NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").
Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏
CAPITULOS:
PARTE DOS: NUEVA ERA
RENESMEE:
77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
93. BENEFICIO COLATERAL: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-93-beneficio.html
94. ECOGRAFÍA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-94-ecografia.html
95. FANTASMAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-95-fantasmas.html
96. MANIOBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-96-maniobra.html
97. "NO PUEDO": http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-97-no-puedo.html
98. SANGRE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-98-sangre.html
99. HERIDOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-99-heridos.html
100. PRUEBA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-100-prueba.html
101. ENTRENAMIENTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-101-entrenamiento.html
102. 6 DE FEBRERO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-102-6-de-febrero.html
103. PACIENCIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-103-paciencia.html
104. UN SER SUPERIOR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-104-un-ser-superior.html
105. ENVIDIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-105-envidia.html
106. CAMBIO DE PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-106-cambio-de-planes.html
107. PASAR PÁGINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-107-pasar-pagina.html
108. LA ESTRATEGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-108-la-estrategia.html
109. A CASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-109-casa.html
110. DE NADIE (PARÉNTESIS JANE): http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-110-de-nadie.html
JACOB:
111. ¿QUÉ PUEDES HACER CUANDO TUS TRIPAS SON UN MANOJO DE NERVIOS?: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-111-que-puedes-hacer.html
112. MENUDO PANORAMA QUE TENGO DELANTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-112-menudo-panorama.html
113. ¡¿Y A MÍ QUÉ DEMONIOS ME IMPORTA EL PODER?!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-113-y-mi-que.html
NO, AHORA MISMO NO PODÍA
PERDER EL TIEMPO CON ESO
En cuanto escuché el inicio
de ese repentino estrépito, miré hacia arriba con precipitación.
Un montón de rocas y
pedruscos venían hacia mí desde lo alto de la montaña. El río se encontraba
entre dos laderas rocosas, y ese mogollón de enormes bloques de piedras rodaban
por una de ellas a toda velocidad para caérseme justo encima. ¡Y pesaban tanto,
que venían como auténticos torpedos! ¡Ya las tenía sobre mí!
¡Mierda!
Mi primer acto reflejo fue
intentar apartarme, así que, con rapidez, pegué un salto hacia la orilla para
esquivar esos endiablados pedruscos. Mi intención era crear mi barrera de fuego
a la vez, sin embargo, uno de los monolitos se me adelantó y me alcanzó,
colisionando en mi cabeza. Me estampé de morros en ese terreno de tierra y
cantos rodados que conformaban el margen del río, y la grande roca que me había
golpeado se cayó a mi lado, desplazándose un par de metros más allá. El impacto
fue brutal, pero antes de que empezase a sentir el mareo conseguí erigir mi
círculo de luz brillante y lo calenté como el fuego inmediatamente. El resto de
los enormes bloques de piedra no tardaron mucho más en llegar, pero, para mi
fortuna, se estamparon contra mi barrera en llamas y se desintegraron al
instante, ni siquiera sus cenizas me tocaron.
¡Jake, ¿qué pasa?! ¡Te
estamos perdiendo el hilo!, escuché
que me decía Embry. Y su voz sonaba tan lejana.
Maldita sea, me estaba
mareando…
¡Jake, responde!, gritó Sam también con una voz enlatada.
Intenté ponerme en pie por
todos los medios, pero mis patas me zarandeaban de aquí para allá como un
tarambana, ni siquiera era capaz de mantener mi barrera en condiciones, así que
me desplomé en el suelo otra vez. Maldición…
Acto seguido, me mareé del
todo y la oscuridad se cernió sobre mí.
―Nessie, ¿quieres un poco
de limonada? ―escuché que le ofrecía mi viejo.
―Sí, gracias, Billy ―le
contestó ella, se notaba que con una sonrisa.
Yo me encontraba en mi
cuarto, cambiándome de ropa, pero pude escuchar el leve jadeo de mi padre. La
sonrisa de Nessie también influía, pero todavía se maravillaba al escuchar su
voz, ese timbre cristalino y pueril. No era el único, claro, la propia familia
de Nessie, y yo, no podíamos evitar sentir lo mismo cada vez que la
escuchábamos.
Últimamente solía traer a
Nessie a La Push con más asiduidad, para que ella se relacionase con gente más normal, así no podría usar tanto su don
y se vería obligada a hablar. Nessie solamente tenía ocho meses, pero
físicamente tenía unos seis años, y seguía sin querer comunicarse en voz alta. No
quería que se convirtiera en una rara. Con Charlie tenía que utilizar su voz,
sin embargo, la muy pillina trataba de hablar lo menos posible, y encima su
abuelo se lo consentía todo. En cuanto Charlie veía los ojitos que le ponía
Nessie porque le incomodaba hablar, ya no podía resistirse, así que con él
siempre se escabullía. Reconozco que a mí también me costaba un triunfo no
sucumbir cuando me clavaba los ojitos de esa forma, pero también miraba a su
futuro. Nessie se haría mayor en poco tiempo, y no quería que alcanzase la edad
adulta y que siguiera sin hablar, eso le iba a traer problemas. Creo que Nessie
se daba cuenta del efecto que causaba el escucharla y esto le daba mucha
vergüenza, pero era necesario que usara su voz y ella misma se acostumbrara a
oírse.
Edward prefería que Nessie
empezara a comunicarse en voz alta en casa, bajo su protección y supervisión, sin
embargo, para mí lo mejor era que ella se acostumbrara a hablar con gente menos
conocida, para que fuera perdiendo esa vergüenza. Ya teníamos bastantes
discusiones cuando le daba las lecciones de Historia a Nessie, porque con el
tema de los indios no se paraba mucho; nos dejaba muy bien y eso, sí, pero no
se explayaba demasiado, y yo quería que ella conociese bien la verdadera cara
de la moneda, aunque para mi desgracia siempre tenía que aguantar eso que Edward
me decía de que se trataba de su hija, que su educación la decidía él y bla,
bla, bla. Y, claro, también habíamos tenido otras trifulcas más por culpa de esto,
cómo no. Bah. Edward tampoco estaba muy conforme con que Nessie se pasara los
días aquí, pero a mí me importaba un bledo, además, a ella le encantaba estar
en La Push.
Se oyó cómo las ruedas de
la silla de Billy entraban en la cocina y después cómo cogía un vaso del mueble
y vertía la limonada dentro. Cuando terminé de ponerme la camiseta, mi viejo
acababa de aparcar su silla.
―Aquí tienes.
―Gracias.
Cerré las puertas del
armario de mi cuarto y caminé hacia la salida para dirigirme a la sala de
estar.
―¿Este es Jake de pequeño?
―preguntó Nessie mientras yo ya estaba llegando a la estancia.
¿Qué estarían haciendo?
―Oh, sí. Ahí era un
renacuajo ―rio Billy―. Tenía tus mismos…, bueno, tu misma edad.
―Era un niño muy guapo
―exhaló, y parecía bastante maravillada.
Anda. Eso me hizo sonreír.
―Y muy travieso ―añadió mi
viejo, usando un tono más bien rencoroso, seguramente al recordar alguna de mis
trastadas.
Entré en la sala y por fin
vi lo que estaban haciendo. Nessie estaba sentada en el sofá, y a su lado se
encontraba mi padre, que había estacionado la silla justo donde el brazo del
asiento para poder mirar ese álbum de fotos familiar que Nessie sostenía en su
regazo.
Las piernas de Nessie
colgaban del sofá y sus pies no llegaban al suelo, incluso el grande y viejo
álbum abultaba más que ella, aunque sus brazos aguantaban las pesadas tapas de
cuero marrón sin ningún esfuerzo. Sus adorables ojos observaban las fotografías
con mucho interés y atención, y su boca esbozaba una de sus preciosas sonrisas.
―No hagas caso, era un
angelito ―me defendí, sentándome a su lado. Y le di un beso en la cabeza.
Nessie alzó el rostro para
mirarme, sonriente. En cuanto vi su expresión, ya supe lo que quería hacer.
Se bajó del asiento con un
brinco, posando el álbum abierto en la mesa que teníamos enfrente, se giró
hacia mí y se subió a mi regazo con otro ágil salto. Mis brazos ya estaban
abiertos para recibirla. Se enganchó a mi cuello, me dio un dulce y efusivo
beso en la mejilla y acto seguido apoyó la suya en mi hombro, apretando su
abrazo, mimosa.
Billy se rio entre dientes
al ver la estampa.
Sonreí y la besé en la frente.
―¿Ya te has cansado de las
fotos? ―le pregunté, metiéndole el cabello detrás de la oreja.
Despegó su rostro infantil
de mi hombro para mirarme con una sonrisa enorme y negó con la cabeza,
efusivamente.
Me reí y me incliné hacia
delante para coger el álbum. Ella se aferraba bien a mi cuello y su pequeño cuerpo
pesaba muy poco, así que no me costó nada acceder al mismo. Lo cogí y lo posé
donde antes había estado sentada Nessie, sosteniéndolo en pie con una mano para
que pudiera seguir viéndolo, mientras ella ya apoyaba la mejilla en mi hombro
de nuevo.
―Mira, aquí estoy en la
escuela, con mis compañeros de clase ―le desvelé, sonriendo con algo de
añoranza a la vez que le señalaba la fotografía con el dedo―. Solo iba a tercer
grado.
―Tenías el pelo largo ―sonrió.
―Sí, siempre lo tuve largo
―sonreí yo también―. Bueno, hasta que empecé con las transformaciones, claro, a
partir de ahí ya tuve que cortármelo por comodidad.
―Los Black siempre tuvimos
una buena cabellera ―presumió Billy.
Nessie soltó una risilla
que me sonó a música celestial.
―¿Estos son Quil y Embry?
―preguntó ella, separándose un poco de mí para indicármelos con su dedito.
En cuanto lo hizo, se
acomodó en mi hombro otra vez.
―Sí. Vaya pintas que
tenían, ¿eh? ―me reí―. Mira Embry qué flacucho estaba.
Su risa volvió a llenar la
sala de estar y yo pasé la página, contento. Empecé a señalarle a los miembros
de mi familia que salían en las fotografías.
―Esta es mi abuela paterna,
estas son Rachel y Rebecca, Billy de joven…
Mi padre frunció el ceño.
―Sigo siendo joven.
―¿Y esta mujer tan guapa?
―Nessie se despegó de mí otra vez para indicarme la fotografía, aunque no
hubiera hecho falta para saber a quién se refería.
Posó su mejilla en mi
hombro una vez más y se quedó esperando mi respuesta.
Billy y yo nos miramos
durante un instante, los dos con nostalgia.
―Esa es mi madre ―respondí
con una voz que me salió más baja de lo que a mí me hubiera gustado.
Nessie se incorporó y se
quedó mirándome fijamente, con esos ojitos tan dulces.
―¿Era tu mamá? ―inquirió.
―Sí.
Ya no hizo más preguntas.
Era increíble, por su corta edad, pero ya sabía lo que me dolía recordar eso.
Ella se entristeció por mí, lo vi en sus ojitos, sin embargo, volvió a observar
la fotografía.
―Era muy guapa ―murmuró sin
dejar de mirarla―. También tenía el pelo muy largo y bonito, como tú ―giró su
rostro de porcelana hacia mí para clavarme esos ojitos de nuevo―. Te pareces
mucho a ella ―y desplegó una sonrisa tan tierna, que no pude evitar
correspondérsela.
Todavía no dejaba de
sorprenderme la madurez con la que actuaba y hablaba algunas veces. Solamente
tenía seis añitos, pero lo comprendía todo a la perfección, era increíble.
Ver su sonrisa me alentó al
instante. Porque yo tenía a mi ángel.
―¿Quieres ver una foto que
tengo con tu madre? ―le propuse, sonriéndole.
Ella asintió con
entusiasmo, sonriente, y su mirada ya se dirigió al álbum.
Pasé varias páginas.
―Aquí está ―le mostré―.
Bueno, tengo varias, como ves.
Mi ángel amplió su sonrisa
y yo hice lo mismo con la mía.
―Esta es en el garaje ―se
percató, señalándola.
―Ajá.
―Tu pelo es largo ―su
carita se concentró para observar si eso que se veía por detrás era una coleta.
―Sí, eso fue justo antes de
empezar con las transformaciones.
―Lo sé ―asintió muy segura,
sin dejar de mirar la foto.
Me quedé observándola como
un tonto. A Nessie le encantaba mirar esas fotografías de nuestro álbum
familiar. Era difícil acostumbrarse a esto, a que una niña de seis años ―de
ocho meses de vida reales― ya se supiera tantos detalles de mi vida, a que los
grabara en su cabeza con tanta precisión. Nunca me preguntaba la misma cosa dos
veces, con una vez que se la contara, ya la guardaba en su memoria, y parecía
que lo hacía como si fuera un tesoro. Solamente me pedía que le repitiera
alguna historia o anécdota que le había parecido divertida o interesante. Vale,
quedaba fatal que yo lo dijera, pero Nessie mostraba un interés ferviente por
mí, casi idólatra, como si yo fuera esa estrella de rock al que una fanática
adora. A veces me daba la sensación de que ella también estaba imprimada de mí.
Pensé en lo que había
cambiado mi vida desde que ella estaba a mi lado, en todo lo que había
mejorado. Solo habían pasado ocho meses desde su nacimiento, pero Nessie había
curado mi corazón por completo.
Sentí un fuerte tirón en la
cola. ¿Nessie me estaba tirando de la cola? Un momento. ¿Cómo me iba a tirar de
la cola si estaba en mi forma humana? Entonces, me di cuenta. No era Nessie la
que me estaba tirando del rabo.
Salí precipitadamente de
ese recuerdo que me había traído la inconsciencia al acordarme de lo que
realmente estaba pasando, al recordar que eso formaba parte del pasado y que
ahora estaba en el presente. Me acordé de lo que había pasado, de esa roca que
me había caído en todo el tarro, haciendo que me cayera inconsciente.
Y de esos asquerosos
licántropos.
Mis ojos se abrieron
inmediatamente. El tirón de mis cuartos traseros venía dado de una fuerza mucho
mayor y mi cuerpo lobuno estaba siendo arrastrado para sacarme de la orilla.
¡Malditos!
Me levanté súbitamente,
pillándoles por sorpresa, y, profiriendo un rugido que rebotó en las laderas de
la montaña, me giré hacia el desgraciado que me estaba agarrando por la cola.
¡Jake ha vuelto!, oí que decía Cheran.
Seguramente se lo estaba
comunicando a Edward, y seguramente había visto ese recuerdo, como mi suegro y
los demás lobos, claro.
Mi manada estaba atenta a
todos mis movimientos y ya estaban viendo lo que sucedía por aquí, a través de
mis ojos. Yo también podía ver a través de los suyos las diferentes luchas encarnizadas
que estaban teniendo con los demás licántropos.
No tenía tiempo que perder.
Enganché a ese desgraciado
con mis dientes por el brazo y me volteé deprisa cuando dejó mi cola. Me rugió
en todo el careto, expeliendo ese aliento más que nauseabundo, y se revolvió,
pero antes de que su puño llegase a mi cara, solté mi elipse y le fulminé en
una fracción de segundo.
Me quedé con su peludo
brazo en la boca, que fue lo único que sobrevivió, y lo escupí a un lado. Puaj.
Todos los licántropos se
quedaron a cuadros, y más cuando vieron el brazo tirado y las malolientes
cenizas de su compañero asentadas en el suelo. Estúpidos miserables, habían
intentado tenderme una trampa con ese desplome de rocas y casi lo consiguen. La
cabeza todavía me dolía bastante y no me hacía falta tocarme para saber que
tenía un chichón considerable. Podía sentir las palpitaciones de mis vasos
sanguíneos sobre él, retumbando hacia fuera como si quisieran hacerlo estallar.
Bueno, la hinchazón bajaría y la herida sanaría antes de que terminase con
ellos, que iba a ser muy pronto. Rechiné las muelas. Ahora ese líder y el resto
de licántropos permanecían inmóviles, observándome patidifusos. ¿Pero qué se
creían? ¿Que podían reducirme con esa porquería?
No me costó nada divisar al
culpable de esa avalancha de rocas. El muy imbécil seguía en lo alto de la
montaña y trató de esconderse, pero ya le había pillado de sobra. Ese
licántropo había sido el encargado de propinarle una buena patada a un saliente
de la ladera para descargar esas rocas sobre mí.
Gusano…
A su asqueroso vaho azul
casi no le dio tiempo ni a salir por su cabeza. Sin retirar mi barrera de
fuego, y de una forma automática y súbita, solté mi elipse en su dirección. Se
había ocultado tras un peñón, el muy cobarde…, pero mi poder espiritual le
alcanzó igualmente. Conseguí virar mi elipse a tiempo para esquivar la roca y
le di de pleno. Ya le había cogido el tranquillo al manejo de mi poder
espiritual, así que esto ya no era un secreto para mí.
Ya me había cargado a dos
más. Ahora iba a por los siguientes.
―Te estás equivocando ―osó
a decir el líder de los licántropos, rechinando los dientes, aunque él con un
temor que se evidenciaba con su vaho azulado―. Ahora Razvan sí que se la
llevará.
¡Maldito! ¡¿Todavía seguía
con su amenaza de secuestro?! ¡Licántropos de pacotilla! ¡Ya me tenían harto!
Me volví hacia ellos con
furia. Ya estaban tratando de escapar, los muy canallas, corrían hacia las
laderas para escalarlas, seguramente para tratar de huir por algún agujero de
la montaña. Y ese cobarde de su líder iba en cabeza.
¡Ja! Ni hablar.
Erigí mi círculo de fuego,
encogiéndolo un poco hacia mí para que tomase más impulso, y lo solté hacia
fuera con furia. Estaba más que harto de esta escoria. Se querían llevar a
Nessie para entregársela a ese miserable de Razvan, y eso no lo iba a permitir.
¡Jamás!
La ardiente onda expansiva
se extendió vertiginosamente hasta alcanzar los taludes que circunscribían el
río, esos por donde los miserables licántropos ya estaban reptando para
escapar, pero a ellos también les cazó.
Los alaridos fueron cortos,
mi círculo de fuego los fulminó en cuanto rozó sus repulsivos cuerpos.
Bien, los grupitos de
cenizas ya me indicaban que tenía a cinco más que añadir a la lista. Ahora
solamente me quedaban… ¿Uno? ¿Dónde demonios estaba su líder? Observé bien toda
la zona, pero no había ni rastro de él, solamente estaba ese único licántropo
que se había refugiado en una de las zanjas naturales del margen del río y que
acababa de echar a correr hacia la montaña. ¡Maldita sea! ¡Mierda! ¡El líder había
conseguido escapar!
Rechiné los dientes, sin
embargo, tenía que continuar con mi ataque. El único licántropo que quedaba ya
estaba saltando por la ladera de la montaña y se metió por un agujero.
Vale, genial. Otra vez
tenía que escalar y meterme en alguna cueva.
Corrí por la orilla y salté
al paramento inclinado de piedra para reptar hacia la pequeña entrada de esa
cueva. La zona estaba bastante empinada, así que no me quedó más remedio que
brincar de saliente en saliente como pude para procurar acceder al agujero.
Guay. Ahora sí que parecía una cabra. Me costó un poco, ya que la humedad que
desprendía la estrepitosa catarata rociaba las paredes rocosas de su alrededor
y las volvía muy resbaladizas, pero finalmente logré llegar a la entrada de esa
otra cueva.
La boca de esta caverna era
muy ajustada para mi cuerpo, aunque conseguí pasar por ella al agacharme y
arrastrarme hacia su interior. Me sentí un poco como la niña de Alicia en el
país de las maravillas cuando persigue al conejo y se mete por un agujero
estrecho. En fin.
El caso es que pasé. El
agujero por el que había entrado era pequeño, sin embargo, el interior era muy
diferente. La gruta presentaba unos techos mucho más altos que los que había
visto en la caverna de antes, y estos también estaban llenos de esas lanzas de
punta calcáreas. La cueva era muy amplia y abierta, aunque había varios
tabiques naturales de piedra que producían unas divisiones en esa enorme
estancia, creando algunas cámaras diáfanas que a su vez estaban comunicadas
entre sí.
Ese malnacido se había
escondido, pero me daba igual. Ahora ya no tenía escapatoria, en cuanto diese
con él, lo aniquilaría sin cuartel.
Comencé a caminar por la
gruta con paso decidido, aunque discreto, para que me oyese lo menos posible.
Olisqueé ese húmedo aire y después pasé a hacerlo con el rocoso suelo. Su
repulsivo rastro de amoniaco era toda una señal luminosa para mí, así que lo
seguí. Moví las orejas en varias direcciones para escuchar cualquier sonido,
por mínimo que fuera. Aparte de la cascada de fuera, de los apresurados y
rítmicos latidos de los murciélagos que habitaban aquí y de los goteos
incesantes que se repartían por toda la caverna, no se oía nada más. Avancé
lentamente y poco a poco fui rastreando esa zona.
De pronto, me percaté de
algo. Una luz malva salía de detrás de uno de los tabiques naturales de piedra,
y no solo eso, un vaho azulado rezumaba hasta la cúpula de estalactitas.
Me agazapé, me preparé y
tensé los músculos de mis patas traseras al tiempo que machacaba las muelas y
clavaba la mirada en ese punto fijo.
Tomé impulso y me abalancé
en esa dirección.
Rugí adrede para hacer
saltar a ese desgraciado mientras mis cuatro patas ya aterrizaban en el suelo.
El licántropo salió de su escondite, pero, para mi sorpresa, no huyó, sino que
se lanzó a por mí.
Bueno, por lo menos el tipo
lo intentaba. Aunque de nada le iba a servir.
Se estampó contra mí y
caímos rodando varios metros. Comenzamos un forcejeo en el que no faltaron los
fuertes chasquidos de nuestras fauces cuando tratábamos de hincarnos el diente,
y los rugidos que nuestras gargantas emitían con saña y que hacían eco por
todas partes. Mi cuerpo dejó de girar cuando mi costado chocó contra una de las
tantas estalagmitas que colonizaban el suelo pétreo.
Ese condenado estaba encima
de mí y no me dejaba levantarme, además, pesaba como un muerto. Iba a erigir mi
círculo de fuego, pero antes de que me diera tiempo, ese malnacido me clavó las
cuchillas de una de sus garras. Por fortuna, pude girarme a tiempo para que no
lo hiciera en el corazón, que era su objetivo, aunque, aun así, me pinchó bien.
Gemí de dolor cuando las sacó de mi carne, puesto que este era insoportable.
Sus sucias y afiladas cuchillas se habían incrustado a fondo en mi costado. ¡Mierda!
¡Jake!, gritaron varios miembros de mi manada.
¡Estoy bien!, les calmé con prisas.
Podía oler mi propia
sangre, que chorreaba por mi pelaje, aunque también sentí cómo la herida ya
comenzaba a cerrarse.
El licántropo estaba
eufórico, movido por la adrenalina que su acierto le había causado. Sus ojos
amarillos albergaban la locura total, solamente les faltaba esas espirales que
ponen en los dibujos animados cuando retratan a un lunático chiflado. Intentó
rajarme una segunda vez y llevó su bocaza hacia mi cuello de una forma
vertiginosa.
¡Ni lo sueñes!
A una velocidad de vértigo,
conseguí evitar su intentona de mordedura y esquivé su cabeza para llevar la
mía a la parte trasera de su cuello. Hundí bien la dentadura en su joroba y,
con un movimiento rápido y brusco, lo aparté de mí, lanzándolo varios metros
hacia sus espaldas.
Me libré de sus cuchillas
por los pelos.
Mientras el licántropo se
estampaba en una de las paredes, me puse en pie inmediatamente y erigí mi
círculo de fuego. Antes de que a ese gusano le diese tiempo a reaccionar,
extendí el círculo en su dirección.
Su corto chillido se apagó
cuando fue fulminado por el fuego de mi barrera.
¡Genial, Jake! ¡Ya has
terminado con la primera cueva!,
alabó Seth.
Toda mi manada se alegró al
instante, y también percibí el alivio en sus pensamientos, ya que empezaban a
tener apuros para contener a esos incansables bichos.
Observé mi costado con
celeridad. Todavía me dolía un poco, sin embargo, las cinco heridas ya se
estaban sanando por dentro, y había dejado de sangrar. El chichón ya ni lo
sentía.
Sí, ya he terminado aquí, le ratifiqué a Seth. Aguantad, ya voy a la
segunda cueva.
¡A la orden!, exclamó Paul.
Ese idiota lo estaba
pasando como los indios, nunca mejor dicho.
Recordé al líder de los
licántropos. Esa alimaña había logrado escapar, pero, ¿adónde? Apreté las
muelas con rabia y furia, pero ahora mismo no podía perder el tiempo con eso.
Ya iría tras él en otro momento. Me fastidiaba mucho tener que dejar este
asunto así, pero no tenía opción. Además, él ya no contaba con ninguna manada,
así que no podía ir a por Nessie en solitario. Y aunque se reuniera con
Vladimir y Stefan en algún sitio daba lo mismo. Esos rumanos ya no tenían
ejército de licántropos, así que solo serían tres, y ninguno disponía de
poderes ni de ningún don. Nessie estaba muy bien protegida y nuestros bosques
muy bien vigilados. No tenían nada que hacer.
No. Ahora mismo no podía
ponerme a buscar al líder de los licántropos. La manada y los Cullen me
necesitaban en las otras cavernas, y con urgencia.
No, no tenía tiempo que
perder.
¡Hola a todos! Soy Tamara ^^
ResponderEliminar¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR SEGUIR AQUÍ, LEYÉNDOME!! BIENVENIDOS A LOS NUEVOS LECTORES!!
Ojalá pudiera escribir más, pero me resulta imposible...
Sobre lo de los comentarios, lo miraré, a ver si lo puedo cambiar ;)
Lametones para todos!!!
Hola Tamara:
ResponderEliminarEl capitulo muy bueno ...como siempre.....y la imagen mejor...
elsa
saludos a todos
hola tamara ola chico es cap estubo buenissimo espero el proximo saludos desde argentina yanina..
ResponderEliminarhola tamara...muy bueno este capi....genial....jake acabo con todos essos licantropos ecepto al jefe pero ya veremos lo que pasa...como siempre sos la mejor escritora...segui....salu2 y tambien a mis amigas de la distancia
ResponderEliminarQue tal Tamara ,
ResponderEliminarHollaaaaa chicos como van, si este cpai genial los derroto a esos asqueros licantropos perome preocupa que solo hayan sido distrancion mientras el lider anda rumbo hacia nessie talvez.....pero bueno mejor espero el proximo capi.....saludos a todos :)
Holaaa... genial el capitulo!!!....y la foto mejooor!! =P
ResponderEliminarTamara sos una gran escritora!!!
Espero el prox capi!!
Besitoos
Vicky!