NUEVA ERA (Continuacion de "DESPERTAR")
Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog. Si no, no te enterarás de nada XDD
CAPITULOS:
PARTE UNO: HORIZONTE:
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
2. SAGRADOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-2-sagrados.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
VÍSPERA
―Nessie, no hago más que
clavarte alfileres, bueno, mejor dicho, romperlos, este es el quinto que se me
casca. Deja ya de mirarte y de moverte ―me regañó Sarah, tirando lo que quedaba
de alfiler al suelo y cogiendo otro del alfiletero que llevaba enganchado en su
muñeca izquierda―. Además, si no paras, no podré ponerte esto bien, y querrás
que tu vestido me quede perfecto, ¿verdad?
―Lo siento ―y me volví
hacia delante para ponerme tiesa como un palo.
―Así me gusta ―sonrió.
Le eché un vistazo al
pequeño local. La tiendecita de Sarah estaba repleta de percheros con ropa
hasta los topes esperando a su arreglo y otros con modelos diseñados y
confeccionados por ella.
―¿Te dará tiempo? ―pregunté,
mordiéndome el labio con preocupación mientras también observaba mi boceto
de vestido.
―Estará listo incluso antes
de la boda ―afirmó.
―¿Y todos los volantes que
tienes que coser? No sé, eso te llevará tiempo, ¿no?
―Que sí, tranquiiila
―aseguró con una entonación un tanto socarrona.
Yo no las tenía todas
conmigo. Quedaban nueve días y ella todavía estaba poniendo alfileres en esa
tersa tela de seda. Los exámenes, la plantación, mi amiga Helen ―la cual estaba
preocupada otra vez por Ryam, ya que hacía tiempo que no tenía noticias suyas―
y el resto de detalles de la boda de los que me tenía que encargar yo, como los
vestidos de las damas de honor y otras cosas, me habían tenido demasiado
ocupada, y encima la tela de mi vestido había tardado lo suyo en llegar. Todo
esto había sido el culpable de tal tardanza.
―No te preocupes, Sarah es
una modista estupenda ―apoyó Rachel, haciéndose eco de mis pensamientos―. El
mío lo hizo en solo seis días.
―Sí, me empleé a fondo ―dijo
Sarah, resoplando al recordar.
―Y quedó precioso ―siguió
Eve.
―Vas a estar perfecta, ya
lo verás ―intervino Jemima―. Confía en Sarah, sabe lo que hace.
Les sonreí a todas ellas
por su esfuerzo. Estaba un poco más sosegada, pero la verdad es que tenía los
nervios a flor de piel. Entre mi graduación, que era el viernes, y la boda,
estos días era un manojo neurótico. Encima, la inestabilidad metereológica, que
en estas últimas semanas había provocado un tiempo más lluvioso y frío de lo
habitual para el mes de junio en el que estábamos, no me ayudaba nada.
No entendía por qué estaba
tan nerviosa, en realidad, no es que una boda quileute llevase muchos
preparativos, pero no podía evitarlo.
Jacob ya había arreglado el
tema de la carpa, la cual iban a montar algunos miembros de la manada, la
pequeña orquesta, que era la que siempre tocaba en las bodas de La Push que se
celebraban al estilo tradicional y que estaba compuesta por los mismos indios
nativos de la tribu, y del menú se iba a encargar Sue, que tenía a su
disposición a Emily, Kim, Jemima y Martha como ayudantes de cocina, eso sin
mencionar a Ruth, Eve y Sarah, que se iban a encargar de servir las mesas,
junto con otra parte de los chicos.
Los vestidos de mis damas
de honor ya estaban listos desde hacía un mes, ya que la tela de estos había
llegado primero y Sarah había podido ponerse con ellos antes. Rachel, Leah, Brenda
y Helen iban a ir preciosas, y ya tenían sus vestidos en el armario de sus
respectivas casas. Entre ellas y las féminas de mi familia, me habían ayudado a
escogerlos. La gasa, de un color azulado muy claro, caía libre desde las
caderas y llegaba hasta los tobillos. El escote era en pico e iba sujeto por
unos tirantes anchos que se unían a una parte trasera que dejaba ligeramente al
aire la espalda, uno de ellos se adornaba con una flor también hecha de gasa
azul.
Hasta los padrinos tenían
su vestuario preparado. Mamá iba a ser la madrina, y ya me había enseñado su
vestido al mandarme unas fotos por Internet. La tela de raso, en un color
granate brillante, se enganchaba a sus hombros por medio de unos finos tirantes
que se unían en la parte posterior del cuello y que sujetaban un escote también
en pico. La mitad de la espalda iba al descubierto y después la tela seguía su
camino ciñéndose en todo el cuerpo, bajando atubado hasta un poco por debajo de
las rodillas. A ella le quedaba genial, como no, y la tía Alice había tenido
mucho que ver en la elección de ese vestido. Al final, y después de pensárselo
mucho, Jacob escogió a mi padre para que fuera el padrino de boda. Su primera
opción era Seth, pero a este no le importó en absoluto cederle el sitio a mi
progenitor, el cual estaba más ansioso de serlo, así que Jake decidió elegirle
a él como padrino, cosa que a papá le hizo especial ilusión. Mi madre también
me envió las fotos de papá con su traje, y, claro está, también iba a ir
guapísimo. Su conjunto constaba de un pantalón de vestir y una chaqueta de un gris
no muy claro, y una camisa azul oscuro, sin corbata, por supuesto, como regía en
el protocolo de las bodas quileute, con esa mezcla de elegancia e
informalidad al mismo tiempo.
Y Jacob ya tenía su traje
preparado, esa camisa de lino color hueso, de manga larga, con sus pantalones a
juego que llegaban hasta los pies. Yo sabía esto porque los novios quileute era
lo que llevaban, puesto que no se lo había visto, lo tenía bien guardado en
casa de Billy.
Conclusión: lo único que
faltaba a nueve días de la boda era mi vestido. Y eso era suficiente para que
mis nervios afloraran sin piedad.
―Dime, Nessie, ¿al final tu
tía Alice te va a hacer la despedida de soltera? ―interrogó Eve, haciendo que
mi mente saliera súbitamente de sus pensamientos.
―Sí, no pude evitarlo ―suspiré―.
Si le dijera que no, se llevaría un disgusto tremendo.
―Entonces, vas a tener dos
despedidas, porque nosotras también te hemos preparado algo ―declaró Rachel con
una sonrisita un tanto traviesa.
―Oh, oh… Tiemblo.
―Te va a gustar, ya lo
verás ―me aseguró Eve―. Ah, y tus amigas también vendrán, ya he hablado con
Brenda y lo ha arreglado todo.
―Lo tuyo siempre va por
partida doble, ¿eh? ―se rio Jemima―. Dos despedidas de soltera, dos lunas de
miel…
La pequeña tienda se llenó
de risitas pícaras.
―El viaje de septiembre no
fue una luna de miel, fue un viaje turístico. La de verdad viene ahora ―alegué,
sonriendo tímidamente.
Solamente con imaginarlo,
ya se me disparaba el labio hacia arriba.
―Yo hablo de la luna de
miel de este pasado abril ―matizó con tono juguetón―. Al parecer, en toda
la semana no abristeis la puerta de casa ni para que entrara el aire, ¿no es
así?
Las risas subieron de tono
y el color de mi rostro también. Para colmo, estaba Rachel, eso me daba el
triple de vergüenza.
―Qué simpática ―vocalicé
con retintín; ellas se rieron de nuevo.
―Nessie, no te muevas ―me
volvió a regañar Sarah.
―Perdón.
―¿Cuándo viene tu familia? ―me
preguntó mi casi cuñada.
―Pasado mañana. Estarán
para mi graduación, aunque yo no podré estar con ellos hasta que se acabe.
―Bueno, esto ya está ―anunció
Sarah por fin, colocando el último alfiler―. Mañana te lo hilvano todo para que
el sábado puedas hacerte la segunda prueba.
Me miré en el espejo y
sonreí. Aunque todavía le quedaba mucho y le faltaban muchas cosas, estaba
tomando la forma que yo había buscado.
El vestido comenzaba en mi
pecho, se sujetaba con el armado que la tupida tela de seda blanca creaba
alrededor de mi torso a modo de corsé, y dejaba mis hombros desnudos al no
llevar tirantes ni manga alguna. Se ceñía a mi cuerpo hasta las caderas y a
partir de ahí se dejaba caer en una falda con una ligera caída en “A” que
llegaba casi hasta mis pies, los cuales iban a ir descalzos, por supuesto, por
lo que ese largo es el que iba a llevar definitivamente, puesto que no hacía
falta tomar medidas con unos tacones puestos. Todavía le faltaba, pero la falda
iba a ir recubierta de unos vaporosos y anchos volantes de seda; estos se
distribuirían en distintas capas que la rodeaban y que se cruzaban por la parte
delantera, quedando entrelazados en zigzag, creando un efecto muy bonito y
lucido. La zona superior del vestido iba a ser revestida de unas grandes flores
hechas con la misma tela y que iban a bordear todo el torso, enmarcando, además
del pecho y los costados, la zona de la espalda. Otras dos flores similares a
estas, aunque más pequeñas, adornarían la falda por la parte izquierda
delantera de la cadera, distribuyéndose en vertical, una junto a la otra. El
corpiño iba a ir cerrado en la espalda por medio de una línea de finos y
pequeños botones que ascenderían desde la parte más baja de mi cintura.
Mi sonrisa se amplió cuando
terminé de visionar todo esto sobre lo que aún era un boceto de mi vestido.
―Gracias, Sarah. Está
quedando precioso ―dije.
―De nada. Ten cuidado con
los alfileres cuando te lo quites.
―Ah, no te preocupes, no me
pinchan.
―Ya, ya lo sé ―se rio―. Por
eso te lo digo, porque si no tienes cuidado, los alfileres se quedarán hechos
trizas y tendré que volver a ponértelo todo otra vez.
―Oh.
Las demás chicas se rieron
entre dientes.
No pude evitar mirarme un
poco más antes de comenzar a quitármelo. Las mariposas no hacían más que
invadir mi estómago cada vez que pensaba en ese día. Eran nervios, pero nervios
de emoción y de ansia porque llegara ese 18 de junio por fin. Sarah lo cogió en
cuanto terminé, y lo colgó de una percha. Me puse los vaqueros con celeridad y
lo mismo hice con la camiseta.
―Bueno, chicas, siento no
quedarme más para que sigáis cotilleando a mi costa ―bromeé, terminando
de atarme las playeras―, pero me voy.
―No importa, lo haremos a
tus espaldas ―correspondió Rachel.
―Sí, en cuanto salgas por
la puerta te pondremos verde ―siguió Jemima.
―Diremos que tienes
celulitis donde no la tienes y todas esas cosas que hace la envidia ―se rio Eve―.
Nada, lo normal.
―Pues tened cuidado. Yo que
vosotras esperaría a que estuviera bien lejos, porque podría oíros ―les advertí,
en broma.
―¡Uf! Sí, procuraremos ―continuó
Jemima.
Nos reímos y las dejé por
imposible.
Qué fácil y cómodo era no
tener que ocultar ni aparentar nada. Con mis amigas de La Push siempre podía
ser yo misma del todo, sin tener que andar con pies de plomo para que no
descubrieran mi secreto, aunque también tenía a Helen y Brenda.
―El sábado vendrás por
aquí, ¿no? ―quiso saber Sarah.
―Sí, nos vemos el sábado ―asentí,
poniéndome la chaqueta.
Las campanillas que
colgaban del marco tintinearon cuando abrí la puerta de la tienda para salir.
―Hasta luego ―me despedí.
―Hasta luego ―dijeron todas
a la vez.
Y el tintineo se oyó de
nuevo al cerrarse la puerta.
Bajé las escaleras del
porche, canturreando, y llegué a mi forito.
Si no fuera porque había
venido directamente de casa de Charlie y ya había traído el coche, hubiera ido
a casa dando un paseíllo, puesto que la tienda de Sarah estaba también en La
Push y no quedaba muy lejos a pie. Jake me había llevado al instituto y me
había traído a casa, como todos los días, pero como yo iba a visitar a mi
abuelo y luego iba a venir a lo de mi vestido, lo cual me iba a llevar bastante
tiempo y él, por supuesto, no podía entrar conmigo e iba a tener que esperarme
fuera, yo cogí mi coche y él aprovechó para patrullar otro poco con la manada.
Cuando estaba a punto de
subir al vehículo, mi móvil sonó en mi bolso. Este no era muy grande, pero era
incapaz de encontrar el dichoso teléfono; mi mano se afanaba en buscarlo, sin
embargo, parecía que se lo hubiese tragado. Por fin, conseguí dar con el
pequeño aparato, lo saqué con prisas y descolgué.
―Seth, dime.
―Hola, Nessie. Oye, Jake me
ha dicho que vayas en dirección a vuestro tronco. Él te esperará en la entrada
de la senda que lleva a la casa de tu familia.
―Ah, vale. Gracias por
avisarme.
―De nada.
―¿Qué tal se ha dado hoy la
cosa? ¿Ya has terminado tu jornada?
―Sí, acabo de llegar a
casa, no hubo mucho movimiento hoy ―suspiró como decepcionado―. Ahora iré a
buscar a Brenda, vamos a ir al cine.
―¿Y qué película tenéis
pensado ver? ―le pregunté.
―No sé, supongo que Brenda
querrá ver una romántica de esas.
―Te iba a decir que después
nos contarais si os había gustado, por si Jake y yo vamos otro día, pero esas
románticas no son mi estilo, y el de Jake, menos, así que mejor déjalo ―reí.
―Qué suerte tiene Jake ―se rio
él también―. A mí tampoco me emocionan, pero son las que más le gustan a
Brenda, así que me sacrificaré un poco e iré, qué remedio ―bromeó.
―En fin, pues pasadlo bien.
―Procuraremos ―y su risa se
escuchó de nuevo―. Bueno, no te entretengo más, que Jake ya se fue hacia allí,
así que hasta mañana.
―Sí, hasta mañana.
Y colgamos los dos.
Sonreí. Hacía mucho tiempo
que no íbamos a nuestro tronco, desde que mi familia se había marchado y yo me
había mudado con él.
Guardé el móvil en el bolso
y me subí al coche. Puse el motor en marcha, mi CD en el estéreo e inicié la
marcha hacia la propiedad que seguía siendo de mi familia.
La Push continuaba siendo
un fortín. Razvan y los suyos no habían vuelto a aparecer en todos estos meses,
sin embargo, Jacob seguía sin fiarse, así que continuaba poniéndole
guardaespaldas a Helen y la manada seguía vigilando toda la zona.
Helen llevaba sin saber
nada de Ryam desde esa semana en la que nosotros habíamos ido a Alaska a
visitar a mi familia, ni siquiera había podido darle la buena noticia de una
posible curación. Según Helen, su mejor amigo le mandaba cortos mensajes de
texto desde distintas cabinas de teléfono todas las semanas en los cuales
solamente decía que estaba bien, y su móvil estaba fuera de servicio, por lo
que ella no tenía cómo ponerse en contacto con él. Que estaba bien era lo único
que sabíamos desde hacía dos meses y medio, sin embargo, nadie podía hacer
nada, ya que desconocíamos dónde estaba, y él tampoco facilitaba las cosas para
que le ayudásemos. Eso era lo que más le fastidiaba a Jake, aunque respetaba su
decisión, por muy estúpida que le pareciera.
Por supuesto, Helen también
se enteró de mi celo. Otra más que añadir a mi lista de gente con la cual pasar
vergüenza. Al parecer, y según Brenda, uno de los días de esa semana, cuando
terminaron de atender la plantación, Helen se había empeñado en hacerme una
visita aprovechando que ya estaban allí. Tanto insistió, que a Brenda no le
quedó más remedio que soltarle la verdad. Ahora también tenía que soportar sus
bromitas.
La plantación iba viento en
popa, aunque había algunas plantitas que no habían superado el mes de vida y se
habían muerto. Sin embargo, seguíamos teniendo una gran cantidad que sí estaban
creciendo y desarrollándose correctamente, así que las tres estábamos muy
ilusionadas, sobre todo Helen, que veía cómo las perspectivas de una posible
curación aumentaban.
No tardé mucho en llegar al
desvío que llevaba a mi antigua casa. En cuanto lo tomé, ya vi a mi chico;
estaba apoyado en el tronco de un árbol, esperándome, y solamente llevaba unos pantalones
cortos de color verde oscuro, ya que había venido directamente de patrullar. Su
maravillosa sonrisa se dibujó en su rostro nada más verme y la mía le
correspondió automáticamente.
Detuve mi forito a su lado
y Jacob se subió con presteza.
―Hola, preciosa ―me saludó,
cerrando la puerta e inclinándose hacia mí para besarme.
Me quité el cinturón para
poder acercarme mejor a él.
―Hola ―le sonreí,
arrimándome.
Nuestros rostros se unieron
y nos besamos durante un rato.
Una vez que conseguimos despegarnos,
nos sonreímos, volvimos a sentarnos bien, nos abrochamos los cinturones e
inicié la marcha de nuevo.
Mientras Jake me contaba
efusivamente cada uno de los enfrentamientos que habían tenido hoy con los
pocos nómadas que habían osado a entrar en los bosques de La Push, llegamos a
lo que antes había sido mi casa.
Aparqué justo donde Jake
solía hacerlo y nos bajamos del coche para seguir a pie.
No pude evitar echar un
vistazo a esa casa en la que había pasado mi infancia junto con el resto de mi
familia, y sentí un poco de añoranza. Ahora se veía apagada, vacía, incluso la
vegetación de alrededor parecía abandonarse al verse sin la compañía de esos
extravagantes seres a los que yo tanto quería.
―Pasado mañana todo este
lugar volverá a la vida ―afirmó Jake de pronto con una sonrisa, haciendo que
regresara al planeta Tierra.
Como siempre, parecía que
me leía el pensamiento. Solo tenía que mirarme para saber lo que estaba pasando
por mi mente.
―Sí, lo sé ―sonreí,
entrelazando mis dedos con los suyos―. Seguro que la tía Alice se encarga de
eso.
―Ya me la estoy imaginando ―y
su sonrisa se amplió para transformarse en una un tanto burlona―. Seguro que
cuando entremos, ya no se parece nada a la casa del año pasado.
―Seguro ―me reí.
―Bueno, qué, ¿vamos a nuestro
tronco?
―Sí. Te echo una carrera ―le
reté.
―¡Vale!
Y me soltó la mano para comenzar a correr a
toda velocidad sin esperarme.
―¡Eh! ¡Eso es trampa! ―chillé,
empezando a perseguirle.
Jacob se carcajeó mientras
ya se metía por el bosque, sorteando los árboles fácilmente. Apreté el paso y
logré posicionarme por detrás de él, aunque no fui capaz de adelantarle.
―¡Vamos, nena! ¿Eso es lo
único que puedes hacer? ―se burló entre risas, echando una ojeada hacia atrás
para mirarme.
―¡Te vas a enterar! ―amenacé,
frunciendo el ceño, de la rabia.
Mi chico se carcajeó aún más
ante mi reacción.
Metí la quinta y mis
piernas comenzaron a moverse vertiginosamente, avanzando con grandes zancadas.
Sin saber cómo, logré ponerme a su altura.
―¡Pareces una avestruz! ―se
mofó.
―¡Sí, sí, pero te estoy
ganando! ―me reí con malicia, al ver que ya le sacaba un cuerpo.
Aunque ya sabía que lo más
probable es que él se estuviese dejando ganar para luego arrebatarme el título
en el último momento.
Se volvió a reír, y como ya
me imaginaba, se quedó detrás de mí.
Sin embargo, esta vez no me
iba a dejar engañar. Mi labio se curvó hacia arriba con un poco de travesura
cuando mi cerebro empezó a fraguar un plan. Seguí corriendo a toda mecha y me
dirigí hacia el río, que ya estaba cerca.
―¿Por qué vas por aquí? ―preguntó
con suspicacia.
No se le escapaba nada.
―¡Para alargar un poco la
carrera! ―me inventé―. ¡Me está gustando demasiado esto de ganarte!
―Ja, ja ―articuló con
ironía, riéndose―. ¡No cantes victoria tan pronto, nena, sabes que te voy a
ganar!
―¡Ya lo veremos!
Divisé el río enfrente de
mí y seguí galopando hacia allí. Vislumbrar esa corriente a través de los
árboles me recordó a la primera vez que vi a Jacob desnudo y me hizo bajar la
guardia durante un segundo, aunque enseguida me recompuse y él no llegó a
alcanzarme.
Salí de entre los últimos
pinos que escondían el río y continué mi rauda marcha junto a su cauce. Nuestro
tronco no quedaba lejos, solo faltaban unos metros. Fue entonces cuando llevé a
cabo mi plan.
Jacob ya estaba pisándome
los talones con una enorme sonrisa de satisfacción en la cara, ya estaba
saboreando lo que creía que iba a ser su triunfo. Pero nada más lejos de la
realidad. Vi lo que buscaba ver y me lancé hacia allí.
Con un amplio y alto salto,
comencé a sobrevolar el agua, haciendo como que lo iba a cruzar, y el ingenuo
de mi novio hizo lo mismo, solo que él no saltó, se metió en el río
directamente, sabiendo que así llegaría antes que yo a la otra orilla. Lo que
no sabía él es que yo no pretendía llegar allí.
Mis piernas aterrizaron en
la roca que había en el medio de la corriente mientras él ya estaba pasando de
largo a toda velocidad, tratando de alcanzar el otro lado. Volví a saltar, pero
esta vez en dirección contraria, regresando a la orilla desde la que había
partido. Mi chico giró la mitad del cuerpo al percatarse, sorprendido, y
tropezó, cayéndose en el agua. Me carcajeé y seguí corriendo.
Cuando Jake salió del río y
se puso a perseguirme, llegué al tronco con un amplio margen de ventaja.
―¡Gané! ―grité, alzando los
brazos como signo de victoria.
―No vale, has hecho trampa ―se
quejó él con una sonrisa, al llegar a mi lado.
―Vaya mojadura ―me burlé,
riéndome.
―Sí, claro, muy graciosa ―contestó
con retintín―. Anda, ven aquí ―y extendió su brazo para cogerme de la mano y
arrimarme a él.
―Me vas a mojar ―me quejé
con una risilla.
―Esto ha sido culpa tuya,
ahora atente a las consecuencias ―declaró, sonriente, apretándome contra él.
Rodeé su cuello con mis
brazos y le di un beso corto. El agua de su pelo aún goteaba, haciendo que
algunas gotitas se deslizasen por la preciosa piel cobriza de su rostro.
―Pobrecito ―murmuré,
llevando los dedos de mi mano derecha a su cabello mojado―. La verdad es que he
sido muy mala, por mi culpa te has empapado.
―No importa, el juego es
así ―sonrió―. Además, tengo que reconocer que lo has hecho muy bien, me has
engañado completamente.
―Tendrás que darme un
premio ―sugerí con una enorme sonrisa.
La suya también se amplió,
y esta era pícara.
―Te lo daré en casa ―aseguró.
―Eso espero ―cuchicheé, dándole
otro beso corto.
Se rio con satisfacción y
me tomó de la mano para conducirme al tronco. Pasó su pierna por encima para
sentarse, dio unos golpecitos sobre la madera con una enorme sonrisa y yo hice
lo propio, quedándome frente a él. Mis brazos rodearon su cuello y me arrimé
bien a él.
―Dime, ¿qué tal va tu
vestido? ―me preguntó, bordeándome a mí también con sus fuertes brazos.
―Sujeto con alfileres ―exhalé.
―Tranquila, ya verás cómo
le da tiempo. La tienda de Sarah es la única de La Push que hace arreglos de
ropa y confecciona, por eso tiene tanto curro, pero lo tendrás listo antes de
la boda, seguro. Sarah es muy buena en su trabajo ―me aseguró con una sonrisa.
―Lo sé, lo sé, todos me
decís lo mismo. Pero es que estoy tan nerviosa ―admití, pegando mi frente a la
suya para acariciársela―. Tengo tantas ganas de que llegue ese día y de que
todo salga bien.
―Todo saldrá perfecto, no
te preocupes ―afirmó, dándome un beso corto―. Tú estarás preciosa, lo estarías
hasta con una sábana.
―Qué exagerado ―sonreí, y
le devolví el beso―. Bueno, espero que mi vestido no quede como una sábana ―reí.
―Ya verás cómo no ―aseguró,
acompasando a mi risa―. Sarah se pondrá las pilas esta semana, lo terminará a
tiempo y quedará perfecto.
―¿Te das cuenta? Solo queda
una semana ―murmuré, volviendo a frotar nuestras frentes―. Dentro de una semana
por fin seré la señora Black.
―”Señora Black” suena a
mayor ―y su boca dejó escapar una risilla sorda.
―Sí, es verdad ―reí yo
también―, pero así es como me llamarán a partir de ese día, ¿no? Tú y yo
seremos marido y mujer, y mi estado civil ya no me permitirá ser señorita;
dentro de una semana seré la joven señora Black ―sonreí en sus labios.
―Bueno, la joven señora
Black suena mejor, eso me gusta ―declaró, curvando su labio hacia arriba.
―A mí me encanta ―susurré.
―Pues a mí ni te imaginas,
preciosa ―murmuró.
Y dejamos que nuestros
labios saciaran sus ansias de encontrarse. Mis mariposas ya no podían aletear
más rápido, estaban tan desbocadas, que se escaparon de mi estómago e
invadieron todo mi organismo. Jacob me apretó contra su cuerpo y mi mano se entremetió
por su cabello. Mientras nuestras bocas se mezclaban con efusividad, la energía
hizo su acto de presencia, invadiéndolo todo, hasta tal punto, que ya no se oía
ni se sentía nada más.
No llevé la cuenta de
cuánto tiempo estuvimos besándonos, pero podíamos estar así horas sin darnos
cuenta, sin reparar para nada en ello, y lo cierto es que eso no nos importaba
ni lo más mínimo, sentirnos el uno al otro era más importante.
Pero, entonces, mi pulsera
vibró.
No me hubiera despegado de
Jacob a no ser porque lo hizo fuerte, como un móvil, y eso me puso alerta.
―¿Qué pasa? ―preguntó, un
poco sorprendido por mi reacción.
―Mi pulsera ha vibrado ―revelé,
bajando mis brazos de sus hombros para mirarla extrañada.
―¿Que ha vibrado?
De pronto, se escuchó el
crujido de una rama y los dos volvimos los rostros hacia ese lado.
―¿Qué ha sido eso? ―inquirí,
asustada.
El viento estaba en contra,
y no llegaba a nosotros ninguna pista olorosa.
―No te despegues de mí, voy
a mirar ―dijo, serio, levantándose.
Me puse de pie y me agarré
a su mano para dejar el tronco a su lado. Jacob aferró mis dedos con fuerza, me
pegó bien a él y caminó por delante de mí, usando su propio cuerpo como escudo.
Otro chasquido se oyó a
unos metros de nosotros, detrás de unos altos arbustos, y me sobresalté. No sé
por qué, pero la vibración de mi pulsera y ese ambiente que se había tornado enrarecido
no me gustó nada. Había algo malo ahí detrás, y mi intuición me decía que muy
malo.
―Jake, ten cuidado ―le
rogué con la respiración entrecortada.
Mi chico caminaba con mucha
cautela, apenas se notaban sus pisadas sobre la hierba. Se agazapó, con el
cuerpo lleno de temblores por si se tenía que transformar, y levantó el brazo
para apartar la vegetación que escondía a quien fuera que estuviera ahí.
Me afané en controlar mi
respiración, aunque si era un vampiro, ya tenía que haberla escuchado de sobra,
sin embargo, me resultaba difícil. Jacob estaba delante, y solo pensar en algo
o alguien que le pudiese hacer daño me aterrorizaba. Sabía que era el poderoso
Gran Lobo, pero a mí eso me daba igual, para mí era inevitable sentir esto.
Apreté sus dedos y su otra
mano comenzó a abrirse paso por la vegetación.
Un ciervo saltó de pronto,
asustado, y yo también pegué un pequeño bote. Mientras mis petrificados ojos
veían cómo el animal huía despavorido, Jacob explotó en un ataque de risa.
―No te rías, no tiene
gracia ―le regañé, pegándole un manotazo en el bíceps.
―Es que vaya susto que me
has dado ―se carcajeó él―. Menos mal que no hay cámaras ocultas por aquí,
porque menudo ridículo hubiéramos hecho. Todo este circo por un ciervo.
No pude evitar contagiarme
por sus risas y las mías terminaron saliendo también para acompañarlas. La
verdad es que, imaginando la escena, tenía su gracia.
Aunque mi risa se cortó
enseguida, había una cosa que…
―¿Y por qué vibró mi
pulsera? ―expuse.
La risa de Jacob se apagó
cuando lo recordó y se quedó en silencio. No tenía respuesta para eso.
―Tenía que haber alguien
ahí, estoy segura ―manifesté, mordiéndome el labio con preocupación.
―Si había alguien, tendría
que ser un vampiro, porque el ciervo ni se inmutó, debió de ser alguien capaz
de no hacer ni un solo ruido. Y nosotros tampoco escuchamos nada ―declaró,
poniendo los brazos en jarra mientras miraba a ambos lados.
―Nosotros estábamos a otras
cosas ―apuntillé con una media sonrisa.
Jake dirigió su vista hacia
mí y me la correspondió, aunque siguió con lo que estaba hablando.
―Sin embargo, no huele a
vampiro por aquí, ¿no te has fijado?
―Sí, es verdad ―asentí―. Y
tampoco huele a nada que no sea propio de un bosque.
La boca de mi chico se
frunció durante un instante.
―No me fío. Voy a
transformarme para olisquear un poco por los alrededores ―dijo finalmente, ya
bajándose los pantalones―. Tú súbete a mi lomo.
―Vale.
Se ató esa vestimenta a la
cinta de cuero cutre que yo le había regalado y que no se quitaba ni muerto, y
mi novio se transformó en mi impresionante lobo rojizo en un santiamén.
Se echó en el suelo para
que yo pudiera subirme. Ahora era más grande, así que tuve que coger más carrerilla,
y pegué un alto salto. Me caí sentada sobre su lomo y me agarré bien, a la vez
que Jacob emitía esos gañidos sordos de su risa.
Se levantó y comenzó a
caminar despacio para rastrear el terreno con su prodigiosa nariz lobuna. Sus
poderosas patas hicieron un recorrido en redondo, bordeando toda la zona que
rodeaba a nuestro tronco, olisqueando cada palmo con detalle.
Cuando terminó todo ese
proceso, se detuvo y se echó en el suelo para que me apease. Lo hice y Jacob
volvió a adoptar su forma humana.
―Nada ―manifestó mientras
se agachaba y desataba la cinta―. No hay ningún rastro extraño en toda la zona.
Sacó los pantalones y se
los puso.
―Es raro, porque mi pulsera
vibró… ―dudé, mordiéndome el pulgar.
―Pero ya has visto que no
hay nada, preciosa ―afirmó, acercándose a mí de frente para cogerme de la
cintura―. Te aseguro que no he encontrado ni el más mínimo matiz de
chupasangres u otra cosa por aquí ―se quedó observándome y sus ojos se tiñeron
de preocupación al ver mi rostro enfrascado―. ¿Quieres que vuelva a rastrear la
zona para que te quedes más tranquila?
Mi rostro se alzó para
mirarle. Por mi culpa, ahora estaba preocupándole a él, y lo más seguro es que
fuese una falsa alarma o que la pulsera vibrara por otra cosa.
―No, cielo ―contesté,
acariciando su mejilla―. Tienes razón, seguro que no fue nada.
―¿Seguro? Porque no me
cuesta nada darme otra vuelta por aquí.
―Sí, seguro ―le sonreí―.
Además, te recuerdo que todavía tienes que darme mi premio por ganarte antes,
así que prefiero irme a casa.
Su rostro me enseñó su
maravillosa y blanca sonrisa.
―Venga, pues vamos ―y me
cogió de la mano para empezar a caminar.
―¿Qué piensas ofrecerme? ―bromeé
con voz insinuante.
―Todo lo que tú quieras, nena
―aseguró en un tono vacilón con esa sonrisa torcida suya―. Es tu premio, ¿no?
Tú eliges.
―¿Es que esto va a la
carta? ―me reí.
―Solo para ti ―afirmó, soltando
mi mano para pasarme el brazo por encima de los hombros.
―Qué bien, Jacob Black a mi
entera disposición.
Y seguimos nuestro camino por
el bosque, acordando las peticiones de mi premio, hasta que llegamos a mi
forito.
Hola, soy la chica de new York solo quiero felicitarte tu trabajo es magnifico me encanta espero que subas mas capítulos pronto, me mantienen ocupada y eso es mucho decir para alguien como yo que no camina sin que algo la distraiga en fin. Crees que algo impida la boda claro que me gustaría ya que vivo enamorada de jake pero aun así me encanta.
ResponderEliminarmuy buen capitulo jacobynessie...sube capitulos para explicar por que vibro la pulsera de nessie...sin nada ....como siempre la mejor historia....
ResponderEliminarsera los nervios por la boda????pregunta para jakeynesssie..
ResponderEliminarSimplemente magnifico, increíble I love the history
ResponderEliminarMe encanto despertar y creo que la continuación es ... grandiosa me has dejado sin palabras sigue así tus fans lo agradecemos ". CathyJake"
Soy la chica enamorada de Taylor
Hermosoo el cap como ya nos tienes acostumbrados!! pero tengo una duda!! jaja la señora que confecciona el vestido de nessie, sarah, forma parte del consejo o algo especial en la push? por eso es que conoce el secreto de los lobos y de nessie! Graciaas por subir todos los dias! Bellisima la historiaa! Mucha fuerzaa para seguir escribiendo! =)
ResponderEliminar¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS POR LEER MI FIC Y POR ESAS COSAS TAN BONITAS QUE ME PONEIS =ºº) ME HACEIS MUY FELIZ, EN SERIO.
A las preguntas os contesto en el capi de hoy, ¿vale? ;)
Lametones para todos! Auuuuuuuuuuuuuuuu!
Tama! Te pasas... Gracias por todo lo que haces! Me entretenes, me haces reir, emocionar. Me sacas de la realidad.. Amo Leer! Amo tu historia! Justo no estoy pasando por un buen momento. Y tu historia consigue hacerme sonreir! Tendriamos que pagarte por ello. Con todo lo que logras.. Gracias!
ResponderEliminarSol*
¡Hola Sol! Soy JACOB&NESSIE (o Tama, como tu dices ^^)
ResponderEliminarRealmente tu nombre te va que ni pintado, porque eres un SOL!!!!! Muchas gracias a ti por leerme, de verdad, y por ponerme estas cosas tan bonitas, me haces muy feliz =º)
Me hace muy feliz que mi historia sirva para que te evadas un poco de tus problemas. Solo por eso, ya merece la pena todo el esfuerzo, en serio =) ¡Muchas gracias, guapisima!
Un lameton enorme para ti!!!!
Awwwwwwwwwww ♥ que tierna! Sos una Genia!
ResponderEliminarJe! Me llamo Solange. Yo digo Tama xq es mas lindo asi tu nombre. Te mando 829.989 felicitaciones multiplicada por 426 xD MONTAÑAS DE SUERTE! Te Keremos! Gracias por compartir tu talento con nosotros. Nos hace muy feliz. A mi en particular y a mi hermana. Un Abrazo Amiga!
Sol*
De nada, cielo ^^ y repito, mil gracias a ti!!!
ResponderEliminary a tu hermana!!! jajaja.
Lametones para las dos!!!
JACOB&NESSIE
¡HOLA SOY NOVIEMBRE. COMO SIEMPRE GUAY, DESEANDO LEER LA BODA ESTOY ESTUSIASMADA Y NERVIOSA DE LO QUE PUEDA PASAR. YA MEGUSTARIA VER UN DIBUJO DEL VESTIDO DE NOVIA. BESOTES.
ResponderEliminar