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viernes, 5 de agosto de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 61: ¡NO, MALDITA SEA! ¡NESSIE, NO VAYAS!



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NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC, YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^




NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enterarás de nada 😉


CAPITULOS:

PARTE UNO: COMIENZO:

RENESMEE:


JACOB:

57. ESTO ES EL HOTEL DE LOS HORRORES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-57-esto-es-el-hotel.html
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
60. ESTÁ MÁS QUE CANTADO LO QUE VA A PASAR AQUÍ: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-60-esta-mas-que.html


¡NO, MALDITA SEA!
¡NESSIE, NO VAYAS!


―¡Noooo! ―chilló Nessie en voz alta.
¡Vamos!, le apremié a mi manada, saltando el primero hacia la batalla campal que se había formado. ¡Tenemos que encargarnos de los Cullen! ¡Nessie, tú no te separes de mí!
Nessie me siguió incondicionalmente, bien arrimada a mi costado, y mis lobos obedecieron mi orden al unísono. Aunque nosotros no fuimos los únicos, claro. Emmett, Rosalie, Carlisle y hasta la dulce Esme se lanzaron a la pelea, seguidos de unos perdidos Ryam y Helen.
Genial. Esos dos. Casi se me olvidan.
¡Michael, Nathan, cuidad de esos dos!, les ordené mientras ya me defendía de uno de los chupasangres que se había arrojado a por mí. ¡Nessie, detrás de ti!, le avisé.
Por el rabillo de mi ansioso ojo vi cómo mi chica se daba la vuelta y le arreaba una patada al vampiro con gran soltura, lanzándolo hacia atrás.
Guau.
¿Por qué nosotros?, se quejó Nathan, aunque ya estaban acatando mi orden y se estaban dirigiendo hacia ellos para merodear a su alrededor.
¡Porque sí!, gruñí.
Erigí una barrera con mi círculo de luz brillante, de modo que Nessie y yo nos quedamos dentro de esa burbuja protectora. Eso me hacía estar más tranquilo, ella estaría segura.
Mi chupasangres volvió a embestirme, pero no perdí demasiado tiempo con él, creé ese otro círculo atacante y lo extendí hacia él sin compasión. En cuanto la elipse le tocó, este se desintegró entre gritos de horror.
Si no fuera porque los Cullen estaban repartidos por todas partes, hubiera arrasado con todos esos vampiros en un plis. Con los gigantes no lo tenía tan claro. Mis atónitos ojos veían cómo eran desmembrados por algunos golpes de la lucha y sus enormes cuerpos se regeneraban al instante, volviendo a resurgir brazos, piernas e incluso cabezas, mientras sus almas en pena seguían aferrándose a ellos, gritando con un desgarrador dolor. No me lo podía creer.
Los Vulturis ni siquiera habían saltado al cuadrilátero. Asquerosas momias cobardes. Se quedaron en la retaguardia, observando toda la trifulca desde atrás con gran interés. Bueno, menos el adormilado, claro, que debía de estar roncando. Aro disponía de Renata para protegerle personalmente, aunque justo delante de ellos, una fila de vampiros de su guardia se había quedado para hacer de muro. En cambio, Vladimir y Stefan luchaban enrabietados con todo el que se le ponía por delante.
Seguía notando ese ambiente maléfico, esa extraña maldad, pero ahora no se encontraba en el centro. Bueno, en estos momentos no había centro, todo el mundo se había dispersado. Sin embargo, ahora emanaba de las sombras del bosque que nos lindaba.
¡Cuidado! ¡Ahí va Edward!, gritó Leah, que había visto cómo el mencionado se abalanzaba hacia Enguerrand sin poder hacer nada para impedirlo, ya que ella estaba luchando con uno de los chupasangres de Vladimir y Stefan.
Enguerrand rechinó los dientes con disconformidad. Parecía que eso de luchar contra los Cullen no le gustase, aunque se quedó clavado en el sitio, esperando el embuste de Edward con resignación.
Me pareció raro. Era como si el pelirrojo no estuviese muy de acuerdo con todo esto, solo que él recibía unas órdenes que tenía que acatar.
Lo sabía. La guardia iba a pelear con quien fuera, incluidos todos nosotros. Las promesas de Aro habían caído en saco roto, cómo no.
―¡No, papá! ―voceó Nessie, haciendo el amago de ir hacia allí.
¡Ya voy yo!, afirmó Seth, arrojándose para interponerse entre ellos.
¡No, Bella!, exclamó Sam a la vez, corriendo hacia esta para hacer lo mismo entre ella y otro de los vampiros de la guardia de los Vulturis.
Después de esa estúpida pelea de exhibición entre ese grandullón de Felix y el otro chupasangres, donde ambos bandos habían medido sus fuerzas con ese absurdo protocolo, la cosa se puso fea. Todo ocurría muy rápido y estábamos rodeados de una locura, un torbellino de diferentes peleas que se desataban a nuestro alrededor a la velocidad de la luz.
Seth consiguió llegar a tiempo y se abalanzó sobre Edward. Por supuesto no le derribó, solamente pasó por delante, rozándole con una contundencia que hizo que se tambalease, pero eso sirvió para que la atención de Edward se desviara hacia él y pasase olímpicamente del pelirrojo.
¡Arg! Esto resultaba realmente incómodo, maldita sea, porque visto desde fuera parecía que estuviésemos protegiendo a esas asquerosas sanguijuelas. Pero nada más lejos de la realidad. A quien estábamos protegiendo precisamente era a los Cullen hipnotizados. No podíamos permitir que luchasen contra los matones de los Vulturis. Estaban bajo la influencia de ese algo que les tenía hipnotizados, no sabían lo que hacían, y podían resultar muy malheridos, o peor, podían morir.
Sam hizo exactamente lo mismo con Bella, que se quedó clavada en su sitio durante una fracción de segundo para, luego, arrojarse contra él, quien se limitó a esquivar sus embustes ciegos.
No eran los únicos. Alice y Jasper ya estaban fintando con Quil y Embry.
Toda mi manada estaba conectada a mí telepáticamente, así que ninguno de estos dones mentales les hacía efecto. Ni las ondas lectoras de mentes de Edward, ni ese humo verdoso que soltaba Jasper para tranquilizar al personal. Mientras mi círculo brillante me protegiera a mí, todos, incluida mi chica, por supuesto, estaban bajo mi protección. Alice, la pobre, se dejaba la sesera en intentar ver el futuro, pero no tenía nada que hacer, nosotros estábamos aquí y todos sus esfuerzos eran inútiles. Otro cantar era el escudo de Bella. Para deshacerlo, mi círculo de luz brillante necesitaba moverse hacia allí, pero como esto era una pelea física y su don no le servía para nada, ni siquiera lo había creado.
¡Cuidado, Jake!, gritó Nessie de pronto, haciendo que me fijase.
Uno de esos gigantes de más de dos metros y medio se abalanzó hacia mí sin ningún tipo de reparo o temor, rugiéndome con fuerza en todo el careto. De su cabeza no emanaba nada de nada, ningún sentimiento, puesto que su alma se encontraba fuera, aferrada a su cuello con desesperación.
Gracias al aviso de Nessie fui capaz de esquivarle, aunque ella también se tuvo que apartar y se quedó fuera del amparo de mi escudo. Antes de que nos diese tiempo a reaccionar, alguien se interpuso en su camino.
¡Nessie!, voceé al ver cómo la Pitufina le impedía regresar a mi lado.
Los demás solamente escucharon mi rugido iracundo.
―¡Jake! ―chilló ella, tratando de acercarse.
―¿Adónde te crees que vas? ―le dijo la rubia canija, mirándole con una sonrisa maléfica.
¡Maldita zorra, apártate de ahí!, volví a rugir, preparando mi círculo destructor.
La Pitufina se las arregló para colocarse entre yo y Alice, a cierta distancia, así que no podía usar mi poder espiritual para fulminarla. Si lo hacía, Alice también sería alcanzada. ¡Maldición!
¡Quil, aleja a Alice de ahí!, le pedí.
¡No puedo, estoy acorralado!, me desveló él.
Entonces me fijé en que también estaba ocupado con otro chupasangres, fintando con él mientras trataba a la vez de que Alice no le arrease.
Genial.
De pronto, y con la distracción, el gigante me agarró, rodeándome con sus enormes brazos para inmovilizarme.
Me quedé a cuadros. ¿Cómo podía sujetarme? Con mi barrera ni siquiera tendría que poder tocarme.
―¡Jake! ―exclamó Nessie, horrorizada, doblando sus rodillas para saltar hacia mí.
Le dio tiempo a saltar, pero no pasó de ahí. Esa desgraciada de Jane brincó a la vez y ambas chocaron en el aire, haciendo que Nessie se cayera de espaldas en el suelo.
¡No, Nessie!
Mi rugido se vio ahogado cuando los musculosos y fuertes brazos de ese gigante me estrangularon y me alzaron del suelo. Me revolví, intentando morderle, lleno de cólera, pero, ¡mierda!, por más que lo intentaba, mis fauces no llegaban a sus brazos ni a cualquier otra parte de su asqueroso cuerpo inerte, que me meneaban de aquí para allá, asfixiándome.
¡Jake! ¡Nessie!, gritaron varios miembros de mi manada.
―¡Mierda! ―masculló Em, que ahora estaba muy ocupado intentando deshacerse de un chupasangres muy hábil.
Carlisle se encontraba fintando con otro vampiro, Esme esquivaba los golpes de su atacante y Rosalie peleaba con otra mujer vampiro. Los ojos de los tres, y de Emmett, se apartaron un mínimo instante de sus contrincantes para mirar mi estúpida y humillante situación.
Mis lobos se afanaban en que los Cullen hipnotizados no llegasen al objetivo de sus ataques, que eran la guardia Vulturis. El resto de los Cullen nos habían dejado esto a nosotros, ya que sabían que ellos no estarían a salvo de los dones de Edward y Jasper, pero también colaboraban para que a los miembros de su aquelarre no les tocasen ni un pelo. Mientras mis lobos hacían su trabajo, Carlisle, Esme, Emmett y Rosalie se movían a su alrededor, quitándoles del medio a cualquier otro chupasangres que osara atacar.
Ninguno de ellos podía ayudarme, ¡maldita sea! Y los lobos que no se dedicaban a eso tenían bastante con luchar con los gigantes y los otros vampiros.
―¡No! ―volvió a gritar Nessie, poniéndose de pie de nuevo. Intentó esquivar a la rubia canija, pero esta no la dejaba en paz, parecía su maldita sombra―. ¡Quítate de ahí! ―le chilló, apretando los puños y las muelas con más que rabia.
―Si quieres pasar, tendrás que quitarme tú ―le provocó, siguiendo con esa estúpida sonrisa.
La imagen de un enfrentamiento barrió su mente como un tornado.
¡Ni hablar, Nessie!, protesté a la vez que seguía zarandeándome a los lados para zafarme de ese gigante, ahora todavía con más urgencia. ¡Aléjate de ella! ¡No se te ocurra enfrentarte a esa arpía, ¿me oyes?! ¡Yo acabaré deshaciéndome de este gigante pesado!
Mi pulsera me protege, afirmó, clavándole la mirada a la Pitufina con odio. No podrá hacerme nada, confío en su poder.
Yo no estaba tan seguro de eso. Sabía que la pulsera era capaz de crear una barrera, pero, ¿sería capaz de aguantar durante el tiempo necesario?
¡Da igual! ¡Físicamente es más fuerte que tú!, rebatí, nervioso.
Sí, estaba histérico, porque la película que ella se había montado cada vez tenía más peso en su cabeza, y ese film mezclaba las escenas acontecidas en el agujero de los Vulturis con otras imaginadas por ella, con la venganza como protagonista.
De repente, alguien chocó con el gigante con gran estrépito y los dos, junto con el que había embestido a mi opresor, nos caímos en el suelo. El gigante por fin soltó mi cuerpo y aproveché para zafarme, levantándome inmediatamente.
Mis ojos se abrieron como platos cuando vi a Ryam. Él era el que me había librado de esa bestia. Sin embargo, no sabía luchar, y esta vez fue a él a quien el otro gigante apresó.
―¡Ryam! ―chilló Helen, que fintaba con otro gigante.
―¡Ryam! ―gritó Nessie también.
―¡Estoy bien! ―aseguró él.
Logró despegarse del otro gigante con gran habilidad, la verdad, pero este enseguida volvió a acorralarle.
¡Ya estoy aquí!, anunció Michael con mucho bombo, lanzándose a por el gigante para quitárselo de encima a Ryam.
Bien, ahora ya podía volver junto a Nessie. Llevé una pata hacia delante, sin embargo, otro gigante se interpuso en mi camino. Iba a arrancarle la cabeza de un solo mordisco, sabiendo de sobra que solamente me serviría para quitármelo de encima unos segundos, segundos que eran muy valiosos, puesto que me daban de sobra para empujar a Alice, liquidar a la Pitufina con mi elipse atacante y ponerme junto a Nessie, pero entonces, y para mi asombro, el alma del gigante me imploró que no lo hiciera, mostrándome ese rostro desfigurado lleno de agonía pura y dura.
¿Qué era esto? ¿Qué demonios intentaba decirme? ¿Acaso yo no podía arrancarle la cabeza? ¿Por qué? Bueno, mira, me daba igual, en estos momentos mi tarro solo podía pensar en Nessie. Y tenía que llegar a ella como fuera, antes de que la Pitufina le hiciera daño.
Me lancé sobre el gigante, aunque, vale, sí, lo reconozco, ver a ese escalofriante espíritu implorándome con esa profunda pena me llegó al alma. Sí, era escalofriante, y el gigante era realmente agresivo, rugía con cólera y te clavaba esos ojos blancos con un odio que te ponía la pelambrera de punta, pero no pude remediarlo, me daba mucha lástima, porque esos gigantes eran manejados con otra cosa, y su verdadero yo, es decir, esas almas, no tenían la culpa de nada, así que no le arranqué la cabeza, simplemente le esquivé, le empujé y le tiré a un lado.
El suelo tembló cuando eso sucedió, pero antes de que me diera tiempo a pensar en la siguiente jugada, ese, que se levantó a una velocidad digna de un chupasangres, más otro gigante, se pusieron delante.
―¡Jake! ―exclamó Nessie, avanzando un paso para ayudarme.
Pero la canija le impidió caminar más.
¡Déjala en paz!, grité, harto, a la vez que fintaba con los dos gigantes y sus almas colgantes.
―Ah, ah… ―articuló la rubia enana con un tono de negación burlesco que me hizo rechinar los dientes―. Ya te lo he dicho, si quieres llegar a él, antes tendrás que deshacerte de mí.
¡Maldita!, gruñí. ¡No le hagas caso!
Las imágenes de antes se presentaron en la cabeza de mi chica, pero esta vez con más urgencia y contundencia, dejando a un lado, incluso, esa preocupación que tenía por todos nosotros.
―¿Qué pasa? ¿Acaso no te atreves a luchar conmigo? ―azuzó la rubia canija.
¡No le escuches!, gruñí.
―Claro que sí ―aseguró mi chica, apretando las muelas.
―Pues entonces te reto a un duelo privado ―soltó la Pitufina, alzando la barbilla con esa arrogancia que la caracterizaba.
¡Nessie, no!, mascullé, intentando esquivar a ese par de enormes gigantes de más de dos metros y medio. ¡Maldita sea! ¡Quitaos de ahí!, les grité a estos, como si así me fuesen a hacer caso.
―¿Dónde? ―preguntó Nessie, mirándole con una agresividad que jamás había visto en ella.
¡No!, protesté, saltando sobre uno de los gigantes con rabia.
Conseguí incrustar mi dentadura en su brazo, así que automáticamente tiré con fuerza y me lo llevé de cuajo. El gigante ni siquiera emitió un murmullo de dolor, eso sí, me metió tal empujón, que me caí de costado y fui alejado varios metros, aunque me puse en pie ipso facto.
¡Jake!, exclamó Nessie, preocupada.
¡Estoy bien! ¡Escucha, no se te ocurra pelearte con ella, ¿me oyes?!
―Ahí, detrás de esos árboles ―la Pitufina, ignorando nuestra conversación mental, señaló a los mismos con un movimiento de cabeza.
¡No, Nessie!, repetí, histérico.
Mientras el brazo de ese gigante ya estaba emergiendo de nuevo, el otro coloso intentó atraparme entre los suyos, pero esta vez no me dejé enganchar. Esquivé su aspaviento de un rápido movimiento, dejándole a mis espaldas, y le propiné una fuerte patada con mis patas traseras, lanzándole al suelo de morros. El terreno tembló por un instante como si anunciase un terremoto.
De repente, uno de los chupasangres de Vladimir y Stefan embistió a la Pitufina de lado, igual que la máquina de un tren de alta velocidad, apartándola del camino de Nessie.
¡Sí, genial!
¡Ahora quédate cerca de mí!, le dije, peleándome con el otro gigante, que ya se me había echado encima.
¡Sí!
Nessie intentó acercarse, pero otra sanguijuela se metió por el medio.
¡Maldita sea!, gruñí.
Tranquilo, ya verás qué pronto me lo quito de encima, me calmó ella mientras ya fintaba con él.
Bueno, pero ten cuidado.
Antes de que me diera tiempo a decir más, el vampiro se arrojó hacia ella con violencia, pero Nessie le esquivó con un movimiento rápido y ágil, y en un parpadeo le arreó una fuerte patada donde más duele.
―¡Maldita! ―masculló el chupasangres, doblándose hacia delante con dolor.
Nessie aprovechó ese debilitamiento de su contrincante para arrearle otra patada, aunque el vampiro reaccionó y se incorporó para esquivar su ataque de un salto.
Los alaridos del chupasangres que había atacado a la rubia canija no tardaron en oírse. Esta le estaba incrustando sus rayos láser de color rojo en toda la frente, torturándole sin piedad mientras su víctima se retorcía de dolor en ese verde terreno. Parecía muy cabreada con él por haberle apartado de Nessie, así que ese pobre desgraciado tenía para rato.
El gigante que yo había tirado al suelo se levantó para embestirme, sin embargo, fue interceptado por Cheran, que con un alto salto se lo llevó por delante y me lo quitó de encima.
Ambos cayeron sobre la alta hierba, aunque enseguida se pusieron en pie para pelear. Ahora la atención de ese coloso se centró en mi hermano.
Gracias, tío, le agradecí.
De nada, ya me aburría, bromeó.
Aun así, todavía me quedaba este. Mi gigante llevó su enorme puño hacia mí para incrustármelo en el cráneo, pero aparté la cabeza a tiempo y logré engancharme a su muñeca. Como un perro rabioso, me zarandeé mientras gruñía y le seccioné el antebrazo, escupiéndolo a un lado.
Mi chica recibió una patada en el estómago que me dolió más a mí y que la tiró al suelo.
¡Nessie!, rugí.
¡Estoy bien!, gimió ella, aunque ya se estaba levantando, porque ese maldito chupasangres no le daba tregua.
Estaba que echaba humo, y me abalancé al gigante con rabia para clavarle los dientes otra vez. Logré arrancarle el otro brazo, le empujé de un cabezazo, apartándole de mi camino, y me lancé enseguida hacia esa asquerosa sanguijuela que ya se dirigía a por Nessie de nuevo. Sin embargo, con un movimiento rapidísimo, mi chica esquivó ese golpe que tenía preparado para ella y, como si de un duelo de la edad media se tratase, fue ella la que le golpeó, aprovechando la misma inercia del ataque de su contrincante. La cabeza del chupasangres salió despedida, parecía un balón de fútbol americano cuando anotan.
Tu parienta sabe defenderse muy bien, rio Embry.
Estaba luchando con uno de los vampiros de Vladimir y Stefan, muy cerca de estos, por cierto, los cuales lo estaban haciendo con Felix y Demetri.
Vladimir fintaba con el gigantón de Felix, que estudiaba todos sus movimientos con meticulosidad. En cambio, Stefan y Demetri tenían una lucha encarnizada consistente en golpes, golpes y más golpes. Aro, Cayo y el adormilado de Marco observaban todo detrás de su barrera protectora, apretando los dientes cada vez que Vladimir o Stefan ganaban un punto.
Me acerqué a Nessie por fin y le metí el hocico por la cara para comprobar su estado.
¿Estás bien?, inquirí, oliéndole con nerviosismo.
, sonrió ella, posando su frente sobre la mía peluda a la vez que metía sus delicadas manos entre el pelaje de los costados de mi cara.
Después, me dio un beso tan dulce, que casi se me olvida dónde estábamos. Si no fuera porque estaba en mi forma lobuna, le habría arreado un buen beso.
¡Jake, esto se pone feo!, me anunció Leah. ¡Como nos imaginábamos, la guardia de los Vulturis ya empieza a atacarnos!
Mis ojos se desviaron hacia allí durante un mínimo instante, no querían dejar a Nessie.
―¡Traidores! ―gritó Emmett, que ya estaba fintando con uno de los matones de los Vulturis.
Rosalie ya estaba peleando con esa tal Chelsea, aunque Esme y Carlisle todavía lo hacían con miembros del ejército de los rumanos.
Malditos… Ya habían tardado demasiado.
Me fijé en Aro de nuevo. El muy cínico ahora sonreía abiertamente. Sentí la urgente necesidad de volar hacia allí para liquidar a esos tres de una vez por todas.
¡Jake, mi familia!, me avisó Nessie de repente.
Mi cabeza se giró súbitamente. Edward, Bella, Alice y Jasper se lanzaron hacia nosotros con saña, clavándonos esos ojos de color escarlata que me daban escalofríos. Ver esos iris en ellos resultaba demasiado impactante.
¡Mierda!, mascullé.
¡Jake, no sé qué ha pasado!, declaró Quil, que se encontraba luchando con Embry en su forma humana. Bueno, no era Embry, claro, era ese asqueroso bastardo de Zhou, que estaba imitando su forma de un modo un tanto burlón mientras el propio Embry, el de verdad, soltaba todo tipo de insultos en su mente. ¡Estábamos protegiéndoles, todo iba muy bien, pero de pronto se han escapado hacia allí los cuatro a la vez!
Embry dejó de soltar sus pestes momentáneamente para hablar.
¡Es como si hubiesen recibido una orden o algo!
Sí, estaba claro que eran manejados por eso maléfico que flotaba en el ambiente, lo intuía, lo sentía.
Todos mis hermanos de manada, los Cullen de nuestro bando e incluso Ryam y Helen estaban luchando con los gigantes y con diferentes chupasangres, unos de la guardia de esos viejos decrépitos de los Vulturis y otros del ejército de los rumanos, de los cuales cada vez quedaban menos, aunque seguían siendo muy numerosos.
¡Mierda, mierda!
Bella, Edward, Alice y Jasper llegaron en cuanto Embry pensó la última palabra.
¡No te separes de mí!, le dije a Nessie, empujándola hacia atrás para que se quedase en mi retaguardia.
¡¿Qué vamos a hacer?!, preguntó ella, ansiosa.
No me dio tiempo a contestarle. Mientras fintaba con los cuatro vampiros miembros de mi familia, noté un zumbido a mis espaldas que no me gustó ni un pelo.
¡No, maldita bruja!, rugí al ver que la canija había aprovechado para separar a Nessie de mí una vez más.
Edward no perdió el tiempo. Al ver mi mínima distracción, se abalanzó sobre mí para atacarme. Menos mal que mi vista periférica es bastante buena y pude esquivarle. Eso sí, por culpa de ese movimiento no pude evitar ser rodeado por los cuatro.
―¡Apártate de ahí! ―gritó Nessie, iracunda.
―Ya te lo he dicho ―habló esa pesada de Jane―. Nunca llegarás a tu lobo si no te enfrentas conmigo.
¡No, Nessie!, protesté.
Pero ya no pude decir más.
―¡Maldita furcia! ¡Ya me tienes harta! ―gritó Nessie, colérica, abalanzándose sobre ella.
¡NO!, rugí.
La Pitufina también se arrojó hacia ella y ambas chocaron con fuerza, cayéndose de espaldas en el suelo.
¡Nessie!, grité, esquivando otro embate de Bella.
Sin embargo, mi chica estaba muy decidida a terminar con esto que ya había empezado. ¡Mierda, maldita sea! No podía utilizar mi voz de Alfa para detenerla, Nessie ya no podría defenderse y esa bruja de Jane se aprovecharía de eso para hacerla daño. Y tampoco podía deshacerme de Bella, Edward, Alice y Jasper así como así. Si fueran otros vampiros, me arrojaría sobre ellos, llevándome de cuajo todo lo que pudiese, pero, ¡mierda! a ellos no podía hacerles daño.
Las dos se levantaron del terreno con prisas. La canija no perdió el tiempo y enseguida entornó los ojos para lanzar sus rayos rojos.
¡No, Nessie!, me revolví, intentando esquivar a Jasper, que no me dejaba, el muy idiota.
¡Tranquilo, la pulsera me protege!, me calmó ella.
Iba a extender mi círculo de luz brillante con precipitación ―esa burbuja protectora que no haría ningún daño a los Cullen, eso sí, ellos también estarían dentro, aunque no había ningún problema, lo único que podía pasar era que Edward me leyera la mente durante un rato y que Jasper me sedara con su don de relajación―, pero, como dijo Nessie, la pulsera se me adelantó.
El aro de cuero latió una sola vez e instantáneamente erigió una barrera alrededor de Nessie, de modo que los rayos rojos de la canija chocaron con su cristal invisible y no llegaron a tocar a mi chica.
¿Lo ves?, recalcó.
La Pitufina incrustó las cejas en los ojos.
―Maldita… ―masculló, apretando los dientes―. Te reto a una pelea, ¡ahora! ―gritó de pronto.
¡No, Nessie!
Alice y Bella se interpusieron en mi camino de nuevo.
―¡Acepto! ―asintió ella de una forma totalmente impulsiva, machacando las muelas con ira.
¡No!, volví a protestar.
¡Confía en mí, por favor!, me pidió mientras ya echaba a andar hacia los árboles con presteza. ¡Cuida de mi familia, yo confío en ti! ¡Vendré enseguida!
La Pitufina sonrió con malicia y comenzó a seguirla.
¡No lo hagas, Nessie!, le rogué.
Tengo que hacerlo, esto ya es una cuestión de honor, alegó, esquivando a las diferentes peleas de su alrededor.
¡Déjate de honor! ¡Nessie! ¡Nessie!
Pero ya no me escuchó. Su mente estaba demasiado enfrascada, enturbiada por ese odio y esa ira que la dominaba.
¡No, maldita sea! Tenía que deshacerme de los Cullen como fuera para impedir esa estúpida pelea.
―Diviértete, querida ―le sonrió ese hipócrita de Aro a Jane cuando las vio desviarse hacia los árboles.
¡Hijo de mala madre! ¡Tú sabías de todo esto desde el principio!, rugí con cólera. ¡Sabías de las intenciones de Jane!
Lo que no entendía era por qué permitía esto. Tal vez era una manera de quitarse del medio a Nessie, no lo sé. Quizá la profecía ya no se cumplía del todo si la mujer única desaparecía del mapa. Un estremecimiento me recorrió de la cabeza a las patas solo de pensar en que le pudiese ocurrir algo a Nessie.
¡Nessie! ¡Nessie, vuelve! ¡Puede que sea una trampa!, chillé en mi mente.
Pero las dos atravesaron los árboles y la perdí de vista.

7 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^

    MUCHISIMAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR AQUI!!! Y MUCHAS GRACIAS POR VUESTROS COMENTARIOS!!! YA SABEIS LO FELIZ QUE ME HACEIS =º)

    Bueno, deciros que me quedan 7 capis ^^ , asi que esta semana colgare uno al dia, ¿ok? Para que tengais capis todos los dias ;) Yo sigo escribiendo, pero mi cerebro no da a mas que a 3 capis a la semana, jajaja, asi que el viernes se terminaran estos capis y tendreis que esperar al martes, jueves y sabadaos =( sorry...

    Bueno, espero que seais comprensivos conmigo, jajaja. A ver si os gusta este capi ;)

    Lametones para todos!!!

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  2. Muchas gracias por los capitulos!!!
    Besos, eres genial =)

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  3. siii no hay problemaa..!! espero q antes q terminen los 7 capitulos se haya resuelto esto..
    Seguuro, tenes preparado un bebito en camino para jake y nessie.. =P (eso dice la profeciiaa ademas!) ajaja. que sigas biien.

    leonella, argentina

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  4. El capitulo estubo INCREIBLE como siempre y también espero que para cuando se acaben los siete capis ya tengas mas para no esperar mucho ya que soy adicta a tu blog y la lucha entre Nes y la pitufina ojala le den su merecido a esa loca Vulturi y sus amos. Ojala que jake y su circulo de luz ayude a los cullen para que dejen de estar imnotizados. Suerte con la CREACION de los capis y hasta el prox. comentario :-)
    Kiara

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  5. woauuuuu como siempre fabuloso el capitulo......en lo personal no me importa esperar martes jueves y sabado para poder leer esta HERMOSA ,INCREIBLE, Y FABULOSA HISTORIA,.....que me tiene atrapada, que me hace muuuuuuuuy feliz cuando la leo,........ mientras no nos vayas a pribar de tu EXCELENTE talento....... con gusto y ansias esperare por que sigo en pensando lo mismo es ADIIIIICTIVA,....
    MIL GRACIAS por tantisiiiisiiiiiiisiiiiimo TALENTO
    elsa

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  6. A QUE CAPITULO MAS INCREIBLE TODO CON DETALLES Y TODO ME IMPRESIONASTE QUE GENIAL ESTUVO ESTUVE APUNTO DE GRITAR POR TANTA EMOCION!!!
    Me encanto, estuvo genial!! (creo que eso ya lo dije) pero guau!! tanta pelea me puso los nervios de punta estoy esperando con ansias el proz cap!!! :D
    Besos.

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  7. DEFINITIVAMENTE!!!

    Opino lo mismo que ELSA.... sí... no nos puedes dejar sin disfrutar de tu ESPECIAL TALENTO el escribir y crear esta GRAN HISTORIA!!!!....

    Esperamos siempre con mucha impaciencia los capítulos de esta historia...... Y hasta ahora... de todos los Blogs que he visitado Tu eres la única creadora que respeta a sus Fans de tal manera que nunca nos fallas.... siempre cumples y eso es lo más importante en un ESCRITOR DE CALIDAD como lo eres TU Amiga JACOB&NESSIE.....

    Siguen con esta gran historia de nuestros queridos JAKE y NESSIE....

    Hasta pronto!!!

    Anita de Venezuela

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