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NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enterarás de nada 😉
CAPITULOS:
PARTE UNO: COMIENZO:
RENESMEE:
48. EXTRAÑO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/este-es-el-segundo-capitulo-de-hoy-para_26.html
JACOB:
52. HAY QUE VER LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-52-hay-que-ver-las.html
53. DIOS, ESTO ES PARA TIRARSE UN TIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-53-dios-esto-es-para.html
54. ¡¿Y AHORA ME PIDE ESTO?! INCREIBLE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-54-y-ahora-me-pide.html
55. CUANDO UNO LE VE LAS OREJAS AL LOBO...: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-55-cuando-uno-le-ve.html
56. NEGOCIANDO CON LOS HERMANOS MARX: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-56-negociando-con.html
57. ESTO ES EL HOTEL DE LOS HORRORES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-57-esto-es-el-hotel.html
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
60. ESTÁ MÁS QUE CANTADO LO QUE VA A PASAR AQUÍ: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-60-esta-mas-que.html
¡NO, MALDITA SEA!
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
60. ESTÁ MÁS QUE CANTADO LO QUE VA A PASAR AQUÍ: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-60-esta-mas-que.html
¡NO, MALDITA SEA!
¡NESSIE, NO VAYAS!
―¡Noooo! ―chilló Nessie en
voz alta.
¡Vamos!, le apremié a mi manada, saltando el primero hacia la
batalla campal que se había formado. ¡Tenemos que encargarnos de los Cullen!
¡Nessie, tú no te separes de mí!
Nessie me siguió incondicionalmente,
bien arrimada a mi costado, y mis lobos obedecieron mi orden al unísono. Aunque
nosotros no fuimos los únicos, claro. Emmett, Rosalie, Carlisle y hasta la dulce
Esme se lanzaron a la pelea, seguidos de unos perdidos Ryam y Helen.
Genial. Esos dos. Casi se me
olvidan.
¡Michael, Nathan, cuidad
de esos dos!, les ordené mientras ya
me defendía de uno de los chupasangres que se había arrojado a por mí. ¡Nessie,
detrás de ti!, le avisé.
Por el rabillo de mi ansioso
ojo vi cómo mi chica se daba la vuelta y le arreaba una patada al vampiro con
gran soltura, lanzándolo hacia atrás.
Guau.
¿Por qué nosotros?, se quejó Nathan, aunque ya estaban acatando mi orden
y se estaban dirigiendo hacia ellos para merodear a su alrededor.
¡Porque sí!, gruñí.
Erigí una barrera con mi
círculo de luz brillante, de modo que Nessie y yo nos quedamos dentro de esa
burbuja protectora. Eso me hacía estar más tranquilo, ella estaría segura.
Mi chupasangres volvió a embestirme,
pero no perdí demasiado tiempo con él, creé ese otro círculo atacante y lo
extendí hacia él sin compasión. En cuanto la elipse le tocó, este se desintegró
entre gritos de horror.
Si no fuera porque los
Cullen estaban repartidos por todas partes, hubiera arrasado con todos esos
vampiros en un plis. Con los gigantes no lo tenía tan claro. Mis atónitos ojos
veían cómo eran desmembrados por algunos golpes de la lucha y sus enormes
cuerpos se regeneraban al instante, volviendo a resurgir brazos, piernas e
incluso cabezas, mientras sus almas en pena seguían aferrándose a ellos,
gritando con un desgarrador dolor. No me lo podía creer.
Los Vulturis ni siquiera
habían saltado al cuadrilátero. Asquerosas momias cobardes. Se quedaron en la
retaguardia, observando toda la trifulca desde atrás con gran interés. Bueno,
menos el adormilado, claro, que debía de estar roncando. Aro disponía de Renata
para protegerle personalmente, aunque justo delante de ellos, una fila de
vampiros de su guardia se había quedado para hacer de muro. En cambio, Vladimir
y Stefan luchaban enrabietados con todo el que se le ponía por delante.
Seguía notando ese ambiente
maléfico, esa extraña maldad, pero ahora no se encontraba en el centro. Bueno,
en estos momentos no había centro, todo el mundo se había dispersado. Sin
embargo, ahora emanaba de las sombras del bosque que nos lindaba.
¡Cuidado! ¡Ahí va Edward!, gritó Leah, que había visto cómo el mencionado se
abalanzaba hacia Enguerrand sin poder hacer nada para impedirlo, ya que ella
estaba luchando con uno de los chupasangres de Vladimir y Stefan.
Enguerrand rechinó los
dientes con disconformidad. Parecía que eso de luchar contra los Cullen no le
gustase, aunque se quedó clavado en el sitio, esperando el embuste de Edward
con resignación.
Me pareció raro. Era como si
el pelirrojo no estuviese muy de acuerdo con todo esto, solo que él recibía
unas órdenes que tenía que acatar.
Lo sabía. La guardia iba a
pelear con quien fuera, incluidos todos nosotros. Las promesas de Aro habían
caído en saco roto, cómo no.
―¡No, papá! ―voceó Nessie,
haciendo el amago de ir hacia allí.
¡Ya voy yo!, afirmó Seth, arrojándose para interponerse entre
ellos.
¡No, Bella!, exclamó Sam a la vez, corriendo hacia esta para
hacer lo mismo entre ella y otro de los vampiros de la guardia de los Vulturis.
Después de esa estúpida
pelea de exhibición entre ese grandullón de Felix y el otro chupasangres, donde
ambos bandos habían medido sus fuerzas con ese absurdo protocolo, la cosa se
puso fea. Todo ocurría muy rápido y estábamos rodeados de una locura, un
torbellino de diferentes peleas que se desataban a nuestro alrededor a la
velocidad de la luz.
Seth consiguió llegar a
tiempo y se abalanzó sobre Edward. Por supuesto no le derribó, solamente pasó
por delante, rozándole con una contundencia que hizo que se tambalease, pero
eso sirvió para que la atención de Edward se desviara hacia él y pasase
olímpicamente del pelirrojo.
¡Arg! Esto resultaba realmente
incómodo, maldita sea, porque visto desde fuera parecía que estuviésemos
protegiendo a esas asquerosas sanguijuelas. Pero nada más lejos de la realidad.
A quien estábamos protegiendo precisamente era a los Cullen hipnotizados. No
podíamos permitir que luchasen contra los matones de los Vulturis. Estaban bajo
la influencia de ese algo que les tenía hipnotizados, no sabían lo que hacían,
y podían resultar muy malheridos, o peor, podían morir.
Sam hizo exactamente lo
mismo con Bella, que se quedó clavada en su sitio durante una fracción de
segundo para, luego, arrojarse contra él, quien se limitó a esquivar sus
embustes ciegos.
No eran los únicos. Alice y
Jasper ya estaban fintando con Quil y Embry.
Toda mi manada estaba
conectada a mí telepáticamente, así que ninguno de estos dones mentales les
hacía efecto. Ni las ondas lectoras de mentes de Edward, ni ese humo verdoso
que soltaba Jasper para tranquilizar al personal. Mientras mi círculo brillante
me protegiera a mí, todos, incluida mi chica, por supuesto, estaban bajo mi
protección. Alice, la pobre, se dejaba la sesera en intentar ver el futuro,
pero no tenía nada que hacer, nosotros estábamos aquí y todos sus esfuerzos
eran inútiles. Otro cantar era el escudo de Bella. Para deshacerlo, mi círculo
de luz brillante necesitaba moverse hacia allí, pero como esto era una pelea
física y su don no le servía para nada, ni siquiera lo había creado.
¡Cuidado, Jake!, gritó Nessie de pronto, haciendo que me fijase.
Uno de esos gigantes de más
de dos metros y medio se abalanzó hacia mí sin ningún tipo de reparo o temor,
rugiéndome con fuerza en todo el careto. De su cabeza no emanaba nada de nada,
ningún sentimiento, puesto que su alma se encontraba fuera, aferrada a su
cuello con desesperación.
Gracias al aviso de Nessie
fui capaz de esquivarle, aunque ella también se tuvo que apartar y se quedó
fuera del amparo de mi escudo. Antes de que nos diese tiempo a reaccionar,
alguien se interpuso en su camino.
¡Nessie!, voceé al ver cómo la Pitufina le impedía regresar a
mi lado.
Los demás solamente
escucharon mi rugido iracundo.
―¡Jake! ―chilló ella,
tratando de acercarse.
―¿Adónde te crees que vas?
―le dijo la rubia canija, mirándole con una sonrisa maléfica.
¡Maldita zorra, apártate
de ahí!, volví a rugir, preparando mi
círculo destructor.
La Pitufina se las arregló
para colocarse entre yo y Alice, a cierta distancia, así que no podía usar mi
poder espiritual para fulminarla. Si lo hacía, Alice también sería alcanzada.
¡Maldición!
¡Quil, aleja a Alice de
ahí!, le pedí.
¡No puedo, estoy
acorralado!, me desveló él.
Entonces me fijé en que
también estaba ocupado con otro chupasangres, fintando con él mientras trataba
a la vez de que Alice no le arrease.
Genial.
De pronto, y con la
distracción, el gigante me agarró, rodeándome con sus enormes brazos para
inmovilizarme.
Me quedé a cuadros. ¿Cómo
podía sujetarme? Con mi barrera ni siquiera tendría que poder tocarme.
―¡Jake! ―exclamó Nessie,
horrorizada, doblando sus rodillas para saltar hacia mí.
Le dio tiempo a saltar, pero
no pasó de ahí. Esa desgraciada de Jane brincó a la vez y ambas chocaron en el
aire, haciendo que Nessie se cayera de espaldas en el suelo.
¡No, Nessie!
Mi rugido se vio ahogado
cuando los musculosos y fuertes brazos de ese gigante me estrangularon y me
alzaron del suelo. Me revolví, intentando morderle, lleno de cólera, pero,
¡mierda!, por más que lo intentaba, mis fauces no llegaban a sus brazos ni a
cualquier otra parte de su asqueroso cuerpo inerte, que me meneaban de aquí
para allá, asfixiándome.
¡Jake! ¡Nessie!, gritaron varios miembros de mi manada.
―¡Mierda! ―masculló Em, que
ahora estaba muy ocupado intentando deshacerse de un chupasangres muy hábil.
Carlisle se encontraba
fintando con otro vampiro, Esme esquivaba los golpes de su atacante y Rosalie
peleaba con otra mujer vampiro. Los ojos de los tres, y de Emmett, se apartaron
un mínimo instante de sus contrincantes para mirar mi estúpida y humillante
situación.
Mis lobos se afanaban en que
los Cullen hipnotizados no llegasen al objetivo de sus ataques, que eran la
guardia Vulturis. El resto de los Cullen nos habían dejado esto a nosotros, ya
que sabían que ellos no estarían a salvo de los dones de Edward y Jasper, pero
también colaboraban para que a los miembros de su aquelarre no les tocasen ni
un pelo. Mientras mis lobos hacían su trabajo, Carlisle, Esme, Emmett y Rosalie
se movían a su alrededor, quitándoles del medio a cualquier otro chupasangres
que osara atacar.
Ninguno de ellos podía
ayudarme, ¡maldita sea! Y los lobos que no se dedicaban a eso tenían bastante
con luchar con los gigantes y los otros vampiros.
―¡No! ―volvió a gritar Nessie,
poniéndose de pie de nuevo. Intentó esquivar a la rubia canija, pero esta no la
dejaba en paz, parecía su maldita sombra―. ¡Quítate de ahí! ―le chilló,
apretando los puños y las muelas con más que rabia.
―Si quieres pasar, tendrás
que quitarme tú ―le provocó, siguiendo con esa estúpida sonrisa.
La imagen de un
enfrentamiento barrió su mente como un tornado.
¡Ni hablar, Nessie!, protesté a la vez que seguía zarandeándome a los
lados para zafarme de ese gigante, ahora todavía con más urgencia. ¡Aléjate
de ella! ¡No se te ocurra enfrentarte a esa arpía, ¿me oyes?! ¡Yo acabaré
deshaciéndome de este gigante pesado!
Mi pulsera me protege, afirmó, clavándole la mirada a la Pitufina con odio.
No podrá hacerme nada, confío en su poder.
Yo no estaba tan seguro de
eso. Sabía que la pulsera era capaz de crear una barrera, pero, ¿sería capaz de
aguantar durante el tiempo necesario?
¡Da igual! ¡Físicamente
es más fuerte que tú!, rebatí,
nervioso.
Sí, estaba histérico, porque
la película que ella se había montado cada vez tenía más peso en su cabeza, y
ese film mezclaba las escenas acontecidas en el agujero de los Vulturis con
otras imaginadas por ella, con la venganza como protagonista.
De repente, alguien chocó
con el gigante con gran estrépito y los dos, junto con el que había embestido a
mi opresor, nos caímos en el suelo. El gigante por fin soltó mi cuerpo y
aproveché para zafarme, levantándome inmediatamente.
Mis ojos se abrieron como
platos cuando vi a Ryam. Él era el que me había librado de esa bestia. Sin
embargo, no sabía luchar, y esta vez fue a él a quien el otro gigante apresó.
―¡Ryam! ―chilló Helen, que
fintaba con otro gigante.
―¡Ryam! ―gritó Nessie
también.
―¡Estoy bien! ―aseguró él.
Logró despegarse del otro
gigante con gran habilidad, la verdad, pero este enseguida volvió a
acorralarle.
¡Ya estoy aquí!, anunció Michael con mucho bombo, lanzándose a por el
gigante para quitárselo de encima a Ryam.
Bien, ahora ya podía volver
junto a Nessie. Llevé una pata hacia delante, sin embargo, otro gigante se interpuso
en mi camino. Iba a arrancarle la cabeza de un solo mordisco, sabiendo de sobra
que solamente me serviría para quitármelo de encima unos segundos, segundos que
eran muy valiosos, puesto que me daban de sobra para empujar a Alice, liquidar
a la Pitufina con mi elipse atacante y ponerme junto a Nessie, pero entonces, y
para mi asombro, el alma del gigante me imploró que no lo hiciera, mostrándome
ese rostro desfigurado lleno de agonía pura y dura.
¿Qué era esto? ¿Qué demonios
intentaba decirme? ¿Acaso yo no podía arrancarle la cabeza? ¿Por qué? Bueno,
mira, me daba igual, en estos momentos mi tarro solo podía pensar en Nessie. Y
tenía que llegar a ella como fuera, antes de que la Pitufina le hiciera daño.
Me lancé sobre el gigante,
aunque, vale, sí, lo reconozco, ver a ese escalofriante espíritu implorándome
con esa profunda pena me llegó al alma. Sí, era escalofriante, y el gigante era
realmente agresivo, rugía con cólera y te clavaba esos ojos blancos con un odio
que te ponía la pelambrera de punta, pero no pude remediarlo, me daba mucha
lástima, porque esos gigantes eran manejados con otra cosa, y su verdadero yo,
es decir, esas almas, no tenían la culpa de nada, así que no le arranqué la
cabeza, simplemente le esquivé, le empujé y le tiré a un lado.
El suelo tembló cuando eso
sucedió, pero antes de que me diera tiempo a pensar en la siguiente jugada, ese,
que se levantó a una velocidad digna de un chupasangres, más otro gigante, se
pusieron delante.
―¡Jake! ―exclamó Nessie,
avanzando un paso para ayudarme.
Pero la canija le impidió
caminar más.
¡Déjala en paz!, grité, harto, a la vez que fintaba con los dos
gigantes y sus almas colgantes.
―Ah, ah… ―articuló la rubia
enana con un tono de negación burlesco que me hizo rechinar los dientes―. Ya te
lo he dicho, si quieres llegar a él, antes tendrás que deshacerte de mí.
¡Maldita!, gruñí. ¡No le hagas caso!
Las imágenes de antes se
presentaron en la cabeza de mi chica, pero esta vez con más urgencia y
contundencia, dejando a un lado, incluso, esa preocupación que tenía por todos
nosotros.
―¿Qué pasa? ¿Acaso no te
atreves a luchar conmigo? ―azuzó la rubia canija.
¡No le escuches!, gruñí.
―Claro que sí ―aseguró mi
chica, apretando las muelas.
―Pues entonces te reto a un
duelo privado ―soltó la Pitufina, alzando la barbilla con esa arrogancia que la
caracterizaba.
¡Nessie, no!, mascullé, intentando esquivar a ese par de enormes
gigantes de más de dos metros y medio. ¡Maldita sea! ¡Quitaos de ahí!,
les grité a estos, como si así me fuesen a hacer caso.
―¿Dónde? ―preguntó Nessie,
mirándole con una agresividad que jamás había visto en ella.
¡No!, protesté, saltando sobre uno de los gigantes con
rabia.
Conseguí incrustar mi
dentadura en su brazo, así que automáticamente tiré con fuerza y me lo llevé de
cuajo. El gigante ni siquiera emitió un murmullo de dolor, eso sí, me metió tal
empujón, que me caí de costado y fui alejado varios metros, aunque me puse en
pie ipso facto.
¡Jake!, exclamó Nessie, preocupada.
¡Estoy bien! ¡Escucha, no
se te ocurra pelearte con ella, ¿me oyes?!
―Ahí, detrás de esos árboles
―la Pitufina, ignorando nuestra conversación mental, señaló a los mismos con un
movimiento de cabeza.
¡No, Nessie!, repetí, histérico.
Mientras el brazo de ese
gigante ya estaba emergiendo de nuevo, el otro coloso intentó atraparme entre
los suyos, pero esta vez no me dejé enganchar. Esquivé su aspaviento de un
rápido movimiento, dejándole a mis espaldas, y le propiné una fuerte patada con
mis patas traseras, lanzándole al suelo de morros. El terreno tembló por un
instante como si anunciase un terremoto.
De repente, uno de los
chupasangres de Vladimir y Stefan embistió a la Pitufina de lado, igual que la
máquina de un tren de alta velocidad, apartándola del camino de Nessie.
¡Sí, genial!
¡Ahora quédate cerca de
mí!, le dije, peleándome con el otro
gigante, que ya se me había echado encima.
¡Sí!
Nessie intentó acercarse,
pero otra sanguijuela se metió por el medio.
¡Maldita sea!, gruñí.
Tranquilo, ya verás qué
pronto me lo quito de encima, me
calmó ella mientras ya fintaba con él.
Bueno, pero ten cuidado.
Antes de que me diera tiempo
a decir más, el vampiro se arrojó hacia ella con violencia, pero Nessie le
esquivó con un movimiento rápido y ágil, y en un parpadeo le arreó una fuerte
patada donde más duele.
―¡Maldita! ―masculló el
chupasangres, doblándose hacia delante con dolor.
Nessie aprovechó ese
debilitamiento de su contrincante para arrearle otra patada, aunque el vampiro
reaccionó y se incorporó para esquivar su ataque de un salto.
Los alaridos del chupasangres
que había atacado a la rubia canija no tardaron en oírse. Esta le estaba
incrustando sus rayos láser de color rojo en toda la frente, torturándole sin
piedad mientras su víctima se retorcía de dolor en ese verde terreno. Parecía
muy cabreada con él por haberle apartado de Nessie, así que ese pobre
desgraciado tenía para rato.
El gigante que yo había
tirado al suelo se levantó para embestirme, sin embargo, fue interceptado por
Cheran, que con un alto salto se lo llevó por delante y me lo quitó de encima.
Ambos cayeron sobre la alta
hierba, aunque enseguida se pusieron en pie para pelear. Ahora la atención de
ese coloso se centró en mi hermano.
Gracias, tío, le agradecí.
De nada, ya me aburría, bromeó.
Aun así, todavía me quedaba
este. Mi gigante llevó su enorme puño hacia mí para incrustármelo en el cráneo,
pero aparté la cabeza a tiempo y logré engancharme a su muñeca. Como un perro
rabioso, me zarandeé mientras gruñía y le seccioné el antebrazo, escupiéndolo a
un lado.
Mi chica recibió una patada en
el estómago que me dolió más a mí y que la tiró al suelo.
¡Nessie!, rugí.
¡Estoy bien!, gimió ella, aunque ya se estaba levantando, porque
ese maldito chupasangres no le daba tregua.
Estaba que echaba humo, y me
abalancé al gigante con rabia para clavarle los dientes otra vez. Logré
arrancarle el otro brazo, le empujé de un cabezazo, apartándole de mi camino, y
me lancé enseguida hacia esa asquerosa sanguijuela que ya se dirigía a por
Nessie de nuevo. Sin embargo, con un movimiento rapidísimo, mi chica esquivó
ese golpe que tenía preparado para ella y, como si de un duelo de la edad media
se tratase, fue ella la que le golpeó, aprovechando la misma inercia del ataque
de su contrincante. La cabeza del chupasangres salió despedida, parecía un
balón de fútbol americano cuando anotan.
Tu parienta sabe
defenderse muy bien, rio Embry.
Estaba luchando con uno de
los vampiros de Vladimir y Stefan, muy cerca de estos, por cierto, los cuales
lo estaban haciendo con Felix y Demetri.
Vladimir fintaba con el
gigantón de Felix, que estudiaba todos sus movimientos con meticulosidad. En
cambio, Stefan y Demetri tenían una lucha encarnizada consistente en golpes,
golpes y más golpes. Aro, Cayo y el adormilado de Marco observaban todo detrás
de su barrera protectora, apretando los dientes cada vez que Vladimir o Stefan
ganaban un punto.
Me acerqué a Nessie por fin
y le metí el hocico por la cara para comprobar su estado.
¿Estás bien?, inquirí, oliéndole con nerviosismo.
Sí, sonrió ella, posando su frente sobre la mía peluda a
la vez que metía sus delicadas manos entre el pelaje de los costados de mi
cara.
Después, me dio un beso tan
dulce, que casi se me olvida dónde estábamos. Si no fuera porque estaba en mi
forma lobuna, le habría arreado un buen beso.
¡Jake, esto se pone feo!, me anunció Leah. ¡Como nos imaginábamos, la
guardia de los Vulturis ya empieza a atacarnos!
Mis ojos se desviaron hacia
allí durante un mínimo instante, no querían dejar a Nessie.
―¡Traidores! ―gritó Emmett,
que ya estaba fintando con uno de los matones de los Vulturis.
Rosalie ya estaba peleando
con esa tal Chelsea, aunque Esme y Carlisle todavía lo hacían con miembros del
ejército de los rumanos.
Malditos… Ya habían tardado
demasiado.
Me fijé en Aro de nuevo. El
muy cínico ahora sonreía abiertamente. Sentí la urgente necesidad de volar
hacia allí para liquidar a esos tres de una vez por todas.
¡Jake, mi familia!, me avisó Nessie de repente.
Mi cabeza se giró
súbitamente. Edward, Bella, Alice y Jasper se lanzaron hacia nosotros con saña,
clavándonos esos ojos de color escarlata que me daban escalofríos. Ver esos
iris en ellos resultaba demasiado impactante.
¡Mierda!, mascullé.
¡Jake, no sé qué ha
pasado!, declaró Quil, que se encontraba
luchando con Embry en su forma humana. Bueno, no era Embry, claro, era ese
asqueroso bastardo de Zhou, que estaba imitando su forma de un modo un tanto
burlón mientras el propio Embry, el de verdad, soltaba todo tipo de insultos en
su mente. ¡Estábamos protegiéndoles, todo iba muy bien, pero de pronto se
han escapado hacia allí los cuatro a la vez!
Embry dejó de soltar sus
pestes momentáneamente para hablar.
¡Es como si hubiesen
recibido una orden o algo!
Sí, estaba claro que eran
manejados por eso maléfico que flotaba en el ambiente, lo intuía, lo sentía.
Todos mis hermanos de
manada, los Cullen de nuestro bando e incluso Ryam y Helen estaban luchando con
los gigantes y con diferentes chupasangres, unos de la guardia de esos viejos
decrépitos de los Vulturis y otros del ejército de los rumanos, de los cuales
cada vez quedaban menos, aunque seguían siendo muy numerosos.
¡Mierda, mierda!
Bella, Edward, Alice y
Jasper llegaron en cuanto Embry pensó la última palabra.
¡No te separes de mí!, le dije a Nessie, empujándola hacia atrás para que
se quedase en mi retaguardia.
¡¿Qué vamos a hacer?!, preguntó ella, ansiosa.
No me dio tiempo a
contestarle. Mientras fintaba con los cuatro vampiros miembros de mi familia,
noté un zumbido a mis espaldas que no me gustó ni un pelo.
¡No, maldita bruja!, rugí al ver que la canija había aprovechado para
separar a Nessie de mí una vez más.
Edward no perdió el tiempo.
Al ver mi mínima distracción, se abalanzó sobre mí para atacarme. Menos mal que
mi vista periférica es bastante buena y pude esquivarle. Eso sí, por culpa de
ese movimiento no pude evitar ser rodeado por los cuatro.
―¡Apártate de ahí! ―gritó
Nessie, iracunda.
―Ya te lo he dicho ―habló
esa pesada de Jane―. Nunca llegarás a tu lobo si no te enfrentas conmigo.
¡No, Nessie!, protesté.
Pero ya no pude decir más.
―¡Maldita furcia! ¡Ya me
tienes harta! ―gritó Nessie, colérica, abalanzándose sobre ella.
¡NO!, rugí.
La Pitufina también se
arrojó hacia ella y ambas chocaron con fuerza, cayéndose de espaldas en el
suelo.
¡Nessie!, grité, esquivando otro embate de Bella.
Sin embargo, mi chica estaba
muy decidida a terminar con esto que ya había empezado. ¡Mierda, maldita sea! No
podía utilizar mi voz de Alfa para detenerla, Nessie ya no podría defenderse y
esa bruja de Jane se aprovecharía de eso para hacerla daño. Y tampoco podía
deshacerme de Bella, Edward, Alice y Jasper así como así. Si fueran otros
vampiros, me arrojaría sobre ellos, llevándome de cuajo todo lo que pudiese,
pero, ¡mierda! a ellos no podía hacerles daño.
Las dos se levantaron del
terreno con prisas. La canija no perdió el tiempo y enseguida entornó los ojos
para lanzar sus rayos rojos.
¡No, Nessie!, me revolví, intentando esquivar a Jasper, que no me
dejaba, el muy idiota.
¡Tranquilo, la pulsera me
protege!, me calmó ella.
Iba a extender mi círculo de
luz brillante con precipitación ―esa burbuja protectora que no haría ningún
daño a los Cullen, eso sí, ellos también estarían dentro, aunque no había
ningún problema, lo único que podía pasar era que Edward me leyera la mente durante
un rato y que Jasper me sedara con su don de relajación―, pero, como dijo
Nessie, la pulsera se me adelantó.
El aro de cuero latió una
sola vez e instantáneamente erigió una barrera alrededor de Nessie, de modo que
los rayos rojos de la canija chocaron con su cristal invisible y no llegaron a
tocar a mi chica.
¿Lo ves?, recalcó.
La Pitufina incrustó las
cejas en los ojos.
―Maldita… ―masculló,
apretando los dientes―. Te reto a una pelea, ¡ahora! ―gritó de pronto.
¡No, Nessie!
Alice y Bella se interpusieron
en mi camino de nuevo.
―¡Acepto! ―asintió ella de
una forma totalmente impulsiva, machacando las muelas con ira.
¡No!, volví a protestar.
¡Confía en mí, por favor!, me pidió mientras ya echaba a andar hacia los
árboles con presteza. ¡Cuida de mi familia, yo confío en ti! ¡Vendré
enseguida!
La Pitufina sonrió con
malicia y comenzó a seguirla.
¡No lo hagas, Nessie!, le rogué.
Tengo que hacerlo, esto
ya es una cuestión de honor, alegó,
esquivando a las diferentes peleas de su alrededor.
¡Déjate de honor! ¡Nessie! ¡Nessie!
Pero ya no me escuchó. Su
mente estaba demasiado enfrascada, enturbiada por ese odio y esa ira que la
dominaba.
¡No, maldita sea! Tenía que
deshacerme de los Cullen como fuera para impedir esa estúpida pelea.
―Diviértete, querida ―le
sonrió ese hipócrita de Aro a Jane cuando las vio desviarse hacia los árboles.
¡Hijo de mala madre! ¡Tú
sabías de todo esto desde el principio!,
rugí con cólera. ¡Sabías de las intenciones de Jane!
Lo que no entendía era por
qué permitía esto. Tal vez era una manera de quitarse del medio a Nessie, no lo
sé. Quizá la profecía ya no se cumplía del todo si la mujer única desaparecía
del mapa. Un estremecimiento me recorrió de la cabeza a las patas solo de
pensar en que le pudiese ocurrir algo a Nessie.
¡Nessie! ¡Nessie, vuelve!
¡Puede que sea una trampa!, chillé en
mi mente.
Pero las dos atravesaron los
árboles y la perdí de vista.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR AQUI!!! Y MUCHAS GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS!!! YA SABEIS LO FELIZ QUE ME HACEIS =º)
Bueno, deciros que me quedan 7 capis ^^ , asi que esta semana colgare uno al dia, ¿ok? Para que tengais capis todos los dias ;) Yo sigo escribiendo, pero mi cerebro no da a mas que a 3 capis a la semana, jajaja, asi que el viernes se terminaran estos capis y tendreis que esperar al martes, jueves y sabadaos =( sorry...
Bueno, espero que seais comprensivos conmigo, jajaja. A ver si os gusta este capi ;)
Lametones para todos!!!
Muchas gracias por los capitulos!!!
ResponderEliminarBesos, eres genial =)
siii no hay problemaa..!! espero q antes q terminen los 7 capitulos se haya resuelto esto..
ResponderEliminarSeguuro, tenes preparado un bebito en camino para jake y nessie.. =P (eso dice la profeciiaa ademas!) ajaja. que sigas biien.
leonella, argentina
El capitulo estubo INCREIBLE como siempre y también espero que para cuando se acaben los siete capis ya tengas mas para no esperar mucho ya que soy adicta a tu blog y la lucha entre Nes y la pitufina ojala le den su merecido a esa loca Vulturi y sus amos. Ojala que jake y su circulo de luz ayude a los cullen para que dejen de estar imnotizados. Suerte con la CREACION de los capis y hasta el prox. comentario :-)
ResponderEliminarKiara
woauuuuu como siempre fabuloso el capitulo......en lo personal no me importa esperar martes jueves y sabado para poder leer esta HERMOSA ,INCREIBLE, Y FABULOSA HISTORIA,.....que me tiene atrapada, que me hace muuuuuuuuy feliz cuando la leo,........ mientras no nos vayas a pribar de tu EXCELENTE talento....... con gusto y ansias esperare por que sigo en pensando lo mismo es ADIIIIICTIVA,....
ResponderEliminarMIL GRACIAS por tantisiiiisiiiiiiisiiiiimo TALENTO
elsa
A QUE CAPITULO MAS INCREIBLE TODO CON DETALLES Y TODO ME IMPRESIONASTE QUE GENIAL ESTUVO ESTUVE APUNTO DE GRITAR POR TANTA EMOCION!!!
ResponderEliminarMe encanto, estuvo genial!! (creo que eso ya lo dije) pero guau!! tanta pelea me puso los nervios de punta estoy esperando con ansias el proz cap!!! :D
Besos.
DEFINITIVAMENTE!!!
ResponderEliminarOpino lo mismo que ELSA.... sí... no nos puedes dejar sin disfrutar de tu ESPECIAL TALENTO el escribir y crear esta GRAN HISTORIA!!!!....
Esperamos siempre con mucha impaciencia los capítulos de esta historia...... Y hasta ahora... de todos los Blogs que he visitado Tu eres la única creadora que respeta a sus Fans de tal manera que nunca nos fallas.... siempre cumples y eso es lo más importante en un ESCRITOR DE CALIDAD como lo eres TU Amiga JACOB&NESSIE.....
Siguen con esta gran historia de nuestros queridos JAKE y NESSIE....
Hasta pronto!!!
Anita de Venezuela