NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enterarás de nada 😉
CAPITULOS:
PARTE UNO: COMIENZO:
RENESMEE:
48. EXTRAÑO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/este-es-el-segundo-capitulo-de-hoy-para_26.html
JACOB:
52. HAY QUE VER LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-52-hay-que-ver-las.html
53. DIOS, ESTO ES PARA TIRARSE UN TIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-53-dios-esto-es-para.html
54. ¡¿Y AHORA ME PIDE ESTO?! INCREIBLE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-54-y-ahora-me-pide.html
55. CUANDO UNO LE VE LAS OREJAS AL LOBO...: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-55-cuando-uno-le-ve.html
56. NEGOCIANDO CON LOS HERMANOS MARX: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-56-negociando-con.html
57. ESTO ES EL HOTEL DE LOS HORRORES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-57-esto-es-el-hotel.html
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
60. ESTÁ MÁS QUE CANTADO LO QUE VA A PASAR AQUÍ: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-60-esta-mas-que.html
61. ¡NO, MALDITA SEA! ¡NESSIE, NO VAYAS!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-61-no-maldita-sea.html
62. HONOR (PARÉNTESIS RENESMEE): http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-62-honor-parentesis.html
63. CUANDO CREÍAS QUE YA NO IBA A PASAR NADA PERO, VA Y SUCEDE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-63-cuando-creias-que.html
64. ¡JA! ¡CHUPAOS ESA!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-64-ja-chupaos-esa.html
65. ¡ASÍ QUE ESTO ES LO QUE QUERÍAS, ARO!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-65-asi-que-esto-es.html
66. SI TENGO QUE ELEGIR UN ÚLTIMO DESEO, LO TENGO MUY CLARO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-66-si-tengo-que.html
67. TIC, TAC, TIC, TAC. EL MOMENTO DE LA BATALLA FINAL SE ACERCA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-67-tic-tac-tic-tac.html
68. COMO SIEMPRE, TODO EL PESO RECAE SOBRE MIS HOMBROS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-68-como-siempre-todo.html
69. ¡¿QUÉ?! ¡ESTO ES IMPOSIBLE, IMPOSIBLE!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-69-que-esto-es.html
CUANDO UNO NO TIENE CONFIANZA EN SÍ MISMO, PASA LO QUE PASA
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
60. ESTÁ MÁS QUE CANTADO LO QUE VA A PASAR AQUÍ: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-60-esta-mas-que.html
61. ¡NO, MALDITA SEA! ¡NESSIE, NO VAYAS!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-61-no-maldita-sea.html
62. HONOR (PARÉNTESIS RENESMEE): http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-62-honor-parentesis.html
63. CUANDO CREÍAS QUE YA NO IBA A PASAR NADA PERO, VA Y SUCEDE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-63-cuando-creias-que.html
64. ¡JA! ¡CHUPAOS ESA!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-64-ja-chupaos-esa.html
65. ¡ASÍ QUE ESTO ES LO QUE QUERÍAS, ARO!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-65-asi-que-esto-es.html
66. SI TENGO QUE ELEGIR UN ÚLTIMO DESEO, LO TENGO MUY CLARO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-66-si-tengo-que.html
67. TIC, TAC, TIC, TAC. EL MOMENTO DE LA BATALLA FINAL SE ACERCA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-67-tic-tac-tic-tac.html
68. COMO SIEMPRE, TODO EL PESO RECAE SOBRE MIS HOMBROS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-68-como-siempre-todo.html
69. ¡¿QUÉ?! ¡ESTO ES IMPOSIBLE, IMPOSIBLE!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-69-que-esto-es.html
CUANDO UNO NO TIENE CONFIANZA EN SÍ MISMO, PASA LO QUE PASA
No podía creerlo.
Mi círculo de luz brillante
se transformó en una densa nube de polvo, consistente en minúsculas virutas
chispeantes, y ante nuestras atónitas pupilas salió disparada hacia ese maldito
medallón. Este palpitó una sola vez y engulló toda la nube, sorbiéndola con
verdaderas ganas.
Pero, ¡¿qué…?! ¡¿Qué
demonios había pasado?! ¡¿Cómo que esa cosa estaba absorbiendo mi poder
espiritual?! ¡¿Por eso me encontraba tan débil?! Sí, maldición, era como si esa
tela negra me hubiera succionado la energía, aunque ahora parecía que esa
mierda había dejado de hacerlo.
¡Cuidado!, gritó Michael.
Mi vista se fue súbitamente
hacia arriba y mis desquiciados ojos se abrieron como platos cuando vi cómo esa
maldita tela negra, la cual nacía de la pupila de ese medallón, se echaba sobre
nosotros con rabia, igual que la red de un barco pesquero.
¡Mierda! ¡Mierda! Ahora
estábamos totalmente desprotegidos.
―¡¿Qué está pasando?!
―repitió Bella sin entender nada.
Pero nadie la pudo
contestar.
Ya estaba a punto de
ordenarle a Nessie que escapara, cuando, de repente, una luz brillante que
provenía de mi lado izquierdo pasó por delante de mis narices con una rapidez
vertiginosa. En una milésima de segundo, una membrana que brillaba del mismo
modo nos cubrió a todos, creándose una burbuja a nuestro alrededor. Giré la
cabeza y vi que era la pulsera de mi chica, que había erigido su barrera.
¡Genial!, aclamó Seth, pisándome a mí.
Esa maléfica tela negra se
estampó en la burbuja y no llegó a nosotros, pero al igual que había hecho con
mi barrera se quedó sobre ella para comenzar a bombear. Parecía una maldita
ventosa.
¡Y una mierda! ¡Otra vez no!
Esa barrera era lo único que nos quedaba.
Ni me lo pensé. Tenía pocas
fuerzas, pero las suficientes como para crear mi elipse. La erigí rápidamente y
la lancé contra esa tela negra con ira. Como si fuera un frisbee, mi círculo elíptico chocó con esa masa negra que estaba
pegada a nuestra burbuja protectora, haciendo que por fin se despegase y
saliera despedida hacia arriba, otra vez en forma de chorro azabache.
¡Bien, Jake!,
exclamó Shubael.
¿Estás bien?, me preguntó Nessie, mirándome preocupada.
Sí, no te preocupes, le dije para tranquilizarla.
―¡¿Qué está pasando?! ―quiso
saber Bella por enésima vez.
―El medallón ha absorbido
parte del poder espiritual de Jacob y nos ha dejado sin barrera, pero la pulsera
de Renesmee ha erigido una nueva ―empezó a aclarar Edward mientras mi elipse
giraba y giraba sin parar con el fin de que ese chorro no se acercase a la
barrera―. Ahora Jacob está tratando de que esa energía negra no haga lo mismo
con esta burbuja que nos protege. Su elipse está luchando con ese… chorro
azabache ―terminó, usando el mismo término que yo para denominar a esa magia
negra que nos atacaba.
―Este medallón es
impresionante, ¿no crees? ―sonrió Aro.
¡Arg! Su sonrisa chulesca y
arrogante me daba asco, ¡asco!
¡Maldito chupasangres!, rugí al tiempo que hacía girar mi elipse,
sujetándola desde el núcleo.
El chorro negro chocaba con
la misma al intentar llegar a la burbuja. Bella seguía sosteniendo su escudo
delante de nosotros, para evitar cualquier ataque de los hermanos canijos o de
cualquiera de las sanguijuelas que teníamos enfrente.
―Ahora este medallón está
dotado de más poder ―siguió esa momia chiflada, ignorando mis protestas por
completo―, y gozará de más cuando termine de absorber todo el poder espiritual
del Gran Lobo.
No sé por qué, pero en ese
momento me dio por fijarme en el semblante del cinéfilo pelirrojo. No estaba
grabando, ya que sus ojos rojos brillaban y se veían despiertos, y, a
diferencia del resto de la chusma que le acompañaba, su cara mostraba una
cautela que me extrañó. Casi diría que dudaba de lo que su jefe decía. No era
desconfianza en Aro, claro está, pero era como si no se fiase mucho de que ese
medallón fuera capaz de hacer lo que su dueño afirmaba.
―No estés tan seguro, Aro
―rebatió Edward con un semblante tan serio que daba hasta miedo―. Nadie puede
invertir ya la profecía, es mejor que os rindáis.
¡¿Rendirse?!,
chisté, indignado. ¡Lo que tienen que
hacer es morir!
Esas estúpidas sonrisitas de
los Vulturis y su chusma me hirvieron la sangre. ¡Malditos!
―Deberíais rendiros
vosotros, mi querido Edward ―discutió ese chiflado, hablando con esa vanidad
que me sacaba de quicio―. No queda mucho para que el medallón absorba el poder
espiritual de Jacob, y entonces no me quedará más remedio que impartir la
justicia que merecéis. A no ser… que os unáis a nosotros. Seré indulgente y os
perdonaré la vida si la dedicáis a servirnos.
¡Nosotros no somos los esclavos de nadie!, esta vez rugí más fuerte.
Toda mi manada acompañó mi
rugido, imitándome, a la vez que yo empujaba ese chorro de magia negra con
furia, enviándolo al infierno.
Aunque volvió. ¡Maldita sea!
En un chasquido, mi elipse y esa energía negra iniciaron otra batalla, chocando
la una con la otra, como dos ávidas espadas. Lo malo es que yo estaba bastante
débil, no sabía cuánto aguantaría así. ¡Mierda!
―¿Sabes? No deberías
menospreciar el poder del Gran Lobo ―intervino Emmett, mirándole con enfado―.
Machacará a ese medallón y luego os machacará a vosotros.
Ugh. Tampoco hacía falta que
lo dijera tan alto.
―Mi querido Emmett ―Aro hizo
unas negaciones con la cabeza al tiempo que fingía un repulsivo semblante
tristón y me miraba a mí. Imbécil arrogante―, siento tener que contradecirte,
pero eso no será así ―por fin se quedó quieto, pero para observar a Em,
estudiándole con esa mirada podrida―. Me gustaría tenerte a ti también entre
mis filas ―se giró y miró a su guardia, para, finalmente, volverse hacia él de
nuevo―. Tú y Felix haríais un buen dúo, sería una pena que desaprovechases esta
oportunidad.
Rosalie le siseó con rabia.
―El único dueto que yo
quiero hacer con Felix es el de una pelea ―declaró Emmett, dedicándole una
mirada y una sonrisa socarrona al mencionado―. No me interesa unirme a tu
guardia.
El grandullón correspondió
su misma sonrisa, aceptando ese reto silencioso.
―Ninguno de nosotros se
rendirá ―confirmó Edward―. Y desde luego no pensamos prestaros servicio alguno.
Genial. Pues mi elipse cada
vez pesaba más, cada vez me costaba más manejarla, interceptar los embistes de
este maldito chorro negro.
―¡No malgastemos en pláticas
con ellos, Aro! ―protestó la momia canosa, clavando ese ceño blanco sobre sus
asquerosos y semitransparentes párpados―. ¡Terminemos con esto de una vez por
todas!
―Vosotros lo habéis querido
―habló el Vulturis chiflado con una voz de ultratumba, aceptando la petición de
Cayo.
Ay, no, espera un poco a que
me recupere…
Jake, ¿qué te pasa?, quiso saber Nessie, preocupada, al ver mi
pensamiento.
Su pregunta era la de todos,
que escuchaban expectantes, incluido Edward.
¿Eh? Nada, nada…, intenté disimular.
Pero ella me conocía
demasiado bien, y, bueno, acababa de ver lo que pasaba por mi tarro, como el
resto.
No le dio tiempo de decirme
nada, ni a los demás tampoco. El medallón obedeció a su nuevo amo enseguida.
Ese dichoso chorro negro se
retiró hacia atrás, dándome un respiro. Pero solo era momentáneo, claro, porque
en cuanto el ojo carmesí del medallón lo guardó, aspirándolo con velocidad, soltó
otro de color rojo oscuro, como el que me había lanzado ayer.
Sí, maldita sea, ese manguerazo
sanguinolento se estampó contra mi elipse con esa violencia y crueldad
despiadada que había sentido en el día anterior, y, como entonces, toda mi
pelambrera se puso de punta cuando sentí ese contacto.
No es por excusarme, pero mis
fuerzas no eran las más idóneas y me sentía bastante fatigado, sinceramente, así
que no fui capaz de soportar el embate de ese torpedo rojo. Mi elipse salió
disparada hacia atrás y se quedó dando vueltas como si fuera una veleta vapuleada
por un furioso huracán.
¡Mierda!
Intenté agarrarla por el
centro, pero la fuerza centrífuga de los giros era muy fuerte y no había quién
la sujetase.
¡Mierda, mierda!
¡Jake!, me avisó Leah con frenetismo.
¡No, maldita sea!, mascullé, furioso.
El chorro rojo se estrelló
contra la burbuja que erigía la pulsera de Nessie y la rompió en mil pedazos,
los cuales salieron despedidos a todas partes como diminutas partículas
brillantes.
―¡La barrera! ―gritó Edward
para avisar al resto, haciendo que todos se agazapasen como acto reflejo.
El maldito medallón absorbió
esa nueva nube dorada, llevándose el poder de la pulsera.
―¡Nooo! ―chilló Nessie,
colocando su mano sobre el aro de cuero.
Este intentó erigir otra
burbuja, pero le fue imposible. Por más que latía y se esforzaba, no salía
nada. Podía sentir su desesperación.
Ahora sí. Esto se había
puesto demasiado feo.
¡Nessie…!
Mi orden de que ella
escapase se quedó trabada en mi garganta cuando vi que el manguerazo rojo se
retiraba hacia atrás, metiéndose en el medallón.
¡¿Por qué ha hecho eso?!, inquirió Quil, nervioso.
¡Podía habernos atacado!, siguió Embry.
¡No lo sé!, reconocí, neurótico perdido, todavía tratando de
controlar mi desbocada elipse.
Ya no sabía qué pensar.
Aunque la respuesta vino
rápido.
Ese vejestorio chiflado y
mohoso alzó su tísica mano, y con un paso firme y súbito los cinco magos de
rojo, más esos desgraciados e hipnotizados de Nikoláy, Ruslán y Razvan, avanzaron
para salir de su fila, con los brazos ya levantados.
¡¿Y ahora qué?!, protestó Cheran.
¡Mierda, atentos!, grité, agazapándome, como si así fuera a hacer algo,
aunque por fin logré controlar mi elipse, que ahora se encontraba muy
debilitada.
Eso sí, la usaría hasta la
muerte para proteger a Nessie, hasta que consiguiera escapar.
―¡Atentos! ―advirtió Edward
a los demás, casi a la vez que yo.
Antes de que terminase de
pronunciar la última vocal, todos los magos nos lanzaron otros manguerazos
negros.
¡Nessie…!
Sí, vale, otra vez se me
quedó la orden en el gaznate, pero es que cuando vi que los chorros se topaban
con el escudo de Bella y no lo atravesaban, mi mente se quedó muda de
estupefacción.
―¡Cuidado! ¡Atrás! ―voceó
Edward para avisar a Doc, Esme y Bella, que se encontraban en la primera fila
con nosotros, mientras agarraba a su mujer de la cintura para apartarla.
Yo aparté a la mía de un
cabezazo, ya que ella se había quedado boquiabierta y no reaccionaba. Eso hizo
que dejara de extender mi elipse.
Esos manguerazos negros como
el petróleo chocaron contra la fina y elástica capa de acero líquido, pero no lo
rompieron, era increíble; lo empujaron y, como si de una tela resistente se
tratase, el escudo se dobló hacia nosotros, del embiste, haciéndonos retirarnos
con ese salto, y regresó a su forma habitual cuando los chorros rebotaron hacia
atrás.
―¡Genial, mamá! ―aclamó
Nessie.
¡Estupendo, Bella!, le acompañó Seth, aunque ella solo escuchó su
aullido.
A Aro y Cayo se les quedó un
careto que no veas, incluso los propios magos se quedaron patidifusos y dejaron
de soltar sus manguerazos por un instante, aunque los muy idiotas volvieron a
disparar contra nosotros.
―¡Súbelo, Bella! ―le avisó
Edward.
―¡Sí, lo sé! ¡No veo esa
magia negra, pero puedo sentirla en mi escudo! ―desveló mi amiga.
Y así lo hizo ella. Subió su
acero líquido y su impresionante escudo creció hacia arriba justo en el momento
en que los manguerazos se estamparon de nuevo contra este.
Ahora disponíamos de un muro
elástico.
Esta vez esos magos no
retiraron sus chorros cuando rebotaron contra el escudo de Bella, sino que los
muy estúpidos lo mantuvieron presionándolo, de modo que la capa de acero
líquido se quedó hundida hacia dentro todo el tiempo.
Vale, y ahora venía la parte
buena y la mala de este asunto.
La parte buena es que la
magia negra de esos magos no parecía poder traspasar el escudo de Bella. Bien.
Pero la parte mala es que el ojo de ese medallón no se apartaba de mí en ningún
momento, no dejaba de mirarme con ese odio ni un maldito segundo, y teníamos
que ser realistas, si el medallón atacaba el escudo de mi amiga no servía de
nada, como habíamos comprobado al principio de la batalla.
Esos estúpidos magos seguían
intentando terminar con el escudo de Bella, buscando algún punto flaco por
donde poder atacar, pero, como me temía, el ojo del medallón ya se estaba
preparando para una nueva acometida.
Intenté erigir ese círculo
de luz brillante que luego se transformaba en elipse, pero, ¡maldición!, era
imposible. No tenía fuerzas ni para crear ese círculo, estaba agotado. Sí, esa
era la palabra: agotado, exhausto. Lo que quedaba de mi poder espiritual pesaba
muchísimo, era como intentar levantar una tonelada de peso, y me sentía débil y
cansado.
Ahora mismo ese medallón
tenía todas las de ganar. No sabía cómo lo iba a hacer, pero tenía que
recuperar lo que me había robado. Sí, iba a hacerlo, como fuera. Pero el
problema es que, hasta que no recuperase lo que se había llevado de mi poder
espiritual, ese maldito medallón era invencible. ¡Mierda, mierda, maldita sea!
Este era el momento
adecuado, no quedaba más remedio.
Me desconecté de la manada,
incluida Nessie, para hablar con Edward. Él podía seguir escaneándome el
cerebro. Todos mis lobos y ella, que me miró confundida, se extrañaron de esto,
pero era necesario.
Escucha, ha llegado el
momento, le avisé, tratando de no
mirar a Nessie para no derrumbarme.
―Si lo hacemos ahora, os
quedaréis desprotegidos totalmente ―bisbiseó él con una voz extremadamente
baja, casi inaudible, incluso para mí.
Aun así, Bella pareció
captar algo y sus cejas bajaron con extrañeza.
Sabes que no vamos a estar
así mucho tiempo, rebatí, nervioso. El
medallón ya se está preparando para atacar, ¿no lo ves? Esos magos pronto
dejarán de perder el tiempo con Bella y le pasarán el relevo a ese maldito ojo.
Y entonces estaremos perdidos.
―Tal vez recuperes…
¡No sobreviviremos,
Edward, lo sabes!, discutí, más
inquieto todavía al ver sus repentinas dudas. ¡Estoy agotado, ni siquiera
soy capaz de erigir mi elipse, maldita sea!
―¿Qué pasa? ―quiso saber
Nessie, poniendo su cálida mano sobre mi hombro para que me girase hacia ella.
Quiero que Nessie y Bella
se salven, le dije antes de volverme
hacia mi chica. Haz lo que planeamos.
Y recuerda, jamás deis la vuelta.
El semblante de Edward se
transformó en agonía pura y dura. Debería disimular, pero creo que fue incapaz.
Por su culpa, Bella ya se mosqueó del todo, claro, pero Nessie también.
Me giré hacia ella,
aguantando ese enorme nudo en la garganta que ya se había instalado en cuanto
vi su hermoso rostro, y la metí conmigo para que pudiera oírme.
Esta iba a ser la última vez
que vería su precioso rostro, la última vez que vería sus dulces y adorables
ojos… Traté de que esto no me afectase, si no, no sería capaz ni de pensar.
Tomé aire, lo solté con
contundencia y la miré con determinación.
Nessie…
¡No pienso irme de aquí
sin ti!, me cortó ella con una mezcla
de angustia y rabia. ¡Me da igual que me lo ordenes! ¡No voy a marcharme!
Mierda. Sus mejillas
empezaron a empaparse con las lágrimas que brotaron de esos preciosos ojos, que
ahora me miraban desesperados y con ese dolor desgarrador.
―¿Qué está pasando, Edward?
―preguntó Bella, observando la escena. Después, le miró a él con un poso de
reproche―. ¿Qué es lo que os traéis entre manos Jake y tú?
¡Tienes que salvarte!, conseguí decirle a Nessie mientras tanto.
¡No sin ti!, lloró ella, arrojándose hacia mí para abrazarme.
Dios, esto iba a ser más
difícil de lo que me temía, por no decir imposible. Mi manada se empezó a
agitar, hundiendo las pezuñas en la hierba una y otra vez al tiempo que
gimoteaba, y el resto de los Cullen, Ryam y Helen se miraban los unos a los
otros sin comprender nada.
¡Te quiero, no pienso
dejarte aquí!, sollozó, apoyando su
frente sobre la mía. ¡No me pidas que me vaya, no puedes hacerlo, no tienes
derecho! ¡Prometí estar a tu lado toda mi vida, en lo bueno y en lo malo, y
pienso cumplirlo!
¡Pero moriremos todos!
¡Tienes que irte y salvarte!,
lloriqueé yo también.
Bella escuchó mis gemidos y
se puso más neurótica.
¡Entonces yo también
moriré contigo!, rebatió Nessie entre
lágrimas de rabia. ¡No podré vivir sin ti, lo sabes! ¡Tarde o temprano
conseguiría reunirme contigo en el más allá!
¡No, Nessie!, protesté.
―¡No! ¡No pienso abandonar a
nadie! ―protestó Bella en cuanto se dio cuenta de por dónde iban los tiros.
―Bella, por favor, cálmate
―intentó tranquilizarla su marido, que seguía manteniendo ese careto que no
relajaba a nadie.
¡Sabes que será así!, me contestó mi chica. Si tenemos que morir,
quiero hacerlo contigo, a tu lado. Esa sería la mejor muerte para mí. No me
quites ese privilegio.
¡Eso no es un privilegio!
¡Para mí lo es!, discutió, llorando más fuerte. ¡Tú nunca me
dejarías aquí, ¿verdad?! ¡Pues yo no pienso abandonarte! ¡Jamás, ¿me oyes?!
¡Jamás! ¡Lucharé contra viento y marea para volver aquí, lo juro! ¡Te quiero!
¡Te quiero!
Nessie..., susurré con efusividad, arrimándole mi cabeza para
abrazarla.
―¡No me voy a ir, ¿me oyes?!
―seguía Bella.
―Tranquilízate, nadie se va
a marchar. Ya está todo solucionado ―le reveló Edward, hablándole con voz
sosegada.
Eso pareció calmarla un
poco.
Nessie se despegó un poco de
mí y sujetó mi cabeza entre sus manos para mirarme con determinación, aunque
sus preciosos ojos todavía sostenían las lágrimas.
Escúchame. Si tenemos que
morir, moriremos juntos. Pero no va a ser así. No me importa lo que haya
conseguido hacer ese medallón hasta ahora, pero tú eres muchísimo más poderoso.
Estoy completamente segura de que ese medallón no puede absorber todo tu poder
espiritual, es imposible. ¿Recuerdas cuando estuviste en coma por la mordedura
de ese licántropo? Sue me dijo que tu espíritu era muy grande y poderoso, por
eso conseguiste que una parte de él se quedase dentro de tu cuerpo y la otra
estuvo vagando por ahí, buscándome. Creo que ese medallón ha conseguido robarte
un poco de tu poder porque no tienes confianza en ti, no dejas que tu espíritu
actúe plenamente. Tienes que encontrar esa fuerza en ti. La tienes, lo sé, aseguró con una confianza tan intensa que se me
clavó en el corazón, llenándome de una adrenalina que empezó a correr por mis
venas con ansia, aportándome energía. Encuentra esa fuerza, Jake, y lucha
contra ese maldito medallón.
Cuando terminó de hablar, me
sentía un lobo nuevo. No sabía lo que tenía Nessie, pero todo lo que ella decía
conseguía chutarme de energía, una energía que electrizaba todo mi cuerpo,
despertándome.
No la di un beso porque la
llenaría de babas, que si no…
Nessie tenía razón. Yo era
el Gran Lobo, el Rey de los Lobos, ¿iba a dejar que un estúpido medallón me
venciese, por mucha magia que tuviese? Ni hablar. Y Nessie estaba conmigo, nadie
podría ganarme teniéndole a ella a mi lado.
Vamos a terminar con ese
asqueroso medallón, afirmé,
clavándole una mirada de profundo odio al mismo.
Así me gusta, sonrió ella con orgullo y confianza, soltando mi
cuello para dirigirnos al frente de nuevo.
El ojo se abrió, sorprendido
ante mi nueva determinación, aunque no fue el único. Esa momia chiflada y
decrépita de Aro me miró receloso y, por primera vez, un tanto cauteloso.
Sí, todavía me sentía algo
débil, pero ya notaba esa nueva energía fluyendo en mí. Las cosas iban a
cambiar.
Me conecté con el resto de
mi manada.
Terminemos con esto de
una maldita vez, ¿qué os parece?, les
dije.
¡Ya era hora!, rio Paul.
¡Menudo susto nos habéis
dado!, protestó Leah.
¡Cárgatelo ya!, exclamó Quil.
―Vamos allá, chicos ―habló
Edward para los demás, que adoptaron unas posturas defensivas, por si acaso.
Ese espeluznante ojo se
entornó, mirándome con esa inquina de siempre, y sin mediar más palabras, Aro
levantó su mano. Los magos dejaron de soltar sus inútiles manguerazos, dándole
una tregua al escudo de Bella, y se retiraron hacia atrás con rapidez,
dejándole paso al medallón.
El iris del ojo escupió otro
chorro sanguinolento y me agazapé, preparando la salida de mi elipse. Sin
embargo, y para nuestro asombro, ese manguerazo no se dirigió a nosotros. Se
precipitó contra el tronco de un árbol y rebotó, haciendo un súbito quiebro en
otra dirección mientras la madera se resquebrajaba en tropecientos mil pedazos.
El chorro rojo había
adquirido mucha más velocidad, ¡mierda! Ahora era un maldito misil que apenas
era perceptible para la vista, ni siquiera para la de un vampiro.
Entonces, mis ansiosos ojos
se abrieron como platos cuando pude ver contra quién estaba a punto de chocar.
¡NOOOO! ¡MI ÁNGEL!
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMUCHISIMAS GRACIAS POR LEERME!!! ME HACEIS MUY FELIZ =º)
Bueno, ya sabéis que hoy es el último día que cuelgo un capi al día =( A partir de hoy colgaré martes, jueves y viernes. El martes colgaré otro ;)
Espero que os guste el capi de hoy ;) Y ya sabéis, si tenéis alguna duda, preguntadme, ¿vale? ;)
Muchísimas gracias a todos!!!!
Lametones!!!
Holaaa JACOB&NESSIE!! apareciii de nuevo por aqui!! jeje miiiiil disculpas por no comentar hace mucho pero es que la facu me tuvo loca este tiempo con trabajos y eso! pero volvii y casi muero de la impresión...increible el rumbo que está tomando esta historia! Me encantaa y con cada capitulo me sorprende más! Eres realmente una luz, una buenisima escritoraa! Mucha fuerza para seguir escribiendo siempre!
ResponderEliminarB E S O S =)
hola jacobynessie...fabuloso este capitulo....la historia va lo mejor....eres la mejor escritora ...no lo desperdicies tienes talento el martes ya espero el siguiente....salu2
ResponderEliminarMe encanta de verdad como escribes ........con gusto espero el siguiente capitulo .....
ResponderEliminargracias
elsa
Vaya me encanto este capitulo estuvo muy genial! y aparte como escribes...tu tienes un don de veras!
ResponderEliminarEstuvo muy emocionante y espero con ganas el siguiente cap. :D
Besos.