NUEVA ERA (Continuacion de "DESPERTAR")
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CAPITULOS:
PARTE UNO: HORIZONTE:
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
2. SAGRADOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-2-sagrados.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
19. VISPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-19-vispera.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
19. VISPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-19-vispera.html
SORPRESAS
Los birretes amarillos
volaron por los aires cuando todos los alumnos que nos acabábamos de graduar
los lanzamos con entusiasmo entre voces y risas alegres. ¡Por fin nos habíamos
graduado!
Lo primero que hice antes
de despedirme de mis compañeros fue mirar al fondo del gimnasio. Jake me
sonreía con una mezcla de orgullo y atontamiento, y no pude evitar quedarme
embobada yo también y corresponderle la sonrisa. Hasta que una de mis compañeras
de clase interrumpió mi viaje astral para felicitarme y despedirse.
Después de mantener una
corta conversación con ella en la que solamente cruzamos un par de palabras por
cortesía, mis ojos se desviaron hacia mi familia. Se encontraban junto a Jake,
Charlie, Sue, Billy y Seth ―que también había venido para ver a Brenda―, y,
como me había pasado cuando los vi durante la ceremonia, me salió una risilla.
No sé lo que parecían, la
verdad. Alice y Rose llevaban un pañuelo en la cabeza y unas enormes gafas de
sol que, en el caso de la primera, cubría su menudo rostro casi por completo,
parecían unas de esas actrices de Hollywood de los años 60. Mi madre y Esme habían optado por unas pelucas, se
notaba que de pelo natural, y otras grandes gafas. Se me hacía extrañísimo ver
a mi madre de rubio dorado y a mi abuela de negro azabache, y encima, las
pelucas llegaban por los hombros; la de mamá era algo rizosa, pero la de Esme
era lisa y con flequillo, parecía la protagonista de Pulp Fiction. Mi sonrisa se amplió al imaginarme que Jake seguro
que había pensado lo mismo. Pero ellas no eran las únicas que iban raras.
Emmett llevaba una sudadera
gris con una capucha que le tapaba la cabeza, la cual ya llevaba una gorra
negra, y su cara también estaba oculta tras unas gafas de sol. Parecía un rapero
de esos que salen en los vídeos de los programas musicales de la televisión.
Jasper, Carlisle y mi padre solo se habían limitado a cubrirse la cabeza con
una gorra y los tres también llevaban gafas.
En definitiva, a mi modo de
ver casi llamaban más la atención que si no se disfrazaran de esa forma, pero,
claro, tenían que hacerlo así, puesto que en Forks podían identificarles.
Siempre era mucho mejor que la gente pensara que solamente se trataba de un
grupo de gente rara, que no de aquellos famosos Cullen que no habían cambiado
nada en siete años.
Mi familia al completo me
sonrió al unísono, me imaginé que también con orgullo, aunque con esas gafas no
se les veía los ojos y no podría asegurarlo. Les sonreí y les saludé con la
mano.
Me di la vuelta y me topé de
frente con Matt Hoffman y con su grupito de amigotes.
―Felicidades. Por la
graduación, digo ―matizó con chulería―, porque ya he oído que vas a casarte
con ese indio ―le costó soltar los dos vocablos―, pero no sé si es
cierto.
La panda de idiotas que le
seguían le rio la frase despectiva.
Me chirriaron los dientes.
Ahora mismo me apetecía sacar todo este lado de vampiro que tenía escondido para
lanzarme a su yugular sin tapujo alguno, aunque no para beberme su tóxica
sangre, precisamente.
―Sí, me caso el próximo
sábado ―le confirmé, mirándole con un aire de desprecio que bien se lo podría
adjudicar Jacob.
A veces, me salían gestos
suyos, no podía evitarlo.
Por el rabillo del ojo vi a
mi chico. Se había despegado de la pared y miraba con mucha atención a Matt,
que se percató de esto enseguida.
―Bueno, me tengo que ir ―alegó,
serio.
―Mejor ―contesté sin
cortarme un pelo.
Y se marchó junto a sus
monigotes.
Jacob se volvió a apoyar en
la pared, completamente relajado, y yo seguí mi camino hacia mis amigas. Pero
me encontré de frente con algunas de mis compañeras de clase.
―Felicidades ―me dijo una
de ellas.
―Gracias. Felicidades a
vosotras también ―les sonreí.
Iba iniciar la marcha de
nuevo cuando la misma me cogió del brazo para detenerme.
―Oye, Nessie, ¿es cierto
eso de que te vas a casar la próxima semana? ―me preguntó, un tanto sorprendida.
―Sí, el próximo sábado ―le
confirmé.
―¿Lo veis? Ya os lo dije ―protestó
otra de ellas, como si ya hubieran estado hablando de esto, que seguro.
Desde que había dejado que
Brenda se lo contase a una de sus compañeras de pupitre, ya lo sabía todo el
instituto.
―Guau, qué fuerte ―siguió
otra.
―Pero ya vivías con él,
¿no? ―quiso saber la primera, observando a mi chico, que seguía apoyado en la
pared del fondo con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón corto.
―Sí, desde septiembre.
―¿Y no te parece un poco
pronto para casarte con él? ―pestañeó la segunda.
Panda de cotillas…
―Bueno, es mi mejor amigo
desde que yo era una niña, así que nos conocemos bien, no es algo que hayamos
decidido con precipitación ―alegué, intentando mantener la sonrisa por
educación.
―Ya, pero tienes dieciocho
años, ¿no te parece que es un poco pronto? ¿Es que no quieres ir a la
universidad? ―opinó la tercera.
¿Por qué le daba a todo el
mundo por pensar que una chica casada no podía ir a la universidad?
―Dejadlo ya, ¿queréis? ―intervino
Helen, haciendo aspavientos con los brazos para abrirse paso y colocarse a mi
lado―. Se van a casar porque están enamorados y punto.
―Bueno, mujer, solamente
estábamos preguntando, nada más ―se defendió la primera que había hablado.
―Pues ya os ha respondido ―y
me sujetó por los hombros para sacarme de allí.
Pude escuchar perfectamente
como esas tres arpías cotillas criticaban a Helen por su interrupción.
―Gracias ―cuchicheé.
―De nada, ha sido un placer
―se rio ella―. No sabes lo mal que me caen esas cotillas.
Nos reímos y nos acercamos
a Brenda y las gemelas.
―Nos encantaría quedarnos
más, pero nosotras tenemos que irnos ―anunció Jennifer.
―Sí, nos están esperando ―continuó
Alison.
Todas giramos los rostros
para mirar a los padres de las gemelas, que estaban a unos metros de nosotras. Fue
entonces cuando observé que la gente de alrededor ya había comenzado a saludar
a sus familiares y el ambiente se había llenado de más felicitaciones. Mis ojos
se fueron automáticamente hacia Jacob. Su maravillosa sonrisa se desplegó al
instante y la mía le imitó irremediablemente.
―Nosotras también tenemos
que irnos ―dije, refiriéndome a mí y a Helen―. Jake y mi fa… ―cerré la boca
cuando me di cuenta de que las gemelas no sabían que mi familia estaba aquí. Si
se enteraban, querrían conocerla, y ellas no podían hacerlo, puesto que no sabían
nada de la existencia de vampiros ni metamorfos, ni debían de conocerla―. Jake nos
está esperando ―rectifiqué a tiempo.
Brenda, Helen y yo ya
habíamos quedado en que conocerían hoy a mi familia, aunque la segunda también iba
a venir a comer para que no lo hiciera sola, por eso Jacob y yo los habíamos
invitado a todos a nuestra casa ―de paso, estrenábamos el nuevo tratado con
todos―, si bien Brenda y Seth vendrían más tarde, ya que ellos iban a comer con
la familia de ella, que habían aceptado muy bien a ese encantador quileute. Sin
embargo, esto no lo podíamos decir delante de las gemelas, muy a nuestro pesar,
porque entonces ellas se sentirían desplazadas o querrían apuntarse, y no podía
ser.
―Os acompaño hasta allí ―dijo
Brenda―, voy a por Seth.
―Vale.
―Bueno, ya nos llamamos y
quedamos para tomar algo otro día ―declaró Alison, caminando junto a su hermana
para llegar a sus padres.
―Sí, hasta luego ―me
despedí con una sonrisa.
―Hasta luego ―correspondió
Jennifer, gesticulando con la mano.
Y nos giramos para
encaminarnos hacia Jake y mi familia, que continuaban al fondo del gimnasio.
La sonrisa de mi chico no
era la única que destellaba, la de Seth también, al ver a Brenda, aunque no le
presté demasiada atención.
En cuanto tuve a Jacob lo
suficientemente cerca, me abalancé hacia él para abrazarle, a pesar de que la
toga amarilla de poliéster no me dejaba moverme con la agilidad habitual. Él
apretó su abrazo y me elevó por el aire para dar un par de vueltas mientras los
dos nos reíamos, con las sonrisas de mi familia como testigos. Antes de que mis
pies tocasen el suelo, nuestros labios ya se encontraron con efusividad. No
hubiéramos parado a no ser por la serie de carraspeos de nuestro alrededor.
Soltó mi boca y llevó sus
manos a mi pelo para metérmelo detrás de las orejas.
―Felicidades, preciosa. Estoy
muy orgulloso de ti, lo sabes, ¿no? ―murmuró.
―Sí, lo sé. Gracias ―y le
abracé con fuerza.
―No eres el único ―irrumpió
mi padre.
Me despegué de Jake y me
dirigí a él.
―Hola, papá ―le sonreí,
dándole un cariñoso beso y abrazándole.
―Hola, princesa.
Felicidades.
Me fijé en Brenda y en
Helen, ambas pestañeaban sin poder creérselo. Aunque mi padre llevaba esa gorra
y esas gafas de sol, podía apreciarse lo joven que era. Y yo podía adivinar
perfectamente qué era lo que pasaba por la cabeza de mis amigas: el padre de
Nessie es un jovencito de diecisiete años y su hija parece mayor que él. Bueno,
puede que no supieran que tenía diecisiete primaveras, porque aparentaba un par
de ellas más, pero aun así, yo seguía pareciendo mayor que él.
Charlie tenía un rostro
enfrascado, parecía estar diciéndose a sí mismo aquella frase que yo me decía
tanto el año pasado cuando intenté estúpidamente alejarme de Jake: no
pensar, no pensar.
Me separé de mi padre y me
acerqué a mi madre y al resto de mi familia para hacer lo mismo.
Mis amigas no daban crédito
a lo que estaban viendo y escuchando, ya que Seth les iba explicando en voz
baja quién era quién. Y eso que iban disfrazados y no se les veía bien sus
rostros perfectos e impolutos de juventud.
Preferí dejar las
presentaciones oficiales para cuando llegásemos a casa, ya que las gemelas
seguían allí con sus padres.
―Menuda toga, ¿eh? ―se
burló Em.
―Pues tú vaya un disfraz
que te has puesto ―me reí.
―Es mejor que esa túnica
amarilla chillón ―defendió él.
―Estás muy guapa, no le
hagas caso ―me apoyó Rosalie, dándome un beso en la mejilla.
―¿Qué llevas debajo? ―preguntó
la tía Alice, alzando la toga para comprobarlo ella―. Ah, que vestido tan
bonito ―alabó con una sonrisa mientras bajaba un poco sus gafas de sol para ver
mejor.
―¿A ver? ―siguió mamá,
poniéndose a su lado y haciendo lo mismo con sus gafas.
―Ese vestido es el que le
regalé yo por su cumpleaños ―sonrió Esme, se notaba que complacida.
―Sí, es que me gustó mucho,
la verdad ―confesé, tímidamente.
―Estás maravillosa, como
siempre ―declaró Charlie.
―Gracias, abuelo.
Por los ojos de mi abuelo
humano salían chiribitas, de lo emocionado que estaba, y yo sabía que esto no
se debía únicamente a mi graduación, sino a que esta también simbolizaba que ya
era toda una mujer, para él, claro, porque ya hacía tiempo que lo era. Me abrazó
con fuerza y me dio un beso en la frente. Sue también me dio un cariñoso
abrazo, acompañado por otro beso.
―Los hombres de la familia
Black siempre hemos tenido muy buen gusto con las mujeres, tanto en belleza
como en inteligencia ―presumió Billy―. Aunque tengo que reconocer que Jacob se
lleva la palma ―y su rostro cobrizo se iluminó con una sonrisa orgullosa que su
hijo correspondió.
―Gracias, Billy, vas a
hacer que me ponga colorada ―admití, si bien ya notaba que lo estaba.
Me acuclillé para que él
también pudiese abrazarme y besarme, y lo hizo efusivamente y con los ojos
también emocionados, aunque su razón era bien distinta a la de mi abuelo. Mi
graduación indicaba lo cerca que estaba mi boda con Jacob, y eso le llenaba de
satisfacción y orgullo.
Acto seguido me acerqué a
Brenda y a Seth. Mientras mantenía una conversación con ellos para acordar la
hora de su visita, mi pulsera volvió a vibrar, pero esta vez lo hizo más fuerte,
con extremada insistencia, y me asustó un poco.
Observé a mi alrededor y
enseguida me relajé, pues di con la razón. Papá también se había puesto tenso,
pero al ver en mi mente, se calmó. Podía escuchar hasta el chirrido de las
muelas de Matt cuando nos miraba a Jacob y a mí, en cambio, su séquito de
admiradoras lloraba ante la inminente separación de su ídolo, aunque alguna
hubo que sonrió con un poco de malicia al mirarme a mí, ya debían de estar
enteradas de la noticia de mi boda.
No le di más importancia al
aviso de mi pulsera, ya se calmaría cuando nos marcháramos de allí y dejásemos
a Matt y sus absurdos celos atrás. Lo que me faltaba era perder más de un
segundo de mi tiempo en pensar en ese idiota.
Después de despedirnos, Brenda
y Seth se marcharon por su lado y Helen, Charlie, Sue, Billy, Jacob, mi familia
y yo por el nuestro.
Billy y Sue fueron en el
coche patrulla de Charlie; Jacob, Helen y yo en el Golf, y la parte vampírica de
mi familia insistió en ir a pie, así que nos marchamos del instituto y pusimos
rumbo a nuestra casa.
Efectivamente, nada más que
salimos de allí, mi aro de cuero rojizo dejó de vibrar.
Ya en los alrededores olía
a comida, pero cuando el coche llegó a nuestra preciosa casita roja, mis ojos
se abrieron como platos. Gran parte de la manada estaba en el jardín junto a
sus parejas, los que la tenían, claro, y habían preparado una mesa enorme llena
de comida frente a la vivienda.
En realidad, la larga mesa
era una sucesión de ellas, probablemente las habían traído de sus casas para
juntarlas, al igual que los manteles y las sillas. Muy cerca de la misma se
encontraban varias barbacoas, dada la cantidad de carne que había que cocinar, de
las cuales se estaban encargando Quil, Paul y Embry, que parecían ofuscados entre
ellos por cómo querían de hecha la carne.
Mi familia ya había
llegado, probablemente hacía un buen rato, y ya no llevaban esas indumentarias
tan extravagantes, aquí no les hacía falta ocultarse.
―Guau ―exclamó Helen en voz
baja, observando todo el barullo.
―¿Qué es esto? ―reí
mientras Jake aparcaba el coche en el garaje y Charlie lo hacía detrás, afuera.
―Es una sorpresa que te
hemos preparado ―me desveló él con una sonrisa de oreja a oreja, apagando el
motor.
―¿Ha sido idea tuya? ―pregunté
con otra sonrisa igual.
―Ha sido idea de todos ―respondió.
Pero yo sabía que la voz
cantante la había llevado él.
Me desabroché el cinturón y
me lancé a sus brazos para abrazarle y darle un corto aunque efusivo beso en
los labios. Se lo di corto, ya que Helen estaba en el coche y no quería
incomodarla.
Jake se rio con
satisfacción y los tres salimos del vehículo.
―¡Sorpresa! ―gritaron todos
a la vez cuando salimos del garaje, hasta mi familia, que ya debía de estar al
corriente de todo desde el principio.
Mi cuerpo se vio invadido
por un montón de abrazos y besos que me felicitaban cariñosamente.
―Felicidades ―me dijo
Emily.
―Felicidades, guapa ―siguió
Shubael.
―Hasta con esta toga
pareces una flor ―me aduló Isaac.
―Menudo pelota ―le reprochó
el primero, riéndose―. No se puede ser más cursi.
―Es la verdad ―se defendió
él, apartándose de mí para dejar paso al siguiente.
―Venga, iros a discutir a
otro lado ―les regañó Leah, empujándoles, entonces, se giró hacia mí con una
sonrisa―. Felicidades.
―Yo también te felicito ―continuó
Simon, el novio de Leah.
―Sí, felicidades ―intervino
Rachel.
―Gracias, gracias ―iba
diciendo yo.
También pasaron por mis
brazos Jared, Kim, Paul, Quil, la pequeña Claire, Embry, Brady, Ruth, Aaron,
Eve, Canaan, Sarah, Daniel, Martha, Jeremiah y Jemima. Sam y el resto de los
chicos no estaban, pues tenían que patrullar.
Cuando terminaron todos, por
fin me vi liberada y pude recomponerme.
Mis amigos quileute se
dispersaron para seguir en esas diferentes tareas que ellos mismos se habían
puesto y me quedé a solas con mi amiga y Jake.
―Ven, te voy a presentar ―le
dije a Helen.
A Charlie, Sue y Billy ya
los conocía, así que dejé que se fueran con el resto de los chicos, que
ayudaron a mi abuelo a empujar la silla por ese terreno lleno de hierba.
Le cogí de la mano y, junto
a Jacob, nos acercamos a mi familia, que también caminaron hacia nosotros y se
pusieron a nuestro lado.
―Os quiero presentar a mi
amiga Helen ―les indiqué. Luego, me giré hacia esta―. Bueno, como Seth ya te ha
explicado quién es cada uno, me saltaré esa parte.
―Hola, Helen, soy Bella ―sonrió
mamá, asintiendo con la cabeza a modo de saludo.
―Y yo soy Edward ―siguió mi
padre, también mostrando esa sonrisa perfecta.
―Hola ―correspondió mi
amiga, un poco cortada e impresionada.
―Así que tú eres la famosa
gigantona ―bromeó Em, como si él fuese pequeño.
―Este es el gracioso de
Emmett ―le indiqué.
―Yo soy Alice ―señaló ella
con una sonrisa y un saltito alegre.
―Jasper ―se presentó mi
tío, asintiendo con un aire más serio y sotisficado.
―Yo me llamo Rosalie ―habló
la misma con un gesto similar al de Jasper.
―Alias la Barbie ―añadió
Jake con una sonrisita burlona.
Mi tía le dedicó una mirada
asesina.
―Hola, cielo, yo soy Esme,
la esposa de Carlisle ―y las mejillas de mi abuela se alzaron, dejando debajo
esos hoyuelos tan tiernos.
―En fin, a mí ya me
conoces, así que hola ―saludó Carlisle.
―Hola ―sonrió mi amiga,
saludando con la mano.
―Teníamos muchas ganas de
conocerte, Renesmee nos ha hablado tanto de ti ―rio mi madre.
―Sí, ya lo veo ―se percató
ella―. La verdad es que yo también tenía muchas ganas de conoceros, sobre todo
para agradeceros todo lo que estáis haciendo por Ryam y por mí.
―No hay nada que agradecer ―manifestó
Alice―. Los amigos de Nessie son nuestros amigos.
Helen no fue la única que
sonrió, yo me uní a ella.
―Bueno, ¿qué tal habéis
llegado? ―les pregunté.
―Muy bien, como ves ―respondió
mamá.
―El nuevo tratado está
genial ―declaró Emmett con una gran sonrisa―. Me encanta estar aquí ―y le dio
un pequeño puñetazo a Jake en el brazo como gesto cómplice.
Jake sonrió.
―No sé cómo te gusta tanto ―criticó
Rose con una mueca fingida de asco―, el olor a chucho es insoportable. Esto
parece una perrera.
―Pues para no gustarte nada
el olor, bien que te arrimas a mí, rubia ―rebatió Jake―. Otra vez te has puesto
a mi lado ―y mostró una de esas sonrisitas insolentes.
―Ha sido una coincidencia ―alegó
ella, ladeando su cara con otro mohín de falsa soberbia.
―Ya, ya ―dudó él―. Anda,
reconócelo de una vez, me adoras, lo sé.
Rose le siseó y se cambió
de sitio.
―Si no os importa, voy a
echarle un vistazo a esas plantas ―anunció Carlisle, señalando el pequeño
invernadero con el dedo.
―Están muy bien, ya verás ―afirmé,
acompañándole.
Helen vino junto a mí.
―Yo también quiero verlas ―se
apuntó Alice.
―Y yo ―continuó mamá.
Los demás también empezaron
a seguirnos.
―¡Qué bien, una plantación!
―exclamó Em, mofándose―. ¡Qué divertido!
―Bah, tú ven conmigo ―le
dijo Jake, pasándole la mano por la espalda para conducirlo hacia el grupo
quileute.
Emmett le acompañó
encantado de la vida.
Helen y yo entramos con los
demás en el pequeño invernadero y les explicamos todos los pasos que seguíamos
para su cuidado. Carlisle nos dio su aprobado, más bien, notable alto, y
dejamos la plantación, satisfechas.
―No puedes dejarme sin ver
vuestra casa ―declaró Alice, agarrándose de mi brazo para arrastrarme a la
susodicha.
―Claro ―acepté de buen
grado, sujetándome, además, del brazo de mi madre, que rebosaba felicidad por
encontrarse en su añorada La Push, aunque solamente fuera en este pequeño
perímetro, y por poder ver nuestro hogar.
Al igual que antes, los
demás fueron detrás de nosotras.
Les enseñé toda la casa y
les gustó mucho. A Alice le encantó cómo había quedado el saloncito, sobre todo,
y cómo no, la zona de la chimenea, con los dos butacones que ella nos había regalado,
y la zona del sofá con ese enorme cuadro que nos había conseguido en aquella
subasta.
Cuando salimos de nuestra
casita, ya nos estaban esperando todos sentados a la mesa. Mi familia no iba a
probar bocado, por supuesto, pero los quileute les habían traído sillas para
que nos acompañasen.
―Venga, venga, que se
enfría ―nos exhortó Jake entre todo aquel bullicio lleno de risas y
conversaciones, aunque en realidad lo que quería decir es que se moría de
hambre.
Nos acercamos con paso
presto y me senté al lado de mi chico. En cuanto lo hice, todos empezaron a
comer, bueno, todos menos mi familia, que solo se limitó a charlar.
Jacob me pasó la bandeja
repleta de chuletas, salchichas y demás productos cárnicos y yo cogí lo que me
interesaba, dejándolo en mi plato.
―Dime, Ness, ¿ya has
pensado la carrera que vas a hacer? ―me preguntó Charlie.
―Todavía no ―le contesté.
El rostro de mi abuelo
humano se llenó de disconformidad evidente.
―Deberías ir pensándolo ―manifestó.
―¿Por qué no estudias para
veterinaria? ―propuso Em con una de esas sonrisas que anunciaban que ahora
venía la segunda parte de su frase―. No sé, así podrías atender a todos estos ―y
señaló a los chicos de la manada.
―Ja, ja ―articuló Jared con
ironía―. Me parto de la risa.
El que sí que lo hacía era
mi tío.
―A lo mejor lo que debería
estudiar es para forense ―intervino Paul con una sonrisa idéntica a la de Em―.
No sé, así podría atender a todos estos muertos vivientes que hay aquí.
Rosalie chistó.
El trozo de carne de
Charlie se le atragantó y se le quedó en el gaznate por un instante. Billy tuvo
que darle unas palmaditas en la espalda antes de que mi abuelo se tragara su
cerveza de unos cuantos tragos.
―Ja, ja ―vocalizó Em con
sarcasmo―. Yo también me parto.
―Bueno, veterinaria y
forense no, pero para médico no me importaría ―dije, pensativa.
La cara de Carlisle se
iluminó como si hubiera un foco en el cielo y le estuviera enfocando solamente
a él.
―Yo puedo darte las clases
a través de Internet, y tengo muchos libros que puedo prestarte. Tú no tendrías
ningún problema, eres muy inteligente. Las prácticas ya veríamos cómo las haríamos
―se ofreció con entusiasmo. Entonces, relajó el rostro cuando vio cómo le
mirábamos todos, carraspeó y siguió hablando―. Bueno, si eso es lo que decides,
por supuesto ―terminó con su tono comedido de siempre.
―No sé, ya me lo pensaré ―reí,
llevándome una costilla a la boca―. Además, lo que estudie solamente será por
hacer una carrera, porque cuando Jake ponga su propio taller, trabajaré con él.
―Bueno, tú estudia y
después ya decidirás lo que quieres hacer, ¿vale? ―me dijo Jacob―. No tienes
por qué trabajar conmigo.
―No es por obligación, lo
sabes ―afirmé―. Me encanta la mecánica, me fascina.
―Sí, lo sé ―me sonrió.
―De todas formas, deberías
pensar qué carrera vas a estudiar ―reiteró Charlie.
―Sí, lo pensaré.
―Oye, suegro, ¿me pasas la
salsa? ―le pidió Jake a mi padre.
―No me llames suegro, por
favor ―protestó él con mucha educación, por supuesto, pero confiriéndole a su
voz un tono de acidez al final de la frase―. Me haces mayor ―y le pasó la
salsa.
―Bueno, es que, en
realidad, eres mayor, ¿no? ―le respondió mi chico, cogiéndola―. ¿Cuántos años
tienes? ¿Ciento qué?
A Charlie se le volvió a
atragantar su bocado y mamá mató a Jacob con la mirada, por meterse con mi
padre y por hablar demasiado delante de Charlie.
―Digamos que soy más adulto
que tú ―contestó papá.
―Eres un viejo encerrado en
el cuerpo de un crío ―se burló, dándole un mordisco a una salchicha.
―Jake ―le regañé, pegándole
un pequeño manotazo en el brazo, aunque mi comisura no pudo evitar curvarse un
poco hacia arriba.
―Voy a por otra cerveza,
¿alguien quiere? ―preguntó Charlie, levantándose de su silla con ese rostro de no
pensar, no pensar.
―Sí, yo quiero una ―aceptó
Canaan, alzando su botellín vacío.
―Bien ―murmuró mi abuelo,
dirigiéndose hacia la casa.
La comida se pasó
rápidamente entre animadas conversaciones, bromas y risas, e hicimos una
sobremesa tan larga, que todavía estábamos sentados cuando llegaron Seth y
Brenda.
Tuve que hacer otro ritual
de presentaciones con esta para que conociese a mi familia y, al igual que le
había pasado a Helen, se quedó impresionada y algo cortada.
Después, la gente se fue
dispersando para hacer distintas actividades, mientras que la mayoría de los
chicos, incluido Jacob, se quitaron las camisetas y se fueron a jugar a la
playa con un balón.
Mamá y yo nos acercamos a
ese hueco que quedaba entre los árboles que bordeaban nuestro jardín y desde
donde se accedía a la playa de First Beach. Mi madre se quedó mirando con
añoranza ese paisaje compuesto por el océano Pacífico, que ya estaba invadido
por los primeros surfistas de la temporada, las islas y los acantilados.
―¿Lo echas de menos? ―le
pregunté, agarrándome a su brazo.
―No tengo muchos recuerdos
de mi vida humana, pero la mayoría están en La Push ―admitió con una leve
sonrisa―. Y suelen ser muy buenos.
Mi cara se giró para mirar
a Jake y a los chicos, que estaban jugando un partido de rugby, rebozándose en
la arena cuando se aplacaban los unos a los otros entre carcajadas.
―Ahora podéis venir siempre
que queráis ―le recordé.
Ella volvió su rostro hacia
mí y me sonrió.
―Lo sé, y es genial ―declaró,
acariciando mi brazo.
Y las dos nos quedamos
mirando el alocado partido de rugby hasta que la tarde cayó.
Es increíble lo despacio
que pueden pasar seis días. Y es increíble lo nerviosa que puede estar una a
dos días de su boda.
Mi vestido ya estaba
terminado. Como había dicho Jacob, Sarah era muy buena y lo había acabado a
tiempo. Le había quedado perfecto, y se encontraba colgado de una percha en el
vestidor de mi antiguo dormitorio, en casa de mi familia. A Alice casi se le
caen los ojos cuando lo vio, y no pude hacer que me dejara en paz hasta que no
me lo probé para que me lo viera puesto. Mi madre, Esme y mis tías hubieran
lloriqueado y todo, si no fuera porque no pueden hacerlo.
La corona de flores aún no
estaba en mis manos, puesto que esa era realizada el mismo día de la boda para
que las flores blancas estuvieran lo más frescas posible.
Al final, Jacob había
conseguido que mi familia de Denali también pudiese venir a la boda, y la
comida familiar de mi graduación había servido para mucho en este asunto. Iban
a llegar el mismo sábado por la mañana, y Emmett era el encargado de ir a
recogerles al aeropuerto en ese enorme Jeep que había alquilado para estos días
de estancia en Forks.
Esa mañana estaba regando
las flores de mis ventanas, cuando mi teléfono móvil sonó.
Dejé la regadera en la
mesa, salí de la cocina y me dirigí al vestíbulo para cogerlo.
―Hola, Helen ―le saludé,
alegremente.
La sonrisa se me borró de
la cara al escuchar su voz grave.
―Hola, ¿puedes venir hasta
mi casa? ―me pidió.
―¿Qué pasa? ―le pregunté,
preocupada.
―Es Ryam, me ha mandado un
mensaje muy raro, pero no quiero contártelo por teléfono, por si acaso no es
seguro.
―¿Le ha pasado algo? ―interrogué.
―No lo sé ―me contestó,
algo angustiada.
―Vale, no te preocupes ―le
calmé, metiéndome la mano por el pelo de mi frente―. Llegaré en treinta
minutos.
―Gracias, Ness.
―De nada. Hasta ahora.
―Hasta ahora.
Y colgamos las dos.
No me gustaba molestar a
Jake mientras estaba trabajando, así que le dejé un mensaje de texto en el que
le decía que había quedado con Helen y que le vería a él en First Beach. Me
apetecía dar un paseo por la arena con él antes de ir a casa.
Me guardé el móvil en el
bolsillo, cogí mis llaves y salí de la vivienda, cerrando de un portazo.
Mi forito volaba por la
carretera de La Push, de camino a Forks. Me pasé todo el trayecto pensando qué
sería eso que le preocupaba tanto a mi amiga, qué le tenía que haber puesto
Ryam en el mensaje para que ella estuviera angustiada.
Como le dije a Helen, en
media hora me planté frente a su casa, donde aparqué. Ella ya me esperaba en el
pequeño y viejo porche que presidía la vivienda. Me apeé con prisas, cerré el
coche y me acerqué hasta allí.
―Gracias por venir ―me dijo
nada más llegar, agarrándome de la mano para conducirme a la parte trasera de
su casa, que daba al bosque.
Nos metimos entre los
árboles, aunque no nos adentramos demasiado, ya que se detuvo al minuto. Aun
así estaba tranquila, los chicos de la manada a los que les tocaba proteger a
Helen hoy estaban por los alrededores, no muy lejos de allí, podía oler sus
efluvios traídos por el viento, y sabía que seguramente se les habían unido los
que me habían seguido hasta aquí para hacer lo mismo conmigo.
―Bueno, ¿qué pasa? ―quise
saber con expectación.
―Ryam me ha mandado este
mensaje, mira ―y me pasó su móvil.
Lo miré y leí.
Toma nota de esto: Mercedes López,
Boston. No te puedo decir más. Aunque tarde en mandarte un mensaje, no te
preocupes. No podré hacerlo en una temporada, me están siguiendo.
Fue terminar de leerlo y
pasarle el móvil, cuando mi pulsera vibró fuerte. Me quedé paralizada. Lo hizo
extremadamente fuerte, exactamente igual que el día de mi graduación, pero aquí
no estaba Matt Hoffman. Mi aro de cuero insistía frenéticamente, casi con
urgencia, y un frío helado me atravesó el estómago. Entonces, me di cuenta de
que en aquella ocasión no había vibrado por él, me había equivocado, porque la
pulsera vibraba como nunca antes lo había hecho, no era por los simples celos
de un pretendiente, era por un peligro. Un peligro mayor, un peligro que nos
afectaba a Jacob y a mí.
―¿Qué ocurre? ―preguntó
Helen al ver mi expresión.
Escuché un ruido en unos
arbustos cercanos y mi cuerpo enseguida se puso alerta, colocándome junto a mi
amiga para protegerla. Mi respiración se agitó, asustada; no sabía lo que era,
pero algo me decía que era muy, muy malo.
―No te muevas de mi lado ―conseguí
murmurar.
Noté cómo el cuerpo de
Helen se agarrotaba, del miedo, y su boca también comenzó a jadear.
Intenté tranquilizarme,
diciéndome a mí misma que mis lobos estaban cerca y que no tardarían nada en
llegar, hasta que algo empezó a salir de entre las sombras de los espesos
árboles.
Mi pulsera confirmó con sus
fortísimas vibraciones que era ese ser el que había provocado todas sus
inquietudes.
Mis ojos ya no podían estar
más abiertos.
Un ser gigantesco apareció
de la oscuridad, agazapado, caminando con una agilidad y sutileza dignas de un
metamorfo o un vampiro, a pesar de su gran tamaño, puesto que sus pisadas
apenas hacían ruido al hacer contacto con la hierba; y carecía de olor alguno.
No olía absolutamente a nada, era como un fantasma para el olfato.
Se trataba de un varón. Le
faltaba la camiseta y solamente llevaba unos pantalones rasgados. Su enorme
cuerpo era muy musculoso y fuerte, el color de su piel era grisáceo y el corte
de su pelo dorado era muy apurado.
Pero lo que más me llamó la
atención fue su rostro.
Al igual que su inexistente
efluvio, su semblante no mostraba expresión alguna, parecía un robot, y sus
ojos eran completamente blancos, no tenían ni iris ni pupilas. Hasta que esos
ojos se clavaron en nosotras, entonces su boca se abrió para mostrarnos unos
colmillos que iban en concordancia con su colosal dueño y su expresión cambió
para rugirnos con cólera.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE! ^^
ResponderEliminarPaso a contestar vuestras dudas aqui ;)
Mi chica de New York y CathyJake, os doy las gracias por eso tan bonito que me poneis, ¡me anima muchisimo! =ºº) Yo tb estoy enamorada de Jake (y de Taylor), jaja, creo que se me nota demasiado ^^ Pero que le vamos a hacer, Nessie es su alma gemela. ¡Ains, que envidia, quien pudiera ser ella!
andres, sobre la pulsera, bueno, pues la pulsera siempre vibra por algo ;) Y ya te adelanto que no son nervios por la boda ^^ Ya veremos por que vibro y por que Jake y Nessie no encontraron nada en el bosque ;)
Alecita, Sarah es la novia de Canaan, os he dejado el indice de los lobos para que veais los nombres de mis chicos y sus novias ;) Bueno, solamente salen las novias de los imprimados, tb podria haber alguno con novia sin que estuviese imprimado, por supuesto, pero, bueno, aqui solamente salen las de los imprimados ^^ . Como Sarah es la novia de un imprimado, ya sabe todo lo que se cuece, jaja.
En fin, espero haber aclarado vuestras dudas, no obstante, si teneis mas o algo, solo teneis que preguntarme, ¿vale? ;)
Espero que os guste el capi ^^
Lametones para todos y MUCHAS GRACIAS POR LEERME!!
Gracias por aclarar mis dudas y que bien que pongas mas capítulos seguido
ResponderEliminarY si quien fuera nessie en fin congratulation por tus increibles histories
Sube capítulos pronto ya que los estoy leyendo todas las mañanas y estoy a punto de colapso emocional por leer la continuación gracias
Asi que hasta el prox capi
La chica de New York en realidad me llamo kelly
si muy lindo capitulo hermoso pero me e dado de cuenta por los capitulos algo de por que vibra la pulsera...espero mas capis .je gracias por subir
ResponderEliminaroh oh! que paso aqui? jaja que intrigaa! quien será la criatura taan feaaa? jaja
ResponderEliminarMuchisimas gracias por responder a mis dudas! jeje besoos para ti!
bueno este capi ha estado muy ntenso quien sera? esa criatura habra que esperar ,, y claro ya vimos que la pulsera siempre vibra por algo cuando esta en peligro nessi y algo que quiere separlos igual que el DESPERTAR... ya quiero másssss otro capi prontito pleaseee : )
ResponderEliminarfrom Ecuador
¡HOLA! SOY NOVIEMBRE. ME HA GUSTADO MUCHO EL CAPITULO; LA GRADUACIÓN Y LA SORPRESA DE JACOB, LA ILUSIÓN DE TENER A SU FAMILIA ALLÍ EN SU CASA; Y DEMÁS GENTE, CELEBRANDO UNA FIESTA. DEL GIGANTE ME TEMO LO PEOR, DE ALGUIEN CONOCIDO MATT JOFFMAN, BUENO YA VERE SI ME EQUIVOCO. BESOTES Y LAMETONES PARA TI.
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