ESTE ES EL SEGUNDO CAPITULO DE HOY, PARA LEER EL PRIMERO PINCHAD EN EL ENLACE DEL CAPITULO 59
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NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enterarás de nada 😉
CAPITULOS:
PARTE UNO: COMIENZO:
RENESMEE:
48. EXTRAÑO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/este-es-el-segundo-capitulo-de-hoy-para_26.html
JACOB:
52. HAY QUE VER LAS VUELTAS QUE DA LA VIDA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-52-hay-que-ver-las.html
53. DIOS, ESTO ES PARA TIRARSE UN TIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-53-dios-esto-es-para.html
54. ¡¿Y AHORA ME PIDE ESTO?! INCREIBLE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/07/nueva-era-capitulo-54-y-ahora-me-pide.html
55. CUANDO UNO LE VE LAS OREJAS AL LOBO...: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-55-cuando-uno-le-ve.html
56. NEGOCIANDO CON LOS HERMANOS MARX: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-56-negociando-con.html
57. ESTO ES EL HOTEL DE LOS HORRORES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-57-esto-es-el-hotel.html
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
ESTÁ MÁS QUE
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
ESTÁ MÁS QUE
CANTADO LO QUE
VA A PASAR AQUÍ
La cara de los rumanos lo
decía todo. No se esperaban nuestra aparición en escena. Se miraron el uno al
otro, volvieron la vista hacia nuestro bando con un rechinamiento de dientes, y
Stefan lanzó un escupitajo al suelo, mostrándonos su opinión.
Vale, los Vulturis no eran
las hermanitas de la caridad, precisamente, ¿pero a qué venían esas quejas y
ese desprecio? Ellos habían secuestrado a Renée para chantajear a Bella y a los
otros, y, encima, les habían hipnotizado con algún tipo de truco. Para mí no se
diferenciaban mucho de las otras momias.
Eso hizo que me fijase más
en Bella, Edward, Alice y Jasper y que me preguntase cómo harían esos rumanos
para hipnotizarles, porque no parecía un conjuro. Cuando Nessie había estado
hechizada, su cuerpo estaba envuelto con aquella telaraña, en cambio, ellos no
tenían nada que les oprimiese o envolviese, no había nada que me indicase que
estaban bajo la influencia de un hechizo.
Lo que sí había era un
ambiente muy raro. No sé lo que era, pero algo realmente maligno flotaba en el
aire, podía sentirlo, mi instinto de Gran Lobo me lo decía, y me ponía los
pelos de punta. Bueno, vale, lo de los gigantes no se quedaba atrás, pero, por
increíble que pareciese, esto lo superaba, era algo espeluznante. Esa maldad
procedía del centro de la formación. No podía verla, pero sí que sentía cómo
emanaba del núcleo de ese rectángulo de chupasangres y se extendía por todas
partes.
Agucé la vista y traté de
adivinar quién era el culpable de ese sentimiento escalofriante, pero todas las
sanguijuelas eran más o menos iguales, y para colmo también vestían esas capas
que parecían estar muy de moda entre los chupasangres, solo que, en vez de usar
una escala de grises que se iban oscureciendo hasta el negro absoluto, estas
nacían de un color malva claro y también se iban volviendo más oscuras, hasta
que llegaban al negro de Vladimir y Stefan. Sí, no podía ver quién producía ese
ambiente maléfico, esas capuchas me impedían verles los asquerosos semblantes a
todos, pero sí que veía sus almas. Todas eran tan malvas como sus ropajes, sin
embargo, justo en el centro de la formación, ese malva era más intenso y
oscuro. Mi instinto no me engañaba. Esa maldad provenía de ahí.
Mi vista regresó a los
Cullen del otro bando. Bella extendía su impresionante escudo por delante de la
primera fila de la formación, esa fina y elástica capa de acero líquido que
chispeaba en el núcleo. Maldita sea. Esos malnacidos estaban bajo su total
protección. Pero a Edward también le tenían trabajando. De su cabeza salían sus
ondas de color plateado, casi transparente, que me recordaban a las de las
antenas parabólicas. Esas ondas eran emitidas a una velocidad muy rápida y se
dispersaban por todas partes, llegando a alcanzar varios kilómetros a la
redonda. Era bastante increíble, la verdad, tenía que reconocérselo. Así que
Edward podía escanear todas las mentes que le rodeaban, hasta las de todos esos
vampiros que tenía a su alrededor. Y nosotros no éramos una excepción.
Seguramente ya podía ver cada uno de nuestros pensamientos desde hacía un buen
rato.
De momento tenía que cumplir con mi parte del trato, así que extendí
mi círculo brillante de modo que nos cubriera a todos, incluidos esos viejos
decrépitos y su chusma de guardia, para mi desgracia, y las ondas que se
dirigían a nosotros se deshicieron tan solo al roce con mi barrera. Ahora
Edward no podía leernos la mente.
Mi barrera no hacía falta con Alice, ya que aunque quisieran ella no
podría ver nada del futuro con nosotros por el medio. Quizá por eso Alice no
estaba usando su don, era una pérdida de tiempo. Jasper también estaba
reservado, puede que lo dejasen por si las cosas se ponían más feas.
Los fósiles y sus matones
caminaban con ese paso cadencioso y desesperante. Sí, lo era. Nosotros
estábamos acostumbrados a otra clase de ataques, y esto de dar un pasito y
pararse, otro pasito y pararse, otro pasito y pararse, nos ponía del hígado. Paul
estaba a punto de estallar, y Sam calmaba sus ánimos y los del resto. Todos
esos chupasangres seguían el mismo ritmo, avanzando a la vez, con una marcha
sobria y aburrida. Sus pies parecía que flotasen, no hacían el más mínimo ruido
al contacto con la verde hierba, y todas esas capas que vestían, juntas
formaban un manto que, a vista de pájaro, se extendía sobre la pradera como si
de una ligera y vaporosa tela se tratase. Podía imaginármela ondeando sobre el
prado, deslizándose, avanzando lentamente con el único impulso de un suave
soplido.
Pero poco a poco íbamos
acercándonos, sin embargo, al hacerlo más todos pudimos ver algo que nos dejó
helados, hasta los propios Vulturis abrieron sus gelatinosos globos oculares
como platos. Eran los ojos de Bella, Edward, Alice y Jasper. No podía creerlo, tenían
el iris de color escarlata.
¿Qué…? ¡¿Qué mierda era
eso?! ¡¿Acaso les habían obligado a tomar sangre humana?!
¡¿Qué les han hecho?!, mascullé con cólera, pataleando con mis patas
delanteras con nerviosismo.
―¡No! ―lloró Nessie al
verlo.
Mierda, odiaba verla así.
―Dios mío… ―murmuró Esme con
un sollozo, llevándose las manos a la boca.
―¡Maldita sea! ―gruñó
Emmett, que ya se lanzaba a por Vladimir y Stefan, aunque Rosalie le contuvo,
tirándole del brazo hacia atrás.
Toda mi manada se sobresaltó
y nuestra agitación se hizo más que evidente. Los gañidos y gimoteos surcaron
esa brisa que corría en dirección a la formación de los rumanos, llamando la
atención de estos, pero también de la guardia Vulturis.
La imagen de Bella siendo
obligada a chuparle la sangre a un inofensivo humano hizo que la mía propia
hirviese, porque ella jamás lo haría, jamás. Tenían que haberles obligado con
la influencia de esa especie de hipnosis o lo que fuera.
―¡Nooo! ¡¿Qué les habéis
hecho?! ―chilló Nessie, llorando desesperada.
Podía sentir los fuertes
tirones en mi pelaje.
¡Malditos! ¡Malditos chupasangres!, grité, dedicándoles un potente rugido.
Mis lobos se agitaron más,
preparándose por si yo daba una orden para obedecerla ciegamente.
―Calma ―habló Carlisle, interponiéndome
su brazo para intentar que me tranquilizara.
Le observé durante un instante. Aunque era tenso y se notaba su preocupación,
su rostro permanecía tranquilo.
¿Cómo podía guardar la compostura de esa forma?
―¡Mamá, papá, soy yo!
¡Alice, Jasper!―volvió a gritar Nessie.
Entonces, escuché su llanto rabioso, y eso no lo soportaba. Podía
aguantar cualquier cosa que me hicieran a mí, pero solo verla llorar a ella era
toda una tortura, porque no podía soportar verla sufrir. Tenía que hacer todo
lo posible para que ella no siguiera llorando, y eso empezaba por relajarme yo.
Si ella me veía nervioso y furioso, se lo contagiaría, en cambio, si me veía
tranquilo, ella estaría tranquila. Nuestra compenetración y sincronización lo
eran en todos los ámbitos.
Rechiné los dientes, tragué un montón de saliva e intenté relajarme,
aunque me resultaba muy, muy difícil.
¿Qué…? ¿Qué es eso…?, escuché de repente en mi sesera.
Mierda. Nessie ya se había
transformado. Y acababa de ver justo lo que yo no quería que viese. La dantesca
imagen de los gigantes. La rabia y la ira que le había llevado a transformarse,
ahora se había reducido un poco y había pasado a la perplejidad, horror y
asombro absolutos mezclado con un sentimiento de temor, susto, pena…
Tranquila, cielo, intenté calmarle. Procura no fijarte en eso,
¿vale? Concéntrate sobre todo en no separarte de mí.
Sí, aceptó con un hilo de voz, todavía seguían notándose
todos esos sentimientos.
Lo que dije. Si me veía
tranquilo a mí, ella estaba más calmada también.
Vale, no quería que ella
viese esa imagen, pero tenía que reconocer que el que se hubiese transformado
me tranquilizaba mucho, porque ahora estaría bajo mi continua protección. Yo
podía extender mi círculo brillante todo lo que quisiera en un momento dado, y
con eso podía proteger a quien me apeteciese, pero mi círculo también tenía
autonomía propia, y cuando se trataba de mi manada, él solito se movía para
protegerles sin que yo tuviera que andar pendiente. Resultaba muy útil cuando
estábamos peleando con los chupasangres nómadas que venían a La Push, ya que yo
podía ir a mi bola sin tener que preocuparme de que una de esas sanguijuelas
tuviera un don y pudiese freír a uno de mis hermanos. Mi círculo se extendía a
su aire y solucionaba el problema. Esto solamente pasaba con mis lobos, pero
ahora Nessie era parte de la manada, así que ella también estaría protegida.
Después de esa caminata
aburrida y lenta, las momias y su chusma se detuvieron al unísono. No hizo
falta orden ni gesto alguno, todos se pararon a la vez. Nosotros hicimos lo
mismo, y los Cullen de nuestro bando, Ryam, Helen y los metamorfos no dimos un
paso más.
Nessie pasó la pierna por
encima de mi cabeza y pegó un ágil salto para bajarse.
No te separes de mí, le repetí.
Asintió y su mano se aferró
a la pelambrera de mi costado.
Ese desagradable semblante
de Aro se mostraba serio y sobrio, pero no había matiz de preocupación en él,
más bien destilaba una inquietante tranquilidad por todos los costados. Cayo ya
era otro cantar. Su ceño de pelos blancos estaba bien incrustado en esos
repugnantes ojos de rata, y su careto confesaba las molestias que esto le ocasionaba. Como siempre, el adormilado solo
estaba de cuerpo presente y parecía que todo esto le daba exactamente igual.
Todos nos quedamos a varios
metros de Vladimir y Stefan y se hizo un silencio sepulcral que se rompió al
cabo de un eterno rato.
―Veo que no habéis perdido
el tiempo y que habéis corrido para esconderos bajo las faldas del Gran Lobo
―habló Stefan con un aire muy crítico y censurador.
―Lo que no nos imaginábamos
es que él iba a comer de tu mano ―soltó Vladimir, dirigiendo su mirada a mí.
Maldito imbécil.
¡Yo no como de la mano de
nadie!, protesté, dedicándole un
rugido.
Aro levantó su mano para que
me calmase. Y eso me ofendió en el alma, porque daba a entender que lo que ese
cretino decía era verdad. Loco farsante. Así que me incliné y proferí un rugido
mucho mayor, pero este dedicado a ese viejo decrépito, que se giró para mirarme
sorprendido mientras sus matones se ponían en guardia.
Estúpido, ¿qué se creía?
Muy bien, Jake, aclamó Seth.
¿Pero qué se cree ese
imbécil?, criticó Leah, muy ofendida.
―El Gran Lobo no sirve a
nadie ―declaró Emmett en voz alta, también enfadado―. Si estamos aquí es por
obligación, no por gusto.
Eso, eso, déjaselo bien
claro, Em, alabó Shubael.
Sí, a ver qué se cree ese
capullo de Aro, condenó Isaac.
¡Esto es indignante!, se quejó Brady.
¡Esto es una mierda!, matizó Paul. ¡Yo digo que nos lancemos a por
ellos de una maldita vez!
El resto de mi manada
también se agitó y mi mente se llenó de más protestas con ofensa personal.
¡Bueno, vale ya!, bufé; y todos se callaron. De momento seguiremos
la farsa. Tenemos que rescatar a Bells y al resto, ¿recordáis?
Nadie dijo ni pío.
―Paz ―nos pidió Aro a mí y a
Emmett. Le hizo una pequeña señal a su guardia, la cual volvió a sus puestos de
antes, y acto seguido se giró hacia Vladimir y Stefan―. Vosotros también os
habéis armado bien ―dijo, señalando con la mano a Edward, Bella, Alice y
Jasper, y a todos esos gigantes que tenían a la espalda.
―Hemos esperado muchos
siglos para esto ―le contestó Stefan, rechinando los dientes―. No íbamos a
venir con las manos vacías.
―Nuestra enemistad ha vagado
durante todos estos siglos, ciertamente ―asintió Aro―. No obstante, y dada mi
indulgencia, os daremos una oportunidad de redención, siempre y cuando juréis
someteros a las leyes tan necesarias que imperan en nuestro mundo.
―No me hagas reír ―respondió
Vladimir, mostrando una media sonrisa agarrotada, muestra de que hacía mucho
tiempo que esos tendones de su cara no se movían―. No hemos venido hasta aquí
para rendiros pleitesía.
―Bien, como queráis ―aceptó
Aro.
El Vulturis tarado y uno de
los rumanos alzaron las manos a la vez para preparar sus ataques.
Todos mis lobos y yo nos
agazapamos un poco, mostrando nuestras dentaduras mientras gruñíamos. Nuestra
postura contagió a Ryam y a Helen, que no tenían ni idea de luchar, solamente
cuatro cosas que les habíamos enseñado anoche. Ellos también se inclinaron
hacia delante, cogidos de la mano. Teníamos que estar extremadamente atentos.
Ninguno de los Cullen del otro bando podía resultar herido.
Jake, ten cuidado…, murmuró Nessie, asustada, aferrándose a mi pelaje
con más fuerza.
Tranquila, todo saldrá
bien. Tú no te despegues de mí,
repetí por enésima vez.
Pero, entonces, Carlisle me
interpuso su brazo una vez más.
Le miré extrañado y él hizo
unas negaciones con la cabeza.
¿Qué pasaba? ¿Todavía no?
De repente, ese fósil de Aro
y Vladimir bajaron las manos a la vez y solo dos vampiros saltaron a escena.
¿Qué era esto? ¿Solo dos
chupasangres?
Ambos retiraron sus capuchas
hacia atrás. El grandullón de Felix, que sonreía con arrogancia, y la otra
sanguijuela, que no era mucho más pequeña, comenzaron a fintar, caminando en
círculos.
¿Qué mierda es esta?, se quejó Paul.
Bueno, míralo como si
estuviésemos viendo un combate de Pressing Catch en directo, solo que a lo
bestia, dijo Nathan.
No he venido hasta aquí
para ver cómo se matan los unos a los otros, gruñó mi cuñado. Ya que estoy aquí, quiero aniquilar a unos
cuantos.
Tranquilo, no creo que
todo sea así, declaró Sam.
Eso espero, resopló Paul. Esto es un aburrimiento.
¿Quieres callarte ya,
pelmazo?, le regañé.
Idiota. Hablaba como si esto
fuese una de esas luchas contra los nómadas que teníamos todos los días en La
Push.
No dije más, para no alertar
a Nessie, pero esto no tenía nada que ver. Todavía podía sentir esa maldad
emanando del núcleo de la formación del ejército de Vladimir y Stefan, y no me
gustaba ni un pelo.
Ese Felix inició su ataque
con un salto, aunque el otro chupasangres no se quedó atrás. Ambos chocaron en
el aire y ya se arrearon por todos los sitios.
Espero que esto no dure
mucho, suspiró Cheran.
Ya te digo, siguió Rephael.
Dejad de quejaros y tomad
nota, les reprendí. Nunca se sabe,
igual tenemos que enfrentarnos a ese grandullón algún día de estos, así que
memorizad bien todos sus movimientos. Ya que estamos aquí, tenemos que
aprovechar.
Toda
mi manada prestó atención a la lucha.
Los dos vampiros aterrizaron
en el suelo, dándose a mamporrazo limpio. Felix le propinó una patada al otro
que le lanzó hacia atrás, haciendo que su espalda se estampase en el terreno.
Las almohadillas de nuestras patas pudieron sentir la vibración del suelo,
aunque antes de que terminaran, el otro chupasangres ya se había puesto de pie
para volver a fintar con el grandullón.
Emmett observaba la pelea
con fastidio, se notaba que le hubiera gustado estar en el lugar de Felix,
aunque más bien me parecía que se moría por ocupar el sitio de la otra
sanguijuela. Los Vulturis y los rumanos también atendían a la lucha con mucho
interés.
El matón de Vladimir y
Stefan consiguió engañar a Felix y, con un movimiento rapidísimo, serpenteó
delante de sus napias y le arreó un puñetazo en todo el careto que a punto
estuvo de arrancarle la cabeza.
Cayo rechinó los dientes.
¡Toma!, exclamó Quil.
Apuesto cinco pavos por
el chupasangres de los rumanos, retó
Embry.
Hecho, aceptó el primero.
¡Dejaos de apuestas! ¡Este no es el momento!, gruñí.
Jake, ¿qué vamos a hacer?, me preguntó Nessie, muy preocupada. ¿Cómo vamos a hacer para rescatar a mis
padres y a mis tíos?
Felix se recuperó
rápidamente y los dos vampiros volvieron a machacarse a golpes.
No lo sé,
reconocí, apretando mis muelas con frustración. Primero tendríamos que ver en qué desemboca todo esto y cómo sucede
todo después. No podemos planear nada sin saber qué va a pasar ni qué
estrategia van a utilizar los Vulturis.
En cuanto empiece la batalla, no mirarán para nosotros, afirmó Sam. Es
más, lo más seguro es que cuando nos deshagamos de la mayoría de chupasangres
se lancen a por nosotros para quitarnos del medio.
Los dedos de mi ángel
aferraron mi pelambrera con tensión.
Sí, lo sé,
suspiré con desagrado. Lo único que
quieren es utilizarnos para que les limpiemos el camino. Cuando ya no les
seamos útiles nos atacarán.
Y a los Cullen también, añadió Quil. A
todos los Cullen.
Llevan mucho tiempo detrás de ellos, no creo que
desaprovechen esta oportunidad,
siguió Embry.
Nessie iba a arrancarme el
pelo.
Mierda, ¿queréis cortaros un poco?, les regañé.
No, estoy bien, no os cortéis por mi culpa, manifestó Nessie. Además, todo eso ya lo sé.
El otro chupasangres salió
despedido de nuevo hacia atrás, del enorme porrazo que le arreó Felix, y su
espalda volvió a hacer que la tierra temblase.
Escuchad, sé que esos viejos decrépitos y cobardes se
cubrirán las espaldas, y los rumanos también, pero yo usaré mi poder espiritual
todo lo que pueda, les dije. Y con los gigantes lo mismo. No os
preocupéis, nos las arreglaremos como sea. Estamos acostumbrados, ¿no? Somos un
equipo, estamos muy bien organizados y compenetrados. Podremos con todos ellos.
Después de soltar esa
parrafada tipo entrenador de equipo de baloncesto, mis lobos me aclamaron con
sus voces mentales.
El matón de Vladimir y
Stefan no tardó nada en levantarse y embestir contra el grandullón.
También me preocupan Ryam y Helen, confesó Nessie. Ya
sé que anoche les enseñasteis varias cosas, pero no tienen práctica, y cuatro
técnicas no son suficientes.
No te preocupes, nosotros les cubriremos las espaldas, le calmé.
Entonces, de pronto, se
escuchó un alarido enorme. Felix le había arrancado los dos brazos a la vez a
la otra sanguijuela, que se había caído de rodillas y se retorcía de dolor. El
golpe mortal no se hizo esperar.
―¡NOOOOOOO! ―chilló el otro
chupasangres, despavorido.
Los rumanos cerraron sus
puños a la vez.
Sin ningún tipo de compasión
y con una sonrisa arrogante y de desprecio total, el gigantón le asestó una
fuerte patada en la cabeza que hizo que saliese despedida como un meteorito. El
miembro chocó contra el tronco de uno de los árboles que bordeaban la pradera y
lo quebró a la mitad, de lo fuerte que fue el impacto, a la vez que el cuerpo
caía boca abajo sobre la alta hierba, inerte.
El grandullón sacó una caja
de cerillas de algún bolsillo escondido en su capa, encendió un fósforo y lo
arrojó sobre ese cuerpo de piedra, que estalló en una llamarada. La columna de
humo púrpura enseguida se hizo visible.
―Bravo, Felix, una gran
pelea ―le alabó el chiflado de Aro.
―Gracias, maestro ―asintió
él, ya colocándose junto a la formación.
―Esto no quedará así
―masculló Vladimir con furia.
―Rendíos, y os perdonaremos
la vida ―reiteró Aro, ahora más serio―. Es la última vez que lo repetiremos. No
habrá más oportunidades.
―Pues entonces demos
comienzo a esta guerra ―exigió Stefan, tensando su careto aún más.
―Vosotros la habéis
comenzado y vosotros la habéis querido ―afirmó el viejo chiflado, haciendo como
que se limpiaba las manos―. Que así sea.
Y las palabras se
terminaron.
De una forma súbita,
estrepitosa y vertiginosa, todos los gigantes y chupasangres se lanzaron los
unos contra los otros; un centenar de espectros que se mezclaban entre sí como
torpedos supersónicos de color gris y malva.
¡Maldita sea! Sí, incluidos
Bella, Edward, Alice y Jasper.
¡Hola a todos! Soy JACOB&NESSIE ^^
ResponderEliminarMUCHISIMAS GRACIAS POR SEGUIR LEYENDOME!! =) ME DAIS MUCHOS ANIMOS!!
Jejeje, ya veremos como se pone esto... Esta claro que no se pueden fiar de los Vulturis, ¿no? En fin, ya veremos que pasa...
Bueno, ya visteis lo de la pulsera de Nessie, ¿no? Asi que si teneis alguna duda, solamente teneis que decirmelo ;)
Espero que os gusten estos capis ;) Empezamos con un poco de accion =)
Lametones para todos!!!
Que bien te estan quedando los capitulos. Estoy deseando ver como acaba!!
ResponderEliminarBesos, sigue asi, eres genial!!!
si lo mejor ...ya quiero... ver la lucha es pero que los cullen no sean lastimados...y bueno con los vulturis esos no son de fiar ja....gracias pòr esta historia.....gracias....salu2 mañana el otro capi...
ResponderEliminarWow me has dejado imprecionada. Espero que no haya perdidas entre la manada y los cullen. Y claro que ese Vulturi es un tramposo así que no dudéis que ataque al gran lobo......... Espero el próximo capi igual de impactante saludos.
ResponderEliminarKiara ( =
wow wow wow!!! mis uñas quedaron mordisqueadas de tanta emocion aaa!!!
ResponderEliminarMe encanto el cap aa que emocionante se pondra estooo:D!
Excelente todo me tiene atrapada esta lectura, no le perdiste secuencia de la saga de crepusculo, me gustaria si tienes completo Nueva Era, para que por favor me la envies a mi correo cabritalisbet@gmail.com o cabritalisbet@hotmail.com gracias
ResponderEliminar¡Hola, Lisbet!
ResponderEliminarBienvenida!!!!
Muchas gracias por darle una oportunidad a mis libros!!! Me haces muy feliz!!! Y muchas gracias por ese comentario tan bonito!!
Bueno, el único que te puedo pasar por ahora es "Despertar", porque "Nueva Era" todavía lo estoy escribiendo y lo voy colgando a medida que lo hago ;) Cuando termine, también lo pasaré a pdf, así que si lo quieres, te lo envío ;)
Si quieres "Despertar" dímelo, y yo te lo mando ;)
Lametones!!!
¡HOLA! SOY NOVIEMBRE:
ResponderEliminarTAMARA, YO TAMBÍEN QUIERO QUE ME MANDES "DESPERTAR" EN OTROS COMENTARIOS TE HE PUESTO MI CORREO ELECTRONICO, BUENO AQUÍ TE LO PONGO.
visitension@hotmail.com
BESOTES PARA TÍ.
Hola, Noviembre!!!
EliminarGuau, qué avanzada vas ya!! Me alegro de que te sigan gustando los capis!! Y sí, Jake siempre será Jake, jajaja, eso es lo que me gusta de él, así que no iba a cambiarle.
Sobre Despertar, ya te envié los tres libros a tu correo, ¿no te llegaron? O-O Te los mandé ayer, mira a ver ;)
Lametones!!!