TODOS LOS CAPÍTULOS ESTÁN REGISTRADOS EN SAVECREATIVE PARA EVITAR PLAGIOS
NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").
Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏
CAPITULOS:
PARTE DOS: NUEVA ERA
RENESMEE:
77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
93. BENEFICIO COLATERAL: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-93-beneficio.html
94. ECOGRAFÍA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-94-ecografia.html
FANTASMAS
Jake se había transformado y se encontraba un poco más adelantado que
nosotras, vigilando todos los alrededores. Solamente nos separaban unos cinco
metros, pero eso era suficiente para que mi madre y yo tuviéramos algo más de
intimidad para poder charlar a gusto. Creo que mamá había accedido a que Jake
viniera porque sabía que yo no le podía guardar ningún secreto e irremediablemente
iba a terminar contándoselo todo, aunque Jacob también era su mejor amigo, así
que tal vez no se sentía incómoda con el hecho de que él estuviera presente.
Además, mi madre ya se había dado cuenta de que sabíamos de este mal trago por
el que estaba pasando.
Paseábamos despacio entre los árboles del bosque, pisando esas hojas
de color rojizo que hoy estaban secas, puesto que, milagrosamente, no había
llovido en todo el día. Mi madre no sé cómo lo hacía, pero sus pasos no se oían
en absoluto; no así los míos, que no lograban hacer un sonido tan mudo cuando
pisaban ese follaje.
Jacob había traído la ecografía que Carlisle había impreso en ese
papel especial de foto para mirarla un poco más antes de tener que
transformarse. Me la había pasado, me había dado un beso corto y se había
escondido para adoptar su forma lobuna, por eso ahora la tenía yo en la mano. Le
eché un último vistazo y sonreí.
―¿Puedo verla? ―preguntó
mamá.
―Claro ―asentí, pasándole
la ecografía.
La cogió y la sostuvo entre
sus manos para observarla. Se quedó unos cuantos segundos en silencio,
mirándola, y después por fin habló.
―Es precioso ―sonrió―.
Ojalá a mí me hubieran podido hacer una ecografía. Me hubiese encantado
tenerla. La habría guardado para mirar lo pequeñita que eras entonces ―su
sonrisa se amplió y acarició mi mejilla a la vez que me devolvía la ecografía.
Iba a abrir la boca para
hablar con ella de su problema, pero mamá se me adelantó con otra cosa.
―Menos mal que Jacob cogió
esa ecografía antes que Alice, si no os hubiera costado recuperarla ―rio.
―Sí, está tan entusiasmada
―exhalé, sonriente.
―Lo siento, no pude
pararla. Cuando tu padre y yo nos dimos cuenta, ya estaba entrando en el
despacho de Carlisle. Y, bueno, como ella ya había pasado, los demás también
nos animamos, tengo que reconocerlo ―y se volvió a reír. Luego, se puso más
seria―. Pero lo siento, en serio, sé que ese era vuestro momento, y os lo hemos
estropeado.
―No importa. Lo entiendo,
todos estáis muy entusiasmados con esto ―dije, observando a mi bebé un poco
más.
Qué ganas tenía de poder
acariciar su carita ya.
―Te advierto que Alice está
a punto de hacer otro pedido por Internet ―me soltó, mordiéndose el labio.
Levanté la vista de la
ecografía para mirarla mientras ya escuchaba el gruñido quejumbroso de Jake.
―Oh, no, tienes que pararla
―le supliqué, poniendo cara de dolor―. Como siga así, acabará comprándole ropa
hasta para su graduación.
Ahora, como no podía salir
de La Push, le daba por hacer las compras por Internet. El problema es que lo
único que compraba era ropa de bebé, y cada semana llegaba algún pedido.
―Lo estoy intentando, pero
tu tía Alice es muy persistente ―suspiró.
―Me parece genial que nos
compre ropa para el bebé, en serio, me gusta que lo haga y se lo agradezco
muchísimo, además, tengo que reconocer que tiene muy buen gusto ―Jacob volvió a
gañir―. Pero tiene que entender que a Jake y a mí también nos hace ilusión
mirar ropa de bebé, elegirla y comprarle algo a nuestro hijo ―declaré, hablando
con suavidad.
―Lo sé ―coincidió mi madre―.
Por eso estoy tratando de frenarla. No te preocupes, hablaré con ella y se lo
explicaré.
―Sí, por favor ―rogué otra
vez, con la misma mueca de dolor de antes.
Mamá volvió a mirarme,
frunciendo los labios en una línea.
―Otra cosa ―dijo,
clavándome una mirada cauta.
―¿Qué pasa? ―inquirí, ya
con miedo ante otra hazaña de la tía Alice.
―Rosalie está mirando
carricoches ―me reveló sin dejar de fruncir la boca.
Pestañeé, pero después
suspiré, aliviada. Mi lobo, en cambio, emitió otro gruñido bajo.
―Bueno, eso no me importa
tanto ―afirmé―. En realidad, me parece bien, después de todo, no dejé que nos
comprara el dormitorio del bebé, así que si ese es su regalo, estupendo.
¿Verdad, Jake?
Jacob se giró, sin pararse,
y puso los ojos en blanco al tiempo que alzaba sus peludos hombros. Después, se
volvió hacia delante y siguió a lo suyo.
―¿Ves? Jake está de acuerdo
―sonreí.
―Entonces, no le digo nada,
¿no?
―No, déjala. Sé que le hace
mucha ilusión regalarnos algo.
―De acuerdo.
Se hizo un momento de
silencio en el que aproveché para echarle un último vistazo a la ecografía.
Sonreí una vez más y me la guardé en el bolsillo superior de mi cazadora. Tenía que
centrarme en el asunto por el cual había venido aquí con mamá.
Ahora que se había hecho este mutismo, se había perdido ese hilo del
cual podía haber tirado. No sabía por dónde empezar, la verdad, me parecía un
tema tan delicado… Y tampoco sabía qué hacer con las manos, así que opté por
meterlas en los bolsillos de mi cazadora. Entonces, me topé con algo en el
bolsillo derecho, algo que llevaba ahí mucho tiempo y que se me había olvidado
por completo, algo que desvió mi atención por un momento.
Esta era la misma cazadora que había llevado el día que habíamos
tenido ese encuentro con Jane, Demetri y Felix. No me la había vuelto a poner
desde ese día, por eso esa pequeña caja seguía en el bolsillo. Me la había
metido ahí cuando nos marchábamos del claro y luego ya no me había acordado más
de ella. Ups.
Saqué la cajita revestida de terciopelo azul marino y la observé.
―Es el regalo de Aro ―se
percató mi madre, frunciendo el ceño con extrañeza porque siguiera en mi
cazadora.
Jake giró levemente la
cabeza desde su posición, emitiendo un gañido que mostraba su desagrado.
―Sí ―suspiré―. Se me había
olvidado por completo que lo tenía aquí.
―Déjame verlo ―me pidió,
extendiendo su mano.
Deposité la cajita en su
palma y ella la llevó ante su vista. La abrió y sacó la pequeña esclava de oro
para verla.
―Es bonita ―opinó, haciendo
una mueca de aprobación mientras la sostenía entre sus dedos.
Jacob volvió a gruñir.
―Me da igual. No pienso
ponerle eso a mi hijo ―afirmé con absoluta convicción―. Por mí, puedes tirarla
por ahí.
―Si la fundes, igual te da
para un diente de oro ―bromeó, guardando la pulsera en la caja.
―Ja, ja ―articulé con
ironía.
Mamá se rio y me pasó la
cajita, la cual volvió a terminar en el bolsillo de mi cazadora.
―Bueno, dime, ¿qué era eso
de lo que querías hablar conmigo? ―encarriló ella.
―Ah, sí ―recordé, ya que
con esto de la esclava me había desviado un poco del tema―. Verás, es que
últimamente, con este asunto de mi embarazo, te veo un poco decaída.
―¿Qué dices? ―cuestionó con
una sonrisa, agarrándose a mi brazo―. Estoy muy feliz por vosotros.
―Sí, ya lo sé ―sonreí,
acariciando su brazo―. Pero también sé que mi embarazo te está afectando.
―No me afecta ―fingió que
se reía.
Me paré en seco y le
obligué a hacer lo mismo. Jake estaba atento, así que también se detuvo.
―No me mientas. Se te da
fatal ―le dije, mirándola con algo de acusación.
Mamá suspiró.
―Está bien ―asintió, un
poco a regañadientes―. Lo cierto es que no lo estoy pasando muy bien
últimamente ―reconoció, comenzando a caminar de nuevo―. Pero no quiero que
pienses que es por tu embarazo, porque no es así. No te imaginas lo feliz que
estoy por Jacob y por ti, quiero que te quede claro eso.
―Lo sé, mamá ―sonreí otra
vez.
―Jamás pensé que me
afectara algo así, porque nunca me había planteado el tener más hijos, ¿sabes?
Pero ahora… ―se quedó mirando al infinito al tiempo que se mordía el labio―.
Ahora, aunque soy inmensamente feliz y no cambiaría absolutamente nada de mi
vida, una pequeña parte de mí se pregunta cómo sería si hubiera podido gozar de
esa posibilidad de tener hijos. Pero no es por tu embarazo, en realidad, creo
que me hubiera pasado con el embarazo de cualquier allegada a la que viera con
asiduidad. Supongo que esto es una etapa más por la que tengo que pasar.
―Quiero que sepas que yo te
ayudaré en todo lo que quieras ―declaré, frotando su brazo―. No quiero que
estés decaída.
―Gracias, cielo, eso ya lo
sé ―me sonrió―. Pero no estoy decaída, en serio ―aseguró, mirándome con
sinceridad―. Solo es algo con lo que me he topado y que tengo que asimilar,
nada más. Tarde o temprano iba a tener que hacerlo. Además, ahora no he hecho
como cuando me afectó aquella turbación. En aquella ocasión, no le conté nada a
tu padre porque no quería preocuparle, y eso no hizo más que empeorar mi
situación. Pero ahora es totalmente diferente. Me había prometido a mí misma no
volver a ocultarle nada jamás, y así lo he hecho. Se lo he contado todo, y él me
está ayudando mucho, me apoya, me escucha, me anima, ya sabes cómo es. Si te
digo la verdad, ya le he dado muchas vueltas y he llegado a la conclusión de
que es mucho mejor ser abuela.
―Pues claro ―coincidí,
sonriente, arrimándome más a ella―. Ser abuela es mucho mejor. Podrás ver al
niño cuando quieras, mimarlo y consentirlo. Eso sin mencionar que tendrás más
nietos, no te creas que este va a ser el único, así que vas a hartarte de niños
―me reí.
Cuando escuchó eso, Jacob
giró su enorme cabeza y esbozó una sonrisa lobuna, sacando la lengua y
jadeando.
―Sí, es verdad ―cayó mamá,
soltando una risilla al ver la reacción de mi lobo rojizo―. Al fin y al cabo,
Jacob es un semental, ¿no? ―y se rio entre dientes, pícara.
Mis mejillas sufrieron un
baño de sangre instantáneo, pero Jake soltó unos gañiditos y gemiditos a modo
de risa lupina.
―Muy graciosa ―murmuré con
retintín, separándome de ella para empujarla en broma.
―¿Acaso es mentira? ―siguió
bromeando.
―Basta ―reí, roja como un
tomate.
Mi madre se rio y
comenzamos un forcejeo entre carcajadas. Jacob se acercó a nosotras y se unió a
nuestra pelea, gañendo a modo de risa mientras nos mordisqueaba los brazos con
delicadeza y corría a nuestro alrededor. Al final, tuvimos que dejar de
pelearnos cuando mi lobo se dedicó a lamernos la cara a las dos, moviendo la
cola.
―¡Puaj, Jake! ―se quejó
mamá, riéndose, al tiempo que se limpiaba la cara―. ¡Qué asco! ¡Me has babeado
entera!
Mi impresionante lobo
rojizo profirió un aullido ahogado entre dientes para reírse, pero acto seguido
se abalanzó hacia mí para seguir lamiéndome. Le abracé, rodeando su ancho cuello
con mis brazos, y metí mi cara entre el pelo de su mejilla lobuna para darle un
beso. Jacob restregó su cara con la mía a modo de carantoña, sin embargo, después
pareció percatarse de algo y bajó su hocico para olisquear mi barriga con suma
delicadeza, aunque con un gran interés. Gañía y emitía unos gemidos con
entusiasmo y emoción mientras lo hacía, llamando mi atención.
―¿Qué pasa? ―sonreí,
acariciándole la cabeza―. ¿Notas algo?
Alzó mi camiseta con su
hocico y se puso a darle lametones a mi barriga, continuando con esos gemiditos
alegres y entusiastas. Su lengua me hacía cosquillas, así que no pude evitar
reírme. Dejó mi vientre y levantó la cabeza para clavarme esos grandes ojos
negros tan expresivos que ahora estaban algo humedecidos.
―Jake… ―susurré,
sorprendida de verle tan emocionado, metiendo mis manos entre la pelambrera de
su cabeza.
Acercó su rostro lobuno y
me dio una serie de tiernos y suaves lametones en la mejilla.
―Yo también te quiero ―le
dije con un murmullo roto.
Entonces, me di cuenta de
la mirada de mi madre y giré el rostro hacia ella. La pillé mirándonos
embobada, con una sonrisa bobalicona dibujada en su níveo rostro, aunque pronto
disimuló, mirando hacia otro lado. Sí, mamá estaba muy contenta por nosotros.
Jacob estaba juguetón, y se
separó de mí para volver a corretear a nuestro alrededor. Sacaba la lengua y
jadeaba con entusiasmo a la vez que nos miraba con provocación, dando círculos
en torno nuestro.
―No, Jacob. No me vuelvas a
lamer ―le advirtió mamá, riéndose, al tiempo que interponía sus manos, por si
acaso.
Me reí cuando mi lobo
rojizo siguió correteando, llegando a la zona de nuestras espaldas.
De pronto, mi pulsera vibró
con ímpetu y me sobresalté, sin embargo, antes de que me diera tiempo a
reaccionar, distinguí cinco zumbidos frente a mí que hicieron que mi cabeza se
girara súbitamente hacia delante.
De la nada, surgieron cinco
vampiros, vestidos con unas extrañas túnicas de un horrible color granate, y,
de un salto desde los árboles, cayeron justo delante de nosotras dos.
Mamá y yo nos quedamos
perplejas, atónitas. Los vampiros llevaban unas capuchas que podían haber
ocultado sus rostros. Podían, porque, en realidad, carecían de semblante alguno.
Bajo las capuchas solamente había negrura, un hueco negro y vacío, helado. Era
realmente extraño y escalofriante. No eran túnicas vacías, porque no se veía la
tela de la parte trasera de la capucha, sino que lo que se veía era esa
espeluznante negrura gélida. Era como si lo que vistieran esas casacas fueran
fantasmas, unos fantasmas totalmente negros, sin rostro, y sus gargantas
inexistentes sonaban como tal. Unos gruñidos y unos cantos de lamento fríos y
estremecedores. Tampoco se les veía las manos, ya que las mangas eran muy
largas, así como las casacas, que llegaban hasta el suelo. Sin embargo, su olor
les delataba: eran vampiros. Ambas nos quedamos paralizadas, porque no teníamos
ni idea de quiénes eran esos extraños individuos, jamás les habíamos visto.
Pero mi pulsera no me engañaba, eran de los malos. Mis manos se fueron a mi
vientre como acto reflejo al tiempo que mi respiración comenzaba a agitarse,
nerviosa.
Mi aro de cuero erigió su
burbuja protectora a nuestro alrededor de inmediato, aunque mi impresionante
lobo rojizo no tardó nada en reaccionar. Saltó de nuestras espaldas súbitamente
para interponerse entre esos vampiros y nosotras, protegiéndonos. Se alzó,
hinchó su fuerte pecho y después se agazapó, mostrando todo su poderío y
supremacía al enseñar su letal dentadura mientras profería un potente rugido
que hizo que se agitase el bosque entero. No podía verle el rostro, pero se podía
sentir su extremada agresividad en el aire.
Mamá por fin reaccionó.
Tomó mi mano y, con una rapidez sorprendente, se colocó delante de mí.
Me sentía fatal por no
poder hacer nada. Era frustrante. No podía transformarme, lo sabía. No habíamos
hablado de esto con Carlisle, pero no sé por qué yo sabía que no podía hacerlo.
Tal vez lo sabía por mi pesadilla.
Los cinco vampiros se
agazaparon e intentaron rodearnos, pero les fue imposible.
Ahora no podía ver los
pensamientos de Jacob, no podía ver su círculo de luz brillante, ni sus
elipses, ni nada. Sin embargo, sí que podía sentirlas, tal era nuestro vínculo.
Sentí una energía tremenda
en forma de círculo, más bien era una esfera. Esta era ardiente y nacía de mi
colosal lobo. Supe con total certeza de qué se trataba. Era su destructor
círculo de fuego. Noté cómo se extendía de él a una velocidad realmente
vertiginosa, igual que la honda expansiva de una bomba nuclear, y cómo llegaba
a esos cinco vampiros, barriéndoles sin cuartel.
Los vampiros fantasma se
desintegraron al instante, gritando de dolor con unas voces espeluznantes, incluso
sus túnicas granate se deshicieron en el aire como si fueran un simple polvillo
que se lleva el viento.
―Muy bien, Jake ―alabó mamá
con una sonrisa, relajando su cuerpo.
Jacob iba a relajarse
también, pero no le dio tiempo. Para nuestro asombro, los cinco vampiros
fantasma surgieron de la nada de nuevo y, como por arte de magia, aparecieron
ya rodeándonos.
Noté un zumbido a mis
espaldas y me giré con precipitación. Uno de los vampiros se abalanzaba hacia
mí, llevando sus brazos hacia delante para atraparme, al tiempo que gritaba con
su voz de ultratumba. Mi corazón pegó un bote, pero a mi boca no le dio tiempo
ni de chillar.
Mi pulsera estaba a punto
de actuar, aunque no tuvo que hacerlo. Con un movimiento frenético e inopinado,
mi gigantesco lobo rojizo se volteó y saltó para interponerse mientras profería
otro rugido estremecedor. Entonces, su círculo de fuego emanó de él con avidez
y se extendió para aniquilar a los cinco vampiros, traspasándonos también a
nosotras. Desde que Jake sabía que su poder espiritual era compatible con las
almas buenas, podía usarlo con nosotras allí sin temores ni titubeos. Y así
era. Lo único que sentimos fue una brisa caliente y prodigiosa que producía un
placer enorme.
No fue así para los
vampiros fantasma. Estos se desintegraron de nuevo, profiriendo otro coro quejumbroso
que te ponía los pelos de punta.
―¿Quién eran esos?
―preguntó mamá, aún en estado de alerta.
Jake gruñó para avisarnos
y, de pronto, los vampiros aparecieron otra vez, formando un círculo a nuestro
alrededor.
―¡¿Qué es esto?! ―exhalé,
asustada.
Mi lobo rugió de nuevo,
furioso, mostrando su implacable dentadura.
Repentinamente, un enorme
borrón salió disparado de entre los árboles, abalanzándose hacia los vampiros
fantasma, y a continuación más borrones le acompañaron.
―¡Ya tenía ganas de una
buena pelea! ―exclamó Emmett, cayéndose sobre uno de los vampiros.
Los diferentes miembros de
mi familia se unieron a él, pero a todos les pasó lo mismo. Las capas de los
vampiros fantasma quedaron bajo sus pies, vacías.
―¡¿Qué es esto?! ―mi tío
repitió la misma pregunta que yo, aunque él parecía más bien indignado.
Las capas se arrastraron
súbitamente para liberarse y Rosalie, Alice, Carlisle y mi padre, que eran los
que estaban sobre ellas, se cayeron hacia atrás, del fuerte tirón. Gracias a
Dios consiguieron guardar el equilibrio y con unos saltos acrobáticos quedaron
en pie.
Esas telas granate se
hincharon otra vez ante nuestros atónitos ojos, que se abrieron como platos, y
siguieron en esa formación circundante que nos rodeaba a todos.
―Yo tampoco puedo ver nada
en sus mentes ―afirmó papá, respondiendo a algún tipo de pregunta o declaración
de Jacob.
Toda mi familia me envolvió
para protegerme, quedándome yo en el centro, junto a Jacob, que no tenía
pensado despegarse de mí ni un ápice. Aferré mi mano a su pelaje, porque así me
sentía más segura.
Los vampiros fantasma
comenzaron a fintar a nuestro alrededor, y mi familia hizo lo propio, en estado
de máxima alerta.
―¿Qué es lo que pasa?
―quise saber, nerviosa.
―Jacob no puede ver sus
almas, al parecer, carecen de ellas ―me aclaró mi padre sin dejar de vigilar a
nuestros oponentes―. Y yo tampoco puedo verles la mente, es como si la tuviesen
vacía.
Como todo en ellos.
Parecían seres vacíos, huecos.
―¡Cuidado! ―gritó Carmen,
avisando a Alice.
Mi tía giró sobre sí misma
a la velocidad del rayo y le propinó una patada al vampiro que se arrojaba
hacia ella. Su acción no llegó muy lejos. La tela se hundió como si no tuviese
ningún habitante, deformándose hacia atrás en una ondulación que se asemejaba a
la que la brisa producía en una cortina, y después volvió a hincharse para
volver a su forma original. Aunque sí que sirvió para que el vampiro fantasma
retrocediera.
Todos nos encontrábamos
desconcertados, porque parecía que no había forma de terminar con algo que no
existía. Ni siquiera el poder de Jacob parecía surtir efecto.
Sin embargo, luego ocurrió
algo que nos dejó aún más perplejos.
Un grupo de lobos comunes
apareció en escena, saliendo de entre el follaje del bosque. Se acercaron
lentamente, pero con una actitud extremadamente agresiva y amenazadora. Sus
gruñidos eran incesantes, aunque sus orejas se agachaban hacia atrás y sus
colas se guardaban hacia dentro, en señal de sumisión total al Gran Lobo. Llevaron
sus patas hacia los vampiros fantasma y se plantaron delante de ellos, gruñéndoles
con ansia y mostrándoles sus no menos afilados colmillos. Nuestros ojos se
abrieron más cuando vimos que los vampiros dejaban sus poses inclinadas para
dar un paso atrás.
Nos quedamos boquiabiertos.
Esos extraños vampiros parecían tenerles verdadero pavor a unos simples lobos
comunes, y eso que se encontraban delante del Gran Lobo y ya habían probado de
su poder.
Los lobos no les dieron más
cuartel. Antes de que los vampiros consiguieran dar otro paso hacia sus
espaldas, los cánidos se arrojaron a ellos con una saña increíble.
El bosque se llenó de un
quejido consistente en fuertes gruñidos y ladridos, gritos de dolor fantasmales
y chasquidos de mandíbulas. No podíamos creerlo. Los lobos rasgaban las túnicas
con una facilidad pasmosa ante la total indefensión de los vampiros, que se
habían caído al suelo y que no parecían poder defenderse. Pero ahí no terminó
la cosa. De pronto, esos trozos de tela rota que caían al suelo se iluminaban
en un destello fulgurante para desaparecer acto seguido. Brillaban con una luz
cegadora y desaparecían. El ataque continuó por poco tiempo, hasta que ya no
quedó ninguna señal de vampiros fantasma.
Todos habían desaparecido.
Y no regresaron. Sin saber cómo ni por qué, esos lobos corrientes nos habían
salvado.
Los cánidos se levantaron y
se quedaron observando al Gran Lobo con sus señales de sumisión. Permanecían un
poco agachados y con las orejas tumbadas, lamiéndose los hocicos.
Jake salió de nuestro
fortín particular y asintió para darles las gracias. No sé por qué me seguía
sorprendiendo, pero esta relación que Jacob mantenía con los lobos comunes
seguía pareciéndome mágica y continuaba sobrecogiéndome.
En cuanto el Gran Lobo hizo
eso, los lobos se dieron la vuelta y desaparecieron entre los árboles.
¡Hola a todos! Soy Tamara ^^
ResponderEliminarMUCHISIMAS GRACIAS POR VUESTRA FIDELIDAD Y POR SEGUIR AQUÍ, AGUANTÁNDOME xDD
¿Qué le pasará a Jake, eh? jeje, bueno, ya lo veremos, tened paciencia. Antes tienen que pasar algunas cosillas ;) Espero que os guste el capi ;)
Lametones!!!!
buen capi...me dio friki...re genia un poco de terror tiene que tener...la historia...ja lo mas gracioso que lobos comunes fueron que destruyeran a esos raros vampiros....no jake....pero ya lo veremos de donde vienen pero seguro seran creaciones de razvan..seguro.... pero ya lo veremos...como siempre sos una genia.la mejor....
ResponderEliminara salu2 a todas mis amigas de la distancia....a kelly y cathy...kiara ini narvel.elsa y salu2 a todas que leen este fics
ResponderEliminarHola Tamara
ResponderEliminarMe encanto el capitulo un poco de acción mas tenebrosa q divertida pero en fin, también creo que se trata de los magos chiflados que bien que los lobos los acabaron hay una unión tan mágica y completa que impresiona.
Quiero suponer que los lobos podían sentir algo que Jake ignoraba porque como sea el no deja de ser humano y los lobos ya nacen con ese instinto de ver mas allá de donde nosotros lo hacemos.
Volví me Habia perdido, en realidad no podía usar mi compu tiene virus :( espero tenerla pronto de vuelta así que te escribo desde un teléfono perdona las faltas pero aquí no me corrige •__•
Saludos para ti Andrés y a todos los que leemos a Jacob &Nessie ( :
Kiara
hola TAMARA;
ResponderEliminarque pasó jake no los destruyo sino los otros lobos estoy de acuerdo con kIARA talvez se deba a que jake es humano ......ya quiero saber que sucederá con todo este embrollo...pero a esperar se ha dicho que más no? bueno chicos un saludo y abrazo inmenso a todos que leen esta maravillosa historia......:)
Hola!!!!!!
ResponderEliminarYo, pienso igual que andres, que son creaciones de Razvan, pero hay algo que son los lobos comunes, pero bueno seguro lo descubro el jueves o el sabado :P Algo que me gusto mucho fue la accion :D
Lizbeth, Republica Dominicana