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sábado, 20 de agosto de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 73: ¡¿PERO QUÉ ME ESTABAN DICIENDO?! ¡¿SE HABÍAN VUELTO LOCOS O QUÉ?!



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NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA. PROFECÍA")
Para leer este fic, primero tienes que leer "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, y "Nueva Era I. Profecía". Si no, no te enterarás de nada 😉


CAPITULOS:

PARTE UNO: COMIENZO:

RENESMEE:


JACOB:

57. ESTO ES EL HOTEL DE LOS HORRORES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-57-esto-es-el-hotel.html
58. NO TE IMAGINAS LO DESESPERANTE QUE ES LA ESPERA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-58-no-te-imaginas-lo.html
59. SÍ, VALE, NO SÉ DE QUÉ ME ASUSTO YA, PERO ES QUE ESTO ES DEMASIADO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-59-si-vale-no-se-de.html
60. ESTÁ MÁS QUE CANTADO LO QUE VA A PASAR AQUÍ: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-60-esta-mas-que.html
61. ¡NO, MALDITA SEA! ¡NESSIE, NO VAYAS!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-61-no-maldita-sea.html
62. HONOR (PARÉNTESIS RENESMEE): http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-62-honor-parentesis.html
63. CUANDO CREÍAS QUE YA NO IBA A PASAR NADA PERO, VA Y SUCEDE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-63-cuando-creias-que.html
64. ¡JA! ¡CHUPAOS ESA!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-64-ja-chupaos-esa.html
65. ¡ASÍ QUE ESTO ES LO QUE QUERÍAS, ARO!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-65-asi-que-esto-es.html
66. SI TENGO QUE ELEGIR UN ÚLTIMO DESEO, LO TENGO MUY CLARO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-66-si-tengo-que.html
67. TIC, TAC, TIC, TAC. EL MOMENTO DE LA BATALLA FINAL SE ACERCA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-67-tic-tac-tic-tac.html
68. COMO SIEMPRE, TODO EL PESO RECAE SOBRE MIS HOMBROS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-68-como-siempre-todo.html
69. ¡¿QUÉ?! ¡ESTO ES IMPOSIBLE, IMPOSIBLE!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-69-que-esto-es.html
70. CUANDO UNO NO TIENE CONFIANZA EN SÍ MISMO, PASA LO QUE PASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-70-cuando-uno-no.html
71. SI ANTES ERA UN ÁNGEL, AHORA NI TE CUENTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-71-si-antes-era-un.html
72. ESTO DE SER EL GRAN LOBO ES LA CAÑA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-72-esto-de-ser-el.html


¡¿PERO QUÉ ME ESTABAN DICIENDO?! ¡¿SE HABÍAN VUELTO LOCOS O QUÉ?!


Mi manada estaba fuera de la barrera, pero no tenían nada que temer. Sus particulares burbujas emergentes salían de ellos siempre que era necesario, así que por ese lado no había de qué preocuparse. Otra cosa es que en la lucha física la guardia Vulturis también era buena, claro.
Por supuesto, Emmett también salió disparado, y lo hizo hacia su único objetivo: ese también grandullón de Felix, que le recibió con los brazos abiertos para luchar. Rosalie saltó detrás de él y a partir de ahí más gente se unió a la batalla, incluidos Ryam, que salió como una bala hacia ese meollo, y Helen, que le persiguió para no separarse de él.
―¡Helen! ―intentó llamarla Nessie, pero su amiga no la hizo ni caso.
Idiotas, ¿adónde iban estos dos? Si no sabían luchar.
―¡Ya nos encargamos nosotros! ―afirmó Edward, saliendo detrás de ellos con Bella.
Menos mal.
En un abrir y cerrar de ojos, esa pradera se convirtió en una locura, en un torbellino entremezclado de chupasangres, lobos y un par de gigantes estúpidos que no tenían ni idea de pelear y que eran escoltados por Bella y Edward todo el tiempo. Bueno, mejor dicho, estos últimos solo habían salido para evitar que peleasen.
Eso sí, esos tres cobardes de los Vulturis se quedaron en la retaguardia, observando toda la función.
¡Malditos!, mascullé con rabia.
¿Qué hacemos?, me preguntó Nessie.
Ella y yo seguíamos dentro de mi barrera, aquí no podía entrar ninguno de esos chupasangres con sus almas malvadas. Aunque no estábamos solos. Carlisle, Esme, Jasper y Alice se habían quedado con nosotros, al amparo de mi protección.
Desde luego yo quería luchar, me moría de ganas de arrancarle la cabeza a alguna de esas sanguijuelas.
¡Tú quédate aquí! ¡Voy a machacar a unos cuantos!, le contesté a Nessie, ya abalanzándome hacia delante mientras profería un rugido.
Sabía que ahora podía mantener mi barrera fija en este sitio al tiempo que yo luchaba por ahí. Ella estaría segura bajo su protección.
―¡No, espera! ―me detuvo Jasper, interponiéndose al ver mis intenciones.
¡¿Qué coño haces?!, protesté, clavando las patas en el terreno para frenar.
―¿Qué pasa? ―preguntó Nessie en voz alta.
―Tienes que llamar a tus lobos ―me dijo él―. Esto es precisamente lo que Aro quiere. Si nosotros nos mezclamos con ellos en una batalla, tú no podrás usar tu poder para matarles a todos.
Dile que eso es lo que ese estúpido de Aro creerá, pero que mi poder espiritual distingue perfectamente las almas buenas de las malas, y que solo se cargará a las malas, le pedí a Nessie.
―Dice que eso es lo que ese estúpido de Aro creerá, pero que su poder espiritual distingue perfectamente las almas buenas de las malas, así que solamente se cargará a las malas ―le retransmitió ella.
Así daba gusto. Alguien que no cambiaba mis palabras.
―Es cierto, Jazz. Su elipse no nos hizo nada a nosotros, ¿recuerdas? En cambio, purificó nuestro cuerpo y nos quitó la hipnosis ―le recordó Alice.
―Eso es porque vuestras almas son doradas, son buenas ―le explicó Nessie.
―Ah… ―cayó Jasper, llevándose la mano a la barbilla mientras clavaba la vista en el suelo, reflexivo. Después, alzó los ojos de nuevo para mirarme―. Aun así, tienes que llamar a tus lobos para que dejen de pelear.
¿Y dejar que mis lobos se pierdan la fiesta? Ni hablar.
―¿Y dejar que mis lobos se pierdan la fiesta? Ni hablar ―repitió Nessie para ellos.
Eso, eso, justo lo que yo había dicho.
―Debemos detener esta batalla, Jacob ―declaró Carlisle, hablándome con un tono serio.
¡¿Qué?!, repetí, perplejo.
No hizo falta traducción, mi careto lobuno lo decía todo.
―Los Vulturis no deben morir ―soltó por esa boca.
¡¿Cómo?!, no daba crédito a lo que estaba escuchando.
―Son completamente necesarios en nuestro mundo ―siguió declarando Doc.
Menos mal que mi manada estaba entretenida peleando y que no estaba escuchando semejante cosa.
¡Venga ya, no me jodas!, lo siento, pero no encontraba otra palabra. ¡Tienen que morir! ¡Y hoy será su último día en este mundo!, protesté, esquivando a Jasper para lanzarme a esa batalla mientras rugía con furia.
―¡No, Jacob! ―exclamó Jasper.
―¡Jake! ―me llamó Nessie a mis espaldas, preocupada.
Pero tampoco la hice caso.
¡¿Qué era esto?! ¡¿Cómo que los Vulturis no debían morir?! ¡¿Pero es que se habían vuelto locos o qué?! ¡¿Después de todo esto que nos habían hecho?! ¡Ni hablar!
Pasé al lado de Emmett, que seguía fintando con el grandullón, y me planté frente al primer chupasangres de la guardia Vulturis que me encontré: Enguerrand.
Me agazapé y le hice una exhibición de mis colmillos, que también eran un arma afilada y contundente.
―No quiero luchar contigo ―espetó, mirándome con una honorabilidad que me dejó un poco fuera de combate.
¿Qué? ¿Cómo? ¿Que no quería luchar conmigo? ¿Qué coño era esto?
Su vaho no me mostraba miedo, más bien era respeto, lo cual me dejó más perplejo todavía. Pero a mí me importaba una mierda. Iba a tener que luchar conmigo, quisiera o no.
Esta vez proferí un rugido, retándole.
De poco me sirvió. En un abrir y cerrar de ojos, pegó un brinco enorme y altísimo y se perdió de mi vista. Cuando conseguí dar con él, acababa de iniciar una pelea con Shubael.
No me lo podía creer. ¿Me acababa de dar plantón? Vaya, la verdad, no sé. Me sentía un poco como alguien a quien le acaban de dar calabazas o algo así. Genial.
Bah, había muchos con los que luchar. Busqué otra presa y mis ojos pronto dieron con una que tenía justo delante. Mira tú por dónde, era ese chino bastardo, ese maldito de Zhou. Con las ganas que le tenía.
Le rugí con rabia en la misma cara nada más aterrizar delante de sus narices y su patético vaho azulado ascendió hasta las nubes. El muy cretino rechinó los dientes, intentando controlar su miedo, pero también intentó huir, esquivándome. Maldito cobarde.
¡Y una mierda!
¡¿Adónde te crees que vas?!, le rugí otra vez, interponiéndome en su camino.
¡Sí, este era su maldito fin!
Me lancé a por él con cólera, pero ese bastardo consiguió pegar un brinco hacia arriba, librándose de mis fauces por los pelos.
Idiota, como si así pudiese huir de mí.
¡Ahora verás, estúpido!
No me importaba liquidarle rápido, a decir verdad, tampoco me interesaba perder demasiado tiempo con él. No merecía la pena, y, además, tenía cosas más importantes que hacer, como cargarme a esas momias de una vez por todas. Con que se fuese al infierno, me conformaba.
Sin pensármelo más ni perder más tiempo, erigí un círculo de luz brillante que pronto calenté y se volvió de fuego, y lo envié directamente hacia ese cretino impostor, lanzándolo rápidamente en su dirección.
Pero el muy desgraciado se movió con rapidez y, en vez de darle a él, mi círculo de fuego se topó con otro chupasangres de la guardia Vulturis, que profirió un chillido ensordecedor cuando fue calcinado y reducido a cenizas al instante. Maldito, encima tenía suerte.
En fin, no tenía ganas de jugar, la verdad. Lo único que me apetecía era terminar con esto rápido e irme a casa con mi chica y mi gente. Estaba cansado de todo este rollo de la guerra y eso.
No tuve que pensar nada. Simplemente convertí ese círculo de fuego en elipse y la escupí contra ese Zhou, enviándosela con saña. El muy idiota se movía sin parar, tratando de no ser un objetivo viable, pero ignoraba una cosa. Ahora mi elipse podía buscar a su víctima, estuviese donde estuviese, se escondiese donde se escondiese, y daba igual cuánto se moviese. Mi elipse de fuego era como un torpedo programado hacia un solo objetivo: ese chino bastardo.
Fue muy fácil, en serio. Mi elipse solamente tuvo que buscar su repugnante alma malva e identificarla. En cuanto hizo esto, se arrojó a por ella sin cuartel. Zhou intentó moverse en zigzag, pero no le sirvió de nada. Mi elipse zigzagueó también y se estampó contra su alma con un movimiento supersónico. Casi no le dio tiempo ni a chillar. En menos de un parpadeo su alma estalló, y con ella, todo lo demás de su asqueroso cuerpo. ¡Sí, genial! Lo único que aterrizó en el suelo fueron sus cenizas.
¡Estupendo! Ese chino ya no nos molestaría más.
De pronto, se escucharon unos gemidos de dos de mis lobos. Primero uno y a los dos segundos otro. Aunque no fue solo eso. Todos pudimos sentir el dolor de ambos, incluida mi Nessie, que se llevó la mano a las costillas instintivamente.
Ya había visto de quién se trataba, pero:
¡Jake, han herido a Embry y a Cheran!, me verificó Sam.
Estoy bien…, afirmó Embry, apretando los dientes.
Los mencionados se habían caído al suelo. Embry se puso en pie enseguida para fintar con ese Alec a tres patas, ya que una la tenía rota, pero Cheran seguía en el terreno, aquejado de la rotura de sus costillas. Ninguno de los miembros de la guardia Vulturis estaba usando sus dones, sabían que no les iba a servir de nada, pero, maldita sea, esos desgraciados también eran fuertes y buenos luchadores, por supuesto.
¡Mierda!, mascullé con rabia.
Vale, se acabó el juego.
Eché un vistazo general. Los Vulturis se encontraban observando el panorama con esos rostros orgullosos que, no obstante, aguantaban una tensión enorme; mis lobos peleaban con los chupasangres de su guardia, ya se habían cargado a unos cuantos, aunque dos de los nuestros estaban heridos; Emmett y ese Felix se estaban dando una buena paliza el uno al otro, Rosalie andaba por el medio, por si tenía que sacar en volandas a Em, y esos dos gigantes habían regresado a mi barrera, conducidos y obligados por Bella y Edward. Ya era hora.
Entonces, recordé una manera más rápida y efectiva de terminar con todas estas sanguijuelas, incluidos esos fósiles viejos, sin que ninguno de los nuestros sufriera daño alguno. Podía terminar con todos nuestros enemigos de una sola sentada. Eso sí, tendría que dejar vivo a ese grandullón de Felix, para que Emmett se divirtiera un poco más con él, así no me lo echaría en cara después.
No era difícil, acababa de hacerlo con el chino. Y Ezequiel ya me lo había dicho, todavía tenía sus palabras bien grabadas en mi cocorota: tu espíritu de Gran Lobo solo actúa en el mundo espiritual y etéreo, lo terrenal lo deja para tu fuerza de guerrero nato. No obstante, esto no debe llevarte a engaño o decepción, puesto que todo ser tiene alma, incluidos los vampiros, y esto te dota de un grandísimo e inigualable poder, ya que tú puedes ver esas almas, puedes manipularlas, puedes destruirlas.
Destruirlas.
¡Bingo!
Como había hecho con Zhou, solamente tenía que mandar a mi elipse en busca de esas almas malvadas para destruirlas. ¡Qué fácil me resultaba ahora!
Los que antes habían sido gigantes, todavía se encontraban en la hierba, inconscientes, pero sus almas eran doradas, puras y limpias, así que no tenía nada que temer, estarían bien, no les pasaría nada. Y con mis lobos, lo mismo.
¡Rodead a los Vulturis y a su guardia, rápido!, ordené a mi manada. ¡Nessie, tú quédate donde estás!
Si no, ella también iría, claro.
Y así lo hicieron. Ante la mirada atónita de todas esas sanguijuelas y esas tres momias, mis lobos dejaron las peleas y saltaron repentinamente, rodeándolos a todos, incluido ese Felix, para desagrado de Emmett. ¡Ups! Se me había olvidado decirles que a ese no. Bueno, ahora ya estaba hecho.
―¡¿Qué estáis haciendo?! ¡Detenedlos! ―protestó Cayo, rechinando los dientes mientras miraba a su alrededor.
Pero su guardia ya no pudo hacer nada, mis lobos también eran muy ágiles y rápidos. Ahora estaban bajo nuestro control, nadie salía con vida de una emboscada de lobos.
Clavé mi rabiosa e iracunda mirada en los ojos de Aro y proferí un rugido que clamó mi supremacía y dominio, haciendo que todo el bosque se agitase. Todos los lobos normales que habían contestado a mi aullido hacía dos noches volvieron a responder ahora, dejándome claro que ellos estaban conmigo.
El vaho azul de esos viejos decrépitos llegaba hasta el cielo, hasta el adormilado pareció despertarse de su eterna siesta. El último cerró los ojos y esperó con una expresión aliviada, daba la sensación de que llevaba ansiando la muerte desde hacía muchos siglos. En contra, el dueto formado por Aro y Cayo rechinaba las dentaduras mientras miraba a sus lados, buscando una posible escapatoria. Pero sabían que no la tenían. Aunque consiguieran zafarse de alguno de mis hermanos, mi poder espiritual llegaría a ellos igualmente. Sí, habían perdido la batalla.
Ese chiflado de Aro pareció aceptar su derrota.
―He de reconocer que eres muy poderoso, nos has vencido ―admitió, mirándome con esa sonrisa de loco mientras juntaba sus secas manos―. Nunca antes habíamos perdido una batalla, es impresionante. Así que, alegando a esa indulgencia de la que seguro gozarás, no nos queda más remedio que rendirnos e implorarte compasión.
Maldito viejo cobarde. La momia canosa rechinó los dientes con resignación y el adormilado ahora mantenía sus ojos muy abiertos, a la expectativa. Su chusma no se creía lo que estaba oyendo, casi parecían un poco decepcionados. Excepto el pelirrojo, que mantenía ese semblante de honorabilidad al mirarme, como si siempre hubiera sabido que yo iba a ganar.
¡Arg, me daba igual! ¡Bien, ahí iba!
Sin perder más tiempo, erigí un círculo de luz brillante y lo transformé en uno de fuego. Todo mi organismo estaba lleno de adrenalina y excitación, hasta mi corazón se aceleró, ansioso. Sí, porque por fin iba a terminar con toda esta basura, para siempre.
Hinché mi círculo, preparándolo para extenderlo y estallarlo como una bomba nuclear.
No hacía falta hablar para que entendieran el mensaje que iba a proclamar ahora mismo a los cuatro vientos.
¡Moriréis todos, malditos chupasangres!, rugí con cólera, haciendo que todos los ojos de rata que me rodeaban se abrieran como auténticos platos, aterrorizados.
―¡No lo hagas, Jacob! ―escuché de pronto.
Y antes de que pestañease, perplejo, Edward se plantó delante de mí. ¡¿Pero qué demonios estaba haciendo?!
¡¿Qué dice?!, protestó Paul. ¡Termina con ellos de una maldita vez!
¡Quítate del medio, te lo advierto!, gruñí con furia.
¡Jake!, exclamó Nessie, cauta, saliendo de mi barrera para ponerse frente a mí también.
Nessie, vuelve a la barrera, le pedí, hablando entre dientes.
―No puedes matarlos, Jacob ―me dijo Edward.
No me lo podía creer. ¿Pero qué les pasaba a estos ahora? ¿Cómo que no podía matarlos?
¡No, mátalos!, gruñó Quil.
Mi vista se fue sola durante un segundo hacia esos viejos decrépitos. Suficiente para ver cómo la comisura de ese repugnante labio de Aro se alzaba un milímetro. ¡Maldito chiflado!
¡Ni hablar! ¡Quítate del medio!, le grité, lleno de ira.
Jake, por favor, escucha a mi padre, me rogó mi chica, sujetándome por los hombros.
¿Tú también?, le reproché, enfadado.
Escucha, cielo, me imploró, mirándome con esos ojitos tan dulces capaces de derretir los mismísimos polos. Guay. Sabes que hagas lo que hagas, yo te apoyaré al cien por cien, pero Carlisle tiene razón. Por muy raro que parezca, los Vulturis son totalmente necesarios en nuestro mundo. Sé que esto es muy difícil para ti, pero si ellos no estuvieran todo se descontrolaría, sería una locura.
Nessie…, protesté, apretando las muelas con rabia.
Tiene razón, opinó Sam, para mi asombro. Son una escoria, pero tienen al resto de chupasangres bajo control.
¡¿Pero qué estáis diciendo?!, se quejó Jared. ¡Da igual! ¡Después de todo lo que nos han hecho, no podemos dejarles marchar así como así!
Por eso hay que hacer ese tratado, siguió el lobo negro.
¡¿Qué estás diciendo?!, inquirí, furioso. ¡No, no, ni de coña!
―Escúchale, te lo ruego ―me pidió Edward―. No obres a lo loco, piensa en las consecuencias que esto tendría. Y hablo de unas consecuencias a nivel mundial.
―Si nos quieres matar, estás en tu derecho, pero has de tener en cuenta que nuestras leyes son muy necesarias ―intervino ese osado de Aro, juntando sus tísicas manos a modo de negociación―. Y no es nada fácil hacerlas cumplir, créeme.
¡Dile que cierre esa bocaza o me lo cargo ahora mismo!, le advertí, dedicándole un rugido a ese fósil arrogante.
―Aro, será mejor que no digas nada ―le tradujo Edward, como siempre, sustituyendo mis palabras.
Este asintió con gesto serio e hizo una especie de reverencia. Imbécil. No sé a qué estaba esperando para liquidarle…
Tienes que pensar en la tribu, pero también en los millones de humanos que habitan el planeta, alegó Sam.
Sam tiene razón, apoyó Seth.
¡Pues yo digo que terminemos con ellos de una maldita vez!, declaró Leah.
De repente, mi cabeza se llenó de voces que mantenían un intenso debate.
¡Mierda, mierda, mierda y mil veces mierda! Ahora estaba hecho un auténtico lío. ¡Maldita sea!
¡Mierda, callaos todos de una maldita vez!, les regañé.
Acto seguido, obedecieron.
―Por favor, tranquilízate ―me rogó Carlisle desde mi barrera―. Hablemos de esto con más detenimiento, ¿te parece bien? De hombre a hombre, meditando todas las cuestiones. No tenemos por qué tener prisa.
Por favor, imploró Nessie, clavándome esa mirada tan dulce.
¡Arg! ¡Maldita sea!
¡Está bien, lo hablaremos! ¡Pero no os garantizo nada, solamente quiero aclarar las cosas con vosotros, ¿me oís?!, accedí, muy enfadado.
―Gracias ―asintió Edward.
―Oh, gracias ―le acompañó ese estúpido de Aro, juntando sus manos otra vez.
Esquivé a Edward con un movimiento rápido y temperamental y me incliné para dedicarle a Aro otro rugido potente que restalló por todas partes, haciendo que todos esos asquerosos vahos miedicas subieran hasta las nubes una vez más.
¡Eso no quiere decir que no vaya a mataros!, rugí de nuevo.
―Por favor, Aro, si queréis seguir con vida te aconsejo que no vuelvas a hablar más ―le avisó Edward, mirándole con una mirada que podría haberle fulminado también.
Ese idiota volvió a asentir con esa reverencia.
¡No les quitéis ojo, ¿entendido?!, ordené a mis hermanos mientras me dirigía a la zona arbolada para cambiar de fase. ¡Si alguno intenta escapar, matadle, sea quien sea!
Entonces, cuando inicié la andadura hacia allí, me fijé en otra cosa que a punto estuvo de rajarme el estómago, del ácido que emanó de este.
Esos desgraciados de Razvan, Nikoláy, Ruslán y el dichoso encapuchado de negro habían aprovechado todo ese jaleo para escapar. ¡Malditas ratas! Para ser sinceros, tenía que reconocer que no me había acordado de ellos hasta ahora. Pero no solo ellos. Vladimir y Stefan también habían huido como cobardes. Estos últimos ya me importaban un bledo, pero los primeros… ¡Me hervía la sangre! ¡Maldita sea! ¡Otra vez se habían escapado con vida! ¡Otra vez que me había quedado sin mi venganza! ¡Arg! ¡Esto era una mierda! ¡Todo! ¡Todo era una maldita mierda!
Pero mi vista también se fijó en esas personas que antes habían sido gigantes.
Michael, Nathan, trasladad a esa gente a otro sitio, no tardarán mucho en despertarse. Después id al pueblo más cercano. Allí avisad a alguien para que vayan a buscarles. No se os ocurra decirlo en persona, ¿vale? Llamad por teléfono a los servicios de emergencia o algo así. Ya os aviso con lo que salga de aquí.
De acuerdo, aceptó Michael, aunque a regañadientes.
Podía ver en sus mentes las ganas que tenían de ver en qué terminaba esto, pero alguien se tenía que encargar de esas personas, ¿no?
Así que mis dos lobos salieron de ese círculo que rodeaba a los Vulturis y su chusma, círculo que fue cerrado a cal y canto otra vez por el resto de mi manada, y yo me dirigí a los árboles para adoptar mi forma humana.
Salí de allí todavía subiéndome la cremallera del pantalón y me dirigí a los chupasangres de mi familia como un explosivo rabioso, solo me faltaba un fuego saliéndome de la cabeza.
Caminé, enrabietado, y por fin, me planté delante de ellos.

7 comentarios:

  1. Buen capitulo....simplemente me encanta ......
    con gusto espero el siguiente
    gracias
    elsa

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  2. Tamara gracias por tan buen libro tu talento es único perdona por no haber comentado antes pero tenía los días muy ocupados entre trabajo, colegio y Cathy quedo rendida oh ella te manda saludos y dice que eres la mejor y opino lo mismo leí los capítulos desde las siete de la ma~ñana y me encantaron mas cuando nesie se convirtió en loba de espíritu INCREIBLE bueno espero el prox igual de intenso y hasta pronto o hasta que tenga otro tiempito libre (=
    Kelly

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  3. eres la mejor Tamara, creo ke me stas cayendo bien... oye ¿ te puedo decir Tami? je je... el capi estubo de lo mejor

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  4. Estoy ansiosa por el siguiente capitulo y saber la desicion que toma jake acerca de los vulturis! veremos que pasa! jeje el capitulo fabulosisimo como siempre, como ya nos tienes acostumbrados! y estoy como loca esperando por los siguientes capitulos! Mucha fuerza para seguir escribiendo!
    B E S O S =)

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  5. Wow. Cada capitulo me sorprendes mas eres increible no es que yo lo diga creo que todos tus fans estamos de acuerdo en eso realmente espero que jake elimine a ese chiflado de aro y a la pitufina creo que el único que podría salvarse es el adormilado y el zanahorio los demas que desaparezcan espero el próximo con mas adrenalina y acción Jaja perdona por no comentar antes pero creo que el golpe me duele mas que cuando ocurrió y no es fácil salir con la pata vendada gracias saludos y suerte aunque no creo que la necesites.
    Kiara =)

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  6. Muy bueno! Me gusta como se dan vueltas las situaciones una y otra vez.
    Sol*

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  7. Muchas gracias, Sol!!! Eres un sol!! jajaja

    Lametones para ti!!!
    JACOB&NESSIE ^^

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