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jueves, 24 de noviembre de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 114: NO, AHORA MISMO NO PODÍA PERDER EL TIEMPO CON ESO



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NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC, YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^



NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").

Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏


CAPITULOS:

PARTE DOS: NUEVA ERA

RENESMEE:

77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
93. BENEFICIO COLATERAL: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-93-beneficio.html
94. ECOGRAFÍA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-94-ecografia.html
95. FANTASMAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-95-fantasmas.html
96. MANIOBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-96-maniobra.html
97. "NO PUEDO": http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-97-no-puedo.html
98. SANGRE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-98-sangre.html
99. HERIDOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-99-heridos.html
100. PRUEBA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-100-prueba.html
101. ENTRENAMIENTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-101-entrenamiento.html
102. 6 DE FEBRERO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-102-6-de-febrero.html
103. PACIENCIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-103-paciencia.html
104. UN SER SUPERIOR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-104-un-ser-superior.html
105. ENVIDIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-105-envidia.html
106. CAMBIO DE PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-106-cambio-de-planes.html
107. PASAR PÁGINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-107-pasar-pagina.html
108. LA ESTRATEGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-108-la-estrategia.html
109. A CASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-109-casa.html
110. DE NADIE (PARÉNTESIS JANE):  http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-110-de-nadie.html

JACOB:

111. ¿QUÉ PUEDES HACER CUANDO TUS TRIPAS SON UN MANOJO DE NERVIOS?: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-111-que-puedes-hacer.html
112. MENUDO PANORAMA QUE TENGO DELANTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-112-menudo-panorama.html
113. ¡¿Y A MÍ QUÉ DEMONIOS ME IMPORTA EL PODER?!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-113-y-mi-que.html


NO, AHORA MISMO NO PODÍA
PERDER EL TIEMPO CON ESO


En cuanto escuché el inicio de ese repentino estrépito, miré hacia arriba con precipitación.
Un montón de rocas y pedruscos venían hacia mí desde lo alto de la montaña. El río se encontraba entre dos laderas rocosas, y ese mogollón de enormes bloques de piedras rodaban por una de ellas a toda velocidad para caérseme justo encima. ¡Y pesaban tanto, que venían como auténticos torpedos! ¡Ya las tenía sobre mí!
¡Mierda!
Mi primer acto reflejo fue intentar apartarme, así que, con rapidez, pegué un salto hacia la orilla para esquivar esos endiablados pedruscos. Mi intención era crear mi barrera de fuego a la vez, sin embargo, uno de los monolitos se me adelantó y me alcanzó, colisionando en mi cabeza. Me estampé de morros en ese terreno de tierra y cantos rodados que conformaban el margen del río, y la grande roca que me había golpeado se cayó a mi lado, desplazándose un par de metros más allá. El impacto fue brutal, pero antes de que empezase a sentir el mareo conseguí erigir mi círculo de luz brillante y lo calenté como el fuego inmediatamente. El resto de los enormes bloques de piedra no tardaron mucho más en llegar, pero, para mi fortuna, se estamparon contra mi barrera en llamas y se desintegraron al instante, ni siquiera sus cenizas me tocaron.
¡Jake, ¿qué pasa?! ¡Te estamos perdiendo el hilo!, escuché que me decía Embry. Y su voz sonaba tan lejana.
Maldita sea, me estaba mareando…
¡Jake, responde!, gritó Sam también con una voz enlatada.
Intenté ponerme en pie por todos los medios, pero mis patas me zarandeaban de aquí para allá como un tarambana, ni siquiera era capaz de mantener mi barrera en condiciones, así que me desplomé en el suelo otra vez. Maldición…
Acto seguido, me mareé del todo y la oscuridad se cernió sobre mí.

―Nessie, ¿quieres un poco de limonada? ―escuché que le ofrecía mi viejo.
―Sí, gracias, Billy ―le contestó ella, se notaba que con una sonrisa.
Yo me encontraba en mi cuarto, cambiándome de ropa, pero pude escuchar el leve jadeo de mi padre. La sonrisa de Nessie también influía, pero todavía se maravillaba al escuchar su voz, ese timbre cristalino y pueril. No era el único, claro, la propia familia de Nessie, y yo, no podíamos evitar sentir lo mismo cada vez que la escuchábamos.
Últimamente solía traer a Nessie a La Push con más asiduidad, para que ella se relacionase con gente más normal, así no podría usar tanto su don y se vería obligada a hablar. Nessie solamente tenía ocho meses, pero físicamente tenía unos seis años, y seguía sin querer comunicarse en voz alta. No quería que se convirtiera en una rara. Con Charlie tenía que utilizar su voz, sin embargo, la muy pillina trataba de hablar lo menos posible, y encima su abuelo se lo consentía todo. En cuanto Charlie veía los ojitos que le ponía Nessie porque le incomodaba hablar, ya no podía resistirse, así que con él siempre se escabullía. Reconozco que a mí también me costaba un triunfo no sucumbir cuando me clavaba los ojitos de esa forma, pero también miraba a su futuro. Nessie se haría mayor en poco tiempo, y no quería que alcanzase la edad adulta y que siguiera sin hablar, eso le iba a traer problemas. Creo que Nessie se daba cuenta del efecto que causaba el escucharla y esto le daba mucha vergüenza, pero era necesario que usara su voz y ella misma se acostumbrara a oírse.
Edward prefería que Nessie empezara a comunicarse en voz alta en casa, bajo su protección y supervisión, sin embargo, para mí lo mejor era que ella se acostumbrara a hablar con gente menos conocida, para que fuera perdiendo esa vergüenza. Ya teníamos bastantes discusiones cuando le daba las lecciones de Historia a Nessie, porque con el tema de los indios no se paraba mucho; nos dejaba muy bien y eso, sí, pero no se explayaba demasiado, y yo quería que ella conociese bien la verdadera cara de la moneda, aunque para mi desgracia siempre tenía que aguantar eso que Edward me decía de que se trataba de su hija, que su educación la decidía él y bla, bla, bla. Y, claro, también habíamos tenido otras trifulcas más por culpa de esto, cómo no. Bah. Edward tampoco estaba muy conforme con que Nessie se pasara los días aquí, pero a mí me importaba un bledo, además, a ella le encantaba estar en La Push.
Se oyó cómo las ruedas de la silla de Billy entraban en la cocina y después cómo cogía un vaso del mueble y vertía la limonada dentro. Cuando terminé de ponerme la camiseta, mi viejo acababa de aparcar su silla.
―Aquí tienes.
―Gracias.
Cerré las puertas del armario de mi cuarto y caminé hacia la salida para dirigirme a la sala de estar.
―¿Este es Jake de pequeño? ―preguntó Nessie mientras yo ya estaba llegando a la estancia.
¿Qué estarían haciendo?
―Oh, sí. Ahí era un renacuajo ―rio Billy―. Tenía tus mismos…, bueno, tu misma edad.
―Era un niño muy guapo ―exhaló, y parecía bastante maravillada.
Anda. Eso me hizo sonreír.
―Y muy travieso ―añadió mi viejo, usando un tono más bien rencoroso, seguramente al recordar alguna de mis trastadas.
Entré en la sala y por fin vi lo que estaban haciendo. Nessie estaba sentada en el sofá, y a su lado se encontraba mi padre, que había estacionado la silla justo donde el brazo del asiento para poder mirar ese álbum de fotos familiar que Nessie sostenía en su regazo.
Las piernas de Nessie colgaban del sofá y sus pies no llegaban al suelo, incluso el grande y viejo álbum abultaba más que ella, aunque sus brazos aguantaban las pesadas tapas de cuero marrón sin ningún esfuerzo. Sus adorables ojos observaban las fotografías con mucho interés y atención, y su boca esbozaba una de sus preciosas sonrisas.
―No hagas caso, era un angelito ―me defendí, sentándome a su lado. Y le di un beso en la cabeza.
Nessie alzó el rostro para mirarme, sonriente. En cuanto vi su expresión, ya supe lo que quería hacer.
Se bajó del asiento con un brinco, posando el álbum abierto en la mesa que teníamos enfrente, se giró hacia mí y se subió a mi regazo con otro ágil salto. Mis brazos ya estaban abiertos para recibirla. Se enganchó a mi cuello, me dio un dulce y efusivo beso en la mejilla y acto seguido apoyó la suya en mi hombro, apretando su abrazo, mimosa.
Billy se rio entre dientes al ver la estampa.
Sonreí y la besé en la frente.
―¿Ya te has cansado de las fotos? ―le pregunté, metiéndole el cabello detrás de la oreja.
Despegó su rostro infantil de mi hombro para mirarme con una sonrisa enorme y negó con la cabeza, efusivamente.
Me reí y me incliné hacia delante para coger el álbum. Ella se aferraba bien a mi cuello y su pequeño cuerpo pesaba muy poco, así que no me costó nada acceder al mismo. Lo cogí y lo posé donde antes había estado sentada Nessie, sosteniéndolo en pie con una mano para que pudiera seguir viéndolo, mientras ella ya apoyaba la mejilla en mi hombro de nuevo.
―Mira, aquí estoy en la escuela, con mis compañeros de clase ―le desvelé, sonriendo con algo de añoranza a la vez que le señalaba la fotografía con el dedo―. Solo iba a tercer grado.
―Tenías el pelo largo ―sonrió.
―Sí, siempre lo tuve largo ―sonreí yo también―. Bueno, hasta que empecé con las transformaciones, claro, a partir de ahí ya tuve que cortármelo por comodidad.
―Los Black siempre tuvimos una buena cabellera ―presumió Billy.
Nessie soltó una risilla que me sonó a música celestial.
―¿Estos son Quil y Embry? ―preguntó ella, separándose un poco de mí para indicármelos con su dedito.
En cuanto lo hizo, se acomodó en mi hombro otra vez.
―Sí. Vaya pintas que tenían, ¿eh? ―me reí―. Mira Embry qué flacucho estaba.
Su risa volvió a llenar la sala de estar y yo pasé la página, contento. Empecé a señalarle a los miembros de mi familia que salían en las fotografías.
―Esta es mi abuela paterna, estas son Rachel y Rebecca, Billy de joven…
Mi padre frunció el ceño.
―Sigo siendo joven.
―¿Y esta mujer tan guapa? ―Nessie se despegó de mí otra vez para indicarme la fotografía, aunque no hubiera hecho falta para saber a quién se refería.
Posó su mejilla en mi hombro una vez más y se quedó esperando mi respuesta.
Billy y yo nos miramos durante un instante, los dos con nostalgia.
―Esa es mi madre ―respondí con una voz que me salió más baja de lo que a mí me hubiera gustado.
Nessie se incorporó y se quedó mirándome fijamente, con esos ojitos tan dulces.
―¿Era tu mamá? ―inquirió.
―Sí.
Ya no hizo más preguntas. Era increíble, por su corta edad, pero ya sabía lo que me dolía recordar eso. Ella se entristeció por mí, lo vi en sus ojitos, sin embargo, volvió a observar la fotografía.
―Era muy guapa ―murmuró sin dejar de mirarla―. También tenía el pelo muy largo y bonito, como tú ―giró su rostro de porcelana hacia mí para clavarme esos ojitos de nuevo―. Te pareces mucho a ella ―y desplegó una sonrisa tan tierna, que no pude evitar correspondérsela.
Todavía no dejaba de sorprenderme la madurez con la que actuaba y hablaba algunas veces. Solamente tenía seis añitos, pero lo comprendía todo a la perfección, era increíble.
Ver su sonrisa me alentó al instante. Porque yo tenía a mi ángel.
―¿Quieres ver una foto que tengo con tu madre? ―le propuse, sonriéndole.
Ella asintió con entusiasmo, sonriente, y su mirada ya se dirigió al álbum.
Pasé varias páginas.
―Aquí está ―le mostré―. Bueno, tengo varias, como ves.
Mi ángel amplió su sonrisa y yo hice lo mismo con la mía.
―Esta es en el garaje ―se percató, señalándola.
―Ajá.
―Tu pelo es largo ―su carita se concentró para observar si eso que se veía por detrás era una coleta.
―Sí, eso fue justo antes de empezar con las transformaciones.
―Lo sé ―asintió muy segura, sin dejar de mirar la foto.
Me quedé observándola como un tonto. A Nessie le encantaba mirar esas fotografías de nuestro álbum familiar. Era difícil acostumbrarse a esto, a que una niña de seis años ―de ocho meses de vida reales― ya se supiera tantos detalles de mi vida, a que los grabara en su cabeza con tanta precisión. Nunca me preguntaba la misma cosa dos veces, con una vez que se la contara, ya la guardaba en su memoria, y parecía que lo hacía como si fuera un tesoro. Solamente me pedía que le repitiera alguna historia o anécdota que le había parecido divertida o interesante. Vale, quedaba fatal que yo lo dijera, pero Nessie mostraba un interés ferviente por mí, casi idólatra, como si yo fuera esa estrella de rock al que una fanática adora. A veces me daba la sensación de que ella también estaba imprimada de mí.
Pensé en lo que había cambiado mi vida desde que ella estaba a mi lado, en todo lo que había mejorado. Solo habían pasado ocho meses desde su nacimiento, pero Nessie había curado mi corazón por completo.
Sentí un fuerte tirón en la cola. ¿Nessie me estaba tirando de la cola? Un momento. ¿Cómo me iba a tirar de la cola si estaba en mi forma humana? Entonces, me di cuenta. No era Nessie la que me estaba tirando del rabo.
Salí precipitadamente de ese recuerdo que me había traído la inconsciencia al acordarme de lo que realmente estaba pasando, al recordar que eso formaba parte del pasado y que ahora estaba en el presente. Me acordé de lo que había pasado, de esa roca que me había caído en todo el tarro, haciendo que me cayera inconsciente.
Y de esos asquerosos licántropos.
Mis ojos se abrieron inmediatamente. El tirón de mis cuartos traseros venía dado de una fuerza mucho mayor y mi cuerpo lobuno estaba siendo arrastrado para sacarme de la orilla.
¡Malditos!
Me levanté súbitamente, pillándoles por sorpresa, y, profiriendo un rugido que rebotó en las laderas de la montaña, me giré hacia el desgraciado que me estaba agarrando por la cola.
¡Jake ha vuelto!, oí que decía Cheran.
Seguramente se lo estaba comunicando a Edward, y seguramente había visto ese recuerdo, como mi suegro y los demás lobos, claro.
Mi manada estaba atenta a todos mis movimientos y ya estaban viendo lo que sucedía por aquí, a través de mis ojos. Yo también podía ver a través de los suyos las diferentes luchas encarnizadas que estaban teniendo con los demás licántropos.
No tenía tiempo que perder.
Enganché a ese desgraciado con mis dientes por el brazo y me volteé deprisa cuando dejó mi cola. Me rugió en todo el careto, expeliendo ese aliento más que nauseabundo, y se revolvió, pero antes de que su puño llegase a mi cara, solté mi elipse y le fulminé en una fracción de segundo.
Me quedé con su peludo brazo en la boca, que fue lo único que sobrevivió, y lo escupí a un lado. Puaj.
Todos los licántropos se quedaron a cuadros, y más cuando vieron el brazo tirado y las malolientes cenizas de su compañero asentadas en el suelo. Estúpidos miserables, habían intentado tenderme una trampa con ese desplome de rocas y casi lo consiguen. La cabeza todavía me dolía bastante y no me hacía falta tocarme para saber que tenía un chichón considerable. Podía sentir las palpitaciones de mis vasos sanguíneos sobre él, retumbando hacia fuera como si quisieran hacerlo estallar. Bueno, la hinchazón bajaría y la herida sanaría antes de que terminase con ellos, que iba a ser muy pronto. Rechiné las muelas. Ahora ese líder y el resto de licántropos permanecían inmóviles, observándome patidifusos. ¿Pero qué se creían? ¿Que podían reducirme con esa porquería?
No me costó nada divisar al culpable de esa avalancha de rocas. El muy imbécil seguía en lo alto de la montaña y trató de esconderse, pero ya le había pillado de sobra. Ese licántropo había sido el encargado de propinarle una buena patada a un saliente de la ladera para descargar esas rocas sobre mí.
Gusano…
A su asqueroso vaho azul casi no le dio tiempo ni a salir por su cabeza. Sin retirar mi barrera de fuego, y de una forma automática y súbita, solté mi elipse en su dirección. Se había ocultado tras un peñón, el muy cobarde…, pero mi poder espiritual le alcanzó igualmente. Conseguí virar mi elipse a tiempo para esquivar la roca y le di de pleno. Ya le había cogido el tranquillo al manejo de mi poder espiritual, así que esto ya no era un secreto para mí.
Ya me había cargado a dos más. Ahora iba a por los siguientes.
―Te estás equivocando ―osó a decir el líder de los licántropos, rechinando los dientes, aunque él con un temor que se evidenciaba con su vaho azulado―. Ahora Razvan sí que se la llevará.
¡Maldito! ¡¿Todavía seguía con su amenaza de secuestro?! ¡Licántropos de pacotilla! ¡Ya me tenían harto!
Me volví hacia ellos con furia. Ya estaban tratando de escapar, los muy canallas, corrían hacia las laderas para escalarlas, seguramente para tratar de huir por algún agujero de la montaña. Y ese cobarde de su líder iba en cabeza.
¡Ja! Ni hablar.
Erigí mi círculo de fuego, encogiéndolo un poco hacia mí para que tomase más impulso, y lo solté hacia fuera con furia. Estaba más que harto de esta escoria. Se querían llevar a Nessie para entregársela a ese miserable de Razvan, y eso no lo iba a permitir. ¡Jamás!
La ardiente onda expansiva se extendió vertiginosamente hasta alcanzar los taludes que circunscribían el río, esos por donde los miserables licántropos ya estaban reptando para escapar, pero a ellos también les cazó.
Los alaridos fueron cortos, mi círculo de fuego los fulminó en cuanto rozó sus repulsivos cuerpos.
Bien, los grupitos de cenizas ya me indicaban que tenía a cinco más que añadir a la lista. Ahora solamente me quedaban… ¿Uno? ¿Dónde demonios estaba su líder? Observé bien toda la zona, pero no había ni rastro de él, solamente estaba ese único licántropo que se había refugiado en una de las zanjas naturales del margen del río y que acababa de echar a correr hacia la montaña. ¡Maldita sea! ¡Mierda! ¡El líder había conseguido escapar!
Rechiné los dientes, sin embargo, tenía que continuar con mi ataque. El único licántropo que quedaba ya estaba saltando por la ladera de la montaña y se metió por un agujero.
Vale, genial. Otra vez tenía que escalar y meterme en alguna cueva.
Corrí por la orilla y salté al paramento inclinado de piedra para reptar hacia la pequeña entrada de esa cueva. La zona estaba bastante empinada, así que no me quedó más remedio que brincar de saliente en saliente como pude para procurar acceder al agujero. Guay. Ahora sí que parecía una cabra. Me costó un poco, ya que la humedad que desprendía la estrepitosa catarata rociaba las paredes rocosas de su alrededor y las volvía muy resbaladizas, pero finalmente logré llegar a la entrada de esa otra cueva.
La boca de esta caverna era muy ajustada para mi cuerpo, aunque conseguí pasar por ella al agacharme y arrastrarme hacia su interior. Me sentí un poco como la niña de Alicia en el país de las maravillas cuando persigue al conejo y se mete por un agujero estrecho. En fin.
El caso es que pasé. El agujero por el que había entrado era pequeño, sin embargo, el interior era muy diferente. La gruta presentaba unos techos mucho más altos que los que había visto en la caverna de antes, y estos también estaban llenos de esas lanzas de punta calcáreas. La cueva era muy amplia y abierta, aunque había varios tabiques naturales de piedra que producían unas divisiones en esa enorme estancia, creando algunas cámaras diáfanas que a su vez estaban comunicadas entre sí.
Ese malnacido se había escondido, pero me daba igual. Ahora ya no tenía escapatoria, en cuanto diese con él, lo aniquilaría sin cuartel.
Comencé a caminar por la gruta con paso decidido, aunque discreto, para que me oyese lo menos posible. Olisqueé ese húmedo aire y después pasé a hacerlo con el rocoso suelo. Su repulsivo rastro de amoniaco era toda una señal luminosa para mí, así que lo seguí. Moví las orejas en varias direcciones para escuchar cualquier sonido, por mínimo que fuera. Aparte de la cascada de fuera, de los apresurados y rítmicos latidos de los murciélagos que habitaban aquí y de los goteos incesantes que se repartían por toda la caverna, no se oía nada más. Avancé lentamente y poco a poco fui rastreando esa zona.
De pronto, me percaté de algo. Una luz malva salía de detrás de uno de los tabiques naturales de piedra, y no solo eso, un vaho azulado rezumaba hasta la cúpula de estalactitas.
Me agazapé, me preparé y tensé los músculos de mis patas traseras al tiempo que machacaba las muelas y clavaba la mirada en ese punto fijo.
Tomé impulso y me abalancé en esa dirección.
Rugí adrede para hacer saltar a ese desgraciado mientras mis cuatro patas ya aterrizaban en el suelo. El licántropo salió de su escondite, pero, para mi sorpresa, no huyó, sino que se lanzó a por mí.
Bueno, por lo menos el tipo lo intentaba. Aunque de nada le iba a servir.
Se estampó contra mí y caímos rodando varios metros. Comenzamos un forcejeo en el que no faltaron los fuertes chasquidos de nuestras fauces cuando tratábamos de hincarnos el diente, y los rugidos que nuestras gargantas emitían con saña y que hacían eco por todas partes. Mi cuerpo dejó de girar cuando mi costado chocó contra una de las tantas estalagmitas que colonizaban el suelo pétreo.
Ese condenado estaba encima de mí y no me dejaba levantarme, además, pesaba como un muerto. Iba a erigir mi círculo de fuego, pero antes de que me diera tiempo, ese malnacido me clavó las cuchillas de una de sus garras. Por fortuna, pude girarme a tiempo para que no lo hiciera en el corazón, que era su objetivo, aunque, aun así, me pinchó bien. Gemí de dolor cuando las sacó de mi carne, puesto que este era insoportable. Sus sucias y afiladas cuchillas se habían incrustado a fondo en mi costado. ¡Mierda!
¡Jake!, gritaron varios miembros de mi manada.
¡Estoy bien!, les calmé con prisas.
Podía oler mi propia sangre, que chorreaba por mi pelaje, aunque también sentí cómo la herida ya comenzaba a cerrarse.
El licántropo estaba eufórico, movido por la adrenalina que su acierto le había causado. Sus ojos amarillos albergaban la locura total, solamente les faltaba esas espirales que ponen en los dibujos animados cuando retratan a un lunático chiflado. Intentó rajarme una segunda vez y llevó su bocaza hacia mi cuello de una forma vertiginosa.
¡Ni lo sueñes!
A una velocidad de vértigo, conseguí evitar su intentona de mordedura y esquivé su cabeza para llevar la mía a la parte trasera de su cuello. Hundí bien la dentadura en su joroba y, con un movimiento rápido y brusco, lo aparté de mí, lanzándolo varios metros hacia sus espaldas.
Me libré de sus cuchillas por los pelos.
Mientras el licántropo se estampaba en una de las paredes, me puse en pie inmediatamente y erigí mi círculo de fuego. Antes de que a ese gusano le diese tiempo a reaccionar, extendí el círculo en su dirección.
Su corto chillido se apagó cuando fue fulminado por el fuego de mi barrera.
¡Genial, Jake! ¡Ya has terminado con la primera cueva!, alabó Seth.
Toda mi manada se alegró al instante, y también percibí el alivio en sus pensamientos, ya que empezaban a tener apuros para contener a esos incansables bichos.
Observé mi costado con celeridad. Todavía me dolía un poco, sin embargo, las cinco heridas ya se estaban sanando por dentro, y había dejado de sangrar. El chichón ya ni lo sentía.
Sí, ya he terminado aquí, le ratifiqué a Seth. Aguantad, ya voy a la segunda cueva.
¡A la orden!, exclamó Paul.
Ese idiota lo estaba pasando como los indios, nunca mejor dicho.
Recordé al líder de los licántropos. Esa alimaña había logrado escapar, pero, ¿adónde? Apreté las muelas con rabia y furia, pero ahora mismo no podía perder el tiempo con eso. Ya iría tras él en otro momento. Me fastidiaba mucho tener que dejar este asunto así, pero no tenía opción. Además, él ya no contaba con ninguna manada, así que no podía ir a por Nessie en solitario. Y aunque se reuniera con Vladimir y Stefan en algún sitio daba lo mismo. Esos rumanos ya no tenían ejército de licántropos, así que solo serían tres, y ninguno disponía de poderes ni de ningún don. Nessie estaba muy bien protegida y nuestros bosques muy bien vigilados. No tenían nada que hacer.
No. Ahora mismo no podía ponerme a buscar al líder de los licántropos. La manada y los Cullen me necesitaban en las otras cavernas, y con urgencia.
No, no tenía tiempo que perder.


6 comentarios:

  1. ¡Hola a todos! Soy Tamara ^^

    ¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR SEGUIR AQUÍ, LEYÉNDOME!! BIENVENIDOS A LOS NUEVOS LECTORES!!

    Ojalá pudiera escribir más, pero me resulta imposible...
    Sobre lo de los comentarios, lo miraré, a ver si lo puedo cambiar ;)

    Lametones para todos!!!

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  2. Hola Tamara:
    El capitulo muy bueno ...como siempre.....y la imagen mejor...
    elsa
    saludos a todos

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  3. hola tamara ola chico es cap estubo buenissimo espero el proximo saludos desde argentina yanina..

    ResponderEliminar
  4. hola tamara...muy bueno este capi....genial....jake acabo con todos essos licantropos ecepto al jefe pero ya veremos lo que pasa...como siempre sos la mejor escritora...segui....salu2 y tambien a mis amigas de la distancia

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  5. Que tal Tamara ,


    Hollaaaaa chicos como van, si este cpai genial los derroto a esos asqueros licantropos perome preocupa que solo hayan sido distrancion mientras el lider anda rumbo hacia nessie talvez.....pero bueno mejor espero el proximo capi.....saludos a todos :)

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  6. Holaaa... genial el capitulo!!!....y la foto mejooor!! =P
    Tamara sos una gran escritora!!!
    Espero el prox capi!!
    Besitoos
    Vicky!

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