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sábado, 3 de diciembre de 2011

NUEVA ERA. CAPITULO 118: VALOR (PARÉNTESIS. PARTE 2. RENESMEE)



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NO DUDEIS EN DEJAR VUESTROS COMENTARIOS, PREGUNTAS, ETC, YO CONTESTARE A TODO GUSTOSAMENTE ^^



NUEVA ERA II. COMIENZO 2ª Parte (Continuacion de "NUEVA ERA II. COMIENZO 1ª Parte").

Para leer este fic, primero tienes que leer el anterior "Despertar", que se encuentra en los 7 bloques situados a la derecha de este blog, "Nueva Era I. Profecía" y "Nueva Era II. Comienzo 1ª Parte". Si no, no te enterarás de nada 😏

CAPITULOS:


PARTE DOS: NUEVA ERA

RENESMEE:

77. ACAMPADA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/08/nueva-era-capitulo-77-acampada.html
78. EL LAGO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-78-el-lago.html
79. EN MEDIO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-79-en-medio.html
80. LICÁNTROPO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-80-licantropo.html
81: DECISIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-81-decision.html
82. CUMPLEAÑOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-82-cumpleanos.html
83. IRRUPCIÓN: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-83-irrupcion.html
84. REENCUENTRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-84-reencuentro.html
85. GRIPE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-85-gripe.html
86. FALLO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-86-fallo.html
87. GIRO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-87-giro.html
88. BUENA Y MALA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-88-buena-y-mala.html
89. FELICITACIONES Y PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-89-felicitaciones-y.html
90. APOYO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/09/nueva-era-capitulo-90-apoyo.html
91. CARTA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-91-carta.html
92. INTERESES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-92-intereses.html
93. BENEFICIO COLATERAL: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-93-beneficio.html
94. ECOGRAFÍA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-94-ecografia.html
95. FANTASMAS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-95-fantasmas.html
96. MANIOBRA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-96-maniobra.html
97. "NO PUEDO": http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-97-no-puedo.html
98. SANGRE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-98-sangre.html
99. HERIDOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-99-heridos.html
100. PRUEBA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-100-prueba.html
101. ENTRENAMIENTO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-101-entrenamiento.html
102. 6 DE FEBRERO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-102-6-de-febrero.html
103. PACIENCIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/10/nueva-era-capitulo-103-paciencia.html
104. UN SER SUPERIOR: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-104-un-ser-superior.html
105. ENVIDIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-105-envidia.html
106. CAMBIO DE PLANES: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-106-cambio-de-planes.html
107. PASAR PÁGINA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-107-pasar-pagina.html
108. LA ESTRATEGIA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-108-la-estrategia.html
109. A CASA: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-109-casa.html
110. DE NADIE (PARÉNTESIS JANE):  http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-110-de-nadie.html

JACOB:

111. ¿QUÉ PUEDES HACER CUANDO TUS TRIPAS SON UN MANOJO DE NERVIOS?: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-111-que-puedes-hacer.html
112. MENUDO PANORAMA QUE TENGO DELANTE: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-112-menudo-panorama.html
113. ¡¿Y A MÍ QUÉ DEMONIOS ME IMPORTA EL PODER?!: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-113-y-mi-que.html
114. NO, AHORA MISMO NO PODÍA PERDER EL TIEMPO CON ESO: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-114-no-ahora-mismo.html
115. VENGA, VENGA, YA QUEDA MENOS: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-115-venga-venga-ya.html
116. POR FIN, ¡POR FIN! UN MOMENTO, ¿PERO QUÉ ES ESTO?: http://jacobnessie.blogspot.com/2011/11/nueva-era-capitulo-116-por-fin-por-fin.html
117. ATROZ (PARÉNTESIS. PARTE 1. RENESMEE): http://jacobnessie.blogspot.com/2011/12/nueva-era-capitulo-117-atroz-parentesis.html


VALOR

(PARÉNTESIS. PARTE 2)
RENESMEE


Todo ocurrió extremadamente deprisa, tanto, que no pude ni hacer el amago de gritar ni defenderme.
Mi madre había cerrado los pestillos para ponerles las cosas más difíciles a los vampiros, pero de nada sirvió. Sin tener ocasión siquiera de tomar aire para respirar, fui arrancada del asiento de una forma brutal, saliendo despedida por la parte abierta del techo, hacia delante. Mi cabeza no se golpeó con lo poco que había quedado de chapa sobre mi asiento de puro milagro.
―¡Nooooo! ―gritamos mamá y yo a la vez mientras volaba por los aires como un rayo, succionada por ese grueso látigo negro que me enganchaba del brazo y tiraba de mí.
La mano que tenía suelta se fue instintivamente hasta mi barriga, para protegerla.
Mi pulsera comenzó a vibrar, pero no con la fuerza esperada. Era como si intentase hacerlo y algo no la dejara, y tampoco pudo actuar. ¿Qué le estaba pasando? En ese milésimo instante me di cuenta de que no había vibrado en ningún momento, con la tensión de la carrera no me había percatado de esto, pero ya no tuve tiempo de pararme a pensar en el porqué.
―¡Suéltala! ―chilló mi madre, iniciando un salto.
Mi padre se le adelantó. Soltó un rugido estremecedor lleno de cólera y pegó un brinco altísimo para sortear el vehículo y los vampiros que lo acechaban, que ya estaban sonriendo con satisfacción. Sin embargo, cuando ya lo había sobrepasado todo en varios metros, se estrelló contra una pared invisible, rebotando hacia atrás bruscamente. Era una de las barreras invisibles de Razvan, Nikoláy y Ruslán.
Un coche pasó por el otro carril y su conductor no vio ni escuchó absolutamente nada, al parecer también el interior de la barrera era invisible para los humanos.
―¡Edward! ―gritó mi madre, abortando su salto.
Su cabeza oscilaba incesantemente hacia él y hacia mí, frenética. Ahora ellos estaban encerrados en esa burbuja transparente, de la que no había forma de salir.
La espalda de papá se estampó en la carretera, dentro de la zona de esa jaula invisible, produciendo un enorme boquete en el asfalto, del inmenso golpe.
―¡Papá! ―chillé, horrorizada.
Pero ya no pude ver ni decir nada más. El interior de la barrera se hizo invisible también para mí, solamente se veía la carretera vacía, como si nada estuviese ahí, como si no ocurriese nada en ese sitio.
―¡Noooo! ―grité, observando esa horrenda estampa.
Seguro que mis padres estaban chillando y luchando para llamarme y venir a mí, pero tampoco pude escuchar nada.
Esa fuerza extraña me arrastraba a toda velocidad por el aire, y cuando llegué a la zona boscosa, el grueso látigo negro hizo que esquivase los árboles. Mi cuerpo se zarandeaba con brusquedad entre los troncos, y tuve que sujetar mi vientre para amortiguar un poco esos fuertes movimientos mientras chillaba.
Entonces, por fin pude ver quién me estaba arrastrando.
Su casaca negra y esa capucha que le tapaba la mitad del rostro eran su sello. Sí, era la sombra. El fiel sirviente de Razvan, su mano derecha.
Me di cuenta de que él no estaba reduciendo la velocidad de su tirón, ni siquiera por mi estado, así que me iba a estampar contra su pétreo y duro cuerpo. Eso sería como estrellarme contra un muro de roca, un muro de roca que machacaría a mi abultada barriga, a mi bebé…
¡NO!
Me precipitaba velozmente hacia el vampiro, pero, con ansiedad, prisas y nerviosismo, dejé de rodear mi vientre con la mano y conseguí llevarla a tiempo al frente, junto con la otra, para amortiguar el potentísimo impacto contra ese cuerpo de acero.
El choque fue brutal. Mis manos se interpusieron primero, en la zona de mi barriga, y logré que esta solo sufriera un rozamiento. Mi Anthony estaba bien, mi pequeño Anthony… Pero el resto de mi cuerpo se estampó contra la sombra con saña, dejándome incluso sin aliento durante un instante. Un instante, porque acto seguido mis bronquios exhalaron el aire para proferir un quejumbroso e intenso gemido.
El chasquido que se escuchó lo hizo justo antes de notar el agudo pinchazo que sentí en una de mis manos. El intenso dolor se apoderó de toda la extremidad, pero apenas pude quejarme. La sombra me tomó en brazos, apresándome con fuerza para que no tuviera conato de fuga alguno, y echó a correr por el bosque a la velocidad del viento.
No, esto no podía estar pasando, otra vez no…
―¡Déjame! ―pude chillar, con unos visos de un gemido de dolor que me fue imposible reprimir.
Intenté revolverme, pero mis manos y mis piernas no podían hacer nada para separarme de su frío y duro cuerpo, ni siquiera lograba verle la cara, puesto que la mía quedaba por encima de su hombro.
Mientras trataba de rebelarme, le eché un vistazo a mi mano, la cual pude asomar. Mis dedos índice y anular estaban completamente torcidos, hacían un quiebro espantoso. Me los había roto. Casi me mareo, de la impresión, pero tomé aire y fui capaz de reponerme, apretando los dientes para soportar ese intenso y lacerante dolor.
―¡Suéltame! ―grité de nuevo, zarandeándome como podía.
Sin embargo, era imposible. La sombra me llevaba a través del bosque a quién sabe dónde. Lo que sí sabía era con quién me llevaba.
Mi pesadilla volvió a plantarse en mi cerebro, torturándome una y otra vez. No, no podía permitirlo, era mi bebé, ¡mi bebé!
Cuando ya estaba a punto de oponerme de nuevo, la sombra se detuvo. Era una especie de callejón sin salida, el final de una calle natural, no muy ancha, que estaba resguardada por tres terraplenes de tierra altos, escondida en ese espeso bosque, recóndita, y cuya única salida iba a quedar custodiada por la propia sombra. Encima de los terraplenes el boscaje seguía su particular decoración, llenándola con sus árboles, y las copas de los mismos, a gran altura, hacían de ese sitio una zona más sombría y oculta.
Me dejó en el suelo sin más contemplaciones y sin decir nada, quedándose frente a mí, taponando la única salida, como me suponía. Su semblante en penumbra parecía frío y distante, ni siquiera su boca reflejaba ningún tipo de sentimiento, nada más que la satisfacción de un trabajo bien hecho. Había cumplido su orden y ahora estaba esperando a su amo, sin más, como quien no quiere la cosa.
¡Maldito miserable! Me invadió una ola de rabia y cólera y comencé a golpearle en el pecho con mis puños mientras gruñía en voz alta, con desesperación, pero mi mano rota apenas pudo doblarse y se dolió con ganas al primer golpe. Volví a gemir de dolor durante un segundo, sin embargo, enseguida seguí golpeándole con un solo puño, desbordando la misma inquina.
La sombra ni se inmutó. Era más bajo que yo, pero se quedó mirando cómo desahogaba toda mi ira contra su torso. Hasta que me agoté y tuve que parar.
Me separé de él, respirando con agitación por la rabia, mientras le clavaba una mirada de profundo odio. Entonces, me arrojé a él con velocidad.
―¿Por qué no das la cara, eh? ―escupí, alzando la mano hacia su capucha con la intención de retirársela.
Su helada mano sujetó mi muñeca con fuerza y me lo impidió. Luego, sin moverla de delante de su cara, empezó a apretar, haciendo crujir mi juego óseo. Intenté no hacerlo con todas mis fuerzas, sin embargo, no pude evitar retorcerme y gemir una vez más, del dolor, al tiempo que mi mano rota se apoyaba como podía en su hombro para alejarme de él, aunque esta también me dolía a horrores y no logré nada.
Soltó mi muñeca, lanzándola hacia atrás, y por fin pude tomar aire cuando el dolor cesó. Estaba claro que no quería mostrarme su rostro.
Volví a mirarle con rabia.
―¿Qué habéis hecho con mis padres? ―exigí saber, apretando las muelas, sin modificar mi actitud.
―Tus padres no nos interesan ―habló con esa voz profunda y grave y con ese acento de Europa del este―. Si consiguen sobrevivir en la barrera, les dejaremos marchar.
Su aire burlón me sacó de quicio, aunque pudo más el enorme temor por ellos que invadió todo mi ser.
―No le des explicaciones ―irrumpió otra voz, esta femenina.
Y esta la conocía muy bien.
Alina apareció de entre los árboles que limitaban el principio de ese callejón donde me encontraba. Su cabello rubio ya no iba recogido con aquellas dos trenzas que se enroscaban y se amarraban en la parte superior de su cabeza, sino que ahora era una única trenza baja, que caía sobre su espalda, y tampoco iba ataviada con ese vestido largo hasta los pies, con su delantal blanco. Ahora llevaba unas mallas ajustadas de color negro y una camiseta de tirantes del mismo color.
Me quedé de piedra durante un instante, porque no me esperaba para nada volver a ver a una de las sirvientas de Razvan. Pero no fue la única que se presentó allí, para mi segundo asombro. Zhanna, la otra sirvienta, también se dejó ver. Iba vestida con el mismo atuendo y su cabello negro también estaba atado con una trenza.
Los horribles recuerdos de mi año de encierro en el castillo de Razvan invadieron mi mente sin remedio, añadiéndose a mi espantosa pesadilla. Mi cuerpo estaba lleno de escalofríos y mi respiración se agitó, nerviosa y angustiada.
Alina y Zhanna se acercaron con paso presto, hasta que llegaron a la altura de la sombra y se colocaron a su lado. Las dos clavaron su mirada burdeos en mí, pero Alina lo hizo con un odio que me dio escalofríos, casi me recordaba a la de Jane.
Mi aro de cuero intentó vibrar otra vez, pero, como le había pasado antes, fue incapaz de emitir algo más que un suave hormigueo. ¿Qué le ocurría a mi pulsera? ¿Le habían hecho algún hechizo de magia? Mi cabeza volvió a hacerse la misma pregunta, aunque, una vez más, no tuve tiempo para buscar una respuesta.
―No vuelvas a darme ninguna orden ―le advirtió la sombra a Alina con un tono amenazante, e intuí que mirándola de igual modo.
Ella le miró y rechinó la dentadura, pero no le dijo nada.
Las dos vampiros bajaron la vista hasta mi vientre y, con desaprobación y censura total, regresaron sus pupilas carmesí a las mías. Rodeé la barriga con mi mano sana, cubriéndola con parte del antebrazo. Luego, se quedaron observándome con sendos semblantes de rabia. Y yo sabía por qué era. Yo había sido la que había matado a su compañera, Natasha, cuando mi familia había venido a rescatarme de mi encierro. Pude ver todo ese rencor en sus ojos, se escapaba de ellos para apuñalarme sin cuartel. Sin embargo, en la mirada de Alina había algo más que ese resentimiento. Sus pupilas descargaban toda una retahíla de odio sobre mí. Fue fácil deducir el porqué. Yo también le había arrancado la cabeza una vez, aquella en la que había intentado escapar del castillo junto con Teresa y Helen.
Los tres vampiros se quedaron frente a mí sin decir nada, parecía que estuvieran esperando algo. O a alguien.
Ni siquiera me dio tiempo a formular la pregunta en mi mente, aunque esta ya conocía la respuesta de sobra.
Una estaca helada, gélida y horripilante atravesó mi corazón cuando le vi aparecer por el mismo sitio por el que lo habían hecho Alina y Zhanna. Como en mis pesadillas, sus ojos encarnados se clavaron en los míos con una malicia espeluznante y aterradora, lo eran tanto, que me quedé completamente paralizada, de la conmoción.
Esto no podía estar pasando… Esto tenía que ser una de mis horribles pesadillas… Pero no lo era. Era real, como lo era esa despiadada figura que se acercaba a mí: Razvan.
Mi desesperado cerebro enseguida visionó a Jacob, a mi colosal y espectacular lobo rojizo, fuerte, poderoso. Jamás debíamos habernos ido de esa montaña, si yo me hubiera quedado con él, esto no estaría pasando… Su hijo, nuestro hijo, corría un grave peligro. Mi Anthony, mi pequeño Anthony.
Reaccioné lo mínimo para recular un par de pasos hacia atrás y aferrar mi brazo con más fuerza en mi hinchado vientre, muerta de miedo. Por un momento, el pánico quiso dominarme, pero conseguí retenerlo algo, aunque mis manos temblaban sin parar, todo mi cuerpo tiritaba del horror que ese repulsivo ser me producía.
En cambio, a Alina le cambió la cara. Su semblante se iluminó cuando le vio aparecer, aunque fue por un segundo, porque acto seguido llevó la vista hacia mí para clavarme la misma mirada de inquina de antes.
Ahora comprendía esa mirada. No era solo por el suceso de la cabeza. Ese odio no distaba mucho del que emanaba Jane cuando me clavaba sus ojos carmesí, aunque en este caso Alina lo hacía por otra persona diferente. Enseguida até los cabos sueltos, no fue muy difícil de intuir. Alina estaba enamorada de Razvan, y estaba celosa de mí porque yo me había convertido en su obsesión.
Razvan tampoco venía solo. El enorme Keiler salió de entre las sombras para acompañarle. Al contrario de las sirvientas, que habían cambiado su indumentaria, Keiler seguía llevando una camisa y unos pantalones negros, la vestimenta que normalmente lucía la guardia de Razvan ―excepto la sombra, cuyo rango era superior―, y su media melena castaño oscuro, que hacía su semblante aún más pálido, se recogía detrás de las orejas, como siempre.
El mago, seguido de Keiler, se aproximó raudo hacia nosotros y se posicionó en el medio de sus otros guardias, los cuales les dejaron sitio. Alina y Zhanna cruzaron las manos y agacharon las cabezas con sumisión, si bien la primera no pudo evitar mirar a su amo de reojo. Razvan insertó esa mirada maquiavélica y pretenciosa en mí, pero cuando observó mi avanzado estado de gestación, su rostro se volvió aún más tétrico y sombrío. Machacó las muelas con furia contenida sin apartar sus pupilas de mi barriga, y después las volvió hacia mí para observarme con una clara reprobación.
También pude escuchar la rabia sujeta con alfileres de Alina, en su garganta, al ver la reacción de Razvan.
―Dejadnos a solas ―ordenó este, sin siquiera mirarles, con esa voz grave marcadamente del este―. Esperadme en el río.
La sombra asintió y les hizo un gesto con la cabeza a los demás. Zhanna y Keiler se dieron la vuelta instantáneamente para seguir a la mano derecha de Razvan, sin embargo, Alina dedicó un segundo para clavar su mirada de odio en mí. Después se giró y los cuatro abandonaron ese callejón, tan silenciosos y veloces como el viento.
Estaba aterrada. El corazón me latía a mil por hora, mis bronquios exhalaban el aire con agitación, mi cuerpo temblaba y mi mente no dejaba de evocar esa horrible pesadilla que me había estado torturando todos estos meses.
Pero entonces, Anthony me dio una de sus patadas.
Mi bebé, nuestro bebé… Nuestro hijo… Mi bebé, mitad parte de Jacob, mitad parte de mí, nuestra preciosa mezcla, nuestro milagro, nuestro regalo, nuestro tesoro. Nuestro más preciado tesoro.
Algo estalló dentro de mí, algo instintivo, un instinto tan primario como la propia existencia, un instinto animal, algo que salía de mis entrañas para presentarse con una contundencia abrumadora. Mi instinto maternal. Protector y demoledor. Tenía que proteger mi bebé, como fuera. Daría mi vida por él, si hacía falta.
Me armé de valor, no sé cómo lo hice ni de dónde salió exactamente. Solo sé que lo sentí estallar en mi pecho, en todos mis órganos, en todas las neuronas y células de mi organismo. Todo mi ser se concentró en proteger a mi pequeño, ese precioso fruto que mi vientre albergaba y que era parte de Jacob. Además, Jake vendría a buscarme, me encontraría y nos salvaría, estaba completamente segura. Él siempre nos protegería.
Por primera vez en estos últimos minutos, mi pulsera vibró con más vehemencia. Parecía que poco a poco iba despertándose de algún raro letargo.
Mi garganta se vio raspada por un rugido iracundo que no llegó a salir, aunque retumbó en todo mi esternón, haciéndolo vibrar con ímpetu.
―¡¿Qué vais a hacer con mis padres?! ¡¿Y qué habéis hecho con los lobos?! ―exigí saber con furia antes de que él hablase.
Para mi asombro, su boca se torció en una arrogante sonrisa.
―Parece mentira que no me conozcas, Renesmee. Ya eres conocedora de mis barreras invisibles.
Sí, claro que las conocía. Ya las había usado una vez. Aquella en la que me había secuestrado para llevarme a su castillo. Nos había encerrado a Helen y a mí en una de sus burbujas transparentes para que los lobos no vieran ni escuchasen nada, y después nos había puesto aquellos hechizos. Apreté los dientes al recordarlo. También me percaté de su ausencia de efluvio, al igual que en su guardia. Otro de sus trucos más para pasar desapercibidos.
―No sé cómo habéis conseguido entrar en el bosque, pero Jacob se enterará de esto enseguida y vendrá a por ti ―le aseguré con rabia retenida.
Su risa despectiva me ofendió en el alma, pero me contuve.
―Tu lobo está demasiado entretenido en esas cuevas ―sonrió con malicia y suficiencia―. Y entrar fue muy fácil, gracias a las marionetas de Nikoláy y Ruslán. Esos estúpidos lobos se creen que son unos inmortales nómadas, y ahora se encuentran luchando con unas alucinaciones, dentro de la barrera que he impuesto a su alrededor. No se percatarán de nada.
Mis párpados no pudieron evitar pestañear varias veces con nerviosismo y confusión por esa última información que no me esperaba. Mi cerebro no sabía muy bien qué hilo seguir de las dos respuestas, pero opté por la primera, de momento.
Esto me desvelaba cosas, si es que él me respondía, sin embargo, también me aportaba tiempo. Unos minutos muy valiosos para que a Jacob le diera tiempo a llegar. Y mi pulsera cada vez recobraba más fuerza.
―¿Cómo os habéis enterado de que Jacob está ahí? ―pregunté, mirándole con dureza.
―Tengo mis… contactos ―se limitó a responder sin dejar esa sonrisa.
―¿Y mis padres? ―repetí, aumentando mi furia―. ¿Qué vais a hacer con ellos?
De pronto, las facciones de su semblante cayeron en picado, adoptando una expresión malvada, gélida y escalofriante.
―Tus padres morirán, como el resto de vuestros aliados y los lobos ―aseguró con ese tono de ultratumba que me helaba completamente―. No dejaré ningún posible obstáculo entre nosotros.
―Maldito… ―mascullé, rechinando los dientes―. ¡Maldito! ―grité acto seguido con cólera, lanzándome hacia él.
Iba a golpearle con mis puños, aunque mi mano rota se hiciera añicos del todo, pero él me aferró de los antebrazos y me detuvo. Luego, tiró de mí y me pegó a él.
Mi hinchado vientre se quedó adosado a su abdomen, eso pareció molestarle, sin embargo, su fijación estaba centrada en otra parte. Mi rostro quedó a un palmo del suyo y él me miró con una pretensión más que evidente. Asqueroso. ¡Me daba asco!
―Serás mía de una vez por todas ―afirmó con ansia, tirando más de mí para que mi rostro se acercase al suyo.
―¡Jamás! ―le chillé a la cara, iracunda―. ¡Jamás seré tuya! ¡Yo siempre seré del Gran Lobo!
Pude ver la cólera en sus ojos encarnados, sin embargo, cuando ya estaba comenzando a tirar de nuevo para atraerme hacia él del todo, mi barriga se vio sacudida por los golpes que el bebé propinaba con sus pequeños pies.
Razvan me soltó súbitamente y se retiró hacia atrás, observando mi tripa con una mezcolanza de estupefacción, rabia, sorpresa y desconcierto. Pero, de pronto, sus ojos rojos se clavaron en mí de nuevo, con más ira, y se arrojó a por mí.
―¡Noooo! ―chillé, interponiendo las manos.
Esta vez sí. Mi aro de cuero consiguió latir con contundencia y expulsó una de sus abrasadoras ondas expansivas. Razvan salió despedido de espaldas, acompañado por su alarido, y su columna vertebral se estampó contra uno de los terraplenes que cercaban el callejón.
Mi corazón latía desbocado y mi boca exhalaba el aliento a toda mecha, pero reaccioné.
Sin mirar atrás, eché a correr hacia la salida del callejón y logré escapar de allí, metiéndome por los árboles que la limitaban, hacia la espesura del bosque. Sin embargo, mi barriga pesaba bastante y me desestabilizaba, no podía galopar todo lo deprisa que yo quería.
Comencé a abrirme paso entre los troncos con frenetismo, buscando algún sitio conocido para avanzar con más seguridad, pero no lo encontraba. ¡Jacob, Jacob! Mis piernas estaban pesadas, se enredaban con facilidad con las raíces que sobresalían de los árboles y tenía que levantar los pies en exceso para no tropezarme y caer.
De repente, el cielo se me cayó encima cuando Razvan aterrizó justo frente a mí, saliendo de la nada. No pude ni frenar, aunque mi pulsera erigió una de sus barreras al instante y él se estampó contra la misma, saliendo rebotado hacia atrás, si bien en esta ocasión su espalda no chocó con ningún obstáculo.
Yo sí que salí rebotada, y mi columna se topó con el tronco de un enorme abeto, pero la barrera amortiguó el golpe y no me dolió en absoluto.
Razvan estaba furioso, y se quedó frente a mí, observándome con una mirada de censura total.
Antes de que me diera opción de intentar fugarme de nuevo, sacó algo del bolsillo de su camisa y me lo arrojó con saña.
Un polvillo rojo, parecido al pimentón, voló hacia mí a una velocidad ultrasónica.
¡¿Otro hechizo?! ¡No!
Contuve la respiración, sin embargo, volví a respirar algo en cuanto ese polvillo se estampó en la burbuja de mi aro de cuero y no llegó a tocarme. Pero algo sucedió al instante. Algo que me horrorizó y me dejó sin aliento una vez más.
La barrera de mi pulsera comenzó a debilitarse, volviéndose frágil como una pompa de jabón. Y como tal, se desintegró.
―¡Noooooo! ―grité, horrorizada, mirando mi aro de cuero sin poder creérmelo.
Este intentó vibrar, pero, al igual que le había pasado antes, fue incapaz. ¡¿Qué le pasaba?!
―No te imaginas la de conjuros que se pueden hacer con la sangre de unos lobos comunes ―sonrió Razvan con la misma curvatura arrogante de hace un momento.
―¡¿Qué le has hecho a mi pulsera?! ―bramé.
―Con este hechizo, tu pulsera se dormirá unos segundos ―confesó―. Tiempo suficiente.
―¡¿Tiempo suficiente para qué?! ―mi voz salió asustada.
―Los hijos del Gran Lobo deben morir ―habló, ignorándome, con ese tono maléfico que congelaba hasta los mismísimos polos.
Mi corazón se detuvo y ya no me dio tiempo a hacer nada más, ni siquiera a parpadear.
A la velocidad de la luz, arrojó otro polvillo que se abalanzó a por mí sin cuartel, tan rápido como un cuchillo, un puñal. El puñal de mi pesadilla.
―¡NOOOOOOOOOOO! ―chillé, ya con lágrimas en los ojos, intentando proteger mi vientre.
Sin embargo, el polvillo no se dirigió a mi barriga, sino que, para mi desgraciado asombro, vino directo a mi boca y mi nariz.
―¡No! ―grité, soltando mi tripa para intentar toser y estornudar.
Todo fue sin éxito.
Noté los efectos del polvillo al instante. Una llama de fuego empezó a introducirse por mi laringe. Ardiente, abrasadora. Grité de dolor y apoyé una de mis manos en el tronco. Creo que era la mano rota, pero el dolor que sentía en mis entrañas era tan desgarrador, que eso otro ni siquiera lo noté.
―¡NOOOO!
¡JACOB! ¡JACOB!
Mis alaridos y mis llamadas silenciosas de poco servían, ni siquiera para aliviarme. La llama consiguió abrirse paso por mi sistema digestivo y en un segundo sentí una especie de explosión en mi barriga.
Una lanza congelada atravesó toda mi alma, dejándome sin respiración, paralizando mi corazón, todo mi cuerpo. Mi pulsera se despertó y volvió a vibrar con fuerza, pero ya era demasiado tarde, el daño ya estaba hecho. Ya no pudo hacer nada para impedirlo y vibró con desesperación y agonía, reflejando lo que sentía mi destrozada alma.
Otro agudo pinchazo en mi útero hizo que se me doblaran las piernas y me cayese de rodillas. Abarqué mi vientre con mis brazos, presa del pánico y de las desgarradoras lágrimas que inundaban todo mi rostro. La sangre comenzó a teñir mi blusón de color azul claro y lo levanté con horror para comprobarlo. Un extraño y cruel corte empezó a aparecer en mi abultada barriga, llenándome de más dolores. Pero eso era lo de menos.
―¡MI BEBÉ! ¡MI BEBÉ! ―el chillido me rasgó las cuerdas vocales.
Ya no notaba sus pataditas.
―¡NOOOOOO!
Durante una milésima fracción de segundo vino a mí otra parte de mi pesadilla. Esa en la que yo llamaba a Jacob para que salvase al bebé. Sí, solo él podía salvarlo.
¡JACOB! ¡JACOB!, bramó mi alma.
―Tranquila, si todo marcha bien, a ti no te pasará nada ―habló de nuevo Razvan―. Tu vientre lo expulsará, muerto, y la herida se cerrará y se cicatrizará en menos de un minuto.
La palabra muerto, relacionada con mi precioso bebé, resaltó sobre todo lo demás y rebotó varias veces en mi cabeza, produciendo un eco espantoso.
―¡NOOOO! ¡MI BEBÉ! ¡MI BEBÉ! ―agonicé de nuevo, frotando mi vientre en un acto desesperado por que esa creciente herida se cerrase. Mis manos estaban llenas de sangre.
¡JACOB!
―Ahora ya serás mía ―dijo Razvan con su tono de ultratumba, escalofriante y malvado―. En cuanto expulses esa aberración, te llevaré conmigo.
―¡NOOOOO! ¡MI BEBÉ! ―lloré con desgarro.
Esa raja sangrante cada vez se abría más y los pinchazos que sentía por dentro eran insoportables, todo mi bajo vientre ardía en un fuego abrasador. ¡No, Noooo, NOOOOO!
―¡Así que estos eran tus verdaderos planes! ―voceó una voz en la penumbra de los árboles.
―¡Maldito traidor! ―siguió otra voz.
Esas voces las conocía demasiado bien, sin embargo, yo estaba demasiado concentrada con mi barriga, desesperada, rota, hundida, desconsolada... Mi mundo comenzaba a venirse abajo, y mi única esperanza era Jacob. Él era la única luz que conseguía ver en este túnel oscuro que empezaba a succionarme. Él era mi única esperanza.
―¡Nikoláy! ¡Ruslán! ―masculló Razvan.
―¡¿Cómo has podido hacerlo?! ―le reprochó Nikoláy, iracundo―. ¡Yo mismo te convertí! ¡Eres como un hijo para mí! ¡Y ahora nos traicionas por una simple semihumana!
¡JACOB! ¡JACOB!
―Adios, Nikoláy.
Ni siquiera sé cómo sucedió, ni me paré a mirar nada. Todas las voces sonaban con eco para mí, todo era una niebla densa que se iba oscureciendo por momentos.
―¡Rápido, se escapa! ―gritó Nikoláy.
―¡Maldición! ¡Ha puesto una barrera, no podemos salir! ―chilló Ruslán.
La niebla se trasformó en una espiral negra… El corte de mi vientre cada vez era más grande y sangrante… Y mi bebé no se movía…
¡JACOB! ¡JACOB! ¡JACOB!

(FIN DEL PARÉNTESIS)

18 comentarios:

  1. hollla TAMARA estaba austada porq entre y no vi nada nuevo .......pero ya actualizaste q felicidad....gracias y sorry por ser tan intensa.....:)

    Saludos a todos y abrazo inmenso :)

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  2. ¡Hola a todos! Soy Tamara ^^

    MUCHAS GRACIAS POR SEGUIR LEYÉNDOME!!! YA SABÉIS LO FELIZ QUE ME HACÉIS!!! OS QUIERO MUCHO.

    Pues ya veremos qué pasa =S Ains, mi Nessie!!!! Y Edward y Bella, pobrecitos míos... Bueno, ya veremos qué pasa, recordad que jamás hay que perder la esperanza ;)

    Espero que os guste este capi ^^

    Lametones!!!!

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  3. NOOOOOO DIGO YO!!!!! que horror hasta el martes no voy a poder con tanta angustia....pobre Nessie que llegue pronto JAKE..... :O

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  4. NOOOOOOOOOO!!! tamara no podes ser tan cruel con nosotros... :(
    el bebe, nessie, q le va a pasar????
    yo m muero del la angustia y desesperacion de aca al martes...
    espero q salga todo bien por q sino... nose
    jacob tiene q salvar a el pequeño anthony y a nessie.

    waaauuu!!!

    bueno nos vemos el martes....
    saludos y besos para todos desde argentina YANINA.

    PD: m muero de la intriga y angustia asta el martes... :(

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  5. DIOS MIO NO ME LO PUEDO CREER!!! Que venga ya Jake para que se enteren esos imbeciles, pobre nessie no se merece esto... Por cierto esta genial el capitulo Tamara!!! que ganas ten de leer lo que pensará Jacob de esta situación, seguro que se pone hecho un furia, eso es Jacob defiende a tu mujer.
    Otra cosa TAMARA durante un tiempo no podre leerte y escribirte tan amenudo porque estoy en el 4rt curso de la ESO y este primer trimetre no es que me haya ido muy bien asique no puedo arriesgarme en este ultimo curso, lo siento muchisimo de verdad espor que lo entiendas, pero te prometo que encontraré o buscare algun momento u otro para leerte y escribirte en cuanto pueda. Porcierto ANIMO!!! Que esta historia tiene muy buena pinta, se que tu puedes darle mucha imaginación a esta historia. Estas hecha una ARTISTA.
    Otra cosita: no me llamo iris en realidad me llamo Lita Moya. Se que es un nombre raro pero bueno. oye podrias decirma cuando sle el DVD de la pelicula Braking Dawn 1.

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  6. hola tamara...amiga...este capitulo el mejor...makiavelico pero...genial...pobre nessie..pobre el bebe...espero que jake se de cuenta....y los destruya....salu2 y el martes el proximo.......

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  7. ¡Hola! ¿que tal? bueno me presento; yo soy Carol y soy tu nueva lectora, bueno...no tan nueva porque encontré tu novela en el foro hace unos meses y me leí el primer libro en uno o menos ;$ Hahaha esque es GENIAL al igual que tú, estoy segura, despues empecé a leer este y con lo interesante que está todos los días se me hacen larguísimos esperando el proximo capitulo :(. Y como me sabia mal estar leyendote durante tanto tiempo y no comentar hoy por fin, me he decidido a hacerlo y aqui está. Además me hace mucha ilusión que la fecha de mi nacimiento sea la misma que la del anversario de Nessie y Jake :3 ¿Por cierto de donde eres? ¿y cuantos años tienes? (si quieres contestarmelo en el foro lo leeré, te lo aseguro haha) Espero no haberte aburrido :$ ya sé que no soy tan buena escritora como tú...Hahaha
    Un besazo Carol.

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  8. haY me MUero que Horror probe nessie.¿QUE pASARA?ME MUERO DE INTRIGA....mE dejaste con un una gran DudA tamara.Un besos...
    Camy

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  9. Aaaaaaaaaaaaa y mas aaaaaaaaaaaaaaa snif +_+ hay pobre bebe snif, snif !_!
    Por favor que no le pase nada y que Jacob llegue pronto par salvar a su hijo y si no pues que los magos esos la ayuden con tal de castigar al mago psicópata y enamorado por favor (ojitos tipo gato de shrek).
    Hay ojala publicaras un capitulo mañana ( domingo). Porque mis nervios están colapsando, estoy en un mar de lagrimas por lo que le esta pasando a Ness y a su bebe. Por favor, por favor no tengo mas uñas que morder
    Despues de mi descarga emocional y un charco de lagrimas te repito que eres una genio y una gran escritora. Creo que eso ya lo sabes pero aun así quise ponerlo nuevamente saludos para ti y todos los que siguen esta hermosa historia
    u_u Kiara. n_n

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  10. AY TAMARAAAAAAA, ME DEJASTE LLORANDO :'(
    siguele please
    by. Isabeu Galan

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  11. ah...no, no nos podes dejar asi!!! es CRUEL e INHUMANO...cuanta ansiedad para el prox capi
    besos
    ody

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  12. Hola Tamara:
    O........buenisimo el capitulo....sin palabras....sin uñas
    elsa

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  13. A todos mis amigos a la distancia un saludo y que nuestros nervios aguanten hasta el martes oooaaaaggg
    elsa

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  14. ya que se acerca la navidad estaria bien que escribieras unos capitulos de nessie y jacob celebrando la navidad o en el mes de navidad. porfi...

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  15. hola tamara... mi nombre es jetsy, soy de puerto maldonado (PERU) y me encanta como escribes... eres bastante talentosa... yo también escribo pero solo para desahogarme, de problemas y todo eso.. me invento unas historias donde el mundo es diferente, por lo tanto mis problemas también...:) pero por dios que manera de mantener enganchada a las personas yo recién estoy comenzando nueva era... pero la curiosidad me mato y me puse a leer este capitulo... y ahora con mas ganas quiero saber como paso todo.. cuando leo lo que escribes nose como pero haces que vuele el tiempo.. y que bien que le estén dando la merecida historia a jacob y nessie... se lo merecen... aunque yo al principio no miraba con buenos ojos a esa pareja... tu has hecho que cambie de parecer y que ahora los adore hasta mas que a bella y edward... de verdad soy tu fans.. eres fantastica dejando volar tu imaginacion...

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    1. ¡Hola, jetsy!

      Perdona por no contestarte antes, pero últimamente estoy bastante ocupada con mi vida familiar y no he podido hacerlo primero. Muchas gracias por darle una oportunidad a mi humilde y particular continuación de la saga Crepúsculo, me siento muy halagada por todo lo que me dices y me encanta tener lectores nuevos. Así que tú también escribes. Da igual que sea para desahogarse o para lo que sea, escribir siempre está bien y siempre se empieza por algo. Yo todavía estoy empezando, así que... ^-^ Te deseo todo lo mejor y te envío mis ánimos a que continúes en este mundo de la escritura. Muchas gracias por tus palabras.

      ¡Un lametón lobuno para ti!

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  16. donde puedo conseguir los libros de la saga despertar

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