista de los documentos un instante para mirarle.
―Nosotros no tenemos el
sentido del olfato tan desarrollado ―se defendió Helen―, ni siquiera cuando
estamos en nuestra forma de gigantes.
―Esto son fórmulas ―descubrí
con asombro, pasando los folios.
―¿Fórmulas? ―inquirió Jake,
extrañado.
Helen se quedó pensativa.
―Sí, un montón de fórmulas
y ecuaciones, mira ―y levanté el documento para ofrecérselo.
―Nah, deja, no voy a
entender nada… ―y se bebió otro par de tragos.
―Ha encontrado las fórmulas
del veneno ―murmuró mi amiga de pronto, mirando al frente, asombrada.
Levanté los ojos de los
folios para observarla a ella con revelación sorpresiva.
―Si son las fórmulas del
veneno, Carlisle podría encontrar el antídoto ―afirmé.
Mi amiga giró el rostro
para mirarme con el mismo semblante que el mío y después nos sonreímos.
―No os hagáis ilusiones ―nos
advirtió mi chico―, podría ser otra cosa y os llevaríais un chasco importante.
Lo mejor es llevárselo a Carlisle junto con la muestra de sangre y que él nos
diga lo que es.
―Es verdad ―calmé mi
repentino entusiasmo y seguí hablando con un poco más de mesura―. Dentro de dos
semanas iremos a ver a mi familia y él nos dirá qué significan todas estas
ecuaciones.
―Sí, tenéis razón ―coincidió
Helen, suspirando para relajarse ella también.
―¿Y de dónde ha sacado
esto? ―preguntó Jake, frunciendo las cejas con extrañeza.
―No lo sé, solo me dijo que
sus pistas le llevaron a un bosque y a una especie de madriguera, y que cuando
entró, descubrió que era un pasadizo. Siguió por allí y llegó a un edificio muy
antiguo de piedra gris. Ahí fue donde cogió la carpeta. Fue lo único que me
dijo.
Jake frunció los labios con
una expresión que decía a las claras que esto no le gustaba nada de nada, a la
vez que posaba su cerveza en la mesita.
―Lo que está claro es que
estos papeles son de Razvan y sus matones y que Ryam se ha debido de meter en
su guarida ―declaró al cabo de unos segundos―. No sé cómo lo ha hecho ni cómo
ha conseguido salir de allí, pero cuando ellos se den cuenta de que faltan estos
documentos irán a por él sin cuartel, y ese gigante estúpido se ha ido solo por
ahí.
―No es que Ryam no acepte vuestra
ayuda porque sí, en realidad os está muy agradecido por protegerme, pero es que
él siempre ha sido así, siempre ha sido un chico bastante solitario, no le
gusta que nadie le ayude si él mismo puede arreglar las cosas ―alegó Helen en
defensa de su mejor amigo, aunque a ella también se la notaba disconforme y
preocupada por su osada actuación―. Además, según me ha dicho, se marchaba para
investigar otra cosa muy importante que ha descubierto y que no me ha querido
contar. Sabe que todo esto es muy peligroso y no quiere exponer a más gente.
―Mira, me parece genial que
quiera ir en solitario, pero nos subestima ―criticó Jake―, y, encima, tiene
prejuicios. Tienes que explicarle que nosotros hemos nacido para combatir
contra todo tipo de chupasangres. Estamos más que preparados y muy bien
organizados ―presumió, aunque yo sabía que con razón―. La próxima vez que
quedéis, tienes que hablar con él y convencerle de que nos deje protegerle y
ayudarle. No podrá con todo él solo, siempre es mucho mejor trabajar en equipo.
Y también tienes que decirle que deje esos prejuicios a un lado y que confíe en
los Cullen, ellos no son como el resto de vampiros.
―Lo intentaré, aunque es
bastante cabezota.
―Procura convencerle ―repitió
Jacob.
―¿Y qué vamos a hacer con
esta carpeta durante las siguientes dos semanas? ―pregunté―. ¿Qué pasa si
Razvan descubre que nosotros tenemos sus documentos?
―No saldrá de La Push ―afirmó
Jake―. Todos los días se la daré a alguien diferente de la manada que estará
custodiado en todo momento, y reforzaré la vigilancia de nuestro territorio, no
podrán ni olerlo.
―Me siento como si
estuviéramos guardando un expediente del gobierno o algo así ―bromeé, más bien
para quitarle un poco de hierro al asunto, porque si no lo hacía, mi cabeza iba
a empezar a llenarse de miles de pinchacitos que me iban a recordar la
intuición que ya rondaba por ella y que me gritaba lo peligroso que era esto
para mi Jacob, la manada, Helen, mi familia, yo misma..., y entonces acabaría
cogiendo la carpeta y tirándola por ahí para que la encontrara Razvan y se la
llevara.
―No te preocupes, todo
saldrá bien ―me calmó Jacob, dándome un beso en la mejilla.
Como siempre, parecía que
me leía la mente.
―No tenéis por qué hacer
esto ―declaró Helen, pesarosa―, Ryam y yo no queremos que nadie…
―¿Estás de broma? ―le cortó
Jake, elevando la comisura de esos labios como nadie más sabía hacerlo―. Esto
no nos lo perdemos ni locos. Y esas asquerosas sanguijuelas ya han metido
demasiado sus narices por nuestros bosques, no pienso permitirlo. Cuidaremos de
esta carpeta y cuidaremos de ti.
―No sé cómo vamos a
agradecéroslo ―dijo mi amiga con un notable nudo en la garganta.
―No volviendo a decir estas
cosas una y otra vez, por favor ―respondió mi chico―. Somos un equipo, ¿vale? Y
eso es lo que le tienes que meter a Ryam en esa cocorota tan dura que parece
que tiene.
―De acuerdo ―sonrió ella.
―Vais a tener que trabajar
el doble y emplearos a fondo ―manifesté, un poco a modo de advertencia de
broma.
Jacob cogió su cerveza y la
alzó.
―Bueno, es lo malo de ser
tan guay ―afirmó con una enorme sonrisa.
Y después, se tomó unos
cuantos tragos.
que intriga saber lo que pasara después! porfa no dejes de publicar! me encanta tu historia y escribes increible pero eso seguro ya lo sabes! muchos éxitos...sigue asi! besos
ResponderEliminarmuy bueno genial...de andres segui asi!!!!!!!!!
ResponderEliminar¡Hola, andres! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarQue bien que te animaste a venir por aqui!!! Me alegro mucho de que te gustase el capi ;) y MUCHAS GRACIAS!!!!
UN LAMETON ENORME PARA TI!!!
Muy pero muy bueno!
ResponderEliminar¡HOLA! SOY NOVIEMBRE; COMO YA TE DICHO ME ENCANTA,Y ESTOY INTRIGADISIMA CON LOS NUEVOS ACONTECIMIENTOS. MADRE MÍA QUE FOGOSIDAD EL DE LA PAREJA DE JACOB SIEMPREN ESTAN ENGANCHADOS,QUE MIMOSO ES PARECE UN PELUCHE. ESTA MI YOGUR PARA LAMERSELO CON 20 AÑOS QUE HIZO AYER. LO FELICITE EN LA PAGINA QUE TIENE Y TANPOCO SE PUBLICO TENGO QUE INVESTIGAR A VER COMO LO HAGO.
ResponderEliminarBUENO QUE PUEDO DECIR DE MI ESCRITORA FAVORITA. LAMETONRS PARA TI
Que chido capi
ResponderEliminarBueno jack si q sabe como ahuyentar las moscas de su Nessie Eh?;)
Te quiere
K=D