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NUEVA ERA (Continuacion de "DESPERTAR")
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CAPITULOS:
PARTE UNO: HORIZONTE:
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
2. SAGRADOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-2-sagrados.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
19. VISPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-19-vispera.html
20. SORPRESAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-20-sorpresas.html
21. MAGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-magia.html
22. ATRAPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-atrapada.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
19. VISPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-19-vispera.html
20. SORPRESAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-20-sorpresas.html
21. MAGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-magia.html
22. ATRAPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-atrapada.html
= PARTE DOS =
PROFECÍA
PREFACIO
¿Existen los cuentos de
hadas? ¿Esos mundos repletos de brujas feas y malvadas, hechizos, magos,
príncipes azules, dragones, castillos y encantamientos? Yo creía que no, pero
me equivocaba.
Esos cuentos que mi madre me
contaba para dormirme cuando tenía un mes y de los que pronto me cansé, son
reales. Lo que no sabía es que nada era como está relatado en los libros.
La madrastra no es mala, la
bruja es hermosa y ayuda a la princesa fea, el mago es cruel y malvado, las
princesas ya no quieren a un príncipe y Caperucita es la que tiene que internarse
en el bosque oscuro para rescatar al lobo.
Cuando entendí esto último,
todo cambió.
ENCIERRO
―¡JACOB! ―chillé, abriendo
los ojos de repente.
Mi respiración iba a mil
por hora y lo único que la entrecortaba era el enorme nudo que quebraba mi
garganta y que ya había hecho que las lágrimas se derramasen por mi rostro.
Sin embargo, mi Jacob no
estaba. Esta vez no había sido una pesadilla. Era el mundo real, la cruel y
dura realidad.
Llevé mis temblorosas manos
a las mejillas para secarme inútilmente esas lágrimas que no dejaban de brotar y
entonces me di cuenta de que podía moverme a mi antojo. Me toqué el resto del
cuerpo y la cara para comprobarlo bien. Sentía cada uno de los roces, mis manos
me respondían, así como mis piernas, mis ojos, mi boca. Mi organismo volvía a
ser mío.
Miré a mi alrededor,
asustada y compungida, incorporándome para quedarme sentada.
Estaba en un camastro
estrecho que se apoyaba en la pared, haciendo esquina, sobre una colcha de lana
vieja de color gris, en una habitación pequeña y lúgubre que no tendría más de
dos metros y medio de ancho por cuatro de largo. La estancia tenía una pequeña
ventana en una de las paredes largas que aportaba muy poca luz y que estaba
provista de una reja con unos fuertes barrotes. Debajo de la misma había una
silla de madera que tenía el aspecto de ser muy antigua, al igual que el
cabecero de la cama, la mesita, el armario y la puerta. Esta abría hueco en la
pared corta que seguía a la de la ventana y se notaba lo dura y pesada que era.
Las paredes estaban formadas por unos bloques grandes de piedra gris.
Me sentía algo mareada y no
tenía ganas de moverme, los pinchazos que aguijoneaban mi estómago y que
perforaban mi corazón, junto con la desazón que me invadía, eran brutales, pero,
aun así, me levanté.
Corrí hacia la puerta y
tiré de la hebilla redonda que hacía las veces de pomo con todas mis fuerzas,
apoyando la otra mano en la pared para conseguir más efecto, pero no había
forma de abrirla. Repetí esta acción más veces, entre lágrimas de rabia y
desesperación. Nada, la pesada hoja ni siquiera se movía.
―¡Noooo! ―grité, pegando
puñetazos a la puerta.
No podía soportarlo, tenía
que escapar de allí como fuera para llegar a Jacob.
La ventana. Tal vez pudiera
salir por la ventana. Los enormes barrotes no eran un problema para mí, tenían
toda la pinta de ser de hierro, y haciendo palanca con cualquier utensilio de
la cama y con mi fuerza de medio vampiro seguramente podría hacer un hueco por
el cual pasar.
Me aparté de la puerta y me
dirigí a la ventana corriendo. Sin embargo, mi agitada respiración se
transformó en llanto de nuevo cuando vi lo que había al otro lado.
La altura que me separaba
del suelo era bastante grande, era la equivalente a seis pisos, y desde allí
solamente se veían árboles por todas partes, una densa vegetación que lo cubría
todo. Me desplacé un poco para tener visión desde otro ángulo y mis ojos se
abrieron como platos.
No llegaba a serlo del
todo, pero el edificio en el que me encontraba se parecía bastante a un
castillo. Estaba hecho completamente de piedra gris, y parecía muy antiguo,
pues en algunas partes de la fachada todavía seguían marcados los cañonazos
sufridos por los vestigios de una guerra acontecida siglos atrás, algunos de
los agujeros todavía tenían las bolas de hierro incrustadas, como si el tiempo
se hubiera detenido justo en el momento de su impacto. Sin embargo, no había
saliente alguno que me ayudase a descender si salía por la ventana. Era
imposible bajar por aquí, incluso para un semivampiro como yo.
El bosque rodeaba a la
construcción por todas partes y lo único que conseguía emerger del mismo eran
las torres del pequeño castillo, puesto que eran los únicos elementos
constructivos que tenían tanta altura. Fue entonces cuando supe que yo estaba
en una de ellas. Solamente veía la que estaba en el otro extremo, pero me
imaginé que el castillo constaba de cuatro torretas idénticas situadas en las
esquinas. Donde yo me encontraba había mucha altura, como en la atalaya que
estaba al otro extremo, y, tomando las pautas arquitectónicas que se seguían en
la época medieval, la planta del castillo debería ser más o menos simétrica,
así que faltaban dos torretas más que yo no podía ver porque quedaban al otro
lado del edificio. Mi cárcel estaba en la planta más alta, ya que conté los
pisos de la torre que veía al otro extremo y llegué hasta seis alturas, justo
lo que había calculado antes.
Como en las películas y en
los cuentos de hadas, la parte superior de las torres estaban preparadas para
vigilar y defenderse de cualquier posible ataque, así que el murete que las
coronaba tenía esa forma dentada donde se colocaban los vigías de aquella época
con sus cañones. Las torretas también estaban provistas de una sola fila de
ventanas pequeñas, con sus respectivas rejas, que se distribuían en vertical, una
por cada piso, y tenían exactamente la misma medida que la que tenía delante, ochenta
centímetros de ancho por uno cuarenta de largo.
El resto de la edificación
unía a las cuatro torres, y no conseguía verlo bien debido a los árboles, pero
me pareció que solamente constaba de muros de piedra cerrados, sin huecos ni
ventanas.
Me di cuenta enseguida de
que se trataba de un castillo más bien pobre, señal de que el señor o noble que
vivía en él hace siglos no debía de disponer de muy buena posición ni de un título
nobiliario de alto rango, puesto que en aquella época construir un castillo era
muy caro y solamente lo podía adquirir la gente más rica. Cuanto más grande era
el castillo, más poder adquisitivo, tierras y posesiones tenía el noble.
Me di la vuelta y pegué mi
espalda al cristal, con mis angustiados pulmones trabajando sin cesar.
¿Dónde estaba? ¿Qué era
esto? Y Jacob, mi Jacob, estaría sufriendo, él pensaba que yo había…
Me llevé la mano al pecho
cuando mi corazón se vio agredido con otro hondo pinchazo. Ni siquiera podía
pensar en las palabras, tan solo imaginar el vocablo romper relacionado
con Jacob, me revolvía el estómago.
No pude evitarlo. Mi
garganta sufrió el embiste de una enorme arcada y tuve que correr a la esquina
de al lado para vomitar.
¡Mi Jacob, mi Jacob!
¿Por qué Razvan tenía que
haberle hecho tanto daño? ¿No podía haber hecho que se olvidara de todo, al
igual que con mi familia? Lo hubiese preferido, por lo menos así no sufriría
tanto. Pero no, esa brisa malvada que Razvan me había metido en el cuerpo tenía
que hacerle creer esas horribles mentiras para hacerle sufrir sin piedad.
Y ahora él estaba
sufriendo. Las imágenes de su rostro bañado de agonía y profundo dolor, y notar
nuestra separación, hicieron que me diera otra arcada y volviese a vomitar mis
escasos fluidos gástricos.
Me fijé en que había una
jarra con agua y un vaso en la mesita que reposaba junto a la cama. Era la
única mesilla, puesto que en el otro lado del lecho estaba la pared. Me aparté
de la esquina y me aproximé a la mesita. Olí el contenido de la jarra para
verificar que se trataba solo de agua. Así era, luego vertí un poco en el vaso
y bebí unos cuantos tragos para limpiar mi resquemada garganta.
Mi familia. Ellos no
estaban sufriendo, al menos, eso me consolaba un poco.
Intenté calmarme,
diciéndome a mí misma que todo esto era pasajero, que era cuestión de días que
vinieran a rescatarme. Mi familia no tardaría mucho en descubrir que yo no
estaba con ellos, sobre todo Alice. Ella no parecía haberse quedado muy
convencida. Y Jacob. Él era el Gran Lobo. Pronto se daría cuenta de que las
palabras que salían por mi boca eran mentira, que eso que le había dicho era
imposible, que aquella no era yo, y vendría a buscarme. Me encontraría, seguro,
y cuando eso sucediera, Razvan y los suyos serían aniquilados sin cuartel, Jake
no le perdonaría que osara a separarnos de este modo tan ruin, cobarde y
mezquino.
Procuré aferrarme a esa
idea. Me eché en el camastro, más calmada, aunque los pinchazos de mi estómago
eran enormes.
¿Y Helen? Mi mano se fue a
mi cabello con preocupación. ¿Qué habrían hecho con ella? ¿La habrían
secuestrado, como a mí? Si era así, intentarían sobornar a Ryam…
De pronto, mi pulsera
vibró. Eso, y un ruido en la puerta, me puso alerta e hizo que me incorporase
de nuevo, asustada.
La pesada hoja de madera se
abrió poco a poco, produciéndose un chirrido por las viejas bisagras, y mi
respiración aumentó su ritmo. Y lo hizo aún más cuando la sombra apareció tras
ella.
Llevé mi cuerpo hacia atrás
y mi espalda se topó con el cabecero.
―Veo que te has despertado ―habló
con el mismo acento de Europa del este que tenían Razvan y sus secuaces.
Su casaca y su capucha
negra me impedían verle el rostro y el cuerpo, pero por su voz profunda y grave
deduje que era bastante corpulento, si bien no era demasiado alto, pues, según
mis cálculos, yo le superaba.
Esperó un tiempo
prudencial, pero no le contesté.
―Tienes que acompañarme ―dijo
a continuación.
―¿Adónde? ―quise saber con
una voz que me hubiese gustado que saliera con más potencia.
―Razvan te está esperando ―se
limitó a responder.
Pero, ¿qué se creía?
―No pienso ir a ninguna
parte ―contesté, ahora sí, con determinación.
―Debes ir ―pronunció, más
serio.
―Pues yo no me voy a mover
de aquí ―reiteré.
No dijo más nada. Hizo una
señal con la cabeza, y de repente, dos vampiros entraron como una exhalación,
sujetándome por los brazos para arrancarme del camastro.
―¡No! ¡No voy a ir! ―grité
mientras me revolvía.
Pero era inútil. Los dos
vampiros me llevaron a rastras sin ningún problema y me sacaron de la
habitación, conducidos por la sombra.
Los matones que me
arrastraban también iban de negro, pero ellos no vestían esa casaca con capucha
que llevaba la sombra, sino camisa y pantalón. Eso me hizo deducir que ellos
eran de un rango inferior a este, además, el otro vampiro les había dado una
orden.
―¡Dejadme en paz! ―chillaba
una y otra vez, sin conseguir mi objetivo.
Salimos a un vestíbulo
estrecho y me obligaron a bajar un montón de escaleras. Después, me condujeron
por unos pasillos anchos cuyas paredes también eran de piedra gris y que
carecían de ventana alguna. Solamente estaban iluminados por una sucesión de antorchas
distribuidas a lo largo de uno de los paramentos y que le daban un aspecto
todavía más tétrico y oscuro.
La sombra giró hacia la
derecha por tercera vez, con nosotros detrás de él, caminó otro poco y entró
por una puerta que ya estaba abierta.
―¡Soltadme! ―voceé una vez
más, intentando zafarme.
El salón era grande, y
estaba presidido por una chimenea de piedra, idéntica a toda la que recubría el
castillo, que estaba encendida. Una enorme alfombra se extendía sobre el suelo
para soportar dos butacones anticuados que se situaban frente al fuego. Sin
embargo, no fue eso lo que más llamó mi atención.
Detrás de los respaldos de
los asientos, había un recipiente extraño consistente en una semiesfera dorada
de unos sesenta centímetros de diámetro que se apoyaba en cuatro patas de
madera que no llegarían al metro de alto. El arco de la semiesfera estaba hacia
abajo y el hueco que quedaba en la parte de arriba hacía las veces de palangana
y estaba llena de un líquido de color negro. Junto a la semiesfera se
encontraba una mesa también de madera que estaba repleta de recipientes típicos
de laboratorio, una daga, un globo terráqueo muy viejo, algunos cuadernos y una
caja metálica. A su lado había un atril que aguantaba un libro marrón, enorme y
muy gordo. Estaba abierto en dos y, por las tapas de la portada y la
contraportada, parecía muy antiguo.
Razvan esperaba al fondo de
la estancia, pero no estaba solo. De los horrendos butacones se levantaron dos
vampiros más. Mi pulsera volvió a vibrar con fuerza para ratificármelo, pero en
cuanto los vi, supe que incluso eran peores que Razvan.
Se posicionaron junto a este,
dejándole en el medio.
Como todo en ese castillo,
sus rostros tenían un aspecto muy antiguo. Me recordaban un poco a los
Vulturis, ya que su piel también era casi transparente y sus ojos, vidriosos.
Ambos vampiros tenían una media melena de color rubio tostado que caía ondulada
sobre sus hombros, y se parecían bastante entre sí, solo que uno de ellos
llevaba una cuidada barba y el otro no. Vestían unas extravagantes túnicas que
volvieron a recordarme a los Vulturis, aunque estas no eran negras, sino de un
color malva muy oscuro que se acercaba al negro. El vampiro de barba también
llevaba un colgante extraño. Era un medallón de color dorado que colgaba de una
cadena de oro, y tenía el dibujo de un ojo con el iris escarlata. Me dio otro
escalofrío cuando lo vi.
La mirada carmesí de ambos
vampiros era igual de malvada y cruel que la de Razvan, pero había algo más en
sus semblantes que me producía escalofríos, algo oscuro y maligno.
―La profecía estaba en lo
cierto, es verdaderamente hermosa ―habló el de barba, sin apartar de mí esos
iris inyectados en sangre.
―Extraordinaria ―siguió el
otro.
Ambos tenían el mismo
acento que Razvan, sus secuaces y la sombra.
―Os lo dije ―asintió Razvan.
―¿Quiénes sois? ―pregunté
con voz trémula.
El vampiro de barba alzó la
mano para hacer una señal y los dos matones que me habían traído me soltaron y se
marcharon junto a la sombra, cerrando la puerta a sus espaldas.
―Nuestros nombres no tienen
importancia ―empezó a platicar el mismo vampiro, caminando hacia la semiesfera―,
no obstante, puesto que vas a pasar aquí mucho tiempo, no veo inconveniente en
que los sepas. Mi nombre es Nikoláy, y el de mi hermano, Ruslán ―me indicó,
señalando al otro vampiro con la mano.
―¿Dónde estoy y qué es lo
que queréis de mí? ¿Y qué habéis hecho con Helen? ―quise saber.
―Te encuentras en nuestra
morada ―continuó el vampiro sin barba, el tal Ruslán―. En nuestra preciada Bulgaria.
―¿En… Bulgaria? ―inquirí,
perpleja.
Mi corazón se congeló por
un instante. Eso era muy lejos, muy lejos de Jacob, de mi familia…
―Tu amiga se encuentra
bien, no has de inquietarte. Está en el castillo, en buenas manos ―declaró el
mismo vampiro.
―¿Helen también está… está
aquí? ―murmuré.
―Está en buenas manos ―reiteró
Nikoláy―. Todavía está dormida, su temperatura corporal es inferior a la tuya y
eso ha hecho que el somnífero actúe durante más tiempo. No la haremos daño, cuando
termine con su cometido, la dejaremos en libertad.
Eso lo dudaba.
―Su cometido es atraer a
Ryam, ¿no? ―adiviné con un evidente aire crítico y contrario.
―Ryam solamente es un
incordio que se solucionará pronto ―declaró Razvan con dureza.
―Un incordio que os tiene
demasiado preocupados, al parecer ―observé.
―Un incordio que, gracias a
tu amiga Helen, se solucionará pronto ―reiteró él con una sonrisa arrogante que
no me gustó nada.
―Si la hacéis daño…
―No creo que estés en
condiciones de exigir nada ―me cortó con otra sonrisa de autosuficiencia.
Me rechinaron los dientes.
―No sé qué es lo que
pretendéis trayéndome hasta aquí, pero no vais a conseguir nada ―les advertí―. Mi
familia no tardará en descubrir la verdad, y el Gran Lobo se dará cuenta de que
todo es mentira. Da igual lo lejos que me llevéis, él me encontrará. Vendrá a
buscarme y acabará con todos vosotros.
―Tu familia está bajo el
efecto de un encantamiento, y el Gran Lobo también ―dijo Razvan, curvando su
labio del mismo modo.
―Sí, ya lo sé, pero te
repito que descubrirán la verdad muy pronto y que vendrán a por mí, junto con
mi lobo ―aseguré.
―No lo comprendes, ¿verdad?
―se rio―. No son simples encantamientos. La magia negra es invencible.
Un latigazo gélido atravesó
mi pecho.
―¿Qué quieres decir? ―susurré.
―Observa ―intervino
Nikoláy, pegándose a la semiesfera.
Alzó su mano sobre esta y,
con los dedos índice y corazón, comenzó a hacer giros en el aire por encima del
líquido negro.
Mis ojos se abrieron como
platos cuando vi que el líquido empezaba a moverse al son de sus dedos sin que
los mismos ni siquiera lo rozasen, pero se abrieron aún más al ver lo que
sucedía después.
Nikoláy retiró la mano y el
líquido siguió girando incesantemente, entonces, aparecieron una serie de
imágenes que se reflejaban en él, y eran de mi familia.
Mis pulmones comenzaron a
agitarse, nerviosos.
Era una película donde mi
familia aparecía en su casa de Anchorage. Todos estaban felices, charlando en
el salón, y mi corazón saltó de su sitio cuando me vi a mí. Estaba sentada con
ellos, parecía estar manteniendo una conversación muy animada con Rosalie.
―¿Qué es esto? ―pregunté
sin apenas voz.
―Es lo que está haciendo tu
familia ahora mismo ―explicó Ruslán, acercándose también a la semiesfera dorada―.
Como bien podrás comprobar, no sospechan nada. Ellos creen que estás con ellos,
y no hay forma de que piensen que no es así, pues pueden olerte, hablar contigo,
tocarte, besarte, incluso tu padre puede ver tus pensamientos. Es imposible que
se percaten de nada, el hechizo ha sido perfecto.
No podía creerlo.
―Puede que haya funcionado
con mi familia, pero no será así con Jacob ―manifesté, apretando la dentadura
con rabia―. Aunque vuestro hechizo haya conseguido que se crea esa sarta de
mentiras que me hicisteis soltar, el efecto de vuestro hechizo no durará mucho
tiempo en él. Él es el Gran Lobo, ya se ha transformado, no tardará en
purificarse. Seguramente a estas horas ya lo estará. Pronto se dará cuenta de
que todo ha sido un engaño, y su poder espiritual hará el resto. Además, ya lo
dije en el bosque, nuestro vínculo es demasiado fuerte, es indestructible, nada
ni nadie nos puede separar.
―Tengo que reconocer que
con el Gran Lobo nos ha costado más de la cuenta ―intervino Razvan de nuevo,
con una voz que delataba el disgusto que eso le provocaba―. Hemos tenido que
unir nuestros poderes para conseguirlo.
―¿Unir… vuestros poderes? ―pregunté,
sorprendida.
―Nosotros también somos
magos ―me aclaró Ruslán.
No sabía lo que era, pero
algo me decía que eran más malignos que Razvan.
―Sin embargo, no lo
habríamos conseguido sin tu ayuda ―siguió Razvan.
―¿Sin mi… ayuda? ―la voz se
me quebró al final de la frase.
―Como te dije en el bosque,
vuestro vínculo solo se podía romper si uno de los dos lo hacía, y tú lo has
hecho.
Volvió a mostrarme esa
sonrisa maléfica y me quedé helada una vez más.
―Eso… eso es imposible ―murmuré,
afirmándomelo a mí misma.
―Tú nos has proporcionado
muchas cosas ―empezó a explicarme con la misma sonrisa―. Por una parte, esa
familiar tuya, Alice, no puede verte en sus visiones, eso impedía que los
alertase, por lo que tú eras la idónea para propagar el encantamiento hacia tu
familia; y a su vez, solo tú podías romper tus lazos con el Gran Lobo, solo tu
boca, tu voz, podía hacer que los hechizos surtieran efecto en él ―noté cómo mi
cara reflejaba el estado de shock en el que me quedé, incluso mi respiración
volvió a agitarse―. Los hechizos tuvieron lugar antes de que se transformase y
sus efectos ya empezaron a hacer mella en él. Él no sabe que está hechizado, y los
propios hechizos hacen que no los pueda ver, así que, aunque se transforme, no
se purificará. El primer encantamiento ha hecho que tu Gran Lobo crea todo lo
que hemos querido que crea, y sus lobos también serán contagiados por este
primer hechizo. En cuanto se transformó, ya empezó a propagárselo. Ellos
creerán lo mismo que él.
―No… ―murmuré, horrorizada,
llevándome la mano al pecho por el profundo pinchazo que me dio.
―El segundo encantamiento
ya ha empezado ―continuó Ruslán con una voz sobria y dura, acercándose a la
mesa―. El Gran Lobo está bajo la influencia de nuestro conjuro. Comenzará a
odiarte, cada día más, poco a poco durante un año completo, entonces se cerrará
el ciclo y él mismo se autodestruirá. Su odio por ti lo matará.
―¡No! ―grité, llorando,
mientras negaba con la cabeza―. ¡Él jamás me odiará, os lo aseguro! ―voceé con
rabia, apretando los dientes y los puños―. ¡Nuestro vínculo es irrompible, por
mucho que digáis! ¡Ni siquiera nosotros podemos romperlo! ¡Y mucho menos
vuestra estúpida magia!
―¿Eso crees? ―cuestionó
Nikoláy con un aire de mofa―. Mira esto.
Su hermano cogió la caja
metálica que reposaba en la mesa junto a los recipientes de laboratorio, la
daga, el globo terráqueo y los cuadernos, y mi pulsera comenzó a vibrar con
inquietud.
Se colocó frente a mí y la
abrió, dejando las pequeñas bisagras de la tapa de su lado para que yo pudiese
ver bien el contenido. Cuando lo hice, mis ojos se abrieron como platos y mi
pulsera aumentó sus vibraciones.
Era el corazón de aquel
lobo Alfa. Yacía sin vida sobre un fondo acolchado de color rojo, estaba limpio
de sangre y bien conservado. Me dio un calambre gélido que me recorrió entera,
un balazo que me daba muy mala espina, porque era un mal presagio, un presagio
fatídico.
Mi pulsera me avisó con una
serie de vibraciones intermitentes, sin embargo, no me dio tiempo a reaccionar.
Sin darme cuenta, Razvan llegó a mí con un movimiento vertiginoso y sentí algo
en el dedo índice cuando agarró mi mano con la misma rapidez.
Me percaté de que era un
corte al oler mi propia sangre y al ver cómo los tres vampiros no podían
reprimir el retirar sus labios hacia atrás con ansia. Ni siquiera había visto a
Razvan coger la daga de la mesa, dada la rapidez con que lo hizo todo. Cogió mi
mano casi a la vez y la llevó hacia el corazón.
―¡No! ¡Déjame! ―chillé,
intentando zafarme de sus brazos.
Fue inútil. Razvan me tenía
bien sujeta desde atrás y me inmovilizaba completamente. Colocó mi mano sobre
el órgano y esperó a que las gotas de sangre cayesen sobre él.
―Hazlo rápido ―exigió
Nikoláy, que ya no podía aguantar más su sed.
―¡No! ¡Suéltame! ―repetí,
revolviéndome.
Razvan apretó mi dedo para
que la sangre saliera más deprisa y así avanzar el proceso.
Pero entonces, mi aro de
cuero hizo algo prodigioso que me dejó perpleja hasta a mí. Como había hecho en
el bosque, latió una sola vez, pero en esta ocasión no creó una burbuja a mi
alrededor, sino que su pequeña onda invisible se extendió hasta mi mano,
acariciándola con una suave brisa cálida que solo yo noté, y la herida se cerró
instantáneamente.
Mi corazón latió como loco,
era como si Jacob hubiera pasado su mano por la mía, acariciándomela para
curarla.
Jake…,
susurré en mis pensamientos, maravillada.
No fui la única que me
llevé una sorpresa, los tres vampiros se quedaron estupefactos, aunque no
tardaron en reaccionar.
―Es más poderoso de lo que
creíamos ―declaró Ruslán con gravedad.
―Te lo dije, hermano, la
profecía está a punto de cumplirse ―respondió Nikoláy con el mismo tono―. Por
eso debemos actuar pronto, no podemos perder tiempo. Vamos, córtala otra vez ―le
apremió a Razvan.
Este pasó la hoja del
cuchillo por mi dedo a la velocidad de la luz, pero antes de que la sangre
rebosara por el corte, mi aro de cuero latió como antes y la herida se cerró
casi al mismo tiempo.
―Es increíble ―exclamó
Ruslán en voz baja, alucinado.
―¡Soltadme! ―protesté,
moviéndome lo poco que me dejaba el vampiro que me oprimía.
Razvan volvió a intentarlo
y la pulsera curó el corte.
―Es esa maldita pulsera ―masculló
Razvan, apretando los dientes.
―Quítasela ―le ordenó
Ruslán, malhumorado.
―¡No! ―grité.
Sin embargo, cuando Razvan
posó sus dedos sobre mi pulsera de compromiso, esta le quemó y retiró la mano
al instante.
―¡No se puede! ―exclamó con
enfado―. ¡La maldita quema como si fuera lava!
―La bloquearé ―afirmó
Nikoláy, alzando sus dedos índice y corazón sobre mi aro de cuero, sin llegar a
tocarlo.
Su semblante se sumió en
una profunda concentración y noté cómo mi pulsera perdía fuerza.
―Prueba ahora ―le instó
Ruslán.
―¡No! ¡Déjame!
Razvan me produjo otro
corte y la sangre comenzó a aparecer con más cantidad por la raja, aun así, mi
aro de cuero rojizo latió y la herida se cerró, si bien su latido había sido
más flojo y la onda invisible había tardado algo más en llegar a mi mano.
―Te ayudaré ―se unió
Ruslán, levantando los dedos al igual que su hermano para ponerlos por encima
de mi pulsera.
El rostro de este también
se concentró y mi aro de cuero perdió otro poco de fuerza.
¡No!, chillé
en mi fuero interno.
Razvan no perdió el tiempo,
en cuanto vio que Ruslán se concentraba, cortó mi dedo una vez más y lo apretó
con saña. Esta vez la sangre salió más deprisa que el latido de mi pulsera y
una gota se escapó justo cuando expandía su onda invisible. La gota de sangre
dejó mi dedo a la vez que la onda acariciaba mi mano. La herida se cerró, pero
la gota inició el precipitado descenso hacia el corazón del lobo.
―¡Noooo! ―grité al ver como
esta se estampaba en los tejidos del órgano.
Los hermanos dejaron sus
poses con unas sonrisas de satisfacción y maldad que me helaron el alma, pero
mi grito se ahogó cuando vi lo que sucedía a continuación.
La gota de mi sangre
comenzó a crecer, extendiéndose por todo el corazón, y este empezó a absorberla
poco a poco, hasta que sus tejidos se llenaron de ella, tanto, que incluso la
sangre se desbordaba. Me quedé sin aire al ver cómo mi plasma pasaba a oler de
otro modo, porque pasó a oler como su sangre, la sangre de Jacob.
―Tú eres su alma gemela ―manifestó
Razvan con una voz de ultratumba―, su otra parte, su complemento. Tú haces que
su corazón lata.
De repente, y para mi
asombro, el corazón comenzó a latir como si estuviera vivo. No podía creerlo.
Mi sangre lo había resucitado.
Sin embargo, mi respiración
se agitó aún más al ver cómo lo hacía. Esos latidos irían a la mitad de los
míos si no fuera porque mi corazón estaba acelerado, pero irían justo a la
mitad, era el mismo y conocido ritmo. Tenía ese sonido milimetrado. Era el
ritmo fuerte y calmado que acompasaba al mío de una manera totalmente
sincronizada. Era el ritmo cardíaco de Jacob.
―¿Qué es esto…? ―conseguí
musitar.
―Su corazón solo late por
ti, ¿no es irónico? ―sonrió Ruslán con arrogancia.
―¿Su… corazón? ―apenas me
salió la voz.
Nikoláy volvió a alzar sus
dos dedos sobre la semiesfera dorada, dibujando círculos en el aire, y el líquido
negro comenzó a girar en la misma dirección. Retiró la mano y el elemento
acuoso siguió rotando, mostrándome otras imágenes a continuación.
Me quedé sin respiración de
nuevo, aunque esta vez fue por un rayo que azotó mi cuerpo y alcanzó a mi
corazón de pleno.
Era Jacob. Estaba en la
playa de First Beach, sentado en la arena, apoyado en uno de los enormes
troncos blanquecinos, bajo una intensa lluvia. Su cabeza reposaba entre sus
manos y estaba llorando sin consuelo. Lloraba por mí.
―¡Jake! ―rompí a llorar,
intentando deshacerme de los brazos de Razvan.
Esa imagen se me clavó en
el alma, fue una puñalada que se incrustó en mi corazón con saña y paralizó
todo mi cuerpo, haciendo que mis pulmones dejaran de coger aire para, después,
hacerlo con un dolor punzante.
―Él cree que le has
abandonado ―afirmó Nikoláy, hablándome con malicia―, cree que le has dejado por
otro hombre.
―¡Noooo! ―grité con rabia.
―La cuenta atrás ha
empezado ―continuó Ruslán, sacando el órgano de la caja metálica y dejándolo
sobre su palma para mostrármelo―. Ahora este corazón representa al suyo. Su
tristeza pronto se convertirá en rencor, y el rencor en odio, odio por ti ―sus
duras palabras impactaban en mi cabeza de una forma brutal, y cada una de ellas
apuñalaba mi alma una y otra vez―. El ciclo del conjuro se cerrará en doce
meses exactos. Poco a poco irá odiándote, cada vez más, hora a hora, día a día,
mes a mes, y ese odio hará que su corazón se vaya ennegreciendo ―mis ojos no
podían apartarse de aquel órgano ensangrentado que bombeaba con vigor sobre su
mano, el sonido de sus palpitaciones se metía por mis oídos y producían eco en
mi mente, ahora parecía el tic tac de un reloj―, hasta que el odio lo cubra del
todo. Entonces su corazón dejará de latir y el Gran Lobo morirá.
―¡NOOOO! ―chillé con ganas,
entre lágrimas.
Mi pulsera vibraba con
frustración e impotencia.
―Tú jamás podrás volver a
decir que le amas, esas palabras no existirán en tu vocabulario, no podrás
escribirlas, no podrás insinuarlas, no podrás usar tu don nunca más, no podrás
transformarte, no podrás revelar lo que te pasa, no podrás confesar tus
sentimientos hacia él, así como otros vocablos que estarán prohibidos para ti,
nunca volverás a pronunciarlos ―declaró Nikoláy, lanzándome otro de esos polvillos
dorados.
―¡NOOO! ¡YO LE AMO! ¡LE
AMO! ―lloré, intentando apartar el rostro.
Pero fue inútil, las
partículas se metieron por todos mis poros y, cuando intenté repetir mis
frases, me fue imposible. Era como si no recordase cómo se pronunciaban, mi
lengua, mis cuerdas vocales, no podían emitirlas, las sílabas se quedaban
atravesadas en la mitad de mi faringe.
―No… ―lloré.
―Te casarás con Razvan para
que la profecía se invierta ―afirmó Ruslán―. La boda tendrá lugar dentro de un
año, cuando se cierre el ciclo del encantamiento del Gran Lobo. Mientras tanto,
tú estarás aquí.
―No pienso hacerlo ―mascullé
con rabia―, no me… ―pero mi boca se bloqueó cuando iba a decir que no me
casaría con otro hombre que no fuera Jacob.
―Te casarás conmigo,
quieras o no ―masculló Razvan en mi oído con furia.
―¡No! ―aseguré, apretando
los dientes.
―¡Muchacha terca! ―gritó
Nikoláy con disgusto―. ¡¿Con quién te crees que estás tratando?! ¡Te casarás
con Razvan y harás todo lo que te digamos que hagas!
―¡No! ―me negué con una voz―.
¡No podéis obligarme! ¡Nunca lo haré!
―¿Ah, no? Observa esto ―dijo
Ruslán.
Su mano se cerró sobre el
corazón y comenzó a estrujarlo. Entonces mis ojos se movieron espantados hacia
el líquido negro de la semiesfera dorada y mi respiración aumentó de intensidad.
Jacob se llevó la palma al pecho y empezó a retorcerse de dolor en la arena
empapada mientras gritaba.
―¡NOOOOO! ―chillé,
horrorizada, revolviéndome en los brazos de Razvan, desbocada―. ¡DÉJALE! ¡NO LE
HAGAS DAÑO!
Pero la mano de Ruslán
apretó el corazón con más saña a la vez que su boca se torcía en una sonrisa
maléfica, y Jacob se retorció con más intensidad.
No podía soportarlo. Esto
era peor que cualquier otra tortura.
―¡BASTA! ¡POR FAVOR, NO LE
HAGAS MÁS DAÑO! ―grité entre lloros desesperados―. ¡HARÉ TODO LO QUE ME PIDÁIS,
PERO NO LE HAGÁIS MÁS DAÑO!
―Eso está mejor ―dijo
Ruslán, liberando el corazón.
Jacob dejó de retorcerse y
se incorporó, aunque su respiración seguía siendo agitada y su mano seguía en
su pecho. Su cara de angustia, dolor y confusión lo decía todo. Mi pecho
también sufrió un horrible pinchazo.
―Jake… ―no fui capaz de
controlar mis llantos.
―Jamás olvides lo que
podemos hacerle a tu Gran Lobo ―murmuró Razvan en mi oreja, enfadado―. Lleváosla
de aquí ―ordenó después, lanzándome hacia atrás.
No me había dado cuenta de
que los dos vampiros que me habían traído ya estaban en el salón. Caí
directamente en los brazos pétreos de uno de ellos, que me compartió con el
otro vampiro, y me arrastraron para sacarme de la estancia.
Volvimos a caminar por esos
largos pasillos iluminados por esa serie de antorchas y subimos aquellas
interminables escaleras, hasta que por fin llegamos a la habitación que ya era
mi cárcel.
Me empujaron hacia dentro
de malos modos y me caí en el suelo. En cuanto la puerta se cerró, me levanté y
me tiré en el camastro para llorar sin consuelo.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarPobrecitos, a mi tampoco me gusta verles sufrir =ºº( Pero ya veremos que va pasando y eso ;)
Sobre lo de Jake, bueno, el se lo cree por culpa de ese hechizo. Jacob se lo cree porque ese hechizo que la propia Nessie va soltando le hace creer esas cosas. En condiciones normales, Jake jamas creeria eso ^^ . Pero esto ya lo vereis mas adelante, jeje
Bueno, espero que os siga gustando la historia, y no os preocupeis, que todo en esta vida tiene solucion, jaja. Ya vereis ;)
MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LEERME, ME HACEIS MUY FELIZ!!!!
LAMETONES PARA TODOS.
Aaahh me encanta!!! Pobrecito Jake, espero que se solucione rápido.
ResponderEliminarMuchos besos!!!
Wou!!!!!!!Esta increible solo que por favor que no sufra mi Jake y se de cuenta del engaño y alice q pueda ver a nessie. Sigue así mas capis gracias
ResponderEliminarY que se mueran esos vampiros hechizeros ja
Kelly
Me impresionaste, me dajste sin palabras, escribes de una manera wow!.
ResponderEliminarPobre Jake no me gusta verle sufrir, casi lloro cuando se empezo a retorcer de dolor porque el vampiro apachurraba su corazon :'S
Pero como dices tiene que haber un final feliz!
Ya quiero saber que pasaraaa S: estoy super enganchada con la historia!
Pobrecitos! =( como sufreen!
ResponderEliminarpero realmente me está gustando mucho el rumbo
que está llevando la historia!
sigue así! porque escribes increible!
Fuerzaaa =)
otro capitulo muy bueno desesperante y muy doloroso...genial en las historia siempre sucede algo malo para luego lo bueno salga...de este capitulo genial me dio pena jake y de nessie nessie por luchar y no poder hacer nada y jake por no entender... nada...espero que no lo cosuma el odio....sos una genial escritora sos una numero 10...pero una pregunta los vulturis nose dan cuenta de este hechizo o de estos vampiros de bulgaria????...pregunta para jacobynessie ..que mas decir si sos la mejor escritora...un talento un.... don tenes...salu2
ResponderEliminar¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarandres: bueno, todo se vera en la historia, no te preocupes, y tu respuesta quedara contestada ;) Aunque, como hemos visto, lo unico que sabemos es que Aro esta utilizando a Varick para ocultar sus decisiones, asi que no sabemos si esta enterado de todo esto o no =S
Pero todo quedara contestado a lo largo de la historia, ya lo veras ;)
MUCHAS GRACIAS A TODOS POR LEERME Y SEGUIR AHI!!!! Que bien, ya tengo una pequeña manada aqui, jajaja.
Lametones para todos!!! Mañana mas ;)
Por cierto, muchas gracias a todos por eso tan bonito que me poneis =ºº) Haceis que a una se le suba la moral a las nubes!!!
ResponderEliminarGRACIAS!
gracias por contestar...seguro tus capitulos me van a dar tus respuesta..gracias salu2 sos una genia....
ResponderEliminarClaro que sí JACOB&NESSIE!!!
ResponderEliminarEres GENIAL al escribir!!! solo no hagan sufrir mucho a nuestro JAKE!!!! porfis!!! ni a la pobre NESSIE!!!! jajajajaja!!!
Muchos te seguimos.... no abandones la obra....
Está ESTUPENDA!!! Escribes con mucha FUERZA!!!
Anita de Venezuela
wuuauuuuu me ha encacntado estoy tres ultimos capis no puedo creer todo lo que sucede pobre jake y nessie tendra que luchar por su amor ... hermoso sigue adelante...millon gracias
ResponderEliminarNuuuuuuuuuuuu! Que triste!
ResponderEliminarExcelente Tama! como siempre!
Sol*
¡Muchas gracias! Me alegro de que te este gustando ^^
ResponderEliminarJACOB&NESSIE
holaaa, me encanta pero me produjo una angustia:( amo los libros tuyos lei despertar y todo y me encanta sentir lo que estoy leyendo, mientras leia me re angustie y tenia los ojos llorosos:( bueno un beso de uruguay, me llamo melany(: besote segui asi
ResponderEliminarMuchas gracias, guapísima!!!! Me encanta que sintáis todo eso mientras lo leéis =) Espero que el resto del libro te esté gustando!!!
EliminarGracias por darme una oportunidad!!!
Lametones!!!