NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enteraras de nada 😉
CAPITULOS:
PARTE UNO: COMIENZO:
RENESMEE:
43. DESPEDIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-43-despedida.html
44. COMIENZO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-44-comienzo.html
45. CELEBRACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-45-celebracion.html
46. FUEGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-46-fuego.html
47. NADAR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-47-nadar.html
48. EXTRAÑO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/este-es-el-segundo-capitulo-de-hoy-para_26.html
49. REY Y REINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-49-rey-y-reina.html
50. EN CASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-50-en-casa.html
51. BUSQUEDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-51-busqueda.html
JACOB:
52. HAY QUE VER LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-52-hay-que-ver-las.html
53. DIOS, ESTO ES PARA TIRARSE UN TIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-53-dios-esto-es-para.html
54. ¡¿Y AHORA ME PIDE ESTO?! INCREIBLE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-54-y-ahora-me-pide.html
CUANDO UNO LE VE
LAS OREJAS AL LOBO…
En cuanto ella llegó a mí,
todos los pinchazos de mi estómago desaparecieron por arte de magia y fueron
sustituidos por ese alocado hormigueo de siempre. Mi corazón latía a toda
pastilla, acompasando al suyo, que también se había acelerado y lo hacía justo
al doble. Podía sentir sus latidos en mi pecho, muy cerca de los míos.
Por un instante se me olvidó
por completo dónde estábamos y con quién, hasta que me vino un halo de lucidez
y me acordé. Maldita sea, no me quedaba más remedio que parar, con lo bien que
se estaba así. Tuve que esforzarme mucho para obligar a mis sedientos labios a
que parasen y se despegasen de los suyos, porque la verdad es que me moría por
seguir saboreando esa carnosa, suave y dulce boca, y, encima, la energía de
nuestro alrededor no ayudaba nada, pero lo conseguí. Eso sí, me costó lo mío y
necesité de varios intentos para que mis obcecados labios soltaran los suyos
del todo, los muy idiotas se separaban y no hacían más que volver y volver,
aunque los suyos tampoco es que se esforzasen mucho en despegarse, la verdad.
Al final, y a regañadientes, muy a regañadientes, logré terminar ese eterno
beso.
Nuestras frentes se quedaron
pegadas durante un momento y sus preciosos y dulces ojos se clavaron en los
míos, otra vez con preocupación. Nessie separó nuestros rostros y enseguida
llevó sus cálidas manos al mío para examinármelo.
―¿Estás bien? ―me preguntó
ansiosamente, acariciándome con sus dedos mientras sus pupilas se cercioraban
de que era así.
―Sí, ¿y tú? ―inquirí,
observando su precioso semblante yo también―. No te habrán hecho daño, ¿no? ―y
pasé a mirar sus brazos con nerviosismo.
Si alguno de esos
chupasangres le había hecho un solo moratón, los aniquilaría aquí mismo con mis
propias manos. No sabía cómo, pero lo haría.
―No, estoy bien ―afirmó,
llevando sus delicadas manos hacia mi nuca y mi espalda para acariciar mi
frente con la suya.
Dios, tenía que besarla otra
vez…
―Muy conmovedor, desde luego
―escuché que decía ese chiflado de Aro―. He de reconocer que Edward tenía
razón, estáis realmente enamorados ―afirmó. Hipócrita, ahora nos hacía la
pelota, ¿no?―. Esa energía que desprendéis es increíble, casi diría que se
puede palpar en el ambiente.
Iba a contestarle, sin
embargo, en ese momento Nessie detectó algo extraño en mi hombro y en mi torso
con su nariz. Mierda. Era el asqueroso olor de esa enana canija. Se quedó
paralizada por un instante, pero, de repente, se giró súbitamente hacia la
chupasangres, rechinando los dientes mientras le clavaba una mirada de profundo
odio que reclamaba venganza por todos los costados. No me había fijado en la
Pitufina hasta ese momento. Esta también estaba machacando las muelas con
rabia, pero, entonces, al ver la reacción de Nessie, su semblante cambió para
adoptar una postura claramente chulesca. Alzó la ceja, la barbilla, y su labio
se curvó hacia arriba con cierto aire triunfal.
Oh, oh…
Antes de que me diera tiempo
a reaccionar, Nessie me soltó a una velocidad digna de un vampiro completo ―y
eso que no se había transformado― y profirió un rugido que retumbó en toda la
habitación y que casi rompe el cristal de la única ventana que había allí, ya
que lo hizo vibrar con ganas.
―¡¿Cómo te has atrevido a
tocar a mi marido, furcia?! ―le gritó acto seguido en toda la cara, ya
abalanzándose hacia ella.
―¡No, Nessie! ―voceé.
Tenía que pararla. Esa Jane
podía hacerle mucho daño si utilizaba sus dotes sicóticos con ella, y no
pensaba arriesgarme a que Aro no interviniese. Bueno, y eso sin contar que la
rubia canija también era más fuerte que ella, claro.
No sé cómo lo hice, pero
conseguí atraparla en el mismo aire, cogiéndola por la cintura. Mi chica se
quedó encerrada en mis brazos, con los pies colgando, eso sí, estos luchaban
por alcanzar el suelo de nuevo mientras ella gruñía sin parar.
La rubia canija siguió con
esa estúpida expresión en la cara, aunque los otros dos chupasangres no
entendían nada de nada.
―Paz ―solicitó ese viejo
tarado, levantando sus transparentes manos ligeramente.
La dejé en el suelo, aunque
amarré su mano con fuerza, por si acaso.
―¡¿Paz?! ―exclamó Nessie muy
cabreada. Su cuerpo ya estaba lleno de convulsiones―. ¡¿Os habéis llevado a mi
marido, arrebatándomelo de mi lado, y esa… ramera ―corrigió, aunque
vocalizando ese nuevo vocablo con más que rabia, cosa que hizo que la cara de
la enana cambiase de repente y pasase a ser de ofensa total― le ha toqueteado,
y ahora me pides paz?! ―sus ojos se clavaron en los de la Pitufina otra vez,
radiando inquina por todas partes―. ¡No puedo soportarlo! ―gritó, haciendo el
amago de abalanzarse sobre ella de nuevo.
¡Uf! Y eso que no sabía que
había intentado besarme.
―Por favor, seamos
civilizados ―volvió a pedir Aro, ahora juntando las manos.
Conseguí girarla hacia mí,
aunque me costó. Nessie estaba realmente furiosa. Su mano suelta era un puño
apretado que temblequeaba fuertemente, y la otra apretaba tanto la mía, que si
no hubiera sido un hombre lobo ya tendría todos los huesos hechos añicos. Sus
preciosos ojos, ahora ensombrecidos por ese ceño hundido sobre ellos, no se
despegaban de la canija.
―Nessie, mírame ―le mandé,
dándole un suave meneo con mi mano suelta, que había pasado a sujetar la parte
superior de su brazo. Mi otra mano no se atrevía a soltar la suya, no fuera a
ser que se me escapase. Sus ojos tardaron un par de segundos, pero finalmente
optaron por obedecerme. Seguían enfadados, aunque al mirar los míos parecieron
relajarse un poco―. Cálmate, ¿vale? ―le susurré, hablándole con delicadeza para
que mis palabras surtieran más efecto mientras mi mano pasaba a acariciar su
mejilla―. Respira hondo y trata de relajarte, no merece la pena.
Nessie tomó aire, cerró los
ojos, y asintió cuando lo espiró. Su cuerpo se relajó al cabo de un momento.
Sin embargo, cuando abrió
los párpados de nuevo, sus pupilas sostenían otra mirada nueva. Una mirada que
yo conocía muy bien.
―Sí, cielo, tienes razón
―murmuró, llevando esa mirada chulesca hacia la rubia canija a la vez que su
labio se elevaba ligeramente. Soltó mi mano para alzar las suyas a la par y
comenzó a acariciar mi pecho, deslizándolas lentamente de abajo arriba. Estaba
claro que quería restregárselo a la Pitufina en todos los morros para marcar su
territorio. Bueno, vale, no era el momento, pero no pude evitar
estremecerme, solo uno de sus roces ya me ponía todo el vello de punta. Pude
escuchar cómo la canija sádica rechinaba la dentadura una vez más―. No merece
la pena ―coincidió, y sus pupilas se engancharon en las mías con determinación
mientras acercaba su rostro al mío.
Ya no pude negarme. Cuando
ella me clavaba su sensual mirada, era imposible resistirse.
Sus labios llegaron a los
míos, sus manos se repartieron entre mi pelo y mis hombros, y empezó a besarme
con verdadero ímpetu, entrelazando nuestras bocas meticulosamente, despertando
esa energía de nuevo. No sé lo que hizo la canija, porque solamente podía sentir
a Nessie. Sí, como dije una vez, esa energía, y sus besos, me atraían hacia
ella como una de esas moscas que se van irremediablemente hacia la luz violeta,
hipnotizadas, y, una vez más, me chamusqué sin remedio. Sabía de las
intenciones de ese beso, por supuesto, pero mientras Nessie me besara me daba
exactamente igual. Ella me estaba besando, y eso era lo que más me importaba,
era más que suficiente. Además, tenía que reconocer que verla tan celosa y tan
reclamativa me ponía muchísimo. Si no fuera porque no era el momento ni el
sitio adecuado, la hubiera llevado a un lugar privado y apartado para hacerle
el amor apasionadamente y no hubiese dejado de susurrarle: sí, nena, soy
tuyo, todo tuyo.
El beso no duró mucho, o eso
me pareció a mí, creo que solamente fueron unos cortos segundos. También le
costó, pero mi chica despegó sus labios de los míos, me miró con satisfacción y
después le dedicó otra mirada y otra sonrisita a la rubia enana.
Ahora sí que vi cómo
machacaba las muelas. En cambio ese viejo decrépito de Aro soltó una risilla
estúpida, como si ese pique entre ambas le hiciese mucha gracia. Idiota.
Pero a Nessie también le dio
tiempo a fijarse en otra cosa.
―¿Qué es esto? ―quiso saber,
frunciendo su adorable ceño cuando vio el cordón metálico de mi cuello. Luego,
también se fijó en mis muñecas y las levantó―. ¿Y esto son… grilletes? ―y
cuando terminó la frase giró el rostro hacia Aro con enfado y exigencia.
―Oh, lo lamento
profundamente, mi querida Renesmee, pero no nos quedó más remedio que velar por
su seguridad ―dijo el Vulturis, fingiendo pesar.
Cínico…
―¿Velar por mi seguridad?
―chisté, mirándole de arriba abajo con desprecio―. Me han puesto este cordón metálico
para que no me pueda transformar ―le revelé―. Si cambiara de fase, me quedaría
sin cabeza.
―¿Qué? ¿Sin… cabeza?
―inquirió Nessie, tragando saliva y pestañeando sin creérselo―. ¿Le habéis…?
¡¿Le habéis puesto un cordón en el cuello a mi marido y le habéis encadenado
como si fuera un perro?! ―protestó enérgicamente, separándose de mí para
dirigirse mejor a ese viejo chupasangres.
Cogí su mano.
―El cordón es por nuestra
propia seguridad, querida, pero también temíamos que se hiciese daño al
intentar escapar ―alegó él, siguiendo con su actuación―. Aunque sus heridas se
regeneran con rapidez, no era… conveniente que su sangre fluyera fuera de su
piel. Créeme, mi preciosa flor, ni siquiera yo podría garantizar su seguridad
en tal caso.
―A lo mejor yo no intentaría
escapar si no me hubieseis encerrado, ¿no crees? ―le solté con una ironía
ácida.
―¡Así que también le habéis
encerrado! ―criticó mi chica, enfadadísima.
―Sí, y adivina con quién
comparto celda ―le dije, siguiendo con ese sarcasmo.
―¿Con quién? ―me preguntó,
mirándome con expectación.
―Con Ryam.
―¿Con… Ryam? ―sus finas
cejas dejaron de fruncirse para adoptar una expresión de sorpresa mezclada con
preocupación―. ¿Pero cómo es que…?
No le dio tiempo a terminar
la pregunta, ni tampoco a girar el rostro del todo hacia Aro.
―Ryam es un gigante, es una
aberración ―le cortó el Vulturis tarado―. Además, ha descubierto demasiadas
cosas de nuestro mundo y supone una amenaza para el mismo. No obstante, hemos
tomado la decisión de mantenerle con vida hasta que sepamos cómo obrar en este
desagradable asunto.
―Ryam no será un gigante por
más tiempo, Aro ―intervino una conocida voz a nuestras espaldas, haciendo que
Nessie y yo nos girásemos.
―¡Mi querido Carlisle!
―exclamó Aro, dando una palmada mientras fingía un rostro gratamente
sorprendido.
El doctor pasó a la estancia
junto con Esme, Rosalie y Emmett. Los cuatro tenían unos rostros serios e iban
acompañados por otros cuatro chupasangres de la guardia, entre los cuales se
encontraban Varick y ese cretino de Zhou. Ya rechiné los dientes cuando vi a
este último, pero cuando osó a imitar el rostro de Nessie durante un segundo,
mostrándome una sonrisita insolente a modo de burla, estuve a punto de saltar
hacia él. ¡Maldito bastardo! Ahora era muy valiente, claro, yo no me podía
transformar y él estaba bien acompañado por el resto de sanguijuelas. Me había
quedado con las ganas en nuestro último encuentro. Nessie notó el temblequeo de
mi mano y entrelazó sus dedos con los míos para tranquilizarme. Eso me calmó un
poco, pero tuve que inspirar una buena bocanada de aire para no lanzarme hacia
ese desgraciado.
Recordé aquello que nos dijo
Edward después de la visita que nos hizo la canija junto a ese tal Felix y
Demetri en Anchorage. Había visto a través de los pensamientos de Jane que Aro
siempre estaba acompañado de Varick, para que Alice no pudiera ver sus
decisiones. Ahora, por lo visto, había prescindido de él, aunque Varick no
tardó nada en colocarse al lado de ese viejo decrépito. Bueno, era fácil
adivinar por qué no lo había utilizado hace un rato. Era evidente que sus
decisiones estaban marcadas por nosotros los metamorfos, aparte de que estaba
en compañía de uno, así que Alice no podría ver nada igualmente.
―Me gustaría decir que me
alegro de verte, Aro, sin embargo, no puedo ―declaró Carlisle nada más llegar a
nuestro lado, siguiéndole la corriente a ese vejestorio chiflado, aunque se
notaba su cabreo―. Estoy muy irritado por esta… situación ―suavizó.
Em me guiñó el ojo,
mostrándome una mueca a modo de sonrisa aliviada, y se colocó a nuestro lado,
junto a Rose. Esme respiró tranquila cuando me vio sano y salvo, aunque no se
despegó de la mano de su marido.
―Yo también lamento esta
situación, mi querido amigo ―afirmó ese senil perturbado―. Pero, como ya le
expliqué a Jacob, hacerlo así era totalmente necesario. Él no hubiera aceptado
venir de otro modo.
―No disimules ―protesté,
enfadado―. Me habéis traído hasta aquí para que no me quede otra salida. Esto
es toda una encerrona.
―¿Una encerrona? ―quiso
saber Carlisle.
―Llámalo simbiosis y alianza
―reiteró ese tarado de Aro.
―¿Alianza? ―dijo ahora
Emmett, sorprendido.
―Sí, este chif… Aro ―me
contuve― quiere que nos aliemos con él para pelear en una guerra.
―¿Pelear? ―repitió Em, más
animado.
―¿Una… guerra? ―inquirió
Nessie, preocupada, apretando mi mano.
Varick le sopló algo al oído
de Aro y este asintió con una media sonrisa.
―Tranquila, cielo ―le
susurré, posando mis labios en su frente.
―Lamento tener que dejar esta
interesante conversación así, pero he de irme, mis hermanos han regresado
―habló de pronto―. Si me disculpáis, voy a ir a recibirles. Sé que Jacob os lo
explicará todo muy bien ―afirmó, oscilando esos ojos lechosos hacia mí durante
un segundo para llevarlos enseguida de vuelta a los de Carlisle―, así que os
dejaré a solas para que toméis una decisión. De todas formas, yo mismo os
explicaré lo que necesitéis saber más tarde.
―Es cierto, ¿cómo es que
Cayo y Marco no están aquí? ―inquirió Carlisle.
―Oh, han tenido que atender
otros asuntos, pero vendrán después ―explicó Aro escuetamente―. Y ahora, si me
disculpáis ―repitió, comenzando a caminar hacia la salida, acompañado de
Varick―. Jane, querida, llévales a la sala de al lado para que mediten más
cómodamente ―le dijo a la enana, de la que pasaba a su lado.
―Sí, maestro ―asintió ella.
En cuanto Aro y Varick salieron por la puerta, se dirigió a nosotros con esa
prepotencia de siempre―. Acompañadme por aquí.
Se dio la vuelta, junto a
todos los chupasangres que nos acompañaban, y la seguimos. El chino aprovechó
para medio girarse y dedicarme una sonrisita burlona, imitando mi rostro. Gruñí
y di una zancada más grande para llegar a él, pero Nessie me retuvo.
―Cálmate, Jake, no le hagas
caso ―me susurró al oído, cosa que sirvió para que me tranquilizara un poco y
todo mi vello se pusiese de punta.
Volví a tomar otra buena
bocanada de aire y seguimos caminando.
La Pitufina nos hizo salir
de la habitación por esa puerta, por la que tuve que volver a agacharme, y caminamos
por ese ancho corredor de antes en dirección a la doble puerta revestida de
oro. Cuando llegó, abrió las dos hojas, las cuales no estaban cerradas con
llave, y las dejó abiertas para que pasáramos al interior.
―Tomaos el tiempo que
necesitéis ―le dijo a Carlisle―. Hay un teléfono. Podéis utilizarlo para llamar
a la recepcionista cuando terminéis. Ella me avisará a mí.
El doctor solamente se
limitó a asentir con un rostro serio y la rubia enana se dio la vuelta, seguida
del chino imitador y las otras cuatro sanguijuelas. Eso sí, no perdió el tiempo
y aprovechó su paso a mi lado para darme otro ligero y rápido repaso con la
mirada. Esta vez fui yo el que tuvo que sostener con firmeza la mano de Nessie,
aunque no pude evitar que su garganta emitiera un rugido interno y que se
girase para no quitarle esa vista amenazadora de encima.
Carlisle pasó a esa otra
habitación, que seguía las mismas pautas que el hortera y pijo corredor, yo
tiré de Nessie, y los demás hicimos lo mismo detrás de él.
La estancia era bastante
amplia, pero no tanto como la guarida de los Vulturis. Aparte de esa horrible
moqueta verde, de los paneles de madera que revestían las paredes y de los
cuadros que imitaban a ventanas, unos sofás de piel en color crema se
distribuían por toda la habitación, creando una especie de sala de estar.
En cuanto Rosalie cerró la
puerta, todos vinieron a mí.
―Dime, Jacob, ¿cómo estás?
―me preguntó el doctor.
―Bien, bien, no me han hecho
nada ―les tranquilicé.
―Le han encerrado en una
celda y le han encadenado ―les reveló Nessie, rechinando los dientes―. Y
encima, le han puesto este cordón metálico para que no se pueda transformar.
―Qué falta de respeto
―declaró Esme con disgusto.
―Bonito collar ―se burló
Rosalie.
―Ja, muy graciosa, rubia,
pero hoy no estoy de humor ―le contesté con retintín.
―Es el colmo ―protestó
Nessie―, no puedo creerme que le hayan hecho todo esto y se queden tan
tranquilos.
―Bueno, da igual, el tema es
que estoy bien. Además, también tienen a Ryam.
―Sí, eso hemos oído cuando
caminábamos por el pasillo ―dijo Emmett.
―Tendremos que solucionar
ese tema también ―afirmó Carlisle, llevándose la mano a la barbilla,
pensativo―. Lo único que se me ocurre es alegar a su curación, aunque no sé si
eso será suficiente para Aro. Ryam ya tiene conocimiento de nuestro mundo, y
temo que los Vulturis no se conformen solo con eso.
―¿Y qué hacemos? ―inquirió
Nessie, mordiéndose el labio.
―No lo sé. Tendré que pensar
en algo ―reconoció Carlisle, bajando su mano.
―¿Qué es eso de la guerra?
―quiso saber Emmett.
―Uf, una movida muy grande,
tío. Al parecer, Nikoláy, Ruslán y Razvan no trabajaban solos. Adivina con quién
estaban aliados ―se hizo un momento de silencio en el que todos esperaron mi
respuesta, expectantes. Bueno, todos menos la Barbie, que resopló con
cansancio―. Con Vladimir y Stefan ―les desvelé finalmente.
―¿Con Vladimir y Stefan?
―Nessie no se lo podía creer, aunque no era la única, el resto abrió los ojos
como platos.
―Sí, y tengo otra noticia
―seguí. Miré a mi chica con precaución y apreté su mano un poco más. Ella ya se
dio cuenta de mi respuesta solo con este gesto, pero lo dije en voz alta para
los demás―. Son ellos los que tienen a Bella, Edward, Alice y Jasper.
―Qué horror ―exhaló Esme,
llevándose las manos a la boca.
Nessie tembló ligeramente y
la atraje hacia mí para rodearla con mis brazos. Ella enseguida ensambló los
suyos a mi cintura, apoyando su mejilla en mi pecho.
―¿Estás bien? ―murmuré en su
pelo.
―Sí, así estoy mejor
―asintió, apretando su abrazo―. Sigue, podré soportarlo.
―¿Seguro? ―me cercioré,
separándome un poco para mirarla.
―Tengo que saber la verdad.
Y contigo soy fuerte ―afirmó, mirándome con determinación―. Sigue ―y volvió a
apoyar su mejilla en mi pecho.
Suspiré, asintiendo, le di
un beso en la frente y continué hablando.
―Aro no me ha dicho cómo han
conseguido llevárselos, pero mi teoría es que esos dos dieron con Renée y la secuestraron
para chantajear a Bella ―manifesté, pasando los dedos por su cabello para
confortarla un poco―. Creo que la visión que tuvo Alice no estaba relacionada
con los Vulturis, sino que ella vio las intenciones de Vladimir y Stefan y se
marcharon para evitar el secuestro.
―¿Quieres decir que se
entregaron? ―interrogó Em.
―Sería lo más lógico
―secundó el doctor.
―Lo que no sé es si
consiguieron impedir el secuestro o no ―continué, sin dejar de peinar el pelo
de mi chica―. Ahora los rumanos tienen a Bella, Edward, Alice y Jasper, los
cuatro con dones poderosos, y ese chiflado de Aro está temblando. Bueno, ya
sabéis que Vladimir y Stefan llevan años buscando venganza, ¿no? Pues se han
rearmado, y no solo con chupasangres, sino que también contaron con la ayuda de
esos tres magos para la creación de gigantes. Los Vulturis ya estaban al
corriente de todo e intentaron impedirlo, pero no lo consiguieron.
―Así que los gigantes eran
para el ejército de Vladimir y Stefan ―adivinó Rosalie.
―Sí, y Aro creó un grupo de
matones para evitarlo, pero, bueno, luego os contaré más detalles sobre eso. El
caso es que Aro le ha visto las orejas al lobo y necesita esta alianza.
―Nunca mejor dicho ―sonrió
Emmett.
Le sonreí el chiste, y seguí
hablando.
―No me gusta nada esto, pero
Aro es el único que sabe dónde se encuentran Bella y los otros, y me ha
chantajeado con eso ―suspiré con desagrado―. No va a decirnos nada hasta que no
le ayudemos, y, la verdad, no veo otra salida. Y encima, me ha dicho que si no
vamos con ellos no me garantiza la seguridad de Bells y el resto.
Nessie apretó su abrazo un
poco más y yo le di otro beso en el pelo, acariciando su nuca con mis dedos.
―Es evidente que no nos
queda más remedio que aceptar ―intervino Carlisle con un rostro resignado―. Eso
sí, debemos de tener mucho cuidado, Aro no tendría ningún escrúpulo a la hora
de traicionarnos en cuanto todo terminase.
―Sí, lo sé ―coincidí.
―Además, todavía está el
asunto de la profecía, eso nos obliga a extremar las precauciones ―declaró.
―Entonces, pelearemos
―sonrió Emmett―. Rescataremos a Bella, Edward, Alice y Jasper.
―¿Vais a ir a esa guerra?
―preguntó Nessie, separándose de mi cuerpo para mirarme con una preocupación
que me heló el alma.
―No nos queda más remedio,
cielo ―le susurré, metiéndole el pelo detrás de las orejas―. Pero no te
preocupes por nosotros, todo saldrá bien.
―Entonces yo también voy
―afirmó con los ojos llenos de resolución.
―No, tú te quedarás en La
Push ―le contradije.
―Venga ya, no seas machista
―protestó.
―No es por machismo, Nessie,
y lo sabes. Es solo que no quiero que te pase nada, ¿entiendes? No podría
soportarlo.
―Acabas de decir que todo
saldrá bien ―refutó―. Además, la misma pulsión que tienes tú para protegerme,
también la tengo yo para protegerte a ti. Sabes que me resulta casi imposible
no estar contigo en una situación así. Y, encima, estamos hablando de mis
padres y mis tíos.
Mierda. Genial. Esto no me
gustaba nada, pero, maldita sea, tenía razón en todo, era imposible
rebatírselo.
―No sé, Nessie… ―dudé.
―Puedo transformarme, así
estaré bajo tu protección todo el tiempo ―alegó, ya suplicándome con la mirada
al ver mi flojera.
―¿Ah, sí? ¿Y qué pasará
cuando te falte sangre? ―objeté.
Nessie se mordió ese
precioso labio inferior y se quedó pensando.
―Yo podría conseguir algunas
reservas de sangre y llevarlas en un maletín bien refrigerado ―irrumpió
Carlisle.
Genial.
―¿Lo ves? ―indicó Nessie.
Esto no me hacía ni pizca de
gracia, pero, vale, lo reconozco, también la entendía. Al igual que yo, Nessie
no podría soportar estar lejos de mí en una situación de tan claro peligro, y,
para colmo, se trataba de su familia. Era lógico que quisiera ayudar, ¿no? Y,
bueno, yo era su marido, pero no era quién para prohibirle nada, la verdad.
Maldita sea…
―Está bien ―acepté a
regañadientes, frunciendo el ceño a disgusto―. Puedes venir con nosotros, pero
no te separarás de mí en ningún momento, ¿entendido?
―No tenía pensado hacerlo
―sonrió.
Suspiré, aunque no pude
evitar corresponder esa sonrisa.
―En fin, tendré que avisar a
mi manada ―anuncié, suspirando de nuevo.
―Ah, algunos miembros de la
manada están abajo ―me reveló Emmett.
―¿Mi manada está abajo?
―inquirí, sorprendido.
―Sí, no pudimos conseguir
que los dejaran subir, por eso tardamos un poco ―me explicó―. Pero tranquilo,
no les pasará nada, ahí abajo hay demasiada gente. Lo único que tendrán que
soportar es el olor.
―Y los demás el suyo ―añadió
Rosalie, poniendo cara de asco.
―Yo logré escaparme y pude
llegar hasta este corredor, pero me cogieron por el camino ―aclaró Nessie.
―Bueno, pues ya está
decidido ―intervino Carlisle de nuevo, poniendo un poco de orden―. Por
desgracia, tendremos que aliarnos a los Vulturis temporalmente.
Odiaba esto, lo odiaba con
todas mis fuerzas. Jamás me hubiera imaginado que tendría que trabajar con esos
viejos decrépitos e hipócritas, esos asesinos de gente inocente, los mismos que
habían secuestrado a Nessie hacía dos años. Rechiné los dientes con furia
contenida, pero no me quedaba más remedio que aguantarme. Bella y los demás
estaban en peligro, y ante todo estaban ellos, ahora eran parte de mi familia.
Nessie se dio cuenta de mi
malestar y me dio un beso corto para tranquilizarme.
―Avisaré a Jane de que ya
hemos tomado una decisión ―dijo el doctor.
¿Decisión? Ja. Esto era una
encerrona en toda regla.
Pero no nos quedaba más
remedio. Carlisle se acercó a un teléfono que reposaba en una mesilla, descolgó
el auricular y observé con resignación cómo tocaba un botón de color verde.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR LEYENDOME!!! ME HACEIS MUY FELIZ, YA LO SABEIS!!!
Bueno, ya veremos que quieren los Vulturis, porque esta claro que nadie puede fiarse de Aro... Y sobre la profecia, pues lo mismo, ya veremos que es lo que pretenden ;)
Muchisimas gracias a todos!!!
Lametones!!!
Hola otra vez quiero disculparía por mi comentario de ayer la verdad me parecio un tanto infantil pero tu libro provoca eso, haces salir a flote a mi niña interna Jaja en fin el capitulo estuvo INCREIBLE como siempre. No puedo esperar a leer los dos de ma~ñana saludos de Kiara ( =
ResponderEliminarQue mal que se tengan que aliar con los vulturis! porque eso no me suena nada bien! Aro es muy traicionero! jaja Pero ojalá todo les salga bien! Que encuentren pronto a Bella y los demás! Muy lindo el capi como siempre! Te leo nuevamente mañana! jeje Mucha fuerza para seguir escribiendo! BESOS =)
ResponderEliminarbueno buenisimo el capi de hoy JACOB&NESSIE la verdad como lo dije antes este Aro no es de confianza pero que mas queda que seguirle la corriente y no problem esperaremos a que se revele la profecia poco a poco..... gracias:)
ResponderEliminarSaludos Tamara. Gracias por tan buen capitulo y coincido que ese aro no es de confiar jejeje. Ojala encuentren a bella y no sea solo una trampa de los Vulturis para continuar en el poder.
ResponderEliminarCathy te manda saludos también aunque creo que esta peor pero le hecha ganas y todos los días le leo tu libro.
Perdona por no comentar ayer pero no me dejaba colgar mi comentario en fin ya estoy de vuelta y espero el de manana.
Kelly
me gusto este capi el mejor...aro es un traicionero,,,,pero esta historia la mejor,....segui.....salu2 mañana los 2
ResponderEliminarA pero como disfrute los celos de Jane eso le pasa por...¡! Bueno me encanto se aliaran a los Vulturi! eso no es algo que se ve todos los dias este cap estuvo muy lindo por fin se encontraron (de nuevo jaja) ya quiero leer el sig cap! echale ganas y cuidate ¡tu historia es super genial!:D
ResponderEliminarBesos.
Muy bueno......
ResponderEliminargracias
elsa
Definitavamente.. voy contra la corriente. La parte mala de mi.. queria que Jane lo obligase y consiguiera besarlo. Hahahaha! Re malvada! See, bueno. Pero para volver las cosas mas locas. xD Ya, ya! No tiene sentido, Lo se! Soy masoquista. Chocha cuando lei que Nessie estaba ahi..
ResponderEliminaresta alianza con los volturis va a estar de los pelos. Que emocion!
SOL*
jajajaja, qué mala, Sol xDD
ResponderEliminarPues no, ¿cómo va a tocarle esa arpía? No, no, de eso nada, ella que se fije en los chupasangres que tiene alrededor xDD
Un lametón para tí, guapísima!!!
JACOB&NESSIE
ehh.. Bueno! Che. Es entendible.. Esos Volturis.. No hay muucho que ofrecer.. aunque Cayo no esta nada mal, eh? Lastima el look pero eso tiene solucion! yo que ella encaro por ahi.. xD
ResponderEliminarNaaaah! mentira! Yo la entiendo Nada como nuestros Lobos che! Jajaja!
Un besazo! Tama!
sol*
jajajaja, pues que se fije en Demetri, Felix... no sé, tiene bastante donde elegir, ¿no crees? xDD A nuestro Jacob que lo deje >.< jajaja.
ResponderEliminarLametones!
JACOB&NESSIE
¡H0LA! SOY NOVIEMBRE:
ResponderEliminarQUE LUCHA HAY SIEMPRE,LO QUE YA TE DIJE UNA VEZ, ES PARA PONERLA EN LA TELE PORQUE SIEMPRE EMPEZAMOS CON OTRAS INQUIETUDES, Y VIVENCIAS DISTINTAS CADA SEMANA, ¡VAYA QUE ESTOS NO SE ABURREN CON TANTAS AVENTURAS!
BUENO COMO SIEMPRE ME GUSTA MUCHO Y EN CUANTO QUE TENGO UN RATITO YA ESTOY LEYENDO, "NO ME LO PUEDO CREER NI YO" QUE EN VEZ DE VER UNA PELI EN LA TELE EL SABADO A LAS 4 DE LA TARDE ESTÉ LEYENDO TU HISTORIA.
MUCHOS LAMETONES