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jueves, 6 de octubre de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 93: BENEFICIO COLATERAL



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NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC, YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^



NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").

Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏


CAPITULOS:

PARTE DOS: NUEVA ERA

RENESMEE:

77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html


BENEFICIO COLATERAL


Ninguno traíamos buena cara cuando llegamos a casa, pero el que la tenía más larga era Jacob. No le gustaba nada la idea de que ese ejército de licántropos se uniera al peligro que ya teníamos en ciernes, con Razvan, Nikoláy y Ruslán ya teníamos bastante. Entró en nuestra vivienda, ofuscado y enfurruñado, y el resto lo hicimos detrás de él, si bien mucho más calmados. Me quité la cazadora, la cual estaba empapada, y la colgué en el perchero.
―Y luego dicen que ser el Gran Lobo mola ―resopló, cogiendo mi mano de nuevo para que nos dirigiésemos al saloncito―. Es una mierda. Mira todo lo que se me viene encima. Ahora los Vulturis se aprovechan de mí, es el colmo. Gran Lobo, Gran Lobo… ―farfulló, enfadado.
Sus pies descalzos estaban mojados, llenos de tierra y hierbajos, e iba dejando una serie de huellas por todo el vestíbulo. Iba a decirle algo para que se calmase un poco, pero cuando pasamos al salón, me quedé muda y boquiabierta. Todo ese ambiente cambió.
―¡Felicidades! ―gritaron los cinco miembros del aquelarre de Denali a la vez.
En menos de un abrir y cerrar de ojos, me vi precipitadamente envuelta en abrazos y muestras de alegría a la vez que Jake recibía felicitaciones por todas partes.
―Gracias ―fui diciendo yo, ya que Jacob no sabía si ponerse contento o salir de casa disparado como un cohete.
Le entendía. Le entendía perfectamente. No es que Jake no agradeciera la visita de los de Denali, puesto que también habían venido a ayudarnos, no es que no agradeciera sus muestras de cariño y alegría, sus felicitaciones, pero yo mejor que nadie sabía que lo que Jacob deseaba ahora mismo con todas sus fuerzas era un poco de paz para tranquilizarse, un momento a solas, conmigo. Él estaba acostumbrado a contármelo todo, a contarme lo que le preocupaba, lo que le alegraba, lo que le enfadaba, a desvelarme todos los secretos, todo lo que ocurría en su día a día, todo, todo lo compartía conmigo. Y por otro lado también estaba el hecho de que nuestra pequeña casita estaba llena de vampiros, cada uno de ellos con su correspondiente olor ácido y con sus correspondientes sentidos desarrolladísimos. Jacob ya estaba más que acostumbrado a su presencia, por supuesto, sin embargo, no dejaban de ser vampiros, con todo lo que eso supone para un metamorfo.
―Tanya y los suyos por fin han vuelto de su viaje de Europa, y han venido a ayudarnos ―nos reveló Alice, aunque mis padres, Jake y yo ya nos lo habíamos figurado, claro.
―Sí, creo que ya nos hemos dado cuenta ―respondí, usando un tono un tanto burlón.
Alice me sacó la lengua.
El aquelarre de Denali no había podido venir antes, ya que cuando les habíamos llamado se encontraban en Suiza, cambiando un poco de aires. Garrett fue el que más lo agradeció, antes era un nómada aventurero que se movía de aquí para allá, y aunque ahora ya se había acostumbrado a la quietud, rutina y estabilidad de un hogar fijo, a veces también echaba de menos esos viajes que solía hacer en sus épocas pasadas. Fue por esto que no les azuzamos para que viniesen más temprano. Además, yo ya gozaba de una protección suficiente, aunque mis padres y Jacob insistían en que cuantos más fuéramos, mejor.
Agarré a Jake de la mano y le di un beso en la mejilla para animarle un poco. Después, le sonreí y le acaricié la misma, dejando que nuestros ojos se encontrasen durante un fugaz instante, instante que fue suficiente para decírnoslo todo. Su labio no tardó en curvarse hacia arriba y adiviné en sus pupilas lo mucho que deseaba besarme.
―Rose nos ha dicho que estás de un mes ―me dijo Carmen, sonriéndome.
Me volví hacia ella, un tanto apurada, porque ya había empezado a quedarme un poco atontada al mirar a Jacob.
―Sí ―asentí, correspondiendo su sonrisa.
―Y es un niño, ¿verdad? ―siguió Tanya.
―Así es.
―Es estupendo ―exclamó Garrett.
―Es maravilloso ―secundó Kate.
―Nos alegramos mucho por vosotros, y os damos nuestra más sincera enhorabuena ―sonrió Eleazar―. Y, por supuesto, contáis con nuestra ayuda.
―Gracias ―contestó Jake esta vez, sacándose una media sonrisa, mientras le daba una palmada en el brazo.
―Bueno, y ahora contadnos, ¿qué ha pasado en ese encuentro con Jane? ―preguntó Carlisle, que ya estaba algo ansioso por saberlo.
―¡Uf! No me hables ―masculló Jacob, soltando mi mano para dejarse caer en el sofá.
Agradecí que esa manta estuviera extendida sobre el asiento de color crema, porque sus pantalones estaban bastante mojados.
―¿Ha ocurrido algo? ―quiso saber Esme.
―¿Que si ha ocurrido algo? Pues que ahora los Vulturis se aprovechan de mí, eso ha ocurrido ―farfulló, malhumorado.
Me acerqué al sofá y me senté junto a él, medio aovillándome para acurrucarme mejor a su lado. Jacob agradeció mi gesto alzando su brazo y rodeándome con el mismo, apretándome contra su costado desnudo.
―Los Vulturis quieren otra… simbiosis ―les explicó mi padre, cargando esa palabra que había usado Jane de resignación.
―¿Cómo? ¿Otra simbiosis? ―repitió Jasper, frunciendo las cejas con extrañeza.
Mientras mi padre comenzaba a explicar todo lo que había pasado, rodeé el torso de mi chico con mis brazos y le achuché más. Se estaba tan a gusto ahí… Luego, Jake me dio un cálido y dulce beso en la cabeza.
Me mordí el labio y observé la estancia, a toda mi familia. Como mis padres ya estaban contando lo ocurrido con pelos y señales, y no nos necesitaban para aclarar nada, aproveché para colocar mi mano en la mejilla de Jacob. Bajó y ladeó el rostro para mirarme en cuanto comencé a dejarle ver lo que pasaba por mi mente.
Lo primero que me vino a la cabeza fue su rostro enfadado y su malestar por toda esa situación en la que nos habían metido los Vulturis. Le recordé caminando por ese claro, dándole una patada a una pequeña rama, de la que nos íbamos. Después, mi mente cambió de imagen. Caminábamos por el bosque, regresando a casa junto con mis padres, y mis ojos se fijaban en su rostro ofuscado, enojado, no podían apartar la vista de él.
―Sí, me ha fastidiado bastante ―admitió con un murmullo muy bajo.
Entonces, le mostré a un Jacob muy diferente. Jovial, alegre y despreocupado. El Jacob que yo quería ver.
Sus labios se curvaron ligeramente, pero algo es algo. Bajó su rostro un poco más y pegó su frente a la mía. Las mariposas de mi estómago ya se pusieron en marcha.
―Lo intentaré ―susurró.
Repetí la misma imagen varias veces, insistiendo. Jacob jovial y alegre, Jacob jovial y alegre, Jacob jovial y alegre…
―Vale, vale ―rio con una risita sorda―. Cualquiera dice que no. ¿Te parece mejor así? ―bisbiseó, sonriente.
Mi boca esbozó una sonrisa automáticamente, contagiada por la suya. Le dejé ver lo que me gustaba verle así, y que deseaba verle feliz para siempre.
―Lo soy. No te imaginas cuánto ―afirmó con otro susurro ronco. Y su mano acarició mi mejilla, haciendo que se me pusiese todo el vello de punta.
Automáticamente, empezaron a salir imágenes de nuestro bebé. Ese niño moreno, de ojos negros y brillantes, tan parecido a Jacob, tan guapo como él. Ya tenía unos meses, los suficientes como para que ya se riera y zarandease sus piernecitas en los brazos de su padre, que lo sostenía en alto mientras sonreía de felicidad.
La sonrisa de Jake se amplió al ver esas imágenes. Todavía eran fruto de mi imaginación, por supuesto, pero sus pupilas centelleaban con entusiasmo. Verle así producía mi propia felicidad.
―¿Y tú qué sabes si él va a ser así? ―cuestionó, riéndose en voz baja―. Puede que se parezca a ti.
Estaba tan segura, que no lo dudé ni un instante.
―Lo sé ―aseguré, mirándole con certidumbre.
Su boca fue bajando poco a poco, apagando esa sonrisa, hasta que Jacob se quedó embobado, mirándome con esos ojos tan penetrantes e intensos que me reclamaban. Mi corazón se aceleró y mis coloridos insectos hicieron de las suyas de nuevo cuando pegó sus labios a los míos y empezó a entrelazarlos con suavidad y meticulosidad, sintiendo bien el roce de nuestras bocas. Me estremecí. Mi mano se rindió; descendió por su mejilla, arrastrándose por su mandíbula, y aterrizó en su clavícula.
Cuando mis labios se empezaron a emocionar y mi palma ya iba a bajar hacia su pecho, una fuerte y fingida tos nos hizo salir de nuestra nube. Jacob y yo soltamos nuestras bocas, yo sobresaltada y él molesto, y nos separamos un poco. No pude evitar que la sangre invadiera mi cara, por un momento había olvidado por completo que todo el mundo estaba ahí, delante de nosotros.
Eleazar observaba a mi chico con una expresión expectante, con las cejas en alto, como si esperase una respuesta.
―¿Qué? ―pidió Jacob que le repitiera, ya que ninguno de los dos había escuchado su pregunta, claro.
―¿Ya has tomado una decisión? ―repitió él―. ¿Vas a batallar contra esos licántropos?
El resoplido enfadado de Jacob debió de escucharse en toda la reserva.
―¿Y qué voy a hacer? No tengo más remedio, ¿no? ―bufó con un enojo resignado―. No me hace nada de gracia, pero si los licántropos consiguen vencer a los magos, irán a por Nessie y el bebé, y eso no lo voy a permitir.
―No tienes por qué preocuparte ―le calmó Eleazar―. Tú eres muy poderoso. No importa lo grande que sea ese ejército, te desharás de todos de un solo golpe de tu poder espiritual.
―Sí, ya, eso ya lo sé ―volvió a suspirar, exasperado―. Lo que me molesta es que, con eso, estaré haciendo un favor a esas momias de los Vulturis ―y murmuró algo ininteligible.
―¿Y por qué han hecho esto? ―preguntó mamá―. Creía que la guardia de los Vulturis era muy poderosa. ¿Es que esos licántropos suponen tanto peligro para ellos? ¿Acaso no los pueden vencer?
―Los licántropos siempre han sido enemigos naturales de los vampiros ―explicó Garrett, que sostenía las manos en los bolsillos de su pantalón―. Durante siglos, han mantenido duras batallas territoriales, y los Vulturis no se han librado de ellas. En una de estas, Cayo estuvo a punto de morir una vez, a manos de un Hijo de la Luna. Es el día de hoy que aún le dan terror. Finalmente los vampiros consiguieron aniquilar a los licántropos, pero necesitaron de muchos siglos de luchas, y, aun así, no llegaron a extinguirlos del todo. Como ves, los licántropos son muy, muy fuertes.
―Sin duda Cayo se evitará el mal trago si puede ―continuó Eleazar―. Estoy seguro de que por una vez le está muy agradecido a esa alianza que han hecho contigo, Jacob ―mi chico rechinó los dientes―. Los Vulturis son muy poderosos, pero un ejército numeroso de Hijos de la Luna es un verdadero problema para ellos. Algunos Hijos de la Luna son inmunes a ciertos dones de los que gozan los vampiros, y eso les hace más fuertes.
―¿Inmunes? ―repetí, sorprendida.
―Selección genética ―intervino Carlisle. Al ver que Jacob y yo bajábamos el ceño con extrañeza, siguió hablando―. Durante miles de años han ido sobreviviendo los que tenían una predisposición especial a ser resistentes a ciertos dones. Con el paso del tiempo la evolución ha mejorado esa cualidad, puesto que los individuos que gozaban de ese gen eran los que sobrevivían. Si tenemos en cuenta la teoría de la evolución de…
―Vale, vale, Doc ―le interrumpió Jake―. No hace falta que nos expliques toda la teoría de la evolución. Creo que ya lo hemos entendido.
―Cierto, disculpadme ―asintió mi abuelo con una ligera sonrisa en su impoluta cara―. A veces me dejo llevar demasiado por el entusiasmo. Continúa, Eleazar, por favor.
El mencionado sonrió y cabeceó de arriba abajo con un movimiento sutil y elegante.
―Aparte de esa inmunidad a ciertos dones, los Vulturis temen el hecho de que se trate de un ejército. Los licántropos no se mueven en manadas, y mucho menos en grupos grandes, puesto que estos seres son muy territoriales y muy independientes, no soportan estar bajo el mando de nadie, eso sin contar lo inestables y descontrolados que son. Esto provoca conflictos y enfrentamientos entre ellos, hasta tal punto, que pueden llegar a matarse entre sí. Sin embargo, Vladimir y Stefan han logrado crear un ejército de ellos, y eso hace a esos licántropos mucho más peligrosos. Si los vampiros han intentado extinguir a los Hijos de la Luna a lo largo de la historia, es porque son realmente peligrosos. Los licántropos se movían solos y les costó aniquilarles. Imaginaos un ejército entero de ellos.
―Así que los Vulturis están muertos de miedo por ese ejército de licántropos y le han pasado el papelón al Gran Lobo ―llegó a la conclusión Emmett, cuya boca esbozó una sonrisa.
Jake resopló por lo bajo.
―Jacob no tendrá ningún problema para matarles a todos ―reiteró Eleazar―. Aro lo sabe muy bien y se aprovechará de eso, por supuesto ―mi chico volvió a resoplar―. De todas formas, es más conveniente para todos que los Vulturis hayan obrado así. Si ellos desaparecieran, todo sería un caos.
―No me lo recuerdes… ―farfulló Jake, malhumorado―. Aunque eso no quita para que dejen de ser unos miserables. Han utilizado a mi mujer y a mi hijo como cebo, y eso no se lo perdono ―gruñó.
―No tenían opción. Aro sabe que si te hubieran pedido ayuda, tú no se la habrías prestado.
―Genial, ahora defiéndelos ―protestó Jake, frunciendo el ceño aún más.
―No les defiendo. Solo estoy diciendo que ellos tampoco tenían otra opción ―alegó Eleazar, hablando con calma―. Por supuesto, Aro siempre tramará alguna argucia para conseguir sus objetivos, y es totalmente cuestionable, no hay duda, pero vuelvo a repetir que esto es lo mejor para todos, aunque él solo vele por sus propios intereses.
―Es un beneficio colateral ―coincidió Jasper.
―Un beneficio colateral ―chistó Jacob, mirando para otro lado.
―Sé lo… incómodo y molesto que resulta esto para ti, Jacob, sin embargo, Eleazar tiene razón ―opinó papá, que se encontraba junto al sofá con mi madre―. Sus métodos son reprobables, por supuesto, pero esto es lo mejor para todos, sobre todo para la especie humana.
Mi chico volvió el rostro hacia él con rapidez.
―Ya, ¿y tú crees que si yo les pidiese ayuda alguna vez, ellos me la iban a prestar? ―planteó, enfadado, usando cierta ironía en su entonación―. Vale, está claro que jamás les voy a pedir ayuda, pero ponte en el supuesto de que sí. Ellos me mandarían a la…
Mi mano se pegó a su mejilla como un rayo.
Cálmate, cielo, por favor.
Mi ruego hizo que la palabra que iba a soltar se quedase muda en su garganta, y sus ojos se encontraron con los míos.
Por favor, reiteré, implorándole con la mirada.
―Porque me lo pides tú ―murmuró, resoplando.
―¿Y qué ocurriría si Nessie perdiera al bebé? ―preguntó de pronto Rosalie, provocando que Jake y yo cambiásemos la mirada hacia ella―. Hasta que no esté de tres meses, todavía está en la franja de peligro.
Mi corazón se encogió bajo mi esternón y miré a Jacob, que parecía haber sentido lo mismo que yo. Rosalie tenía razón, eso podía suceder, sin embargo nosotros nunca nos habíamos planteado esa posibilidad, ni se nos había pasado por la cabeza, porque tan solo pensarlo nos congelaba el alma. Ahora ya no podíamos imaginar un futuro a corto plazo sin ese niño, ya no, y si pasara algo…
Al ver el mío, el rostro de Jacob dejó esa alarma e inquietud inicial y pasó a mirar a Rosalie con ganas de matarla.
―¿Por qué tienes que ser tan bocazas, eh? ―le reprochó.
―Rose ―la regañó mi madre.
―Lo siento, pero es una opción que tenemos que tener en cuenta ―se defendió ella, dedicándome una mirada cauta.
―Pero podías ser un poco más delicada, ¿no? No sé, digo yo ―protestó Jacob.
―No, Jake, tiene razón ―suspiré, asumiéndolo, acariciando su brazo―. Tenemos que tenerlo en cuenta, así que seguid. ¿Qué ocurriría?
―No estoy seguro ―admitió Eleazar, frotándose el mentón con la mano―. Depende de si Nikoláy, Ruslán y Razvan se enteran de ello o no, supongo. Si se enterasen, ya no vendrían hasta aquí, seguirían en su escondite, esperando una nueva oportunidad, así que puede que los licántropos tampoco viniesen.
―Según la mente de Jane, el primer objetivo de los licántropos son Razvan, Nikoláy y Ruslán ―nos aclaró mi padre, ya que nos vio un poco confusos―. Vladimir y Stefan quieren deshacerse de ellos lo más rápido posible para no tener más obstáculos a la hora de enfrentarse a los Vulturis en una batalla. Lo que no sé es si Jacob también está entre sus objetivos.
―Jane dijo que Vladimir y Stefan querían todo el poder para ellos solos y que harían cualquier cosa para conseguirlo ―recordó mamá con preocupación.
Volví a sentir un pinchazo en el corazón cuando saltó de su sitio.
―Sí, pero también saben que los Vulturis tienen esa alianza con Jacob, y les conviene deshacerse de ellos primero ―declaró papá.
―Bueno, mira, eso de momento da igual ―irrumpió Jacob―. Lo único que vamos a conseguir es rompernos más el tarro. Es una tontería pensar en una cosa que no ha ocurrido, ¿no os parece? Además, no quiero que Nessie se preocupe de eso, ya tiene bastante presión ―y su brazo me apretó contra su costado.
―Cierto. No compliquemos más las cosas ―secundó Carlisle―. De momento, preocupémonos de lo que tenemos. Los Hijos de la Luna vendrán para batallar contra Razvan, Nikoláy y Ruslán, y si los vencen, intentarán atacar a Nessie.
―Pues que ni lo sueñen ―afirmó mi chico con contundencia―. Me importa una mierda cuántos sean, me los cargaré a todos.
―Estamos dando por hecho con demasiada ligereza que ganarían los licántropos. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que los magos son muy capaces de vencerles ―siguió Jasper―. Su magia es bastante poderosa, todos lo comprobamos una vez, así que puede que no te sea necesario hacerles ese favor a los Vulturis ―le dijo a Jacob.
―Ojalá ―suspiró él―. De todos modos, poco importa quién gane, porque terminaré con ellos, sean magos o un ejército de licántropos.
―¿Y cómo conseguirían Vladimir y Stefan crear ese ejército? ¿Acaso han logrado domar a esos licántropos? ―mamá no encontró otra palabra que lo definiera.
―Creo que la clave está en ese líder de los licántropos ―opinó mi padre―. Para empezar, que Demetri se refiriera a él como líder, ya resulta extraño. Como Eleazar explicó, los Hijos de la Luna no tienen líderes ni admiten ninguna voz de mando. Y Jacob dijo que ese licántropo parecía más inteligente y comedido que los demás. Si Aro envió a Thiago y su grupo a por él, tiene que ser por algo.
―¿Otra mutación genética, tal vez? ―inquirió Jasper, dirigiéndose a Carlisle.
―Podría ser ―asintió este―. No podemos descartar ninguna posibilidad.
―Hablando de Thiago ―intervino Jake―. También me preocupa ese contacto suyo.
―Estaré alerta ―afirmó papá, mirándole con seguridad―. Puede que sea capaz de mimetizarse con el medio que le rodea, pero su mente no. Aunque vi que Jane tiene la intención de transmitirle a Thiago tu petición.
―Ya, bueno, las intenciones solo son intenciones. Después hay que cumplirlas ―dijo Jacob, usando cierto sarcasmo.
―Estaré alerta ―reiteró mi progenitor.
―¿Y no viste en los pensamientos de Jane nada más acerca de ese contacto? ―preguntó Alice.
―No. Jane no lo conoce. Ni siquiera sabe cómo se llama ―le contestó mi padre.
Mi tía torció el gesto.
―Bueno, esto no tiene que interferir de modo alguno en nuestros planes ―habló mi abuelo―. Seguiremos con ellos tal y como los teníamos pensado. Y por el bien de Nessie y el bebé, recomiendo a todo el mundo no decir cosas que puedan ponerla nerviosa o exaltarla, sobre todo en este primer trimestre de gestación.
―Eso ―apoyó Jake, dedicándole una miradita de advertencia a Rosalie.
―No diré nada más ―prometió ella, un poco arrepentida.
―En fin, creo que yo me iré al bosque, a ver si los lobos me necesitan ―soltó Emmett, ya dirigiéndose hacia el vestíbulo con una sonrisa de oreja a oreja ante la perspectiva de un poco de acción.
―Te acompaño ―le siguió Jasper.
―Esperadme, yo quiero ver cómo os organizáis ―corrió Garrett.
―Pues yo me voy a quedar aquí un rato más ―manifesté yo, achuchándome contra Jake.
Él sonrió y me dio un beso en la cabeza.
―Descansa un poco ―me susurró en la misma.
Su abrasador aliento acarició mi cuero cabelludo y me estremecí, pero cuando sus prodigiosos dedos empezaron a pasar entre los mechones de mi cabello, ya entré en la gloria total.
Mi familia se fue dispersando, unos por la casa, otros por el exterior, de camino a los bosques, y Jacob y yo nos quedamos un momento a solas, aunque no era una soledad completa, claro, pero aun así, la disfrutamos.
Bendita soledad. Por desgracia, iba a ser demasiada escasa a partir de ahora, aunque esto era necesario para que el bebé y yo estuviéramos seguros. Mi mente ya quería empezar a llenarse de imágenes de licántropos horribles y magos malvados, pero cerré los ojos e intenté relajarme. No me costó mucho, la verdad. Las suaves y delicadas caricias de Jacob, y el compás de su corazón, ayudaban mucho. Su maravilloso efluvio me recordaba que estaba entre sus brazos, segura, protegida.
Fui entrando en un estado de trance poco a poco, dejándome llevar por esa marea que se internaba en mi subconsciente y que me mecía lentamente, acunándome, arrullándome… Sí, estaba en la gloria, en el cielo, en el paraíso…
Así que cuando me quise dar cuenta, me dormí.

5 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy Tamara ^^

    MUCHISIMAS GRACIAS POR SEGUIR AQUI, LEYÉNDOME! ¡ME HACÉIS MUY, MUY FELIZ! ¡MUCHAS GRACIAS TAMBIÉN POR ESAS COSAS TAN BONITAS QUE ME PONÉIS, SOIS ENCANTADORES!!!!

    Ya he apuntado todos vuestros emails ;) Así que cuando empiece el otro libro, os aviso, ¿vale?

    Kelly: no te preocupes, ya se lo enviaré todo a Cathy ;) Por cierto, ¿cómo se encuentra?

    Bueno, guapos!!!! Lametones para todos!

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  2. muy lindo capi...a ver si vencen a los licantropos......jajaexcelente...capi...che tamara va a ver parte contada por jacob y la familia cullen??pregunta

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  3. HOLA tamara y a todoosss los chicos...

    si si me encanto este capi esta historia esta cada vez más interesante.....esperando el siguiente....gracias por subir constantemente....saludos a todos::)

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  4. hola tamara!!! el capitulo exelente como siempre...
    como dijo andres.. a ver si vensen a los licantropos... jajaj
    bueno nos vemos la proxima...
    besos desde argentina YANI... :)

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  5. Hola!! Estuvo muy bueno! me encanto, genial!! Ya quiero ver como se cargan a los licantropos como dijeron ellos! :D Nos vemos el sabado

    -Lo siento por no volver a comentar, me estan poniendo mucha tarea :P

    Saludos desde Republica Dominicana

    -Lizbeth

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