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martes, 2 de agosto de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 57: ESTO ES EL HOTEL DE LOS HORRORES



ESTE ES EL SEGUNDO CAPITULO DE HOY, PARA LEER EL PRIMERO PINCHAD EN EL ENLACE DEL CAPITULO 56

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NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enteraras de nada 😉

CAPITULOS:

PARTE UNO: COMIENZO:

RENESMEE:

43. DESPEDIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-43-despedida.html
44. COMIENZO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-44-comienzo.html
45. CELEBRACION: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-45-celebracion.html
46. FUEGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-46-fuego.html
47. NADAR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-47-nadar.html
48. EXTRAÑO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/este-es-el-segundo-capitulo-de-hoy-para_26.html
49. REY Y REINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-49-rey-y-reina.html
50. EN CASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-50-en-casa.html
51. BUSQUEDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-51-busqueda.html

JACOB:

52. HAY QUE VER LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-52-hay-que-ver-las.html
53. DIOS, ESTO ES PARA TIRARSE UN TIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-53-dios-esto-es-para.html
54. ¡¿Y AHORA ME PIDE ESTO?! INCREIBLE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-54-y-ahora-me-pide.html
55. CUANDO UNO LE VE LAS OREJAS AL LOBO...: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-55-cuando-uno-le-ve.html
56. NEGOCIANDO CON LOS HERMANOS MARX: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-56-negociando-con.html


ESTO ES EL HOTEL
DE LOS HORRORES


―No sé, Jake, esto no me gusta ni un pelo ―dudó Sam, después de que yo les soltase toda la parrafada de lo que había ocurrido―. Está claro que esos Vulturis están tramando algo.
―Esto es una locura ―siguió Jared, llevándose la mano a la cabeza.
―Sí, estoy de acuerdo con los dos ―asentí con nerviosismo, poniendo mi mano suelta en la cintura―. Pero no me queda más remedio que aceptar esa maldita alianza, simbiosis o como narices quiera llamarlo Aro ―gruñí―. Está claro que alguien tiene a Bella y a los otros, todos vimos esas pistas en ese bosque de Forks, y mientras no nos topemos con algo que nos indique que los tienen los Vulturis, no nos queda otra que creer la versión de ese chiflado decrépito.
―¿Y si husmeamos por aquí? ―propuso Shubael con un cuchicheo metamorfo.
―¿Estás loco? ―objetó Isaac en el mismo volumen de voz―. Aquí no podemos transformarnos, se nos echarían encima todos esos chupasangres, y si no cambiamos de fase, somos demasiado vulnerables. Eso sin contar con que tenemos guardaespaldas todo el tiempo.
―Isaac tiene razón, es imposible ―suspiró Seth.
―Pues eso, no hay ninguna manera de saberlo, así que no tengo más remedio que seguirle la corriente a los Vulturis hasta que demos con la verdad ―afirmé, resoplando.
―No me hace nada de gracia que nos aliemos con ellos ―declaró Sam otra vez con disgusto―. En toda la historia de la tribu, jamás habíamos hecho este tipo de alianzas con vampiros. Una cosa es un tratado, y otra muy distinta esto.
―Lo sé, yo también lo odio. Esto es un asco ―resoplé otra vez, revolviéndome el pelo durante un instante mientras miraba a un lado para quitar la frustración y la rabia que me producía todo esto. Después, posé mis dedos sobre mi cintura de nuevo y les miré con determinación―. Escuchad, no obligo a nadie a que se una. El que quiera irse es libre de hacerlo. Pero yo tengo que seguir con esto, Bella es mi amiga, mi familia, y no puedo negarme, tenéis que entenderlo ―Nessie apretó mi mano con gratitud―. Vosotros podéis marcharos a casa, si queréis, yo nunca obligaré a nadie a hacer algo que no quiera, ya lo sabéis.
―¿Qué dices? ¿Y perdernos una batalla en la que podemos liquidar a un montón de chupasangres? ―se rio Paul―. Ni hablar, tío. Yo me quedo.
―Yo también ―se unió Quil.
―Y yo ―se contó Embry.
―Sabes que yo siempre estaré de tu lado ―siguió Seth, sonriéndome.
―Venga ya, iremos todos, chaval ―afirmó Shubael.
―Cuenta con todos nosotros ―ratificó Sam.
―No estáis obligados ―dijo Nessie, preocupada―. La mayoría de vosotros estáis imprimados, y entendería perfectamente que quisierais volver a casa.
Sí, daba la casualidad de que seis de los ocho estaban imprimados, y yo sabía cuánto les costaba estar lejos de ellas.
―No te preocupes ―le calmó Sam―. Vuestro matrimonio ha unido a tu familia con la tribu. Además, yo todavía estoy en deuda con tu familia por haber pagado el tratamiento de Emily. Si no hubiera sido por ellos, Emily no se hubiera curado. Le han salvado la vida, y eso no lo olvidaré jamás ―manifestó, dándole a su voz un tono honorífico.
Sí, eso también lo sabía. Eso hacía que, para él, ayudar a los Cullen fuera un honor.
―Os lo agradezco mucho, chicos. No sé cómo podré pagaros vuestra ayuda ―habló mi chica, emocionada.
La atraje hacia mí y solté su mano para rodear su hombro con mi brazo, pegándola bien a mi costado. Ella pasó los suyos por mi cintura para abrazarme.
―Déjate de pagar. ¿Para qué está la familia? ―afirmó Isaac con una enorme sonrisa.
―Tú formas parte de la manada, en cierto modo ―continuó Jared―. Y los hermanos siempre nos ayudamos entre nosotros.
―Sí, somos una piña ―añadió Seth.
―Muchas gracias, chicos ―repitió mi chica en el mismo tono de antes.
―No te preocupes, todo saldrá bien, ya lo verás ―le dijo Sam, asintiendo con confianza.
Nessie asintió también, pero alzó el rostro para mirarme todavía con preocupación. Le sonreí, le di un beso en la frente y froté su brazo con mi mano para alentarla un poco.
―Tendríamos que llamar a más miembros de la manada ―opinó Sam―. No podemos arriesgarnos a ser tan pocos si después se tuercen las cosas.
―Sí, estoy contigo ―coincidí―. Los llamaré en cuanto termine esa dichosa reunión con esos vejestorios pasados de moda.
A Seth le hizo gracia mi frase y se rio.
―A mí me gustaría que me dejasen llamar a casa y a Kim, ya sabes, para avisar de que no voy a ir en una temporada ―declaró Jared, metiéndose las manos en los bolsillos de ese pantalón tan viejo y raído.
―Mierda, yo también tengo que avisar en casa, si no Rachel me matará ―aseguró Paul, torciendo el gesto para adoptar uno de dolor.
―¡Uf! Y más ahora que está tan sensible. No hay quién la aguante ―soltó Shubael, haciendo que los mechones que caían sobre su frente se alzaran con un resoplido.
―¿Por qué? ¿Qué le pasa? ―pregunté con una risilla un tanto maléfica al imaginármela corriendo con la escoba detrás de Paul.
Mi cuñado le dio una colleja a Shubael para regañarle y eso ya me mosqueó algo.
Se hizo un silencio en el que todos se miraron entre sí, menos Nessie y yo, que lo hicimos el uno con el otro sin entender nada.
―¿Qué le pasa? ―quise saber, ahora preocupado, observándoles de nuevo.
―Nada, no es nada malo ―aseguró Seth, mirando a Paul de reojo como si le estuviese pidiendo permiso o algo así.
Empecé a ponerme nervioso y Nessie pasó a ser la que me acariciaba la espalda para calmarme.
―Maldita sea, decídmelo de una vez ―protesté―. ¿Es que está enferma? ¿Tiene… algo grave?
Oír esta frase, aunque fuese en una pregunta y saliendo por mi propia boca, ya me puso histérico.
―Está embarazada ―espetó Paul, observándome con precaución.
Necesité de unos segundos para despejar esos nubarrones oscuros que mi mente ya había comenzado a tejer sobre mi hermana, creyendo que ya tenía algo malo.
―¿Rachel está embarazada? ―Nessie reaccionó antes que yo y habló con una alegría desbordante―. ¡Es genial! ―exclamó con una risa, soltándome para abalanzarse hacia Paul en un abrazo―. ¡Enhorabuena, Paul!
―Gracias ―sonrió él, orgulloso.
―Vaya, qué susto me habéis dado ―reí, aliviado―. Así que embarazada, ¿eh? Bueno, enhorabuena, tío.
―Gracias ―volvió a sonreír―. Y vosotros también. Enhorabuena, vais a ser tíos.
Los chicos sonrieron y yo recibí alguna palmada en el brazo que otra.
Paul y yo nos dimos un abrazo cuando Nessie nos dejó vía libre, y también nos palmeamos la espalda con entusiasmo. Aunque, bueno, eso de pensar en un mini Paul dándome la brasa...
Me despegué de él y volví a coger a mi chica de la mano.
―Qué guay, vamos a ser tíos ―rio ella.
―Ya somos tíos ―le recordé.
―Sí, bueno, pero esto es diferente ―alegó, sonriendo sin parar―. Me refiero a que a los otros sobrinos no les vemos nunca, bueno, a decir verdad, yo solamente les he visto dos veces en mi vida: en la boda de Paul y Rachel, y en la nuestra. En cambio a este prácticamente le vamos a ver nacer, le tendremos en los brazos, jugaremos con él, le veremos crecer y le conoceremos más a fondo.
Su cara llena de ilusión hizo que el chisporroteo de mi estómago saltase sin control, ilusionándome a mí también, aunque por otro motivo un poco diferente. Sí, bueno, vale, ella quería esperar y yo estaba de acuerdo, teníamos muchos años por delante y los dos queríamos disfrutar de lo nuestro a solas una temporada larga. Pero no podía negar que el imaginármela con el vientre abultado por llevar un bebé mío, nuestro bebé, hacía que babease sin control. Vale, vale, está bien, quería disfrutar de ella a solas unos cuantos años, pero tenía que reconocerlo, no me importaría nada que ella se quedase embarazada ahora mismo, pero nada de nada, vamos, sería el hombre más feliz del universo entero.
Nessie se dio cuenta de mi mirada de idiota atontado y no pudo evitar sonrojarse algo. También percibí cómo su corazón se aceleraba un poco, eso hizo que el mío pegase un salto, ilusionado, para acompasar al suyo.
―Y vosotros sois sus padrinos ―le dijo Seth, sonriendo de oreja a oreja.
―Sí, es verdad, somos sus padrinos ―volvió a reír Nessie con esa alegría de antes―. ¿Y de cuánto está? ―inquirió.
―De dos meses y medio ―reveló Paul, volviendo a mirarme con cautela.
―¿Y por qué no nos lo dijisteis antes? ―le regañé un poco.
―Porque ella misma no se dio cuenta de que estaba embarazada hasta que no pasó un mes ―empezó a explicar―. Se quedó en estado justo después de su último periodo, por eso tardó tanto en saberlo. Hasta que no vio que tenía un retraso en el siguiente, no lo supimos. Y cuando lo descubrimos, tú te marchaste con Nessie a esa montaña de Canadá y os casasteis y os fuisteis de luna de miel, etcétera, etcétera, así que hasta ahora no he podido decíroslo.
Hice una mueca que decía claramente: es verdad, porque tenía razón.
Entonces, caí en una cosa.
―Oye, estoy pensando que tal vez deberías regresar a casa, ya sabes, para estar con Rachel ―le dije, siguiendo el hilo de mis pensamientos―. Los primeros meses del embarazo son los peores, ¿no? Ella se disgustará mucho con esto, se preocupará…
―Sabía que no tenía que decírtelo hasta que todo esto se terminase ―me interrumpió con un quejido―. No me digas estas cosas, sabes que ella es lo primero para mí y que lo dejaría todo atrás para irme a su lado ―cogió aire y lo soltó en un suspiro largo―. Pero también quiero ayudar a la manada ―afirmó con determinación―, y si me dices esto, me pondrás las cosas más difíciles.
―Ya os dije antes que el que se quiera ir es libre de hacerlo.
―Para mí es un honor ayudar al Gran Lobo ―declaró con más determinación y esa respetabilidad que me sacaba de quicio.
Oh, no, ya empezábamos con todo ese rollo del respeto. Lo mejor era cortar esto de raíz, antes de que se pusiera a hacerme reverencias o algo.
―Vale, vale, chico, perdona ―me disculpé―. Tú sabrás.
Asintió y dio el tema por zanjado.
―Tendrás que pedirle a ese Aro que nos deje llamar por teléfono ―intervino Sam, haciendo que nos acordásemos del porqué de toda esta conversación.
―Sí, no te preocupes, se lo pediré ―le aseguré.
―Y no podremos bajar la guardia en ningún momento ―siguió―. Tendremos que tener mucho cuidado, estar preparados, esto podría ser una trampa para atraparte o matarte.
Noté cómo los dedos de Nessie se agarrotaban entre los míos. Apreté su mano para infundirle confianza.
―Lo sé. Llamaré a Leah para que venga con más gente ―resolví en voz alta―. La otra vez me echó una buena bronca por dejarla en La Push y hacer que se perdiera la fiesta, así que esta vez será mejor que venga.
―Mejor, así os pondrá al hilo a todos ―afirmó Nessie con una risilla.
―Ni que lo digas ―resopló Quil.
En ese momento, alguien picó a la puerta. Todos nos giramos para mirar y vimos cómo la misma se abría y el pelirrojo se dejaba ver por allí.
―Aro os reclama para seguir con la reunión ―nos anunció.
―¿Nos… reclama? ―resaltó Jared con desagrado.
―Venga, vamos ―le quité importancia, dándole un pequeño codazo para que se moviese mientras yo tiraba de Nessie y ya echaba a andar.
Salimos de esa sala, siguiendo al pelirrojo, y nos volvimos a meter en el agujero privado de los Vulturis, donde continuaban estando el resto de los Cullen y todos los chupasangres de antes. Nos colocamos junto a los primeros, mis hermanos sin dejar esas poses de alerta e incomodidad, y Aro reanudó la reunión.
Tuvimos un intenso debate sobre estrategias donde lo primordial para nosotros era la seguridad de Bella y el resto, y para esos asquerosos decrépitos era ganar a toda costa, aunque no duró mucho. Según ese chiflado de Aro, conmigo la batalla era pan comido. Lo único que tenía que hacer era anular la barrera de Bella y los dones de nuestros contrincantes. Sabíamos que Bella, Edward, Alice y Jasper iban a estar en manos de Vladimir y Stefan, muy cerca de ellos, más bien pegados, ya que lo más probable es que estos se cubrieran las espaldas con ellos, así que seguramente no podía usar mi poder espiritual tan a la ligera. Y ahí es donde entraba la guardia de los Vulturis, los demás Cullen y mis lobos. Eso suponía que también habría una batalla física, cosa que a Nessie no le gustó nada, y a mí tampoco, por ella. No quería que luchase, era demasiado peligroso, aunque Aro insistía en la ventaja que teníamos por el factor sorpresa. Según ese tarado, Vladimir y Stefan nunca se esperarían ver a los lobos por allí. En fin, ya veríamos.
―Bueno, a mi parecer, ya ha quedado todo muy claro ―habló Aro, mostrando una estúpida sonrisita de satisfacción―. ¿Alguien tiene alguna duda o pregunta? ¿Algo más que aportar?
No sé por qué me daba que esto no solía preguntarlo mucho.
―Sí ―hablé yo―. Necesitamos un teléfono para llamar a casa y avisar al resto de mi manada.
―Lo tendréis ―accedió él―. Jane os llevará a un teléfono ahora mismo.
―Vale ―asentí.
―¿Algo más? ―inquirió, alzando esas cejas para mirarnos con expectación.
Nadie dijo ni mu.
―Bien, entonces que Jane os muestre vuestras alcobas ―dijo, haciéndole un sutil gesto con la mano a la rubia canija para que esta se adelantase en esa especie de formación de la guardia―. Algunas las hemos preparado para vosotros ―afirmó, dirigiéndose a mis hermanos, a mí y a Nessie―. Como comprenderéis, en esta morada nadie duerme, es por eso que hemos tenido que arreglar las camas con urgencia, pero ya está todo listo.
―Espero que la nuestra sea bien grande ―espetó Nessie, alzando la barbilla con exigencia.
La rubia canija osciló sus pupilas para mirarla de reojo con desagrado pleno.
―Por supuesto, mi preciosa Renesmee ―peloteó Aro―. Todas son muy amplias, hemos reparado en esa altura de la que gozan mis queridos metamorfos y os hemos dejado las habitaciones que tienen las camas más grandes.
―No lo decía por eso. Lo decía porque mi marido y yo necesitamos mucho espacio para movernos. Bueno, tú ya me entiendes ―soltó como si tal cosa, eso sí, dedicándole una miradita y una sonrisita a la Pitufina mientras Cayo resoplaba algo por lo bajo con ese semblante arrugado en enfado.
La canija estuvo a punto de romper sus muelas, pero a Emmett se le escapó una sonrisa de oreja a oreja que tenía más de socarrona que de alegre. Yo también sonreí, la verdad.
―Oh. Claro, desde luego, ya lo he tenido en cuenta. Yo también fui un recién casado una vez ―sonrió el Vulturis tarado, juntando las manos―. Me he asegurado de que la cama que se ha escogido para vosotros sea muy amplia, no obstante, si no os parece lo suficientemente grande, solo tenéis que comunicármelo y os cambiarán de dormitorio en el acto.
Nessie asintió y le dedicó otra mirada a la rubia enana, la cual entrecerró los ojos para observarla con rabia clara.
―Qué amabilidad ―murmuré con acidez y desconfianza.
―Es lo mínimo que puedo hacer ―manifestó ese chiflado―. Os he arrancado de vuestro hogar recién llegados de la luna de miel, y eso me perturba enormemente, créeme ―sí, seguro―. No hay nada que me guste más que ver a una pareja feliz.
¡Ja! Eso lo dudaba…
La Pitufina seguía mirando a Nessie con cara de malas pulgas. Ya estaba empezando a mosquearme de vedad, hasta que Aro se dirigió a ella, entonces su vista se centró súbitamente en él.
―Jane, querida, llévales hasta sus habitaciones.
―Sí, maestro ―asintió ella con obediencia plena.
―Ah, por cierto ―dijo de pronto, antes de que nos diese tiempo a levantar el pie del suelo―. No os preocupéis por la cena, a vosotros se os llevará comida humana a vuestras alcobas ―nos anunció a mis hermanos y a mí. Mira tú qué bien, como en un hotel; el hotel de los horrores, claro. Luego, se dirigió a Nessie―. Y tú, mi hermosa flor, ¿deseas lo mismo?
―Sí, yo tomaré comida humana.
―Muy bien ―su asqueroso semblante de papel cebolla se giró sutilmente para mirar a Doc―. Mi querido Carlisle, no sé qué ofreceros a vosotros. Os invitaría a cenar con nosotros más tarde, pero…
Maldito. Y lo decía tan tranquilo. A saber a cuánta gente inocente iban a asesinar después. No fui el único que rechinó los dientes, los ocho miembros de mi manada que estaban allí y Nessie lo hicieron conmigo al unísono. Esto iba a ser más duro de lo que creíamos.
―No te preocupes ―le cortó el doctor―. Nosotros nos las arreglaremos por aquí fuera.
Los finos labios del Vulturis se fruncieron tanto, que apenas se deslumbraba una línea, adoptando junto con sus cejas una expresión de lástima que me daban ganas de borrarle con un puñetazo. Todos los demás chupasangres miraban a los Cullen como si fuesen bichos raros.
―Es una pena ―dijo finalmente―. En fin, hay un bosque no muy lejos de aquí, tal vez allí encontréis algo.
―Gracias. Entonces, si nos disculpas ―habló Carlisle, haciendo una reverencia con la cabeza a modo de despedida.
Se giró y todos comenzamos a seguirle a él y a la Pitufina.
―Que descanséis ―nos dijo ese tarado para los metamorfos.
Sí, aquí seguro.
Como antes, ninguno le contestó. Nos limitamos a ir detrás de la rubia canija, que salió de la sombría habitación y nos condujo por esos pasillos horteras y pijos pero que por lo menos estaban más iluminados.
Nos metió en otra estancia pequeña donde había un teléfono y esperó afuera mientras nosotros hacíamos las pertinentes llamadas. Después, salimos nosotros mismos para que siguiera dirigiéndonos a las habitaciones de ese peculiar hotel de los horrores.
Pasamos por otra puerta que daba a lo que parecía ser una zona más reservada en esa locura de sitio. Seguimos caminando por más corredores con el mismo tipo de decoración, solo que con las alfombras de color vino, y nos fue distribuyendo por distintas habitaciones. Algunas solamente disponían de sofás, en esas dejó a los Cullen por parejas, y en otras ya había camas, donde mis hermanos se repartieron. Entonces, cuando nos tocó el turno a Nessie y a mí, la Pitufina siguió andando por el pasillo.
―¿Adónde nos llevas? ―quise saber, sin soltar la mano de mi chica en ningún momento.
―Aro ha dispuesto una habitación más… íntima para vosotros ―reveló, y al pronunciar íntima, la voz le cambió.
Continuamos bastantes metros más y salimos por otra puerta. Esta era la enésima que cruzábamos en este laberinto de pasillos. Anduvimos otro poco y, por fin, la Pitufina se detuvo frente a otra puerta.
Metió la llave para abrirla y dejó la hoja abierta para que pasásemos al interior.
La habitación era bastante grande y disponía de una enorme y antigua cama de madera maciza de color oscuro que tenía una redecilla blanca encima, enganchada al dosel, como esas que se ven en las películas antiguas de reyes y esas cosas. La red estaba anudada arriba, por lo que el camastro tenía una especie de entrada.
―Vuestra habitación ―nos anunció con retintín, alzando las llaves para que yo las cogiese.
―Gracias ―se adelantó Nessie, cogiéndolas de un pequeño zarpazo.
―Bueno, vamos allá, nena ―sonreí, tomándola en brazos como si fuese nuestra luna de miel.
A la rubia canija se le iban a salir los ojos, de la rabia. Se lo tenía merecido, por acosarme. A ver si con esto ya le quedaba claro que yo era solo y exclusivo de Nessie y me dejaba en paz de una maldita vez. Enana tarada.
Comencé a besar a mi chica con entusiasmo, a la vez que iba entrando en la habitación, y ella correspondió mis besos de muy buena gana, por supuesto, así que ya no le presté ni la más mínima atención a la canija. Era imposible, teniendo lo que tenía delante besándome con ese fervor.
Le di un talonazo a la puerta y escuché el blam del portazo a mis espaldas.

7 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^

    Kiara: no te preocupes, no me parecio mal tu comentario, para nada, ni siquiera me habia parecido infantil ni nada, jajaja.

    Kelly: espero que Cathy se recupere pronto, dale muchos lametones de mi parte ^^ Y si mi historia sirve para animarla, pues me alegro muchisimo!!

    MUCHAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR AHI LEYENDOME!!! SOIS LOS MEJORES!!!

    Espero que os gusten estos dos capis ;)
    Lametones para todos!!

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  2. Wow me divertí con los comentarios de jake siempre tan amable jajaja la verdad me encantaron los dos capítulos hasta el próximo. Kiara

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  3. jaja Me encanta nessie! mori por las cosas que le insinuaba a jane! jaja eso le pasa por buscona y descarada! Veremos si pueden disfrutar alguito de esos vulturis que pareciera que no los dejan en paz nunca!... Un capi hermoso y muy simpático! Me encantoo! jeje Mucha fuerza para continuar escribiendo! B E S O S =)

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  4. Muy bueno .......asi se demuestra que son una gran familia ( los cullen y la manada), unidos en las buenas y en las malas.........
    a kelly aunque no nos conoscamos por favor dile a cathy que espero se mejore pronto ....mucho animo!!!!
    gracias
    elsa

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  5. bueno esste capi....estuvo de fabulA!!!!RE INTERESANTE!!!!segui...escribiendo...sos la mejor....ese aro lo va a traicionar....jaja mañana el proximo...salu2

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  6. Realmente me divertí leyendo el capitulo. A Cathy casi le da un infarto de la risa que traía con los comentarios de nessie ( es broma). A ella le encanto y te manda saludos. Gracias Elsa por la preocupación pero ya esta mejor y espero que pronte estemos peleando a ver quien llega primero a la compu.
    Espero el próximo capitulo con mucha acción y que jake no confié en aro por que lo esta utizando solo para conservar su imperio. Saludos Tamara y hasta el próximo capitulo. ( =

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  7. No sabes como mori de risa en este capitulo ajajaja (aunque no lo creas Aro me cae un poquito bien) si lo se lo se estoy loca :D
    Me encanto el cap estuvo super genial y con ese don que tienes para escribir perfecto!
    Ya espero el prox cap! :3
    Besos.

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