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NUEVA ERA (Continuacion de "DESPERTAR")
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CAPITULOS:
PARTE UNO: HORIZONTE:
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
2. SAGRADOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-2-sagrados.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
PLANTACIÓN
En el aeropuerto no solo se
encontraba mi familia, Louis y Monique, Tanya y su aquelarre de Denali también
estaban allí. Los franceses iban a prolongar su estancia una temporada más, y
los últimos habían llegado el miércoles, así que todavía tenían tres días más
de visita por delante.
La semana se me había
pasado volando, habíamos llegado el lunes y, sin darme cuenta, ya era domingo.
Nuestra semana de viaje a Anchorage se había terminado.
Con mi familia de Denali, a
los cuales también consideraba como mis tíos, habíamos vuelto a visitar la
ciudad de Anchorage, pero además habíamos conocido las localidades de los
alrededores, aunque ellos ya se resabían toda la zona, por supuesto.
Y ahora ya era domingo y
nos encontrábamos en el aeropuerto, esperando para embarcar. Me daba pena tener
que despedirme de mi familia, aunque, en honor a la verdad, tenía que reconocer
que me moría de ganas por llegar a casa. Esa semana de respeto había
sido muy dura…
Em y Rose también se
marchaban hoy a Australia, aunque su vuelo salía más tarde que el nuestro, así
que para el resto de mi familia tocaba despedida doble.
La pantalla anunció el
embarque y acto seguido la voz femenina del megáfono hizo lo mismo.
El ritual de las despedidas
comenzó.
―Bueno, ya os tenéis que ir
―nos dijo mamá con una sonrisa bucólica en la cara.
―No empieces, ¿vale? ―le
regañó Jake―. Mañana mismo nos veremos por la Webcam.
―¿Mañana? ―preguntó ella,
extrañada―. ¿No os vais a conectar esta noche?
―Mañana mismo nos veremos
por la Webcam ―repitió él, metiéndose las manos en los bolsillos de su cazadora
para hacerse el distraído.
―Bella, parece mentira para
ti. ¿No te das cuenta de que tienen que recuperar el tiempo perdido? ―intervino
Emmett con un tono burlón―. Jacob ha aumentado de temperatura estos días, y no
lo digo por el frío, precisamente.
Lo que sí aumentó fue la
intensidad del color de mis mejillas. ¿Hacía falta que lo supieran todos?
El resto de mi familia
carraspeó con una sonrisa dibujada en la cara.
―Eres muy gracioso, ¿lo
sabías? ―ironizó mi chico.
Las carcajadas de mi tío
retumbaron en las paredes del edificio, haciendo que pareciesen aún más altas,
y mis mejillas se encendieron el doble. Aunque cuando vio la cara de mi padre,
su risa se apagó ipso facto.
―Tenéis que daros prisa, la
gente ya está embarcando ―nos comunicó papá.
―Sí ―le abracé con fuerza y
le di un beso en la mejilla―. Te quiero.
―Y yo a ti ―me correspondió
el beso, apretó su abrazo y me soltó para que pudiera ir con mamá.
―Bueno, cielo, que tengáis
buen viaje ―me dijo ella, abrazándome.
―Gracias ―le di un beso en
la frente y ella se alzó para dármelo en la mejilla―. Mamá ―le llamé antes de
que se despegase de mí del todo.
―Dime.
Me separé un poco más para
verle el rostro.
―Ya he decidido cuál será
mi vestido de novia, y quería decírtelo en persona ―murmuré, cogiéndole las
manos―. Será el de la página 42, el que te gustaba a ti.
Mamá se quedó paralizada
por un momento y juraría que vi sus ojos un poco vidriosos.
―Pero…, cielo, tiene que
ser el que te guste a ti ―declaró con un murmullo.
―Tú dijiste que si te
volvieras a casar con papá, ese sería el vestido que elegirías. Por eso lo
escojo ―sonreí―. Ya que no tengo el que usaste para el día de tu boda, tomaré
ese vestido como si lo hubiera sido.
―La verdad es que no sé qué
fue de ese vestido ―se rio con emoción. Entonces, me miró―. ¿Estás segura de
que ese es el vestido que quieres llevar en tu boda? Hoy en día ya no está de
moda eso de ponerse el vestido de novia de tu madre ―volvió a reír.
―Estoy completamente segura
―afirmé―. Estaba en duda entre varios vestidos y ese estaba entre ellos. Tú has
hecho que ese vestido se convirtiera en el más especial para mí, por eso es el
que más me gusta. Me has ayudado a decidirme, eso es todo ―y me encogí de hombros
para quitarle importancia.
En un abrir y cerrar de
ojos, me vi de nuevo entre sus brazos, que me estrechaban con fuerza.
―Mi pequeña pateadora… ―susurró
con un nudo en la garganta.
―Mamá, vas a hacerme
llorar… ―me quejé con otro atasco en la mía.
Se despegó de mí y llevó
sus manos a mi rostro para acariciarlo.
―Tengo unas ganas tremendas
de verte ese día ―manifestó, sonriéndome―. Vas a estar preciosa.
―Bella, tienen que embarcar
―habló papá.
―Oh, sí ―asintió, mirándole
igual que si se hubiese olvidado de la presencia que teníamos alrededor. Luego,
dirigió la vista otra vez hacia mí y me dio otro pequeño abrazo―. Pasadlo bien,
pero dormid algo, ¿eh? ―me cuchicheó en el oído muy bajito con una risilla,
como si el resto de vampiros que había alrededor no fueran a escucharlo.
Emmett ya estaba mostrando
esa sonrisa socarrona.
―Mamá ―le regañé entre
dientes con otro murmullo que seguro que también oyeron.
Mi madre se separó de mí,
riéndose, y se acercó a Jake para darle otro efusivo abrazo a él.
―Bueno, Jake, pórtate bien,
¿vale?
―Yo siempre me porto bien ―rio
él, irguiéndose hacia atrás para levantarla del suelo.
Ella se rio y Jacob la dejó
sobre terreno firme otra vez.
―Te quiero ―le dijo mamá
mientras le daba un cariñoso beso en la mejilla.
―Y yo a ti ―contestó él,
haciendo lo mismo.
Se despegaron el uno del
otro y comenzamos a despedirnos de los demás, aunque esta vez más deprisa,
puesto que ya llegábamos tarde al embarque.
―Os habéis olvidado de los
anillos que os ha regalado Aro ―habló Alice, sacando la cajita de terciopelo
azul de su bolsillo.
―No los olvidamos ―aclaró
Jacob―, es que no los queremos.
―Jacob, sería bueno que los
aceptaseis, Aro se sentirá ofendido si no lo hacéis ―opinó mi padre―. Ya sé que
no vais a usarlos, pero por lo menos podíais guardarlos para aparentar que…
―Yo no tengo que aparentar
nada ―replicó mi chico, ofendido―. No pienso aceptar nada de esa momia.
El rostro de mi padre se
tiñó de preocupación.
―Trae ―intervine,
cogiéndolos―. Los guardaré, pero solo para que te quedes más tranquilo.
Jacob resopló con
desagrado, pero mi progenitor se relajó.
―Gracias, hija ―sonrió
papa.
―Bueno, Jacob, ha sido un
placer volver a verte ―se despidió Eleazar, dándole la mano―. Ya sabéis que
nosotros también estamos aquí para cualquier cosa que necesitéis vosotros y tu
manada.
―Sí, lo sé ―sonrió mi chico―.
Lo mismo digo.
Eleazar asintió y le dejó
paso a Carmen, a la vez que venía hacia mí para abrazarme.
―Esperamos veros pronto ―me
dijo.
―Sí, no tardaremos mucho en
venir ―prometí.
Tanya se estaba despidiendo
de Jacob cuando Garrett vino a mí.
―En fin, linda, no dudéis
en llamarme si alguna vez os veis envueltos en alguna batalla. Últimamente
estoy bastante aburrido ―y Kate le lanzó una mirada asesina―. Bueno, me refiero
a que, de vez en cuando, un poco de acción está bien, no digo que me aburra ―matizó
con una risa nerviosa.
―Lo tendremos en cuenta ―asentí,
riéndome.
Kate y Tanya se acercaron
las dos a la vez mientras que Garrett se iba hacia Jacob, seguido de otra
mirada amenazante de su pareja.
―Os deseamos un feliz viaje
―habló Tanya, cogiéndome de las manos.
―Gracias.
―Ya no os veremos antes, me
imagino, así que hasta el día de vuestra boda ―me dijo Kate.
¡Ups! El detalle de mi
familia de Denali se nos había olvidado por completo. ¿Y ahora qué les decía?
―Ah, sí, claro ―ahora era
yo la que me reía con nerviosismo―. Hasta… hasta el día de nuestra boda.
Las dos hermanas me
sonrieron y ambas me dieron un beso.
Genial. A ver cómo
solucionaba esto, porque ahora eran cinco vampiros más que colar en La Push.
Apenas me enteré cuando
Louis apareció ante mí con esos ricillos locos moviéndose a todos lados. Agarró
también a Jacob y nos dio un abrazo conjunto.
―Bueno, mis metamorfos
favoritos, sabéis que siempre tendréis un sitio en París.
―Gracias, Louis ―contestó
Jacob.
―Carlisle y yo iremos por La
Push cuando nos hagamos con esas semillas, para adecuar bien el terreno y
ayudaros a plantarlas correctamente ―nos anunció―. Bueno, si tú nos das permiso
―le dijo a Jake.
―Claro ―asintió él.
Monique se acercó a nosotros
y nos dio un beso.
El ambiente siguió
llenándose de más abrazos y despedidas en un momento, incluso Rose le dio un
beso en la mejilla a Jake, eso sí, no sin las respectivas frases:
―Tendré que desinfectarme
la boca al llegar a casa ―de mi tía.
―Anda, si lo estabas
deseando, Barbie ―de mi chico.
A Emmett y a Jacob les dio
tiempo de gastarse un par de bromas extra y por fin conseguimos terminar con
todo ese proceso para recoger la mochila del suelo y dirigirnos a la puerta de
embarque.
―¡Llamad al llegar a casa,
por lo menos! ―nos pidió mamá a nuestras espaldas.
―Sí ―le respondí,
diciéndole adiós con la mano.
Me giré hacia delante con
Jake, pasamos por el control sin problemas, me despedí con la mano otra vez y
nos metimos por el pasillo que daba al avión.
Mientras Jake cumplía su
turno de despedida de Seth y le daba las gracias por habernos ido a buscar al
aeropuerto, yo abrí la puerta de casa y encendí la luz del vestíbulo. Observé
mi preciosa casita y suspiré con alegría.
Saqué mi móvil con prisas y
marqué el número de mi madre a toda velocidad.
―Hola, cielo ―respondió
nada más descolgar.
―Hola, mamá. Ya hemos
llegado ―le anuncié.
―Genial.
―Oye, no tengo mucho tiempo
de hablar, tengo que hacer muchas cosas por aquí, ya sabes, deshacer la maleta
y eso ―le comuniqué, echando un vistazo atrás para ver si Jacob ya había
terminado su conversación con Seth―. Nos vemos mañana, ¿vale?
―Vale ―rio ella, como si supiese
más que yo―. Hasta mañana.
―Hasta mañana ―sonreí.
Las dos colgamos y dejé el
móvil sobre el taquillón de la entrada.
―Hogar, dulce hogar ―murmuró
Jacob, abrazándome por detrás y dándome un beso en la sien que me puso todo el
vello de punta.
Tiré la mochila al suelo y
me di la vuelta para abrazarle.
―Vamos arriba ―le dije,
arrastrando la maleta hacia dentro con una mano y cerrando la puerta de un
pequeño puntapié.
―¿Ya? ¿No quieres deshacer
la maleta primero? ―preguntó con una de sus mejores sonrisas torcidas.
―Eso puede esperar ―afirmé
con ansia, quitándole la camiseta.
Me abalancé hacia él para
besarle con pasión, cosa que Jacob correspondió de la misma forma, apretándome
contra su cuerpo con verdaderas ganas. La energía ya nos rodeaba por todas
partes, mi corazón y el suyo latían a mil por hora y mis mariposas no podían
estar más agitadas.
Dejé su boca para que la
mía recorriera la línea de su mandíbula e iniciara un descenso hacia su cuello.
Lo recorrí fervientemente, tocando su torso de igual modo, mientras los dos
jadeábamos sin descanso y sus manos bajaban a la parte inferior de mi jersey.
Lo arrastró hacia arriba, estremeciéndome al acariciarme con las dos manos, alcé
los brazos y mis labios se despegaron de su garganta para que pudiera sacármelo
bien.
Lo tiró en el suelo, junto
a su camiseta, y me cogió en brazos para comenzar a subir las escaleras a la
vez que nuestras bocas se comían la una a la otra. Ni siquiera encendimos la
luz. Jacob me posó en la cama y allí empezamos a dejarnos llevar por esa
energía que ya era completamente desenfrenada. Por fin…
No me enteré de que la luz
ya entraba por la ventana hasta que mi garganta dejó de gemir, conseguí
recuperar el aliento y bajé un poco del cielo; entonces mis dedos aflojaron su
pelo y su piel y fue cuando mis párpados se abrieron para mirarle.
Jake estaba entre mis
piernas, y yo al amparo de sus fuertes brazos, con su pecho sobre el mío, rozándome.
Su frente reposaba en la mía, no se había movido de ahí en ningún momento, nos
miramos a los ojos un instante, todavía respirando con agitación, y después
llevó sus labios a los míos para besarme con amor y dulzura durante un rato.
Su portentoso cuerpo aún
estaba unido al mío, y mis manos se negaban a dejarle ir, no quería separarme
de él jamás. Se movían por su tórrida y mojada piel con ahínco, por su húmedo
pelo, todo con tal de retenerle. Mi cuerpo seguía palpitando solo con sentirle
dentro y el olor de su sudor me volvía completamente loca, era un afrodisíaco
demasiado potente como para poder resistirlo. Mi boca pasó a entrelazarse con
la suya con más pasión, buscando su ardiente lengua con ansias. Esta acompasó a
la mía sin poder evitarlo, sin embargo, fue por un corto espacio de tiempo. Jacob
consiguió controlarse y despegó sus labios, eso sí, solo lo justo para que
pudieran moverse y hablar.
―Mierda… ―se quejó con un
murmullo que frotaba mis labios―. Cielo…, tengo que irme a trabajar… ―suspiró.
Sus brazos hicieron el
amago de incorporarse para separar su cuerpo del mío.
―No, no te vayas… ―le
detuve, susurrando con fervor, a la vez que mis manos lo aferraban.
―Dios, Nessie, sabes que daría
un brazo por quedarme aquí contigo ―aseguró, encendido―, pero el señor Farrow
me matará si llego tarde el primer día después de darme esta semana de
vacaciones.
―Solo será un ratito más… ―ronroneé
en sus labios, besándole muy despacio.
―Esta es la tercera vez que
oigo eso… ―bisbiseó con su sonrisa torcida, correspondiendo mis besos.
―Solo un ratito… ―imploré entre
suspiros, acariciando su espalda húmeda para llegar a su corto pelo azabache.
Su mirada de fuego se clavó
en la mía, que también ardía.
―Nena… ―jadeó ya, pasando a
besar mi cuello con pasión.
Y mi garganta volvió a
gemir cuando empecé a sentir cómo también comenzaba a deslizarse lentamente
dentro de mi cuerpo...
El Golf frenó
precipitadamente al llegar frente a la puerta del pabellón del instituto.
―Te veo cuando salgas de
clase, preciosa ―me dijo Jake, incorporándose sobre mí para besarme, sin apagar
el motor y con la mano en la palanca de cambios.
Me desabroché el cinturón y
me arrimé a él. Nos dimos un beso de apenas tres segundos, aunque apasionado, y
me despegué de él con prisas y a regañadientes.
―Hasta luego ―me despedí,
abriendo la puerta del vehículo.
Cuando saqué una pierna, me
di la vuelta para mirarle y terminé arrojándome otra vez a él para darle otro
corto y apasionado beso que él correspondió.
―Hasta luego ―sonreí al
dejar sus labios.
―Venga, vamos, ya llegas
tarde ―rio, haciéndome gestos con la mano que tenía apoyada en el volante para
que saliera del coche de una vez―, y yo también.
―Sí ―me uní a su risa. Le
di un último beso corto, este normal, y me despegué de él para salir del Golf―.
Hasta luego ―me despedí, cerrando la puerta.
Miré hacia atrás para
decirle adiós con la mano y vi cómo Jacob se reía mientras él también se
despedía. Me reí y me giré hacia delante para echar a correr.
En cuanto entré en el
edificio, escuché el motor de ese Wolkswagen Rabbit del 86 rugir, saliendo del
aparcamiento a toda mecha.
Yo hice lo mismo por los
pasillos vacíos del centro, preparándome psicológicamente para la regañina que
me esperaría en clase, pero mi rostro se alegró cuando vi al señor Berty hablando
con uno de mis compañeros fuera del aula, dándole un sermón a él.
Me metí en clase
disimuladamente y el señor Berty ni se dio cuenta. Sonreí con satisfacción, no
se podía tener más suerte.
Corrí hacia mi pupitre,
saludé a Brenda, la cual me sonrió, y me senté al lado de Helen.
―Por fin ―rio―. Ya creí que
no venías.
―Bueno, se me ha hecho un
poco tarde ―admití.
―Pareces muy contenta, ¿te
lo has pasado bien en Anchorage? ―se fijó.
La razón de mi desbordante
alegría no era esa precisamente, pero ¿qué le iba a decir?
―Sí, no ha estado mal ―entonces,
me acordé de lo importante―. Por cierto, tengo buenas noticias.
Los ojos de Helen se
iluminaron, sin embargo, cuando iba a seguir hablando para contarle lo que
Carlisle y Louis habían descubierto, el señor Berty y ese compañero entraron en
el aula y todo el mundo se calló.
Tuve que esperar a la hora
del almuerzo para contárselo todo, eso sí, solamente pude hacerlo durante el
camino hacia la cafetería, el cual hicimos despacio para que me diera tiempo a
soltárselo todo, y con Brenda como testigo, pues ella también tenía interés por
saber si el problema de su amiga tenía cura.
Helen estuvo a punto de gritar
de alegría cuando terminé de contarle toda la parrafada, menos mal que Brenda y
yo le paramos a tiempo. No se lo podía creer, aunque también le advertí de que
todo el tema de las orquídeas era difícil. Ella se ofreció para ayudarme en el
cuidado y mantenimiento de la plantación, junto con Brenda. No me pude negar,
sabía que Helen necesitaba hacer eso como agradecimiento, yo hubiera hecho lo
mismo, y Brenda también quería ayudarla, así que acepté ambas ofertas.
Antes de llegar a la
cafetería, a Helen también le dio tiempo a contarme que Ryam le había llamado
esa semana. Al parecer, no se encontraba en Estados Unidos, aunque no quiso
decirle dónde se encontraba ni qué era lo que estaba investigando, por
seguridad.
Las gemelas nos echaron un
buen rapapolvo cuando por fin llegamos a la cafetería.
Después de almorzar, las
clases ya pasaron más rápidamente, aunque no todo lo que a mí me hubiese
gustado. Ya en la última, mi pie no hacía más que moverse, haciendo que mi
rodilla subiera y bajara incesantemente. Hasta que por fin sonó el timbre.
Me levanté la primera de mi
silla, haciendo que Helen y Brenda se rieran por mis evidentes ganas de ver a
mi chico. Guardé mis cosas en la mochila a toda prisa y sin orden ninguno, y dejé
mi pupitre.
Alguien abrió la puerta
para salir y el maravilloso efluvio de mi chico llegó a mi nariz como un rayo.
―Hasta mañana, chicas ―me
despedí, caminando con presteza por el pasillo que quedaba entre las mesas.
―Hasta mañana ―rieron
ellas.
Salí como una exhalación
humana por la puerta y vi a mi chico apoyado en la pared, justo de frente. Su
preciosa y blanquísima sonrisa se amplió nada más verme y la mía se contagió.
Tiré la mochila a su lado y me lancé a sus brazos para abrazarle. Me levantó
del suelo y dio varias vueltas conmigo colgando mientras ambos nos reíamos.
Entonces, me bajó y nuestros labios se abalanzaron para besarse.
―Señor Black ―interrumpió
el señor Greene de pronto, matizando ese apellido con mal humor y haciendo que
Jake y yo nos despegásemos automáticamente.
―Ah, hola, señor Greene ―le
saludó mi chico con una sonrisa un tanto insolente.
―Le he dicho mil veces que
si volvía a entrar en mi escuela, llamaría a la policía ―volvió a advertirle
por enésima vez, bajando tanto sus espesas cejas que prácticamente no se le
veían los ojos.
―Solo venía a buscar a mi
chica, señor Greene ―intervino Jake en su defensa, con esa sonrisa de fingida inocencia
que le salía tan bien, a la vez que cogía mi mano.
Esto ya empezaba a ser un
ritual. Los demás alumnos ya ni siquiera se paraban para cotillear, pues
siempre se trataba de la misma historia.
―Puede esperarle fuera, no
tiene por qué entrar en el edificio ―repitió el director, como siempre hacía―.
La próxima vez llamaré a la policía. ¿Me ha entendido?
―Sí, señor ―contestó Jake,
haciendo el saludo militar con otra sonrisa, esta dicharachera.
El señor Greene espiró todo
el aire por la nariz, rechinando los dientes. Cogí la mochila del suelo y tiré
de mi novio para salir de allí. Pude escuchar los murmullos malhumorados del
director a nuestras espaldas.
―¿Ves? En el fondo le caigo
bien ―se rio Jake con satisfacción.
―Si tú lo dices… ―cuchicheé,
aunque yo no las tenía todas conmigo.
Cualquier día, el señor
Greene cumpliría con sus amenazas.
Salimos del centro y nos
encaminamos hacia el Golf rojo. Nos subimos al coche, puse algo de música y
Jake arrancó, avanzando por el aparcamiento y alejándonos del instituto.
Esa semana no tardamos en
tener noticias de Emmett y Rosalie. A los cuatro días de estar en Australia, ya
se habían hecho con una buena cantidad de semillas. Ventajas de ser vampiros,
las semillas eran pequeñísimas, pero no para un ojo superior que puede ver
hasta las moléculas del aire, por lo que no les costó excesivamente el
localizarlas y recolectarlas. Rose las mezcló con unos polvos de maquillaje
facial y lo metió con el resto del equipaje de mano. Cuando la bolsa pasó por
el escáner, los agentes de policía ni se enteraron. Ya en su casa en Anchorage,
mis tíos, con la ayuda de los demás miembros de mi familia, separaron los
polvos de las semillas también sin ningún problema.
Así que ese domingo
regresamos al aeropuerto para recoger a Carlisle y a Louis, que llegaron con un
dossier que explicaba los cuidados de las orquídeas y las condiciones que tenía
que tener la plantación.
Helen y Brenda no fueron
las únicas que ayudaron, Jake puso a trabajar a algunos miembros de la manada,
que fueron los encargados de traer arena de la playa. En menos de media hora,
había una montaña de tierra mezclada con arena en la parte trasera de nuestra
casa. Nosotros, los chicos y mis amigas ayudamos a Carlisle y a Louis a
extender la mezcla, y poco después esa zona de nuestra preciosa casita se
convirtió en un jardín sin flores, una extensión rectangular de tierra llena de
montículos donde mi abuelo y su amigo habían plantado las semillas a toda
velocidad. Plantaron bastantes más de las necesarias, por si alguna de las
plantas no sobrevivía o no llegaba a florecer.
También fue una buena
ocasión para que Helen por fin conociera a Carlisle y a Louis. Se quedó
realmente impresionada, si bien se notaba el respeto cauto que dos vampiros le provocaban,
y se pasó todo el día dándoles las gracias, eso sí. Brenda también se presentó,
aunque esta prefirió mantenerse un poco al margen.
Louis no supuso ningún
problema para la manada, venía con Carlisle, el Gran Lobo había dado su
consentimiento y habían entrado por el sendero que llevaba a la parte posterior
de nuestra casa y que marcaba el nuevo tratado.
Mi abuelo y su amigo
cubrieron la plantación con un plástico transparente que iba sujeto en las
esquinas mediante unos postes y así fue como terminamos de instalar esa especie
de invernadero.
―Bien, acordaros de vigilar
la temperatura y la humedad de la plantación ―nos recordó Carlisle a Helen,
Brenda y a mí, pasándome un aparato que medía todas estas cosas.
―Sí ―asentí.
―No tendréis que prestarles
demasiada atención ―siguió Louis―, ya que estas orquídeas crecen en estado
salvaje y no necesitan de más cuidados especiales.
―¿Y por eso nos dais este
ladrillo? ―ironizó Jake, alzando el dossier.
―Eso es por si tuvierais
algún problema ―se defendió mi abuelo―. Me refiero a posibles enfermedades de
las plantas, parásitos, plagas, etcétera. Solamente es una guía para indicaros
qué hacer en tales casos.
―Menos mal que no había que
prestarles mucha atención ―chistó mi chico.
―Con media o una hora que
les dediquéis al día será suficiente ―intervino Louis, sonriendo.
―Lo haremos ―afirmé,
cogiéndole el dossier a Jacob.
―Sé que lo haréis muy bien ―asintió
Carlisle―. Bueno, nosotros nos vamos ―anunció.
―¿Ya? ¿No os quedáis a…
cenar?
Era una forma de hablar,
por supuesto, pero lo dije para que se quedasen un poco más de tiempo.
Mi abuelo sonrió.
―No, nuestro vuelo sale
dentro de media hora. Mañana tengo que trabajar.
―¿Media hora? No vais a
llegar a tiempo ―le advirtió Helen.
―No te preocupes, llegarán ―declaró
Seth, riéndose.
―En fin, gracias por todo ―le
dije, abrazándole―. Llamadnos cuando lleguéis.
―Lo haremos ―contestó,
dándome un cariñoso beso en la frente.
El jardín de nuestra casa
se llenó de despedidas entre mi abuelo, Louis, los chicos de la manada, mis
amigas, Jacob y yo, hasta que los dos vampiros se dieron la vuelta y se
marcharon por el sendero a la velocidad de la luz.
―Bueno, ¿qué os parece una
barbacoa aquí y ahora? ―propuso Jake con una enorme sonrisa.
―Eso ni se pregunta ―exclamó
Shubael, frotándose el estomago.
―¡Yo estoy muerto de hambre!
―siguió Isaac.
―Pues, venga, ayudadme con
esto.
Y Jacob y los chicos se
dirigieron al garaje para coger la barbacoa y las mesas.
Está increible me encanta el cap como siempre!
ResponderEliminarEspero el siguiente con ansias!
Ojalá pudieras publicar todos lo dias! jaja
Muchos Besos
Me encanta la forma en la que escribes,
ResponderEliminarde todos los fansficcion de fans de crepusculo que he leido el tuyo es el mas GUAY! ERES UNA GENIA!
EXITOS Y BENDICIONES!