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NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").
Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏
CAPITULOS:
PARTE DOS: NUEVA ERA
RENESMEE:
77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
BENEFICIO COLATERAL
Ninguno traíamos buena cara cuando llegamos a casa, pero el que la
tenía más larga era Jacob. No le gustaba nada la idea de que ese ejército de
licántropos se uniera al peligro que ya teníamos en ciernes, con Razvan,
Nikoláy y Ruslán ya teníamos bastante. Entró en nuestra vivienda, ofuscado y
enfurruñado, y el resto lo hicimos detrás de él, si bien mucho más calmados. Me
quité la cazadora, la cual estaba empapada, y la colgué en el perchero.
―Y luego dicen que ser el
Gran Lobo mola ―resopló, cogiendo mi mano de nuevo para que nos dirigiésemos al
saloncito―. Es una mierda. Mira todo lo que se me viene encima. Ahora los
Vulturis se aprovechan de mí, es el colmo. Gran Lobo, Gran Lobo… ―farfulló, enfadado.
Sus pies descalzos estaban
mojados, llenos de tierra y hierbajos, e iba dejando una serie de huellas por
todo el vestíbulo. Iba a decirle algo para que se calmase un poco, pero cuando
pasamos al salón, me quedé muda y boquiabierta. Todo ese ambiente cambió.
―¡Felicidades! ―gritaron
los cinco miembros del aquelarre de Denali a la vez.
En menos de un abrir y
cerrar de ojos, me vi precipitadamente envuelta en abrazos y muestras de
alegría a la vez que Jake recibía felicitaciones por todas partes.
―Gracias ―fui diciendo yo,
ya que Jacob no sabía si ponerse contento o salir de casa disparado como un
cohete.
Le entendía. Le entendía
perfectamente. No es que Jake no agradeciera la visita de los de Denali, puesto
que también habían venido a ayudarnos, no es que no agradeciera sus muestras de
cariño y alegría, sus felicitaciones, pero yo mejor que nadie sabía que lo que
Jacob deseaba ahora mismo con todas sus fuerzas era un poco de paz para
tranquilizarse, un momento a solas, conmigo. Él estaba acostumbrado a
contármelo todo, a contarme lo que le preocupaba, lo que le alegraba, lo que le
enfadaba, a desvelarme todos los secretos, todo lo que ocurría en su día a día,
todo, todo lo compartía conmigo. Y por otro lado también estaba el hecho de que
nuestra pequeña casita estaba llena de vampiros, cada uno de ellos con su
correspondiente olor ácido y con sus correspondientes sentidos
desarrolladísimos. Jacob ya estaba más que acostumbrado a su presencia, por
supuesto, sin embargo, no dejaban de ser vampiros, con todo lo que eso supone
para un metamorfo.
―Tanya y los suyos por fin
han vuelto de su viaje de Europa, y han venido a ayudarnos ―nos reveló Alice,
aunque mis padres, Jake y yo ya nos lo habíamos figurado, claro.
―Sí, creo que ya nos hemos
dado cuenta ―respondí, usando un tono un tanto burlón.
Alice me sacó la lengua.
El aquelarre de Denali no
había podido venir antes, ya que cuando les habíamos llamado se encontraban en
Suiza, cambiando un poco de aires. Garrett fue el que más lo agradeció, antes
era un nómada aventurero que se movía de aquí para allá, y aunque ahora ya se
había acostumbrado a la quietud, rutina y estabilidad de un hogar fijo, a veces
también echaba de menos esos viajes que solía hacer en sus épocas pasadas. Fue
por esto que no les azuzamos para que viniesen más temprano. Además, yo ya gozaba
de una protección suficiente, aunque mis padres y Jacob insistían en que
cuantos más fuéramos, mejor.
Agarré a Jake de la mano y
le di un beso en la mejilla para animarle un poco. Después, le sonreí y le acaricié
la misma, dejando que nuestros ojos se encontrasen durante un fugaz instante,
instante que fue suficiente para decírnoslo todo. Su labio no tardó en curvarse
hacia arriba y adiviné en sus pupilas lo mucho que deseaba besarme.
―Rose nos ha dicho que
estás de un mes ―me dijo Carmen, sonriéndome.
Me volví hacia ella, un
tanto apurada, porque ya había empezado a quedarme un poco atontada al mirar a
Jacob.
―Sí ―asentí,
correspondiendo su sonrisa.
―Y es un niño, ¿verdad?
―siguió Tanya.
―Así es.
―Es estupendo ―exclamó
Garrett.
―Es maravilloso ―secundó
Kate.
―Nos alegramos mucho por
vosotros, y os damos nuestra más sincera enhorabuena ―sonrió Eleazar―. Y, por
supuesto, contáis con nuestra ayuda.
―Gracias ―contestó Jake
esta vez, sacándose una media sonrisa, mientras le daba una palmada en el brazo.
―Bueno, y ahora contadnos,
¿qué ha pasado en ese encuentro con Jane? ―preguntó Carlisle, que ya estaba
algo ansioso por saberlo.
―¡Uf! No me hables
―masculló Jacob, soltando mi mano para dejarse caer en el sofá.
Agradecí que esa manta
estuviera extendida sobre el asiento de color crema, porque sus pantalones
estaban bastante mojados.
―¿Ha ocurrido algo? ―quiso
saber Esme.
―¿Que si ha ocurrido algo?
Pues que ahora los Vulturis se aprovechan de mí, eso ha ocurrido ―farfulló,
malhumorado.
Me acerqué al sofá y me
senté junto a él, medio aovillándome para acurrucarme mejor a su lado. Jacob
agradeció mi gesto alzando su brazo y rodeándome con el mismo, apretándome
contra su costado desnudo.
―Los Vulturis quieren otra…
simbiosis ―les explicó mi padre, cargando esa palabra que había usado
Jane de resignación.
―¿Cómo? ¿Otra simbiosis?
―repitió Jasper, frunciendo las cejas con extrañeza.
Mientras mi padre comenzaba
a explicar todo lo que había pasado, rodeé el torso de mi chico con mis brazos
y le achuché más. Se estaba tan a gusto ahí… Luego, Jake me dio un cálido y
dulce beso en la cabeza.
Me mordí el labio y observé
la estancia, a toda mi familia. Como mis padres ya estaban contando lo ocurrido
con pelos y señales, y no nos necesitaban para aclarar nada, aproveché para
colocar mi mano en la mejilla de Jacob. Bajó y ladeó el rostro para mirarme en
cuanto comencé a dejarle ver lo que pasaba por mi mente.
Lo primero que me vino a la
cabeza fue su rostro enfadado y su malestar por toda esa situación en la que
nos habían metido los Vulturis. Le recordé caminando por ese claro, dándole una
patada a una pequeña rama, de la que nos íbamos. Después, mi mente cambió de
imagen. Caminábamos por el bosque, regresando a casa junto con mis padres, y
mis ojos se fijaban en su rostro ofuscado, enojado, no podían apartar la vista
de él.
―Sí, me ha fastidiado
bastante ―admitió con un murmullo muy bajo.
Entonces, le mostré a un
Jacob muy diferente. Jovial, alegre y despreocupado. El Jacob que yo quería
ver.
Sus labios se curvaron
ligeramente, pero algo es algo. Bajó su rostro un poco más y pegó su frente a
la mía. Las mariposas de mi estómago ya se pusieron en marcha.
―Lo intentaré ―susurró.
Repetí la misma imagen
varias veces, insistiendo. Jacob jovial y alegre, Jacob jovial y alegre, Jacob
jovial y alegre…
―Vale, vale ―rio con una
risita sorda―. Cualquiera dice que no. ¿Te parece mejor así? ―bisbiseó,
sonriente.
Mi boca esbozó una sonrisa
automáticamente, contagiada por la suya. Le dejé ver lo que me gustaba verle
así, y que deseaba verle feliz para siempre.
―Lo soy. No te imaginas
cuánto ―afirmó con otro susurro ronco. Y su mano acarició mi mejilla, haciendo
que se me pusiese todo el vello de punta.
Automáticamente, empezaron
a salir imágenes de nuestro bebé. Ese niño moreno, de ojos negros y brillantes,
tan parecido a Jacob, tan guapo como él. Ya tenía unos meses, los suficientes
como para que ya se riera y zarandease sus piernecitas en los brazos de su
padre, que lo sostenía en alto mientras sonreía de felicidad.
La sonrisa de Jake se
amplió al ver esas imágenes. Todavía eran fruto de mi imaginación, por
supuesto, pero sus pupilas centelleaban con entusiasmo. Verle así producía mi
propia felicidad.
―¿Y tú qué sabes si él va a
ser así? ―cuestionó, riéndose en voz baja―. Puede que se parezca a ti.
Estaba tan segura, que no
lo dudé ni un instante.
―Lo sé ―aseguré, mirándole
con certidumbre.
Su boca fue bajando poco a
poco, apagando esa sonrisa, hasta que Jacob se quedó embobado, mirándome con esos
ojos tan penetrantes e intensos que me reclamaban. Mi corazón se aceleró y mis
coloridos insectos hicieron de las suyas de nuevo cuando pegó sus labios a los
míos y empezó a entrelazarlos con suavidad y meticulosidad, sintiendo bien el
roce de nuestras bocas. Me estremecí. Mi mano se rindió; descendió por su
mejilla, arrastrándose por su mandíbula, y aterrizó en su clavícula.
Cuando mis labios se
empezaron a emocionar y mi palma ya iba a bajar hacia su pecho, una fuerte y
fingida tos nos hizo salir de nuestra nube. Jacob y yo soltamos nuestras bocas,
yo sobresaltada y él molesto, y nos separamos un poco. No pude evitar que la
sangre invadiera mi cara, por un momento había olvidado por completo que todo
el mundo estaba ahí, delante de nosotros.
Eleazar observaba a mi
chico con una expresión expectante, con las cejas en alto, como si esperase una
respuesta.
―¿Qué? ―pidió Jacob que le
repitiera, ya que ninguno de los dos había escuchado su pregunta, claro.
―¿Ya has tomado una
decisión? ―repitió él―. ¿Vas a batallar contra esos licántropos?
El resoplido enfadado de
Jacob debió de escucharse en toda la reserva.
―¿Y qué voy a hacer? No
tengo más remedio, ¿no? ―bufó con un enojo resignado―. No me hace nada de
gracia, pero si los licántropos consiguen vencer a los magos, irán a por Nessie
y el bebé, y eso no lo voy a permitir.
―No tienes por qué
preocuparte ―le calmó Eleazar―. Tú eres muy poderoso. No importa lo grande que
sea ese ejército, te desharás de todos de un solo golpe de tu poder espiritual.
―Sí, ya, eso ya lo sé
―volvió a suspirar, exasperado―. Lo que me molesta es que, con eso, estaré
haciendo un favor a esas momias de los Vulturis ―y murmuró algo ininteligible.
―¿Y por qué han hecho esto?
―preguntó mamá―. Creía que la guardia de los Vulturis era muy poderosa. ¿Es que
esos licántropos suponen tanto peligro para ellos? ¿Acaso no los pueden vencer?
―Los licántropos siempre
han sido enemigos naturales de los vampiros ―explicó Garrett, que sostenía las
manos en los bolsillos de su pantalón―. Durante siglos, han mantenido duras
batallas territoriales, y los Vulturis no se han librado de ellas. En una de estas,
Cayo estuvo a punto de morir una vez, a manos de un Hijo de la Luna. Es el día
de hoy que aún le dan terror. Finalmente los vampiros consiguieron aniquilar a
los licántropos, pero necesitaron de muchos siglos de luchas, y, aun así, no
llegaron a extinguirlos del todo. Como ves, los licántropos son muy, muy
fuertes.
―Sin duda Cayo se evitará
el mal trago si puede ―continuó Eleazar―. Estoy seguro de que por una vez le
está muy agradecido a esa alianza que han hecho contigo, Jacob ―mi chico
rechinó los dientes―. Los Vulturis son muy poderosos, pero un ejército numeroso
de Hijos de la Luna es un verdadero problema para ellos. Algunos Hijos de la
Luna son inmunes a ciertos dones de los que gozan los vampiros, y eso les hace
más fuertes.
―¿Inmunes? ―repetí,
sorprendida.
―Selección genética
―intervino Carlisle. Al ver que Jacob y yo bajábamos el ceño con extrañeza,
siguió hablando―. Durante miles de años han ido sobreviviendo los que tenían
una predisposición especial a ser resistentes a ciertos dones. Con el paso del
tiempo la evolución ha mejorado esa cualidad, puesto que los individuos que
gozaban de ese gen eran los que sobrevivían. Si tenemos en cuenta la teoría de
la evolución de…
―Vale, vale, Doc ―le
interrumpió Jake―. No hace falta que nos expliques toda la teoría de la
evolución. Creo que ya lo hemos entendido.
―Cierto, disculpadme
―asintió mi abuelo con una ligera sonrisa en su impoluta cara―. A veces me dejo
llevar demasiado por el entusiasmo. Continúa, Eleazar, por favor.
El mencionado sonrió y
cabeceó de arriba abajo con un movimiento sutil y elegante.
―Aparte de esa inmunidad a
ciertos dones, los Vulturis temen el hecho de que se trate de un ejército. Los
licántropos no se mueven en manadas, y mucho menos en grupos grandes, puesto
que estos seres son muy territoriales y muy independientes, no soportan estar
bajo el mando de nadie, eso sin contar lo inestables y descontrolados que son. Esto
provoca conflictos y enfrentamientos entre ellos, hasta tal punto, que pueden
llegar a matarse entre sí. Sin embargo, Vladimir y Stefan han logrado crear un
ejército de ellos, y eso hace a esos licántropos mucho más peligrosos. Si los
vampiros han intentado extinguir a los Hijos de la Luna a lo largo de la historia,
es porque son realmente peligrosos. Los licántropos se movían solos y les costó
aniquilarles. Imaginaos un ejército entero de ellos.
―Así que los Vulturis están
muertos de miedo por ese ejército de licántropos y le han pasado el papelón al
Gran Lobo ―llegó a la conclusión Emmett, cuya boca esbozó una sonrisa.
Jake resopló por lo bajo.
―Jacob no tendrá ningún
problema para matarles a todos ―reiteró Eleazar―. Aro lo sabe muy bien y se
aprovechará de eso, por supuesto ―mi chico volvió a resoplar―. De todas formas,
es más conveniente para todos que los Vulturis hayan obrado así. Si ellos
desaparecieran, todo sería un caos.
―No me lo recuerdes…
―farfulló Jake, malhumorado―. Aunque eso no quita para que dejen de ser unos
miserables. Han utilizado a mi mujer y a mi hijo como cebo, y eso no se lo
perdono ―gruñó.
―No tenían opción. Aro sabe
que si te hubieran pedido ayuda, tú no se la habrías prestado.
―Genial, ahora defiéndelos
―protestó Jake, frunciendo el ceño aún más.
―No les defiendo. Solo
estoy diciendo que ellos tampoco tenían otra opción ―alegó Eleazar, hablando
con calma―. Por supuesto, Aro siempre tramará alguna argucia para conseguir sus
objetivos, y es totalmente cuestionable, no hay duda, pero vuelvo a repetir que
esto es lo mejor para todos, aunque él solo vele por sus propios intereses.
―Es un beneficio colateral
―coincidió Jasper.
―Un beneficio colateral
―chistó Jacob, mirando para otro lado.
―Sé lo… incómodo y molesto
que resulta esto para ti, Jacob, sin embargo, Eleazar tiene razón ―opinó papá,
que se encontraba junto al sofá con mi madre―. Sus métodos son reprobables, por
supuesto, pero esto es lo mejor para todos, sobre todo para la especie humana.
Mi chico volvió el rostro
hacia él con rapidez.
―Ya, ¿y tú crees que si yo
les pidiese ayuda alguna vez, ellos me la iban a prestar? ―planteó, enfadado,
usando cierta ironía en su entonación―. Vale, está claro que jamás les voy a
pedir ayuda, pero ponte en el supuesto de que sí. Ellos me mandarían a la…
Mi mano se pegó a su
mejilla como un rayo.
Cálmate, cielo, por
favor.
Mi ruego hizo que la
palabra que iba a soltar se quedase muda en su garganta, y sus ojos se
encontraron con los míos.
Por favor,
reiteré, implorándole con la mirada.
―Porque me lo pides tú
―murmuró, resoplando.
―¿Y qué ocurriría si Nessie
perdiera al bebé? ―preguntó de pronto Rosalie, provocando que Jake y yo
cambiásemos la mirada hacia ella―. Hasta que no esté de tres meses, todavía
está en la franja de peligro.
Mi corazón se encogió bajo
mi esternón y miré a Jacob, que parecía haber sentido lo mismo que yo. Rosalie
tenía razón, eso podía suceder, sin embargo nosotros nunca nos habíamos
planteado esa posibilidad, ni se nos había pasado por la cabeza, porque tan solo
pensarlo nos congelaba el alma. Ahora ya no podíamos imaginar un futuro a corto
plazo sin ese niño, ya no, y si pasara algo…
Al ver el mío, el rostro de
Jacob dejó esa alarma e inquietud inicial y pasó a mirar a Rosalie con ganas de
matarla.
―¿Por qué tienes que ser
tan bocazas, eh? ―le reprochó.
―Rose ―la regañó mi madre.
―Lo siento, pero es una
opción que tenemos que tener en cuenta ―se defendió ella, dedicándome una
mirada cauta.
―Pero podías ser un poco
más delicada, ¿no? No sé, digo yo ―protestó Jacob.
―No, Jake, tiene razón
―suspiré, asumiéndolo, acariciando su brazo―. Tenemos que tenerlo en cuenta,
así que seguid. ¿Qué ocurriría?
―No estoy seguro ―admitió
Eleazar, frotándose el mentón con la mano―. Depende de si Nikoláy, Ruslán y
Razvan se enteran de ello o no, supongo. Si se enterasen, ya no vendrían hasta
aquí, seguirían en su escondite, esperando una nueva oportunidad, así que puede
que los licántropos tampoco viniesen.
―Según la mente de Jane, el
primer objetivo de los licántropos son Razvan, Nikoláy y Ruslán ―nos aclaró mi
padre, ya que nos vio un poco confusos―. Vladimir y Stefan quieren deshacerse
de ellos lo más rápido posible para no tener más obstáculos a la hora de
enfrentarse a los Vulturis en una batalla. Lo que no sé es si Jacob también
está entre sus objetivos.
―Jane dijo que Vladimir y
Stefan querían todo el poder para ellos solos y que harían cualquier cosa para
conseguirlo ―recordó mamá con preocupación.
Volví a sentir un pinchazo
en el corazón cuando saltó de su sitio.
―Sí, pero también saben que
los Vulturis tienen esa alianza con Jacob, y les conviene deshacerse de ellos
primero ―declaró papá.
―Bueno, mira, eso de
momento da igual ―irrumpió Jacob―. Lo único que vamos a conseguir es rompernos
más el tarro. Es una tontería pensar en una cosa que no ha ocurrido, ¿no os
parece? Además, no quiero que Nessie se preocupe de eso, ya tiene bastante
presión ―y su brazo me apretó contra su costado.
―Cierto. No compliquemos
más las cosas ―secundó Carlisle―. De momento, preocupémonos de lo que tenemos.
Los Hijos de la Luna vendrán para batallar contra Razvan, Nikoláy y Ruslán, y
si los vencen, intentarán atacar a Nessie.
―Pues que ni lo sueñen
―afirmó mi chico con contundencia―. Me importa una mierda cuántos sean, me los
cargaré a todos.
―Estamos dando por hecho
con demasiada ligereza que ganarían los licántropos. Sin embargo, también hay
que tener en cuenta que los magos son muy capaces de vencerles ―siguió Jasper―.
Su magia es bastante poderosa, todos lo comprobamos una vez, así que puede que
no te sea necesario hacerles ese favor
a los Vulturis ―le dijo a Jacob.
―Ojalá ―suspiró él―. De
todos modos, poco importa quién gane, porque terminaré con ellos, sean magos o
un ejército de licántropos.
―¿Y cómo conseguirían
Vladimir y Stefan crear ese ejército? ¿Acaso han logrado domar a esos
licántropos? ―mamá no encontró otra palabra que lo definiera.
―Creo que la clave está en
ese líder de los licántropos ―opinó mi padre―. Para empezar, que Demetri se
refiriera a él como líder, ya resulta extraño. Como Eleazar explicó, los Hijos
de la Luna no tienen líderes ni admiten ninguna voz de mando. Y Jacob dijo que
ese licántropo parecía más inteligente y comedido que los demás. Si Aro envió a
Thiago y su grupo a por él, tiene que ser por algo.
―¿Otra mutación genética,
tal vez? ―inquirió Jasper, dirigiéndose a Carlisle.
―Podría ser ―asintió este―.
No podemos descartar ninguna posibilidad.
―Hablando de Thiago
―intervino Jake―. También me preocupa ese contacto suyo.
―Estaré alerta ―afirmó
papá, mirándole con seguridad―. Puede que sea capaz de mimetizarse con el medio
que le rodea, pero su mente no. Aunque vi que Jane tiene la intención de
transmitirle a Thiago tu petición.
―Ya, bueno, las intenciones
solo son intenciones. Después hay que cumplirlas ―dijo Jacob, usando cierto
sarcasmo.
―Estaré alerta ―reiteró mi
progenitor.
―¿Y no viste en los
pensamientos de Jane nada más acerca de ese contacto? ―preguntó Alice.
―No. Jane no lo conoce. Ni
siquiera sabe cómo se llama ―le contestó mi padre.
Mi tía torció el gesto.
―Bueno, esto no tiene que
interferir de modo alguno en nuestros planes ―habló mi abuelo―. Seguiremos con ellos
tal y como los teníamos pensado. Y por el bien de Nessie y el bebé, recomiendo
a todo el mundo no decir cosas que puedan ponerla nerviosa o exaltarla, sobre
todo en este primer trimestre de gestación.
―Eso ―apoyó Jake,
dedicándole una miradita de advertencia a Rosalie.
―No diré nada más ―prometió
ella, un poco arrepentida.
―En fin, creo que yo me iré
al bosque, a ver si los lobos me necesitan ―soltó Emmett, ya dirigiéndose hacia
el vestíbulo con una sonrisa de oreja a oreja ante la perspectiva de un poco de
acción.
―Te acompaño ―le siguió
Jasper.
―Esperadme, yo quiero ver
cómo os organizáis ―corrió Garrett.
―Pues yo me voy a quedar
aquí un rato más ―manifesté yo, achuchándome contra Jake.
Él sonrió y me dio un beso
en la cabeza.
―Descansa un poco ―me
susurró en la misma.
Su abrasador aliento
acarició mi cuero cabelludo y me estremecí, pero cuando sus prodigiosos dedos
empezaron a pasar entre los mechones de mi cabello, ya entré en la gloria
total.
Mi familia se fue
dispersando, unos por la casa, otros por el exterior, de camino a los bosques,
y Jacob y yo nos quedamos un momento a solas, aunque no era una soledad
completa, claro, pero aun así, la disfrutamos.
Bendita soledad. Por
desgracia, iba a ser demasiada escasa a partir de ahora, aunque esto era
necesario para que el bebé y yo estuviéramos seguros. Mi mente ya quería
empezar a llenarse de imágenes de licántropos horribles y magos malvados, pero
cerré los ojos e intenté relajarme. No me costó mucho, la verdad. Las suaves y
delicadas caricias de Jacob, y el compás de su corazón, ayudaban mucho. Su
maravilloso efluvio me recordaba que estaba entre sus brazos, segura,
protegida.
Fui entrando en un estado
de trance poco a poco, dejándome llevar por esa marea que se internaba en mi
subconsciente y que me mecía lentamente, acunándome, arrullándome… Sí, estaba
en la gloria, en el cielo, en el paraíso…
Así que cuando me quise dar
cuenta, me dormí.
¡Hola a todos! Soy Tamara ^^
ResponderEliminarMUCHISIMAS GRACIAS POR SEGUIR AQUI, LEYÉNDOME! ¡ME HACÉIS MUY, MUY FELIZ! ¡MUCHAS GRACIAS TAMBIÉN POR ESAS COSAS TAN BONITAS QUE ME PONÉIS, SOIS ENCANTADORES!!!!
Ya he apuntado todos vuestros emails ;) Así que cuando empiece el otro libro, os aviso, ¿vale?
Kelly: no te preocupes, ya se lo enviaré todo a Cathy ;) Por cierto, ¿cómo se encuentra?
Bueno, guapos!!!! Lametones para todos!
muy lindo capi...a ver si vencen a los licantropos......jajaexcelente...capi...che tamara va a ver parte contada por jacob y la familia cullen??pregunta
ResponderEliminarHOLA tamara y a todoosss los chicos...
ResponderEliminarsi si me encanto este capi esta historia esta cada vez más interesante.....esperando el siguiente....gracias por subir constantemente....saludos a todos::)
hola tamara!!! el capitulo exelente como siempre...
ResponderEliminarcomo dijo andres.. a ver si vensen a los licantropos... jajaj
bueno nos vemos la proxima...
besos desde argentina YANI... :)
Hola!! Estuvo muy bueno! me encanto, genial!! Ya quiero ver como se cargan a los licantropos como dijeron ellos! :D Nos vemos el sabado
ResponderEliminar-Lo siento por no volver a comentar, me estan poniendo mucha tarea :P
Saludos desde Republica Dominicana
-Lizbeth