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sábado, 12 de noviembre de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 109: A CASA



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NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").

Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏


CAPITULOS:

PARTE DOS: NUEVA ERA

RENESMEE:

77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
93. BENEFICIO COLATERAL: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-93-beneficio.html
94. ECOGRAFÍA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-94-ecografia.html
95. FANTASMAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-95-fantasmas.html
96. MANIOBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-96-maniobra.html
97. "NO PUEDO": http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-97-no-puedo.html
98. SANGRE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-98-sangre.html
99. HERIDOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-99-heridos.html
100. PRUEBA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-100-prueba.html
101. ENTRENAMIENTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-101-entrenamiento.html
102. 6 DE FEBRERO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-102-6-de-febrero.html
103. PACIENCIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-103-paciencia.html
104. UN SER SUPERIOR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-104-un-ser-superior.html
105. ENVIDIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-105-envidia.html
106. CAMBIO DE PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-106-cambio-de-planes.html
107. PASAR PÁGINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-107-pasar-pagina.html
108. LA ESTRATEGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-108-la-estrategia.html


A CASA


Todos estábamos esperando la llegada de los refuerzos.
Jake y yo nos encontrábamos sentados en una de las múltiples rocas que se esparcían por ese terreno ya empedrado de por sí. Mi padre y Carlisle parecían enfrascados en una conversación en la que el resto de mi familia, especialmente mi madre, prestaba mucha atención. Hablaban demasiado bajo, tanto, que ni Jake ni yo podíamos oír nada, pero suponíamos que se trataba de algún ajuste en la estrategia, ya que Carlisle no parecía haberse quedado muy conforme con algo.
Los metamorfos, Ezequiel y Teresa esperaban pacientemente a nuestro lado, mientras que Jane, Alec, Demetri, Felix y Enguerrand lo hacían en el otro extremo. Los quileute seguían en su forma lobuna, ya que no se fiaban nada de la guardia de los Vulturis. Jacob tenía la mano metida por mi blusón, sobre mi vientre, para sentir las continuas pataditas del bebé. Eso le encantaba, y a mí también. Estaría en la gloria, si no fuera porque podía sentir el odio de Jane clavándose directamente en mí.
No sabía si hacía muy bien en estar aquí y en acompañar a Jacob en esta batalla. No quería ser un estorbo ni una carga, pero realmente tampoco me quedaba más opción. No podía separarme de él, pues eso era peligroso para el bebé. ¿Y si estaba en casa y llegaban Razvan y el resto de los magos? Por mucha protección que tuviera, incluida la de Ezequiel, ellos seguían siendo más poderosos. Solamente Jake podía combatir la magia de los tres, por eso era mejor que el bebé y yo no nos despegásemos de su lado. Bueno, aunque tenía que reconocer que me había alegrado de estropear las intenciones de Jane.
Justo acababa de pensar en esto, cuando Carlisle, acompañado por mi padre y el resto de mi familia, se acercó a nosotros. Papá traía un semblante algo enfadado y mi madre venía acariciándole el brazo, como si tuviera que calmarle, cosa que llamó mi atención.
Jake sacó la mano de mi blusón cuando vio que llegaban frente a nosotros.
―Jacob, ¿podemos hablar? ―le pidió Carlisle.
―Esto es un error ―murmuró mi padre, mirando hacia otro lado con disconformidad.
Mamá volvió a acariciarle el antebrazo.
―¿Qué pasa? ―se extrañó Jake, y más al ver esa actitud de papá.
Carlisle me miró con prudencia durante un fugaz segundo y después dirigió su vista hacia Jacob.
―Creo que sería mejor que Nessie no nos acompañase ―dijo con voz suave y cauta.
Mi corazón se detuvo durante un instante.
―¿Cómo? ―cuestionó mi chico, frunciendo las cejas.
―Solo queda una semana para que empiece su octavo mes de gestación ―empezó a explicar Carlisle―. En esta etapa del embarazo ese tipo de transporte podría ser peligroso. Aunque Teresa intente llevarla con delicadeza, alcanzaréis una velocidad muy rápida, y los viajes hasta las cuevas serán demasiado movidos para ella ―noté cómo mi rostro reflejaba esa desazón que empezaba a sentir mi corazón conforme mi abuelo hablaba―. Además, no me acaba de convencer el truco de invisibilidad de Ezequiel. Nosotros tampoco la veremos, y aunque Edward o vosotros los lobos nos aviséis, puede darse el caso de que alguno de nosotros ataque, ella esté en medio y sea demasiado tarde para evitarlo. Eso sin contar el alto grado de estrés que le puede causar la batalla. No es aconsejable.
Me quedé muda. No pude decir nada, porque Carlisle tenía razón, y lo sabía. Y también sabía que era una carga, aunque ellos no lo dijeran para no herir mis sentimientos. Pero, por otra parte, me daba tanto miedo separarme de Jacob. Mi mano se fue automáticamente a mi abultada barriga. ¿Qué íbamos a hacer el bebé y yo sin él? ¿Y si nos atacaba Razvan mientras tanto? Mi horrible pesadilla se instauró en mi cabeza al instante y mi respiración se agitó algo. Miré a mi marido. Él parecía estar teniendo el mismo pensamiento que yo, aunque también percibí todo un revoltijo de dudas.
―¿Y qué propones que hagamos? ―le preguntó Jake, nada conforme, aunque visiblemente muy preocupado.
―Es un error ―repitió mi padre, adelantándose a mi abuelo, al tiempo que se llevaba la mano al pelo con algo de nerviosismo.
Mi madre también estaba nerviosa, y se notaba que estaba llena de dudas.
―No hay otra solución. Ella debe estar en casa, en un sitio tranquilo y en reposo ―afirmó Carlisle, contundente.
Jacob se levantó de sopetón, alterado y confuso. Yo me uní a él y me puse de pie.
―No, no puedo separarme de ella, lo sabes ―rebatió con inquietud y desconcierto―. Si se queda en casa y aparece Razvan… ―se giró a un lado y sus dientes chirriaron. Después, se dio la vuelta otra vez para mirarle, siguiendo con ese desasosiego―. ¿Cómo voy a protegerla entonces, eh? Dime, si yo estoy aquí y ella en casa, ¿cómo voy a protegerla?
―Solamente será una noche. Mañana a medio día estarás en casa con ella ―intentó calmarle Jasper.
―Eso si todo sale como tenemos previsto ―discutió mi chico, observándole con la misma ansiedad.
―Saldrá ―aseguró mi tío.
Jake gruñó, mirando a un lado, dubitativo. Una vez más, yo no supe qué decir. Era una situación demasiado complicada y yo me encontraba entre dos aguas.
―No me gusta ―refunfuñó Jacob, sacudiéndose el pelo.
―Es lo mejor para ella y para el bebé ―opinó Alice.
―Lo mejor es que no se separe de mí, lo sé ―reiteró Jake con desasosiego.
―Pero no puede venir ―dijo Rosalie.
Mi chico comenzó a dar paseíllos intranquilos al tiempo que sus manos se aferraban a su pelo, con la mirada clavada en el suelo, confuso, nervioso y dubitativo. Me dolía verle así, tan perdido y desconcertado.
―Tendrá protección en casa, y como ha dicho Jasper solamente serán unas horas ―declaró Alice―. Ezequiel puede quedarse con ella y hacer un hechizo preventivo. Además, la pulsera la protege.
―Pero Jacob tiene razón ―intervino mi padre con el rostro lleno de incertidumbre y pesadumbre―. Renesmee no estará completamente segura si no está con él.
Los pies de Jacob seguían caminando de aquí para allá.
―Sí, Edward, pero ya has oído a Carlisle ―reseñó mi madre, que también tenía un lío mental importante―. No… no sé qué será peor, la verdad. Yo no estoy segura de lo que es mejor en este caso ―y metió la mano entre su cabello, también con inquietud.
―Nessie no debe estar aquí, no debe someterse a nada de esto en su estado ―insistió mi abuelo, ahora con más ahínco―. Como su médico, debo oponerme rotundamente. Ahora bien, si decidís lo contrario, yo no me hago responsable.
Mis manos se fueron a mi barriga de una forma instintiva cuando terminé de escuchar eso. No podía quitarme de la cabeza mi pesadilla, sin embargo, Carlisle tenía razón, no podía obviar eso tampoco, no podía poner en peligro mi embarazo. Además, tampoco dejaba de pensar en la carga que sería para todo el mundo, lo único que haría sería retrasarles y complicarles las cosas, entorpecerles, y eso sería peligroso para ellos. Jasper y Alice estaban en lo cierto, solamente iban a ser unas horas, unas horas que se me harían eternas, pero no tenía por qué pasar nada, y mañana a mediodía Jacob estaría en casa de nuevo, puede que incluso antes. Él era el Gran Lobo, solo tenía que aniquilar a esos licántropos de un solo bandazo con su poder espiritual. Y él era muy, muy rápido. Recorrería las cuevas vertiginosamente, así que no tardaría tanto en terminar con todos los licántropos. Puede que yo estuviera exagerando las cosas debido a este tremendo miedo que ya casi era parte de mí, puede que este temor ya me estuviera dominando demasiado, quizá me estuviera volviendo demasiado paranoica. Sabía que me iba a desesperar por tener que separarme de Jacob, pero no podía ser un hándicap para mi familia, no podía ponerles en un peligro mayor del que ya tenían encima.
Mi padre me miró algo atribulado en cuanto terminé de pensar todo esto, pero también intuí cierta resignación.
―¿Qué vas a hacer, Jake? ―le preguntó mamá, intranquila.
―No… no lo sé ―admitió él, revolviéndose el pelo una vez más―. Esto es peligroso para el bebé y para ella, pero lo otro también. No sé, sigo pensando que lo mejor es que estuviera conmigo.
―Tú tienes la última palabra ―añadió Jasper―. Se hará conforme tú digas.
Me acerqué a Jacob y le detuve, poniendo mis manos sobre sus hombros.
―Jake, escúchame ―le rogué, mirándole a los ojos como pude―. Creo que lo mejor es que me vaya a casa.
―Nessie… ―empezó a quejarse.
Esto me dolía como si yo misma me estuviese clavando un puñal, porque todo mi corazón, todo mi ser, me imploraba y me pedía a gritos que me quedase con él, no quería irme de su lado. Sabía que Jacob iba a estar tan preocupado por mí como yo por él, sin embargo, esto era lo mejor para todo el mundo, y para él también. Ya no tendría que estar pendiente de mí todo el tiempo, ya no tendría que cargar conmigo a todas partes.
―Solo serán unas horas, y yo estaré bien protegida ―conseguí decir―. Mañana a medio día llegarás a casa y yo estaré esperándote.
Preferí decírselo con palabras, sin usar mi don, porque así él no vería la debilidad de mis verdaderos pensamientos.
―No sé, Nessie. No me gusta ―objetó, nervioso.
―Carlisle tiene razón, estoy de casi ocho meses, no debería ir con vosotros ―argumenté, confiriéndole a mi voz un tono lo más creíble y confiado posible―. Esto también podría ser peligroso para el bebé.
―Lo sé, pero…
―Estaré bien protegida ―según lo iba soltando para convencerle, me estaba intentando convencer a mí misma también―. Aparte de Ezequiel y los chicos, la pulsera me protege. Y recuerda que desde que tú tienes más poder, ella también. Pero no te preocupes, no va a pasar nada, solamente serán unas horas.
―Mierda, Nessie… ―masculló, mirando a un lado con resignación y rendición, si bien no le veía muy convencido aún, porque no dejaba de revolverse el pelo con la mano. Luego, se volvió hacia mí―. Está bien ―accedió, aunque a regañadientes, poniendo los brazos en jarra a la vez que se movía sin parar.
―No te preocupes, no nos pasará nada ―le tranquilicé, dándole un beso en la mejilla―. Todo saldrá bien, ya lo verás.
Sus preciosos y brillantes ojos negros se clavaron en los míos durante unos segundos con una resolución que a punto estuvo de hacer que mi corazón saliese volando, junto con mis mariposas. Entonces, miró a mi padre con determinación y diría que incluso haciendo uso de su condición de Alfa.
―Me gustaría que tú y Bella estuvierais con ella ―le pidió, usando un tono más bien solemne―. No es que no confíe en los demás, pero sé que vosotros seréis los que mejor la protegeréis.
―Cuenta con nosotros ―asintió mi padre, correspondiendo esa solemnidad.
Mamá asintió también.
―Ezequiel también irá con vosotros. Perdemos a tres aliados muy fuertes aquí, pero prefiero que la protejáis a ella ―agregó mi chico.
―La protegeremos ―afirmó mi madre.
―Leah ―la llamó. La loba gris ya estaba mirándole, como el resto de los metamorfos, Ezequiel y Teresa―. Avisa a Sam. Dile que hay un cambio. Ahora Edward, Bella, Ezequiel y Teresa sustituirán a Michael, Nathan, Daniel y Cheran, ¿vale? Que le diga a esos cuatro que se vengan.
La loba asintió con la cabeza.
―Espera ―dijo mi padre de pronto―. Ezequiel debe quedarse. Para que Aro acepte incluirle en el tratado de buen grado es recomendable que Ezequiel participe en esa lucha a su favor. Aro verá su predisposición a la paz.
―Me importa un comino lo que ese vejestorio vea o no ―discrepó Jake de mal humor―. Necesito que Ezequiel le haga uno de esos hechizos preventivos a Nessie.
―Puedo hacérselo ahora, aunque si lo prefieres, puedo marchame con ellos y hacérselo en vuestra casa, como gustes ―declaró el mencionado.
―¿Se lo puedes hacer ahora? ¿Y será igual de efectivo? ―quiso saber mi chico.
―Sí, será igual de efectivo.
―Y supongo que no le hará daño al bebé, ¿no? ―se aseguró.
―Ningún daño. Yo hago uso de la magia blanca, es totalmente inocua para las personas, incluido el bebé ―le garantizó el mago.
La mente de Jacob se lo pensó durante un par de segundos.
―Está bien, de acuerdo ―accedió finalmente―. Hazle ese hechizo y quédate con nosotros. A lo mejor contigo aquí esta mierda termina primero.
Ezequiel asintió con un elegante movimiento de cabeza.
Se aproximó a mí y yo tragué saliva. Jacob se apartó un poco para dejarle trabajar y no quitó ojo en ningún momento. Me preparé para afrontar algún tipo de fuerza o energía en mí, para verle hacer algún conjuro pomposo y estridente sin asustarme, pero, para mi asombro, nuestro mago simplemente me puso la mano en la cabeza, cerró los ojos y, como un chamán, murmuró unas palabras ininteligibles e intraducibles. No sentí absolutamente nada. En cuanto terminó de pronunciarlas, retiró la mano y se echó para atrás.
 ―¿Ya está? ―se me adelantó Jacob, ya que yo iba a formular la misma pregunta, parpadeando algo pasmado.
―Sí ―le confirmó Ezequiel―. El hechizo que le he puesto repele una amplia gama de hechizos y conjuros.
―O sea, una vacuna en el mundo de los magos ―dijo Emmett, sonriente.
―Efectivamente ―sonrió Ezequiel―. Aparte del amparo de la pulsera, ahora lleva una protección extra muy efectiva.
―Bien ―aprobó Jake con un poco más de alivio, aunque aún algo intranquilo. Se dirigió a la loba plateada una vez más―. Leah, entonces dile a Sam que vengan Michael y Nathan. Los sustituirán Edward y Bella.
Leah asintió, obediente.
―Debemos partir ya, entonces ―opinó papá―. La noche no tardará mucho más en llegar, y no quiero que Renesmee pase frío.
Sabía que lo decía porque iba a tener que llevarme en sus gélidos y pétreos brazos, nada comparado con los calentitos y cómodos brazos de Jacob.
―De acuerdo ―asintió Jacob, suspirando desasosegadamente.
Nuestros ojos se engancharon con desazón, fue inevitable. Se acercó a mí y los dos nos unimos en un fuerte abrazo espontáneo y sincronizado. Mis manos se agarraban a su camiseta con ansiedad y tuve que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para no echarme a llorar, pero el nudo que sentía en la garganta me ahogaba.
Se liberó, puesto que mis brazos se negaban a desprenderse de él, y me miró durante un instante. Sus pupilas oscilaban continuamente sobre las mías, y mis mariposas vibraron en mi estómago. Pensaba que iba a besarme, pero entonces él me sorprendió cuando se agachó, apoyando una de sus rodillas en el terreno, y alzó mi blusón. Cerró los ojos, pegó su ardiente frente a mi hinchada barriga y lo acarició con la misma, eso ya me conmovió profundamente, pero cuando la despegó y llevó sus tórridos labios para besar mi vientre con esa ternura, dulzura y consagración, todos esos sentimientos que aguantaba con mi frágil nudo me embargaron con contundencia. Para cuando se puso en pie, mis ojos ya estaban inundados.
Me tomó por la cintura y me arrimó a su cuerpo, haciendo saltar a los coloridos insectos de mi estómago una vez más.
―Me gustaría que se llamase Anthony ―conseguí decirle con un hilo de voz tembloroso que intenté evitar, inútilmente.
―¿Anthony?
―Anthony Jacob ―terminé del todo, mirando a mis adorados ojos negros.
Sonrió con un ligero levantamiento de los labios. La última parte le gustaba.
―¿Al final te gusta Anthony? ―su voz sonó muy dulce, y su mano subió para acariciar mi mejilla.
No me había dado cuenta de que una lágrima se había escapado, hasta que el dorso de sus sedosos dedos la enjugaron.
―Es el segundo nombre de mi padre ―confesé con un frágil murmullo―. Me hace mucha ilusión. Pero si a ti no te gusta…
Las yemas de sus dedos interrumpieron mi frase al ponerse sobre mis labios. Luego, las retiró y llevó su mano a mi cintura de nuevo.
―Me gusta ―sonrió, sincero―. Anthony Jacob.
―Sí. Tony Jake ―no pude evitar reírme al recordar ese nombre compuesto que sonaba tan gracioso, aunque mi risa era muy apagada.
Jacob también soltó una risa débil, pero nuestras sonrisas no tardaron nada en morirse del todo, y más cuando nuestros ojos volvieron a encontrarse con esa pesadumbre e inquietud.
Esta vez pegó su frente a la mía. No pude evitar exhalar un estimulado suspiro, mis brazos se apresuraron a rodear su cuello y mis labios ya buscaban a los suyos con desesperación. Esta era la primera vez durante todo mi embarazo que me estorbaba la barriga, porque lo único que ansiaba con toda mi alma era fundirme con él para que nada ni nadie pudiera separarnos. No quería irme, no quería alejarme de él ni despedirme, no quería dejarle aquí… Pero tenía que hacerlo, tenía que ser fuerte. Solo iban a ser unas horas…
―Mañana a mediodía estaré a tu lado ―me prometió con confianza y determinación―, y entonces nadie ni nada podrá volver a despegarme de ti.
Esa energía mágica y hechizante de siempre ya fluía a nuestro alrededor.
―Jake… ―susurré, aferrando mi mano en su pelo para que me besase ya.
Unió sus labios a los míos, por fin, y los míos le correspondieron con una efusividad desbordante. De pronto, estábamos completamente solos, únicamente podía sentirle a él. Sus manos me apretaron contra su cálido cuerpo. Me estremecí, las mariposas recorrían todo mi ser, mi corazón latía a mil por hora, anheloso, frenético, y podía sentir el suyo latiendo con el mismo ímpetu… Su boca, su abrasador y dulce aliento, sus manos acariciando mi espalda con avidez, su poderoso cuerpo adosado al mío, todo me hacía palpitar y me abrumaba…, pero eso hizo que me emocionase más, y mi nudo saltó. Las lágrimas comenzaron a invadir mi rostro y caían sobre el suyo, mojándole a él también. No podía explicar lo que sentía en estos momentos en los que nuestras bocas se enredaban sin descanso, mi corazón era un revuelto de sentimientos y sensaciones que se extendían por todo mi organismo. Nos besamos con toda el alma, entregándonos completamente, con una pasión exagerada, rayana en la locura, presa de esta ansiedad e inquietud que nos embargaba a los dos. Era como si quisiéramos darnos todos los besos que nos iban a faltar durante estas horas que estaríamos separados en uno solo. Mis manos ya no sabían qué hacer para retenerle, para que no dejara de besarme nunca… Quería estar así para siempre, eternamente…
Sin embargo, los dos sabíamos que teníamos que parar. Con todo el dolor de nuestro corazón, conseguimos terminar el beso. Dejamos nuestras frentes unidas para recuperar el aire y la cordura.
―Te quiero ―la voz le salió más ronca de lo normal, por la emoción que intentaba ocultar.
―Te quiero ―logré articular con un endeble susurro.
―Todo saldrá bien ―murmuró―. Dentro de unas horas volveremos a estar juntos.
Ahora era él quien me animaba a mí. Genial.
―Lo sé ―asentí.
―Tenemos que irnos ―irrumpió mi padre, usando una entonación muy tierna.
Se notaba que no quería separarnos, pero que no le quedaba más remedio.
Jacob despegó su frente y me miró a los ojos. Observé los suyos atentamente, como si nunca los hubiera visto. No quería perderme ni un detalle de ellos. Eran preciosos, tan especiales. Él parecía estar pensando lo mismo que yo, aunque a la inversa.
―Cuida de Anthony ―me pidió, alzando la comisura de su labio levemente al tiempo que llevaba una de sus manos a mi barriga para acariciarla.
―Sí ―sonreí.
Alzó las dos manos, sujetó mi rostro y me dio un beso corto y dulce que me dejó sin respiración.
Solo fui capaz de notar algo frío sobre mi brazo.
―Nos tenemos que ir ya, cielo ―me dijo mamá, también con delicadeza.
Sentí que se desprendía parte de mí cuando mis brazos se deslizaron por su torso e iniciaron una caída en picado hacia abajo para soltarse de él. Una parte de mi alma se quedaba junto a Jacob. El nudo volvió a enredarse en mi garganta y tuve que respirar muy, muy hondo para retenerlo ahí sin que explotara. Nuestros ojos no querían dejar de mirarse, seguían clavados, observándose fijamente.
Mamá me tomó de la mano y tiró de mí con ligereza para hacerme andar. Mis pies se vieron forzados a dar unos pasos hacia atrás y después se sorprendieron al verse levantados por una fuerza extraña. Era mi padre, que me estaba cogiendo en brazos. Papá se dio la vuelta, pero mi rostro no dejó de mirar a Jacob en ningún momento.
Jake intentó sonreír para hacerme la marcha menos triste, sin embargo, su sonrisa le salió demasiado desvaída. Las facciones de su rostro no podían engañarme, podía ver lo preocupado que se quedaba. Él seguía sin fiarse, seguía pensando que lo mejor era que yo me quedase a su lado todo el tiempo, pero también había cierta claudicación en su expresión, como si no le quedase más remedio que resignarse a esto, puesto que sabía que Carlisle tenía razón. Aunque trataba de ocultarlo, yo sabía lo que le dolía dejarme marchar así, eso me encogía el corazón aún más.
Había un silencio extraño y decadente que había permanecido todo el tiempo, desde que Jake y yo habíamos comenzado a despedirnos. Nadie hablaba, nadie se movía. Nadie, excepto una persona.
Mi padre ya estaba descendiendo por la misma pendiente que habíamos recorrido para subir, y Jake desapareció de mi vista cuando la línea de la cuesta lo fue engullendo poco a poco. Sin embargo, alguien continuó en mi plano de visión. Era esa persona que sí se había movido. Jane.
Mis ojos ya no podían ver a Jacob, así que no pudieron evitar virar hacia ella. Su gesto fue muy sutil, pero fue suficiente para que yo lo percibiera y me hiciera rechinar los dientes.
Allí, en lo alto de la cuesta, Jane alzó su arrogante labio para sonreír con una satisfacción que me recordó al triunfalismo del día anterior. Mis uñas se clavaron en la impenetrable y pétrea piel de la espalda de mi padre y la miré con un odio que me asustó hasta a mí.
―Intenta no hacerla caso ―murmuró mi padre, procurando calmarme.
Mamá se giró, dejó su dentadura al aire y le dedicó un sonoro gruñido. Pero Jane levantó su labio aún más para restregármelo por las narices.
Volví a apretar mis muelas y mis uñas casi se rompen.
Hasta que por fin la perdí de vista.

10 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy Tamara ^^

    MUCHAS GRACIAS A TODOS POR SEGUIR LEYÉNDOME Y POR DECIRME ESAS COSAS TAN, TAN BONITAS QUE ME PONÉIS =) , SOIS LOS MEJORES!!!!

    Iris e Ini Narvel: no os preocupéis, tendremos algún momento entre Bella, Edward y Nessie ;) A mí tb me gustan esos momentos *-*

    Dentro de poco ya empezará la acción!!! Yujuuuuuu!!!!

    Lametones para todos, mis amigos en la distancia!!!! ¡Auuuuuuuuuuuuuuu!

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  2. muy lindo capi..las despedidas son siempre tristes...je...pero que se le va hacer...un que bueno... espero que empieze la accion...salu2 a todas mis amigas de la distancia...

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  3. Hola Tamara:
    Aaagggg.... me haces llorar chica ....no me gusta , no me gusta que se quede....en fin veremos que pasa....como siempre muy bueno.... gracias
    elsa

    Un saludo y un abrazo a todos

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  4. hola tamara!!!
    hola chicos!!
    estoy de vuelta...s complica cuando uno no tiene internet,, :( pero estoy presente...
    tama ra guauu.. el capitulo hermoso.. la despedida re tristr como todas:(
    y se va a llamar anthony... (como edward...)y claro jacob jajaj :) piel de gallina, me asa poner espero q todo salga bien..
    bueno nos vemos la proxima..
    saludos desde argentina YANINA..

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  5. Awwwww!! Odio las despedidas ;( que triste!! Aunque ya quiero que llegue el momento padre-madre e hija, sera muy emotivo,

    Hasta el martes,

    Un beso,

    Lizbeth, Republica Dominicana

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  6. Aww detesto cuando Nessie & Jake se separan, siempre lloro :( jajaja Tamara! no he podido comentar en estos días pero TODOS los martes, jueves y sabados leo los capitulos, me encanta de verdad sigue asi amiga :) besos
    atte. Isabeu Galan

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  7. Heyyy Tamara gracias por q nos daras ese momento entre los tres ed,bells y nessie....que pena que la pobre nessie y jake tenga que separarse pero ya quiero leer el siguiente capi.....:)

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  8. eiii, mola muchissimo sigue que cada vez me emociono mas, fijate si me gustan que hasta se me hacen cortisimos los relatos, sigue que lo estas haciendo muy bien... Animo!!! Tamara.

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  9. me encanta esta historia, cada día me engancho mas... besos, ody

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  10. Wow que capítulos tan buenos eres increible de verdad.
    No me gusta que Jake y Renesme se separen pero en fin todo sea por el bien del pequeño Antony Jacob.
    Una duda, Teresa tiene algún don porque si no sabe pelear puede pasarla algo de verdad estoy con esa duda.
    Perdona por no haber comentado pero mi compu se bloqueo o yo no se que pero se niega a trabajar u_u hasta el prox capitulo
    Saludos a todos los que nos une tu historia y a ti por supuesto de kiara

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