ESTE ES EL SEGUNDO CAPITULO DE HOY, PARA LEER EL PRIMERO PINCHAD EN EL ENLACE DEL CAPITULO 56
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NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enteraras de nada 😉
CAPITULOS:
PARTE UNO: COMIENZO:
RENESMEE:
43. DESPEDIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-43-despedida.html
44. COMIENZO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-44-comienzo.html
45. CELEBRACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-45-celebracion.html
46. FUEGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-46-fuego.html
47. NADAR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-47-nadar.html
48. EXTRAÑO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/este-es-el-segundo-capitulo-de-hoy-para_26.html
49. REY Y REINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-49-rey-y-reina.html
50. EN CASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-50-en-casa.html
51. BUSQUEDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-51-busqueda.html
JACOB:
52. HAY QUE VER LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-52-hay-que-ver-las.html
53. DIOS, ESTO ES PARA TIRARSE UN TIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-53-dios-esto-es-para.html
54. ¡¿Y AHORA ME PIDE ESTO?! INCREIBLE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-54-y-ahora-me-pide.html
55. CUANDO UNO LE VE LAS OREJAS AL LOBO...: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-55-cuando-uno-le-ve.html
56. NEGOCIANDO CON LOS HERMANOS MARX: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-56-negociando-con.html
ESTO ES EL HOTEL
DE LOS HORRORES
―No sé, Jake, esto no me
gusta ni un pelo ―dudó Sam, después de que yo les soltase toda la parrafada de
lo que había ocurrido―. Está claro que esos Vulturis están tramando algo.
―Esto es una locura ―siguió
Jared, llevándose la mano a la cabeza.
―Sí, estoy de acuerdo con
los dos ―asentí con nerviosismo, poniendo mi mano suelta en la cintura―. Pero
no me queda más remedio que aceptar esa maldita alianza, simbiosis o como
narices quiera llamarlo Aro ―gruñí―. Está claro que alguien tiene a Bella y a
los otros, todos vimos esas pistas en ese bosque de Forks, y mientras no nos
topemos con algo que nos indique que los tienen los Vulturis, no nos queda otra
que creer la versión de ese chiflado decrépito.
―¿Y si husmeamos por aquí?
―propuso Shubael con un cuchicheo metamorfo.
―¿Estás loco? ―objetó Isaac
en el mismo volumen de voz―. Aquí no podemos transformarnos, se nos echarían
encima todos esos chupasangres, y si no cambiamos de fase, somos demasiado
vulnerables. Eso sin contar con que tenemos guardaespaldas todo el tiempo.
―Isaac tiene razón, es
imposible ―suspiró Seth.
―Pues eso, no hay ninguna
manera de saberlo, así que no tengo más remedio que seguirle la corriente a los
Vulturis hasta que demos con la verdad ―afirmé, resoplando.
―No me hace nada de gracia
que nos aliemos con ellos ―declaró Sam otra vez con disgusto―. En toda la
historia de la tribu, jamás habíamos hecho este tipo de alianzas con vampiros.
Una cosa es un tratado, y otra muy distinta esto.
―Lo sé, yo también lo odio.
Esto es un asco ―resoplé otra vez, revolviéndome el pelo durante un instante
mientras miraba a un lado para quitar la frustración y la rabia que me producía
todo esto. Después, posé mis dedos sobre mi cintura de nuevo y les miré con
determinación―. Escuchad, no obligo a nadie a que se una. El que quiera irse es
libre de hacerlo. Pero yo tengo que seguir con esto, Bella es mi amiga, mi
familia, y no puedo negarme, tenéis que entenderlo ―Nessie apretó mi mano con
gratitud―. Vosotros podéis marcharos a casa, si queréis, yo nunca obligaré a
nadie a hacer algo que no quiera, ya lo sabéis.
―¿Qué dices? ¿Y perdernos
una batalla en la que podemos liquidar a un montón de chupasangres? ―se rio
Paul―. Ni hablar, tío. Yo me quedo.
―Yo también ―se unió Quil.
―Y yo ―se contó Embry.
―Sabes que yo siempre estaré
de tu lado ―siguió Seth, sonriéndome.
―Venga ya, iremos todos,
chaval ―afirmó Shubael.
―Cuenta con todos nosotros
―ratificó Sam.
―No estáis obligados ―dijo
Nessie, preocupada―. La mayoría de vosotros estáis imprimados, y entendería
perfectamente que quisierais volver a casa.
Sí, daba la casualidad de
que seis de los ocho estaban imprimados, y yo sabía cuánto les costaba estar
lejos de ellas.
―No te preocupes ―le calmó
Sam―. Vuestro matrimonio ha unido a tu familia con la tribu. Además, yo todavía
estoy en deuda con tu familia por haber pagado el tratamiento de Emily. Si no
hubiera sido por ellos, Emily no se hubiera curado. Le han salvado la vida, y
eso no lo olvidaré jamás ―manifestó, dándole a su voz un tono honorífico.
Sí, eso también lo sabía.
Eso hacía que, para él, ayudar a los Cullen fuera un honor.
―Os lo agradezco mucho,
chicos. No sé cómo podré pagaros vuestra ayuda ―habló mi chica, emocionada.
La atraje hacia mí y solté
su mano para rodear su hombro con mi brazo, pegándola bien a mi costado. Ella
pasó los suyos por mi cintura para abrazarme.
―Déjate de pagar. ¿Para qué
está la familia? ―afirmó Isaac con una enorme sonrisa.
―Tú formas parte de la
manada, en cierto modo ―continuó Jared―. Y los hermanos siempre nos ayudamos
entre nosotros.
―Sí, somos una piña ―añadió
Seth.
―Muchas gracias, chicos
―repitió mi chica en el mismo tono de antes.
―No te preocupes, todo
saldrá bien, ya lo verás ―le dijo Sam, asintiendo con confianza.
Nessie asintió también, pero
alzó el rostro para mirarme todavía con preocupación. Le sonreí, le di un beso
en la frente y froté su brazo con mi mano para alentarla un poco.
―Tendríamos que llamar a más
miembros de la manada ―opinó Sam―. No podemos arriesgarnos a ser tan pocos si
después se tuercen las cosas.
―Sí, estoy contigo
―coincidí―. Los llamaré en cuanto termine esa dichosa reunión con esos
vejestorios pasados de moda.
A Seth le hizo gracia mi
frase y se rio.
―A mí me gustaría que me
dejasen llamar a casa y a Kim, ya sabes, para avisar de que no voy a ir en una
temporada ―declaró Jared, metiéndose las manos en los bolsillos de ese pantalón
tan viejo y raído.
―Mierda, yo también tengo
que avisar en casa, si no Rachel me matará ―aseguró Paul, torciendo el gesto
para adoptar uno de dolor.
―¡Uf! Y más ahora que está
tan sensible. No hay quién la aguante ―soltó Shubael, haciendo que los mechones
que caían sobre su frente se alzaran con un resoplido.
―¿Por qué? ¿Qué le pasa?
―pregunté con una risilla un tanto maléfica al imaginármela corriendo con la
escoba detrás de Paul.
Mi cuñado le dio una colleja
a Shubael para regañarle y eso ya me mosqueó algo.
Se hizo un silencio en el
que todos se miraron entre sí, menos Nessie y yo, que lo hicimos el uno con el
otro sin entender nada.
―¿Qué le pasa? ―quise saber,
ahora preocupado, observándoles de nuevo.
―Nada, no es nada malo
―aseguró Seth, mirando a Paul de reojo como si le estuviese pidiendo permiso o
algo así.
Empecé a ponerme nervioso y
Nessie pasó a ser la que me acariciaba la espalda para calmarme.
―Maldita sea, decídmelo de
una vez ―protesté―. ¿Es que está enferma? ¿Tiene… algo grave?
Oír esta frase, aunque fuese
en una pregunta y saliendo por mi propia boca, ya me puso histérico.
―Está embarazada ―espetó
Paul, observándome con precaución.
Necesité de unos segundos
para despejar esos nubarrones oscuros que mi mente ya había comenzado a tejer
sobre mi hermana, creyendo que ya tenía algo malo.
―¿Rachel está embarazada?
―Nessie reaccionó antes que yo y habló con una alegría desbordante―. ¡Es
genial! ―exclamó con una risa, soltándome para abalanzarse hacia Paul en un
abrazo―. ¡Enhorabuena, Paul!
―Gracias ―sonrió él,
orgulloso.
―Vaya, qué susto me habéis
dado ―reí, aliviado―. Así que embarazada, ¿eh? Bueno, enhorabuena, tío.
―Gracias ―volvió a sonreír―.
Y vosotros también. Enhorabuena, vais a ser tíos.
Los chicos sonrieron y yo
recibí alguna palmada en el brazo que otra.
Paul y yo nos dimos un
abrazo cuando Nessie nos dejó vía libre, y también nos palmeamos la espalda con
entusiasmo. Aunque, bueno, eso de pensar en un mini Paul dándome la brasa...
Me despegué de él y volví a
coger a mi chica de la mano.
―Qué guay, vamos a ser tíos
―rio ella.
―Ya somos tíos ―le recordé.
―Sí, bueno, pero esto es
diferente ―alegó, sonriendo sin parar―. Me refiero a que a los otros sobrinos
no les vemos nunca, bueno, a decir verdad, yo solamente les he visto dos veces
en mi vida: en la boda de Paul y Rachel, y en la nuestra. En cambio a este
prácticamente le vamos a ver nacer, le tendremos en los brazos, jugaremos con
él, le veremos crecer y le conoceremos más a fondo.
Su cara llena de ilusión
hizo que el chisporroteo de mi estómago saltase sin control, ilusionándome a mí
también, aunque por otro motivo un poco diferente. Sí, bueno, vale, ella quería
esperar y yo estaba de acuerdo, teníamos muchos años por delante y los dos
queríamos disfrutar de lo nuestro a solas una temporada larga. Pero no podía
negar que el imaginármela con el vientre abultado por llevar un bebé mío,
nuestro bebé, hacía que babease sin control. Vale, vale, está bien, quería
disfrutar de ella a solas unos cuantos años, pero tenía que reconocerlo, no me
importaría nada que ella se quedase embarazada ahora mismo, pero nada de nada,
vamos, sería el hombre más feliz del universo entero.
Nessie se dio cuenta de mi
mirada de idiota atontado y no pudo evitar sonrojarse algo. También percibí
cómo su corazón se aceleraba un poco, eso hizo que el mío pegase un salto,
ilusionado, para acompasar al suyo.
―Y vosotros sois sus
padrinos ―le dijo Seth, sonriendo de oreja a oreja.
―Sí, es verdad, somos sus
padrinos ―volvió a reír Nessie con esa alegría de antes―. ¿Y de cuánto está?
―inquirió.
―De dos meses y medio
―reveló Paul, volviendo a mirarme con cautela.
―¿Y por qué no nos lo
dijisteis antes? ―le regañé un poco.
―Porque ella misma no se dio
cuenta de que estaba embarazada hasta que no pasó un mes ―empezó a explicar―.
Se quedó en estado justo después de su último periodo, por eso tardó tanto en
saberlo. Hasta que no vio que tenía un retraso en el siguiente, no lo supimos.
Y cuando lo descubrimos, tú te marchaste con Nessie a esa montaña de Canadá y
os casasteis y os fuisteis de luna de miel, etcétera, etcétera, así que hasta
ahora no he podido decíroslo.
Hice una mueca que decía
claramente: es verdad, porque tenía razón.
Entonces, caí en una cosa.
―Oye, estoy pensando que tal
vez deberías regresar a casa, ya sabes, para estar con Rachel ―le dije,
siguiendo el hilo de mis pensamientos―. Los primeros meses del embarazo son los
peores, ¿no? Ella se disgustará mucho con esto, se preocupará…
―Sabía que no tenía que
decírtelo hasta que todo esto se terminase ―me interrumpió con un quejido―. No
me digas estas cosas, sabes que ella es lo primero para mí y que lo dejaría
todo atrás para irme a su lado ―cogió aire y lo soltó en un suspiro largo―.
Pero también quiero ayudar a la manada ―afirmó con determinación―, y si me
dices esto, me pondrás las cosas más difíciles.
―Ya os dije antes que el que
se quiera ir es libre de hacerlo.
―Para mí es un honor ayudar
al Gran Lobo ―declaró con más determinación y esa respetabilidad que me sacaba
de quicio.
Oh, no, ya empezábamos con
todo ese rollo del respeto. Lo mejor era cortar esto de raíz, antes de que se
pusiera a hacerme reverencias o algo.
―Vale, vale, chico, perdona
―me disculpé―. Tú sabrás.
Asintió y dio el tema por
zanjado.
―Tendrás que pedirle a ese
Aro que nos deje llamar por teléfono ―intervino Sam, haciendo que nos
acordásemos del porqué de toda esta conversación.
―Sí, no te preocupes, se lo
pediré ―le aseguré.
―Y no podremos bajar la
guardia en ningún momento ―siguió―. Tendremos que tener mucho cuidado, estar
preparados, esto podría ser una trampa para atraparte o matarte.
Noté cómo los dedos de
Nessie se agarrotaban entre los míos. Apreté su mano para infundirle confianza.
―Lo sé. Llamaré a Leah para
que venga con más gente ―resolví en voz alta―. La otra vez me echó una buena
bronca por dejarla en La Push y hacer que se perdiera la fiesta, así que esta
vez será mejor que venga.
―Mejor, así os pondrá al
hilo a todos ―afirmó Nessie con una risilla.
―Ni que lo digas ―resopló
Quil.
En ese momento, alguien picó
a la puerta. Todos nos giramos para mirar y vimos cómo la misma se abría y el
pelirrojo se dejaba ver por allí.
―Aro os reclama para seguir
con la reunión ―nos anunció.
―¿Nos… reclama?
―resaltó Jared con desagrado.
―Venga, vamos ―le quité
importancia, dándole un pequeño codazo para que se moviese mientras yo tiraba
de Nessie y ya echaba a andar.
Salimos de esa sala,
siguiendo al pelirrojo, y nos volvimos a meter en el agujero privado de los
Vulturis, donde continuaban estando el resto de los Cullen y todos los
chupasangres de antes. Nos colocamos junto a los primeros, mis hermanos sin
dejar esas poses de alerta e incomodidad, y Aro reanudó la reunión.
Tuvimos un intenso debate
sobre estrategias donde lo primordial para nosotros era la seguridad de Bella y
el resto, y para esos asquerosos decrépitos era ganar a toda costa, aunque no
duró mucho. Según ese chiflado de Aro, conmigo la batalla era pan comido. Lo
único que tenía que hacer era anular la barrera de Bella y los dones de
nuestros contrincantes. Sabíamos que Bella, Edward, Alice y Jasper iban a estar
en manos de Vladimir y Stefan, muy cerca de ellos, más bien pegados, ya que lo
más probable es que estos se cubrieran las espaldas con ellos, así que seguramente
no podía usar mi poder espiritual tan a la ligera. Y ahí es donde entraba la
guardia de los Vulturis, los demás Cullen y mis lobos. Eso suponía que también
habría una batalla física, cosa que a Nessie no le gustó nada, y a mí tampoco,
por ella. No quería que luchase, era demasiado peligroso, aunque Aro insistía
en la ventaja que teníamos por el factor sorpresa. Según ese tarado, Vladimir y
Stefan nunca se esperarían ver a los lobos por allí. En fin, ya veríamos.
―Bueno, a mi parecer, ya ha
quedado todo muy claro ―habló Aro, mostrando una estúpida sonrisita de
satisfacción―. ¿Alguien tiene alguna duda o pregunta? ¿Algo más que aportar?
No sé por qué me daba que
esto no solía preguntarlo mucho.
―Sí ―hablé yo―. Necesitamos
un teléfono para llamar a casa y avisar al resto de mi manada.
―Lo tendréis ―accedió él―.
Jane os llevará a un teléfono ahora mismo.
―Vale ―asentí.
―¿Algo más? ―inquirió,
alzando esas cejas para mirarnos con expectación.
Nadie dijo ni mu.
―Bien, entonces que Jane os
muestre vuestras alcobas ―dijo, haciéndole un sutil gesto con la mano a la
rubia canija para que esta se adelantase en esa especie de formación de la
guardia―. Algunas las hemos preparado para vosotros ―afirmó, dirigiéndose a mis
hermanos, a mí y a Nessie―. Como comprenderéis, en esta morada nadie duerme, es
por eso que hemos tenido que arreglar las camas con urgencia, pero ya está todo
listo.
―Espero que la nuestra sea
bien grande ―espetó Nessie, alzando la barbilla con exigencia.
La rubia canija osciló sus
pupilas para mirarla de reojo con desagrado pleno.
―Por supuesto, mi preciosa
Renesmee ―peloteó Aro―. Todas son muy amplias, hemos reparado en esa altura de
la que gozan mis queridos metamorfos y os hemos dejado las habitaciones que
tienen las camas más grandes.
―No lo decía por eso. Lo
decía porque mi marido y yo necesitamos mucho espacio para movernos. Bueno, tú
ya me entiendes ―soltó como si tal cosa, eso sí, dedicándole una miradita y una
sonrisita a la Pitufina mientras Cayo resoplaba algo por lo bajo con ese
semblante arrugado en enfado.
La canija estuvo a punto de
romper sus muelas, pero a Emmett se le escapó una sonrisa de oreja a oreja que
tenía más de socarrona que de alegre. Yo también sonreí, la verdad.
―Oh. Claro, desde luego, ya
lo he tenido en cuenta. Yo también fui un recién casado una vez ―sonrió el
Vulturis tarado, juntando las manos―. Me he asegurado de que la cama que se ha
escogido para vosotros sea muy amplia, no obstante, si no os parece lo
suficientemente grande, solo tenéis que comunicármelo y os cambiarán de
dormitorio en el acto.
Nessie asintió y le dedicó
otra mirada a la rubia enana, la cual entrecerró los ojos para observarla con
rabia clara.
―Qué amabilidad ―murmuré con
acidez y desconfianza.
―Es lo mínimo que puedo
hacer ―manifestó ese chiflado―. Os he arrancado de vuestro hogar recién
llegados de la luna de miel, y eso me perturba enormemente, créeme ―sí,
seguro―. No hay nada que me guste más que ver a una pareja feliz.
¡Ja! Eso lo dudaba…
La Pitufina seguía mirando a
Nessie con cara de malas pulgas. Ya estaba empezando a mosquearme de vedad,
hasta que Aro se dirigió a ella, entonces su vista se centró súbitamente en él.
―Jane, querida, llévales
hasta sus habitaciones.
―Sí, maestro ―asintió ella
con obediencia plena.
―Ah, por cierto ―dijo de
pronto, antes de que nos diese tiempo a levantar el pie del suelo―. No os
preocupéis por la cena, a vosotros se os llevará comida humana a vuestras
alcobas ―nos anunció a mis hermanos y a mí. Mira tú qué bien, como en un hotel;
el hotel de los horrores, claro. Luego, se dirigió a Nessie―. Y tú, mi hermosa
flor, ¿deseas lo mismo?
―Sí, yo tomaré comida
humana.
―Muy bien ―su asqueroso
semblante de papel cebolla se giró sutilmente para mirar a Doc―. Mi querido
Carlisle, no sé qué ofreceros a vosotros. Os invitaría a cenar con
nosotros más tarde, pero…
Maldito. Y lo decía tan
tranquilo. A saber a cuánta gente inocente iban a asesinar después. No fui el
único que rechinó los dientes, los ocho miembros de mi manada que estaban allí
y Nessie lo hicieron conmigo al unísono. Esto iba a ser más duro de lo que
creíamos.
―No te preocupes ―le cortó
el doctor―. Nosotros nos las arreglaremos por aquí fuera.
Los finos labios del
Vulturis se fruncieron tanto, que apenas se deslumbraba una línea, adoptando
junto con sus cejas una expresión de lástima que me daban ganas de borrarle con
un puñetazo. Todos los demás chupasangres miraban a los Cullen como si fuesen
bichos raros.
―Es una pena ―dijo
finalmente―. En fin, hay un bosque no muy lejos de aquí, tal vez allí
encontréis algo.
―Gracias. Entonces, si nos
disculpas ―habló Carlisle, haciendo una reverencia con la cabeza a modo de
despedida.
Se giró y todos comenzamos a
seguirle a él y a la Pitufina.
―Que descanséis ―nos dijo
ese tarado para los metamorfos.
Sí, aquí seguro.
Como antes, ninguno le
contestó. Nos limitamos a ir detrás de la rubia canija, que salió de la sombría
habitación y nos condujo por esos pasillos horteras y pijos pero que por lo
menos estaban más iluminados.
Nos metió en otra estancia
pequeña donde había un teléfono y esperó afuera mientras nosotros hacíamos las pertinentes
llamadas. Después, salimos nosotros mismos para que siguiera dirigiéndonos a
las habitaciones de ese peculiar hotel de los horrores.
Pasamos por otra puerta que
daba a lo que parecía ser una zona más reservada en esa locura de sitio.
Seguimos caminando por más corredores con el mismo tipo de decoración, solo que
con las alfombras de color vino, y nos fue distribuyendo por distintas
habitaciones. Algunas solamente disponían de sofás, en esas dejó a los Cullen
por parejas, y en otras ya había camas, donde mis hermanos se repartieron.
Entonces, cuando nos tocó el turno a Nessie y a mí, la Pitufina siguió andando
por el pasillo.
―¿Adónde nos llevas? ―quise
saber, sin soltar la mano de mi chica en ningún momento.
―Aro ha dispuesto una
habitación más… íntima para vosotros ―reveló, y al pronunciar íntima, la
voz le cambió.
Continuamos bastantes metros
más y salimos por otra puerta. Esta era la enésima que cruzábamos en este
laberinto de pasillos. Anduvimos otro poco y, por fin, la Pitufina se detuvo
frente a otra puerta.
Metió la llave para abrirla
y dejó la hoja abierta para que pasásemos al interior.
La habitación era bastante
grande y disponía de una enorme y antigua cama de madera maciza de color oscuro
que tenía una redecilla blanca encima, enganchada al dosel, como esas que se
ven en las películas antiguas de reyes y esas cosas. La red estaba anudada
arriba, por lo que el camastro tenía una especie de entrada.
―Vuestra habitación ―nos
anunció con retintín, alzando las llaves para que yo las cogiese.
―Gracias ―se adelantó
Nessie, cogiéndolas de un pequeño zarpazo.
―Bueno, vamos allá, nena
―sonreí, tomándola en brazos como si fuese nuestra luna de miel.
A la rubia canija se le iban
a salir los ojos, de la rabia. Se lo tenía merecido, por acosarme. A ver si con
esto ya le quedaba claro que yo era solo y exclusivo de Nessie y me dejaba en
paz de una maldita vez. Enana tarada.
Comencé a besar a mi chica
con entusiasmo, a la vez que iba entrando en la habitación, y ella correspondió
mis besos de muy buena gana, por supuesto, así que ya no le presté ni la más
mínima atención a la canija. Era imposible, teniendo lo que tenía delante besándome
con ese fervor.
Le di un talonazo a la
puerta y escuché el blam del portazo a mis espaldas.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarKiara: no te preocupes, no me parecio mal tu comentario, para nada, ni siquiera me habia parecido infantil ni nada, jajaja.
Kelly: espero que Cathy se recupere pronto, dale muchos lametones de mi parte ^^ Y si mi historia sirve para animarla, pues me alegro muchisimo!!
MUCHAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR AHI LEYENDOME!!! SOIS LOS MEJORES!!!
Espero que os gusten estos dos capis ;)
Lametones para todos!!
Wow me divertí con los comentarios de jake siempre tan amable jajaja la verdad me encantaron los dos capítulos hasta el próximo. Kiara
ResponderEliminarjaja Me encanta nessie! mori por las cosas que le insinuaba a jane! jaja eso le pasa por buscona y descarada! Veremos si pueden disfrutar alguito de esos vulturis que pareciera que no los dejan en paz nunca!... Un capi hermoso y muy simpático! Me encantoo! jeje Mucha fuerza para continuar escribiendo! B E S O S =)
ResponderEliminarMuy bueno .......asi se demuestra que son una gran familia ( los cullen y la manada), unidos en las buenas y en las malas.........
ResponderEliminara kelly aunque no nos conoscamos por favor dile a cathy que espero se mejore pronto ....mucho animo!!!!
gracias
elsa
bueno esste capi....estuvo de fabulA!!!!RE INTERESANTE!!!!segui...escribiendo...sos la mejor....ese aro lo va a traicionar....jaja mañana el proximo...salu2
ResponderEliminarRealmente me divertí leyendo el capitulo. A Cathy casi le da un infarto de la risa que traía con los comentarios de nessie ( es broma). A ella le encanto y te manda saludos. Gracias Elsa por la preocupación pero ya esta mejor y espero que pronte estemos peleando a ver quien llega primero a la compu.
ResponderEliminarEspero el próximo capitulo con mucha acción y que jake no confié en aro por que lo esta utizando solo para conservar su imperio. Saludos Tamara y hasta el próximo capitulo. ( =
No sabes como mori de risa en este capitulo ajajaja (aunque no lo creas Aro me cae un poquito bien) si lo se lo se estoy loca :D
ResponderEliminarMe encanto el cap estuvo super genial y con ese don que tienes para escribir perfecto!
Ya espero el prox cap! :3
Besos.