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jueves, 11 de agosto de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 67: TIC, TAC, TIC, TAC. EL MOMENTO DE LA BATALLA FINAL SE ACERCA



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NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC, YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^




NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enterarás de nada 😉


CAPITULOS:

PARTE UNO: COMIENZO:

RENESMEE:


JACOB:

57. ESTO ES EL HOTEL DE LOS HORRORES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-57-esto-es-el-hotel.html
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
60. ESTÁ MÁS QUE CANTADO LO QUE VA A PASAR AQUÍ: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-60-esta-mas-que.html
61. ¡NO, MALDITA SEA! ¡NESSIE, NO VAYAS!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-61-no-maldita-sea.html
62. HONOR (PARÉNTESIS RENESMEE): http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-62-honor-parentesis.html
63. CUANDO CREÍAS QUE YA NO IBA A PASAR NADA PERO, VA Y SUCEDE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-63-cuando-creias-que.html
64. ¡JA! ¡CHUPAOS ESA!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-64-ja-chupaos-esa.html
65. ¡ASÍ QUE ESTO ES LO QUE QUERÍAS, ARO!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-65-asi-que-esto-es.html
66. SI TENGO QUE ELEGIR UN ÚLTIMO DESEO, LO TENGO MUY CLARO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-66-si-tengo-que.html


TIC, TAC, TIC, TAC.
EL MOMENTO DE LA BATALLA
FINAL SE ACERCA


Ya hacía un rato que había amanecido, y ahora el bosque ofrecía un panorama muy distinto. Los grillos y las ranas se estaban tomando un descanso y estaban siendo sustituidos por el canto mañanero de los diferentes tipos de pájaros que habitaban el boscaje. La luz ya conseguía colarse por esa cúpula arbórea que nos cubría y todo parecía cobrar vida, siguiendo el ritmo de la salida del sol.
Para ser tan temprano, no hacía ni pizca de frío, la verdad, se ve que aquí en Italia el clima era bastante templado. Claro, que era verano. Si no fuera por lo que nos esperaba dentro de unas horas, se hubiera estado genial aquí.
Nessie y yo no tardamos nada en vestirnos, después de darnos ese corto baño para asearnos un poco. Nos cogimos de la mano y comenzamos a caminar hacia ese lugar donde ya nos debían de esperar todos, seguro.
Era una pena que esta noche se hubiese terminado tan pronto, al menos, a mí me lo había parecido, vamos. No voy a negar que lo habíamos pasado de fábula durante estas horas, había sido un oasis en el desierto, incluso había repuesto fuerzas y me encontraba más centrado, pero el volver a la realidad tan de repente era como si nos hubiesen echado encima un caldero de agua helada, y yo no podía dejar de pensar en ese peligro que acechaba a Nessie y a todos los demás.
No nos estábamos dando mucha prisa, sinceramente, aunque tampoco íbamos a paso de tortuga para dirigirnos junto al resto. Eran nuestros últimos minutos a solas y queríamos aprovecharlos al máximo. Me sentí un poco culpable y todo por poder disfrutar de la compañía de mi chica, cuando mis hermanos no podían hacerlo de las suyas, pero, en fin, qué le iba a hacer, ¿no? Mala suerte.
Para colmo, ¡arg!, tenía una comedura de coco importante, no hacía más que rallarme la cabeza con toda esa maldita lucha. Y lo peor es que Nessie parecía estar igual que yo, y eso sí que no lo soportaba. Odiaba verla tan preocupada.
―¿Sabes lo segundo que voy a hacer en cuanto lleguemos a casa? ―se me ocurrió soltar para evadirnos un poco.
Nessie giró su hermoso rostro y me miró con una media sonrisa.
―¿Lo segundo? ―se percató, marcando la pregunta con intención.
―Sí. Bueno, lo primero ya lo sabes, nena, no hace falta ni que lo diga, ¿no? ―la comisura de mi labio se curvó con picardía y su preciosa sonrisa se amplió, aunque tenía ese matiz tímido que me volvía loco. Me coloqué detrás de ella, manteniendo esa sonrisa pícara, y la rodeé con mis brazos al tiempo que seguíamos caminando. Luego, llevé mi cabeza hacia delante para susurrarle en el oído―. Los lobos siempre tenemos un hambre voraz, Caperucita, y cuando pase todo esto yo te voy a devorar entera.
Giró su rostro para que sus labios bebiesen un poco de los míos y ya nos detuvimos.
¡Uf! Como empezásemos, ya no íbamos a poder parar.
Los dos nos obligamos a terminar ese beso que ya comenzaba a pasar al otro lado de la frontera, ya sabes, esa línea que marca un paso más hacia lo imparable y la locura total. Además, ya podía oler los efluvios de mis lobos, esa pareja de gigantes y los Cullen. Todavía estaban bastante lejos, pero no tanto como para que Edward no pudiese escanear nuestras mentes ya. Qué rollo. Casi podía sentir sus dichosas ondas clavándose en mi cerebro, pero esta vez en forma de flechas punzantes, aguijoneándome sin cuartel, pinchándome como un pesado chinche. Sí, vale, estábamos casados y él ya no podía decirnos nada, faltaría más, bueno, más bien me daba completamente igual lo que él pensara, pero saber que podía radiografiarme la mente me tocaba bastante las narices, la verdad, era realmente incómodo. Demonios, si miraba a una mosca casi podía ver su cara dibujada, vigilándonos, era como tener un espía clavado en el cogote todo el tiempo.
―¿Y qué es lo segundo? ―preguntó Nessie de pronto, sacándome de esta bola mental que me había montado yo solito.
Tuve que tomar una buena bocanada de aire para reponerme de ese precioso rostro que tenía tan cerca y de ese besazo de antes.
―Ah, lo segundo ―recordé, poniéndome a su lado de nuevo, cogiendo su mano―. Verás, te llevaré en la Harley por la autopista hasta Seattle, ¿qué te parece? ―y le sonreí.
―Me parece genial ―sonrió ella también. Verla así era todo un bálsamo para mí―. Siempre que pueda pegarme bien a ti y pueda ir sin casco para sentir el aire en la cara.
―Eso está hecho, pequeña.
Nos sonreímos otra vez y nos dimos un beso corto.
Como me suponía, no tardamos mucho más en llegar hasta donde se encontraban todos.
―Ahí llega la parejita de su luna de miel ―anunció Shubael con un aire de mofa en el tono de su voz, aunque su amplia sonrisa ya lo decía todo a las claras.
Idiota…
A Helen se le escapó una risita picarona y las mejillas de Nessie se ruborizaron.
―Qué, ¿te quedarán fuerzas para la batalla de hoy o tendremos que darte oxígeno en mitad de la pelea? ―se burló Emmett, cómo no, dirigiéndose a mí.
Idiota…
La cara de Nessie pasó a ser roja total.
―Tengo fuerzas de sobra para todo ―solté, vacilón.
Em rompió a reír a carcajadas.
―Ahí tenéis algo para desayunar ―nos indicó Edward, que por supuesto, todavía no se acostumbraba a ver ciertos pensamientos en mi cabeza sobre su hija, por muy casados que estuviéramos, y ese careto tirante lo decía todo.
Sí, vale, tenía que reconocerlo, era verle a él, y las imágenes de nuestra tórrida velada nocturna me venían solas a la cabeza, qué le iba a hacer. No es que lo hiciera adrede, en serio, pero es que cuanto más trataba de ocultarle esos recuerdos, resulta que surgían más.
Carraspeé, tratando de pasar de su pálida cara, y me fijé en ese desayuno.
―Vaya, ¿habéis cazado un jabalí? ―se sorprendió mi chica, curvando los labios para sonreír.
Los restos del susodicho jabalí reposaban en un palo horizontal que estaba apoyado en dos especies de patas que lo sujetaban sobre una fogata que apenas ya tenía llamas.
La verdad es que tenía un hambre canina, ni siquiera habíamos cenado y mis tripas ya no podían trabajar más para llamar mi atención. El olor de esa carne se metió por mi nariz para tentar aún más a mi apetito.
Sin embargo, algo captó nuestra atención y Nessie y yo no nos movimos del sitio.
Era Bella. Miraba a Alice con mucha atención y preocupación mientras esta se frotaba las sienes sin parar.
―Alice ha tenido una visión sobre Renée ―nos reveló Edward.
―¡Renée! Me había olvidado de ella por completo ―pensó Nessie en voz alta, llevándose las yemas de los dedos a la boca.
Mi pensamiento era idéntico al suyo.
―¿Dónde está? ¿La tienen esos rumanos? ¿Los Vulturis ahora? ―inquirí, tenso.
―No, no ―me calmó él―. Nosotros nos encargamos de que no la atrapasen. Alice había tenido una visión en la que Vladimir y Stefan la sorprendían investigando más de la cuenta, descubrían de quién se trataba y la secuestraban para chantajearnos. Sin embargo, nosotros pudimos actuar a tiempo y lo impedimos. Ellos ni siquiera saben de su existencia ahora. Después nos entregamos para cerciorarnos de que no la descubrieran. En cuanto nos pusimos en manos de Vladimir y Stefan, nos hipnotizaron y ya no tenemos más recuerdos hasta ayer.
―¿Y dónde está Renée ahora? ¿Sigue investigando? Porque si es así, ella estará en peligro ―la voz de Nessie se apagó cuando miró a Bella, cuyo rostro era el reflejo puro y duro de la preocupación.
―Rosalie se encargó de eso ―desveló Jasper―, aunque creo que se pasó un poquito ―y su mirada se clavó en la de la mencionada con algo de regañina.
―Solo hice lo que tenía que hacer ―se defendió ella, elevando su barbilla con petulancia―. Si no le hubiera roto las piernas a Phil, ella no hubiese vuelto a Phoenix para cuidarle y seguiría husmeando por aquí. Ahora estará una buena temporada ocupada.
Bella la fulminó con la mirada, aunque no dijo nada, estaba demasiado pendiente de Alice y de su concentración.
―¿Le rompiste las dos piernas a ese pobre infeliz? ―le reproché, alzando las dos cejas con asombro. Luego, chisté―. Menuda bestia.
―Mira quién va a decírmelo ―me contestó, entornando los ojos para mirarme con cara de odio―. El animal de la casa.
―¡Rose! ―le regañó mi chica.
Todos mis hermanos resoplaron a la vez por las narices.
―Déjalo, Nessie ―le paré, dedicándole otra miradita similar a la Barbie―, yo seré un animal, pero solo cuando me transformo.
Escuché el rechinar de dientes de la Barbie.
―Bueno, ya está bien ―intervino Edward, irritado―. La verdad es que te excediste un poco, Rose, pero eso ya no importa ―ella le dio un manotazo a su melena y ladeó la cara con disconformidad―. El caso es que Alice ha vuelto a tener otra visión sobre Renée, pero el problema es que no consigue verla bien, y eso nos tiene muy preocupados.
―Ya, y creéis que puede deberse a que los Vulturis la vayan a descubrir y ese maldito medallón interfiera, ¿no es eso? ―le dije.
Los dedos de Nessie apresaron a los míos con más fuerza.
―No solo eso, Jacob ―se quedó mudo durante un instante.
Parecía estar estudiando si decir lo que tenía que decir o no, porque nos observaba a Nessie y a mí con cautela. Eso hizo que la mano de mi chica se tensase todavía más.
―Venga, suéltalo ya ―le azucé, nervioso.
Edward miró a Bella. Ella se mordió el labio inferior, pero asintió para darle su apoyo. Él nos miró de nuevo, resignado.
―Si los Vulturis atrapan a Renée, también significa que no morirán en la batalla, con lo cual… ―su frase se quedó en el aire, seguramente al ver el pensamiento de Nessie, que esta vez casi estrangula mi mano.
Nadie dijo nada. La tensión y preocupación eran tan evidentes, que casi cortaban ese aire veraniego para volverlo gélido.
Mis temores de anoche volvieron a clavárseme en el estómago para retorcerse con saña. Sí, puede que no hubiera un mañana para Nessie y para mí, para ninguno de nosotros… La idea de ordenarle a ella que huyera volvió a mi destartalado cerebro con urgencia, casi atropelladamente entre todos esos pensamientos estrepitosos y bombardeantes que ya quemaban mis sesos.
―Ganaremos nosotros ―afirmó Nessie de pronto, levantando la barbilla con orgullo y determinación, haciendo que yo bajase de ese nubarrón oscuro―. Jake es el Gran Lobo, es el Rey de los Lobos, el rey de nuestro mundo, y es invencible.
Me hubiera gustado rebatírselo, pero la verdad es que prefería verla así, no quería preocuparla más, y, bueno, vale, el que ella tuviese tanta confianza en mí me levantaba mucho la moral, sinceramente, casi me sentía invencible y todo.
―Ness tiene razón ―apoyó Leah, cabeceando de arriba abajo con un movimiento rápido y enérgico―. Jake es mucho más poderoso que ese y todos los medallones mágicos del mundo juntos.
Tampoco había que exagerar…
―Por supuesto ―secundó Seth con una amplia sonrisa―. Esos viejos no tienen nada que hacer contra él.
―¡Les machacaremos! ―exclamó Paul con una risa ansiosa.
―¡Se van a enterar de lo que es bueno! ―siguió Jared.
Mis hermanos comenzaron a corear unos aullidos guerreros al aire. Idiotas, solo les faltaba danzar… Aunque me gustaba verles tan motivados, esto nos daría más confianza, que buena falta nos hacía, la verdad.
―Seguro que Alice no puede ver bien a Renée por otro motivo ―declaró Nessie, dirigiéndose a su madre para tranquilizarla―. A lo mejor es porque nosotros estaremos cerca de ella.
A Bella se le iluminaron esos ojos ambarinos un poco más y Alice dejó de concentrarse en su no visión, atendiéndonos a nosotros.
―Podría ser ―cayó ella, un poco más esperanzada―. Sí, claro, no me había dado cuenta. Jake es el Gran Lobo, y la profecía dice que él es invencible, Alice ―le dijo a esta, y por primera vez, desde que habíamos llegado aquí, su boca mostró una sonrisa.
Hala, ahora la otra. Genial…
Me alegraba de verla más animada, claro, pero no podía dejar de sentirme un poquito incómodo y cansado con todo esto de la dichosa profecía. Profecía, profecía… Mejor estaba en casa, con Nessie, siendo un lobo normal y corriente, sin tener todas estas absurdas y pesadas responsabilidades a mis espaldas. Lo que yo decía, todo caía sobre mí, maldita sea…
―Podría ser, sí ―coincidió Alice, también algo más aliviada, aunque todavía hablaba con un poco de prudencia, por si acaso―. Si Renée estuviera cerca de Nessie y Jacob, o de alguno de los metamorfos, no podría ver su futuro tampoco.
―Ya lo verás, mamá, todo saldrá bien ―le sonrió Nessie, ella hablándole con confianza.
Bella se relajó un poco más y cogió a Edward de la mano, el cual le dio un beso en la frente.
―Bien, ya que ha subido la moral de nuestra tropa, será mejor que pensemos en alguna estrategia a seguir ―intervino Doc, hablando con esa mesura suya―. ¿Alguien tiene alguna sugerencia?
―No sabemos si va a ser una lucha cuerpo a cuerpo o si va a ser una batalla de magia y dones, eso dificulta mucho las cosas ―dijo Jasper.
―Bueno, si es una lucha cuerpo a cuerpo no creo que haya mucho que decir, no nos quedará otra que pelear ―manifestó Sam―. El problema es que seguramente será una combinación de las dos cosas.
―Estoy de acuerdo ―coincidió Edward―. Aunque yo matizaría algo. Según lo poco que he podido verle a Aro, creo que comenzarán con una batalla de magia. Aro está ansioso por probar el poder de ese medallón. Sus pensamientos me dejaron ver la enorme satisfacción que sentía por ese deseo cumplido. Creo que ya sabía de la existencia de ese colgante desde hacía mucho tiempo y que llevaba ansiándolo muchos siglos.
―¿Quieres decir que ese viejo decrépito ya sabía que Nikoláy tenía ese medallón? ―inquirí.
―Eso es lo que me dieron a entender los pocos pensamientos que pude verle ―asintió, bajando la cabeza una vez.
―Entonces, Aro ya sabía que Nikoláy, Ruslán y Razvan no habían muerto, puesto que seguía detrás de ese medallón ―afirmó Ryam―. Se supone que si habían palmado, el medallón también tendría que haber sido destruido, ¿no?
―Sí, en cambio, esa momia decrépita aprovechó esta estúpida guerra para hacerse con él ―seguí yo―. El muy cretino planeó esto desde el principio. No nos necesitaba para vencer a los rumanos espeluznantes, por mucho ejército que tuviesen, eso está más que claro. Lo que no me entra en la sesera es por qué nos chantajeó para que viniésemos aquí.
―Para que entretuviésemos a los gigantes y al ejército de Vladimir y Stefan ―opinó Ryam―. Así, su guardia y sus magos podrían hacer su trabajo con más facilidad.
―Y, de paso, para quitarnos del medio a todos ―deduje, siguiendo con sus pesquisas―. Es evidente que somos todo un fastidio para él.
―Me alegro de que estéis de acuerdo en algo ―se fijó Nessie, sonriéndonos.
―Sí, menos mal ―rio Helen.
―Bueno, es que esto lo podría deducir hasta un crío de cinco años ―afirmé, metiéndome la mano suelta en el bolsillo de mi pantalón al tiempo que apoyaba mi trasero en el tronco de un árbol, sin soltar a Nessie.
―Sobre todo lo que has deducido tú ―espetó Ryam, ofendido.
―Idiota, no lo decía por ti, ¿vale? ―le aclaré, frunciendo el ceño―. Me refería a todas las deducciones.
―Con lo bien que íbamos… ―murmuró Bella, ladeando la cara hacia Edward para cuchichearle.
―Un momento ―irrumpió Carlisle, que llevaba un rato sosteniendo la mano en la barbilla, pensativo―. ¿No es muy extraño que Aro, sabiendo que Jacob es el Gran Lobo y que la profecía ya se estaba empezando a cumplir, se arriesgase tanto y se obcecase en que él viniese aquí?
―Sí, es un poco absurdo. Jake podría arruinar todos sus planes ―apoyó Sam.
―Sin embargo, Aro secuestró a Jacob para que luchase en esta guerra ―siguió Edward, secundando los pensamientos de Doc y de Sam―. Le chantajeó, aprovechando que Vladimir y Stefan nos tenían a nosotros, para que no tuviera opción y viniese aquí.
―Aro necesita a Jacob para algo ―terminó de deducir Jasper con un semblante serio, aunque mirando a Nessie con cautela.
Esta apretó mi mano con temor y yo entrelacé aún más nuestros dedos para tranquilizarla.
―Claro ―continuó Bella, exhalando con sorpresa mientras se metía la mano por el pelo, nerviosa―. Es evidente que no va a desaprovechar el que estemos todos aquí para tratar de terminar con nosotros de una vez por todas, pero eso solamente es una consecuencia de sus verdaderos planes. Lo que Aro quería es que Jake estuviese aquí, seguramente para impedir que la profecía siguiera su curso.
―Con esto mata dos pájaros de un tiro ―coincidió Emmett, cruzándose de brazos―. Encima, le hemos librado de buena parte del ejército de Vladimir y Stefan ―resopló.
―Será puerco ―gruñó Isaac.
―Bueno, ya sabíamos que nos estaba utilizando ―declaró Shubael.
―Primero intentó evitar la profecía, regalándoos esos anillos encantados, pero al no conseguirlo, pasó a su segundo plan ―nos dijo Edward a Nessie y a mí―. Ahora se trae algo entre manos, pero, ¿qué será?
―Qué raro que todo esto no lo dedujeras tú ―me soltó Ryam, usando ese retintín que me sacaba de quicio―. Deducciones de niños de cinco años, sí, claro.
Cretino…
―¿Acaso tú lo has hecho mejor? ―bufé, acribillándole con la mirada.
―Tiene que ver con ese medallón ―afirmó Nessie con voz asustada, pasando de nuestras estúpidas rencillas―. Aro quiere llevarse a Jake a Volterra, Jane me lo dijo. Creo que pretende conseguirlo con la influencia del medallón.
―Lo tiene crudo, si piensa que puede conseguirlo ―aseguré.
―El ojo del medallón no dejaba de mirarte ―recordó Nessie, y sus cuerdas vocales temblaron al hacerlo―. Es como si quisiese algo de ti.
Puaj. Todavía se me ponían los pelos de punta al acordarme de cómo me miraba ese asqueroso ojo.
―Tranquila, preciosa, repito que no conseguirá nada de mí, y menos ese maldito medallón ―afirmé con determinación, dándole un beso en la frente.
―¿Aro quiere llevarse a Jake? ―musitó Bella, mirándome preocupada.
―Hey, nadie va a llevarme a ningún sitio, ¿vale? ―les calmé a las dos.
―Sí, Jane me lo dijo cuando peleamos ―ratificó Nessie, haciendo caso omiso de mis inútiles intentos de relajación.
―¿Cuando… peleasteis? ―repitió Bells, ahora mirándola a ella.
―No tenías que haber luchado con ella a solas, Renesmee, era muy peligroso ―le regañó Edward antes de que a ella le diese tiempo de decir lo que su mente estaba fraguando.
―Esa… descarada ―sustituyó― está acosando a Jake todo el tiempo, y no pienso permitirlo ―confesó, enfadada.
―¿Jane acosa a Jacob? ―quiso saber Bella, molesta.
―Oh, sí ―continuó mi chica, cabreada―. Ya le ha toqueteado en la celda. La muy… manos largas ―volvió a sustituir― aprovechó que él estaba encadenado para sobarle.
―Bueno, nena, pero ya pasó ―intenté tranquilizarla.
El ceño de Bella se frunció más.
―Menuda fur…
―Aun así no deberías haberte marchado sola para pelear con ella ―insistió Edward, interrumpiendo a su mujer.
―¿Y qué tenía que haber hecho? ―saltó Rosalie, en defensa de su sobrina―. ¿Dejar que esa... descarada ―reemplazó también― sobase a Jacob y se quedase tan ancha? Desde luego yo no dejaría que ninguna enana barata tocase a Emmett.
―Así me gusta, mi vida ―alabó él con una sonrisita satisfecha.
La Barbie le correspondió la sonrisa y los dos se dieron un pico.
―Jane me retaba todo el tiempo, tenía que ir; y la pulsera me protege todo el tiempo, no soy tan tonta como para luchar con ella así como así ―se defendió Nessie, que seguía muy enfadada―. Ya no es porque tocase a Jake, que también, claro, no voy a negarlo, pero lo que más me molesta es que encima intente hacerlo delante de mis narices. Es como si nuestro matrimonio no tuviese validez para ella. Y tampoco me gusta esa autoridad con que lo hace. ¿Qué se cree? ¿Que puede tocar a quien quiera porque sí, aunque sea sin su consentimiento? Eso está muy mal. Quería darle una lección.
―Yo también habría hecho lo mismo, si se tratase de ti ―aseguró Bella, mirando a su marido con determinación.
Mira tú, Edward no pudo evitar que la comisura de su labio se levantase un poco también.
―Vaya, vaya, Jake. Las tienes loquitas por tus huesos, ¿eh? ―se mofó Emmett.
Si las miradas quemasen, Nessie hubiese calcinado a su tío.
―Cállate, a mí no me hace ninguna gracia ―mascullé.
Las carcajadas de Em hicieron eco en las montañas del oeste.
―Está loca, es una lunática ―continuó mi chica, enojada―. Me ha dicho que cuando Aro le atrape, piensa quedárselo ―matizó la palabra con rabia―. Habla como si Jacob fuese una mascota o algo así. Me pone de los nervios.
―Vaya una zo…
―Tendremos que esperar para averiguar qué es lo que pretende Aro con todo esto ―intervino Edward de nuevo, cortando a Leah.
Esta le dedicó una mueca de odio.
―Volviendo a la estrategia ―dijo Sam, poniendo un poco de orden a todo esto―. ¿Qué vamos a hacer?
―Como Edward ha dicho antes, yo también creo que comenzarán con una batalla de magia ―afirmó Carlisle―. Aro utilizará a los magos, así como al medallón, aunque no sabemos si lo hará conjuntamente o por separado. Seguramente irá probando varias opciones, según las circunstancias. Así que, Jacob ―me llamó. Yo le miré―, tendrás que intervenir tú en la mayor medida posible desde el principio, no nos queda más remedio.
―Ya, ya, lo sé ―resoplé.
Mierda. Como ya sabía, toda la responsabilidad, todo el peso de esta estúpida batalla recaía sobre mí. Genial.
―Lo harás muy bien ―me animó Nessie, arrimándose a mí para darme un beso corto en los labios que yo correspondí de buena gana, naturalmente.
―Bella.
Ahora fue ella quién miró a Doc.
―Tú encárgate de erigir tu barrera para que los ataques de los miembros que disponen de dones no puedan surtir efecto. Eso hará que Jacob pueda concentrarse mejor en su tarea de contrarrestar la magia de los magos y el medallón.
―De acuerdo ―aceptó ella con voz segura.
―Los demás tendremos que estar preparados todo el tiempo, por si se inicia una batalla cuerpo a cuerpo ―manifestó, soltando un suspiro nasal―. No se me ocurre más, es lo único que podemos hacer, dadas las circunstancias. No obstante, si alguien tiene alguna sugerencia que la diga, eso ayudará.
Lo único que se escuchó fue el sonido del bosque.
―Bien, eso es todo ―concluyó.
Observé a Nessie por el rabillo del ojo. Se la veía bastante confiada, aunque parecía nerviosa.
―¡Arg! ―exclamé, separándome del tronco y alzando los brazos para desperezarme―. Bueno, pues como ya está todo dicho, Nessie y yo vamos a desayunar ―y tiré de ella para echar a andar hacia ese jabalí que me imploraba que me lo zampase.
Todavía era temprano y faltaban algunas horas para el mediodía, pero la tensión flotaba en el aire continuamente, metiéndose por los oídos como una densa neblina que se incrustaba en el cerebro.
Aun así, Nessie y yo conseguimos engullir algo. Eso sí, después nos sentamos con el resto a esperar ese momento de la batalla final que parecía no llegar nunca.
Tic, tac, tic, tac.
Parecía, porque finalmente llegó.

5 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^

    MUCHISIMAS GRACIAS POR SEGUIR LEYENDOME!!! SOIS LOS MEJORES!!!

    No me acuerdo quién me preguntaba si el encapuchado era un vampiro ^^ , pues sí, es un vampiro, claro, es la sombra que llevó a Nessie al castillo de Razvan, ¿os acordáis? Y es otro vampiro ;)

    Kiara: los lobos se pueden comunicar a muchos kilómetros de distancia, pero de La Push a Italia son muchos xD , asi que no, su telepatía no llega a tanto =S Lástima, ¿eh? xD

    Y creo que no había ninguna duda más por ahí, ¿no? =S Bueno, si la había, repetidmela ^^

    En fin, ya veremos qué pasa...

    Muchísimas gracias a todos, sois los mejores!!!

    Lametones para todos!!

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  2. eyyy gracias por nunca fallarnos y subir todos los dias la verdad estoy emocionada por como se esta desarrollando esta historia...y ansiosa por saber más de la batalla...:)

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  3. Dos palabras. Increíble y fantástico.
    ..... Saludos .....y gracias por todo me dejas sin palabras.
    De Kiara
    Ah solo dime que no habrá bajas del bando bueno seria muy triste si alguno muriera y a los gigantes ojala el antídoto les ayude.

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  4. genial este capitulo....lo mejor ....pense que este capi era de la lucha pero no ...tendre que esperar mañana...igual genial este capi....sos la mejor.....que no halla perdida de los buenos....que aro muera...jaja..bueno salu2

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  5. Buen capitulo..... me gusta como se desarrolla....hay que fijarse en todo lo que piensan , todos y cada uno de ellos ..... adictivo
    gracias
    elsa

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