NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").
Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏
CAPITULOS:
PARTE DOS: NUEVA ERA
RENESMEE:
77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
93. BENEFICIO COLATERAL: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-93-beneficio.html
94. ECOGRAFÍA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-94-ecografia.html
95. FANTASMAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-95-fantasmas.html
MANIOBRA
Jake entró en la casa muy exaltado. Estaba realmente enfadado y
nervioso por lo que había pasado y, desde que había adoptado su forma humana,
no había soltado mi mano ni una milésima de segundo. Nos acabábamos de despedir
de los miembros de la manada, que se habían quedado por los alrededores para
vigilar. Jacob había llamado a un grupo durante esa extraña pelea con los
vampiros fantasma, pero habían llegado un poco tarde, puesto que habían tenido
que venir desde La Push y no les había dado tiempo a hacerlo más deprisa.
―¡Malditos magos! ¡Han
tenido que ser ellos, seguro! ―bramó mientras pasábamos al salón―. ¡Esto huele
a magia negra por todas partes!
De repente, sus pies se
pararon en seco, haciendo que yo chocase contra su ancha y poderosa espalda, y
toda mi familia se detuvo con él, observando la estancia con horror. Me puse
junto a Jake, descolocada por la reacción de todos, y entonces vi el porqué.
Jadeé con impresión y mi
mandíbula se quedó colgando. Mi mano apretó a la de Jacob, que la correspondió,
aportándome más seguridad. Todo el salón estaba patas arriba. El níveo sofá
tenía el respaldo apoyado en el suelo y estaba unos metros desplazado de su
sitio, señal de que alguien lo había empujado con brusquedad para tumbarlo. Los
asientos y los cojines reposaban en la superficie del forjado, habían sido
rasgados y vaciados de su espumillón, al igual que el bajo del sofá. Los
sillones se encontraban en una situación similar, las mesitas también yacían en
el suelo, así como las lámparas y los jarrones, víctimas de unos fuertes golpes
que las habían roto, incluso la mesa de cristal estaba hecha añicos, los
cuadros, tirados también sobre el piso, habían sido rasgados con algo afilado y
la alfombra estaba completamente deshecha, reducida a unos simples jirones. La
televisión, el aparato de DVD, la cadena de música… Todo, todo había sido
arrasado. Pero lo que más me impactó fue ver el hermoso piano de cola blanco
destrozado, ese en el que mi padre y yo habíamos tocado tantas canciones…
―¿Qué es… esto? ―musitó
mamá, espantada.
Mi padre le pasó el brazo
por la cintura para calmarla.
―Mierda, alguien ha
desvalijado el salón mientras estábamos en el bosque ―farfulló Jake, aún
sorprendido.
―Esto tiene mala pinta
―secundó Emmett, que miraba la escena más que serio.
―Dios mío… ―murmuró Esme,
llevándose la mano a la boca.
―Edward, tu piano ―lamentó
Alice cuando lo vio.
―El piano es lo de menos
―afirmó él con voz grave.
―Me temo que todo lo que ha
ocurrido en el bosque se ha tratado de una maniobra de distracción ―afirmó
Carlisle, hablando con una sobriedad resignada.
―¿Una maniobra de
distracción? ¿Te refieres a que todo ha sido una trampa para que tuvieran vía
libre aquí? ―preguntó Jacob, frunciendo el ceño, enfadado.
―Eso me temo, Jacob.
―Sabían que iríamos todos a
ayudaros ―gruñó mi padre.
Mi chico miró hacia otro
lado al tiempo que llevaba su mano suelta a su pelo con nerviosismo y
exasperación.
―¿Quién habrá hecho esto?
―interrogó Carmen, espantada.
―¿No está claro? Esto es
obra de esos asquerosos magos ―Jake no pudo evitar terminar la frase con un
rechinamiento de dientes.
Su cuerpo tembló
ligeramente, de la rabia, así que acaricié su brazo para calmarle un poco.
―¿Pero qué han venido a
buscar? ―inquirió mi madre, observando a su alrededor―. Aquí no hay nada que
sea de su interés.
―Pues algo lo tiene, por lo
visto ―resopló Jacob.
―Tendremos que averiguarlo
―declaró Carlisle.
―¿Y si siguen aquí? ―se me
ocurrió de pronto, apretando la mano de Jacob de nuevo, con miedo.
―Iré a revisar la casa ―se
ofreció Emmett, ya corriendo hacia las escaleras.
―Te acompaño ―le siguió
Rose.
Los dos se perdieron al
subir como relámpagos.
―No sé si os habéis dado
cuenta, pero no se detecta ningún efluvio diferente al nuestro en el salón
―manifestó Alice―. Y tampoco escuchamos ningún ruido desde el bosque.
―Porque han usado alguno de
sus truquitos para ocultar su olor, está claro, y puede que también hicieran
otro para ocultar los ruidos ―opinó mi chico, resoplando otra vez.
―Y otro para los
pensamientos ―añadió mi padre―. Yo no oí ninguna mente, aparte de las nuestras.
―Seguramente han utilizado
una de esas barreras transparentes, como la que utilizaron cuando nos
secuestraron a Helen y a mí en el bosque que hay junto a su casa ―declaré, y me
dio un escalofrío al acordarme de aquello.
Jacob se pegó a mí y me besó
en la sien.
―Sí, tiene toda la pinta
―coincidió él.
―También han estado por el
resto de la casa ―nos reveló papá, que debía de haberlo visto en la mente de
mis tíos.
―Qué horror… ―musitó Esme,
llena de preocupación.
Carlisle la alentó con otro
beso en la cabeza.
―Deberíamos llamar a
Ezequiel ―sugirió mi progenitor―. Él es quien mejor conoce a Razvan, Nikoláy y
Ruslán, tal vez nos pueda ayudar en esto.
―Buena idea. Lo llamaré
ahora mismo ―dijo mi abuelo, sacándose el móvil de su pantalón.
Se apartó a un lado y
comenzó a llamarle.
En ese momento, Emmett y
Rosalie bajaron las escaleras y llegaron al destartalado salón.
―No hay nadie, pero toda la
casa ha sido desvalijada ―nos comunicó Em con nerviosismo.
Lo estaba tanto, que no se
había dado cuenta de que mi padre ya nos lo había dicho. Papá rechinó los
dientes, esta vez, en total sincronización con Jacob.
―Tendremos que repasar
todas nuestras pertenencias, para comprobar qué es lo que falta ―dijo papá,
intentando mantener su típica compostura tranquila.
―Pues, venga, vamos ―azuzó
Jake, ansioso, tirando de mí para dirigirse a las escaleras.
Al mismo tiempo, Carlisle
se acercó al grupo.
―Ya he llamado a Ezequiel.
Se ha puesto en camino y no tardará en llegar.
―Bien ―aprobó mi padre,
haciendo un ligero asentimiento de cabeza―. Mientras él llega, será mejor que
comprobemos nuestras pertenencias.
Todos asintieron y,
mientras que Jake y yo ya estábamos subiendo los peldaños, ellos empezaron a
ponerse manos a la obra.
Como había dicho Carlisle, Ezequiel
no tardó en venir, pero no llegó solo a casa. Aparte de Teresa, Jasper también
apareció por allí, avisado, al parecer, por la manada de Jacob. Eleazar,
Garrett, Kate y Tanya habían preferido quedarse por los bosques de La Push con
el resto de los lobos, por si acaso.
Me encontraba sentada
cuando atravesaron el umbral de la puerta, ya que Jacob había levantado y
acomodado uno de los sillones para mí como pudo, reuniendo todo el espumillón
desperdigado para formar un asiento mullido. Él se sentó en uno de los brazos
del mismo, sin soltar mi mano.
Jasper no pudo evitar
machacar las muelas cuando vio cómo estaba todo, aunque su vista enseguida
buscó a Alice. Ella corrió hacia él y se abrazaron.
―¿Estás bien? ―quiso saber,
llevando su mano a la mejilla de mi tía.
―Ajá. Estamos todos bien
―asintió ella, usando un tono despreocupado para ayudar a que él se calmase.
―Esto es obra de Nikoláy,
Ruslán y Razvan, sin duda ―afirmó Ezequiel, dejando atrás a la pareja, que ya
se estaban dando un discreto beso.
―Por eso te hemos llamado
―declaró Carlisle―. Gracias por venir, Ezequiel.
―No me lo agradezcas,
Carlisle. Ya sabes que siempre me tendréis para lo que necesitéis.
―Aun así, gracias ―insistió
mi abuelo.
Ezequiel asintió.
Mientras tanto, Teresa se
acercó a mí, sonriéndome con esa sonrisa tierna y dulce de siempre que me fue
imposible no corresponder.
―¿Cómo te encuentras? ―me
preguntó.
―Bien, muy bien ―le sonreí.
―Todo va viento en popa ―se
sumó Jacob.
―Me alegro mucho ―sonrió
Teresa.
―Bueno, ¿qué es lo que ha
pasado exactamente? ―quiso saber Ezequiel, colocándose en el centro del salón a
la vez que lo observaba todo.
―Nessie, Jacob y Bella
estaban paseando por el bosque, charlando, cuando escuchamos el rugido de Jacob
―explicó Alice, que ahora estaba al lado de Jasper―. Eso nos sobresaltó y
salimos de la casa para ayudarles.
―Estábamos por el bosque,
tan tranquilos, y de repente, ¡zas!, salieron unos espectros rarísimos de los
árboles ―siguió Jake, gesticulando con las manos.
―¿Unos espectros, dices?
―interrogó Ezequiel, mirándole con sumo interés. Parecía hacerse una idea de
qué se trataba.
―Sí, eran unos vampiros muy
raros que llevaban unas túnicas de color granate ―continué aclarando yo―. Creo
que eran vampiros, porque olían así, aunque no tenían rostro. Lo único que se
veía debajo de sus capuchas era una negrura espeluznante.
―Comprendo ―asintió nuestro
amigo mago.
―¿Sabes quiénes son? ―inquirió
Carlisle.
―Tendrías que decir qué son
―matizó Ezequiel.
―¿Cómo? ―parpadeó mi
abuelo, sin comprender.
―Son unas de las marionetas
de Ruslán ―desveló el primero.
―¿Marionetas? ―repitió
Jake, sorprendido―. ¿Quieres decir que son clones?
―No. Estas marionetas no
son clones.
―No entiendo nada ―bufó mi
chico, cruzándose de brazos, y al hacerlo, mi mano quedó encerrada en su cálido
pecho.
―Ya os expliqué una vez que
Razvan es capaz de hacer hechizos encadenados. Pues bien, Nikoláy y Ruslán son
especialistas en crear marionetas ―empezó a aclarar Ezequiel―. Son técnicas
sustraídas del budú y otras magias tradicionales muy antiguas. Pero hay
diferentes tipos de marionetas. Nikoláy es experto en hacer marionetas clones,
mientras que Ruslán lo es en hacer marionetas fantasma. Las marionetas clones
ya las conocéis, Nikoláy las utilizó en esa boda que tenían preparada para
invertir la profecía, y hoy habéis visto las marionetas fantasma de Ruslán.
―Qué bien, más marionetas…
―resopló Jacob.
―Las marionetas fantasma
son relativamente inofensivas ―siguió explicando Ezequiel―. Relativamente,
porque están en contacto continuo con Ruslán y pueden transmitir su magia,
aunque solo lo pueden usar en ciertas ocasiones especiales. Creo que en esta
ocasión, su misión solo consistía en distraer.
―Eso es lo que pensamos
nosotros ―manifestó Carlisle.
―Si esas marionetas
fantasma son inofensivas, ¿por qué Jacob no pudo hacer nada contra ellas?
―preguntó mamá.
―Porque son etéreas, no son
reales. No tienen alma, están vacías, en realidad, solo son túnicas rellenas de
magia negra.
―¿Y esa magia negra no es
suficiente para que Jacob pueda actuar? ―cuestionó Rose.
―En este caso, la magia
negra que rellena las túnicas solamente está siendo utilizada para mover las
marionetas y hacerlas aparecer, no está siendo usada para nada más, es por eso
que el poder espiritual del Gran Lobo lo único que ha conseguido es hacer que
desaparecieran, aunque por un breve instante, ya que Ruslán puede hacer que
resurjan de nuevo cuando quiera. El poder espiritual de Jacob hubiera destruido
las marionetas si esa magia negra le atacara a él o a alguno de vosotros, pero,
obviamente, eso no le interesaba a Ruslán, así que no hizo uso de ella para tal
fin ―explicó Ezequiel.
―Nikoláy, Ruslán y Razvan
son muy listos ―reprobó papá, rechinando los dientes.
No fue el único. Escuché
claramente cómo las muelas de mi chico se friccionaban las unas con las otras,
con rabia.
―Mientras las marionetas no
usen la magia de Ruslán, el poder espiritual de Jacob no sirve de nada. Sería
como si él atacase a esas cortinas de ahí ―y Ezequiel señaló las que aún
colgaban de la ventana―. Aunque ya digo que solamente pueden usar esa magia en
ocasiones determinadas.
Ahora entendía más cosas,
como, por ejemplo, por qué la patada de Alice tampoco había surtido efecto en
aquel vampiro fantasma.
―¿Y esos lobos normales?
¿Por qué ellos sí que pudieron destruir esas marionetas? ―pregunté, todavía
sobrecogida al recordarlo―. Solo son lobos corrientes.
―¿Lobos normales? ―Ezequiel
bajó las cejas con extrañeza.
―Sí, estábamos en aprietos y,
sin saber por qué ni de dónde salieron, llegaron un grupo de lobos comunes
―declaró Emmett, sonriendo―. Las marionetas los vieron y se asustaron, pero
esos lobos no les dieron cuartel. Se arrojaron hacia ellas y, asombrosamente, las
destruyeron.
―Los lobos vinieron a
ayudarme. Yo les llamé ―afirmó Jake como si tal cosa.
―¿Tú les llamaste?
―inquirí, mirándole con grata sorpresa.
Jake bajó el rostro y lo
ladeó para dirigirse a mí.
―Sí. Bueno, no con
telepatía, claro, sino que fue mi poder espiritual. Verás ―se acomodó en el
brazo del sofá para observarme mejor y siguió hablando. Rose ya estaba poniendo
los ojos en blanco, preparándose para una larga explicación―, estábamos
rodeados por esos espectros raros, ¿no? Pues no sé por qué sentí que tenía que
llamar a esos lobos, ¿sabes? Se me ocurrió así, de repente, ni siquiera sabía
si estaban cerca o no, solamente había detectado sus efluvios mientras tu madre
y tú hablabais, pero podían haber estado por allí hacía un buen rato y haberse
largado. Pero ahí estaba yo, sintiendo que tenía que llamarles, la imagen de
esos lobos no hacía más que aparecer en mi sesera. Creo que fue mi poder
espiritual el que me lo dijo ―hizo una mueca―. En fin. Entonces, supe lo que
tenía que hacer. Erigí mi círculo de luz brillante y lo bombeé ―su mano suelta
imitó un bombeo―. No te imaginas lo que pasó después ―se quedó mirándome con
una enorme sonrisa en la cara, esperando mi respuesta.
Rose suspiró.
―No, ¿qué pasó? ―reí.
―Vas a alucinar. Mi círculo
de luz emitió unas ondas, ¿puedes creerlo? ―se rio, como si todavía no
terminara de creérselo―. Las ondas se extendieron por todo el bosque y los
lobos, donde quiera que estuvieran, las detectaron. No debían de andar muy
lejos, porque llegaron enseguida.
―Qué guay ―reí otra vez,
mirándole con una admiración que no podía ocultar.
Sentí unas ganas enormes de
darle un buen beso. Estaba tan orgullosa de él. Emmett le sonrió y le dio una
palmada en la espalda a modo de reconocimiento.
―Asombroso ―alabó mi padre.
―Ciertamente ―coincidió
Ezequiel, haciendo un ligero asentimiento de cabeza mientras observaba a Jake
con mucha atención―. Ya te lo dije, Jacob. Irás descubriendo más cosas de tu
enorme poder espiritual poco a poco.
―Ya veo, ya ―sonrió él.
―¿Qué opinas? ―le preguntó
Carlisle.
Ezequiel se llevó la mano a
la barbilla y se quedó pensativo durante un rato.
―No estoy seguro ―habló
finalmente―. Creo que la clave para destruir a las marionetas estaba en esos
lobos y que el espíritu de Gran Lobo lo sabía, por eso Jacob sintió que tenía
que llamarles. Lo que no sé es por qué esos lobos lograron terminar con las
marionetas fantasma. Tendría que investigarlo y consultarlo en mis libros.
―Al menos, lo que está
claro es que todo fue una maniobra de distracción para acceder a nuestro hogar
sin problemas ―dijo papá.
―En efecto ―secundó
Ezequiel―. Algunos miembros de la guardia de Nikoláy, Ruslán y Razvan han
estado por aquí, no hay duda.
―¿La guardia? Creía que
habíamos terminado con ellos en aquella iglesia de Bulgaria y que los que se
habían quedado en el castillo habían huido lejos ―manifestó Jake, extrañado.
―Tal vez no sean los mismos
que entonces, pero está claro que siguen teniendo súbditos que les sirven
―declaró el mago―. No solo Vladimir y Stefan se han rearmado, Nikoláy, Ruslán y
Razvan también lo han hecho, estoy completamente seguro.
―Claro, es lógico ―opinó
Jasper.
―Habrán puesto una barrera
alrededor de la casa para que no pudieseis escuchar nada ―siguió Ezequiel,
mirando los destrozos de su alrededor―. Y un hechizo basta para ocultar su
olor, como recordaréis.
―Sí, me acuerdo. Son esos
envoltorios de color gris ―recordó Jacob, usando cierto retintín.
―¿Qué vendrían a buscar?
―inquirió mi madre, mordiéndose la uña de su dedo pulgar al tiempo que pensaba.
―¿Habéis notado la ausencia
de alguna de vuestras pertenencias? ―quiso saber Ezequiel.
―No, que sepamos ―le
contestó mi padre―. Hemos registrado la casa palmo a palmo, pero todo lo que
teníamos sigue aquí.
Nuestro amigo mago se quedó
reflexionando otro momento.
―Mejor empecemos por el
principio ―propuso cuando terminó de pensar―. Decidme, ¿por qué habéis venido
aquí?
―Para hacer la primera
ecografía del bebé ―respondió Alice, dando un saltito alegre.
Ezequiel se quedó pensativo
de nuevo.
―¿Te han hecho una
ecografía? ―me preguntó Teresa, contenta.
―Sí, ¿quieres verla? ―le
ratifiqué, sonriendo con ilusión.
De paso, así aprovechaba
para darle otro vistazo.
―Sí, por favor ―sonrió.
―Yo te la paso ―se ofreció
Alice, que ya se había dirigido hacia mi cazadora.
―¿Cómo sabes que la tengo
ahí? ―quise saber.
―¿Crees que no sé que Jacob
la cogió y se la llevó con vosotros para que no me la quedase? ―adivinó,
sacando la ecografía del bolsillo.
―Ya veo que no se te escapa
nada ―reí.
―No me la voy a quedar
―aseguró, aprovechando para mirarla―. Solo quería ver al bebé un poco más, eso
es todo ―se defendió, y luego se acercó a nosotros para darle la ecografía a
Teresa.
―Ya, pero para ti ver la
ecografía un poco más significa que no la vas a soltar hasta que el bebé nazca
―afirmó Jake.
Los demás nos reímos, pero
Alice le dedicó un mohín.
―Es precioso ―murmuró
Teresa al ver la ecografía―. Me recuerda a la que me hicieron a mí cuando
estaba embarazada de Mercedes, aunque la tecnología de entonces era un poco
peor que la de ahora y no salía tan nítida.
Teresa me sonrió y me pasó
la ecografía. Jacob y yo la observamos y después nos miramos, sonrientes.
―Es la ecografía ―exhaló
Ezequiel de pronto, abriendo los ojos como platos cuando por fin cayó en ello.
Mi mano apretó la de Jacob.
―¿Qué? ―musité, perpleja.
―No sé cómo se han
enterado, puede que hubieran estado esperando esto desde hace tiempo y os
siguieran hasta aquí, o quizá ya se encontraban por estas tierras que no
estaban siendo tan vigiladas, pero es evidente que lo que estaban buscando era
esa ecografía ―afirmó con un tono más serio de lo que a mí me hubiese gustado.
―¿Pero para qué la quieren?
―consiguió preguntar mamá, ya que Jake y yo todavía estábamos demasiado perplejos.
Entonces, Ezequiel nos miró
con una precaución que ya me asustó.
―Necesitan una imagen del
bebé para hacer magia negra ―reveló con voz grave. Me quedé sin respiración por
un instante y la mano de Jake se agarrotó―. Saben que tú vas a estar extremadamente
protegida, por eso quieren… atacar al bebé con algún tipo de hechizo oscuro.
―Dios mío… ―musitó Esme,
llevándose la mano al corazón, horrorizada.
Ezequiel había intentado
suavizarlo, pero sus graves palabras estuvieron rebotando en mi cerebro durante
un rato. Ese eco frío y helado traía visos de mi horrible pesadilla. Si cerraba
los ojos, podía ver mi vientre ensangrentado…
Casi se me cae la ecografía
de la mano.
―Tranquila, preciosa
―intentó calmarme Jacob, acariciando mi rostro―. Eso no va a ocurrir, ¿me oyes?
Yo os protegeré.
―Tendremos que tener
cuidado con las pertenencias del bebé, entonces ―dijo Jasper.
―No es necesario ―contestó
Ezequiel, hablando con más relajación para transmitirla a todos―. Esas cosas
todavía no han sido usadas por el niño, son impersonales, por decirlo de alguna
manera, así que no les sirven. En cambio, una fotografía es lo bastante
personal como para que puedan hacer un hechizo.
―¿Y qué hacemos? ―mi
respiración se iba agitando por momentos.
―Tranquila, pequeña ―me calmó
Jake de nuevo, dándome un suave beso en la cabeza.
―En mi opinión, y siento
tener que decirlo, deberíais deshaceros de esa ecografía ―aconsejó Ezequiel,
mirándonos algo apenado, aunque con convicción―. Lo mejor sería quemarla.
―Más vale prevenir ―asintió
mi padre.
Mi corazón se volvió a
helar, pero tenía razón. Me daba una pena horrible, sin embargo, no iba a poner
la vida de mi bebé en peligro por una fotografía. Además, cuando quisiera ver
al bebé solamente tenía que pedírselo a Carlisle y él me haría otra ecografía,
aunque no me la imprimiera.
Jacob y yo nos miramos y
supe que él estaba pensando exactamente lo mismo que yo. Ambos asentimos a la
vez mientras suspirábamos resignados.
Alcé la foto de nuestro
bebé y los dos la miramos por última vez.
―Te volveremos a ver, peque
―afirmó Jake, hablando con la ecografía.
Acaricié la imagen con mi
dedo pulgar y le di un beso. Después, se la pasé a Ezequiel.
―La quemaré en la cocina
―dijo el mago, dirigiéndose hacia allí.
―Gracias ―le agradecí, por
tomarse las molestias de ser delicado y no hacerlo delante de nosotros.
Ezequiel asintió con una
media sonrisa y siguió su marcha.
―Te ayudaré ―le acompañó
Carlisle.
―A partir de ahora, nada de
imprimir las ecografías ―declaró Emmett.
Me quedé observando cómo el
mago y mi abuelo entraban en la cocina con una sensación de desazón enorme,
porque ahora ya no iba a tener ese recuerdo de nuestro bebé. Su primera
fotografía. Jacob me arrimó a su costado, pasando su brazo por mis hombros, y
me dio otro beso en la cabeza, mirando lo mismo que yo.
Al rato, un olor a papel
quemado invadió la estancia.
¡Hola a todos! Soy Tamara ^^
ResponderEliminar¡¡¡MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR LEYÉNDOME!!! SOIS LOS MEJORES, EN SERIO, Y ME ANIMÁIS TANTO... *-* ¡OS QUIERO MUCHO!
Kiara: no te preocupes, guapa, aquí siempre sois todos bienvenidos!!!! Espero que se te haya arreglado la compu ;)
Bueno, bueno, os habéis quedado así O-O con el capi anterior, ¿eh? jejejeje. De eso se trata... jeje. En fin, ya veremos por qué Jake no pudo hacer nada contra esos vampiros fantasma y qué hacía allí esos lobos normales y por qué ellos sí que pudieron acabar con los fantasmas. Pero las cosas poco a poco, jaja. Llegará más acción, no os preocupéis ;)
Lametones para todos!!!!
Amiga Tamara!!! Eres increible!! cada vez esta historia de nuestros amados Jacob y Nessie se vuelve más y más interesante!!! Super!!! Felicidades!!!! sigue creando!!!!
ResponderEliminarAnita
SUPER! HERMOSO!! BELLISIMO!! INTRIGANTE :B PERO GENIAL!!!! ME GUSTO MUCHISISISISISISISIMO!
ResponderEliminarHasta el sabado!!!
PD: Please!!! explica como hicieron esos lobos comunes!?!?
Te mando un beso!
Lizbeth, Republica Dominicana
Hola Tamara^^
ResponderEliminarMe encanto este capitulo, eres una muy buena escritora, Te voy a dejar mi mail, para cuando hagas tu próximo libro, me lo puedes mandar??, sino, me dices como se llamara, y me lo compro encantada de la vida, es: kmuperez_21@hotmail.com
Me voy a seguir leyendo,
Lametones desde Uruguay!!^^