TODOS LOS CAPITULOS ESTAN REGISTRADOS EN SAVECREATIVE PARA EVITAR PLAGIOS
NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enteraras de nada 😉
CAPITULOS:
PARTE UNO: COMIENZO:
RENESMEE:
43. DESPEDIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-43-despedida.html
44. COMIENZO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-44-comienzo.html
45. CELEBRACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-45-celebracion.html
46. FUEGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-46-fuego.html
47. NADAR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-47-nadar.html
48. EXTRAÑO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/este-es-el-segundo-capitulo-de-hoy-para_26.html
49. REY Y REINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-49-rey-y-reina.html
50. EN CASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-50-en-casa.html
51. BUSQUEDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-51-busqueda.html
= JACOB =
PREFACIO
Sin saber cómo, empecé a
sentir otra energía nueva, una energía cargada de adrenalina que me recorrió
entero y que explotó en lo más hondo de mis entrañas de forma súbita e
indomable. Sí, fue un Big Bang que se
apoderó de todo mi organismo, haciéndolo estallar, y que se llevó por delante a
todos esos gusanos que me estaban carcomiendo por dentro, purificándome al
instante. Mi convalecencia había terminado. Me puse en pie con rapidez para
proteger a mi ángel al tiempo que un brillo fulgurante y cegador radió de todos
los puntos de mi cuerpo cuando eso explosionó, envolviéndome con una onda
expansiva extremadamente luminosa que se extendió a la velocidad de la
mismísima luz.
HAY QUE VER
LAS VUELTAS QUE
DA LA VIDA
Los sonidos comenzaron a
llegar a mis oídos con eco, perdiéndose en un fondo extraño, enlatado. No es
que se oyera mucho, la verdad, tan solo algunas voces lejanas y algún ruido que
otro, pero, poco a poco, todo eso se iba abriendo paso por mi cavidad auditiva,
mandándole señales a mi cerebro para que se despertase.
Lo primero que apareció en
mi cabeza fue la imagen de mi ángel. Era una imagen vaga y borrosa, pero lo
suficientemente fuerte como para ya no marcharse de allí. También se empezaba a
añadir ese punzante dolor de estómago, cada vez hacía más acto de presencia, y
no hacía más que ratificarme que la habían alejado de mí.
―Nessie… ―intenté decirlo
más alto, pero mi perezosa garganta todavía estaba en otro sitio y solo salió
un suspiro sordo.
Tenía que despejarme, como
fuera, tenía que correr junto a ella. Estrujé los párpados con fuerza mientras
gemía y obligué a mi cerebro a que se despertase un poco más.
Y eso hizo, lentamente mi
mente fue entrando en este mundo de lo consciente, hasta que mis párpados
consiguieron abrirse, eso sí, necesitaron de varios intentos para lograrlo del
todo.
Todavía me encontraba
desorientado y mis ojos solo conseguían ver cosas abstractas y granuladas, pero
sabía que estaba tirado en una superficie fría y dura, y el tarro me dolía que
no veas, aunque no era lo único. Tenía el cuerpo machacado, parecía que me
hubiesen dado una paliza, y este sitio apestaba a chupasangres por todas
partes, ese ácido se metía por mi nariz, quemando toda mi fosa nasal. Tardé un
buen rato hasta que mis ojos pudieron ver con claridad y la cabeza dejó de
darme vueltas.
Entonces, pude incorporarme
un poco y ver dónde estaba.
Era una especie de mazmorra.
Sí, mazmorra. Las paredes que me rodeaban eran de piedra, y la puerta, que
tenía todo el aspecto de ser muy pero que muy pesada, era de hierro y tenía una
rejilla en la parte superior que ahora mismo estaba tapada, como esas que salen
en las películas de presos.
¡¿Dónde demonios estaba?!
¡¿Y Nessie?! ¡¿Dónde estaba ella?! ¿Y mi manada? ¿Y los Cullen?
Lo único que recordaba es
que estaba con Quil y Embry en el bosque que bordeaba al claro, que me
transformé para avisar al resto de lo que habíamos encontrado y que, de
repente, sentí un montón de pinchazos en el cuerpo. Acto seguido alguien de
hielo me atrapó desde atrás, su mano me tapó la boca, me mareé y todo se quedó
a oscuras.
Y ahora me encontraba en
este sitio extraño. Mierda. Y mi Nessie, mi ángel, ¡¿dónde estaba?! ¡Tenía que
ir junto a ella ya!
Estaba echado boca abajo, y
ya me había incorporado un poco para mirar dónde diablos estaba, así que me
erguí del todo con la intención de levantarme para ir en su busca, pero, maldita
sea, todavía estaba algo mareado y solo conseguí caerme sentado. Fue entonces
cuando escuché el tintineo de unas cadenas y sentí esos incómodos grilletes en
mis muñecas y mis tobillos.
¡¿Pero, qué mierda era
esto?! Encima, estaba encadenado de pies y manos. Eso hizo que mi cabeza
enseguida reaccionara y me miré el tobillo izquierdo con precipitación.
Uf. Mi cinta de cuero seguía
allí, y, con ella, mi anillo. Sí, vale, puede que en este momento eso no
pareciera lo más importante, lo sé. Pero para mí sí que lo era, ese anillo
simbolizaba mi vida. La cinta había quedado por encima de ese grueso y molesto
grillete, así que el anillo colgaba de la misma sin problemas.
Pero mi ángel… ¡¿Dónde
estaba?! Tenía que ir a buscarla, donde fuera, como fuera. Me transformaría y
tiraría esa puerta de hierro abajo, si hacía falta.
―¡Tengo que ir a por ella!
―mascullé ya con ira.
Intenté levantarme de nuevo,
pero mis piernas seguían sin responderme bien y no conseguí hacerlo.
―Quienquiera que sea ella,
no está aquí ―habló una voz de pronto, a mis espaldas.
Me giré con precipitación,
algo sobresaltado, y vi que había un tipo sentado en el suelo, con la columna
apoyada en la pared, y que también estaba encadenado, aunque él solamente lo
estaba por las muñecas. Era humano, pero, entre lo atontado que estaba todavía
y lo confuso de la situación, ni siquiera me había dado cuenta del ritmo
cardíaco que me acompañaba.
¿Quién diablos era ese? ¿Qué
hacía aquí? ¿Y cómo narices sabía que Nessie no estaba en este mugriento sitio?
¿Acaso la conocía?
―¿Cómo lo sabes? ―le
pregunté en tono monocorde, un poco a la defensiva.
―Solo te han traído a ti
―aseguró sin mirarme, solamente se limitaba a observar la pared que tenía
enfrente. Encima, esos pelos alborotados que llevaba me impedían verle la
cara―. Se lo oí decir a un miembro de la guardia.
Eso me lo desveló todo.
―¿De la guardia? ¿Te
refieres a la guardia de los Vulturis? ―quise saber, volviéndome del todo hacia
él―. ¿Quieres decir que estamos en Volterra?
―Exacto ―me ratificó
escuetamente.
Con el movimiento de
girarme, noté un tirón en mi cuello. Volteé la cabeza al frente y llevé las
manos hacia mi gaznate para comprobar de qué se trataba. No podía verlo, claro,
pero mis dedos se dieron cuenta de que se trataba de una especie de cordón fino
que rodeaba mi garganta. Parecía de metal y, no es que me estrangulase, pero se
ceñía bastante a mi piel.
¡¿Qué mierda era eso?!
Mis manos se afanaron en
romperlo, juro que tiré con todas mis fuerzas, sin embargo, mis dedazos no
entraban en el pequeño espacio que quedaba entre mi cuello y el cordón, y lo
único que conseguí fue hacerme sangre. Menos mal que las rozaduras se cerraban
instantáneamente, y más aquí, este agujero tenía que estar infestado de
chupasangres.
―Mierda ―murmuré, apretando
los dientes con rabia.
―Te lo han puesto para que
no puedas transformarte ―habló ese tío otra vez.
―¿Cómo? ―le miré.
―También les oí decir que
ese cordón estaba hecho de una aleación especial que es irrompible ―explicó sin
dejar de observar esa pared―. Si se te ocurre transformarte, te cortará la
cabeza.
―¿Esto va a cortarme la
cabeza? ―cuestioné, alzando las cejas.
―Yo que tú, no lo
comprobaba.
Genial. No sé por qué, pero
le creí. Esos viejos decrépitos eran capaces de eso y más.
Bueno, me importaba una
mierda que no me pudiese transformar. Tenía que salir de aquí como fuera. No
sabía si habían atrapado también al resto y los tenían en otra parte, si habían
conseguido escapar o qué, pero yo tenía que regresar con Nessie como fuera.
Esto de no saber si estaba bien y de no poder protegerla, me mataba. Además,
ella estaría sufriendo por no saber de mí, estaría muy preocupada.
Esta vez, conseguí ponerme
en pie, eso sí, tuve que apoyarme en la pared con la mano para no espatarrarme
en el suelo.
―No vas a poder escapar
―dijo ese extraño compañero de celda, siguiendo con esa manía de no mirarme.
¿Tan feo le parecía o qué?
―Eso ya lo veremos ―objeté,
un poco irritado por esa desconfianza tan de buenas a primeras.
Caminé hacia la puerta, ya
totalmente despejado. Las cadenas siguieron mis movimientos, arrastrándose por
el suelo con ese tintineo quejumbroso, hasta que noté los tirones en mis
extremidades. Y todavía me faltaban dos metros hasta la puerta. Me giré,
clavando el ceño en los ojos, y comprobé cómo mis cuerdas metálicas se tensaban
desde las dobles y gruesas arandelas que estaban ancladas a la pared de piedra.
―Es imposible, te aviso
―siguió ese tipejo―. Yo ya lo he intentado y no se puede.
Pasé olímpicamente de su
estúpido comentario y tiré con todas mis fuerzas, intentando sacar de la pared las
arandelas que tensaban las cadenas de mis brazos. Nada. Volví a tirar, esta vez
con tirones continuos y más fuertes, pero nada, no había manera. ¡Mierda!
―Te lo dije. No vas a poder
salir de aquí ―reiteró ese pesado.
Este listillo ya estaba
empezando a tocarme mucho las narices, y yo no tenía el día para bondades, la
verdad.
―¿Y a ti qué te importa? ―le
bufé a la cara, hundiendo las cejas en los ojos un poco más―. ¿Es que no tienes
nada mejor que hacer? Cuenta esas piedras de la pared y déjame en paz.
―Ya las he contado, son 127
―soltó, sin mirarme, claro.
Maldito gusano… Ya me estaba
hinchando lo que no me tenía que hinchar…
―Pues cuéntalas otra vez, a
lo mejor se te ha pasado una, mira a ver―le espeté con acidez, girándome hacia
delante para seguir con mis planes de escapada.
―Una, dos, tres, cuatro,
cinco, seis, siete…
Esto era el colmo. Me giré
hacia él, despacio, clavándole una mirada que ya lo decía todo.
―Oye, te lo advierto, hoy no
tengo el día para bromas, así que no me tomes el pelo o terminaremos muy mal
―gruñí.
Cerró la bocaza, aunque por
poco tiempo. Por fin, se volvió hacia mí para mirarme con cara de malas pulgas.
―No te tengo miedo, yo
también soy un gigante ―afirmó.
Vaya, ¿era un gigante? Pues
por su aspecto, nadie lo diría. Al igual que yo, iba descalzo y no llevaba
camiseta, y solamente vestía unos pantalones vaqueros de color negro, rasgados.
Bueno, aunque estaba bastante delgado, se le veía fuerte, sus finos músculos se
notaba que eran fibrosos y nervudos, pero su altura era la de un chico normal.
Llevaba esos pelos morenos y enmarañados a la altura de la barbilla, aunque
creo que estaban peinados así deliberadamente, como hacen las estrellas de rock
para fingir un aspecto desaliñado. Eso sí, su frase hizo que me fijase en sus
ojos. Eran de color fucsia, como los de Helen cuando no llevaba esas lentillas doradas.
Si no fuera por eso, lo hubiera dudado, la verdad.
―Yo no soy un gigante ―le
revelé, todavía enfadado.
Eso pareció llamarle más la
atención y me observó con más detenimiento.
―¿No eres un gigante?
―inquirió, parándose a detallar mi altura y mi escasa indumentaria. También
pareció darse cuenta de mi fuerte físico―. Entonces, ¿qué eres?
―Eso no te incumbe. No soy
un gigante y punto ―contesté, tengo que reconocer que de malas formas.
Lo siento, pero el secreto
de la tribu es el secreto. Y tampoco me fiaba de él, no sabía si era de los
buenos o de los malos, la verdad. Podía ser una trampa de Aro o algo así.
Volví a mis quehaceres,
intentando ignorar esa estúpida mirada examinadora que tenía sobre mí, y me
acerqué a la pared de piedra que sustentaba las arandelas, entre aquel ruido de
cadenas que acompañaba a cada uno de mis movimientos, por mínimos que estos
fueran.
Agarré una de las arandelas
de arriba con las dos manos y tiré con todas mis fuerzas. ¡Maldita sea! No
había quién la sacara de allí, ni siquiera se movía un poco. La condenada
estaba bien anclada a la pared. Apoyé uno de mis pies en el paramento para que
ayudase a mi cuerpo a coger más impulso, pero, mierda, era completamente
inútil.
―Un momento ―dijo ese tipo
de pronto en tono de sorpresa mientras se levantaba lentamente―. Ya sé quién
eres. Tú eres Jacob Black, el Gran Lobo ―mierda, genial―. Ya decía yo que era
muy raro que te hubiesen puesto eso en el cuello. A mí no me lo pusieron.
Dejé la dichosa arandela y
le miré, limpiándome las manos en la parte trasera del pantalón.
―Vaya, veo que en este
asqueroso agujero las noticias vuelan ―mascullé con acidez―. ¿Eso también se lo
has oído decir a la guardia?
―No sé de ti por estar aquí
―me contradijo―. Lo sé por Helen, ella me ha hablado mucho de ti y de Nessie.
Solo escuchar el nombre de
mi chica ya aceleró el ritmo de mi corazón, pero el nombre de Helen hizo que me
diese cuenta de quién era él y me quedé boquiabierto.
―¿Tú eres Ryam? ―pregunté,
sorprendido.
―Sí ―asintió―. Ryam Winton.
Qué idiota había sido.
Claro, ahora me daba cuenta. A ver, Jake, si él te dijo que era un gigante y
ves que no es como aquellos que te describió Nessie que tenía Razvan, este
chico tenía que ser Ryam, ¿no? Él era el único gigante, junto con Helen y
Mercedes, que no eran gigantes todo el tiempo, sino que también eran humanos.
―¿Y qué haces aquí?
―inquirí, aún sin creérmelo.
―Es evidente que me han
pillado, ¿no? ―me respondió con retintín.
―Ya, eso ya lo veo, no soy
idiota ―le contesté, irritado―. Pero, ¿cómo ha sido? ¿Cómo has terminado aquí?
¿No estabas investigando el asunto de los gigantes de Razvan?
Ryam me miró durante un
instante y luego optó por sentarse en el suelo otra vez, señal de que esto iba
para largo. Suspiré y me senté yo también, llevando ese pesado tintineo conmigo
y apoyando mi espalda en esa pared de piedra.
Odiaba tener que quedarme
quieto sin hacer nada, pero es que era así, no podía hacer nada. Los eslabones
de las cadenas eran demasiado gruesos y las arandelas no había quién las sacase
de la pared, así que opté por esperar. En algún momento vendría alguien para
llevarme ante Aro, y esa sería mi oportunidad para ajustar cuentas con él.
Los pinchazos de mi estómago
ya empezaban a perforarlo con ganas, y no podía quitarme a Nessie de la cabeza,
pero traté de poner atención a la alocución de Ryam, aunque fuera por un
momento.
―Sí, estaba siguiendo una
pista muy buena sobre los gigantes de Razvan ―empezó a contarme―. Como me
imagino que ya sabrás, el primer sitio al que fui para buscar a esos gigantes
fue su castillo. Cuando llegué allí, los gigantes ya no estaban, y tampoco ningún
vampiro de su guardia, todo parecía haberse esfumado. Pero encontré señales de
una batalla.
―¿Una batalla? Pero nosotros
terminamos con todos los chupasangres que habían ido a aquella iglesia cercana,
y los que no estaban allí escaparon, eso fue lo que le dijiste a Helen, ¿no es
así?
―Bueno, omití algunas cosas
para no ponerla en peligro. Cuanto menos sepa de mis investigaciones, mejor.
Suspiré. Desde el momento en
que ella se convirtió en un gigante, iba a estar en peligro igual, pero pasé de
decirle nada, no era asunto mío.
―¿Y quién luchó allí? ―quise
saber.
―Descubrí que un bando estaba
relacionado directamente con los Vulturis ―cuchicheó el muy idiota, como si así
no nos fueran a escuchar. Todos los chupasangres que nos rodeaban, seguro que
ya llevaban un buen rato escuchándonos―, pero el otro bando no sé quiénes
fueron, ni siquiera sé si tenían algo que ver con Razvan, Nikoláy o Ruslán.
―Qué raro ―murmuré,
mordiéndome el labio.
―Lo único que sé es que los
gigantes ya no estaban allí ―siguió―, y tampoco había restos de vampiros
quemándose ni nada por el estilo. El castillo estaba desértico.
―Entonces está más que claro
que los que iban perdiendo se dieron el piro y que los vencedores se llevaron a
los gigantes ―manifesté―. Y, sinceramente, no me imagino a la guardia de los
Vulturis huyendo de ningún sitio.
―No fue su guardia ―afirmó.
―¿Ah, no? ―fruncí el ceño
con extrañeza.
―Fue Thiago y su grupo ―me
reveló.
―¿Quién es ese Thiago? ―mi
ceño se hundió más.
Estrujó los labios y resopló
por las napias mientras ladeaba la cabeza a ambos lados, incómodo. Sí, claro,
había chupasangres por todas partes. Después de ese tiempo perdido a lo tonto,
se decidió y me lo contó.
―Él es el jefe de los
matones de Aro ―bisbiseó con una voz muy bajita para él, pero lo suficientemente
alta para mí y para las sanguijuelas de este agujero, que si no habían venido
ya para cerrarnos la bocaza era porque les importaba un bledo lo que
supiésemos, cosa que me mosqueó bastante, porque eso significaba que no tenían
intención de dejarnos salir de aquí, al menos, con vida―. Los Vulturis no solo
disponen de su guardia, tienen a ese grupo mafioso que se encarga del trabajo
sucio.
Eso de grupo mafioso
y matones, me recordó algo, mejor dicho, a alguien: el chupasangres que
nos había estado vigilando en la luna de miel. Y yo tenía razón, eran sicarios.
―¿Ese tal Thiago es moreno y
tiene una coleta baja y muy larga? ―le pregunté, aunque sabía de sobra la
respuesta.
―Sí ―me confirmó,
extrañado―. ¿Cómo lo sabes? ¿Le conoces?
―Digamos que nos hemos visto
por ahí ―mascullé, apretando los dientes al volver a recordarlo―. Así que son
los matones de los Vulturis, ¿eh?
―Sí, bueno, en realidad, son
nómadas sin escrúpulos, maleantes, ya eran asesinos en su vida humana. Aro se
encargó de encontrarles, enviando a Demetri para ello.
―¿Y tú cómo sabes tanto de
ellos? ―interrogué, sorprendido.
―Yo también me he visto
por ahí con Thiago y sus matones ―declaró―. Fue en el primer encuentro que
tuvimos con Razvan y sus secuaces Helen y yo, en los bosques del Parque
Nacional de Olympic, el día en que Razvan me ofreció que me uniera a ellos ―de
repente, bajó la mirada al suelo y se quedó mudo durante un instante, aunque
después volvió a hablar, eso sí, con pesadumbre―, el día en que contagié a
Helen ―uf, se notaba que todavía estaba tocado por eso. Luego, me miró de nuevo
para seguir su explicación―. Cuando Razvan se dio cuenta de que yo no le servía
para nada y ya estaban a punto de atacarnos, llegaron otros cinco vampiros.
―Sí, eso ya me lo contó
Nessie ―recordé―. Se pusieron a pelear entre ellos y vosotros dos conseguisteis
escapar.
―Exacto ―asintió―. En aquel
entonces no lo sabía, pero he descubierto que se trataba de Thiago y su grupo.
Ahora sé que ya andaban detrás de Razvan para impedir la creación de gigantes,
al parecer, Aro estaba al corriente de todo.
―Y por eso Aro mandó a
Thiago y a su grupo a Bulgaria, para que fueran a por esos gigantes ―concluí
yo.
―Eso creo. A los Vulturis no
les gusta nada las nuevas especies, y esos gigantes pueden ser lo suficientemente
peligrosos para ellos, ya que se regeneran y son totalmente inmortales. Lo que
no sé es si se han deshecho de ellos o si los tienen confinados en algún sitio,
bueno, suponiendo que los que ganaran esa batalla en el castillo fueran Thiago
y su grupo, claro. Por eso vine a Volterra ―me reveló―. No tenía ninguna pista
del otro bando y decidí seguir esta, para comprobar si los Vulturis tenían a
los gigantes o no. Lo malo es que no llegué muy lejos ―suspiró―. Terminaron
pillándome.
―Idiota. Eso te pasa por ir
a tu bola ―le espeté en todo el careto―. Si hubieras dejado que nosotros te
hubiésemos ayudado, no estarías aquí ahora.
―Te recuerdo que tú tienes a
tu manada y también estás aquí ―rebatió, algo molesto.
―Es totalmente diferente ―le
discutí―. Para cogerme a mí han tenido que ingeniárselas, en cambio tú te has
entregado en bandeja.
―Me gusta trabajar solo.
―Mira, no quiero quitarte
mérito. No voy a negar que lo has hecho muy bien y que has descubierto muchas
cosas, pero siempre es mejor trabajar en equipo ―afirmé―. Aunque tú no lo
creas, todos necesitamos que alguien nos cubra las espaldas. Nadie es
invencible, ¿sabes?
―Te equivocas, no es que yo
quiera trabajar solo porque sí ―me contradijo―. Prefiero hacer las cosas solo
porque no quiero poner en peligro a nadie más, ya tengo bastante con que Helen
sea un gigante por mi culpa.
―Nos subestimas ―le
critiqué―. Nosotros somos muy fuertes, estamos hechos para luchar contra
cualquier tipo de chupasangres.
―No estoy diciendo que no,
pero Helen es lo más importante para mí, y si vosotros os entretenéis conmigo,
ella quedará más desprotegida. Cuantos más lobos la protejáis, mejor.
―Vuelvo a decir que nos
subestimas ―desaprobé, un poco ofendido por sus dudas―. Sabemos organizarnos
muy bien, trabajamos en equipo y nos coordinamos perfectamente, y mis lobos
saben hacer su trabajo perfectamente.
―Yo me las arreglo mejor
solo ―insistió ese cabezota.
―Bueno, haz lo que te dé la
gana, tú verás lo que haces, a mí me da igual ―resoplé.
Se hizo un silencio en el
que los dos nos quedamos pensativos. Mi mente volvió a centrarse en lo más
importante: Nessie. Esto de quedarme aquí sentado sin hacer nada de nada me
ponía del hígado, pero sí, vale, Ryam tenía razón, era imposible escapar de
aquí. La única opción que me quedaba era esperar, justo lo que a mí más me
gustaba, genial.
Llevé mi vista hacia mi
anillo y lo cogí con la mano para verlo. Que quowle, leí una vez más. Mi dedo reclamaba esa alianza, pero
no podía ponérmela, tenía que estar preparado por si conseguía deshacerme de
este cordón de mi cuello y ya me podía transformar, así que me conformé con
acariciarla con el dedo índice.
―Ella está bien ―habló Ryam
de pronto, intentando animarme―. Los guardas dijeron que solo te cogieron a ti.
―¿Estás seguro? ―inquirí,
mirándole expectante.
―Sí, tranquilo ―aseguró.
Eso me calmaba un poco, ella
estaba bien, pero los pinchazos de mi estómago seguían siendo igual de fuertes.
―¿Cuánto llevo aquí? ―quise
saber.
―No mucho. Te tiraron ahí y
a los cinco minutos te despertaste ―me reveló―. Según iban diciendo por el
pasillo, tuvieron que pincharte cada pocos minutos para que no te despertases
durante el viaje.
Ya, claro, la temperatura de
mi organismo seguro que quemaba esa maldita anestesia o lo que fuera con
rapidez.
―¿Helen está bien? ―me preguntó―.
No he podido llamarla desde hace días, debe de estar muy preocupada.
―Sí, está bien ―le
ratifiqué―. Nosotros cuidamos de ella.
―Aunque vaya en solitario,
quiero daros las gracias por protegerla a ella ―me dijo, sincero, o eso
parecía, vamos―. Habéis hecho mucho por nosotros, y los Cullen también.
―De nada.
Iba a decirle que Carlisle y
Louis ya estaban trabajando en el antídoto, pero me callé. Esto no quería que
lo escuchase ningún chupasangres, por si acaso. Además, pensándolo bien, seguro
que Helen se lo habría contado ya.
―Por cierto, ¿cuánto llevas
tú aquí? ―interrogué.
―Cuatro días ―suspiró.
¿Cuatro días? ¿Y no se lo
habían cargado ya? Qué raro.
―¿Y qué es lo que quieren de
ti?
―No lo sé ―se encogió de
hombros―. Supongo que pensarán que les puedo ser útil para algo.
Sí, porque si no ya hubiera
sido el aperitivo de la mañana.
―Escucha, todavía no sé cómo
voy a hacer para pirarme de aquí, pero saldremos los dos juntos, ¿de acuerdo?
―le dije.
―Te repito que es imposible
―reiteró con un aire cansado.
―Bueno, eso ya lo veremos
―resoplé, otra vez ofendido.
De repente, escuché unos
débiles pasos que se acercaban por el pasillo. Parecían tres personas, bueno,
mejor dicho, tres chupasangres, y venían claramente hacia esta celda.
Por fin, por fin sabría de
las intenciones de Aro, y por fin podría verme cara a cara con él.
Rechiné los dientes.
Ryam no podía escucharlo,
pero yo ya me estaba poniendo en pie, a la defensiva, llevando conmigo el
quejido de las cadenas.
―¿Qué pasa? ―quiso saber,
levantándose también.
―Ya vienen ―le anuncié sin
quitarle la vista a la puerta.
Y acto seguido, se escuchó
el sonido de unas llaves.
genial este capitulo....sos una genia la historia se pone mas interesante ....gracias y te felicito.....salu2
ResponderEliminartenian que ser los Vulturis que horros como se hacen coger fastiado estos..... lo bueno es que jake tiene compañia o mas bien un aliado.... no esta solo....pero donde estan los demas edward,bella, jasper y alice incluso renne oki oki oki mejor me tranquilizo y espero a que continues con la historia.... es que me fascina tanto que me desepero ... muchas gracias por no fallarnos y seguir con los capis..... CUIDATE MUCHO Y SALUDOS
ResponderEliminarNoooooooo!!!! Esos chiflados Vulturis no saben lo que es dejar tranquilos a los demas y como se atreven a llevarse a jake espero que nessie lo rescate pronto. Quisiera saber si ellos tienen también a los cullen y a renee o si solo los utilizo para pillar a el gran lobo. Mira que pensé que se había terminada todo ese enredo de la profecía pero leo que no ya me estaba imaginando un cachorrito de lobo semivampiro hahaha. Gracias por todos los capítulos están increíbles espero el próximo y disculpa mi fLta de comentarios pero estaba algo ocupada así que solo los leía pero ya estoy aquí para hecarte porras y de irte que eres la mejor escritora o: saludos y cuidate Kelly
ResponderEliminarGracias por tan buenos capítulos realmente son muy interesantes y las imágenes están perfectas. Quisiera saber si jake no puede sacar su espíritu de gran lobo como lo hizo en la pelea con los magos ahí lo hizo sin transformarse. Espero puedas contestadme y si no pues que aparezca en algún capitulo. Gracias y un beso. Kiara
ResponderEliminarwuuaau tienes una imaginacion realmente extraordinaria , buena eres realmente muy buena, mas que felicitarte agradecerte por esta exelente historia ,me hace muy feliz leerla ......
ResponderEliminarADICTIVA si que lo es!!!!!!
gracias
elsa
Aaaaa esos malditos vulturi nunca los dejaran a ellos en paz!! aa tengo ganas de matarlos!!! muajajaja ( exagere :$) bueno me encantoo! por fin Ryan lo encontraron! espero que si salgan da ahi pronto aa ya quiero leer el otro cap escribes genial!! es adictivo como dice Elsaa! :D
ResponderEliminarBesos.
Pobre jake!... por lo menos no se encuentra solito! jaja Como siempre el capi increiblemente emosionante! jeje Mucha fuerza para seguir escribiendo! Ojalá que todavia no se terminEn tus capis ahora que se viene la parte más intrigante!... jaja B E S O S! =)
ResponderEliminaruh! Se invierte la historia. Ahora estan Jake y Ryam encerrados.. Mm.. amabas parejas parecen tener mas en comun, de lo que uno creia. ja!
ResponderEliminarAh! Por cierto. que mal que Jake sea taaaa... Impaciente por utilizar un termino suave. quiero decir, es muy agresivo. Pobre Ryam. bueno, supongo que es le caracter que tiene qe tener el Gran Lobo.. pero. Me acordaba de el.. mas tierno. Nada! Ideas locas mia..
ah! no se xq.. pero habia pensando en su momento que el encapuchado que andaba con Razvan era Ryam. No se xq. Imagine un misterio. Pero al final fue mi loca imaginacion. Igual me alegro que no. xD
sol*
jaja, ya ves que la sombra no es Ryam!! xD
ResponderEliminarMe alegro de que te esté gustando la historia, Sol ^^
Pues no es que Jake sea agresivo xD Tienes que ponerte un poco en su situación. Le han encerrado, le han separado de Nessie una vez más, y creo que cualquiera estaría ya un poquito harto, ¿no? xD Y Ryam, bueno, si te fijas tb es un poco picotero, como decimos aquí, está chinchándole continuamente xD Es divertido ;)
Pero ya veo que te gusta, y me alegro =)
Bueno, muchos lametones, guapa!!!
JACOB&NESSIE
[JA! Me encanta el lunfardo de ustedes , qe por cierto sigo sin saber de donde sos :p] Mexico? Algun pais de centroamerica? Mas bien al Sur?
ResponderEliminarYa si, es una verguenza que no lo sepa pero.. Lo busque! Y no lo encontre. :(
Si, si.. A veces me olvido de contextualizar.. ES verdad! tenes razon!
SOl*
jajajaja, pues soy Española xD , asturiana, para más señas ^^ Soy de Asturias, una región que queda al norte de España, por si no lo sabes. Se parece mucho a Forks, jajaja, muy verde, llueve mucho y todo eso ;)
ResponderEliminar¿Y tú?
Muchos lametones para ti!!!
JACOB&NESSIE
Ah! España! Aahh! Ya me voy para alla! si se parece a Forks! A ver si encuentro un lobo. Bah! aunqe en un lugar como ese, mas probable es que habite algun vampiro. xD
ResponderEliminarJa! Yo de Argentina. De San Luis. Una provincia del centro del pais. Extraño mi Buenos Aires! :(
AAh! Pense que me delataba el "VOS" o el "SOS" o el "CHE" xD Creo que los argentinos somos los unicos que hblamos asi. :P
bueno.. Nada Tama! Queria saber un poquito de vos. Es que me parece una re buena persona! y copada por lo poco que puedo leerte en los comentarios. sigo leyendo alucinada.. Me voy al capi donde lo deje! xD
sol*
eeeh soy sara de ceuta,tengo familia en asturias y oviedo,tienes rason ai muchas zonas verde,aunque me acuerdo de poco ya que fui de pequeña,una vez mas digo que eres genial,si tienes me gustaria tenerte en mi facebook,claro si quieres...
ResponderEliminarsoy sara otra vez jejej,mi facebook es sariita abdeselam castro
ResponderEliminarHola, Sara!!
EliminarYa vi tu comentario en el capítulo "Fuego", así que con tu pareja, ¿eh? jejeje.
¿Tienes familia en Asturias? Qué bien!! Y, además, en Oviedo, de donde soy yo!! Tienes que volver, así seguro que recuerdas más cosillas ;)
Muchas gracias por darme una oportunidad y leerme!!! Me encanta tener lectores nuevos =)
Lametones!!!