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lunes, 1 de agosto de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 55: CUANDO UNO LE VE LAS OREJAS AL LOBO...



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NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC, YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^




NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enteraras de nada 😉


CAPITULOS:

PARTE UNO: COMIENZO:

RENESMEE:

43. DESPEDIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-43-despedida.html
44. COMIENZO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-44-comienzo.html
45. CELEBRACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-45-celebracion.html
46. FUEGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-46-fuego.html
47. NADAR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-47-nadar.html
48. EXTRAÑO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/este-es-el-segundo-capitulo-de-hoy-para_26.html
49. REY Y REINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-49-rey-y-reina.html
50. EN CASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-50-en-casa.html
51. BUSQUEDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-51-busqueda.html

JACOB:

52. HAY QUE VER LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-52-hay-que-ver-las.html
53. DIOS, ESTO ES PARA TIRARSE UN TIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-53-dios-esto-es-para.html
54. ¡¿Y AHORA ME PIDE ESTO?! INCREIBLE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-54-y-ahora-me-pide.html


CUANDO UNO LE VE
LAS OREJAS AL LOBO…


En cuanto ella llegó a mí, todos los pinchazos de mi estómago desaparecieron por arte de magia y fueron sustituidos por ese alocado hormigueo de siempre. Mi corazón latía a toda pastilla, acompasando al suyo, que también se había acelerado y lo hacía justo al doble. Podía sentir sus latidos en mi pecho, muy cerca de los míos.
Por un instante se me olvidó por completo dónde estábamos y con quién, hasta que me vino un halo de lucidez y me acordé. Maldita sea, no me quedaba más remedio que parar, con lo bien que se estaba así. Tuve que esforzarme mucho para obligar a mis sedientos labios a que parasen y se despegasen de los suyos, porque la verdad es que me moría por seguir saboreando esa carnosa, suave y dulce boca, y, encima, la energía de nuestro alrededor no ayudaba nada, pero lo conseguí. Eso sí, me costó lo mío y necesité de varios intentos para que mis obcecados labios soltaran los suyos del todo, los muy idiotas se separaban y no hacían más que volver y volver, aunque los suyos tampoco es que se esforzasen mucho en despegarse, la verdad. Al final, y a regañadientes, muy a regañadientes, logré terminar ese eterno beso.
Nuestras frentes se quedaron pegadas durante un momento y sus preciosos y dulces ojos se clavaron en los míos, otra vez con preocupación. Nessie separó nuestros rostros y enseguida llevó sus cálidas manos al mío para examinármelo.
―¿Estás bien? ―me preguntó ansiosamente, acariciándome con sus dedos mientras sus pupilas se cercioraban de que era así.
―Sí, ¿y tú? ―inquirí, observando su precioso semblante yo también―. No te habrán hecho daño, ¿no? ―y pasé a mirar sus brazos con nerviosismo.
Si alguno de esos chupasangres le había hecho un solo moratón, los aniquilaría aquí mismo con mis propias manos. No sabía cómo, pero lo haría.
―No, estoy bien ―afirmó, llevando sus delicadas manos hacia mi nuca y mi espalda para acariciar mi frente con la suya.
Dios, tenía que besarla otra vez…
―Muy conmovedor, desde luego ―escuché que decía ese chiflado de Aro―. He de reconocer que Edward tenía razón, estáis realmente enamorados ―afirmó. Hipócrita, ahora nos hacía la pelota, ¿no?―. Esa energía que desprendéis es increíble, casi diría que se puede palpar en el ambiente.
Iba a contestarle, sin embargo, en ese momento Nessie detectó algo extraño en mi hombro y en mi torso con su nariz. Mierda. Era el asqueroso olor de esa enana canija. Se quedó paralizada por un instante, pero, de repente, se giró súbitamente hacia la chupasangres, rechinando los dientes mientras le clavaba una mirada de profundo odio que reclamaba venganza por todos los costados. No me había fijado en la Pitufina hasta ese momento. Esta también estaba machacando las muelas con rabia, pero, entonces, al ver la reacción de Nessie, su semblante cambió para adoptar una postura claramente chulesca. Alzó la ceja, la barbilla, y su labio se curvó hacia arriba con cierto aire triunfal.
Oh, oh…
Antes de que me diera tiempo a reaccionar, Nessie me soltó a una velocidad digna de un vampiro completo ―y eso que no se había transformado― y profirió un rugido que retumbó en toda la habitación y que casi rompe el cristal de la única ventana que había allí, ya que lo hizo vibrar con ganas.
―¡¿Cómo te has atrevido a tocar a mi marido, furcia?! ―le gritó acto seguido en toda la cara, ya abalanzándose hacia ella.
―¡No, Nessie! ―voceé.
Tenía que pararla. Esa Jane podía hacerle mucho daño si utilizaba sus dotes sicóticos con ella, y no pensaba arriesgarme a que Aro no interviniese. Bueno, y eso sin contar que la rubia canija también era más fuerte que ella, claro.
No sé cómo lo hice, pero conseguí atraparla en el mismo aire, cogiéndola por la cintura. Mi chica se quedó encerrada en mis brazos, con los pies colgando, eso sí, estos luchaban por alcanzar el suelo de nuevo mientras ella gruñía sin parar.
La rubia canija siguió con esa estúpida expresión en la cara, aunque los otros dos chupasangres no entendían nada de nada.
―Paz ―solicitó ese viejo tarado, levantando sus transparentes manos ligeramente.
La dejé en el suelo, aunque amarré su mano con fuerza, por si acaso.
―¡¿Paz?! ―exclamó Nessie muy cabreada. Su cuerpo ya estaba lleno de convulsiones―. ¡¿Os habéis llevado a mi marido, arrebatándomelo de mi lado, y esa… ramera ―corrigió, aunque vocalizando ese nuevo vocablo con más que rabia, cosa que hizo que la cara de la enana cambiase de repente y pasase a ser de ofensa total― le ha toqueteado, y ahora me pides paz?! ―sus ojos se clavaron en los de la Pitufina otra vez, radiando inquina por todas partes―. ¡No puedo soportarlo! ―gritó, haciendo el amago de abalanzarse sobre ella de nuevo.
¡Uf! Y eso que no sabía que había intentado besarme.
―Por favor, seamos civilizados ―volvió a pedir Aro, ahora juntando las manos.
Conseguí girarla hacia mí, aunque me costó. Nessie estaba realmente furiosa. Su mano suelta era un puño apretado que temblequeaba fuertemente, y la otra apretaba tanto la mía, que si no hubiera sido un hombre lobo ya tendría todos los huesos hechos añicos. Sus preciosos ojos, ahora ensombrecidos por ese ceño hundido sobre ellos, no se despegaban de la canija.
―Nessie, mírame ―le mandé, dándole un suave meneo con mi mano suelta, que había pasado a sujetar la parte superior de su brazo. Mi otra mano no se atrevía a soltar la suya, no fuera a ser que se me escapase. Sus ojos tardaron un par de segundos, pero finalmente optaron por obedecerme. Seguían enfadados, aunque al mirar los míos parecieron relajarse un poco―. Cálmate, ¿vale? ―le susurré, hablándole con delicadeza para que mis palabras surtieran más efecto mientras mi mano pasaba a acariciar su mejilla―. Respira hondo y trata de relajarte, no merece la pena.
Nessie tomó aire, cerró los ojos, y asintió cuando lo espiró. Su cuerpo se relajó al cabo de un momento.
Sin embargo, cuando abrió los párpados de nuevo, sus pupilas sostenían otra mirada nueva. Una mirada que yo conocía muy bien.
―Sí, cielo, tienes razón ―murmuró, llevando esa mirada chulesca hacia la rubia canija a la vez que su labio se elevaba ligeramente. Soltó mi mano para alzar las suyas a la par y comenzó a acariciar mi pecho, deslizándolas lentamente de abajo arriba. Estaba claro que quería restregárselo a la Pitufina en todos los morros para marcar su territorio. Bueno, vale, no era el momento, pero no pude evitar estremecerme, solo uno de sus roces ya me ponía todo el vello de punta. Pude escuchar cómo la canija sádica rechinaba la dentadura una vez más―. No merece la pena ―coincidió, y sus pupilas se engancharon en las mías con determinación mientras acercaba su rostro al mío.
Ya no pude negarme. Cuando ella me clavaba su sensual mirada, era imposible resistirse.
Sus labios llegaron a los míos, sus manos se repartieron entre mi pelo y mis hombros, y empezó a besarme con verdadero ímpetu, entrelazando nuestras bocas meticulosamente, despertando esa energía de nuevo. No sé lo que hizo la canija, porque solamente podía sentir a Nessie. Sí, como dije una vez, esa energía, y sus besos, me atraían hacia ella como una de esas moscas que se van irremediablemente hacia la luz violeta, hipnotizadas, y, una vez más, me chamusqué sin remedio. Sabía de las intenciones de ese beso, por supuesto, pero mientras Nessie me besara me daba exactamente igual. Ella me estaba besando, y eso era lo que más me importaba, era más que suficiente. Además, tenía que reconocer que verla tan celosa y tan reclamativa me ponía muchísimo. Si no fuera porque no era el momento ni el sitio adecuado, la hubiera llevado a un lugar privado y apartado para hacerle el amor apasionadamente y no hubiese dejado de susurrarle: sí, nena, soy tuyo, todo tuyo.
El beso no duró mucho, o eso me pareció a mí, creo que solamente fueron unos cortos segundos. También le costó, pero mi chica despegó sus labios de los míos, me miró con satisfacción y después le dedicó otra mirada y otra sonrisita a la rubia enana.
Ahora sí que vi cómo machacaba las muelas. En cambio ese viejo decrépito de Aro soltó una risilla estúpida, como si ese pique entre ambas le hiciese mucha gracia. Idiota.
Pero a Nessie también le dio tiempo a fijarse en otra cosa.
―¿Qué es esto? ―quiso saber, frunciendo su adorable ceño cuando vio el cordón metálico de mi cuello. Luego, también se fijó en mis muñecas y las levantó―. ¿Y esto son… grilletes? ―y cuando terminó la frase giró el rostro hacia Aro con enfado y exigencia.
―Oh, lo lamento profundamente, mi querida Renesmee, pero no nos quedó más remedio que velar por su seguridad ―dijo el Vulturis, fingiendo pesar.
Cínico…
―¿Velar por mi seguridad? ―chisté, mirándole de arriba abajo con desprecio―. Me han puesto este cordón metálico para que no me pueda transformar ―le revelé―. Si cambiara de fase, me quedaría sin cabeza.
―¿Qué? ¿Sin… cabeza? ―inquirió Nessie, tragando saliva y pestañeando sin creérselo―. ¿Le habéis…? ¡¿Le habéis puesto un cordón en el cuello a mi marido y le habéis encadenado como si fuera un perro?! ―protestó enérgicamente, separándose de mí para dirigirse mejor a ese viejo chupasangres.
Cogí su mano.
―El cordón es por nuestra propia seguridad, querida, pero también temíamos que se hiciese daño al intentar escapar ―alegó él, siguiendo con su actuación―. Aunque sus heridas se regeneran con rapidez, no era… conveniente que su sangre fluyera fuera de su piel. Créeme, mi preciosa flor, ni siquiera yo podría garantizar su seguridad en tal caso.
―A lo mejor yo no intentaría escapar si no me hubieseis encerrado, ¿no crees? ―le solté con una ironía ácida.
―¡Así que también le habéis encerrado! ―criticó mi chica, enfadadísima.
―Sí, y adivina con quién comparto celda ―le dije, siguiendo con ese sarcasmo.
―¿Con quién? ―me preguntó, mirándome con expectación.
―Con Ryam.
―¿Con… Ryam? ―sus finas cejas dejaron de fruncirse para adoptar una expresión de sorpresa mezclada con preocupación―. ¿Pero cómo es que…?
No le dio tiempo a terminar la pregunta, ni tampoco a girar el rostro del todo hacia Aro.
―Ryam es un gigante, es una aberración ―le cortó el Vulturis tarado―. Además, ha descubierto demasiadas cosas de nuestro mundo y supone una amenaza para el mismo. No obstante, hemos tomado la decisión de mantenerle con vida hasta que sepamos cómo obrar en este desagradable asunto.
―Ryam no será un gigante por más tiempo, Aro ―intervino una conocida voz a nuestras espaldas, haciendo que Nessie y yo nos girásemos.
―¡Mi querido Carlisle! ―exclamó Aro, dando una palmada mientras fingía un rostro gratamente sorprendido.
El doctor pasó a la estancia junto con Esme, Rosalie y Emmett. Los cuatro tenían unos rostros serios e iban acompañados por otros cuatro chupasangres de la guardia, entre los cuales se encontraban Varick y ese cretino de Zhou. Ya rechiné los dientes cuando vi a este último, pero cuando osó a imitar el rostro de Nessie durante un segundo, mostrándome una sonrisita insolente a modo de burla, estuve a punto de saltar hacia él. ¡Maldito bastardo! Ahora era muy valiente, claro, yo no me podía transformar y él estaba bien acompañado por el resto de sanguijuelas. Me había quedado con las ganas en nuestro último encuentro. Nessie notó el temblequeo de mi mano y entrelazó sus dedos con los míos para tranquilizarme. Eso me calmó un poco, pero tuve que inspirar una buena bocanada de aire para no lanzarme hacia ese desgraciado.
Recordé aquello que nos dijo Edward después de la visita que nos hizo la canija junto a ese tal Felix y Demetri en Anchorage. Había visto a través de los pensamientos de Jane que Aro siempre estaba acompañado de Varick, para que Alice no pudiera ver sus decisiones. Ahora, por lo visto, había prescindido de él, aunque Varick no tardó nada en colocarse al lado de ese viejo decrépito. Bueno, era fácil adivinar por qué no lo había utilizado hace un rato. Era evidente que sus decisiones estaban marcadas por nosotros los metamorfos, aparte de que estaba en compañía de uno, así que Alice no podría ver nada igualmente.
―Me gustaría decir que me alegro de verte, Aro, sin embargo, no puedo ―declaró Carlisle nada más llegar a nuestro lado, siguiéndole la corriente a ese vejestorio chiflado, aunque se notaba su cabreo―. Estoy muy irritado por esta… situación ―suavizó.
Em me guiñó el ojo, mostrándome una mueca a modo de sonrisa aliviada, y se colocó a nuestro lado, junto a Rose. Esme respiró tranquila cuando me vio sano y salvo, aunque no se despegó de la mano de su marido.
―Yo también lamento esta situación, mi querido amigo ―afirmó ese senil perturbado―. Pero, como ya le expliqué a Jacob, hacerlo así era totalmente necesario. Él no hubiera aceptado venir de otro modo.
―No disimules ―protesté, enfadado―. Me habéis traído hasta aquí para que no me quede otra salida. Esto es toda una encerrona.
―¿Una encerrona? ―quiso saber Carlisle.
―Llámalo simbiosis y alianza ―reiteró ese tarado de Aro.
―¿Alianza? ―dijo ahora Emmett, sorprendido.
―Sí, este chif… Aro ―me contuve― quiere que nos aliemos con él para pelear en una guerra.
―¿Pelear? ―repitió Em, más animado.
―¿Una… guerra? ―inquirió Nessie, preocupada, apretando mi mano.
Varick le sopló algo al oído de Aro y este asintió con una media sonrisa.
―Tranquila, cielo ―le susurré, posando mis labios en su frente.
―Lamento tener que dejar esta interesante conversación así, pero he de irme, mis hermanos han regresado ―habló de pronto―. Si me disculpáis, voy a ir a recibirles. Sé que Jacob os lo explicará todo muy bien ―afirmó, oscilando esos ojos lechosos hacia mí durante un segundo para llevarlos enseguida de vuelta a los de Carlisle―, así que os dejaré a solas para que toméis una decisión. De todas formas, yo mismo os explicaré lo que necesitéis saber más tarde.
―Es cierto, ¿cómo es que Cayo y Marco no están aquí? ―inquirió Carlisle.
―Oh, han tenido que atender otros asuntos, pero vendrán después ―explicó Aro escuetamente―. Y ahora, si me disculpáis ―repitió, comenzando a caminar hacia la salida, acompañado de Varick―. Jane, querida, llévales a la sala de al lado para que mediten más cómodamente ―le dijo a la enana, de la que pasaba a su lado.
―Sí, maestro ―asintió ella. En cuanto Aro y Varick salieron por la puerta, se dirigió a nosotros con esa prepotencia de siempre―. Acompañadme por aquí.
Se dio la vuelta, junto a todos los chupasangres que nos acompañaban, y la seguimos. El chino aprovechó para medio girarse y dedicarme una sonrisita burlona, imitando mi rostro. Gruñí y di una zancada más grande para llegar a él, pero Nessie me retuvo.
―Cálmate, Jake, no le hagas caso ―me susurró al oído, cosa que sirvió para que me tranquilizara un poco y todo mi vello se pusiese de punta.
Volví a tomar otra buena bocanada de aire y seguimos caminando.
La Pitufina nos hizo salir de la habitación por esa puerta, por la que tuve que volver a agacharme, y caminamos por ese ancho corredor de antes en dirección a la doble puerta revestida de oro. Cuando llegó, abrió las dos hojas, las cuales no estaban cerradas con llave, y las dejó abiertas para que pasáramos al interior.
―Tomaos el tiempo que necesitéis ―le dijo a Carlisle―. Hay un teléfono. Podéis utilizarlo para llamar a la recepcionista cuando terminéis. Ella me avisará a mí.
El doctor solamente se limitó a asentir con un rostro serio y la rubia enana se dio la vuelta, seguida del chino imitador y las otras cuatro sanguijuelas. Eso sí, no perdió el tiempo y aprovechó su paso a mi lado para darme otro ligero y rápido repaso con la mirada. Esta vez fui yo el que tuvo que sostener con firmeza la mano de Nessie, aunque no pude evitar que su garganta emitiera un rugido interno y que se girase para no quitarle esa vista amenazadora de encima.
Carlisle pasó a esa otra habitación, que seguía las mismas pautas que el hortera y pijo corredor, yo tiré de Nessie, y los demás hicimos lo mismo detrás de él.
La estancia era bastante amplia, pero no tanto como la guarida de los Vulturis. Aparte de esa horrible moqueta verde, de los paneles de madera que revestían las paredes y de los cuadros que imitaban a ventanas, unos sofás de piel en color crema se distribuían por toda la habitación, creando una especie de sala de estar.
En cuanto Rosalie cerró la puerta, todos vinieron a mí.
―Dime, Jacob, ¿cómo estás? ―me preguntó el doctor.
―Bien, bien, no me han hecho nada ―les tranquilicé.
―Le han encerrado en una celda y le han encadenado ―les reveló Nessie, rechinando los dientes―. Y encima, le han puesto este cordón metálico para que no se pueda transformar.
―Qué falta de respeto ―declaró Esme con disgusto.
―Bonito collar ―se burló Rosalie.
―Ja, muy graciosa, rubia, pero hoy no estoy de humor ―le contesté con retintín.
―Es el colmo ―protestó Nessie―, no puedo creerme que le hayan hecho todo esto y se queden tan tranquilos.
―Bueno, da igual, el tema es que estoy bien. Además, también tienen a Ryam.
―Sí, eso hemos oído cuando caminábamos por el pasillo ―dijo Emmett.
―Tendremos que solucionar ese tema también ―afirmó Carlisle, llevándose la mano a la barbilla, pensativo―. Lo único que se me ocurre es alegar a su curación, aunque no sé si eso será suficiente para Aro. Ryam ya tiene conocimiento de nuestro mundo, y temo que los Vulturis no se conformen solo con eso.
―¿Y qué hacemos? ―inquirió Nessie, mordiéndose el labio.
―No lo sé. Tendré que pensar en algo ―reconoció Carlisle, bajando su mano.
―¿Qué es eso de la guerra? ―quiso saber Emmett.
―Uf, una movida muy grande, tío. Al parecer, Nikoláy, Ruslán y Razvan no trabajaban solos. Adivina con quién estaban aliados ―se hizo un momento de silencio en el que todos esperaron mi respuesta, expectantes. Bueno, todos menos la Barbie, que resopló con cansancio―. Con Vladimir y Stefan ―les desvelé finalmente.
―¿Con Vladimir y Stefan? ―Nessie no se lo podía creer, aunque no era la única, el resto abrió los ojos como platos.
―Sí, y tengo otra noticia ―seguí. Miré a mi chica con precaución y apreté su mano un poco más. Ella ya se dio cuenta de mi respuesta solo con este gesto, pero lo dije en voz alta para los demás―. Son ellos los que tienen a Bella, Edward, Alice y Jasper.
―Qué horror ―exhaló Esme, llevándose las manos a la boca.
Nessie tembló ligeramente y la atraje hacia mí para rodearla con mis brazos. Ella enseguida ensambló los suyos a mi cintura, apoyando su mejilla en mi pecho.
―¿Estás bien? ―murmuré en su pelo.
―Sí, así estoy mejor ―asintió, apretando su abrazo―. Sigue, podré soportarlo.
―¿Seguro? ―me cercioré, separándome un poco para mirarla.
―Tengo que saber la verdad. Y contigo soy fuerte ―afirmó, mirándome con determinación―. Sigue ―y volvió a apoyar su mejilla en mi pecho.
Suspiré, asintiendo, le di un beso en la frente y continué hablando.
―Aro no me ha dicho cómo han conseguido llevárselos, pero mi teoría es que esos dos dieron con Renée y la secuestraron para chantajear a Bella ―manifesté, pasando los dedos por su cabello para confortarla un poco―. Creo que la visión que tuvo Alice no estaba relacionada con los Vulturis, sino que ella vio las intenciones de Vladimir y Stefan y se marcharon para evitar el secuestro.
―¿Quieres decir que se entregaron? ―interrogó Em.
―Sería lo más lógico ―secundó el doctor.
―Lo que no sé es si consiguieron impedir el secuestro o no ―continué, sin dejar de peinar el pelo de mi chica―. Ahora los rumanos tienen a Bella, Edward, Alice y Jasper, los cuatro con dones poderosos, y ese chiflado de Aro está temblando. Bueno, ya sabéis que Vladimir y Stefan llevan años buscando venganza, ¿no? Pues se han rearmado, y no solo con chupasangres, sino que también contaron con la ayuda de esos tres magos para la creación de gigantes. Los Vulturis ya estaban al corriente de todo e intentaron impedirlo, pero no lo consiguieron.
―Así que los gigantes eran para el ejército de Vladimir y Stefan ―adivinó Rosalie.
―Sí, y Aro creó un grupo de matones para evitarlo, pero, bueno, luego os contaré más detalles sobre eso. El caso es que Aro le ha visto las orejas al lobo y necesita esta alianza.
―Nunca mejor dicho ―sonrió Emmett.
Le sonreí el chiste, y seguí hablando.
―No me gusta nada esto, pero Aro es el único que sabe dónde se encuentran Bella y los otros, y me ha chantajeado con eso ―suspiré con desagrado―. No va a decirnos nada hasta que no le ayudemos, y, la verdad, no veo otra salida. Y encima, me ha dicho que si no vamos con ellos no me garantiza la seguridad de Bells y el resto.
Nessie apretó su abrazo un poco más y yo le di otro beso en el pelo, acariciando su nuca con mis dedos.
―Es evidente que no nos queda más remedio que aceptar ―intervino Carlisle con un rostro resignado―. Eso sí, debemos de tener mucho cuidado, Aro no tendría ningún escrúpulo a la hora de traicionarnos en cuanto todo terminase.
―Sí, lo sé ―coincidí.
―Además, todavía está el asunto de la profecía, eso nos obliga a extremar las precauciones ―declaró.
―Entonces, pelearemos ―sonrió Emmett―. Rescataremos a Bella, Edward, Alice y Jasper.
―¿Vais a ir a esa guerra? ―preguntó Nessie, separándose de mi cuerpo para mirarme con una preocupación que me heló el alma.
―No nos queda más remedio, cielo ―le susurré, metiéndole el pelo detrás de las orejas―. Pero no te preocupes por nosotros, todo saldrá bien.
―Entonces yo también voy ―afirmó con los ojos llenos de resolución.
―No, tú te quedarás en La Push ―le contradije.
―Venga ya, no seas machista ―protestó.
―No es por machismo, Nessie, y lo sabes. Es solo que no quiero que te pase nada, ¿entiendes? No podría soportarlo.
―Acabas de decir que todo saldrá bien ―refutó―. Además, la misma pulsión que tienes tú para protegerme, también la tengo yo para protegerte a ti. Sabes que me resulta casi imposible no estar contigo en una situación así. Y, encima, estamos hablando de mis padres y mis tíos.
Mierda. Genial. Esto no me gustaba nada, pero, maldita sea, tenía razón en todo, era imposible rebatírselo.
―No sé, Nessie… ―dudé.
―Puedo transformarme, así estaré bajo tu protección todo el tiempo ―alegó, ya suplicándome con la mirada al ver mi flojera.
―¿Ah, sí? ¿Y qué pasará cuando te falte sangre? ―objeté.
Nessie se mordió ese precioso labio inferior y se quedó pensando.
―Yo podría conseguir algunas reservas de sangre y llevarlas en un maletín bien refrigerado ―irrumpió Carlisle.
Genial.
―¿Lo ves? ―indicó Nessie.
Esto no me hacía ni pizca de gracia, pero, vale, lo reconozco, también la entendía. Al igual que yo, Nessie no podría soportar estar lejos de mí en una situación de tan claro peligro, y, para colmo, se trataba de su familia. Era lógico que quisiera ayudar, ¿no? Y, bueno, yo era su marido, pero no era quién para prohibirle nada, la verdad.
Maldita sea…
―Está bien ―acepté a regañadientes, frunciendo el ceño a disgusto―. Puedes venir con nosotros, pero no te separarás de mí en ningún momento, ¿entendido?
―No tenía pensado hacerlo ―sonrió.
Suspiré, aunque no pude evitar corresponder esa sonrisa.
―En fin, tendré que avisar a mi manada ―anuncié, suspirando de nuevo.
―Ah, algunos miembros de la manada están abajo ―me reveló Emmett.
―¿Mi manada está abajo? ―inquirí, sorprendido.
―Sí, no pudimos conseguir que los dejaran subir, por eso tardamos un poco ―me explicó―. Pero tranquilo, no les pasará nada, ahí abajo hay demasiada gente. Lo único que tendrán que soportar es el olor.
―Y los demás el suyo ―añadió Rosalie, poniendo cara de asco.
―Yo logré escaparme y pude llegar hasta este corredor, pero me cogieron por el camino ―aclaró Nessie.
―Bueno, pues ya está decidido ―intervino Carlisle de nuevo, poniendo un poco de orden―. Por desgracia, tendremos que aliarnos a los Vulturis temporalmente.
Odiaba esto, lo odiaba con todas mis fuerzas. Jamás me hubiera imaginado que tendría que trabajar con esos viejos decrépitos e hipócritas, esos asesinos de gente inocente, los mismos que habían secuestrado a Nessie hacía dos años. Rechiné los dientes con furia contenida, pero no me quedaba más remedio que aguantarme. Bella y los demás estaban en peligro, y ante todo estaban ellos, ahora eran parte de mi familia.
Nessie se dio cuenta de mi malestar y me dio un beso corto para tranquilizarme.
―Avisaré a Jane de que ya hemos tomado una decisión ―dijo el doctor.
¿Decisión? Ja. Esto era una encerrona en toda regla.
Pero no nos quedaba más remedio. Carlisle se acercó a un teléfono que reposaba en una mesilla, descolgó el auricular y observé con resignación cómo tocaba un botón de color verde.


13 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^

    MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR LEYENDOME!!! ME HACEIS MUY FELIZ, YA LO SABEIS!!!

    Bueno, ya veremos que quieren los Vulturis, porque esta claro que nadie puede fiarse de Aro... Y sobre la profecia, pues lo mismo, ya veremos que es lo que pretenden ;)

    Muchisimas gracias a todos!!!

    Lametones!!!

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  2. Hola otra vez quiero disculparía por mi comentario de ayer la verdad me parecio un tanto infantil pero tu libro provoca eso, haces salir a flote a mi niña interna Jaja en fin el capitulo estuvo INCREIBLE como siempre. No puedo esperar a leer los dos de ma~ñana saludos de Kiara ( =

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  3. Que mal que se tengan que aliar con los vulturis! porque eso no me suena nada bien! Aro es muy traicionero! jaja Pero ojalá todo les salga bien! Que encuentren pronto a Bella y los demás! Muy lindo el capi como siempre! Te leo nuevamente mañana! jeje Mucha fuerza para seguir escribiendo! BESOS =)

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  4. bueno buenisimo el capi de hoy JACOB&NESSIE la verdad como lo dije antes este Aro no es de confianza pero que mas queda que seguirle la corriente y no problem esperaremos a que se revele la profecia poco a poco..... gracias:)

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  5. Saludos Tamara. Gracias por tan buen capitulo y coincido que ese aro no es de confiar jejeje. Ojala encuentren a bella y no sea solo una trampa de los Vulturis para continuar en el poder.
    Cathy te manda saludos también aunque creo que esta peor pero le hecha ganas y todos los días le leo tu libro.
    Perdona por no comentar ayer pero no me dejaba colgar mi comentario en fin ya estoy de vuelta y espero el de manana.
    Kelly

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  6. me gusto este capi el mejor...aro es un traicionero,,,,pero esta historia la mejor,....segui.....salu2 mañana los 2

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  7. A pero como disfrute los celos de Jane eso le pasa por...¡! Bueno me encanto se aliaran a los Vulturi! eso no es algo que se ve todos los dias este cap estuvo muy lindo por fin se encontraron (de nuevo jaja) ya quiero leer el sig cap! echale ganas y cuidate ¡tu historia es super genial!:D
    Besos.

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  8. Muy bueno......
    gracias
    elsa

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  9. Definitavamente.. voy contra la corriente. La parte mala de mi.. queria que Jane lo obligase y consiguiera besarlo. Hahahaha! Re malvada! See, bueno. Pero para volver las cosas mas locas. xD Ya, ya! No tiene sentido, Lo se! Soy masoquista. Chocha cuando lei que Nessie estaba ahi..
    esta alianza con los volturis va a estar de los pelos. Que emocion!
    SOL*

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  10. jajajaja, qué mala, Sol xDD

    Pues no, ¿cómo va a tocarle esa arpía? No, no, de eso nada, ella que se fije en los chupasangres que tiene alrededor xDD

    Un lametón para tí, guapísima!!!
    JACOB&NESSIE

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  11. ehh.. Bueno! Che. Es entendible.. Esos Volturis.. No hay muucho que ofrecer.. aunque Cayo no esta nada mal, eh? Lastima el look pero eso tiene solucion! yo que ella encaro por ahi.. xD
    Naaaah! mentira! Yo la entiendo Nada como nuestros Lobos che! Jajaja!
    Un besazo! Tama!
    sol*

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  12. jajajaja, pues que se fije en Demetri, Felix... no sé, tiene bastante donde elegir, ¿no crees? xDD A nuestro Jacob que lo deje >.< jajaja.

    Lametones!
    JACOB&NESSIE

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  13. ¡H0LA! SOY NOVIEMBRE:
    QUE LUCHA HAY SIEMPRE,LO QUE YA TE DIJE UNA VEZ, ES PARA PONERLA EN LA TELE PORQUE SIEMPRE EMPEZAMOS CON OTRAS INQUIETUDES, Y VIVENCIAS DISTINTAS CADA SEMANA, ¡VAYA QUE ESTOS NO SE ABURREN CON TANTAS AVENTURAS!
    BUENO COMO SIEMPRE ME GUSTA MUCHO Y EN CUANTO QUE TENGO UN RATITO YA ESTOY LEYENDO, "NO ME LO PUEDO CREER NI YO" QUE EN VEZ DE VER UNA PELI EN LA TELE EL SABADO A LAS 4 DE LA TARDE ESTÉ LEYENDO TU HISTORIA.
    MUCHOS LAMETONES

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