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sábado, 22 de octubre de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 100: PRUEBA



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NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC, YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^



NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").

Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏


CAPITULOS:

PARTE DOS: NUEVA ERA

RENESMEE:

77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
93. BENEFICIO COLATERAL: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-93-beneficio.html
94. ECOGRAFÍA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-94-ecografia.html
95. FANTASMAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-95-fantasmas.html
96. MANIOBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-96-maniobra.html
97. "NO PUEDO": http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-97-no-puedo.html
98. SANGRE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-98-sangre.html
99. HERIDOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-99-heridos.html


PRUEBA


Esa cubierta arbórea que nos cubría se quedó sin inquilinos en un abrir y cerrar de ojos, y todos nos habíamos quedado tan estupefactos y perplejos por esa petición de mi padre, que ni siquiera los lobos pudieron reaccionar. Se quedaron con las patas clavadas en el sitio, sin perseguirles, así como mis tíos, Eleazar y Garrett.
Jacob no podía creérselo. Después de su protesta, observaba las ramas con los ojos muy abiertos y la boca colgando, con una mezcla de incredulidad e indignación.
Pero pronto se giró hacia mi padre, furioso.
―¡Mierda, Edward, siempre haces lo mismo! ―protestó enérgicamente―. ¡Y vosotros, ¿desde cuándo obedecéis sus órdenes, eh?! ―les reprochó a sus lobos.
Quil, Embry, Rephael, Brady, Michael y Collin se observaron unos a otros, emitiendo una serie de gañidos para echarse las culpas entre ellos, y luego oscilaron la mirada hacia su líder, encogiéndose de hombros.
Jake resopló por la nariz con enfado y cansancio, y cogió mi mano otra vez.
―No podíamos seguirles, y tampoco atacarles ―se defendió mi padre―. No debemos romper el tratado.
―¡A la mierda ese maldito tratado! ―voceó mi chico, haciendo un aspaviento con su brazo suelto―. ¡¿No has visto lo que acaban de hacer?! ¡Por su culpa tres de mis lobos están heridos! ¡Y querían que esos licántropos se deshicieran de parte de mi manada!
―Te equivocas ―le contradijo mi padre―. Sé que parece lo contrario, pero en realidad no querían deshacerse de tus lobos.
Mamá le miró sin comprender.
―¡¿Pero qué estás diciendo?! ―Jacob no se lo podía creer.
―Por muy difícil que parezca de creer, Thiago y su grupo solo querían ver las posibilidades que tenían tus lobos de sobrevivir a un ataque de licántropos sin ti. Sin embargo, los licántropos no se quisieron enfrentar a ellos, y eso estropeó sus planes.
―¿Sin mí? ―ahora Jake parecía más interesado.
―Era una especie de… prueba ―siguió aclarando papá―. Se estaban planteando qué pasaría en caso de que a tu manada le sobreviniera un ataque de Hijos de la Luna sin que tú estuvieras presente. Es evidente que saben que siempre estás con Renesmee y que la manada no goza de los favores de tu poder espiritual todo el tiempo. Eso les preocupa.
Una vez más, me sentí culpable.
―¿Que les preocupa? ―mi chico enarcó las cejas con incredulidad―. Vamos, anda ya ―dudó, chistando acto seguido―. ¿Les preocupa y nos mandan a unos licántropos, sabiendo que una mordedura suya podría matarnos?
A él no, claro, pero Jake siempre usaba el plural para hablar de la manada.
―Les preocupa porque eso puede perjudicar los intereses de Aro ―matizó mi padre―. Además, era un grupo pequeño de licántropos, cinco, si no me equivoco, era por esa desventaja numérica por lo que aprovecharon para hacer la prueba. Querían comprobar cómo se desenvolvían tus lobos sin ti. Aro quiere que ganes esa posible batalla contra los licántropos, por supuesto, porque le beneficia a él, y si tus lobos no están preparados para luchar contra ellos…
―Oye, para el carro ―protestó Jake, interrumpiéndole, aunque los lobos también gruñeron como queja―. Mis lobos saben defenderse perfectamente.
Quil alzó su enorme cabeza de color chocolate con orgullo.
―No contra unos licántropos ―refutó papá.
La cabeza de Quil se vino abajo para mirarle con disconformidad.
―¿Qué dices? Mis lobos saben…, pueden… ―Jacob observó a sus hermanos y pareció quedarse sin alegatos posibles―. Bueno, vale, no contra unos licántropos ―reconoció a regañadientes. Embry miró a un lado y gruñó por lo bajo, como si murmurase algo para sí―. ¿Pero qué quieres que hagamos? Nunca nos hemos tenido que enfrentar a ninguno. Bueno, yo sí, pero eso es otra historia.
―No me gusta estar de acuerdo con Thiago, pero, al igual que él, creo que tus lobos necesitan un poco de instrucción a este respecto.
―¿Eso piensa ese idiota? ―la indignación de Jake quedó patente de nuevo, y la de los lobos también.
―Me parece que ha quedado claro que tiene razón ―murmuró Rose muy bajito, que miraba a una rama de su lado izquierdo como si tal cosa.
Los ojos de Jacob se entrecerraron para mirarla con una simulación de odio.
―Esto que han hecho ha sido para enviarte un mensaje. Es su forma de decirte que tus lobos necesitan un entrenamiento contra licántropos ―declaró mi progenitor.
―Pues vaya una forma de decirlo ―chisté, cruzándome de brazos.
―Sí, sus formas no son las más… correctas ―suavizó mi padre―. Sin embargo, he de reconocer que ha servido para que nos demos cuenta. Tal vez Jasper podría daros unas lecciones.
Jacob no fue el único que le miró mal. Embry, Quil, Collin, Brady, Michael y Rephael le fulminaron con la mirada.
―Sí que las necesitáis ―les contestó mi padre―. Y por mucho que os moleste, Jasper os puede enseñar algo. Nunca ha luchado contra licántropos, pero sabe muchas técnicas de lucha y defensa que os serían de gran ayuda.
Embry volvió a mirar a un lado mientras gañía.
―Lo sé, sin embargo, todo eso que sabéis no sirve para los licántropos ―papá rebatió la objeción muda de Embry―. Lo mejor es que él os entrene.
―No es que tengamos mucho tiempo para entrenamientos, precisamente ―opinó Jacob, haciendo uso de su sarcasmo.
―Lo sé, pero podríamos hacerlo por grupos pequeños, por ejemplo, con un máximo de tres lobos ―le sugirió papá―. Así el resto podría seguir vigilando toda la zona.
Mi chico se quedó en silencio un rato, estudiando el asunto. Luego, miró a sus hermanos de manada para pedirles su opinión. Quil resopló por el hocico, pero asintió, qué remedio.
―Vale, está bien ―accedió Jacob finalmente, aunque también resoplando.
―Hablaré con Jasper nada más llegar a casa ―sonrió mi padre, satisfecho.
―A Jasper le va a encantar ―bisbiseó Rosalie con ironía, disimulando con otra rama.
―Esto será divertido ―sonrió Emmett, frotándose las manos.
Michael le dio un golpe en el brazo con el hocico, empujándole un poco como queja ante esa burla, aunque solo sirvió para que Em se carcajease.
Ahora que toda esa tensión se había ido y que me encontraba más relajada, empecé a sentir frío otra vez. No me había dado cuenta del frío que tenía hasta este momento. De repente, y sin que me hubiese percatado antes, me encontré a mí misma temblando ligeramente y con una sensación de congelamiento total, de la caladura que tenía. Incluso con la capucha puesta, notaba la cabeza mojada.
Jacob, que también se había relajado, se pispó al instante de lo que me pasaba. Giró su rostro hacia mí y este se transformó en uno de preocupación.
―Mierda, estás empapada y helada ―murmuró, rodeándome con sus cálidos brazos para darme calor―. Será mejor que nos vayamos a casa.
Mis manos se apoyaron automáticamente en su pecho calentito, buscando el caldearse.
―¿No vamos a ir a ver a Leah, Shubael e Isaac? ―inquirí, mirándole mientras trataba de que mis labios no temblequeasen.
Nuestros rostros estaban muy cerca debido a su abrazo, así que podía sentir su abrasador aliento en mi piel. Ese vaho caliente y dulce que salía de su boca aliviaba bastante el congelamiento de mi nariz, haciendo que el vello también se me pusiese de punta, de lo placentero que resultaba.
―Sí, pero primero nos cambiaremos de ropa en casa. No puedes ir con esta mojadura.
―Démonos prisa ―apremió mamá, que me miraba con la típica preocupación maternal, echando a andar con premura.
―Ahí viene Paul ―nos anunció mi padre, ya caminando detrás de ella―. Viene a decirte que Isaac, Shubael y Leah ya están siendo llevados a casa.
Todos comenzamos a seguirles.
―Bien ―asintió Jake.
Tan solo habíamos caminado unos metros, cuando el mencionado Paul apareció entre los árboles.
―Isaac, Shubael y Leah ya…
―Están siendo llevados a casa, ya ―continuó Jake.
Paul se quedó un poco extrañado de que Jacob ya lo supiera, pero sus ojos se fueron hacia mi padre, que le dedicó una miradita un poco pagado de sí mismo, y enseguida lo pilló.
―No sé para qué narices he venido hasta aquí ―refunfuñó, dando la vuelta para seguir el camino de regreso junto a nosotros.
―Id tirando vosotros hacia allí ―le dijo Jake, soltando mi mano momentáneamente para quitarse la camiseta―. Nosotros iremos enseguida, en cuanto Nessie se ponga ropa seca ―y arrojó esa empapada prenda a la cabeza de Quil.
El lobo de color chocolate oscuro protestó, pero agarró la camiseta con las fauces para llevársela.
―De acuerdo ―acató Paul―. Nos organizaremos para no dejar la zona sin vigilancia.
―No os preocupéis, nosotros también nos quedaremos por aquí ―intervino Garrett, hablando por boca de todo el aquelarre de Denali―. Tanya, Kate y Carmen estarán de acuerdo conmigo en que es mejor que nos quedemos nosotros, para que el mayor número de vosotros podáis visitar a los heridos. Y tú, Eleazar, supongo que también ―añadió, mirándole.
―En efecto ―coincidió él―. Podéis iros tranquilos. Con un grupo de cuatro o cinco lobos que se sumen a nosotros, seremos suficientes para vigilar la zona.
―Vale ―aceptó Jake, y de repente, se detuvo y me cogió en brazos. Los míos se ensamblaron a su cálido cuello instantáneamente, claro―. Gracias ―les agradeció acto seguido, echando a andar de nuevo.
Eleazar asintió con ese gesto sutil, grácil y armonioso de su cabeza, y mi padre le correspondió con otro para agradecérselo también.
―Pues entonces vamos ―les exhortó Paul.
Les hizo una señal con la barbilla al resto de los lobos y estos se fueron tras ellos, Quil protestando mientras cargaba con la camiseta de Jacob.
El resto seguimos caminando con rapidez.
―Estarás más calentita si abres esa cremallera ―me sugirió Jake, mostrándome esa sonrisa torcida que ya era toda una invitación.
Le sonreí y le hice caso. Dejé su cuello y bajé la cremallera de mi plumas, el cual estaba muy mojado, abriéndolo para dejar mi suéter al descubierto. Este estaba algo húmedo, pero no tan mojado como el plumas, y sin esa cazadora por el medio podía sentir la calidez de Jake mucho mejor. Volví a rodearle con mis brazos y me pegué a su pecho cómodo y más que calentito. Sonriente, le di un beso en la mejilla y adosé mi frente en el lateral de su cuello, mimosa, inspirando su maravilloso efluvio con ganas.
―Sí que estás congelada ―se respingó.
―Ya estoy mucho mejor ―ronroneé, achuchándole más.
No le vi el rostro, pero pude percibir cómo sonreía con satisfacción.
Uf, esto era otra cosa. El calor comenzó a notarse enseguida, y era todo un alivio. Mis manos aún estaban templadas, sin embargo, la tórrida piel de mi chico cada vez las calentaba más. Y esos brazos, aunque eran muy fuertes, se amoldaban perfectamente a mi cuerpo, arropándome cómodamente. Sí, estaba en la gloria.
Inspiré su aroma almizcleño una vez más y dejé que mi sonrisa de felicidad se extendiera por mi rostro mientras continuábamos esa marcha al trote.

A la última que fuimos a visitar fue a Leah, puesto que Sue conocía todo nuestro mundo y no teníamos que andar con excusas, por lo que podíamos estar en esa casa más tiempo y con mayor libertad. Los padres de Shubael y el padre de Isaac no tenían ni idea de lo que sus hijos se traían realmente entre manos las veces que salían de casa para patrullar, así que les habían hecho creer lo que parecía ser lo típico que se decía en estos casos. Tomando como precedente aquel accidente de moto que Jake había tenido años atrás, cuando en realidad había sido un ataque neófito, los chicos utilizaron la misma excusa para Shubael e Isaac, alegando que Jake les había dejado nuestras Harley Sprint y que ambos se habían caído. No fueron muy originales, y encima, pusieron en un compromiso a Jacob, que tuvo que medio disculparse con los progenitores de los dos por haber permitido que cogieran sus motos.
Shubael e Isaac estaban en sus camas, cada uno en su respectiva casa, con las piernas completamente escayoladas en alto. Seguían teniendo dolores, pero ahora que Carlisle les había recolocado todos los huesos, y gracias a la morfina, se encontraban mucho mejor, incluso se llamaban por teléfono y bromeaban sobre licántropos. En la misma situación se encontraba Leah, aunque ella no bromeaba para nada. Sin embargo, su estado era mucho mejor y estaba más animada, ya que tenía a Simon a su lado todo el tiempo. Nada más enterarse de la noticia había volado para ir a verla.
Nosotros nos habíamos cambiado de ropa y habíamos ido a visitar a los tres. Mi familia, excepto Carlisle y mis padres, se había quedado fuera de la vivienda de Seth y Leah. La pequeña edificación de madera ya tenía suficiente gente dentro, y ellos preferían esperar fuera para vigilar. Después de varias horas de visitas, decidimos marcharnos a casa, ya que yo estaba muy cansada. Nos despedimos de Sue, Charlie y Billy, que también estaban allí, Seth, Leah, Simon y del resto de metamorfos que había en la casa, entre los que se encontraba Sam, con sus inseparables Emily y sus tres hijos, y nos fuimos.
Cuando salimos de la casa, ya había anochecido hacía un buen rato. Yo estaba agotada, pero, al menos, ya no tenía frío, puesto que me había abrigado bastante y me encontraba seca. Tampoco tenía ni pizca de hambre, porque Sue no había hecho más que sacar comida para saciar a los incombustibles metamorfos que se encontraban allí. Mi familia se unió a nosotros en cuanto traspasamos las escaleras que daban salida al porche. Todavía caía del cielo esa agua nieve, así que tuve que soltar la mano de Jake para que él pudiera abrir el paraguas que habíamos cogido en casa. Eso sí, me enganché de su brazo en un santiamén.
Al llegar a casa, por fin me deshice de mi parca y la colgué en el perchero del vestíbulo mientras Jacob depositaba el paraguas en el paragüero. Mi familia entró en la vivienda armando un buen jaleo, sobre todo Emmett y Jasper, que estaban apostando quién se curaría primero, si Shubael o Isaac.
―Me voy a la cama ―comuniqué a todo el mundo en la misma entrada, incluido Jacob.
―Está agotada ―papá se adelantó a lo que mi marido estaba a punto de preguntarme.
Jake le miró con cierto cansancio por sus continuas incursiones mentales, pero enseguida me dedicó su tiempo a mí.
―Vale, vamos ―dijo, tomándome en brazos.
―No hace falta que me lleves ―reí, aunque me enganché bien a él―. Estoy embarazada, no…
―No enferma, ya, ya ―siguió él, iniciando la subida por las escaleras―. Pero no quiero que te canses ―me sonrió y me dio un beso corto en los labios.
Hasta mañana, cielo ―mamá asomó la cabeza por la barandilla para dedicarme una sonrisa.
―Hasta mañana a todos ―voceé, haciendo un gesto con la mano, cual estrella de teatro que se va de la escena.
Escuché las risas de mi familia abajo y sus respectivos “hasta mañana”, “buenas noches” y “que descanséis”, y también oí el murmullo muy bajito de Rosalie diciendo “espero que esta noche no suene la radio”, cosa que ya me hizo ponerme como un tomate. Suerte que ya no podían verme.
―¿No quieres quedarte a ver la tele? ―le pregunté a Jake, que ya estaba llegando a la planta superior.
―No, prefiero quedarme contigo un millón de veces más ―me sonrió. Luego, su rostro se volvió un tanto burlón―. Tú hueles mucho mejor.
―¡Te hemos oído, chucho! ―gritó Rose desde el saloncito.
―Espero que no sea solo por eso ―reí.
―Ya sabes que no ―afirmó, clavándome esos ojazos negros que me hipnotizaban por completo.
Me dejó justo en la puerta de nuestro dormitorio, la abrió y pasamos dentro.
Nos pusimos la ropa de pijama y volvimos a salir de la habitación para dirigirnos al baño con el fin de lavarnos los dientes. Lo hicimos juntos, bromeando el uno con el otro frente al espejo, y terminamos la faena escupiendo a la vez en el lavabo, entre empujones y risas.
Salimos del baño y pasamos a nuestro dormitorio otra vez, cerrando la puerta.
Nos metimos en la cama y yo me apresuré a acurrucarme a su lado, acomodándome en su pecho calentito. Con el frío que había pasado hoy, esto era todo un regalo. Deseé que esa camiseta interior y mi camisón no se interpusieran entre su sedosa piel y la mía, pero, en fin. Los dedos de Jake no tardaron en jugar con los mechones de mi pelo, pasando una y otra vez.
―Tengo otro nombre, y este es con la “j” ―habló de pronto, con un murmullo.
―¿Ah, sí? ―sonreí, sin despegar mi mejilla de su pecho―. ¿Cuál es?
―Jonathan.
Mi sonrisa se amplió.
―Me gusta ―asentí―. Es bonito, y no lo tiene nadie en la manada.
―Tendremos que apuntarlo en la lista, entonces.
Se hizo un momento de silencio en el que sus dedos siguieron peinando mi cabello.
―La próxima semana es nuestro aniversario de novios ―murmuró, rompiendo ese mutismo con su voz ronca. Su abrasador aliento acarició mi cuero cabelludo cuando lo dijo y mi vello ya se erizó solo.
Aunque estábamos casados y celebrábamos nuestro aniversario de boda, por supuesto, también lo seguíamos haciendo con el de novios, el seis de febrero, y siempre íbamos al mismo sitio: al Wolf.
Alcé el rostro para mirarle y él lo bajó sincronizadamente, quedándonos a unos pocos centímetros. Mi corazón y mis mariposas ya se aceleraban solo con tenerle tan cerca.
―¿Podremos celebrarlo este año? ―pregunté, mordiéndome el labio.
―Claro que sí ―ni lo dudó―. No pienso dejar que nadie nos estropee la fiesta. Lo celebraremos, como siempre.
―¿Y mi familia? No podemos ir solos, por si acaso ―mi labio inferior se arrugó más cuando mis dientes lo mordieron con más fuerza.
―Que se queden fuera del Wolf ―dijo, sonriendo con un poco de malicia, como si se estuviese imaginando la escena.
Solté una risilla, pero no por imaginarme lo mismo que él, sino porque siempre parecía tener una contestación y una solución para todo.
―¿Y después? ¿También les haremos esperar en el parking de Rialto Beach? ―sonreí con ganas, y esta vez sí que con malicia.
Jacob frunció los labios y adoptó un gesto exageradamente pensativo, adrede.
―Mmm… Creo que este año vamos a tener que variar un poco esa parte del plan ―contestó finalmente―. Este año vamos a tener que terminar la función en nuestra cama, pequeña ―me mostró su preciosa sonrisa torcida a la vez que pegaba su frente a la mía.
Las alas de mis mariposas se agitaron con vehemencia. Rodeé su cuello con mis brazos y me arrimé más a él.
―Menos mal que tenemos la radio ―susurré en sus labios, sonriéndole.
Sus manos dejaron mi cabello y pasaron a deslizarse por mi espalda, ya estremeciéndome, hasta que llegaron a la parte trasera de mis caderas. Entonces me empujó hacia él y nuestros cuerpos ya se enredaron. Mi corazón y mi estómago no fueron las únicas partes de mi anatomía que palpitaron con gozo.
Jadeé.
―Sí, menos mal… ―coincidió él, hablando entre susurros.
Era inevitable. La energía ya comenzaba a navegar a nuestro alrededor, meciéndonos con esa marea que nos atraía cada vez más, con ese oleaje mágico y especial. Uní mis labios a los suyos y comencé a besarle muy despacio, aunque respirando con furor.
―Ponla ahora ―le pedí entre beso y beso.
Noté cómo su labio se curvaba hacia arriba, si bien su abrasador aliento también salía agitado.
―¿No estabas agotada? ―me recordó con otro susurro―. No sé si deberíamos… ―deslicé mi labio por los suyos y tuvo que esperar a que terminase para seguir hablando―. ¿No crees que deberías descansar?
―Solo una vez… ―le imploré con ansia, y repasé su boca con la mía de nuevo.
―Una vez es… ―le di otro beso― imposible, lo sabes. Y tú estabas cansada ―bromeó para hacerse de rogar.
―Calla y pon esa radio de una vez ―le exigí finalmente, sin dejar de besarle.
La sonrisa de Jake se amplió con satisfacción y ya no dijo nada más. Sin dejar mis labios, se estiró hacia atrás y, con unos manotazos torpes y distraídos, consiguió apagar la lamparita de su mesilla y encender la radio, que ya tenía el volumen lo suficientemente alto.
Me pareció escuchar la queja de Rosalie abajo, pero cuando Jake regresó a mi cuerpo, ni siquiera sé lo que dijo.


3 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy Tamara ^^

    MUCHISIMAS GRACIAS POR SEGUIR AQUI, AGUANTÁNDOME, JAJAJAJA!!! Y MUCHAS GRACIAS POR VUESTRA COMPRENSIÓN *-* SOIS LOS MEJOREEEEEEES!!!!

    Bueno, pues ya veremos qué pasa con ese Thiago >.< Desde luego, no les dejan tranquilos!! En fin, ya se verá qué pasa ;)

    Lametones lobunos para todos!!!!

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  2. Hola tamara:
    Me gusta como se ponen de acuerdo todos , tanto lobos como vampiros, ...muy buena convivencia eso les dara ventaja en una futura lucha....
    y ese radio jajaja lo mejor...el capitulo muy bueno ...nos leemos el martes..gracias
    elsa

    A todos mis amigos un saludo....espero que tengan un buen fin de semana abrazos

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  3. increible capi Tamara really very nice.......la convivencia entre todos sera genial para futuras batallas........sigue adelante....un abrazo y saludo inmenso para todos chicos..:)

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