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NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").
Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏
CAPITULOS:
PARTE DOS: NUEVA ERA
RENESMEE:
77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
93. BENEFICIO COLATERAL: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-93-beneficio.html
94. ECOGRAFÍA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-94-ecografia.html
95. FANTASMAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-95-fantasmas.html
96. MANIOBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-96-maniobra.html
97. "NO PUEDO": http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-97-no-puedo.html
98. SANGRE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-98-sangre.html
99. HERIDOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-99-heridos.html
100. PRUEBA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-100-prueba.html
101. ENTRENAMIENTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-101-entrenamiento.html
102. 6 DE FEBRERO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-102-6-de-febrero.html
103. PACIENCIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-103-paciencia.html
104. UN SER SUPERIOR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-104-un-ser-superior.html
105. ENVIDIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-105-envidia.html
106. CAMBIO DE PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-106-cambio-de-planes.html
107. PASAR PÁGINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-107-pasar-pagina.html
108. LA ESTRATEGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-108-la-estrategia.html
109. A CASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-109-casa.html
110. DE NADIE (PARÉNTESIS JANE): http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-110-de-nadie.html
JACOB:
111. ¿QUÉ PUEDES HACER CUANDO TUS TRIPAS SON UN MANOJO DE NERVIOS?: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-111-que-puedes-hacer.html
112. MENUDO PANORAMA QUE TENGO DELANTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-112-menudo-panorama.html
113. ¡¿Y A MÍ QUÉ DEMONIOS ME IMPORTA EL PODER?!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-113-y-mi-que.html
114. NO, AHORA MISMO NO PODÍA PERDER EL TIEMPO CON ESO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-114-no-ahora-mismo.html
VENGA, VENGA, YA QUEDA MENOS
Mis patas no hacían más que
corretear por esa dichosa montaña con prisas. Maldita sea, me había perdido. El
tema es que había salido despedido de la primera cueva, atravesando la cascada,
y después no había podido regresar a esa misma caverna, con lo cual, tuve que
arreglármelas para salir de la otra gruta, esa en la que había aniquilado al
último licántropo. Y, claro, la salida estaba por otro lado, ya no daba al
camino por donde había venido.
Genial.
No tenía ni idea de dónde
demonios estaba. Intenté visualizar el mapa del pelirrojo en mi mente, para ver
si daba con algo que me ubicara, pero de momento, no había forma.
Resoplé por las napias.
Podía escuchar el ruido de
la catarata, eso me dio una pista. A ver, el río lo tenía situado en ese mapa
imaginario, quedaba a la izquierda de la montaña, y si tiraba por aquí… Sí, si
me dirigía en esta dirección, el sonido del agua se correspondía con la
orientación del plano.
¡Eso es!
Trum, trum, trum, trum.
Galopé por esa ladera inclinada, recorriéndola de una forma
transversal, y después de un buen rato, llegué a divisar el río.
¡Por fin me pispaba de dónde estaba!
¡Quil, ya me he ubicado!, le anuncié, pues ya se habían
enterado de mi desorientación, por supuesto. ¡Estoy en vuestra cueva en unos
minutos!
¡Pues menos mal!, se quejó.
Idiota. ¿Y yo qué culpa tenía de lo que había pasado? Encima que toda
la responsabilidad caía sobre mí. Bufé.
Pero también le comprendía. Las imágenes de su sesera y de las de
Embry, Michael y Nathan me mostraban los apuros que estaban teniendo para
controlar a esos monstruos que ya me recordaban a los diablos de Tasmania, de
lo repelentes, descontrolados y agresivos que eran.
Podía verlos a todos, pero
centré mi atención en la gente de la segunda cueva, ya que era a la que tenía
que dirigirme ahora. Mis hermanos, Teresa, Ezequiel, Eleazar, el rastreador, la
Naomi Campbell y los otros dos matones de Thiago, que no me acordaba de cómo se
llamaban, luchaban sin parar.
Estos últimos se manejaban
bastante bien, tenía que reconocerlo, pero mis lobos tampoco tenían nada que
envidiarles. Eleazar demostró que una vez perteneció a un ejército, aunque este
fuera la guardia de esos viejos decrépitos de los Vulturis. Teresa fue la que
más me sorprendió. Puede que no supiera luchar, pero demostraba un coraje y una
valentía enormes al ser la encargada de distraer a los licántropos, poniéndose,
incluso, como cebo. Ezequiel seguía todos sus movimientos y la sacaba de más de
un apuro, ayudado por alguno de mis lobos y Eleazar.
Apreté los dientes y el
paso.
Comencé a descender por la
pendiente de la montaña, clavando las almohadillas de mis patas en la roca para
no resbalarme hacia abajo.
No dejaba de pensar en
Nessie y el bebé. Ya había terminado con la primera cueva, pero todavía me
quedaban las otras tres. Tres cuevas más para llegar a su lado, a casa. Puede
que fuera una chorrada, lo sé, pero no podía quitarme de la cabeza que ellos no
estaban del todo protegidos. Bueno, vale, estaban Edward y Bella, y Nessie no
iba a estar mejor con nadie más que con ellos.
Sí, conmigo. Mierda.
Me sacudí la cabeza.
Cheran, ¿cómo va todo
por ahí? ¿Cómo está Nessie?, quise
saber, ya un poco ansioso.
Bien, todo bien, respondió él inmediatamente. Por aquí la
cosa está muy tranquila. Nessie está en la sala de estar, ¿quieres que entre
allí y la mire?
Uf, la tentación era
enorme, porque ya la echaba tanto de menos que me moría por verla. Pero era
mejor que no lo hiciera. Eso me distraería, y tenía que concentrarme en esta
misión. Cuanto antes terminara con todo esto, antes estaría con ella. Además, tampoco
era bueno que me comunicase con Nessie a cada instante. Si luego, por la razón
que fuera, no podía hacerlo, se preocuparía el doble. Era mejor mantener esta
dinámica y comunicarme con ella cuando terminase toda esta porquería. Ahora ya
sabía que todo iba bien, y eso bastaba.
No, no hace falta, le contesté a Cheran mientras seguía bajando por la
pendiente lo más deprisa que podía. Ese terreno lleno de baches y socavones de
piedra me estaba machacando la planta de mis patas. Guay. Solo dile…, bueno,
ya lo estará oyendo, pero dile a Edward que todo va bien, para que se lo
comunique a ella, ¿vale?
De acuerdo.
Daniel, ¿todo tranquilo
por el bosque?, pregunté.
Por aquí no haríamos más
que bostezar si no fuera por el jaleo que tenéis ahí, me informó.
Bien. ¿Y vosotros,
Brady?
Hemos divisado a tres
nómadas, pero están fuera de los límites de la tribu, me comunicó. Vamos a ir a echar un vistazo, y si
vemos que se acercan, les pararemos los pies.
Vale. Si hay alguna
novedad quiero que me la comuniquéis, ¿de acuerdo?
De acuerdo, respondieron los tres.
Continué descendiendo por
esa empinada cuesta, hasta que mis patas agradecieron que por fin la superficie
se volviera más llana.
De refilón y de soslayo,
observé ese trecho por el que había bajado. No, desde luego esto no era para
una embarazada de casi ocho meses. Por mucho que Teresa evitase los movimientos
bruscos, había zonas en las que era imposible no tener que saltar o brincar
para salvarlas, así que Nessie lo hubiera notado, en sus brazos. Resoplé por
las napias, resignado, aunque seguía sin quitarme de la cabeza ese sentimiento
insistente de que tenía que estar con ella. Mierda.
Volví a sacudir el tarro.
Accedí a una zona más
arbolada y ahora ya sabía por dónde tenía que ir para llegar a la segunda
cueva, así que a partir de ahí me vino todo rodado. Bueno, todo no, porque en
una de estas, una rama se enganchó a la ropa de mi cinta y tuve que detenerme
cuando sentí el fuerte tirón. Casi me caigo, ¿sería idiota?
Miré rápidamente a mi pata
y llevé la boca a la cinta para desenredar la rama que se había enzarzado en la
ropa. En fin, ropa. La camiseta se había ido al carajo en los remolinos de la catarata,
pero, bueno, por lo menos la cinta había retenido mi pantalón. Apreté el cordón
de cuero un poco más para asegurar esa única prenda y seguí mi camino con
celeridad.
Recorrí ese tramo de bosque
durante un rato y después salté a un risco que iniciaba otro sendero por otra
inclinada cuesta de piedras y más baches. Estupendo.
Volví a pelearme para
escalar, como me había pasado con la primera caverna, aunque esta pendiente era
menos empinada y más corta, para mi alivio. Llegué a otro camino empedrado y ya
divisé la segunda cueva, a lo lejos.
Los rugidos de mis lobos y
de esos asquerosos licántropos ya se oían desde mi posición. Apreté las muelas,
erigí mi círculo de luz brillante y le metí más caña a mi carrera.
¡Ya estoy aquí!, anuncié a mi manada al llegar a la boca de la cueva.
¡Uf!, respiró Michael.
¡Aleluya!, protestó Quil, que acababa de esquivar un puñetazo.
¡Oye, no te quejes! No
lo he tenido tan fácil en la primera cueva, ¿sabes?, resoplé, avanzando por la caverna con diligencia
para llegar a su paradero.
Visualicé los fulgurantes
brillos de las almas puras que había al fondo, estas iluminaban una de las
paredes rocosas, indicándome que ya se encontraban al girar esa esquina,
aunque, bueno, los rugidos, chasquidos y demás ruidos de la pelea ya me
indicaban su emplazamiento.
Aceleré y en dos segundos
me planté allí.
¡Apartaos, que voy!, avisé con un rugido, ya calentando mi círculo de luz
brillante al tiempo que cruzaba la esquina.
El careto de los
licántropos ya lo decía todo. No se esperaban mi aparición. Perfecto.
Quil y Embry saltaron
instantáneamente, dejando atrás a los dos licántropos con los que estaban
luchando, y taparon la única escapatoria clara de esos bichos. Ellos no tenían
nada que temerle a mi poder espiritual, así como Michael, Nathan, Teresa,
Ezequiel y Eleazar, que se unieron a mis mejores amigos para tapar todos los
huecos posibles por donde esos licántropos tuvieran algún mínimo conato de
fuga. La Naomi Campbell, el rastreador y los otros dos secuaces de Thiago
también se quitaron de mi camino. Más les valía, porque ellos eran los únicos
cuyas almas eran de ese inmundo color malva, así que si no querían palmarla
achicharrados tenían que apartarse. Arg, si por mí fuera, los hubiera metido en
el lote de los licántropos, pero ese estúpido tratado me lo impedía. Me tragué
esa parte de rabia y seguí con mi trabajo. En cuanto estos últimos saltaron a
mis espaldas y cruzaron la esquina que yo acababa de pasar, para ocultarse,
solté el círculo de fuego.
Me dio tiempo a contarlos
antes de que mi fogonazo invisible y vertiginoso los fulminase de pleno. Eran
quince. Intentaron huir, sin embargo, antes de que sus pies avanzasen un paso,
ya fueron reducidos a cenizas. La onda expansiva de fuego traspasó a los
nuestros, pero a ellos les causó el mismo efecto que una fuerte brisa.
Mi círculo de fuego se
replegó y regresó a mí. Dejé de calentarlo para que volviera a su estado
brillante y lo mantuve a mi alrededor.
Los otros cuatro cobardes
salieron de su escondite y abrieron los ojos como platos al ver la escena. A la
Naomi Campbell casi se le cae la mandíbula al suelo. Tenía una de esas caras
que dicen: ¿cómo es posible?, como si no se creyese que yo hubiera
terminado con esos licántropos en un santiamén, cuando ellos habían estado
sudando la gota gorda solo para contenerlos. Su don de mimetizarse había
resultado todo un chasco contra esos monstruos.
―Es realmente increíble
―exhaló Eleazar, observándome con asombro y maravilla.
Genial, ya empezábamos.
―Su poder es inmenso
―añadió Ezequiel.
Ambos asintieron.
Suspiré.
¡Genial, Jake!, alabó Nathan, moviendo la cabeza hacia arriba para
emitir unos aulliditos y gañiditos tontos de entusiasmo.
Embry y Michael acompasaron
sus aullidos.
No os emocionéis tanto,
todavía quedan dos cuevas, objeté. Así
que venga, vamos.
Dos cuevas para llegar a
casa, junto a Nessie.
Sí, daos prisa, sugirió Leah desde la tercera cueva.
Hice una señal con la
cabeza para indicarles a nuestros acompañantes vampiros que nos largábamos de
allí y todos comenzaron a seguirme.
¿Estás bien?,
me preguntó Embry, echando un vistazo a mi costado.
Sí, ya no tengo nada, le calmé.
Asintió.
Ese Demetri no hacía más
que mirarme con recelo. Bueno, no era el único. Sus tres colegas también me
observaban con desconfianza y diría que incluso con cierta tirria. Idiotas.
Salimos de la cueva con
prisa e iniciamos el trayecto a la carrera.
―Seguidme. Conozco un atajo
―habló el rastreador, poniéndose en cabeza.
Torcí el morro, pero, en
fin, si le llamaba “el rastreador”, era por algo, ¿no? Bueno, es decir, ese era
su don, así que seguramente conocía ese atajo.
Quil gruñó, no muy
conforme, pero le siguió, como los demás.
Todos los vampiros que nos
acompañaban iban delante de nosotros. Ese Demetri avanzó con maestría y
agilidad por los diferentes bloques de rocas que se iban presentando a nuestro
paso, precedido por sus compañeros, que también presumían de sus aptitudes.
Estúpidos chupasangres. No sé de qué presumían tanto.
No los soporto, gruñó Embry.
Y encima apestan, agregó Nathan, arrugando el hocico.
Lo sé, pero aguantad un
poco, les pedí. Ya queda menos
para terminar con esta mierda. A medio día ya estaremos en casa.
Sí, en casa. Nessie,
Nessie, Nessie…
Embry también se puso a
pensar en Mercedes, en su último recuerdo junto a ella. Estaban en el sofá de
su casa, al parecer la madre de Embry se había ido de compras con sus amigas e
iba a tardar, y Mercedes se sentaba sobre él. Se comían la boca un poco y
después ella…
Ugh.
Oye, haz el favor. No
tengo ganas de ver una película porno a estas horas, protestó Quil.
Todos nos extrañamos al
instante. ¿Qué le pasaba a Quil? Ya estábamos más que acostumbrados a ver este
tipo de recuerdos, me refiero a algún fogonazo que se escapaba de vez en
cuando, claro, porque todos evitaban pensar o recordar este tipo de intimidades,
lo que pasa es que era inevitable que alguna cosa se escapara en un momento
dado, sobre todo si el tema había ido bien. Yo tenía suerte, porque siempre que
venía a mi mente algún recuerdo de este tipo me desconectaba al instante y
podía recrearme a gusto, ja. Ventajas de ser el Gran Lobo.
¿Qué pasa contigo?, se quejó Embry. ¿Desde cuándo te molestan tanto
estas escenas?
El tarro de Quil soltó unos
chispazos de imágenes en las que salía Claire, pero todo era muy confuso y él
lo detuvo de inmediato, así que ninguno pudimos distinguir nada de nada.
¿Te ha pasado algo con
Claire?, le preguntó Michael,
perspicaz.
No. Y no quiero hablar
de eso, ¿vale?, contestó Quil de
malas formas, saliendo disparado hacia delante para separarse de nuestro grupo.
Se colocó junto a Eleazar y
se puso a pensar en el partido que habían televisado anoche.
Los tres nos miramos
extrañados, pero no abrimos más el pico. Si no lo quería contar, era su
problema.
Continuamos galopando por
la montaña, siguiendo a esas sanguijuelas presumidas.
La tercera cueva no tardó
mucho más en verse, y también se escuchaban los contundentes sonidos de la
pelea desde la distancia.
Leah, ya estamos llegando, le revelé.
Daos prisa,
repitió.
La boca de la caverna se
iba haciendo más grande a medida que avanzábamos, hasta que ya pasamos por
ella. Esta cueva era semejante a las otras. Techos altos, estalactitas,
estalagmitas, suelos y paredes húmedos…
Pero cuando llegamos al
sitio donde se estaba manteniendo la lucha, la cavidad se abrió. Ya no había
techo, las paredes rocosas salían despedidas del suelo para plantarse con
contundencia, abriéndose paso hacia el cielo gris, y casi parecía que se
perdían en él. El agujero que dejaban al morir era enorme, y por este se podían
ver las nubes y la cumbrera de la montaña en la que se alojaba la propia gruta.
Eso hacía que entrase mucha luz natural, pero también era una peligrosa y fácil
salida hacia la fuga.
Observé la escena durante
una fracción de segundo. Kate y Garrett hacían un buen equipo, como Carlisle y
Esme. Las dos parejas atacaban a dúo, cubriéndose las espaldas los unos a los
otros. Leah era muy ágil y rápida, tenía mareado al licántropo que se las tenía
que ver con ella, y Seth, Collin y Jared estaban peleando como auténticos
jabatos.
Thiago clavó sus ojos en mí
y una sonrisa arrogante ya se dibujó en su asquerosa cara. Quería que me fijase
en su hazaña. Sí, vale, ya tenía a un licántropo medio descuartizado a su
alrededor, el pobre infeliz seguía fintando frente a él, sin brazos, luchando
por su vida. Me percaté de la satisfacción que albergaba esa mirada y esa
sonrisa, aunque estas no eran porque yo viera su trofeo. El muy miserable
disfrutaba con esto. No voy a negar que esos licántropos me daban asco y que
eran unos monstruos, pero no me gustaba el ensañamiento gratuito. Y ese
desgraciado de Thiago parecía gozar como un loco. Su fama de matón y mafioso le
venía que ni pintado, desde luego. Los otros dos matones de su grupo le seguían
los pasos y le protegían de los ataques de los demás licántropos, mientras que
los compañeros que habían venido de la segunda cueva ya esperaban escondidos,
un poco más allá. Malditos gusanos…
Al igual que les había
pasado a los hombres lobo de la segunda cueva, estos se sorprendieron al ver
cómo irrumpía aquí repentinamente. Quince vahos azulados ascendieron como
cohetes. Uno de ellos alzó la cabeza súbitamente hacia el hueco de arriba.
Oh, oh…
¡Cuidado, quieren escapar por ahí!, avisé, profiriendo un rugido que llevaba una clara
dedicatoria para esos licántropos.
Hice que mi círculo
brillante se volviera rojo y ardiente al mismo tiempo que mis lobos saltaban
como podían hacia las paredes de roca, encaramándose a los salientes, para que
los licántropos no escaparan por allí, aunque algunos ya habían iniciado la huida.
Sin más dilación, solté el
círculo y lo empujé con furia, haciendo que este se desplegase con esa onda
expansiva en el que el núcleo era yo. Los 360 grados de mi alrededor comenzaron
a ser recorridos por ese viento de fuego a la velocidad de la mismísima luz.
―¡Cuidado! ―gritó Thiago.
Ups.
Él y su grupo tuvieron que
retirarse con prisas para ocultarse. Cobardes… Ahora ya no eran tan valientes,
no.
El licántropo mutilado no
había podido ni moverse de ese sitio, y tampoco podía escalar para huir, como
el resto de sus compañeros. Su sufrimiento no se alargó más.
Antes de que les diese tiempo
a chillar, mi círculo de fuego arrasó a la mayoría de los licántropos, incluido
a ese, y peinó a mis hermanos de manada, cuyos únicos efectos que notaron fue
ese movimiento en sus pelambreras.
¡Quedan tres!,
me advirtió Jared.
Sí, ya los había visto.
Esos tres escalaban por las paredes que daban al gran agujero del techo con
mucha rapidez. Parecían esas lagartijas que reptan por los muros de piedra.
Cambié mi círculo de fuego
por una elipse inmediatamente, ya que esas sabandijas estaban muy alejadas
entre sí y esta era más precisa.
Empecé ese juego del tiro
al blanco sin perder más tiempo. Tenía que irme a casa lo más pronto posible.
Nessie y Anthony necesitaban mi protección, lo sabía, lo sentía.
Lancé la elipse hacia uno
de esos repulsivos y malolientes licántropos, dándole de pleno. Sus cenizas no
habían llegado al suelo cuando envié mi elipse a por sus siguientes víctimas.
La elipse alcanzó al segundo y viró vertiginosamente hacia el tercero. Los
últimos licántropos murieron al instante.
Mi manada coreó unos
aullidos de alegría, haciendo que la cueva se quejara con su eco.
―No puedo dejar de decir
que es impresionante ―repitió Eleazar.
―Estoy de acuerdo contigo
―asintió Doc.
―Jacob es maravilloso ―me
sonrió Esme, mostrándome esos hoyuelos que seguían pareciéndome demasiado
adorables para un vampiro.
Vale, ya está,
les interrumpí, apurado por pirarme de allí ya. Vamos a la cuarta cueva. Terminemos con esto de una vez.
Mi familia política no
podía oírme, claro, pero comprendieron mis gestos.
¡A la orden!,
se rio Seth, entusiasmado.
Me di la vuelta y me
estampé de morros contra el cuerpo de piedra de Thiago. Puaj.
―Espero que eso que has
hecho haya sido involuntario y no hayas intentado aprovechar para matarnos ―me
reprochó con una voz claramente amenazante.
Mi manada corrió para
ponerse junto a mí, la primera Leah, y comenzaron a gruñirle. La loba todavía
no olvidaba las fracturas de sus costillas, así que si tenía la mínima oportunidad
para vengarse, la iba a aprovechar.
¡Maldito cobarde!, rugió ella.
Tranquilos,
les calmé.
―No es momento para peleas,
Thiago ―declaró Carlisle, usando su tono pausado, aunque con un matiz
azuzador―. Debemos partir inmediatamente hacia la última cueva. Ya limaréis
vuestras asperezas en otro momento.
Thiago y los miembros de su
grupo rechinaron los dientes, pero su jefe accedió, si bien a regañadientes.
―De acuerdo, nos veremos
las caras cuando termine la batalla ―afirmó, mirándome con ojos desafiantes.
¡Cuando quieras!, le rugí en todo el careto.
Con las ganas que le tenía…
Ese maldito chupasangres y
sus matones se giraron y comenzaron a perderse de mi vista al avanzar hacia la
salida de la cueva.
Sí, desgraciadamente, esto
tendría que esperar, porque primero teníamos que terminar con los licántropos
de la cuarta cueva. Nessie me esperaba en casa, y ella era lo primero para mí.
¡Vamos!,
ordené a mi manada.
Y nosotros también echamos
a correr.
Hola Tamara
ResponderEliminarWow "Jake" es increible y tu eres la mejor escritora (mano en el pecho) lo juro solemnemente, de verdad que me dejas sin palabras pero hubieras puesto la pelea de la ultima cueva y solo por favor, por favor que muera la pitufina por odiosa (hahahahaha) y jake vuelva pronto con Nessie.
Sin mas comentario doy las gracias y saludos para ti y tus lectores que somos muchos, aunque no todos comenten siempre estamos pendientes de tu historia.
n_n Kiara. u_u
Por cierto que buenas imágenes.
TAMARAAAAAAAAAAAA!!!!
ResponderEliminarJajajaja AMO TU NOVELA, de verdad aaah siempre me dejas con unas ansias de seguir leyendo, estoy de acuerdo con Kiara, mata a la pitufina! y que no le pase nada ni a Nessie ni a Anthony :(, ya sabes que siempre que subes capitulo los leo pero no comento porque los leo desde mi celular en clases :D pero aqui estoy siempre al pendiente de tu historia.
Te mando muchos saludos!
Tu fiel lectora: Isabeu Galan :)
mu buen capitulo....los licantropos fueron destruido....ya veremos lo que pasa....pero creo...que nessie esta en peligro...pero ya lo veremos salu2
ResponderEliminarHollllllaaaaaa Tamara
ResponderEliminarNo se como rayos lo haces pero siempre me quedo en shock....es super adoro a mi Jake jajajjajaja bueno podemos compartirlo con Nessie verdad? .......Eres super escribiendo ya quisiera yo tener el 10% de tu talento......cuidate mucho y porfa porfa que sufra jane grrr la detesto .....:)
TAMARAA!
ResponderEliminarTe he estado leyendo desde que comenzaste a subir capitulos de despertar pero no haia tenido tiempo de felicitarte por tu gran talento.. Tengo 14 años y creo que a nuestra edad no nos gusta mucho leer, pero tus historias me encantan, no me las pierdo, muchas felicidades<3
Un saludo desde Venezuela, America
yo tbm t sigo desde despertar y no me canso d leerte, tenes un don increible,amo esta historia...
ResponderEliminarbesos
ody
hola tamara, como va todo, lo llevas genial los relatos me encatan tengo muchisimans gana de ver como va lo del embarazo de nessie i como les va a vida con el niño, venga que esto se pone interesante.
ResponderEliminarHola Tamara:
ResponderEliminarEl capitulo muy bueno....pero que se alla escapado el jefe de los licantropos...eso huele mal!!! ...veremos que se encuentran en la ultima cueva ....y ojala y le pudiera dar un escarmiento a ese thiago...con ansias epero el siguiente
elsa
Un saludo a todos los amigos
hola tamara..!!!
ResponderEliminarhola chicos...!!!
como siempre el capitulo buenisimo... :)
espero com ansia en cap del nasimiento de anthony.. ya quiero imaginar como es... seguro q presioso como nessie y jake...
bueno nos vemos la proxima.
saludos desde argentina.
YANINA