NUEVA ERA (Continuacion de "DESPERTAR")
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CAPITULOS:
PARTE UNO: HORIZONTE:
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
RENESMEE:
1. MAS HUMANA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-1-mas-humana.html
2. SAGRADOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-2-sagrados.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
19. VISPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-19-vispera.html
20. SORPRESAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-20-sorpresas.html
21. MAGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-magia.html
22. ATRAPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-atrapada.html
PARTE DOS: PROFECIA:
23. ENCIERRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-23.html
24. UNA SEMANA: CAMBIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-24-una-semana-cambio.html
3. PRACTICAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-3-practicas.html
4. HELEN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-4-helen.html
5. ANIVERSARIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/05/nueva-era-capitulo-5-aniversario.html
6. EXCURSION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-6-excursion.html
7. ENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-7-encuentro.html
8. RYAM: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-8-ryam.html
9. MAL PRESAGIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-9-mal-presagio.html
10. ENTREGA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-10-entrega.html
11. OTRA PREOCUPACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-11-otra-preocupacion.html
12. VIAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-12-viaje.html
13. PREMONITORIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-13-premonitorio.html
14. CONVERSACION PENDIENTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-14-conversacion.html
15. MENSAJE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-15-mensaje_23.html
16. ANTIDOTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/todos-los-apitulos-registrados-en.html
17. PLANTACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-17-plantacion.html
18. SOMBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/06/nueva-era-capitulo-18-sombra.html
19. VISPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-19-vispera.html
20. SORPRESAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-20-sorpresas.html
21. MAGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-magia.html
22. ATRAPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-21-atrapada.html
PARTE DOS: PROFECIA:
23. ENCIERRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-23.html
24. UNA SEMANA: CAMBIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-24-una-semana-cambio.html
DOS SEMANAS: ESPEJO
La densa niebla nacía de
las copas de los árboles y se extendía por todo el bosque, como todos los días.
El sol no parecía existir aquí. En algunas zonas, la niebla se unía a las
grisáceas nubes, era como si estas la succionasen para intentar absorberla,
pero la bruma seguía siendo demasiado espesa.
Esa ventana era la única
que me permitía ver el exterior. Todos los días observaba el bosque, lo
estudiaba. Cada árbol, cada tronco, cada rama. Si huía de aquí con Helen, tenía
que conocerlo bien.
Helen. Todavía no la había
visto, y eso me tenía muy preocupada. Ya empezaba a dudar que ella estuviera
aquí. Tal vez Razvan lo estuviera utilizando para hacerme daño, o tal vez fuera
cierto que Helen estaba en el castillo y no me dejaran verla para angustiarme
más. Fuera lo que fuera, lo poco que le había sonsacado a Teresa era que estaba
bien y que se encontraba en la torreta que quedaba detrás de la mía.
Mi vista bajó a mi muñeca.
Observé el intrínseco trenzado de las finas tiras de cuero que conformaban mi
pulsera de compromiso. Esos colores que iban del rojizo oscuro al ocre más
claro recogían toda la gama cromática del pelaje de mi Gran Lobo. Aquí era lo
único que me quedaba de Jacob, aparte de mis continuos pensamientos hacia él,
los cuales no cesaban en todo el día. No dejaba de pensar en él ni un instante,
ni una décima de segundo, y esa pulsera era lo único que hacía que me sintiera
cerca de él. Alcé la muñeca y besé mi pulsera, después, volví a apoyar la mano
en mi regazo y seguí acariciando a mi aro de cuero. A veces, me parecía que
ronroneaba igual que mi lobo, incluso por las noches desprendía su efluvio para
que consiguiera dormirme, aunque tal vez todo fuera fruto de mi imaginación, un
acto reflejo de mi cerebro para que no me volviese loca.
Los agudos pinchazos de mi
estómago no me daban tregua. Estar lejos de Jacob me mataba, necesitaba verle,
aunque fuera el rostro, sus preciosos ojos negros, lo que fuera, pero tenía que
ser fuerte, muy fuerte. Sabía que no iba a ser nada fácil, seguramente me
llevara meses escapar de aquí. Razvan, Nikoláy y Ruslán estaban bien organizados.
Por supuesto, no llegaban a ser como los Vulturis, pero su pequeño castillo
estaba dotado de sirvientes y guardias, eso me dificultaba mucho las cosas,
puesto que engañar y tratar de escapar de una docena de vampiros que pueden
oler y escuchar hasta una partícula del aire era muy difícil. Sin embargo, yo
no pensaba rendirme. Estaba decidida a salir de aquí con Helen y ese corazón
para salvar a Jacob. Tenía un año de plazo, pero tenía que darme prisa en
trazar un plan, un buen plan.
Me levanté de la silla y me
dirigí a la pared para grabar otra raya vertical más con el cuchillo de postre
que había robado de la mesa del comedor, después, tracé una línea horizontal
sobre las siete que había hecho estos días. Esta era mi segunda semana aquí. Esto
también tenía que controlarlo bien, tenía menos de un año para rescatar a mi
lobo y era importante trazar un calendario.
Escondí el cuchillo debajo
de la almohada cuando unos nudillos tocaron a la puerta. Ya sabía que era
Teresa, pues era la única que picaba antes de entrar en mi celda.
Efectivamente, Teresa pasó
a la habitación.
―¿Ya tengo que ir? ―pregunté,
extrañada.
No tenía reloj, pero me
parecía muy temprano, normalmente Razvan me exigía ir a comer con él más tarde.
―Acompáñame, por favor ―dijo
ella con esa voz tan dulce.
No me dio tiempo a
responder ni a oponerme. Ella comenzó a caminar y salió por la puerta.
Tomé aire, preparándome
para tener que verle la cara a ese degenerado de Razvan, y la seguí.
Ese vestido rosa pálido se
me enredaba en las piernas, no terminaba de acostumbrarme a esos horrendos
faldones largos. Ni esperaba a hacerlo, desde luego.
Teresa me condujo por las
mismas escaleras y pasillos de siempre, pero después se desvió por otro sitio.
―¿Adónde vamos? ―quise
saber.
No me contestó. Entonces,
empezamos a subir otro montón de peldaños que se parecían mucho a los de mi
torreta y ya supe adónde me estaba llevando.
―¿Vamos a ver a Helen? ―interrogué,
alegre.
Tampoco me contestó, sin
embargo, ya sabía la respuesta.
Sentí una alegría enorme,
porque por fin iba a ver a mi amiga después de dos semanas sin saber apenas de
ella, pero por otro lado, también me produjo tristeza y rabia, porque eso
significaba que ella también estaba aquí, encerrada.
Salimos a un pequeño
vestíbulo y Teresa se paró delante de una puerta que era casi igual a la de mi
celda, para ponerse frente a mí.
―Hablad lo más bajo que
podáis, y no tardéis demasiado ―bisbiseó muy bajito, tanto, que tuve que aguzar
el oído para poder escucharla―. Razvan te espera para comer dentro de cinco
minutos.
Asentí y ella se giró para
picar y abrir la puerta.
En cuanto lo hizo, entré
como una bala. Helen ya debía de estar avisada, así que no gritó mi nombre,
aunque sí vino hacia mí con los dos únicos pasos que le dejé, ya que yo llegué
antes, y me dio un apretado abrazo que yo correspondí. Volví a sentir esa
mezcolanza de alegría, tristeza, rabia...
Teresa cerró la puerta y se
quedó fuera.
―¿Cómo estás? ―le pregunté
muy bajito, separándome de ella para acariciarle la cara con las dos manos y
verificar que estaba bien.
―Bien, estoy bien ―cuchicheó,
cogiéndome las manos―. Dios, ¿pero qué te han puesto? ―inquirió, mirándome de
arriba abajo.
―Tengo que… ―mi voz se
ahogó por culpa de ese dichoso hechizo y no pude terminar la frase para
explicarle que Razvan me obligaba a vestirme con esos espantosos vestidos.
―¿A ti también te han…? ―como
yo, ella tampoco pudo acabar la frase.
Ni siquiera pude decirle sí,
ni siquiera pude asentirlo con un movimiento de cabeza, pero con mirarnos ya
nos fue suficiente. Las dos habíamos sido hechizadas y no podíamos explicar
nada de lo que nos estaba pasando, ni siquiera insinuarlo, ni siquiera entre
nosotras.
―¿Y los lobos que te
vigilaban? ―inquirí―. ¿Ellos también fueron…? ―la palabra hechizados se
me quedó atravesada en la garganta y no pude pronunciarla.
Helen tampoco pudo asentir,
pero por su mirada supe que sí. Ellos también habían sido engañados con algún
tipo de truco para que no notasen que se llevaban a Helen.
―¿Qué vamos a hacer,
Nessie? ―sollozó―. ¿Qué le pasará a Jacob, a tu familia? Y Ryam, ellos me
usarán para atraerle, y si él viene…
―Tranquila, escúchame ―le
corté con un bisbiseo, mirándole a los ojos con convicción―. Tendremos que
tener mucha paciencia y ser muy fuertes, puede que tardemos meses, pero
saldremos de aquí, te lo prometo.
―¿Cómo? ―cuestionó.
―Ya estoy pensando en algo ―le
revelé―. No sé si volveremos a vernos pronto, pero cuando lo hagamos, te lo
contaré todo, ¿vale? Y no te preocupes, yo no me marcharé de aquí sin ti, te lo
aseguro.
―Lo sé, confío en ti ―afirmó,
apretando mis manos.
La puerta se abrió y Teresa
se asomó.
―Tenemos que irnos, Razvan
te está esperando ―me dijo.
―Recuérdalo, y sé fuerte ―reiteré.
Helen asintió y solté sus
manos para marcharme con Teresa. Cuando salí de la habitación, me giré, le eché
una última mirada a mi amiga, la cual volvió a asentirme con confianza, y la
vampiro cerró la puerta.
Me sentía más tranquila al haber
visto a Helen por fin, ahora ya sabía que estaba bien, al menos, físicamente,
porque también había notado que lo estaba pasando mal, lógicamente, eso hacía
que, a la vez, también me preocupara.
Esperaba que ella fuera
fuerte y aguantase.
―Gracias ―le murmuré a
Teresa mientras bajábamos las escaleras.
No me dijo nada, se limitó
a asentir y a caminar delante de mí.
De pronto, percibí un olor
que me hizo notar esa acidez caliente al final de mi paladar, era la acidez de
la sed. Era sangre, sangre humana, y era reciente. Sin embargo, no era como
cuando estaba con Helen o cualquiera de mis amigos humanos, esta sangre ya no
estaba viva, ya no corría por las venas de su dueño, sino que más bien estaba
fuera de su cuerpo, porque, además, el olor era muy intenso. Normalmente ese
impulso de sed lo controlaba muy bien, pero estas semanas me había alimentado
poco y mis instintos de vampiro los tenía a flor de piel. Aun así, tragué
saliva y fui capaz de controlarme.
Además, los escalofríos que
sentía tapaban cualquier otra sensación. Porque eso quería decir que habían
asesinado a alguien no hace mucho para alimentarse. Y lo habían hecho dentro
del castillo.
Me fijé en Teresa cuando
escuché el rechinar de sus dientes. Si a mí ya me costaba controlarme, no
quería ni imaginarme a ella. Seguramente estaba obligada a hacerlo, por su
condición de sirvienta.
No tardamos mucho más en
llegar a ese extraño comedor, eso sí, después de atravesar más pasillos
lúgubres. Entre el olor de la sangre y el pensamiento sobre el pobre humano al
que habían asesinado, ya no tenía ni pizca de hambre.
Mi aro de cuero rojizo
comenzó a vibrar, mala señal.
Razvan ya me esperaba sentado
en su ostentosa silla de madera maciza. Teresa me condujo a la mía y me senté
al otro lado de la mesa. Parecía bastante tranquilo, con ese olor que lo
invadía todo. Probablemente, él ya había saciado su sed antes.
El vampiro le hizo una
señal con la cabeza a Teresa y esta se retiró, dejándonos a solas en la
estancia.
―Estás realmente hermosa ―afirmó,
repasándome entera con una mirada que se acercaba más a lo lascivo que a lo
complacido.
Sentí asco y no le
contesté. Le dediqué una mirada que reflejaba totalmente lo que sentía y su
sonrisa perversa se esfumó. Acto seguido cogí la cuchara, que era el único
cubierto que me habían puesto hoy, y esperé a que me trajeran el plato.
Ya me sabía los nombres de
las tres sirvientas que siempre acompañaban a Teresa y que estaban bajo su
supervisión. La rubia se llamaba Alina, como ya había conocido el primer día
que la había visto, el nombre de la morena era Zhanna y el de la pelirroja
Natasha. Todas ellas tenían el mismo acento de Europa del este que Nikoláy,
Ruslán, Razvan y todos sus secuaces, incluido la sombra. Todas menos Teresa, la
cual tenía un marcado acento mexicano, incluso alguna vez se le había escapado
alguna palabra en español.
Alina llegó con el plato y
me lo puso en la mesa. Como siempre hacía, me observó entera con inquina
mientras lo posaba, clavó esa mirada de odio en la mía, entornando sus sedientos
ojos escarlata, y después se retiró, haciéndole una reverencia a Razvan.
El plato venía cubierto con
una tapa de acero que tenía un asa. Cuando la levanté, mis párpados se abrieron
hasta arriba, observando su contenido con horror.
Era sangre humana, la misma
que apestaba por todas partes. La quemazón de mi garganta aumentó, hasta tal
punto, que la boca se me hacía agua. Aun así, conseguí controlarme.
―¿Qué es esto? ―logré
murmurar, apartando la vista del plato para mirarle a él.
―Es sangre humana.
―Eso ya lo sé, pero, ¿por
qué me has traído esto? Yo no tomo sangre humana.
―Claro que tomas sangre
humana ―rebatió, mirándome con autosuficiencia―. Estoy seguro de que ya la has
probado, ¿no es así?
―La sangre humana que yo he
tomado no ha matado a nadie, fue donada por sus propietarios ―alegué, apretando
los dientes―. Esta, en cambio, ha sido fruto de un asesinato.
Las tripas se me
revolvieron al pensar de nuevo en el pobre humano al que habían matado.
―Eso no tiene importancia,
la sangre, sangre es ―refutó―. Estoy seguro de que estás deseando probarla.
No podía negar que mis
glándulas salivares no paraban de trabajar y que la quemazón que sentía en mi
garganta suplicaba que me lanzara a beber ese plato, pero jamás tomaría una
sangre que viniese del asesinato de un humano. Además, tan solo pensar en la
cara que pondría Jacob hacía que la sed desapareciera súbitamente.
―Quiero ver cómo la tomas ―declaró
con una sonrisa maquiavélica, sin darme tiempo a contestar.
¿Ver cómo me la tomaba?
¿Acaso quería que me la comiese con la cuchara como si fuese un plato de sopa?
¿Qué clase de tipo morboso era este? No entendía por qué me obligaba a ponerme
estos vestidos y me hacía comer esa comida humana todos los días delante de él,
era como si verme comer de esa forma le gustase especialmente, como si fuese
algún tipo de fetichismo extraño, pero esto ya era lo último.
Razvan volvió a darme asco,
era asqueroso.
―No pienso hacerlo ―afirmé
con determinación, arrastrando el plato hacia delante.
Su sonrisa se esfumó al
verme tan decidida.
―Claro que lo harás ―aseguró,
apretando los dientes.
―No.
―Si no tomas esto ahora, no
comerás nada durante toda la semana ―amenazó, levantándose de la mesa.
―Prefiero morirme de hambre
a tomar esta sangre ―afirmé, rechinando mis muelas mientras le miraba con rabia.
―¡La tomarás ahora mismo! ―me
chilló, acercándose a mí como un rayo para ponerse a mi lado.
―¡No! ―grité, tirando el
plato de sangre al suelo antes de que a él le diese tiempo a cogerlo para forzarme
a tomarlo.
La pieza de vajilla de
porcelana hizo un ruido estrepitoso cuando impactó en la superficie, y se
rompió en pedazos, desparramándose todo su contenido.
―¡Maldita testaruda! ―voceó,
intentando agarrarme del cuello por detrás para obligarme a levantarme―. ¡La
tomarás del mismo suelo, si hace falta!
―¡No! ¡Suéltame! ―volví a
gritar, dándole un fuerte manotazo en el brazo para apartarlo.
De repente, Nikoláy y
Ruslán aparecieron por la puerta que daba al salón y Razvan detuvo su próximo
movimiento. Sus ojos rojos eran claramente censuradores y mostraban su disgusto
sin tapujo alguno. Ellos también debían de haber saciado su sed con
anterioridad, puesto que se reprimieron bastante bien ante todo aquel olor.
―Razvan, deseamos hablar
contigo ―le comunicó Ruslán, serio.
La abertura de la puerta me
permitió ver tres siluetas que se dibujaban en el suelo del salón debido a la
luz, tres sombras que pude identificar enseguida. Dos por evidencia y la otra
por fácil deducción.
Una era grande y fuerte, la
otra dejaba adivinar una media melena lisa. Eran Elger y Axel, así que el
tercero era Duncan.
Algo importante se fraguaba
allí dentro.
―¡Teresa! ―le llamó Razvan.
La mencionada apareció por la otra puerta al instante y se quedó frente a él,
no sin antes echarle un vistazo a la sangre del suelo―. Haz limpiar bien esto y
llévala a su habitación ―le ordenó, mirándome enfadado―. Y no le des de comer
hasta nuevo aviso.
―Sí, señor ―asintió ella
con un murmullo, agachando la cabeza.
Razvan me dedicó una última
mirada de enfado, aunque yo no me quedé atrás, ya que le correspondí la vista
con otra de odio, y finalmente se dio la vuelta para entrar en el salón junto a
los otros dos magos, cerrando la puerta a sus espaldas.
En cuanto la puerta se
cerró, sentí el trago de saliva de Teresa. Me cogió del brazo con suavidad y
tiró de mí para comenzar a caminar a la vez que la conversación de dentro ya
tenía lugar.
―Espera ―le paré, hablando
muy bajito.
No sé por qué me tomé
tantas confianzas con ella, puede que fueran mis ganas de saber qué se cocía
allí dentro, porque sabía que era importante, aunque no pareció ser eso lo que
le molestó.
―No puedo seguir aquí mucho
más tiempo ―susurró extremadamente bajo, intentando tirar de mí mientras sus pupilas
se iban sedientas hacia la sangre.
Razvan, Nikoláy y Ruslán
estaban tan concentrados con su conversación, que no notaban nuestra presencia.
―Solo será un momento, por
favor ―le pedí con un cuchicheo, mirándola con ojos implorantes.
Los suyos se clavaron en
los míos con un anhelo sediento, sin embargo, apretó los dientes con fuerza y
aguantó. El miedo a que Razvan le matase si ella me hacía algo debía de ser más
poderoso que la sed. Me soltó y corrió hacia fuera para salir de la estancia.
No me hizo falta aguzar el
oído, las voces eran más que audibles. Me puse a escuchar con un pie preparado
por si tenía que salir a esconderme.
―¡Es intolerable, Razvan! ―protestó
Nikoláy.
―Tendrás que domarla ―siguió
Ruslán en el mismo tono―. Estar entre indios y lobos ha hecho de ella un ser
salvaje.
Apreté los dientes y los
puños ante esa ofensa.
Pegué un pequeño bote del
susto cuando Teresa entró de nuevo. Se arrodilló en el suelo y comenzó a
limpiarlo con lejía.
―Eso intento, pero es muy
testaruda ―se defendió Razvan, malhumorado―. Deberíamos hacer un conjuro para
que se olvidase de él, así me sería mucho más fácil trabajar.
―Sabes que eso no es
posible, el vínculo de los dos es demasiado fuerte, ella es parte de él, si la
hechizáramos a ella también, podría ser contraproducente. Podría producirse una
paradoja que deshiciera el encantamiento del Gran Lobo.
Mi corazón quiso latir con
fuerza, sin embargo, fui capaz de controlarlo para que no lo escucharan. Yo
tenía razón, nuestro vínculo no estaba roto, era imposible romperlo.
―Debes domarla, Razvan ―insistió
Nikoláy―. Nada debe fallar. Debemos impedir que la profecía se cumpla, y el
único modo es casándote con ella para que la profecía se invierta.
―La domaré ―aseguró Razvan,
rabiado.
―En fin, lo dejaremos en
tus manos ―resopló Ruslán―, ahora tenemos otros asuntos preocupantes.
―¿Otros asuntos? ―quiso
saber Razvan.
―Es Ryam ―anunció otra voz
que me pareció que era la de Elger.
Mi corazón volvió a saltar,
aunque no fue el único. Teresa se irguió súbitamente y se quedó inmóvil para
prestar una atención que me extrañó.
―No le encontramos ―continuó
Axel.
―¿Cómo que no le
encontráis? ―interrogó Razvan con disgusto.
―Le perdimos la pista en
Boston ―explicó Duncan―. Hemos intentado dar con él, pero parece que se lo haya
tragado la tierra.
Las manos de Teresa dejaron
de apretar el trapo que sostenían y este se cayó al suelo. Me fijé en su
semblante y fruncí el ceño con extrañeza, pues parecía haberse iluminado con
algo.
―¡¿Cómo es posible?! ―el
ruido de un cristal rompiéndose contra la pared nos sobresaltó a ambas. Razvan
estaba realmente enfadado―. ¡Él no es más que un simple humano! ¡Y cuando se
transforma, es un enorme gigante que sigue oliendo a humano! ¡¿Cómo no vais a
poder encontrarle?!
―Creemos que puede estar
recibiendo ayuda de alguien de nuestro mundo ―dijo Axel.
―¿De quién? ―se cuestionó
él, nervioso.
―¿Crees que pueden ser los
Vulturis? ―le preguntó Ruslán a alguien que pronto se descubrió.
―Si es así, entonces habrán
descubierto nuestros planes y todo estará en peligro ―contestó la voz de la
sombra, con gravedad.
Vaya, la sombra también
estaba ahí.
―Compruébalo en la
semiesfera, hermano ―le mandó Nikoláy a Ruslán.
Se hizo un silencio que
duró unos breves segundos.
―No son los Vulturis ―habló
este, en un tono de ultratumba―. Si fueran ellos, la semiesfera nos lo diría.
Sin embargo, no muestra ninguna imagen. Esto solo puede ser obra de alguien.
―Ezequiel ―murmuró Nikoláy,
rechinando la dentadura con rabia.
―¿No estaba muerto? ―inquirió
Razvan, enfadado.
―Eso creíamos, pero la semiesfera
no engaña, y solo él tiene tanto poder como para ocultar a Ryam a ojos de su
líquido ―habló Nikoláy―. Ezequiel ha debido de permanecer oculto durante todos
estos siglos.
―Aro debió de haberse
asegurado mejor de la muerte de ese traidor ―manifestó Ruslán, enfadado.
―Debes solucionar esto,
Razvan ―le advirtió Nikoláy―. Ese Ryam no es más que un simple humano, pero, si
te descuidas, puede llegar a estropear todos nuestros planes, sobre todo si le
ayuda Ezequiel.
―Lo sé ―reconoció él con
rabia.
―¿Qué vas a hacer con la
chica humana? ―quiso saber Elger, con esa voz grave que le caracterizada.
Mi corazón saltó de nuevo.
―De momento la dejaremos
aquí, puede que nos sirva de algo ―declaró Razvan―. Vosotros seguid buscando a
Ryam.
La mano de Teresa me cogió
el brazo. Pegué otro bote del susto, pues estaba tan concentrada en la
conversación, que no me lo esperaba. Tiró de mí y me obligó a caminar junto a
ella.
Salimos del comedor a toda
prisa y seguimos de esa guisa, en silencio, hasta que llegamos a la habitación
donde me encerraban.
No me dio tiempo a hacer
preguntas. En cuanto me metió dentro, Teresa cerró la puerta de mi celda y me
quedé con las ganas de saber el porqué de su reacción.
Me senté en la silla, junto
a la ventana, y me agarré el estómago con la mano. Esos pinchazos no cesaban
nunca.
Sin embargo, mis esperanzas
por curar ese corazón de Jacob crecían cada vez más. Como ya sabía, nuestro
vínculo era imposible de romper, y él jamás me odiaría. Además, saber que a
Ryam le estaba ayudando un vampiro también aumentaba mi ánimo, porque este no
debía de ser malvado como Razvan, Nikoláy o Ruslán, si tanto odio le tenían,
eso sin añadir que si estaba ayudando a Ryam, tenía que ser porque era de los
buenos. Y además, era poderoso, según lo que había revelado Nikoláy. Y mientras
buscaran a Ryam, Helen seguiría aquí, seguiría con vida, y podríamos escapar
juntas.
Lo siguiente que vino a mi
cabeza fue esa dichosa profecía de la que tanto hablaban y que parecía tan
importante para ellos. ¿Qué es lo que decía esa profecía?
La fuerte vibración de mi
pulsera y el ruido de la puerta me sobresaltaron, haciéndome salir de mis
pensamientos repentinamente, e hizo que me pusiera de pie con precipitación,
pues Teresa siempre picaba y ahora no lo habían hecho, aparte de que mi aro de
cuero nunca vibraba con ella.
Razvan apareció tras la
puerta, y su semblante frustrado y furioso lo decía todo. Temí que hubiera
venido porque hubiese descubierto que había estado escuchando.
―¿Qué haces aquí? ―quise
saber, intentando guardar la compostura.
Pero no me contestó. Cerró
la puerta con la llave y se giró hacia mí. Entonces, supe que no venía por eso.
Sus ojos gritaban que venía por otra cosa.
Mi aro de cuero estaba a
punto de gruñir, casi literalmente.
Se acercó a mí con
presteza, tanto, que tuve que recular, aunque mi espalda enseguida se topó con
la pared que tenía detrás y me quedé sin escapatoria. Me encarceló con sus
brazos y se quedó a solo un palmo, observándome con esa pretensión que me daba
náuseas.
―Déjame ―dije, apretando
los dientes e interponiendo mis manos sobre su torso para apartarle.
―Eres realmente bella,
jamás he visto una hermosura como la tuya, ni siquiera entre las mujeres de mi
especie ―murmuró con anhelo. Me apreté más contra la pared y ladeé la cara para
no tener que notar su gélido y asqueroso aliento―. Tu rostro, tu cabello, tu
luminosa piel, tu olor, todo en ti está lleno de vida. Tus mejillas son
sonrosadas, tu cabello y tus ojos brillantes, y tus labios son carnosos y
cálidos. Supongo que el que la vigorosa sangre fluya y corra por tus venas hace
que sea así. Las humanas están llenas de defectos, pero tienen esa vida que las
mujeres vampiro no tienen, aun siendo mucho más hermosas. Pero tú eres
diferente. Tú tienes la belleza de un vampiro, pero con el vigor y la vida de
una humana ―susurró, llevando su mano a mi pelo para tocarlo.
Ni siquiera tuve que
molestarme en levantar la mía para apartársela.
Con una potencia bestial, y
a una velocidad de vértigo, mi pulsera vibró una sola vez con un estallido
enérgico e increíble y Razvan salió despedido de espaldas cuando su onda
expansiva de fuego le empujó con furia, haciendo que se estampara en la puerta
de madera maciza con un estruendo aparatoso.
―¡Mi cara! ―gritó,
llevándose las manos a la misma al notar que le había quemado.
Pero ahí no terminó la actuación
de mi pulsera. Antes de que Razvan consiguiera levantarse, mi precioso aro de
cuero latió una sola vez y me vi rodeada de esa barrera de protección en forma
de burbuja. No podía verla, pero podía sentirla, porque era cálida, cálida como
mi Jacob, era como si mi impresionante Gran Lobo se hubiera puesto delante para
protegerme. Casi podía sentirlo ahí de verdad.
El vampiro se incorporó,
furioso y ansioso, y se abalanzó hacia mí para acosarme contra la pared de
nuevo.
Sin embargo, chocó contra
la barrera y esta desprendió una descarga eléctrica de color azulado que rodeó
a toda la burbuja solamente al primer y sutil contacto, lanzándole hacia atrás
de nuevo. Su espalda volvió a estamparse contra la puerta, produciendo otro
estruendo ruidoso.
―¡Maldita pulsera! ―masculló,
rabioso.
―Jamás podrás tocarme ―aseguré
con una media sonrisa que delataba el enorme orgullo que sentía por Jacob―. Yo
siempre seré del Gran Lobo, siempre le perteneceré a él, y solo él puede
tocarme. Jamás seré de nadie más.
―No ―murmuró, apretando los
dientes con saña―. Algún día serás mía. Dentro de un año tu lobo morirá, te
casarás conmigo y yo te tomaré ―afirmó ansiosamente, sonriendo con una malicia
que me heló―. Haré de ti una mujer dócil y sumisa. Y empezaré ahora mismo. Te
quitarás esa maldita pulsera, si no quieres que baje a por el corazón de tu
Gran Lobo y lo estrangule en mi mano.
Mi respiración se agitó,
nerviosa. Jamás me quitaría esta pulsera, antes tendría que cortarme la mano.
Mi aro de cuero vibró
intermitentemente, a la vez que seguía erigiendo esa barrera, y comprendí su
mensaje enseguida.
―No puedo quitármela ―le
dije―. Al igual que te pasó a ti, a mí también me quema.
―No te creo. Quítatela ―reiteró.
Mi pulsera volvió a emitir
las mismas vibraciones y, una vez más, capté el mensaje a la perfección.
Llevé mi mano izquierda
hacia la pulsera y cuando la toqué soltó otra descarga eléctrica, aunque esta
fue mucho más pequeña y por supuesto a mí no me quemó. Tan solo me hizo
cosquillas. Sin embargo, tenía que disimular, así que aparté la mano
instantáneamente como si me hubiese quemado.
―¡Ay, no puedo! ―me quejé,
meneando la mano al igual que haría si quisiera aliviarla.
―Es imposible que a ti te
queme ―se resistió a creer.
―El Gran Lobo me quiere solo
para él, y se ha asegurado de que así sea ―me inventé sobre la marcha―. Ni
siquiera yo puedo quitármela.
Se quedó en silencio
durante unos segundos que a mí se me hicieron eternos, mirándome con suma
atención para estudiar cada uno de mis posibles tics que pudieran delatarme.
―No importa ―habló
finalmente, resentido, aunque un poco más tranquilo. Parece que me había creído―.
Esperaré. Dentro de un año tu lobo morirá, y con él, la pulsera. Entonces serás
mía ―y mostró esa sonrisa perversa de nuevo.
No le contesté. Ahora me
parecía más prudente callarme.
Sacó las llaves de su
bolsillo, se dio la vuelta y, sin más, abrió la puerta para marcharse, echando
el cerrojo otra vez cuando lo hizo y la cerró con un portazo.
Mi aro de cuero y yo
esperamos un tiempo prudencial, todavía en estado de alerta, pero en cuanto
ella se relajó del todo y la barrera se desvaneció, sentí un alivio enorme.
―Qué lista eres ―le dije
con un cuchicheo, acariciándola.
Otra vez creí escuchar ese
ronroneo lupino.
Me acerqué a la silla y me
senté para mirar un poco por la ventana, poniendo mi mano sobre mi estómago
para intentar aplacar algo los pinchazos.
Unos golpecitos en la
puerta me sobresaltaron un poco. Un poco, porque mi pulsera no vibraba y porque
sabía que era Teresa. Esta pasó a la habitación, me observó, creo que
certificando que yo estaba bien, y cerró la puerta con suavidad.
―¿Es que Razvan me ha
llamado? ―pregunté, algo asustada.
A saber de qué era capaz
ese degenerado ahora.
―No. Solo he venido a
traerte esto ―dijo esa vampiro de voz dulce y ojos bondadosos a pesar de ser
rojos.
Su sonrisa también era
hermosa y sincera. Sacó la mano de su espalda y me entregó un espejo de mano.
Agradecía su gesto, aunque
tampoco entendía por qué me lo regalaba, pero la verdad es que el espejo en
cuestión era horripilante. Se veía anticuado y viejo, el marco metálico, que
había sido de color verde oscuro, estaba bastante oxidado, y tenía unos
relieves con motivos florales, los cuales también habían estado pintados con
unos colores chillones, que eran muy rococó.
―Ah…, gracias ―intenté que
mi tono sonara sincero, pero mi media sonrisa, mezcla de confusión y de estupefacción
a la vez, me delataba.
Ella se dio cuenta
enseguida de esa pregunta que mi cabeza se hacía: ¿para qué quería yo esto?
―No es un espejo común ―me
reveló, acuclillándose frente a mí.
―¿Cómo? ―ahora sí que
estaba confusa.
Orientó el espejo con su
mano, sin que la mía lo soltara, y lo dirigió a mi rostro.
―Observa su interior.
Bajé mis extrañados ojos
hacia el espejo y miré el cristal. Al principio salía mi reflejo, pero después
la imagen comenzó a cambiar ante mis atónitas pupilas.
No se veía nada, tan solo
una imagen gris, como si dentro del espejo hubiera una densa niebla.
―Se ve niebla ―dije,
asombrada.
―¿Qué hay dentro de tu
corazón? ¿Quién lo ocupa? ¿Quién es la primera persona que tu corazón anhela
ver? ―empezó a guiarme, hablándome con esa dulzura que se parecía tanto a la de
Esme.
―Jacob ―respondí sin ningún
atisbo de duda, con un nudo enorme en la garganta.
―Eso es lo que el espejo te
mostrará siempre ―me desveló con una sonrisa―. Tu corazón ya ha elegido a quién
ver.
Mi rostro se alzó para
mirarla con sorpresa.
―¿Quieres decir que este
espejo me mostrará a Jacob?
―Sí, siempre que lo desees ―asintió.
Volví a mirar lo que
reflejaba.
―Pero… solamente veo niebla
―murmuré―. Y lo estoy deseando, estoy deseando verle con todas mis fuerzas.
―El espejo solo te mostrará
su presente y su pasado inmediato ―me explicó con ese tono pausado y tranquilo―.
Piensa, Renesmee, ¿por qué el espejo no podría mostrarte su presente? ―me
preguntó, como la profesora que pregunta a su alumno para que le dé la
respuesta correcta.
No me hizo falta pensar
mucho.
―Porque ahora mismo es un
lobo ―caí, hablando con sorpresa por mi propio descubrimiento―. Él es el Gran
Lobo, y su poder espiritual se lo impide al espejo.
―Exacto. Ahora solo tienes
que desear ver lo que sucedió inmediatamente antes de que se transformara ―me
ayudó ella con otra sonrisa.
Mi cerebro ni siquiera se
lo planteó, en cuanto ella terminó la frase, el espejo ya comenzaba a mostrarme
la imagen.
Mi corazón saltó de su
sitio para empezar a latir atropelladamente y mis mariposas volaron alocadas,
con una mezcla de añoranza, pesar, alegría y tristeza. El nudo saltó y fui
incapaz de reprimir mis lágrimas, que descendieron por mis mejillas sin
cuartel.
Era la misma noche lluviosa
en la que Jacob estaba sentado en ese tronco blanquecino de First Beach, en la
madrugada del que debería haber sido el día de nuestra boda, la misma película
que había visto en el líquido negro de la semiesfera dorada la semana pasada,
cuando Razvan quería que me desnudase y no llegué a hacerlo gracias a la
intervención de Teresa.
El tiempo pasó a cámara
rápida, como uno de esos vídeos de los documentales de la tele. Todo pasaba
rápido, el sol salía y, con él, la luz invadía el firmamento como si se fuera
encendiendo progresivamente, la bajamar se convertía rápidamente en pleamar y
las nubes pasaban raudas por ese cielo que ahora parecía un poco más despejado.
Todo pasaba rápido, excepto Jacob. Él continuó inmóvil, con sus manos rodeando
su cabeza y su rostro, llorando con una agonía silenciosa.
Mi corazón no se
resquebrajó en mil pedazos de puro milagro.
Hasta que la cámara rápida
se paró. Entonces, de repente, Jacob se levantó y su rostro se transformó en
uno bien distinto. Se tornó a una determinación rabiosa y echó a correr hacia
los primeros árboles de la playa. En cuanto los traspasó, se transformó y el
espejo volvió a mostrarme la niebla.
―Jake… ―sollocé.
Otra vez me vi invadida por
una mezcolanza de sentimientos. Estaba feliz por haber tenido el privilegio de
verle una vez más, pero la angustia de verle en ese estado me flagelaba con
fiereza. Ahora seguía corriendo como lobo, llevaba dos semanas haciéndolo.
―Te dejaré sola ―dijo
Teresa, levantándose.
―Espera ―le paré,
cogiéndole de la muñeca―. Dime, ¿por qué me ayudas tanto?
Teresa se quedó mirándome
durante un rato.
―Tú me recuerdas mucho a mi
hija ―me confesó finalmente, con voz queda―. Tiene tu misma edad.
―¿Tu hija? ―inquirí,
sorprendida.
―Sí, Mercedes.
Entonces, me acordé del
mensaje de Ryam y me quedé estupefacta.
―¿Mercedes? ¿Mercedes
López?
―¿La… conoces? ―sus ojos se
tiñeron de una sorpresa esperanzada.
Y después todo encajó, como
las piezas de un puzzle. Recordé las visiones confusas de Alice sobre Ryam, lo
que Helen nos contó sobre el pasadizo del bosque que llevaba a un edificio de
piedra gris… Me levanté de la silla y comencé a pasear, con la mano entre mi
pelo.
―Ryam, Ryam estuvo aquí,
¿verdad? ―adiviné―. Ahora lo entiendo todo. Tú eres la que le ayudaste a
escapar de aquí después de que copiara esos documentos de la fórmula.
―Le ayudé con la condición
de que encontrase y ayudase a mi hija ―desveló.
―Él ha cumplido su palabra.
Tu hija, Mercedes, está en Boston ―le revelé, quedándome frente a ella.
―En Boston, allí es donde
Duncan dijo que le habían perdido la pista a Ryam ―recordó con preocupación―.
Si descubren a Mercedes… ―su frágil voz se quebró y no llegó a terminar la
frase.
―Helen y yo no la conocemos,
pero él nos mandó un mensaje con ese dato. No sé qué pretendía con eso ―me
quedé pensativa.
―Lo ha hecho porque mi hija
está en peligro ―afirmó con angustia―. Razvan quiere hacerle daño.
―¿Hacerle daño? ¿Y por qué?
―pregunté, extrañada.
―Porque mi hija es otro
gigante fallido ―confesó con otro hilo de voz.
hola muy lindo este capi....hermoso continua...te contensto en anonimo por que si contesto con mi cuenta google se me bloque mi face...nose porque despues te comento mejor salu2...de andres...
ResponderEliminarWow increíble capitulo. Que bien que Teresa ayude a ness.
ResponderEliminarTodos los cullen están encantados quisiera saber eso y también de las jaquecas de Alice y si el gran lobo ha roto el hechizo al transformarse.
Espero que respondas mis dudas y gracias por los capítulos están increíbles como siempre
Kelly
awww! pobre jake! no quiuero que siga sufriendo! jeje espero que nessie pronto encuentre la forma de huir de ese lugar tan horriblee!
ResponderEliminarfuerza para seguir escribiendooo! =)
besos!
Otra vez me dejaste atonita es increible este capitulo, siento un poco de lastima por teresa.Ojala su hija esta bien. No me gusta ver sufrir a Jake :S
ResponderEliminarOjala Nessie encuentre la forma de salir de ahi
Mis felicitaciones! sigue asi!
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarandres: a mi tambien no se que me pasa, pero mi cuenta google es como si no me reconociera, e intento escribir el mensaje con mi cuenta y no hay manera >.< Y tampoco me salen los cuadritos con los seguidores. No se que le pasa a esto, pero bueno, a ver si se arregla pronto.
Kelly: todas tus dudas seran resueltas en breve ;) Los Cullen estan hechizados, pero Alice parecia ser la mas dificil de dominar, ya veremos que pasa ;) Te adelanto que hay un capi contado por uno de los Cullen. El tema de las jaquecas de Alice tb tienen su importancia, por supuesto, ya lo veras ;) Y Jacob sigue hechizado, ya veremos por que ;) jaja, es lo unico que te puedo decir XDD
Alecita: ya veremos como se las ingenia Nessie, pero eso sera dentro de dos o tres capis, no lo recuerdo XDD
albajamille: si, Teresa ha sufrido mucho ahi, ya lo vereis. Y sobre Jake y Nessie ya veremos como se soluciona todo esto ;)
MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR LEERME Y POR SER TAN BUENOS CONMIGO!!! ME HACEIS MUY FELIZ =)
LAMETONES PARA TODOS!!!
bueno gracias yo te conteste en anonimo por que si contesto en forma de "seguidores"se me bloque mi cuenta de facebook pero me parece deber ser por que google y facebook son compañias opuestas debe ser por eso que no te deja entrar a tu blog...gracias por contestar y estar pendientes de tus fans...
ResponderEliminarahora te conteste en miembro pórque en esta computadora puedo entrar en cuenta google...por eso pude comentar...y y vez mas ya lei tu capi y me parecio el mejor que bueno que nessie encontro a teresa estare muy pendiente de tu historia....
ResponderEliminarQue chevere que simepre contestas los comentarios y resuelves las dudas expuesta , etsa historia se pone cada vez mejor ojala y todo mejore para jake y ya los cullen entiendan que es lo que sucede .... que nessie pueda resolver este problema pronto .... gracias
ResponderEliminarAhhh! Me encanta xq Nessie es re tierna! A pesar de Jake tambien se acuerda de Helen y la quiere salvar. Eso me hace pensar en ella no solo como una chica enamorada e imprimada Ja! Sino, tambn como una buena persona. Y teresa... Que bueno.. Empieza a verse luz. :P Gracias Tama! por seguir escribiendo. Te Queremos tus fans!
ResponderEliminarSol*
¡Muchas gracias, Sol! Me alegro mucho de que te guste Nessie ^^
ResponderEliminarPues si, ella es una buena persona, pero ya lo demostro en Amanecer, cuando era una niñita ^^ Ella nunca tuvo prejuicios con nadie, y eso, para mi, dice mucho de una persona ;)Y ya lo decia Jake en Amanecer: "es la persona mas maravillosa del mundo", como el, porque es su alma gemela... Ains! Adoro a estos dos!!!!
Lametones para ti, guapa!!!
No bueno, es que siempre pienso en ella como la imprimada y total e irreversible enamorada de Jake.Y nada mas. Es como que la veo en otra faceta.. xD
ResponderEliminarBesos Genia! Gracias por escribir tanto y tan bien. Estoy absorta con la historia! Ya deje tirado el estudio.. (Arre que lo queria poner conmo excusa :P) Sol*
jajajaja, no dejes de estudiar, ¿eh? Ni se te ocurra ;)
ResponderEliminarPues si, Nessie es todo eso que has puesto tu ahi, jeje. *-*
Un lameton para ti, guapa!!!
JACOB&NESSIE
¡HOLA! SOY NOVIEMBRE: QUE PENA ESTOY PASANDO CON ESTOS CAPÍTULOS,ME SIENTO TAN MAL COMO NESSIE Y JACOB; NOS ESTAS HACIENDO SUFRIR A TODOS EN ESTOS CAPÍTULOS, TAMARA. ESPERO QUE PRONTO SALGA DE SU PESADILLA NESSIE CON EL ENCIERRO, PORQUE SI NO NOS VA DAR UN PATATUS CON TANTA PENA. LAMETONES PARA TI
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