NUEVA ERA (Continuacion de "DESPERTAR")
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CAPITULOS:
PARTE UNO: HORIZONTE:
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
2. SAGRADOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-2-sagrados.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
19. VISPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-19-vispera.html
20. SORPRESAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-20-sorpresas.html
21. MAGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-magia.html
22. ATRAPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-atrapada.html
PARTE DOS: PROFECIA:
23. ENCIERRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-23.html
24. UNA SEMANA: CAMBIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-24-una-semana-cambio.html
25. DOS SEMANAS: ESPEJO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-25-dos-semanas.html
26. CINCO MESES: PROFECIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-26-cinco-meses.html
27. DIEZ MESES: ¡CORRE!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-27-diez-meses-corre.html
28. DIEZ MESES Y MEDIO: VERDAD: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-28-diez-meses-y.html
29. ONCE MESES Y TRES SEMANAS: RESCATE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-29-once-meses-y-tres.html
30. PLAZO: UNA SEMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-30-plazo-una-semana.html
JACOB:
31. VER RELUCIR A UN ANGEL PUEDE CEGARTE DEL TODO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-31-ver-relucir-un.html
32. OH, SI, GENIAL. ESTO ES PARA VOLVERSE LOCO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-32-oh-si-genial-esto.html
33. SI DIESEN PREMIOS A LA ESTUPIDEZ, YO QUEDARIA EL PRIMERO EN EL PODIUM, SEGURO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-33-si-diesen-premios.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
19. VISPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-19-vispera.html
20. SORPRESAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-20-sorpresas.html
21. MAGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-magia.html
22. ATRAPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-atrapada.html
PARTE DOS: PROFECIA:
23. ENCIERRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-23.html
24. UNA SEMANA: CAMBIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-24-una-semana-cambio.html
25. DOS SEMANAS: ESPEJO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-25-dos-semanas.html
26. CINCO MESES: PROFECIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-26-cinco-meses.html
27. DIEZ MESES: ¡CORRE!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-27-diez-meses-corre.html
28. DIEZ MESES Y MEDIO: VERDAD: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-28-diez-meses-y.html
29. ONCE MESES Y TRES SEMANAS: RESCATE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-29-once-meses-y-tres.html
30. PLAZO: UNA SEMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-30-plazo-una-semana.html
JACOB:
31. VER RELUCIR A UN ANGEL PUEDE CEGARTE DEL TODO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-31-ver-relucir-un.html
32. OH, SI, GENIAL. ESTO ES PARA VOLVERSE LOCO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-32-oh-si-genial-esto.html
33. SI DIESEN PREMIOS A LA ESTUPIDEZ, YO QUEDARIA EL PRIMERO EN EL PODIUM, SEGURO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-33-si-diesen-premios.html
¡UF, UF, UF!
PELIGRO, PELIGRO
Mi pausada y rítmica
respiración se mezclaba y contrastaba con el frenético quejido de las ramas,
hojas y tierra que mis pezuñas producían por el contacto de mis veloces
pisadas. El zumbido del viento no era lo único que podía escuchar, las aves que
nos sobrevolaban de vez en cuando acariciaban el cielo con sus alas, se podía
percibir el sprint de un grupo de lobos un poco más allá, alertados por mi
presencia, y la vertiginosa escalada de una ardilla por uno de los troncos
hacia lo alto de las ramas.
Ella estaba sobre mi lomo,
montándome con esa asombrosa habilidad de siempre, como solo ella podría
hacerlo. Y no hacían falta palabras ni señas, cuando yo tenía que virar, ella
ya se colocaba automáticamente en la posición correcta, sabiendo en todo
momento lo que iba a hacer.
No podía creerme lo que
estaba haciendo, me estaba tirando al vacío yo mismo, realmente era un imbécil.
Pero el sentimiento de protegerla era superior a cualquier otra cosa.
Llevábamos varias horas de
viaje en las que habíamos galopado entre valles, atravesado ríos, subido y
bajado las empinadas cuestas de las montañas arboladas, serpenteado por las
faldas de las mismas para esquivarlas y no tener que volver a subir por otra
más. Después de todo ese tiempo en el que mi concentración tenía que estar al
máximo, volví a conectarme con la manada para que me dieran el último parte.
Quil, ¿cómo vais?, le pregunté.
Esto… Ya nos estamos
preparando para partir mañana, me
reveló.
¡¿Mañana?!, bufé, enfadado. ¡Ya teníais que estar de camino!
Ya, bueno, es que… Es
que esos chupasangres nos han llevado más tiempo del que creíamos.
¿Era yo, o eso sonaba a
excusa barata?
¡Venga ya!, protesté.
En serio, tío, deberías
de haber visto cómo luchaban,
intervino Embry.
Algunos se piraron y
tuvimos que perseguirlos, siguió
Quil.
Resoplé.
Espero que, por lo
menos, los hayáis aniquilado a todos.
Ah… Bueno, verás…, eran
realmente rápidos, colega, y unos cuantos se nos escaparon, me reveló él.
Mierda, ¿cuántos?, quise saber.
No sé… Puede que… cinco
o seis, confesó, pronunciando los
números a toda prisa.
¡¿Cinco o seis?!
No podía creerlo.
¿Qué dices, Quil?, rio Embry nerviosamente. Explícate bien, hombre.
No hagas caso, Jake, después les pillamos y terminamos con ellos en un plis.
Ah, sí, claro, es cierto, y Quil también soltó una risotada nerviosa.
Esto olía a chamusquina por
todas partes. Además, podía ver cómo esos dos, más el resto de la manada, se esforzaban
en cambiar esas imágenes de persecuciones alocadas por otras cosas.
No me estaréis tomando
el pelo, ¿no?, solté con voz
amenazante.
Que noooo, afirmó Embry, alargando la negación con voz despreocupada.
Tú sigue tu viaje con Nessie y no te preocupes por nada.
Hablaba como si nos
fuéramos a Disney World.
Sí, mañana ya partimos
hacia allí. Os alcanzaremos pronto, tranqui,
continuó Quil.
¡No, tenéis que venir
ya!, volví a protestar, esta vez
enérgicamente.
No, no quería pasar la
noche con ella a solas.
Esto… Lo siento, pero
tenemos que dejarte, dijo Embry de
pronto.
Sí, tenemos… Tenemos que
prepararlo todo y eso, declaró Quil.
¡No, escuchad!
Y desaparecieron antes de
que me diese tiempo a darles la orden.
¡Quil, Embry!, nada, ya no estaban. Mierda, mascullé,
cabreado.
Busqué a alguien más de la
manada, pero no encontré a ninguno. Todos habían desaparecido de repente.
¿Qué era esto? ¿Un complot?
―¿Pasa algo? ―preguntó
ella, rompiendo el silencio que reinaba en ese bosque.
Nada, nada, mascullé, enfadado, desconectándome de mi manada
invisible.
Ella solamente escuchó mis
gañidos, pero, como siempre, los entendió a la perfección, aunque pareció
evitar el tema.
―¿Podemos parar un poco? ―me
pidió―. Tengo hambre, y mi cuerpo está destrozado de llevar tantas horas aquí
sentada.
La verdad es que llevábamos
muchas horas de viaje, no habíamos parado ni para comer, y ella se había pasado
todo ese tiempo sobre mi lomo, con esa mochila a la espalda.
Reduje la velocidad hasta
que el descenso por esa montaña solo fue un simple trote y después me paré. Me giré
y me eché en el terreno mirando hacia arriba, de modo que ella lo tuviera más
fácil para bajar, y se apeó de mi lomo, dejando la mochila en el suelo para
estirarse.
―Gracias ―me sonrió.
Asentí y me levanté.
Otra vez me fijé en la red
en forma de telaraña que la envolvía bajo su alma. ¿Qué demonios sería eso?
¿Algún tipo de escudo? No. Parecía algo que la oprimiese. No me gustaba nada.
El problema es que no era
ninguna energía, simplemente era eso, una especie de red, y no sabía si mi
poder espiritual podría deshacerse de algo así. Me pregunté qué narices sería,
porque jamás había visto nada parecido.
Llevé mi poder espiritual
hacia ella para comprobarlo, no había peligro, no se iba a dar ni cuenta. Mi
círculo de luz brillante se extendió y la envolvió.
Y entonces, mis ojos se
abrieron como platos.
La telaraña se deshacía en
algunas partes, pero eran sustituidas instantáneamente por otras, que se tejían
a una velocidad ultrasónica. Sin embargo, eso, que ya era bastante alucinante y
raro, no fue lo que más me sorprendió. Ella cerró los ojos y jadeó con
intensidad, estaba sintiendo mi poder espiritual.
¿Cómo podía sentirlo? Eso…
eso era imposible…
¿O no?
De pronto, mi cabeza se vio
sacudida por una serie de imágenes y recuerdos dispersos, aleatorios, muy
difusos y confusos que luchaban por salir de alguna parte, era como si
estuviesen bloqueados por algo. Hasta que todo volvió a la calma de forma
repentina.
¿Qué había sido eso?
Retiré mi círculo brillante
inmediatamente, con urgencia.
La red siguió en el mismo
sitio, y sus ojos continuaron cerrados durante un instante más mientras unas
lágrimas se deslizaban a ambos lados de su precioso rostro maravillado. Los
abrió lentamente, alzando sus largas pestañas, y los enganchó a los míos.
―Jake… ―murmuró, alucinada.
Mierda. ¿Y ahora qué le
decía yo?
¿Y ella? ¿Sabría que estaba
envuelta con esa telaraña?
―¿Por qué has hecho eso? ―preguntó
con un murmullo, estudiándome con la mirada.
Genial.
¿No tenías hambre?, inquirí para cambiar de tema, gañendo y dando
pataditas en el suelo como un imbécil.
―Ah, sí, claro, hemos
parado para comer ―recordó, gracias a mis estúpidos gestos.
Oteé el ambiente con mi
nariz, olisqueando para ver si detectaba algún efluvio animal cerca. Mi agudo
olfato dio con una manada de ciervos no muy lejos de allí.
Vamos a cazar, gañí, empujándola con el hocico.
―Preferiría comer algo
caliente, ya sabes, una hamburguesa o algo ―declaró.
Vale, guay. Ahora quería
una hamburguesa.
¿Una hamburguesa? ¿Y de
dónde te crees que…?
―Si no te transformas en
humano, no te entiendo ni una palabra ―me cortó.
Sí, claro.
Digo que es mejor cazar
un…
―No sé lo que dices ―afirmó
de nuevo, mirando hacia otro lado para hacerse la tonta.
Resollé por las napias.
Aquí no hay…
―Nada, ni una palabra ―insistió.
Volví a resollar y me fui
detrás de un árbol para adoptar mi forma humana. Me puse esos pantalones negros
cortos y salí de ese escondite para reunirme con ella.
―¿Te gusta más así? ―pregunté
de mal humor.
―Sí, así mucho mejor ―y
desplegó esa preciosa y dulce sonrisa.
Tuve que coger una buena
bocanada de aire y desviar la mirada con urgencia.
―Decía que es mejor que
cacemos algo por el bosque ―repetí en lengua humana.
―Yo prefiero una
hamburguesa, ya que estamos aquí ―reiteró―. No estamos lejos de alguna
carretera, y debe de haber una hamburguesería por aquí cerca, puedo oler la
carne a la parrilla.
Pues sí, ahora que me
fijaba olía, olía. Y también se escuchan los escasos coches que pasaban por esa
calzada, además del curso de un río.
―No sé, no tenemos tiempo
de…
―No pasa nada por parar a
tomar una hamburguesa, además, un sitio lleno de gente es más seguro ―me
interrumpió otra vez―. ¿Es que tú no tienes hambre? Porque yo estoy famélica, y
esas hamburguesas huelen de muerte.
Sí, tenía razón, esas
hamburguesas olían de muerte, y yo empezaba a notar el revoltijo de mis tripas.
Pero eso de cenar a solas… Bueno, aunque el sitio estaba lleno de gente, se
podía escuchar el leve bullicio desde aquí, bastante lejos, por cierto, y el
hilo musical del local.
―Pues sí, tengo hambre,
pero no voy preparado ―alegué, señalando mi escasa indumentaria.
―Ah, por eso no te
preocupes. Te he metido algo de ropa y unas deportivas en mi mochila ―reveló,
agachándose para abrir la susodicha.
Parpadeé, perplejo. ¿Había
metido ropa para mí en su mochila?
Me mordí el labio,
pensativo y dubitativo, mientras ponía los brazos en jarra y miraba a mi
alrededor como un idiota, sin saber qué hacer ni cómo actuar.
Cerró la mochila, se la
cargó a la espalda y se levantó con una camiseta blanca y unas deportivas negras
en la mano que a mí no me sonaban de nada.
―¿De dónde has sacado eso? ―quise
saber, sorprendido―. No es mío.
―Te lo compré antes de ir a
La Push ―reveló con una sonrisa. Otra vez tuve que parpadear, completamente descolocado―.
Venga, vamos ―me azuzó, metiéndome el cuello de la camiseta por la cabeza y
poniéndose detrás para empujarme.
―Vale, vale, pero, espera,
tengo… tengo que calzarme ―acepté, algo confuso todavía.
Bajó a mi lado mientras
terminaba de ponerme la camiseta, cuya talla era justo la mía, y me calzaba las
deportivas, que también eran exactamente de mi número. Ella siempre daba en el
clavo, por supuesto.
No le debió de ser fácil
encontrar tiendas que tuvieran estas tallas. ¿Por qué se había tomado tantas
molestias?
―Vamos, tengo hambre ―me
apremió, sacándome de mis pensamientos, mientras empezaba a caminar por esa
cuesta abajo.
―Espera, ¿dónde vas tan
deprisa? ―resoplé, cogiéndole del brazo para pararla un poco―. No te separes de
mí, ¿vale?
―No, nunca ―espetó con un
murmullo, alzando sus preciosos y dulces ojos para clavarlos en los míos con
una doble intención que percibí a las claras.
¿A qué venía eso ahora?
―Va-vamos ―tartamudeé,
llevando mis pies hacia delante.
Idiota, idiota.
Se puso a mi lado para bajar
junto a mí y me fijé en esa mochila. Parecía bastante pesada, aunque sabía que
para ella no sería nada.
―Trae, yo te la llevaré ―me
ofrecí igualmente, quitándosela.
Ella me ayudó, sacando los
brazos.
―Gracias ―me sonrió.
Miré hacia el frente con
rapidez y me la puse a la espalda.
―De… de nada ―murmuré.
―Mira ―me avisó, cogiéndome
del brazo para que mirase a mi lado izquierdo, donde se encontraba ella―, se
ven luces allí, ¿las ves? ―y me señaló el sitio con el dedo de la mano que no
me sujetaba―. Es un pueblo.
Sentir la calidez de su
mano en mi brazo me puso todo el vello de punta.
―¿Eh? Ah, sí, sí ―asentí,
obligándome a mí mismo a regresar al planeta Tierra.
Tampoco me había dado
cuenta de que estaba empezando a anochecer hasta que no me fijé en las luces de
las casas.
Después de caminar varios
minutos, con ella colgada de mi emocionado brazo, pasamos los últimos árboles
del bosque y salimos a un terraplén muy empinado y alto que aterrizaba en el
estrecho arcén de la carretera.
La vía seguía el curso del
río, que se encontraba al otro lado de la misma.
Hice el amago de saltar,
tirando de ella, pero me paró.
―Espera ―dijo sin soltar mi
brazo.
―¿Qué pasa? ―quise saber,
girando medio cuerpo para mirarla extrañado.
―No… no puedo bajarlo sola ―declaró,
mordiéndose el labio.
―¿Cómo?
―Hace un rato me hice daño
en un tobillo ―me reveló―. No te dije nada para no preocuparte, pero me duele
bastante. Si lo bajo yo sola, tengo miedo de hacerme un esguince o algo.
―¿Un esguince tú? ―cuestioné,
alzando una ceja.
―Me duele bastante ―repitió.
Suspiré con vehemencia,
mirando al frente para observar la altura. Habría un metro ochenta por lo
menos.
―Bueno, vale ―refunfuñé, no
muy conforme―. Bajaré yo primero y te cogeré desde abajo.
―Vale ―sonrió, soltando mi
ahora desgraciado brazo para dejarme saltar a mí primero.
Suspiré de nuevo y salté el
metro ochenta sin ningún problema.
Me di la vuelta y levanté los
brazos para esperarla.
―Ya puedes saltar ―le
comuniqué.
―¿Seguro que me cogerás? ―dudó
desde el borde del terraplén.
―No seas tonta, claro que
te cogeré ―resoplé, abriendo más los brazos―. Venga, tírate ya.
―Espero que no me la
juegues, me metería un buen morrazo contra el suelo ―bromeó, sonriendo.
No pude evitar que mi mente
reprodujera esa escena, y me hizo gracia. Cuando me di cuenta, los tendones de
mi boca se estiraban para curvar mis labios hacia arriba; llevaban tanto tiempo
sin hacer esta función, que me pareció que estaban anquilosados.
―Eso estaría bien ―admití,
escapándoseme una risita sorda que me sonó hasta extraña, a la vez que ladeaba
la cara.
―Cuidado, que voy ―me
avisó.
Eso hizo que girase el
careto hacia ella con precipitación. Saltó hacia mí rápidamente y yo la cogí
cuando su cuerpo se estampó contra el mío.
Se separó un poco para
mirarme. Sus brazos rodeaban mi cuello. Tenerla tan pegada a mí, provocó que mi
pulso se acelerase y que el cosquilleo de mi estómago cobrara protagonismo.
―Es la primera vez que sonríes
―murmuró con sus preciosos labios también curvados hacia arriba.
Me obligué a tomar aire
para recuperar la compostura.
―Sí, bueno ―murmuré, poniéndome
serio, mientras ya la dejaba en el suelo―. Será mejor que nos demos prisa,
todavía hay que andar un rato.
―Sí ―asintió.
―Camina detrás de mí, el
arcén es muy estrecho ―le aconsejé―. Y no te separes de mí en ningún momento.
―Sí ―volvió a aceptar.
De pronto, su mano se
enganchó a la mía, apretándola con fuerza. Eso hizo que mi corazón pegase otro
salto y que el cosquilleo regresase. Sentí esa complicidad que siempre había
existido entre los dos, como si nunca se hubiese ido. No me di la vuelta, no me
detuve, pero me quedé con cara de idiota. Menos mal que ella no podía verla.
Me estaba cogiendo de la
mano, me estaba cogiendo de la mano. ¿O era yo el que la cogía? Bueno, mi mano
ya se negaba a soltarla. Realmente, era una situación de lo más extraña, y
tampoco entendía qué estaba haciendo ella, a qué estaba jugando. Bueno, ni yo,
porque lo que debería hacer es soltarla, pero el estúpido y tarado de mí ya no
podía. Mi mano se negaba a dejar marchar a la suya, la había añorado tanto…
Sí, definitivamente era
patético.
Me pregunté qué pensaría
ese imbécil con el que estuviese si nos viese así. Por un instante rechiné los
dientes al acordarme de él, pero por otro tenía que reconocer que sentí una enorme
satisfacción, un poco maléfica y vengativa. Sabía de sobra qué parecíamos, y
eso me gustaba. Maldita sea. Sí, todavía me gustaba. No me equivocaba, este
viaje iba a ser muy peligroso para mí. Y aun así, seguía sin soltar su mano.
Caminamos siguiendo esa
carretera que no sabíamos a qué pueblo daba mientras algún coche que otro
pasaba a nuestro lado. Cuando esto sucedía, ella se pegaba más a mí, provocando
continuamente ese cosquilleo de mi estómago.
―Dime, ¿te… te sigue
doliendo el tobillo? ―le pregunté sin quitar mi vista del frente.
―No, ahora no tanto.
―Bien.
No sé cuántos kilómetros
anduvimos, y el tiempo se me pasó demasiado deprisa. Lo único que podía sentir
era su mano sujetando la mía con ganas y su cuerpo muy próximo a mis espaldas,
tras la mochila. Cuando me di cuenta, llegamos a nuestro objetivo.
Ambos nos detuvimos.
Justo delante de nuestras
narices se encontraba la hamburguesería y un motel con un cartel enorme y
luminoso que ponía Motel Wenatchee, consistente en una serie de casas
prefabricadas de una sola planta baja que se distribuían en hilera y que
estaban adosadas entre sí.
―¿Dónde estaremos? ―preguntó,
soltando mi de repente desesperada mano para sacarse el mapa del bolsillo
trasero de su pantalón vaquero. Lo desplegó y lo miró.
―Ni idea. Solo sé que me
dirigí hacia el este para no toparme con tantas montañas.
―Bueno, lo mejor será
preguntar en la hamburguesería ―concluyó, guardándose el plano en el mismo
sitio.
Tengo que admitir que me
encantó cuando volvió a engancharse de mi mano, aunque esta vez tuve que
girarme hacia delante con rapidez para que no descubriera mi cara de tonto.
Iniciamos la marcha por ese
arcén estrecho y caminamos hasta allí. El olor y la música ambiental ya eran
más que evidentes.
Entramos en la
hamburguesería. Había algo de gente, pero enseguida vi una mesa vacía, así que
me dirigí hacia allí. No me di cuenta de que seguía sosteniendo su mano hasta
que llegamos al asiento y ella se sentó, quedándose con la misma suspendida en
el aire por mi amarre. La solté, algo avergonzado, y me senté enfrente.
Cogí la carta plastificada
y miré su contenido nerviosamente, intentando disimular y olvidar ese gran
desliz.
El camarero no tardó en
llegar, se colocó junto a la mesa con una libretilla preparada para tomar nota.
―¿Ya habéis decidido qué
tomar? ―preguntó.
Cuando apartó la vista de
su libreta para mirarla a ella, casi se le salen los ojos del sitio. Se quedó
observándola, completamente deslumbrado por esa belleza suya de ángel. Bueno,
era normal, ella era una diosa, cualquier idiota podría darse cuenta de eso. Se
me escapó una mirada fulminante que me salió de forma automática.
―Sí, yo tomaré la hamburguesa
número tres ―declaró ella.
―Y yo la cuatro ―decidí,
dejando la carta en su sitio.
―Una número tres y cinco de
la cuatro ―matizó ella, haciendo lo mismo con su carta.
El camarero no fue el único
que abrió los ojos como platos, yo también me quedé sorprendido, aunque por un
motivo diferente. ¿Es que me leía los pensamientos o qué?
―No, yo también tomaré una ―le
indiqué.
No quería que ella gastase
tanto dinero.
―No, tienes hambre ―objetó―.
Ha sido un viaje muy largo. Tomará cinco ―le repitió al camarero.
―¿Para beber? ―inquirió él,
después de anotar eso.
―Dos cervezas sin alcohol ―pidió
ella.
Y una vez más, me leyó la mente.
¿Cómo lo hacía? El caso es
que esto me sonaba de algo, pero, no sé, no sé lo que era…
El camarero tomó nota e
hizo el amago de largarse a la cocina.
―Espere ―le paró ella. El
hombre se detuvo―. ¿Me puede decir en qué pueblo estamos, por favor? Es que
estamos un poco perdidos.
Sus mejillas se ruborizaron
un poco, cosa que me pareció tan adorable, que casi tengo que pellizcarme en el
brazo para que no se me notase la cara de idiota.
―Claro ―sonrió él con
amabilidad―. Esto es Leavenworth.
―Gracias ―sonrió ella, y él
se quedó deslumbrado una vez más.
Carraspeé, sin poder evitar
que mis ojos se clavasen en él con advertencia.
Mierda. ¿Por qué hacía eso?
A mí ya no me importaba… ¿no?
Sin embargo, el empleado se
dio por aludido y se piró.
―Tengo que ir al servicio ―me
anunció ella, levantándose.
―Espera, te acompaño ―le
dije, poniéndome de pie.
―Jake, no hace falta, el
cuarto de baño está aquí al lado ―me detuvo, poniéndome las manos sobre los
hombros para que no me levantase del todo―. Estaré bien, en serio, vendré ahora
mismo.
Observé la puerta del baño.
Quedaba al otro lado de la de la entrada, así que si entraba un chupasangres,
tenía que pasar a mi lado obligatoriamente.
―Bueno, vale ―acepté,
sentándome.
―Vengo ahora ―me sonrió.
Y se dio la vuelta para
dirigirse al servicio.
No le quité ojo durante el
corto trayecto, y tampoco a la puerta. Entonces, se me ocurrió que si el aseo
tenía ventana…
―Mierda ―mascullé,
levantándome.
Pero cuando iba a dar un
paso, ella salió por la puerta.
Respiré, aliviado, y me
senté de nuevo.
Observé con extrañeza cómo
ella hablaba con una mujer en la barra del establecimiento. La música y el
bullicio de las conversaciones hicieron que no escuchara demasiado bien lo que
hablaban, pero me pareció que ella estaba contratando algún tipo de servicio. No
comprendí lo que era hasta que no vi cómo ella pagaba y la mujer le entregaba
una llave.
¡Uf, uf! No, ni hablar. ¿Es
que se había vuelto loca?
Se dirigió a la mesa y se
sentó frente a mí de nuevo.
―¿Has alquilado… una
habitación en ese motel? ―inquirí, sorprendido a la vez que nervioso.
―Sí ―me confirmó ella,
enseñándome la llave, la cual tenía un llavero enorme en forma rectangular con
el número 8 impreso en él, igualmente grande.
―¿Por… por qué?
―No querrás dormir en la
calle, ¿verdad?
No me dio tiempo a
contestarle, el camarero llegó con las cervezas, su hamburguesa y dos de las
mías, dejándolo todo en la mesa.
―Luego te traeré el resto ―me
dijo.
Y se largó hacia la barra
otra vez.
―Está muy rica, pruébala,
ya verás ―manifestó, tragándose el bocado que se había metido―. Mi sentido del
olfato no falla ―y se tocó la punta de la nariz mientras sonreía.
―Yo no voy a dormir ahí ―refunfuñé,
peleándome con mi hamburguesa para que no se me desparramasen todas las capas
que llevaba.
Le di un buen bocado. La
verdad es que esas hamburguesas estaban de miedo, o tal vez fuese mi hambre
canina.
―Si quieres protegerme,
tienes que dormir en la misma habitación, ¿o es que vas a dejarme sola? ―alegó,
comiéndose otro trozo.
Mierda. Eso era verdad.
―Puedo… Puedo…
―Anda, come ―siguió ella.
Y ahí terminé yo, sin saber
cómo, acabé sentado en la butaca de esa habitación, junto a la cama doble.
¿Cómo podía haberme dejado convencer?
Ella salió del baño,
ataviada solamente con esos shorts de color rosa y la misma camiseta que había
usado en casa de Billy para dormir.
Dios. Genial. Sí, ¿cómo me
había dejado convencer?
Mientras yo notaba cómo mi
estúpida boca no hacía caso a mi cerebro y se caía poco a poco y mis pupilas no
se despegaban de su espectacular cuerpo, ella se tumbó en la cama, boca abajo,
para observar el mapa. Sus preciosas y largas piernas se doblaron hacia arriba,
iniciando un pequeño baile rítmico, y su larga melena cayó hacia delante,
reposando en el papel y en la colcha.
―Estamos en Leavenworth ―empezó
a hablar―, así que hemos cruzado el Parque Nacional Wenatchee, de ahí el nombre
de este motel. A ver… ―pasó su dedo por el papel―. Nos queda bastante para
llegar a la frontera, hemos dado un buen rodeo ―y levantó la vista para mirarme
con cierto reproche.
―Oye, yo no tengo la culpa
de que nos encontrásemos tantas montañas ―reaccioné.
―Si me hubieras hecho caso
y hubiésemos venido en coche, ya estaríamos más adelantados ―declaró ella―.
Pero, claro, como eres tan cabezota…
―Bueno, vale, ¿y ahora qué?
―resoplé, cruzándome de brazos―. ¿Hacia dónde tenemos que ir?
―Lo mejor es alquilar un
coche y seguir por carretera ―afirmó a la vez que miraba el mapa―. Ya no quedan
muchos bosques por aquí para seguir a cuatro patas.
La idea no me hacía nada de
gracia, pero tenía razón. Esta zona era bastante árida, a ver cómo un lobo
gigante montado por una chica iba a pasar desapercibido.
―¿Y se puede saber por qué
tenemos tanta prisa? ―quise saber―. Es decir, ya sé que te están persiguiendo y
eso, pero no entiendo por qué tienes que estar en esa montaña antes de cuatro
días.
Su rostro se giró levemente
para mirarme por un instante y después bajo al mapa otra vez.
―No puedo… no puedo
decírtelo ―murmuró con desazón.
―Genial ―mascullé, mirando
a un lado con desagrado. Después, volví la vista hacia ella―. ¿Y quién demonios
te está persiguiendo? ¿Quiénes eran todos esos chupasangres que fueron a La
Push para buscarte?
―Tampoco… puedo decírtelo ―susurró
de igual modo.
Estupendo.
―Verás, si tengo que
escoltarte hasta esa dichosa montaña, necesito saber contra quién tengo que
protegerte, ¿no te parece?
Se incorporó un poco,
quedándose echada de lado y llevó sus preciosos ojos marrones a los míos para
mirarlos con convicción.
―Ojalá pudiera, pero no… ―cerró
los párpados con pesar para volverlos a abrir y clavar esas pupilas en mí como
antes―. Confía en mí, por favor, solo te pido eso.
Confiar, confiar. Hacer eso
con una persona que te deja tirado a dos días de la boda para largarse con otro
no es nada fácil, la verdad. Pero había algo en su mirada que, no sé, por lo
menos parecía sincera. También recordé esa telaraña extraña que la envolvía.
―¿Es por esa red que te
envuelve? ―inquirí.
Ya de tirados al río…
―¿Cómo? ―preguntó sin
comprender.
―Hay algo que te oprime, lo
he visto ―le expliqué―. Es como una telaraña que te envuelve, y el centro nace
en tu boca. ¿Es por eso? ¿Por eso no puedes decirme quién te persigue?
Su rostro pareció iluminarse
como si le estuviera enfocando con una linterna, pero cuando intentó abrir la
boca para hablar, su lengua se quedó trabada en algún sitio. Tampoco fue capaz
de asentir o negar, aunque ya era suficiente para que comprendiese.
Ahora entendía que todas
las frases se cortasen. Eso que la oprimía le impedía hablar correctamente.
―Ya veo ―asentí con
entendimiento―. Así que tienes que subir a esa montaña para quitarte esa red,
¿no es eso? Y me imagino que esa gentuza que te está persiguiendo son los que
te la han puesto.
Su lengua pasó por lo mismo
y sus gestos volvieron a verse abocados a no poder manifestarse.
No comprendía qué era esa
red ni cómo diablos se la habían puesto, pero no importaba.
―Bueno, es suficiente ―concluí―.
No quiero saber más ―era demasiado peligroso para mí, eso ya era acercarme
demasiado a ella―. Te llevaré a esa montaña lo más pronto que pueda.
―Gracias ―sonrió, pudiendo
hablar por fin.
―En fin, es mejor que
durmamos. Mañana será un día muy largo y necesitamos descansar.
―Sí ―asintió, poniéndose de
rodillas en la cama.
Dobló el mapa, gateó hasta
la mesilla para posarlo y se metió en la cama.
―Puedes dormir aquí, hay
sitio de sobra para los dos ―afirmó, incorporándose un poco para mirarme.
¡Uf!
―¿Eh? Ah, no, no, aquí…
aquí estoy bien, gracias.
―¿Seguro? ―se aseguró.
―Sí, sí, seguro, apaga la
luz.
―Vale, como quieras ―apagó
la pequeña lamparita de la mesita y la habitación quedó a oscuras. Mi vista
enseguida se acostumbró a ese estado, así que pude ver cómo terminaba de
acomodarse en el lecho, echándose de lado, mirando en mi dirección―. Buenas
noches, Jake ―murmuró.
―Buenas… buenas noches.
Tardé un buen rato en coger
el sueño. Mi cerebro era un refrito de pensamientos y emociones, no dejaba de
darle vueltas a un montón de cosas. El día había sido muy intenso y habían
pasado tantas cosas… Su mano cogiendo la mía, notar esa complicidad de siempre,
dormir aquí, junto a ella…
Barajé por un instante la
posibilidad de volver a ser amigos, aunque eso fuera peligroso para mí, tal vez
hiciera que me viera abocado a mi autodestrucción, pero ya no podía evitarlo.
Necesitaba estar con ella, era mi droga, mi dulce droga.
Total, que cuando me dormí,
lo hice por puro agotamiento.
Sin embargo, al poco de
conseguirlo, algo me sobresaltó, haciendo que me incorporase automáticamente.
―¡Jacob!
Me levanté sin pensar y
corrí hacia ella.
―¡Jacob! ―lloraba, agitando
la cabeza en la almohada.
Ella me estaba llamando, no
me lo podía creer. Mi estúpido instinto hizo que me sentase en la cama para
despertarla y calmarla. No me dio tiempo ni de abrir la boca. En cuanto notó mi
presencia, abrió los ojos de sopetón, se alzó súbitamente y se enganchó a mí en
un apretado abrazo.
Me quedé completamente
paralizado, en estado de shock.
―Jake… ―sollozó en mi
hombro, clavándome sus dedos en la espalda.
Mi corazón se aceleró y mi
estómago se llenó de esas chispas que hacían cosquillas sin parar. Su pelo
rozaba mi cuello y mi barbilla, y su maravilloso efluvio se metía por mi nariz
a fuego. Su pecho estaba pegado al mío, dejándose notar su calidez y todas sus
formas voluptuosas. Eso, y notar su aliento en mi clavícula, ya me ponía todo
el vello de punta, pero cuando una de sus manos subió hasta mi nuca, me
estremecí.
Me quedé mudo y parado como
un imbécil, casi no podía ni respirar, de lo acelerado que iba mi corazón.
Separó un poco su cuerpo
del mío y subió el rostro para mirarme, aunque a cierta distancia. Sus dulces
ojos se alzaron y se clavaron en los míos. Creo que mi desesperación y mis
delirios ya empezaban a volverme tarado del todo, porque juraría que lo
hicieron con anhelo y deseo, y también me pareció que su corazón iba a mil por
hora. Esta vez no pude apartar la vista, mis independientes pupilas se negaron
en rotundo.
―Jake… ―susurró,
arrastrando sus suaves y delicados dedos desde mi nuca para acariciarme la
mejilla―. Estás aquí…
Sí, el tonto de mí seguía
aquí, y no pude evitar estremecerme una vez más. Mis ganas de besarla se
convirtieron en algo demasiado urgente.
Era irrefrenable,
incurable. El deseo que siempre había sentido por ella seguía más vivo que
nunca. Mi desintoxicación iba al revés, cada vez sentía más dependencia hacia
ella, cada vez la ansiaba más, cada vez la deseaba más. Solamente ella era
capaz de hacerme sentir esto solo con rozarme.
De pronto, me fijé en algo
en lo que no me había fijado hasta ahora. Sus dedos estaban en mi rostro y su
muñeca quedaba a la vista. Se la cogí y la despegué de mi cara para mirarla
mejor. No podía creerme lo que mis sorprendidos ojos estaban viendo. Era la
pulsera. La pulsera de compromiso.
¿Por qué…? ¿Por qué seguía
llevándola?
Mis ojos volvieron a
clavarse en los suyos irremediablemente y ella llevó su mano hacia mi cuello,
haciéndome estremecer una vez más.
―Jake… ―susurró,
implorándome con esa mirada de antes―. Duerme conmigo.
Mis manos rodearon su
cintura y su espalda inconscientemente, no pude evitarlo, y sin saber cómo, la
acerqué más a mí.
Su cuerpo volvió a pegarse
al mío y mi frente por fin notó la suya, provocando aún más a ese alocado
cosquilleo de mi estómago. Ambos jadeamos.
Entonces, comencé a sentir
algo que empezó a fluir a nuestro alrededor y me asusté. Algo me sonaba, pero
no sabía lo que era. Y era demasiado intenso, por eso era demasiado peligroso
para mí.
Idiota, ¿pero qué narices
estaba haciendo?
Me aparté de ella
bruscamente, aunque más que por el enfado de mi bajada de guardia fue por el
miedo que sentí de repente. Miedo a esos sentimientos que ya querían aflorar y
que terminarían por hacerme mucho daño.
―No, es…, será… será mejor
que duerma en la butaca ―afirmé con nerviosismo, dejándome caer de cualquier
manera en la misma.
Pareció algo decepcionada,
pero, ¿qué quería? No entendía nada. Se iba a casar con ese cretino, sin
embargo, me cogía de la mano, llevaba mi pulsera de compromiso, me pedía que
durmiese con ella…
Por un momento sentí que
era un auténtico idiota al rechazar tal invitación, cualquier desgraciado se hubiera
metido en la cama con ella para intentar algo. El gusano que hurgaba por mis
sesos empezó a moverse de nuevo. ¿Y si Billy tenía razón? Puede que todavía
tuviese una oportunidad con ella, y si la había… Si la había yo me tiraba de
cabeza, sin pensármelo.
Empecé a arrepentirme por
haber reaccionado así, pero cuando llevé mi vista hacia ella, ya se encontraba
dentro de la cama, intentando coger el sueño, así que mi tren se había
escapado.
Genial, Jake.
―Buenas… buenas noches ―intenté
arreglar.
―Buenas noches ―sonrió.
Bueno, puede que finalmente
fuera mejor así.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMUCHISIMAS GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS!!! ME HACEIS MUY, MUY FELIZ!!! Guau, me poneis unas cosas que me emocionan, de verdad, aunque yo no exageraria tanto, jajaja.
Bueno, pues como veo que os ha gustado la idea de Kelly, pondre 2 capis los martes y jueves, y el resto de la semana uno, ¿ok? ^^
Hoy toca uno, asi que aqui lo teneis ;)
Espero que os guste, y no os preocupeis, nuestro Jacob poco a poco va a ir abriendo su corazoncito. ¿Como va a negar a su alma gemela? ;)
UN LAMETON ENORME PARA TODOS!!!
SUPER!!! SUPER!!! este capítulo está demasiado bueno....no veo la hora de que JAKE ya reaccione ....Y se deje llevar por su GRAN AMOR por NESSIE!!! QUE BUENO!!!! Amiga!!!
ResponderEliminarMuchas Gracias por considerar tanto a tus FANS!!!!
Genial la forma de distribuir los capítulos que faltan.... ESTA HISTORIA NO PUEDE ACABAR!!!!
Definitivamente... es demasiado BUENA Y EMOCIONANTE!!!!
Espero con ansias los siguientes capis!!!!
Un abrazo!!!
Anita de Venezuela
Genial como siempre ojala y jake se de cuenta pronto del hechizo ya no puedo esperar a que llegue martes para leer dos saludos y gracias por tomar en cuenta mi pequeña sugerencia. Quizá no pueda ponerte algún comentario por este fin de semana pero el lunes sin falta opinare de tu excelente trabajo aunque de sobra sabes que es para felicitarte por darnos un poco de ti ya que tus libros son como un pedacito de alma escrito para perdurar en el tiempo. leeré tu capitulo cada día Y ya el lunes comento.
ResponderEliminarBueno pos hasta el próx. capi saludos de new York. Kelly
Super mega genial me encanto este capitulo me mori de risa por las ocurrencias de Nessie! ;D
ResponderEliminarMe gusto mucho la idea de Kelly y ya kiero que sea martes para leer dos capitulos! * solo tengo una duda el sabado y domingo tambien vas a subir? o solo entre semana?
Bueno esa es mi duda y te sigo felicitando porque escribes muy bien! Me impresionas!
Besos.
awww...jake ya está a poquito de darse cuenta! que emosión! esto cada vez se pone más interesante! jeje estoy de acuerdo con lo de los capitulos, que vayan 2 los martes y jueves está bien, así tampoco se te acabarán taaan rápido... buenoo, ojalá! jaja Como siempre te deseo mucha fuerza para seguir escribiendo! B E S O S =)
ResponderEliminarAhh!!!!!! un capitulo muiii lindo, no puedo sprar, a q Jake mpiec a acptar sus emociones ii tambn sus impulsos**
ResponderEliminarAsi q los proxs capitulos tambn cran contados x el? (sq la vrdad m agrada vr muxo las situacions dsd su perspctiva)
Bueno una enorm flicitacion ii sprando con ansiedad los sigs capis!!!
XOXO dsd México**
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMe alegro de que os gustase el capitulo!!! Muchisimas gracias a todos por seguir leyendome!!!
Vale, pues entonces 2 capis martes y jueves ;)
kelly, gracias a ti por darme esa idea!!! Y no te preocupes por lo de los comentarios, tu cuando puedas, la vida sigue ahi fuera, jaja.
albajamille, si, los sabados y los domingos tambien subire capis, pero uno al dia ;)
Pues ya veis a Jake, poco a poco se va dando cuenta de cosas ;) y tiene que reconocer que NO PUEDE VIVIR SIN NESSIE! La ama demasiado *-*
Ains, que hombre, por Dios!!!! Desde luego, que suerte tiene Nessie XDD
A mi tambien me gusta mucho escribir con la perspectiva de Jacob, meterme en la piel de un chico me parece de lo mas interesante, jaja.
Bueno, MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR ESOS HALAGOS QUE ME PONEIS, SIEMPRE LO DIGO, PERO ES QUE ES ASI, HACEIS QUE ME EMOCIONE =º)
LAMETONES VARIOS PARA TODOS!!! Porque no se que signos poner para representar un lameton, que si no...
Bueno, ya buscare alguno XDD Ah, ya se, este: =PP jaja
genial estuvo capitulo el mejor ya espero el siguiente je salu2...ya jake esta cayendo y se estacdando cuenta sos la mejor escritora segui asi!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarho la jacob yv nessie te queria hacer una pregunta habra un capitulo en el que jake se de cuenta o le cuenta... de lo que le paso a nessie ..todo en esos 5 meses asi para mostrar que nessie sufrio sin estar con el y pueda vengarse de esos malvados vampiros en especial a razvan...si podes contestar estaria agradecido...este capitulo estuvo genial 10 10 10....la nota mas alta je salu2
ResponderEliminarBUenisimo capi ya comente pero en el anterior..... quiero másss ohhhh me encantooooo siiiiii..:) gracias
ResponderEliminarAhhhhhhhh! Que lindo por dios!
ResponderEliminarEstoy totalmente embobada! Por una parte YAA quiero que se besen.. y por otro se que "LO QUE DEMORA VALE" xD Aiiiiiiii Tama! Genial Genial.
^Me mato esa parte: "Peleándome con mi hamburguesa para que no se me desparramasen todas las capas que llevaba" JAJAJAJ Yo soy esa. Un broncon! :P
Y cuando ella se desperto por la presencia de JAke a causa de la pesadilla, que el no decia nada.. Y la agarro de la cintura... AWWWWWWWWWWWWWW ♥ es como un globo la emocion que se hace cada vez mas grande y se va a reventar cuando se besen.. Jaaja.. Estoy pegada al monitor. Raya la locura ya lo mio. Hermoso Capitulo. Cada vez mejor te superas vos misma.. Con cada capitulo. :D
Sol*
¡Hola, Sol! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarGuau, que cosas tan bonitas me pones =º) Me alegro mucho de que te este gustando =) Y espero que siga siendo asi xD
Por cierto, yo tambien soy esas de las que se les desparrama toda la hamburguesa xDD
Nos leemos!
Un lameton para ti!!!