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jueves, 13 de octubre de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 96: MANIOBRA



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NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").

Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏


CAPITULOS:

PARTE DOS: NUEVA ERA

RENESMEE:

77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
93. BENEFICIO COLATERAL: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-93-beneficio.html
94. ECOGRAFÍA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-94-ecografia.html
95. FANTASMAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-95-fantasmas.html


MANIOBRA


Jake entró en la casa muy exaltado. Estaba realmente enfadado y nervioso por lo que había pasado y, desde que había adoptado su forma humana, no había soltado mi mano ni una milésima de segundo. Nos acabábamos de despedir de los miembros de la manada, que se habían quedado por los alrededores para vigilar. Jacob había llamado a un grupo durante esa extraña pelea con los vampiros fantasma, pero habían llegado un poco tarde, puesto que habían tenido que venir desde La Push y no les había dado tiempo a hacerlo más deprisa.
―¡Malditos magos! ¡Han tenido que ser ellos, seguro! ―bramó mientras pasábamos al salón―. ¡Esto huele a magia negra por todas partes!
De repente, sus pies se pararon en seco, haciendo que yo chocase contra su ancha y poderosa espalda, y toda mi familia se detuvo con él, observando la estancia con horror. Me puse junto a Jake, descolocada por la reacción de todos, y entonces vi el porqué.
Jadeé con impresión y mi mandíbula se quedó colgando. Mi mano apretó a la de Jacob, que la correspondió, aportándome más seguridad. Todo el salón estaba patas arriba. El níveo sofá tenía el respaldo apoyado en el suelo y estaba unos metros desplazado de su sitio, señal de que alguien lo había empujado con brusquedad para tumbarlo. Los asientos y los cojines reposaban en la superficie del forjado, habían sido rasgados y vaciados de su espumillón, al igual que el bajo del sofá. Los sillones se encontraban en una situación similar, las mesitas también yacían en el suelo, así como las lámparas y los jarrones, víctimas de unos fuertes golpes que las habían roto, incluso la mesa de cristal estaba hecha añicos, los cuadros, tirados también sobre el piso, habían sido rasgados con algo afilado y la alfombra estaba completamente deshecha, reducida a unos simples jirones. La televisión, el aparato de DVD, la cadena de música… Todo, todo había sido arrasado. Pero lo que más me impactó fue ver el hermoso piano de cola blanco destrozado, ese en el que mi padre y yo habíamos tocado tantas canciones…
―¿Qué es… esto? ―musitó mamá, espantada.
Mi padre le pasó el brazo por la cintura para calmarla.
―Mierda, alguien ha desvalijado el salón mientras estábamos en el bosque ―farfulló Jake, aún sorprendido.
―Esto tiene mala pinta ―secundó Emmett, que miraba la escena más que serio.
―Dios mío… ―murmuró Esme, llevándose la mano a la boca.
―Edward, tu piano ―lamentó Alice cuando lo vio.
―El piano es lo de menos ―afirmó él con voz grave.
―Me temo que todo lo que ha ocurrido en el bosque se ha tratado de una maniobra de distracción ―afirmó Carlisle, hablando con una sobriedad resignada.
―¿Una maniobra de distracción? ¿Te refieres a que todo ha sido una trampa para que tuvieran vía libre aquí? ―preguntó Jacob, frunciendo el ceño, enfadado.
―Eso me temo, Jacob.
―Sabían que iríamos todos a ayudaros ―gruñó mi padre.
Mi chico miró hacia otro lado al tiempo que llevaba su mano suelta a su pelo con nerviosismo y exasperación.
―¿Quién habrá hecho esto? ―interrogó Carmen, espantada.
―¿No está claro? Esto es obra de esos asquerosos magos ―Jake no pudo evitar terminar la frase con un rechinamiento de dientes.
Su cuerpo tembló ligeramente, de la rabia, así que acaricié su brazo para calmarle un poco.
―¿Pero qué han venido a buscar? ―inquirió mi madre, observando a su alrededor―. Aquí no hay nada que sea de su interés.
―Pues algo lo tiene, por lo visto ―resopló Jacob.
―Tendremos que averiguarlo ―declaró Carlisle.
―¿Y si siguen aquí? ―se me ocurrió de pronto, apretando la mano de Jacob de nuevo, con miedo.
―Iré a revisar la casa ―se ofreció Emmett, ya corriendo hacia las escaleras.
―Te acompaño ―le siguió Rose.
Los dos se perdieron al subir como relámpagos.
―No sé si os habéis dado cuenta, pero no se detecta ningún efluvio diferente al nuestro en el salón ―manifestó Alice―. Y tampoco escuchamos ningún ruido desde el bosque.
―Porque han usado alguno de sus truquitos para ocultar su olor, está claro, y puede que también hicieran otro para ocultar los ruidos ―opinó mi chico, resoplando otra vez.
―Y otro para los pensamientos ―añadió mi padre―. Yo no oí ninguna mente, aparte de las nuestras.
―Seguramente han utilizado una de esas barreras transparentes, como la que utilizaron cuando nos secuestraron a Helen y a mí en el bosque que hay junto a su casa ―declaré, y me dio un escalofrío al acordarme de aquello.
Jacob se pegó a mí y me besó en la sien.
―Sí, tiene toda la pinta ―coincidió él.
―También han estado por el resto de la casa ―nos reveló papá, que debía de haberlo visto en la mente de mis tíos.
―Qué horror… ―musitó Esme, llena de preocupación.
Carlisle la alentó con otro beso en la cabeza.
―Deberíamos llamar a Ezequiel ―sugirió mi progenitor―. Él es quien mejor conoce a Razvan, Nikoláy y Ruslán, tal vez nos pueda ayudar en esto.
―Buena idea. Lo llamaré ahora mismo ―dijo mi abuelo, sacándose el móvil de su pantalón.
Se apartó a un lado y comenzó a llamarle.
En ese momento, Emmett y Rosalie bajaron las escaleras y llegaron al destartalado salón.
―No hay nadie, pero toda la casa ha sido desvalijada ―nos comunicó Em con nerviosismo.
Lo estaba tanto, que no se había dado cuenta de que mi padre ya nos lo había dicho. Papá rechinó los dientes, esta vez, en total sincronización con Jacob.
―Tendremos que repasar todas nuestras pertenencias, para comprobar qué es lo que falta ―dijo papá, intentando mantener su típica compostura tranquila.
―Pues, venga, vamos ―azuzó Jake, ansioso, tirando de mí para dirigirse a las escaleras.
Al mismo tiempo, Carlisle se acercó al grupo.
―Ya he llamado a Ezequiel. Se ha puesto en camino y no tardará en llegar.
―Bien ―aprobó mi padre, haciendo un ligero asentimiento de cabeza―. Mientras él llega, será mejor que comprobemos nuestras pertenencias.
Todos asintieron y, mientras que Jake y yo ya estábamos subiendo los peldaños, ellos empezaron a ponerse manos a la obra.

Como había dicho Carlisle, Ezequiel no tardó en venir, pero no llegó solo a casa. Aparte de Teresa, Jasper también apareció por allí, avisado, al parecer, por la manada de Jacob. Eleazar, Garrett, Kate y Tanya habían preferido quedarse por los bosques de La Push con el resto de los lobos, por si acaso.
Me encontraba sentada cuando atravesaron el umbral de la puerta, ya que Jacob había levantado y acomodado uno de los sillones para mí como pudo, reuniendo todo el espumillón desperdigado para formar un asiento mullido. Él se sentó en uno de los brazos del mismo, sin soltar mi mano.
Jasper no pudo evitar machacar las muelas cuando vio cómo estaba todo, aunque su vista enseguida buscó a Alice. Ella corrió hacia él y se abrazaron.
―¿Estás bien? ―quiso saber, llevando su mano a la mejilla de mi tía.
―Ajá. Estamos todos bien ―asintió ella, usando un tono despreocupado para ayudar a que él se calmase.
―Esto es obra de Nikoláy, Ruslán y Razvan, sin duda ―afirmó Ezequiel, dejando atrás a la pareja, que ya se estaban dando un discreto beso.
―Por eso te hemos llamado ―declaró Carlisle―. Gracias por venir, Ezequiel.
―No me lo agradezcas, Carlisle. Ya sabes que siempre me tendréis para lo que necesitéis.
―Aun así, gracias ―insistió mi abuelo.
Ezequiel asintió.
Mientras tanto, Teresa se acercó a mí, sonriéndome con esa sonrisa tierna y dulce de siempre que me fue imposible no corresponder.
―¿Cómo te encuentras? ―me preguntó.
―Bien, muy bien ―le sonreí.
―Todo va viento en popa ―se sumó Jacob.
―Me alegro mucho ―sonrió Teresa.
―Bueno, ¿qué es lo que ha pasado exactamente? ―quiso saber Ezequiel, colocándose en el centro del salón a la vez que lo observaba todo.
―Nessie, Jacob y Bella estaban paseando por el bosque, charlando, cuando escuchamos el rugido de Jacob ―explicó Alice, que ahora estaba al lado de Jasper―. Eso nos sobresaltó y salimos de la casa para ayudarles.
―Estábamos por el bosque, tan tranquilos, y de repente, ¡zas!, salieron unos espectros rarísimos de los árboles ―siguió Jake, gesticulando con las manos.
―¿Unos espectros, dices? ―interrogó Ezequiel, mirándole con sumo interés. Parecía hacerse una idea de qué se trataba.
―Sí, eran unos vampiros muy raros que llevaban unas túnicas de color granate ―continué aclarando yo―. Creo que eran vampiros, porque olían así, aunque no tenían rostro. Lo único que se veía debajo de sus capuchas era una negrura espeluznante.
―Comprendo ―asintió nuestro amigo mago.
―¿Sabes quiénes son? ―inquirió Carlisle.
―Tendrías que decir qué son ―matizó Ezequiel.
―¿Cómo? ―parpadeó mi abuelo, sin comprender.
―Son unas de las marionetas de Ruslán ―desveló el primero.
―¿Marionetas? ―repitió Jake, sorprendido―. ¿Quieres decir que son clones?
―No. Estas marionetas no son clones.
―No entiendo nada ―bufó mi chico, cruzándose de brazos, y al hacerlo, mi mano quedó encerrada en su cálido pecho.
―Ya os expliqué una vez que Razvan es capaz de hacer hechizos encadenados. Pues bien, Nikoláy y Ruslán son especialistas en crear marionetas ―empezó a aclarar Ezequiel―. Son técnicas sustraídas del budú y otras magias tradicionales muy antiguas. Pero hay diferentes tipos de marionetas. Nikoláy es experto en hacer marionetas clones, mientras que Ruslán lo es en hacer marionetas fantasma. Las marionetas clones ya las conocéis, Nikoláy las utilizó en esa boda que tenían preparada para invertir la profecía, y hoy habéis visto las marionetas fantasma de Ruslán.
―Qué bien, más marionetas… ―resopló Jacob.
―Las marionetas fantasma son relativamente inofensivas ―siguió explicando Ezequiel―. Relativamente, porque están en contacto continuo con Ruslán y pueden transmitir su magia, aunque solo lo pueden usar en ciertas ocasiones especiales. Creo que en esta ocasión, su misión solo consistía en distraer.
―Eso es lo que pensamos nosotros ―manifestó Carlisle.
―Si esas marionetas fantasma son inofensivas, ¿por qué Jacob no pudo hacer nada contra ellas? ―preguntó mamá.
―Porque son etéreas, no son reales. No tienen alma, están vacías, en realidad, solo son túnicas rellenas de magia negra.
―¿Y esa magia negra no es suficiente para que Jacob pueda actuar? ―cuestionó Rose.
―En este caso, la magia negra que rellena las túnicas solamente está siendo utilizada para mover las marionetas y hacerlas aparecer, no está siendo usada para nada más, es por eso que el poder espiritual del Gran Lobo lo único que ha conseguido es hacer que desaparecieran, aunque por un breve instante, ya que Ruslán puede hacer que resurjan de nuevo cuando quiera. El poder espiritual de Jacob hubiera destruido las marionetas si esa magia negra le atacara a él o a alguno de vosotros, pero, obviamente, eso no le interesaba a Ruslán, así que no hizo uso de ella para tal fin ―explicó Ezequiel.
―Nikoláy, Ruslán y Razvan son muy listos ―reprobó papá, rechinando los dientes.
No fue el único. Escuché claramente cómo las muelas de mi chico se friccionaban las unas con las otras, con rabia.
―Mientras las marionetas no usen la magia de Ruslán, el poder espiritual de Jacob no sirve de nada. Sería como si él atacase a esas cortinas de ahí ―y Ezequiel señaló las que aún colgaban de la ventana―. Aunque ya digo que solamente pueden usar esa magia en ocasiones determinadas.
Ahora entendía más cosas, como, por ejemplo, por qué la patada de Alice tampoco había surtido efecto en aquel vampiro fantasma.
―¿Y esos lobos normales? ¿Por qué ellos sí que pudieron destruir esas marionetas? ―pregunté, todavía sobrecogida al recordarlo―. Solo son lobos corrientes.
―¿Lobos normales? ―Ezequiel bajó las cejas con extrañeza.
―Sí, estábamos en aprietos y, sin saber por qué ni de dónde salieron, llegaron un grupo de lobos comunes ―declaró Emmett, sonriendo―. Las marionetas los vieron y se asustaron, pero esos lobos no les dieron cuartel. Se arrojaron hacia ellas y, asombrosamente, las destruyeron.
―Los lobos vinieron a ayudarme. Yo les llamé ―afirmó Jake como si tal cosa.
―¿Tú les llamaste? ―inquirí, mirándole con grata sorpresa.
Jake bajó el rostro y lo ladeó para dirigirse a mí.
―Sí. Bueno, no con telepatía, claro, sino que fue mi poder espiritual. Verás ―se acomodó en el brazo del sofá para observarme mejor y siguió hablando. Rose ya estaba poniendo los ojos en blanco, preparándose para una larga explicación―, estábamos rodeados por esos espectros raros, ¿no? Pues no sé por qué sentí que tenía que llamar a esos lobos, ¿sabes? Se me ocurrió así, de repente, ni siquiera sabía si estaban cerca o no, solamente había detectado sus efluvios mientras tu madre y tú hablabais, pero podían haber estado por allí hacía un buen rato y haberse largado. Pero ahí estaba yo, sintiendo que tenía que llamarles, la imagen de esos lobos no hacía más que aparecer en mi sesera. Creo que fue mi poder espiritual el que me lo dijo ―hizo una mueca―. En fin. Entonces, supe lo que tenía que hacer. Erigí mi círculo de luz brillante y lo bombeé ―su mano suelta imitó un bombeo―. No te imaginas lo que pasó después ―se quedó mirándome con una enorme sonrisa en la cara, esperando mi respuesta.
Rose suspiró.
―No, ¿qué pasó? ―reí.
―Vas a alucinar. Mi círculo de luz emitió unas ondas, ¿puedes creerlo? ―se rio, como si todavía no terminara de creérselo―. Las ondas se extendieron por todo el bosque y los lobos, donde quiera que estuvieran, las detectaron. No debían de andar muy lejos, porque llegaron enseguida.
―Qué guay ―reí otra vez, mirándole con una admiración que no podía ocultar.
Sentí unas ganas enormes de darle un buen beso. Estaba tan orgullosa de él. Emmett le sonrió y le dio una palmada en la espalda a modo de reconocimiento.
―Asombroso ―alabó mi padre.
―Ciertamente ―coincidió Ezequiel, haciendo un ligero asentimiento de cabeza mientras observaba a Jake con mucha atención―. Ya te lo dije, Jacob. Irás descubriendo más cosas de tu enorme poder espiritual poco a poco.
―Ya veo, ya ―sonrió él.
―¿Qué opinas? ―le preguntó Carlisle.
Ezequiel se llevó la mano a la barbilla y se quedó pensativo durante un rato.
―No estoy seguro ―habló finalmente―. Creo que la clave para destruir a las marionetas estaba en esos lobos y que el espíritu de Gran Lobo lo sabía, por eso Jacob sintió que tenía que llamarles. Lo que no sé es por qué esos lobos lograron terminar con las marionetas fantasma. Tendría que investigarlo y consultarlo en mis libros.
―Al menos, lo que está claro es que todo fue una maniobra de distracción para acceder a nuestro hogar sin problemas ―dijo papá.
―En efecto ―secundó Ezequiel―. Algunos miembros de la guardia de Nikoláy, Ruslán y Razvan han estado por aquí, no hay duda.
―¿La guardia? Creía que habíamos terminado con ellos en aquella iglesia de Bulgaria y que los que se habían quedado en el castillo habían huido lejos ―manifestó Jake, extrañado.
―Tal vez no sean los mismos que entonces, pero está claro que siguen teniendo súbditos que les sirven ―declaró el mago―. No solo Vladimir y Stefan se han rearmado, Nikoláy, Ruslán y Razvan también lo han hecho, estoy completamente seguro.
―Claro, es lógico ―opinó Jasper.
―Habrán puesto una barrera alrededor de la casa para que no pudieseis escuchar nada ―siguió Ezequiel, mirando los destrozos de su alrededor―. Y un hechizo basta para ocultar su olor, como recordaréis.
―Sí, me acuerdo. Son esos envoltorios de color gris ―recordó Jacob, usando cierto retintín.
―¿Qué vendrían a buscar? ―inquirió mi madre, mordiéndose la uña de su dedo pulgar al tiempo que pensaba.
―¿Habéis notado la ausencia de alguna de vuestras pertenencias? ―quiso saber Ezequiel.
―No, que sepamos ―le contestó mi padre―. Hemos registrado la casa palmo a palmo, pero todo lo que teníamos sigue aquí.
Nuestro amigo mago se quedó reflexionando otro momento.
―Mejor empecemos por el principio ―propuso cuando terminó de pensar―. Decidme, ¿por qué habéis venido aquí?
―Para hacer la primera ecografía del bebé ―respondió Alice, dando un saltito alegre.
Ezequiel se quedó pensativo de nuevo.
―¿Te han hecho una ecografía? ―me preguntó Teresa, contenta.
―Sí, ¿quieres verla? ―le ratifiqué, sonriendo con ilusión.
De paso, así aprovechaba para darle otro vistazo.
―Sí, por favor ―sonrió.
―Yo te la paso ―se ofreció Alice, que ya se había dirigido hacia mi cazadora.
―¿Cómo sabes que la tengo ahí? ―quise saber.
―¿Crees que no sé que Jacob la cogió y se la llevó con vosotros para que no me la quedase? ―adivinó, sacando la ecografía del bolsillo.
―Ya veo que no se te escapa nada ―reí.
―No me la voy a quedar ―aseguró, aprovechando para mirarla―. Solo quería ver al bebé un poco más, eso es todo ―se defendió, y luego se acercó a nosotros para darle la ecografía a Teresa.
―Ya, pero para ti ver la ecografía un poco más significa que no la vas a soltar hasta que el bebé nazca ―afirmó Jake.
Los demás nos reímos, pero Alice le dedicó un mohín.
―Es precioso ―murmuró Teresa al ver la ecografía―. Me recuerda a la que me hicieron a mí cuando estaba embarazada de Mercedes, aunque la tecnología de entonces era un poco peor que la de ahora y no salía tan nítida.
Teresa me sonrió y me pasó la ecografía. Jacob y yo la observamos y después nos miramos, sonrientes.
―Es la ecografía ―exhaló Ezequiel de pronto, abriendo los ojos como platos cuando por fin cayó en ello.
Mi mano apretó la de Jacob.
―¿Qué? ―musité, perpleja.
―No sé cómo se han enterado, puede que hubieran estado esperando esto desde hace tiempo y os siguieran hasta aquí, o quizá ya se encontraban por estas tierras que no estaban siendo tan vigiladas, pero es evidente que lo que estaban buscando era esa ecografía ―afirmó con un tono más serio de lo que a mí me hubiese gustado.
―¿Pero para qué la quieren? ―consiguió preguntar mamá, ya que Jake y yo todavía estábamos demasiado perplejos.
Entonces, Ezequiel nos miró con una precaución que ya me asustó.
―Necesitan una imagen del bebé para hacer magia negra ―reveló con voz grave. Me quedé sin respiración por un instante y la mano de Jake se agarrotó―. Saben que tú vas a estar extremadamente protegida, por eso quieren… atacar al bebé con algún tipo de hechizo oscuro.
―Dios mío… ―musitó Esme, llevándose la mano al corazón, horrorizada.
Ezequiel había intentado suavizarlo, pero sus graves palabras estuvieron rebotando en mi cerebro durante un rato. Ese eco frío y helado traía visos de mi horrible pesadilla. Si cerraba los ojos, podía ver mi vientre ensangrentado…
Casi se me cae la ecografía de la mano.
―Tranquila, preciosa ―intentó calmarme Jacob, acariciando mi rostro―. Eso no va a ocurrir, ¿me oyes? Yo os protegeré.
―Tendremos que tener cuidado con las pertenencias del bebé, entonces ―dijo Jasper.
―No es necesario ―contestó Ezequiel, hablando con más relajación para transmitirla a todos―. Esas cosas todavía no han sido usadas por el niño, son impersonales, por decirlo de alguna manera, así que no les sirven. En cambio, una fotografía es lo bastante personal como para que puedan hacer un hechizo.
―¿Y qué hacemos? ―mi respiración se iba agitando por momentos.
―Tranquila, pequeña ―me calmó Jake de nuevo, dándome un suave beso en la cabeza.
―En mi opinión, y siento tener que decirlo, deberíais deshaceros de esa ecografía ―aconsejó Ezequiel, mirándonos algo apenado, aunque con convicción―. Lo mejor sería quemarla.
―Más vale prevenir ―asintió mi padre.
Mi corazón se volvió a helar, pero tenía razón. Me daba una pena horrible, sin embargo, no iba a poner la vida de mi bebé en peligro por una fotografía. Además, cuando quisiera ver al bebé solamente tenía que pedírselo a Carlisle y él me haría otra ecografía, aunque no me la imprimiera.
Jacob y yo nos miramos y supe que él estaba pensando exactamente lo mismo que yo. Ambos asentimos a la vez mientras suspirábamos resignados.
Alcé la foto de nuestro bebé y los dos la miramos por última vez.
―Te volveremos a ver, peque ―afirmó Jake, hablando con la ecografía.
Acaricié la imagen con mi dedo pulgar y le di un beso. Después, se la pasé a Ezequiel.
―La quemaré en la cocina ―dijo el mago, dirigiéndose hacia allí.
―Gracias ―le agradecí, por tomarse las molestias de ser delicado y no hacerlo delante de nosotros.
Ezequiel asintió con una media sonrisa y siguió su marcha.
―Te ayudaré ―le acompañó Carlisle.
―A partir de ahora, nada de imprimir las ecografías ―declaró Emmett.
Me quedé observando cómo el mago y mi abuelo entraban en la cocina con una sensación de desazón enorme, porque ahora ya no iba a tener ese recuerdo de nuestro bebé. Su primera fotografía. Jacob me arrimó a su costado, pasando su brazo por mis hombros, y me dio otro beso en la cabeza, mirando lo mismo que yo.
Al rato, un olor a papel quemado invadió la estancia.

4 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy Tamara ^^

    ¡¡¡MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR LEYÉNDOME!!! SOIS LOS MEJORES, EN SERIO, Y ME ANIMÁIS TANTO... *-* ¡OS QUIERO MUCHO!

    Kiara: no te preocupes, guapa, aquí siempre sois todos bienvenidos!!!! Espero que se te haya arreglado la compu ;)

    Bueno, bueno, os habéis quedado así O-O con el capi anterior, ¿eh? jejejeje. De eso se trata... jeje. En fin, ya veremos por qué Jake no pudo hacer nada contra esos vampiros fantasma y qué hacía allí esos lobos normales y por qué ellos sí que pudieron acabar con los fantasmas. Pero las cosas poco a poco, jaja. Llegará más acción, no os preocupéis ;)

    Lametones para todos!!!!

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  2. Amiga Tamara!!! Eres increible!! cada vez esta historia de nuestros amados Jacob y Nessie se vuelve más y más interesante!!! Super!!! Felicidades!!!! sigue creando!!!!

    Anita

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  3. SUPER! HERMOSO!! BELLISIMO!! INTRIGANTE :B PERO GENIAL!!!! ME GUSTO MUCHISISISISISISISIMO!

    Hasta el sabado!!!

    PD: Please!!! explica como hicieron esos lobos comunes!?!?

    Te mando un beso!

    Lizbeth, Republica Dominicana

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  4. Hola Tamara^^
    Me encanto este capitulo, eres una muy buena escritora, Te voy a dejar mi mail, para cuando hagas tu próximo libro, me lo puedes mandar??, sino, me dices como se llamara, y me lo compro encantada de la vida, es: kmuperez_21@hotmail.com
    Me voy a seguir leyendo,
    Lametones desde Uruguay!!^^

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