NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enterarás de nada 😉
CAPITULOS:
PARTE UNO: COMIENZO:
RENESMEE:
48. EXTRAÑO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/este-es-el-segundo-capitulo-de-hoy-para_26.html
JACOB:
52. HAY QUE VER LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-52-hay-que-ver-las.html
53. DIOS, ESTO ES PARA TIRARSE UN TIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-53-dios-esto-es-para.html
54. ¡¿Y AHORA ME PIDE ESTO?! INCREIBLE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-54-y-ahora-me-pide.html
55. CUANDO UNO LE VE LAS OREJAS AL LOBO...: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-55-cuando-uno-le-ve.html
56. NEGOCIANDO CON LOS HERMANOS MARX: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-56-negociando-con.html
57. ESTO ES EL HOTEL DE LOS HORRORES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-57-esto-es-el-hotel.html
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
60. ESTÁ MÁS QUE CANTADO LO QUE VA A PASAR AQUÍ: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-60-esta-mas-que.html
61. ¡NO, MALDITA SEA! ¡NESSIE, NO VAYAS!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-61-no-maldita-sea.html
62. HONOR (PARÉNTESIS RENESMEE): http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-62-honor-parentesis.html
63. CUANDO CREÍAS QUE YA NO IBA A PASAR NADA PERO, VA Y SUCEDE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-63-cuando-creias-que.html
64. ¡JA! ¡CHUPAOS ESA!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-64-ja-chupaos-esa.html
65. ¡ASÍ QUE ESTO ES LO QUE QUERÍAS, ARO!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-65-asi-que-esto-es.html
66. SI TENGO QUE ELEGIR UN ÚLTIMO DESEO, LO TENGO MUY CLARO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-66-si-tengo-que.html
67. TIC, TAC, TIC, TAC. EL MOMENTO DE LA BATALLA FINAL SE ACERCA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-67-tic-tac-tic-tac.html
COMO SIEMPRE, TODO EL PESO
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
60. ESTÁ MÁS QUE CANTADO LO QUE VA A PASAR AQUÍ: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-60-esta-mas-que.html
61. ¡NO, MALDITA SEA! ¡NESSIE, NO VAYAS!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-61-no-maldita-sea.html
62. HONOR (PARÉNTESIS RENESMEE): http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-62-honor-parentesis.html
63. CUANDO CREÍAS QUE YA NO IBA A PASAR NADA PERO, VA Y SUCEDE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-63-cuando-creias-que.html
64. ¡JA! ¡CHUPAOS ESA!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-64-ja-chupaos-esa.html
65. ¡ASÍ QUE ESTO ES LO QUE QUERÍAS, ARO!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-65-asi-que-esto-es.html
66. SI TENGO QUE ELEGIR UN ÚLTIMO DESEO, LO TENGO MUY CLARO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-66-si-tengo-que.html
67. TIC, TAC, TIC, TAC. EL MOMENTO DE LA BATALLA FINAL SE ACERCA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-67-tic-tac-tic-tac.html
COMO SIEMPRE, TODO EL PESO
RECAE SOBRE MIS HOMBROS
La mano de Nessie se
aferraba a mi pelaje con fuerza mientras esperábamos impacientemente a que esos
cretinos de los Vulturis hicieran su pomposa aparición. Ya llevábamos cinco
largos minutos esperando en esa pradera, la misma en la que nos habíamos
encontrado al principio con Vladimir, Stefan y su ejército de chupasangres y
gigantes. Pero, maldita sea, todavía no se veía nada de esas momias mohosas y
su chusma.
Le eché un vistazo de reojo
a Nessie, para ver cómo se encontraba. Estaba nerviosa, más bien algo ansiosa
porque empezase esta batalla de una vez por todas, pero confiada. Sí, ella
confiaba en mí al cien por cien, y eso se notaba.
Sin embargo, era inevitable.
Mi mente volvió a pensar en esa orden que haría que ella se pusiese a salvo. Todavía
no se había transformado, y yo me había desconectado de la manada, así que
aproveché ese momento de soledad para fraguar la idea algo mejor.
Bueno, soledad era un decir,
claro, cómo no…
―No lo hará ―cuchicheó
Edward, que se encontraba justo a mi otro lado, en primera línea de playa.
Guay. Tenía que haber erigido
mi círculo de luz brillante, para que no pudiera escanearme la sesera. Ni
siquiera me había fijado en sus dichosas ondas.
Nessie y Bella, la cual también
estaba junto a él, con su mano aferrada a la suya, le observaron durante un
instante, aunque enseguida volvieron la vista al frente, escudriñando el
horizonte. Debían de pensar que estábamos hablando de estrategias o algo así.
Mejor.
Pienso ordenárselo, le recordé, por si no había radiografiado bien mi
cerebro. Nessie no puede desobedecer mi voz de Alfa.
―Eso no será necesario. No
llegaremos a ese extremo ―aseguró, hablando muy bajo.
Sí, vale, ya sé que todos
confiáis en mí al cien por cien y bla, bla, bla, pero yo no las tengo todas
conmigo, repliqué. Esa posibilidad
existe, lo sabes, y no quiero pillarme los dedos si resulta que después llega
ese extremo. Por eso tengo que planearlo bien.
Su boca se frunció, dándome
la razón.
―Aunque eso saliera bien, ya
sabes cómo terminaría, Jacob ―susurró, triste―. No lo superaría. Sabes tan bien
como yo que terminaría…
Su voz se cortó cuando Nessie
volvió la vista hacia nosotros, ya algo mosqueada. Mierda. No quería que se
pispase de nada.
Maldita sea, Edward, ¿y
qué quieres que haga? ¿Que la deje morir aquí?, solo pensar en eso hizo que todo mi cuerpo temblase.
Nessie lo notó, claro.
―¿Qué pasa? ―me preguntó,
mirándome con esos ojazos, preocupados.
Bella también giró su rostro
para observarme con preocupación.
Nada, cielo, le calmé, y acaricié su cara con la mía. Luego,
disimulé, dándole unos pequeños lametones en la mejilla para seguir hablando. No
pienso permitirlo, afirmé con determinación. Por supuesto solo lo haré
si la cosa se pone lo bastante fea como para que no salgamos de aquí con vida,
no me separaré de ella jamás, si no es por algo así. No me importa el precio
que yo tenga que pagar, pero ella tiene que vivir, dejé el rostro de Nessie
y miré al frente.
Edward se quedó un momento
en silencio, pensativo, mirándome por el rabillo del ojo.
―De acuerdo, te apoyo
―murmuró finalmente, aunque con un timbre un tanto angustiado y de una
resignación dolorosa.
Sí, ambos sabíamos que eso
sería muy doloroso para Nessie, puede que nunca me perdonara que le hiciera algo
así, que terminase odiándome por obligarla a dejarme aquí para que ella se
salvase. Pero los dos sabíamos lo doloroso que sería esto para nosotros
también. Yo tendría que dejarla marchar, tendría que separarla de mí, tendría
que ser la última vez de mi vida que la viera, pero Edward tendría que ser
partícipe de esta separación, él tendría que colaborar para despojarla de mí, y
eso sería muy duro para él, porque Nessie tampoco se lo perdonaría, y Edward lo
sabía. Sin embargo, sabía tan bien como yo que no nos quedaría más remedio que
hacerlo así, si queríamos salvar la vida de Nessie. Eso era lo más importante.
Bien. Escucha, quiero que
Bella viva también.
―Ya somos dos ―bisbiseó, tan
bajito, que tuve que mover la oreja en su dirección―. ¿Cuál es tu plan?
Si llega ese momento, huye
con Bella y Nessie. Yo se lo ordenaré y ella no podrá desobedecerme, aunque ya
sabes que se resistirá. Quiero que no la escuchéis. Por mucho que os duela, por
mucho que os suplique, no se os ocurra dar la vuelta, ¿vale? El resto nos
quedaremos aquí para entretener a esta chusma todo lo que nos sea posible y
cubriros las espaldas.
Los ojos de Edward se fueron
hacia mí y hacia el resto con dudas y ansiedad, tanta, que Bella le miró
extrañada.
No le des tantas vueltas
al tarro, sabes que tiene que ser así. Y no te preocupes por nosotros. Te
prometo que haré todo lo que pueda para que todos huyan de aquí. Además, te
repito que esto solo será en caso extremo.
―Prométeme que tú lo
intentarás también ―me rogó.
Descuida, no pienso
separarme de Nessie tan fácilmente,
afirmé.
―¿De qué habláis? ―quiso
saber Bella.
Nessie y ella ya tenían un
mosqueo considerable.
―De estrategias ―mintió
Edward, esta vez hablando en voz alta.
Se le veía en el careto que
odiaba mentirle, pero de momento era mejor así. Bella no parecía muy conforme,
la verdad.
Yo necesitaba entretener mi
mente con otras cosas antes de que Nessie se transformase. No quería que viera
nada de esto. Entonces, se me ocurrió un tema.
Dime, ¿cómo demonios hizo
Rosalie para romperle las piernas a Phil?, le pregunté.
―Fingió una… agresión por
robo ―me reveló, dedicándole una mirada reprochadora a la protagonista.
La Barbie se dio cuenta de
qué hablábamos, claro.
―No tenía otra opción ―se
defendió esta, dándole un manotazo a su melena rubia―. Si le rompía una pierna,
Phil podría valerse solo, así que Renée podría seguir investigando, en cambio,
si le rompía las dos, era más difícil, ¿no?
Menuda bestia, chisté.
―Te pasaste cuatro pueblos
―le reprochó Bella, enfadada.
―Lo hice muy rápido ―alegó la
Barbie―. Fue un golpe seco, prácticamente ni se enteró.
―Le has roto los huesos de
las piernas, Rose, créeme, se ha enterado de sobra ―siguió Bella, bufando.
―Y encima, ahora media
policía de Phoenix está buscando a ese misterioso ladrón encapuchado ―declaró
Jasper.
¿Ladrón encapuchado?, pregunté, perplejo.
Vaya, la cosa cada vez se
ponía más interesante.
―Rose se vistió de negro y
se puso un pasamontañas en la cabeza para que no le viera el rostro, aunque lo
hizo todo con tanta rapidez, que Phil ni la vio ―me explicó Edward, que
mantenía ese rostro severo. Rosalie se cruzó de brazos y puso los ojos en
blanco―. Esperó a que él entrase en un callejón oscuro, le rompió las piernas
con un bate de aluminio y para fingir un atraco le robó la cartera, con eso remató
su… brillante actuación ―y le dedicó otra mirada enfadada a la Barbie.
Los gañidos y continuas
miradas entre sí de mi manada indicaban sus críticas.
―Ahora la policía está
investigando el asunto a fondo, ya que, como es lógico, les parece absurdo que
alguien le rompa las dos piernas a un hombre solo para robarle la cartera
―continuó Jasper con otra miradita de reproche dirigida a Rosalie.
―Vuelvo a repetir que no
tenía opción ―protestó la misma, resoplando―. Tenía que…
―Un momento ―le cortó
Edward, alzando la mano para que todos nos callásemos. Se hizo un mutismo en el
que no se movió ni un hierbajo de nuestros pies y patas―. Ya vienen ―anunció al
cabo de un rato con una cara tan larga que le llegaba al suelo.
Todos nos pusimos en
posición de alerta automáticamente.
Los dedos de Nessie se
afianzaron más en mi pelambrera y vi cómo esa energía dorada, pura, que era
totalmente compatible con mi poder espiritual atravesaba su columna vertebral,
transformándola en un vampiro casi completo. Su cuerpo se volvió frío, más
duro, y su efluvio pasó a ser idéntico al mío, adquiriendo cada uno de los
matices que lo conformaban. Me conecté para tener comunicación con ella y con
el resto de la manada.
Todos permanecíamos
expectantes. Bella, Edward, Nessie y yo estábamos en la primera fila de nuestra
formación, aunque no estábamos solos. Carlisle se encontraba al otro lado de
Nessie, y con él su inseparable Esme, que no soltaba su mano. El resto de los
Cullen, Ryam y Helen, que todavía no se habían transformado, estaban justo
detrás de estos, y mi manada se había repartido a mis espaldas.
Una retahíla de espectros,
con su segunda piel de color malva oscuro rezumándoles por todo el cuerpo,
comenzó a divisarse en el horizonte y, cómo no, su cadencia era lenta y
aburrida.
Esto es insoportable, protestó Paul, soltando un resoplido por las napias.
Yo no aguanto más, le acompañó Quil.
Calma, les dije.
Eché un vistazo general para
ver el estado de nuestra extraña tropa y mi vista se quedó fija cuando vi por
el rabillo del ojo cómo Ryam cogía la mano de Helen mientras la miraba con una
mezcla de determinación y preocupación. Seguro que nunca se habían cogido de la
mano, porque ella se sorprendió y giró el rostro para observarle.
―Te quiero ―le espetó él de
repente.
Genial. Menudo momento para
declararse, hay que ver.
No hizo falta que ella se lo
dijera también, por supuesto, porque cuando se abalanzó a sus brazos para
besarle, las cosas quedaron muy claras, aunque era más que evidente que Helen
estaba loca por él desde siempre.
Qué bonito, pensó Nessie.
Ya era hora de que se lo
dijese, opiné yo. Tan gallito para
unas cosas y tan cobardica para otras. Bah.
La parejita terminó su
efusivo beso e inevitablemente volvió su atención al lento peligro que se
cernía sobre nosotros. Acto seguido, se transformaron en gigantes.
Sí, maldita sea, lento,
lentísimo. Era desesperante. Esa masa de capas que fluctuaban con la brisa se
acercaba a nosotros demasiado despacio, aunque eso sirvió para que me fijase un
poco mejor en sus filas.
En el centro, y en primera
línea, se encontraban los tres fósiles vivientes, con sus capas negras. Junto a
ellos, a ambos lados, les flanqueaban los hermanos Pitufos, seguidos por el
resto de la guardia que gozaba de dones. Por detrás, en la segunda línea de su
formación, caminaban los cinco magos de rojo, acompañados por Nikoláy, Ruslán,
ese bastardo de Razvan, el encapuchado de negro y esos dos espeluznantes
rumanos. Todos estos seguían hipnotizados. Después ya se repartía el resto de
la guardia Vulturis, que se distribuía según la variedad cromática de sus capas,
y en último lugar los gigantes, cuyas almas colgantes seguían aferradas a sus
cuellos, agonizantes.
Todavía se me ponía la
pelambrera de punta cuando los veía.
El aire venía hacia
nosotros, así que el hedor a chupasangres se hizo muy fuerte y empezó a
quemarnos el tabique nasal. Suerte que ya estábamos más que acostumbrados
gracias a los vampiros nómadas que venían a visitarnos a La Push, aunque eso no
quitaba para que ese olor siguiera siendo insoportable. Puaj. Bueno, todos
excepto Nessie, que no estaba nada acostumbrada a esto y, ahora que tenía
nuestros instintos y conductas lupinas, arrugó su adorable nariz con desagrado.
Sí, vale, ya olíamos el efluvio de los Cullen, pero vuelvo a repetir, ese olor
había aumentado mucho con la inminente presencia de los Vulturis y su séquito y
se había vuelto realmente insoportable, de veras.
No pasó desapercibido para
mi vista ni para mi instinto el famoso medallón, el cual colgaba del pescuezo
de ese chiflado de Aro, cómo no. Podía sentir toda la maldad que desprendía, y
cuando ya se acercaron más, pude ver con claridad que su ojo escarlata estaba
fijo en mí.
Nessie apretó el amarre de
su mano, tirando un poco más de mi pelaje.
Tranquila, le calmé, haciéndole un arrumaco con mi hocico.
―¿Qué opinas? ¿Podrían ser
clones? ―me preguntó Edward con un cuchicheo.
No, revelé,
muy seguro, volviéndome hacia delante de nuevo. El ojo del medallón está fijo en mí, así que se mueve. Eso quiere decir
que Aro no es un clon, con lo cual el resto tampoco; y todos los magos
desprenden esos asquerosos vahos de color gris oscuro, eso es su magia negra.
Así que toda esta chusma es la de verdad.
―No son clones ―comunicó
para los que no podían oírme.
Todos asintieron.
Después de esperar otro
rato, en el que Paul y Quil casi se vuelven tarados de verdad ―parecía que
tuviesen pulgas, no paraban de moverse―, los Vulturis y todo su séquito de
matones por fin llegaron para plantarse frente a nosotros. No hubo ninguna
orden, simplemente se detuvieron a unos cincuenta metros de nosotros,
manteniendo su formación.
Mis lobos no pudieron evitar
mostrar sus dentaduras al tiempo que gruñían sin cesar.
Nessie, ya lo sabes, no te separes de mí en ningún
momento, ¿entendido?, le dije.
A la orden,
me respondió, haciendo una broma nerviosa.
La mirada de ese
espeluznante medallón se clavaba en mí con un odio que atravesaba todo mi
cuerpo como si fuese una tormenta helada. Ugh, qué mal rollo.
―Saludos ―habló Aro con ese
repugnante semblante medio transparente, regio y sobrio.
Ah, ¿pero en una guerra
entre chupasangres también se saludaban?
Chisté.
―Saludos, Aro ―le respondió
Carlisle, siguiéndole la corriente a ese tarugo―. Si me permites, quiero
empezar diciendo que no me gusta en absoluto esta situación.
―A mí tampoco, mi querido
Carlisle, te lo aseguro ―afirmó Aro, fingiendo una cara de lástima.
Maldito hipócrita, gruñí.
―Entonces no veo por qué ha
de tener lugar una guerra entre nosotros ―litigó Doc, intentando evitar todo
esto, como un último acto desesperado.
Yo ya no sabía lo que
quería, la verdad. Por una parte me moría por luchar y terminar con toda esta
chusma de una vez por todas, aniquilarlos de la faz de la Tierra, pero por otra
lo único que quería era vivir en paz con Nessie, con mi manada, en mi hogar, y sobre
todo que ella no estuviera en peligro, salvar nuestras vidas…
Respiré bien hondo para
refrenar mis primeros impulsos. Muy, muy hondo. Nessie era lo primero para mí.
―Es obvio. El Gran Lobo
supone un grave y serio problema para nuestro mundo ―declaró Aro, señalándome a
mí con su tísica mano―. Y vosotros estáis en su bando, es… desolador para mí,
pero tengo que cumplir con mi deber.
Qué falso era. Casi me hacía
gracia y todo.
―Jacob no se interpondrá en
nuestro mundo, Aro ―le respondió el doctor―. Lo único que él quiere es vivir en
paz, en sus tierras.
―¿Y cómo podemos estar
seguros de eso? ―intervino la momia canosa, hundiendo ese tupido ceño en los
ojos.
―Es imposible de saber,
hermano mío ―coincidió Aro.
―No si se firma un tratado
entre las dos partes ―soltó Carlisle de pronto.
No fui el único que se quedó
de piedra. Mi manada, el resto de los Cullen y ese par de gigantes miraron a
Carlisle con un asombro inesperado. Esto no era lo que habíamos hablado.
―¿Un tratado? ―repitió Cayo.
Se notaba que él tampoco se
esperaba esto, aunque sus cejas seguían sobre sus párpados.
―Sí, un tratado de paz
―apuntilló Doc.
¡Yo no quiero tratos con estos farsantes asesinos!, protesté, soltando un rugido disconforme.
Toda mi manada se agitó para
acompañarme.
Jake, cálmate,
intentó tranquilizarme Nessie. Puede que
no sea tan mala idea. Con eso, salvaríamos la vida.
Todo lo que iba a soltar se
me quedó atravesado y ya no pude decirlo, porque, mierda, si con eso salvaba
las vidas de todos, la de Nessie… ¡Arg! ¡Pero la sola idea me repugnaba!
¡Maldición!
Ese chiflado de Aro torció
el gesto, no muy convencido.
―No veo predisposición por
su parte ―respondió, señalándome de nuevo, junto con mi manada.
―Debes comprender que esta
situación tampoco es fácil para ellos ―manifestó Carlisle―. Han venido aquí
totalmente obligados, y tú lo sabes. Ellos tampoco quieren esta guerra.
Las gelatinosas pupilas de
Aro oscilaron hacia mí, acompañando a la de ese diabólico medallón, que seguía
mirándome con inquina.
―Me gustaría escuchar lo que
tienes que decir de tu propia boca ―me pidió, alzando el mentón con dureza―. Es
decir, en tu forma humana, por supuesto.
El labio de la rubia canija
se elevó un poco, con agrado, y noté la aún suave vibración en el tórax de mi
chica.
Es peligroso,
me advirtió Sam. Si estás en tu forma
humana tu poder espiritual no podrá actuar. Él podría aprovechar ese momento
vulnerable para atacarte con el medallón.
No lo hagas,
me rogó Nessie, asustada.
No miré a Edward. Varick
estaba usando su don con Aro y él no podía leerle la mente, así que no me iba a
solucionar nada.
Dile que ni hablar, le pedí a Edward. No soy tan
estúpido como para hacer eso.
―Dice que prefiere seguir en
su forma lobuna. Se siente más cómodo ―le tradujo él.
Como siempre, sustituía mis
palabras…
―Entonces no habrá tratado
―afirmó ese viejo decrépito con enfado―. No puede haber consenso si no confía
en mí y no puedo escuchar las cosas de su propia boca. ¿Cómo voy a fiarme de
unas palabras que no escucho? Es absurdo.
―Se hará por escrito
―propuso Carlisle―. Se redactarán las condiciones del tratado y se firmará por
ambas partes.
Mierda. Esto seguía sin
gustarme ni un pelo.
―Pero tendremos que negociar
esas condiciones ―protestó el fósil de canas―. Y para ello, él tendrá que
hablar.
―No me opondré al tratado si
él habla en persona y llegamos a un acuerdo debatido entre los dos ―aseguró
Aro, observándome a la espera de mi decisión.
Maldita sea. No sabía qué
hacer. ¿Debía hacer ese tratado? ¿Debía transformarme? ¿O era mejor empezar la
guerra de una vez por todas, aunque eso supusiera la muerte de algunos
nosotros?
Como siempre, todo el peso
recaía sobre mis hombros.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarjeje, quereis saber que va a pasar, ¿eh? Pues seguid leyendo ;)
MUCHISIMAS GRACIAS POR SEGUIR AQUI, LEYENDOME!!! SOIS LOS MEJORES!!!
LAMETONES PARA TODOS!!!!
gracias el mejor..capi ...que deseperante...jaja bueno mañana a esperar...la lucha..el tratado...s lo que sea jaj...bueno mañana otro capi....salu2 sos la mejor segui asi...
ResponderEliminarBuenisimo ... estresante .....
ResponderEliminary adictivo....
gracias
elsa
ufffffffffff que horror esta incertidumbre ......oie este capi wuauuuuu ESPERAR ESPERAR ESPERAR .....que sucederá :)
ResponderEliminarRealmente me dejaste atónita ojala Jake le de su merecido a ese Vulturi chiflado por favor si hay pelea que no haya perdidas del bando cullen-quileute [=
ResponderEliminarEspero el prox y que no se confíen de los Vulturis porque juegan sucio Ok
( : Kiara : ) '~'
aaa super geniañ!me tienes con los pelos de punta!
ResponderEliminarPor una parte me encantaria que hiciesen el tratado pero por otra quiero que luchen! jajaja xD
Me encanto sigue asi cuidate.
Besos.
¡HOLA! SOY NOVIEMBRE:
ResponderEliminarESTÁ MUY INTERESANTE COMO SIEMPRE, SON LAS 8:30 DE LA MAÑANA Y HE EMPEZADO EL DÍA LEYENDO,CON ESTO TE DIGO TODO.
BUENO HASTA LUEGO QUE VOY A SEGUIR UN POCO MÁS. LAMETONES